SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.34 número3Tumores hepáticos malignos en Maputo: a propósito de 53 observacionesPoliartritis y fiebre índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Revista Cubana de Medicina

versión impresa ISSN 0034-7523versión On-line ISSN 1561-302X

Rev cubana med v.34 n.3 Ciudad de la Habana sep.-dic. 1995

 

Temas Actualizados

Hospital Clinicoquirúrgico "Hermanos Ameijeiras"

Síndrome antifosfolípido: aspectos diagnósticos y terapéuticos

Dr. Emilio Buchaca Faxas1 y Dr. Juan C. Rodríguez Váquez2
  1. Especialista de I Grado en Medicina Interna. Instructor. Jefe del Servicio de Medicina Interna.
  2. Especialista de I Grado en Medicina Interna.

RESUMEN

El síndrome antifosfolípido, descrito inicialmente en el lupus eritematoso sistémico, aparece también en personas que no reúnen criterios de alguna enfermedad conocida, por lo que su identificación y tratamiento adquieren gran importancia en personas con fenómenos trombóticos aparentemente inexplicables y en mujeres con abortos y muertes fetales recurrentes sin otra causa reconocible. Su diagnóstico se hace en presencia de trombosis arterial, trombosis venosa, abortos o muertes fetales recurrentes, trombocitopenia y positividad de cualesquiera de las pruebas que detectan anticuerpos antifosfolípidos. Se hace una revisión de sus manifestaciones clínicas mayores y menores. Se resalta que la anticoagulación ante fenómenos trombóticos debe realizarse de forma indefinida, y que las mujeres embarazadas con anticuerpos antifosfolípidos deben ser tratadas desde su inicio para evitar el aborto o la muerte fetal.

Palabras clave: LUPUS ERITEMATOSO SISTEMICO/diagnóstico; LUPUS ERITEMATOSO SISTEMICO/terapia.

INTRODUCCION

Entre los años 1983 y 1986, en la literatura mundial comenzaron a aparecer trabajos que relacionaron la aparición de fenómenos trombóticos arteriales y venosos, abortos recurrentes y trombocitopenia con la presencia de autoanticuerpos dirigidos contra fosfolípidos de carga negativa en las membranas celulares.1 Denominado inicialmente como síndrome anticardiolipina2 y, posteriormente, como síndrome antifosfolípido (SAF),3 este conjunto de signos y síntomas fue encontrado en pacientes con lupus eritematoso sistémico (LES).4 Aunque hasta el presente la mayor incidencia de estos anticuerpos y donde mejor se ha estudiado su asociación con las manifestaciones clínicas es el LES,5,6 también se ha reportado en otras enfermedades autoinmunes,7-9 infecciones,10 neoplasias,11 tratamiento con fármacos12 e incluso, en personas que no llegan a reunir criterios de alguna enfermedad conocida, entonces se designa como síndrome antifosfolípido primario (SAP).13-16

La necesidad de identificar esta entidad en personas con fenómenos trombóticos aparentemente inexplicables, así como en mujeres con abortos y muertes fetales recurrentes sin otra causa reconocible, requiere una considerable atención,17,18 por lo que hacemos esta revisión de los elementos de actualidad en diagnóstico y tratamiento.

DIAGNOSTICO

La mayoría de los autores consideran síndrome antifosfolípido (SA) a la presencia de trombosis arterial y/o venosa, abortos o muertes fetales a repetición y trombocitopenia (como manifestaciones aisladas o combinadas en presencia de la positividad de cual quiera de las pruebas que detectan anticuerpos antifosfolípidos (AAF), al menos en 2 determinaciones, con intervalo superior a 8 semanas.19-21

Los AAF pueden ser identificados mediante 3 métodos diferentes:

