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Revista Cubana de Pediatría

versión impresa ISSN 0034-7531versión On-line ISSN 1561-3119

Rev Cubana Pediatr v.67 n.1 Ciudad de la Habana ene.-abr. 1995

 

Hospital Pediátrico Docente "William Soler"

Efecto de la suplementación con cinc en la recuperación nutricional

Dr. Oscar Grandío Zequeira,1 Dr. Lázaro Alfonso Novo, 1 Dr. Manuel Amador García2 y Dr. Leandro Sánchez Peralta1
  1. Hospital Pediátrico Docente "William Soler".
  2. Instituto de Nutrición e Higiene de los Alimentos.

RESUMEN

Se estudiaron 60 niños menores de 1 año de edad con malnutrición proteicoenergética primaria, ingresados en el Hospital Pediátrico Docente "William Soler", entre julio de 1992 y diciembre de 1992. La muestra se dividió en 2 grupos de 30 pacientes cada uno; uno de ellos grupo estudio y el otro grupo control. Se les realizó valoración antropométrica con frecuencia semanal y se dosificó el cinc plasmático al inicio de la recuperación nutricional, y a los 60 días escogidos aleatoriamente se le suministró al grupo estudio una dosis diaria de 10 mg de sulfato de cinc y un placebo al grupo control. El grupo con suplemento dietético de cinc elevó el valor de cinc plasmático de manera significativa, así como las variables antropométricas y el indicador peso/talla, con una recuperación del 80 % en las primeras 8 semanas. Las infecciones intercurrentes fueron menores en el grupo suplementado, y la recuperación se vio favorecida a los 60 días con la suplementación de cinc.

Palabras clave: RECUPERACION NUTRICIONAL/métodos; DESNUTRICION PROTEICO CALORICA/terapia; ANTROPOMETRIA; CINC/uso terapéutico; LACTANTE.

INTRODUCCION

Algunos autores recomiendan dosis profilácticas de cinc en el síndrome de hipocrecimiento, malnutrición proteico-energética, síndrome de malabsorción intestinal, síndrome de Down, acrodermatitis enteropática, anemia gravídica y parto pretérmino.

Otras fuentes (Cruz Hernández y Okonofua) aconsejan la suplementación en el recién nacido de bajo peso, embarazo, retraso físico, pedagógico, mucovicidosis y hepatopatías.

Golden y Golden encontraron que la ingestión y la biodisponibilidad de cinc durante la recuperación nutricional, pueden influir de manera favorable sobre el grado de aceleración del crecimiento y sobre la composición del nuevo tejido, formado particularmente en la masa celular activa.

Esta investigación se concibió sobre la base de una amplia revisión del cinc y su suplementación.1-5

Teniendo en cuenta que en Cuba oficialmente no está incluido el cinc en el tratamiento terapéutico al paciente malnutrido por defecto, fue lo que motivó a realizar una investigación donde se indagara sobre los efectos de la suplementación del cinc.

MATERIAL Y METODO

Se estudiaron 60 pacientes con malnutrición por defecto, ingresados en el Hospital Pediátrico Docente "William Soler", en el período comprendido entre julio de 1992 y diciembre de 1992, los que fueron divididos en 2 grupos de 30 pacientes cada uno, uno de los cuales se utilizó como control.

CRITERIOS DE INCLUSION EN EL ESTUDIO

  • Niños con edades inferiores a 12 meses, de uno y otro sexos.
  • Malnutridos por defecto (niños con peso para la talla P/T inferior al 3er percentil).
  • Malnutridos de etiología primaria, y se excluyó por ende a aquéllos que tenían una afección que condicionaban su malnutrición (secundaria) o los que en algún momento habían sido alimentados con fórmula basal de carne.

ESTUDIO Y SEGUIMIENTO DE LOS PACIENTES

Los pacientes incluidos en el estudio se seleccionaron mediante una tabla aleatoria.

Todos los pacientes incluidos en el estudio, al ingreso en el servicio y con frecuencia semanal, se evaluaron antropométricamente. Este trabajo se realizó por una técnica en antropometría según las pautas de la metodología establecida.6

Los parámetros somatométricos que se tomaron en consideración en esta investigación fueron los siguientes:

  • Peso corporal en kg con la utilización de la balanza para lactantes marca Detecto, en gramos, con error de 0,1 g.
  • Longitud supina en cm, mediante el infantómetro marca Harpenden, con una aproximación de 0,1 g y amplitud de 0 - 1 000 mm.
  • Circunferencia cefálica y del brazo, con una cinta métrica inextensible graduada en cm y con una aproximación de 0,1 cm.
  • Pliegues cutáneos, con un calibrador de grasa Holtain, con amplitud de 0 - 45 mm y presión constante de 10 g/mm2 en la superficie de contacto de la abertura.
  • La talla, peso, circunferencia cefálica y del brazo se compararon con los valores nacionales de crecimiento y desarrollo.6
Todas las medidas realizadas semanalmente se recogieron en un modelo creado para el seguimiento de las evoluciones antropométricas.

