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Revista Cubana de Pediatría
versão On-line ISSN 1561-3119
Rev Cubana Pediatr v.67 n.1 Ciudad de la Habana jan.-abr. 1995
Síndrome del niño maltratado
Dra. C.M. Gaby Méndez González,1 Dr. Ricardo González Vergara,2 Dra. María de los A. Vizcaíno Londián3 y Dra. Leisy Ortega4- Doctora en Ciencias Médicas. Especialista de II Grado en Psiquiatría. Instructora Graduada.
- Especialista de I Grado en Cirugía Pediátrica. Instructor Graduado.
- Especialista de I Grado en Psiquiatría Infantil.
- Especialista de I Grado en Pediatría.
RESUMEN
Se abordó el estudio del síndrome del niño maltratado (SNM) y de su fase superior: el síndrome del niño golpeado (SNG), para constituir ésta una primera etapa de análisis, con vista a la creación de un programa de prevención. Se creó una encuesta cerrada que recopiló los datos más importantes del desarrollo del niño y de su medio social, así como el cuadro clínico del síndrome. Se pudo detectar una alta incidencia del alcoholismo y las sociopatías en las familias de los pacientes, ausencia de relaciones armónicas, con predominio de las hostiles, bajo nivel cultural, desvinculación laboral, malas condiciones económicas, hacinamiento y promiscuidad, así como el no deseo del embarazo por las madres. En las sesiones de psicoterapia se constató que la actitud familiar negativa hacia el niño tiene carácter inconsciente. Se recomienda la generalización del conocimiento del SNM y del SNG entre los profesionales de la salud, para ampliar el diagnóstico y su tratamiento multidisciplinario al medio familiar.Palabras clave: SINDROME DEL NIÑO MALTRATADO.
INTRODUCCION
Es sólo en 1962, con el artículo de Kempe "The battered child syndrome",1 que la profesión médica reconoce el síndrome del niño golpeado (SNG), a pesar de que este fenómeno cuenta con siglos de antigüedad. Posteriormente Fontana,2 propuso un síndrome de malos tratos, de definición más amplia: "El niño golpeado no es más que la última fase del espectro del síndrome de los malos tratos".Gregg,3 et al. han demostrado la relación entre los accidentes de la infancia y el maltrato infantil. Según Cupoli4 si un menor de 5 años presenta múltiples fracturas debemos pensar en la posibilidad del SNG, pues el 85 % de las fracturas accidentales ocurren después de los 5 años de edad, y en el 84 % de los casos son únicas y no múltiples.
Otros autores5,6 han observado que el maltrato infantil muchas veces está asociado con el abuso del alcohol y drogas por parte de los padres, el aislamiento social y la tensión conyugal.
Existen datos7,8 que sugieren que el tratamiento interdisciplinario coordinado del maltrato infantil puede reducir la aparición de nuevos daños, a pesar de que los niños permanezcan en sus hogares. Es fundamentalmente por esto que surgió la idea de la presente investigación, que podría sentar las bases para el desarrollo de un programa encaminado a prestar ayuda a la familia, en aras de una mejor protección de su descendencia.
MATERIAL Y METODO
El universo de trabajo se constituyó con todos los casos de maltrato infantil que se detectaron por los distintos servicios durante los primeros 5 meses de 1993: 24 en total.Se creó una encuesta cerrada que recopiló los datos más importantes del desarrollo del niño y de su medio social, así como el cuadro clínico del síndrome.
Los pacientes se dividieron en 2 grupos: A y B.
Grupo A, correspondiente al síndrome del niño maltratado (SNM), con 20 niños (18 varones y 2 hembras), los cuales sufrían de maltrato o descuido infantil, pero que no eran agredidos físicamente de manera marcada por sus familiares.
Grupo B, en el que está presente el SNG, con 4 niños (3 varones y 1 hembra), que han recibido agresión física grave por parte de algún familiar.
ANALISIS Y DISCUSION DE LOS RESULTADOS
La distribución de los casos según la edad y el sexo aparece en la tabla 1, donde se observa un marcado predominio del sexo masculino y una frecuencia mayor del síndrome en la edad escolar, entre los 5 y 12 años.Dentro de las manifestaciones negativas más frecuentes en las familias estudiadas sobresalen la discordia y las groserías; aunque, en general, ninguna de dichas familias está exenta de alguna de éstas (tabla 2).