  1. Serología para sífilis falsamente positiva.
  2. Anticoagulante lúpico (AL).
  3. Anticuerpos anticardiolipina (AA).

PRUEBA PARA DETECTAR LOS AAF

SEROLOGIA PARA SIFILIS FALSAMENTE POSITIVA

La prueba serológica estándar no treponémica para detectar sífilis (VDRL) consiste en una floculación en suspensión que utiliza como substrato antigénico un compuesto fosfolipídico formado por cardiolipina-colesterol-leutina. Desde 1941 se reconoce como cardiolipina a un fosfolípido obtenible de corazón de buey que sirve como substrato antigénico para detectar dichos anticuerpos. La positividad del VDRL con pruebas treponémicas negativas es un indicador indirecto de AAF.20 Este falso positivo siempre lo es a título bajo (< 1/8), mientras que en la sífilis (reagina luética presente) se detecta a título alto.22

ANTICOAGULANTE LUPICO

El anticoagulante lúpico (AL) es un grupo heterogéneo de autoanticuerpos del tipo IgG o IgM dirigido contra fosfolípidos cargados negativamente que intervienen en la coagulación.20 Se sospecha la presencia de AL ante la prolongación del tiempo parcial de tromboplastina activado (TPTA) en 6-10 segundos con respecto al control, no se corrige al agregar plasma normal,23,24 lo que hace excluir el déficit de factores.

La potencia del AL puede expresar se como la razón entre el TPTA del paciente y el del control, o como la máxima dilución del plasma del enfermo que es capaz de prolongar el TPTA.23 Otras técnicas para determinar AL son la prueba de Exner,24 el tiempo de inhibición de la tromboplastina hística, la prueba de veneno de serpiente de Russel y la prueba de saturación con fosfolípidos plaquetarios.25

ANTICUERPOS ANTICARDIOLIPINA

En los últimos años ya se pueden detectar de forma directa los anticuerpos anticardiolipina (ACA) mediante radioinmunoensayo (RIA),26 y, más recientemente, por enzimoinmunoensayo (ELISA);27 estos métodos tienen la ventaja de ser más rápidos, estandariza bles, cuantificables y además, discriminan la naturaleza de los anticuerpos (IGG y/o IgM).20 La reciente asociación de títulos altos o moderados persistentes de IgG con los fenómenos trombóticos le confiere gran importancia a la prueba.5

Se ha observado cierta correlación entre la presencia de VDRL falsa positiva, AL y AA, si bien pueden hallarse de forma independiente.28

MANIFESTACIONES CLINICAS

Los AAF han sido relacionados con un conjunto de manifestaciones clínicas clasificadas como mayores y menores.21 Las 4 manifestaciones mayores son: los fenómenos trombóticos arteriales, fenómenos trombóticos venosos, abortos o muertes fetales recurrentes y trombocitopenia. Las manifestaciones menores son: las que aparecen con menos frecuencia pero que también se asocian a los AAF; entre las más relevantes se encuentran las neurológicas, las cutáneas, la lesión valvular cardíaca y la anemia hemolítica.

MANIFESTACIONES MAYORES

El principal rasgo asociado al SAF son las trombosis, tanto arterial como venosa, lo cual se distingue de otros muchos trastornos por hipercoagulabili dad.5 Esta trombosis intravascular se expresa clínicamente en forma de episodios recurrentes y las manifestaciones clínicas dependen del territorio afectado.29

El territorio arterial mas implicado es el intracraneal, se hace evidente por ataques transitorios de isquemia (ATI) o estableciendo áreas de infartos únicos o múltiples, lo cual puede, incluso, evolucionar a demencia multiinfarto.30,31

Las trombosis intracardíacas,1 el infarto del miocardio,32 la hipertensión pulmonar,33 la trombosis de la arteria mesentérica,34 la necrosis avascular de la cadera35 y la enfermedad de Addison por trombosis adrenal,36 han sido reportados como parte del fenómeno trombótico del SAF. Los vasos arteriales periféricos y los distales pueden afectar se y producir gangrena.37

