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Revista Cubana de Medicina

versão impressa ISSN 0034-7523versão On-line ISSN 1561-302X

Rev cubana med v.38 n.2 Ciudad de la Habana abr.-jun. 1999

 

Hospital Clinicoquirúrgico "Hermanos Ameijeiras". Servicio de Neurología

Fístula traumática carótido-yugular

Dr. Jesús Pérez Nellar y Dr. Claudio Scherle Matamoros

Resumen

Se planteó que las fístulas arteriovenosas entre la carótida externa y la yugular son raras. Se presentó un caso con una comunicación traumática entre la arteria carótida externa y la vena yugular, la cual cerró espontáneamente después de 2 años de establecida. Se comprobó que una conducta expectante puede ser una alternativa al tratamiento endovascular en algunos pacientes con este tipo de fístula.

Descriptores DeCS: VENAS YUGULARES/lesiones; ARTERIA CAROTIDA EXTERNA/lesiones; FISTULA ARTERIOVENOSA/etiología; ACCIDENTES DE TRANSITO; ACCIDENTES POR CAIDAS.

Las fístulas entre la carótida externa y la vena yugular pueden ser de origen congénito1 o adquirido, fundamentalmente secundarias a traumatismo craneal o del cuello.2

Los traumatismos pueden provocar afecciones vasculares como la disección arterial, trombosis, pseudoaneurismas, ruptura de la arteria y fístula arteriovenosa.2 La historia natural de estas lesiones no es bien conocida.3 Hemos tenido la oportunidad de atender a una paciente que presentó una fístula traumática entre la carótida externa y la yugular, la cual se cerró espontáneamente después de 2 años de establecida.

Presentación del caso

Una mujer de 51 años fue atropellada por una bicicleta cayó de espaldas al pavimento y se golpeó en la región occipital. Fue conducida a un centro hospitalario en estado de estupor, recuperó la conciencia en el curso de 8 h. En los días posteriores al trauma presentó trastornos de conducta que motivaron su hospitalización por 30 d.

Meses después continuaba con molestias importantes, su carácter era intolerable, había perdido las inhibiciones sociales, tenía dificultades para recordar sucesos de la vida cotidiana, se quejaba de cefalea y de un tinitus pulsatil, el cual comenzó siendo transitorio, se presentaba varias veces al día durante algunos minutos, su intensidad y duración aumentó progresivamente y 1 año después del accidente era continuo e intolerable, por lo cual acudió a nuestra consulta.

El examen físico general fue normal, su tensión arterial era de 110/70 y la frecuencia del pulso de 76 por minuto.

La paciente tenía una anosmia bilateral, así como un trastorno ligero de la memoria reciente y alteraciones neuropsicológicas relacionadas con afección de lóbulos frontales.

Se detectó un soplo que se podía escuchar en la región retroauricular derecha y tercio superior del cuello.

La tomografía axial computadorizada mostró una zona hipodensa bifrontal secundaria a la contusión cerebral (fig. 1). Se realizó estudio ecodoppler de los vasos del cuello, al sospechar la existencia de una fístula entre la carótida externa y la yugular. La angiografía cerebral (fig 2) demostró la fístula entre la carótida externa y la vena yugular. Se propuso a la paciente un tratamiento endovascular para intentar cerrar la fístula, pero no estuvo de acuerdo.

Figura 1
Fig. 1. Tomografía axial computadorizada que muestra una zona hipodensa bifrontal secundaria a la contusión cerebral.
Figura 2
Fig. 2. Angiografía cerebral que demuestra la comunicación entre la rama occipital de la arteria carótida externa y la vena yugular.

Unos 8 meses después comenzó a notar que la intensidad del soplo estaba disminuyendo y después del año de observación había desaparecido completamente, la auscultación era normal. El ecodoppler realizado en este momento fue normal.

Discusión

En la enferma que estudiamos deben haber ocurrido modificaciones estructurales en los vasos involucrados que expliquen la resolución espontánea de la fístula después de 2 años de tratamiento. Jones y otros4,5 estudiaron los efectos, a largo plazo, de la fístula experimental carótido-yugular. El estrés hídrido asociado a la fístula causa una atrofia mural severa y cambios proliferativos en la íntima de la arteria, similares en naturaleza a los de la aterosclerosis. Cambios vasculares de este tipo pueden haber ocurrido en este caso, facilitando el cierre de la comunicación arteriovenosa. Aunque hay informes alentadores sobre el tratamiento endovascular en las fístulas entre la carótida externa y la yugular, 6 una conducta expectante pudiera ser una alternativa para el médico en algunos casos.

Summary

It is stated that arteriovenous fistulae between external carotid artery and jugular vein are uncommon. A case characterized by a traumatic communication between external carotid and jugular vein was presented in which such communication closed spontaneously after two years. It was proved that a waiting behaviour may be an alternative for endovascular treatment in some patients affected by this type of fistula.

Subject headings: JUGULAR VEINS/injuries; CAROTID ARTERY EXTERNAL/injuries; ARTERIOVENOUS FISTULA/etiology; ACCIDENTS, TRAFFIC; ACCIDENTAL FALLS.

Referencias bibliográficas

  1. Tekkok IH, Akkurt C, Suzer T, Ozcan OE. Congenital external carotid-jugular fistula: report of two cases and a review of the literature. Neurosurgery 1992;30(2):272-6.
  2. Bula WI, Loes DJ. Trauma to the cerebrovascular system. Neuroimaging Clin North Am 1994;4(4):753-72.
  3. Perry MO. Complications of missed arterial injuries. J Vasc Surg 1993;17(2):399-407.
  4. Jones GT, Stehbens WE. The ultraestructure of arteries proximal to chronic experimental carotid-jugular fistulae in rabbits. Pathology 1995;27(1):36-42.
  5. Jones GT, Martin BJ, Stehbens WE. Endotelium and elastic tears in the afferent arteries of experimental arteriovenous fistulae in rabbits. Int J Exp Pathol 1992;73(4):405-16.
  6. Gobin YP, García de la Fuente JA, Herbratau D, Houdart E, Merland JJ. Endovascular treatment of external carotid-jugular fistulae in the parotid region. Neurosurgery 1993;33(5):812-6.
Recibido: 18 de diciembre de 1998. Aprobado: 25 de febrero de 1999.

Dr. Jesús Pérez Nellar. Hospital Clinicoquirúrgico " Hermanos Ameijeiras" San Lázaro No. 701 entre Belascoaín y Marqués González, Centro Habana, Ciudad de La Habana, Cuba.

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