En las conductas no ejemplarizantes en el hogar, el alcoholismo tiene la preponderancia; aunque, al igual que en las manifestaciones negativas del punto anterior, ninguna de las familias estudiadas está exenta de algunas de estas conductas desmoralizantes (tabla 3).
Con respecto a las actitudes negativas hacia el niño, la diferencia significativa que se observa entre los grupos A y B es la presencia de golpizas (maltratos físicos graves) en el grupo B, donde todos los niños presentaron el SNG. Sin embargo, es evidente una diferencia notable entre las actitudes negativas de las figuras maternas y paternas. Las primeras son más permisivas, inconsistentes en el manejo y tienen una actitud culpabilizante hacia el niño; esto contrasta con la actitud de las figuras paternas en las cuales se aprecia más rigidez y autoritarismo, intimidación, descuido y desatención a los niños (tabla 4).
Se reitera que en 9 hogares (45 %) del grupo A las figuras maternas y paternas tratan de obtener la disciplina del niño mediante el castigo físico; pero, al no ocasionar con esto lesiones físicas graves, no han sido incluidas en el grupo del SNG (grupo B).
Del total de 24 figuras maternas en ambos grupos (91 %), 22 son inconsistentes en el manejo del niño, lo que si bien constituye un error educativo, al menos permite en ocasiones la expresión de afectividad de las figuras maternas hacia sus hijos, y contribuye a que no pierdan su capacidad para amar, según se ha podido constatar en la consulta, en contraposición con lo reportado por la mayoría de los autores.
Según el diagnóstico psiquiátrico sólo 2 casos del grupo A habían sido vistos con anterioridad por un psiquiatra. Del total estudiado el 94 % presentó algún tipo de trastorno psiquiátrico y todas las familias eran disfuncionales, 11 de ellas completas y 13 incompletas (tabla 5).
Considerando que los tratamientos psiquiátricos son generalmente prolongados, no se pueden ofrecer datos más certeros de los resultados terapéuticos, aunque se puede decir que en la mayoría de los casos durante las sesiones de psicoterapia, se ha podido constatar que la actitud negativa hacia el niño tiene carácter inconsciente y las figuras maternas y paternas parecen mostrar interés en la solución de sus problemas (tabla 6).
Atendiendo a los aspectos socioeconómicos de la investigación se considera que la mayor importancia de este estudio está en el aspecto social, en tanto se persigue el reajuste familiar y la creación de medidas que coadyuven a la máxima disminución posible de estos hechos tan dolorosos, con lo que también podría lograrse la prevención de futuros casos, pues tanto nuestra práctica médica como la bibliografía especializada, señalan que los niños que sufren maltrato infantil serán los futuros agresores de su descendencia. Su aporte actual es la creación de la encuesta utilizada como instrumento de trabajo para recopilar los datos más importantes del desarrollo del niño y de su medio social, así como el cuadro clínico del síndrome, que representa de por sí un aporte científico, ya que no existía ningún instrumento de este tipo para el estudio del síndrome del niño maltratado, en Cuba.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
- Kempe CH, Silverman FN, Steele BF, Draegemueller W, Silver HV. The battered child syndrome, JAMA 1962;181:1.
- Fontana VJ. The maltreated child: the maltreatment syndrome in children. 2 ed. Sprinfield: Charles C. Thomas, 1971:4.
- Gregg CS. Infant injuries: accidents or abuse? Pediatrics 1969;44:434.
- Cupoli R. The violent home: a study of physical aggresion bands and wives. Beverly Hills, Sarge, 1987.
- Reece R. Fatal child abuse and sudden infant death syndrome: a critical diagnostic decision. Pediatrics 1993;91(2).
- Levental JM, Horwits SM, Rude C, Stier DM. Maltreatment of children born to teenage mothers: a comparison between the 1960's and 1980's. Pediatr 1993;122(2).
- Jordan EA, Duggen AK, Hardy JB. Injuries in children of adolescent mothers: home safety education associated with decused injury risk. Pediatrics 1993;91(2).
- Mc. Clain PW, Sacks JJ. Estimates of fatal child abuse neglect, Unites States, 1979 through 1988. Pediatrics 1993;91(2).
Dra. Gaby Méndez González. Hospital Pediátrico Docente "William Soler". Ave. San Francisco 10112, Altahabana, Ciudad de La Habana 10800, Cuba.