En el sistema venoso predominan las localizaciones profundas y superficiales de los miembros inferiores con tromboembolismo pulmonar asociado o sin él.38 También hay casos reportados con trombosis en las venas subclavia y axilar,39 vena suprahepática (síndrome de Budd-Chari),40 vena renal,41 porta,42 vena central de la retina,43,44 y enferme dad venooclusiva hepática.45 Los abortos y muertes fetales a repetición son expresión del fenómeno trombótico e isquémico a nivel placentario que, por lo regular, comienza desde las etapas más tempranas del embarazo.46 Las pérdidas fetales por esta causa pueden ocurrir en cualquier período del embarazo47 y su frecuencia se estima en el 96 % de las mujeres con AAF.48

La trombocitopenia rara vez es inferior a 50 000 y casi nunca da lugar a manifestaciones clínicas.49 El mecanismo responsable de la inducción de AAF es aún un enigma.1 La trombosis y la trombocitopenia no tienen un mecanismo que las explique claramente, pero su asociación clínica con los AAF es evidente, lo que se ha hecho dependiente de la reactividad plaquetaria y endotelial.50 Se supone que estos anticuerpos también actúen sobre componentes intrínsecos de la coagulación tales como la proteína C, la proteína S y la protrombina.1 Recientemente se ha encontrado la participación de una B2 glucoproteína como cofactor necesario para que los AAF activen las plaquetas.51 Las plaquetas también pueden ser afectadas por inmunocomplejos y autoanticuerpos para superficies glucoproteicas de forma similar a como ocurre en la clásica púrpura trombocito pénica inmunológica. La anemia hemolítica se puede explicar por este mecanismo.1,3,52

MANIFESTACIONES MENORES

Estadísticamente se le ha encontrado asociación con los AAF, pero no hay un mecanismo patogénico que lo explique con claridad. Aunque no forman parte de los criterios diagnósticos del síndrome, estas manifestaciones aún continúan descubriéndose.

Las manifestaciones neurológicas reportadas con mayor frecuencia son: epilepsia,53 migraña,54 corea55 y mielitis transversa.56

Las manifestaciones cutáneas incluyen livedo reticular,57 fenómeno de Raynaud,58 úlceras cutáneas no relacionadas con insuficiencia venosa y lesiones maculares o nodulares que remedan vasculitis.59

La asociación de livedo reticularis (LVR), hipertensión arterial (HTA) y accidente vascular encefálico (AVE) se conoce como síndrome de Sneddon;60 actualmente se considera como un subtipo del SAP pues estos pacientes presentaban una alta incidencia de AAF.61 La hipertensión arterial, por su parte, puede aparecer en pacientes con AAF sin la clásica nefritis del LES, hasta el momento no se ha aclarado su mecanismo de producción.4

La lesión valvular cardíaca se presenta como insuficiencia cardíaca, la válvula mitral y la aórtica son las más afectadas por orden de frecuencia.62-65

También se ha descrito, en estos pacientes la anemia hemolítica con prueba de Coombs positiva.3

TRATAMIENTO

Las bases del tratamiento en estos pacientes no están todavía establecidas, aún existen controversias.23 El trata miento profiláctico en aquellas personas que tienen AAF sin manifestación clínica no está indicado, pues sólo el 30 % de ellos van a desarrollar el síndrome.66 Los fenómenos trombóticos tanto arteriales como venosos son indicación de tratamiento anticoagulante. La duración del tratamiento debe ser la indicada habitualmente para dicho fenómeno trombótico, aunque algunos autores sugieren que sea indefinido para prevenir las recurrencias, ya que están descritas cuando se retira la anticoagulación.67 En los pacientes con fenómenos trombóticos, a pesar del tratamiento anticoagulante, se ha recomendado el tratamiento inmunosupresor asociado.22

No está claro el papel que pueden desempeñar los esteroides, inmunosupresores y recambio plasmático, pues aunque capaces de bajar los niveles de los AAF, al retirarlos, suelen volver a elevarse los títulos.22 Tampoco está claro el papel de los antiagregantes plaquetarios en la prevención de estos fenómenos, pero algunos autores recomiendan el dipiridamol.66