En cuanto al peso corporal, se empleó un modelo cuadriculado que relaciona los kilogramos (de 1,0 a 9,0) y las semanas, éstas a su vez se subdividen en días con la finalidad de poder ilustrar gráficamente de una forma más precisa la evolución del peso.

Se consideró de interés relacionar gráficamente según el sexo, el peso para la edad en curvas percentiles.

A partir de algunas medidas anteriores se obtuvo el índice siguiente:

Indice de masa corporal (IMC):

      Peso corporal en kg  IMC = --------------------        Longitud supina en m2
Para el IMC y su relación en percentiles se utilizaron las tablas de Esquivel y Rubí.7

Estos pacientes se siguieron evolutivamente hasta su recuperación nutricional, y se consideraron recuperados cuando alcanzaron un peso para la talla por encima del percentil 10 de los valores cubanos, 6 así como de ser portadores de los signos descritos en los objetivos específicos.

A cada paciente se le realizó un examen físico general, con la inclusión de los signos de recuperación nutricional, y se plasmó todo en la historia clínica y modelos.

Se hizo especial énfasis en la aparición de infecciones intercurrentes, su localización y severidad, así como su repercusión en la recuperación nutricional.

A todos los pacientes se les tomó muestra por punción venosa periférica, para determinar cinc en plasma por el método espectrofotométrico de absorción atómica, con llama de aire-acetileno, al inicio de a investigación y a los 60 días. Por el método antes descrito los valores normales del cinc son: 10,4 mmol/L - 14,4 mmol/L.

A una mitad de la muestra (30 pacientes) se le suministró un suplemento dietético de cinc en forma de sulfato de cinc, equivalente a 10 mg de dicho oligoelemento (10 mg-5 mL) aceptado universalmente sin que se produzcan efectos adversos, y se le consideró grupo estudio. A la otra mitad de la muestra (30 pacientes), considerada como grupo control, se le suministró un placebo. Se aportó una dosis única diaria en horas de la mañana.

Se realizó una comparación simultánea entre el grupo estudio y el grupo control; la evaluación se realizó a doble ciegas y se seleccionaron ambos subgrupos por una tabla aleatoria.

Las 2 muestras siguieron igual régimen dietético, acorde con la malnutrición proteicoenergética, según los requerimientos calóricos establecidos, además del aporte vitamínico suplementario (vitaminas A y D2, C, complejo B y ácido fólico), con la diferencia de que el grupo estudio recibió suplemento de cinc y el grupo control no.

El análisis estadístico que se utilizó por la estadística descriptiva: método de verificación de hipótesis (prueba t de Student y X2 de Pearson).

Se consideró como dato significativo detectar como mínimo el 15 % de niños recuperados más tempranamente con suplementación de cinc.

RESULTADOS

La tabla 1 destaca el predominio del sexo masculino en ambos grupos.

La tabla 2 muestra un ascenso de los valores del cinc plasmático en el grupo estudio no así en el grupo control.

En la tabla 3 se presentan los valores iniciales y finales de la circunferencia braquial, pliegue de grasa tricipital e índice de masa corporal. Se observó el incremento de estas variables en el grupo estudio, a los 60 días de iniciada la suplementación.

Los valores de peso/talla destacan un ascenso progresivo más notorio en el grupo estudio (tabla 4).

En la tabla 5 los síntomas y signos clínicos de la recuperación nutricional se hicieron más evidentes en el grupo estudio.

El tiempo cuando se produce la recuperación se puede observar en la tabla 6. En el grupo estudio, 24 pacientes alcanzaron la total recuperación clínica en las primeras 8 semanas y los 6 pacientes restantes de ese grupo la alcanzaron entre las 9 y 16 semanas siguientes.

En el grupo control sólo 11 pacientes se recuperaron en las primeras 8 semanas, y los 19 casos restantes lo hicieron entre las 9 y 20 semanas siguientes.

En la tabla 7 se muestra la incidencia de infecciones intercurrentes más notorias en el grupo control.