Con el propósito de evitar la recurrencia en pacientes con eventos trombóticos cerebrales, está recomendado el uso simultáneo de heparina y esteroides asociados a azatioprina o ciclofosfamida.68

En toda embarazada con positividad de AAF se debe evitar el aborto o muerte fetal con el uso de pequeñas dosis diarias de ácido acetil salicílico (ASA) desde los primeros momentos de la gestación. La dosis diaria indicada según diferentes autores puede ser 75 mg,3 o 100 mg.69 Si hay historia previa de trombosis, abortos o muerte fetal, está recomendado el uso simultáneo de ASA y prednisona en dosis diaria oral de 40 mg70 o de ASA y heparina subcutánea 10 000 uds en 2 subdosis diarias.71 También se han reportado otras modalidades de trata miento, tales como: recambio plasmático,72 y uso de inmunoglobulinas intravenosas a altas dosis.73

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

  1. Hughes GRV. The antiphospholipid syndrome: ten years on. Lancet 1993;342:341-4.
  2. Hughes GRV, Harris EN, Gharavi AE. The anticardiolipin syndrome. J Rheumatol 1986;13: 486-9.
  3. Khamashta MA, Hughes GRV. Antiphospholipid syndrome: a common cause of thrombosis. BMJ 1993;307:883-4.
  4. Asherson RA, Harris EN. Anticardiolipin antibodies: clinical associations. Postgrad Med J 1986;62:1081-87.
  5. Petri M, Rheinschmidt M, Whriting-O Keefe Q, Hellman D, Corash L. The frecuency of lupus anticoagulant in systemic lupus erytematosus. Ann Intern Med 1987;106:524-31.
  6. Love PE, Santoro SA. Antiphospholipid antibodies, anticardiolipin and the lupus anticoagulantnin systemic lupus erytematosus (SLE) and in non-SLE disorders. Ann Intern Med 1990;112:682-98.
  7. Monoussakis MN. Gharavi AE, Drosos AA, Kitridou RC, Moutsopoulos HM. Anticardiolipin antibodies in unselected autoinmune rheumatic disead patients. Clin Immunol Inmunopathol 1987;44:2997.
  8. Buchanan RC, Wardiam JR, Riglar AG, Littlejohn GO, Miller MH. Antiphospholipid anti-bodies in the conective tissue diseases: their relation to the antiphospholipid syndrome and forme fruste disease. J Rheumatol 1989;16:751-61.
  9. Fort JG, Gowchoc S, Abruzzo JL. Anticardiolipin antibodies in patients with rheumatic disease. Arthritis Rheum 1987;30:752-60.
  10. Vaarala D, Palauso T, Kleemola M, Aho K. Anticardiolipin antibodies in acute infections. Clin Inmunol Inmunopathol 1986;41:8-15.
  11. Ordi J, Barquinero J, Montalban J, Selva A, Vilardell M. Anticardiolipin antibodies in patients whit lupus anticoagulant without systemic LE. Clin Exp Rheumatol 1988;6:198.
  12. Canoso RT, Olivera RM. Chlorpromazine induced anticardiolipin antiboidies and lupus anticoagulant: abscense of thrombosis. Am J Hematol 1988;27:272-5.
  13. Asherson RA. A primary antiphospholipid syndrome? J Rheumatol 1988;15:1742-6.
  14. Alarcón Segovia D. Síndrome antifosfolípido primario. III. Congreso Catalá de Medicina Interna. Ann Med (Barc) 1988;74.
  15. Mackworth-Young CG, Loizou S, Walport MJ. Primary antiphospholipid syndrome: feature of patients with raised anticardiolipin antibodies and no other disorder. Ann Rheum Dis 1989;48:362-7.
  16. Asherson RA, Khamastha MA, Ordi J. Primary antiphospholipid syndrome: major clinical and serogical features. Medicine 1989;68:366-74.
  17. Brown HL. Antiphospholipid antibodies and recurrent pregnancy loss. Clin Obstet Gynecol 1991;34:17-26.
  18. Rote NS, Walter A, Lyden TW. Antiphospholipid antibodieslobsters or red herrings?. Am J Reprod Inmunol 1992;28:31-7.
  19. Mateo L, Juanola X, Nolla JM, Blanco J del Rubio F, Roig Escofet D. Síndrome antifosfo-lípido en pacientes afectos de espondilitis anquilosante. Presentación de dos casos. Med Clin (Barc) 1992;98:381-3.
  20. Monereo A, Lahoz C, Khamashta MA, Gil A, Arribas JR, Arnalich F. Anticuerpos antifosfolípidos. Rev Clin Esp 1988;183:478-84.
  21. Alarcón Segovia D, Sánchez Guerrero J. Primary antiphospholipid syndrome. J Rheumatol 1989;16:482-8.
  22. Harris EN, Gharavi AE, Hughes GRV. Antiphospholipid antibodies. Clin Rhem Dis 1985;11:591-609.
  23. Camps García MT, Gutiérrez Rueda A, Guil García M, Perello-González Moreno I, García Portales R, Belmonte López A et al. Manifestaciones clínicas y analíticas del syndrome de anticuerpos antifosfolípido primario. An Med Intern 10(12):576-82.
  24. Exner T, Triplett DA, Taberner DA, Howard MA, Harris EN. Comparison of test methods of the lupus anticoagulant international survey on lupus anticoagulants-1 (ISLA-1). Thromb Haemost 1990;64:478-84.
  25. Font J, Casals FJ, Cervera R. Sensibilidad de las diferentes pruebas de laboratorio en la detección del anticoagulante lúpico. Biol Cllin Hematol 1988;10:79-86.
  26. Harris EN, Gharavi AE, Boey ML. Anticardiolipin antibodies: detection by radioinmunoassay and association with thrombosis in systemic lupus erythematosus. Lancet 1983:1211-14.
  27. Loizou S, Mc Crea JD, Rudge JC. Measurement of anticardiolipin antibodies by and enzime-linked inmunosorfent assay (ELISA). Standarization and quantitation of results. Clin Exp Inmunol 1985;62:738-43.
  28. Triplett DA; Brandt JT, Musgrave KA, Orr CA. The relatioship between lupus anticoagulants and antibodies to phospholipid. JAMA 1988;259:550-4.
  29. Hughson MD, Mc Carty GA, Sholer CM, Brumback RA. Thrombotic cerebral arteriophaty in patients with the antiphospholipid syndrome. Mod Pathol 1993;6(6):644-53.
  30. Asherson RA, Khamastha MA, Gil A. Cerebrovascular disease and antiphospholipid antibodies in systemic lupus erythematosus, lupus like disease, and the primary antiphospholipid antibody syndrome. Am J Med 1989;86:391-9.
  31. Asherson RA, Mercy D, Phillips G. Recurrent stroke ant multi-infarct dementia in SLE associated with antiphospholipid antibodies. Ann Rheum Dis 1987;46:605-11.
  32. Hamsten A, Norberg R, Bjorkholm M, de Faire V, Holm G. Antiboodies to cardiolipin in young survivers of myocardial infarction: an association with recurrent cardiovascular events. Lancet 1986;1:113-6.
  33. Asherson RA, Mackworth-Young CG, Boey ML, Harris EN, Hughes GRV. Pulmonary hypertension in SLE: a reported of 3 cases. J Rheumatol 1986;12:416-8.
  34. Asherson RA, Morgan SH, Harris EN. Arterial occlusion causing large bowell infarction a reflection of clotting diathesis in SLE. Clin Rheumatol 1985;5:102-6.
  35. Lavilla P, Gil A, Khamashta MA, Vázquez JJ. Necrosis ósea avascular y lupus eritematoso sistémico. Rev Clin Esp 1987;181:289-90.