DISCUSION

Diversos autores han estudiado la depleción de cinc en distintos estados de malnutrición por defecto,8,9 que las concentraciones del cinc son significativamente menores en comparación con grupos supuestamente sanos.

El plasma se ha utilizado para el estudio del cinc por varios investigadores.9,10

Las cifras de cinc que se informaron en estos casos se encuentran por encima de los valores expresados por Halsted y Smith,11 que presentan sus cifras en suero sanguíneo. En otras investigaciones donde el plasma sirvió de región biológica, el cinc presentó resultados semejantes.12

Diversas sales de cinc han sido utilizadas. Prasad, et al.13 utilizaron el acetato de cinc en concentraciones mucho más elevadas que las que se ofrecen en este trabajo. Alfonso, et al.5 administraron el sulfato de cinc en dosis de 28,4 mg de cinc elemental. Ronaghy, et al.14 emplearon carbonato de cinc con resultados alentadores.

Amador, et al.9 hallaron una correlación positiva entre las concentraciones de cinc en pelo y el valor porcentual del déficit de P/T. Bencomo, et al.15 han reportado cifras significativamente disminuidas de cinc en pelo de niños con retraso ponderal marcado. De igual forma el cinc intraeritrocitario ha sido relacionado con estados carenciales y de malnutrición.16

Las concentraciones plasmáticas de cinc (tabla 1) al inicio en el grupo estudio con sus valores X + DE, ascienden y describen una curva que responde a la suplementación dietética del micronutriente. El grupo control mantiene valores X + DE y curva de ascenso de cinc plasmático no tan elevados como los anteriores. Estos resultados parecen converger con los obtenidos por otros autores.15

Las variables somatométricas que se incluyen en las tablas 2, 3 y 4 tienen valores iniciales y finales que describen curvas ascendentes de mayor cuantía en el grupo de pacientes apoyados con cinc dietético. Estos aspectos particulares de variables antropométricas resultan de gran interés, cuando se tratan de correlacionar en momentos tan importantes como la recuperación nutricional.17

Jelliffe y Jelliffe18 confieren gran valor a la circunferencia del brazo, como indicador del estado de nutrición. En antropometría nutricional la circunferencia braquial y el pliegue tricipital marcan pautas en la recuperación. La primera nos permite estimar las reservas de proteína del organismo y el pliegue tricipital nos da información sobre la reserva energética.

El indicador P/T denota, según el análisis de la media y la desviación estándar, un progresivo aumento en el grupo con suplementación dietética de cinc. Se hace énfasis especial en estos resultados dada su capital importancia en la recuperación nutricional.5-15

La expresión clínica de la recuperación nutricional ha sido motivo de múltiples trabajos.19,20 Tomando en consideración los datos de la tabla 5 se puede afirmar que se requiere de una esmerada observación clínica para detectar la aparición de los primeros signos que anuncian la recuperación, a veces cuando aún los cambios cuantitativos del soma no se aprecian en todas sus potencialidades.21 La literatura médica consultada expresa, que en los pacientes que reciben suplemento dietético de cinc los signos cualitativos de recuperación se hacen manifiestos más temprano que en pacientes que no reciben suplemento del metal,22,23 lo cual concuerda con estos resultados.

La incidencia de infecciones intercurrentes en la desnutrición proteicoenergética es de gran importancia en cuanto a su pronóstico.

Cuando se relaciona el nivel plasmático del cinc, la suplementación dietética de éste y las infecciones, se comprueba que en pacientes a los cuales no se les aportó suplemento, la incidencia de infecciones es mayor. Esto se explica porque el cinc tiene funciones celulares que determinan cambios en la respuesta inmunológica del hombre. La activación de linfocitos cooperadores, la regulación de la actividad de macrófagos y neutrófilos y la protección de las membranas lisosomales son algunas de las funciones celulares del cinc.24 Otros autores citan la lactancia materna y las deficiencias vitamínicas estrechamente relacionadas con el cinc y las infecciones.25,26

En este estudio se destaca que la incidencia de infecciones respiratorias y digestivas es mayor en el grupo no suplementado, para coincidir este hecho con la recuperación nutricional más tardía en este grupo. Estos resultados de manera general se han reportado por otros autores.27,28

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

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Recibido: 21 de noviembre de 1994. Aprobado: 24 de noviembre de 1994.

Dr. Oscar Grandío. Hospital Pediátrico Docente "William Soler" Ave. San Francisco 10112, Altahabana, Ciudad de La Habana 10800, Cuba.

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