  36. Asherson RA, Hughes GRV. Addison's disease in the "primary" antiphospholipid syndrome. Ann Rheum Dis 1989;16:378-80.
  37. Asherson AE, Derksen RH, Harris EN. Large Vassel ocllussion and gangrene in systemic lupus erythematosus and lupus-like disease. A report of six cases. J Rheumatol 1986;13:740-7.
  38. Mueh JR, Herbst KD, Rappaport SI. Thrombosis in patients with the lupus anticoagulant. Ann Intern Med 1980;92:156-9.
  39. Morano L, López A, Vázquez O, Amador L. Trombosis venosa profunda del miembro superior en el síndrome antifosfolípido primario. Med Clin (Barc) 1992:98:155.
  40. Asherson RA, Thompson RPH, Maslachlan N. Budd-Chiari syndrome, visceral arterial oclusions, recurrent fetal lors and the lupus anticoagulant in systemic lupus erythematosus. J Rheumatolol 1989;16:219-24.
  41. Renal vein thrombosis in systemic lupus erythematosus: association with anticoagulant. Clin Exp Rheum 1984;2:75-9.
  42. Ordi J, Vargas V, Vilardell M. Lupus anticoagulant and portal hypertension. Am J Med 1988;84: 566-8.
  43. Vermylen J, Blockmans D, Spitz B, Deckmyn H. Thrombosis and inmune disorders. Clin Haematol 1986;15:393-411.
  44. Lechner K, Pabinger-Fasching I. Lupus anticoagulant and thrombosis. Haemostasis 1985;15: 256-62.
  45. Pappas SC, Malone DG, Rabin L, Hoobnagle JH, Jones EA. Hepatic venooclusive disease in a patient with sysetmic lupus erythematosus. Aarthritis Rheum 1984;27:104-7.
  46. Hayslett JP. The effect of SLE on pregnancy and pregnancy outcome. Am J Reprod Inmunol 1992;28:199-204.
  47. Derve G, Englert HJ, Harris EN. Fetal lors in systemic lupus: association with anticardiolipin antibodies. J Obstet Gynecol 1985;5:207-9.
  48. Camps MT, Gutiérrez A, Guil M, Sedeño J, García R, Belmonte a et al. Anticuerpos anaticardiolipina en mujeres con abortos de repetición. Estudio de casos y controles. An Med Intern 1992;9:585-90.
  49. Gastineau DA, Francis JK, Nichols WL, Bowie EJM. Lupus anticoagulant: an analysis of the clinical and laboratory features of 219 cases. Am J Haematol 1985;19:265-75.
  50. Hasselar P, Derksen RHNM, Blokzzisf L, de Groat PG. Cross reactivity of antibodies direct against cardiolipin, DNA, endothelial cells and blood platelets. Throm Haemost 1990;63:1989-73.
  51. Shi Wei,Chong BH, Chesterman CN. B2 Glycoprotein 1 is a requierment for anticardiolipin antibodies binding to activated platelets diference with lupus anticoaglants. Blood 1993;81: 1255-62.
  52. Deleze M, Oria CV, Alarcon Segovia D. Ocurrence of both hemolytic anemia and thrombocitopenic purpura (Evans syndrome) in systemic lupus erythematosis. Relationship to antiphospholipid antibodies. J Rheumatol 1988;15:611-5.
  53. Herranz MT, Rivier G, Khamashta MA, Blaser KV, Hughes GRV. Association between antiphospholipid antibodies and epillepsy in patients with SLE. Arthritis Rheum (en prensa).
  54. Robbins L. Migraine and anticardiolipin antibodies: case report of 13 patients, and the prevalence of antiphospholipid antibodies in migraneurs. Heodache 1991;31:536-9.
  55. Asherson RA, Hughes GRV. Antiphospholipid antibodies and Corea. J Rheumatol 1988;15: 377-9.
  56. Lavalle C, Pizarro S, Drekard C. Transverse myelitis. A manifestation of systemic lupus erythematosus strongly associated with antiphospholipid antibodies. J Rheumatol 1990;17:34-37.
  57. Asherson RA, Mayou SC, Merry P, Block MM, Hughes GRV. The spectrum of livedo reticularis and anticardiolipin antibodies. Br J Dermatol 1989;120:215-21.
  58. Naldi L, Locati F, Marchesi L, Cortelazzo S, Finazzi G, Galli M, et al. Cutaneous manifestations associated with antiphospholipid antibodies in patients with suspected primary antiphospholiid syndrome: a case control study. Ann Rheum Dis 1993;52(3):219-22.
  59. Asherson RA, Cervera R. Antiphospholipid syndrome. J Invest Dermatol 1993;100(1):218-78.
  60. Sneddon IB. Cerebral vascular lesions in livedo reticularis. Br J Dermatol 1965;77:180-5.
  61. Schulze-Lohoff E, Krapf F, Bleil L. IgG containing inmune complexes and antiphospholipid antibodies in patients with Sneddon's syndrome. Rheum Int 1989;9:43-8.
  62. Khamshta MA. Cervera R, Asherson RA, Font J, Gil A, Coltart PJ. Association of antibodies against phospholipids with heart valve disease in systemic lupus erythematosus. Lancet 1990;335:1541-4.
  63. Sturfelt G, Eskilsoon J, Nived D, Truedsson L, Valind S. Cardiovascular disease in systemic lupus erythematosus: a study of 75 patients from a defined population. Medicine (Baltimore) 1992:216-23.
  64. Cervera R, Font J, Paré C. Cardiac disease in systhemic lupus erythematosus: prospective study of 70 patients. Ann Rheum Dis 1992;51:156-9.
  65. Galve E, Ordi J, Barquinero J, Evangelista A, Vilardell M, Soler-Soler J, Valvular hearth disease in the primary antiphospholipid syndrome. Ann Intern Med 1992;116:293-8.
  66. Khamastha M, Wallington T. Managment of the antiphospholipid syndrome. Ann Rheum Dis 1991;50:959-62.
  67. Asherson RA, Chan AKH, Harris EN, Gharavi AE, Hudghes GRV. Anticardiolipin antibody, recurrent thrombosis, and warfarin withdrawal. Ann Rheum Dis 1985;4:823-5.
  68. Braune S, Siekmann R, Vaith P, Lucking CH. Primary antiphospholipid antibody syndrome and cerebral ischemia: report on acute intervention in two cases and literature review with emphasis on therapeutic options. Rheumatol Int 1993;13:168-74.
  69. Balasch J, Carmona F, López-Solo A, Font J, Creus M, Fábregues F et al. Louiu-Dose aspirin for prevention of pregnancy losses in women with primary antiphospholipid syndrome. Human Reproduction 1993;8(12):2234-9.
  70. Lubbe WF, Butler WS, palmer SJ, Liggins GC. Fetal survival after prednisone supression of maternal lupus anticoagulant. Lancet 1983:1:1361-3.
  71. Buchanan NM, Khamashta MA, Morton KE, Kerslake S, Baguley EA, Hughes GR. A study of 100 high risk luppus pregnancies. Am J Reprod Inmunol 1992;28(3-4):192-4.
  72. Out HJ, Bruinse HW, Derksen RHWM. Antiphospholipid antibodies and pregnancy loss. Hum Reprod 6:889-97.
  73. Scott JR, Ware Brach D, Koochenour NK, Ward K. Intravenous globulin treatment of pregnant patients with recurrent pregnancy loos sue to antiphospholipid and Rh inmunization. Am J Obstet Gynecol 1989;159:1055-6.
Recibido: 18 de enero de 1995. Aprobado: 18 de mayo de 1995.

Dr. Emilio Buchaca Faxas. Hospital Clinicoquirúrgico "Hermanos Ameijeiras", San Lázaro No. 701 entre Belascoaín y Marqués González, Centro Habana, Ciudad de La Habana, Cuba.

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons