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Revista Cubana de Pediatría

versión impresa ISSN 0034-7531versión On-line ISSN 1561-3119

Rev Cubana Pediatr v.75 n.1 Ciudad de la Habana ene.-abr. 2003

 

Reporte de casos


Hospital Pediátrico Universitario "William Soler"
Departamento de Pediatría

Larvas migrans ganglionar. Presentación de un caso

Dra. María del Carmen Luis Álvarez,1 Dra. Martha Moroño Guerrero,2 Dra. Raquel Cabrera Panizo,3 Dra. Mabel González Alemán,3 Dra. Milagros Morales Leyva3 y Dr. Roberto Silva Aguiar4

Resumen


Las larvas migrans visceral cuya causa radica en la infestación con larvas de toxocara canis o cati, ocurre más frecuentemente en niños menores de 10 años. Se presenta el caso de un niño de 8 años de edad en el cual se diagnosticó larvas migrans ganglionar. Se comentan aspectos etioepidemiológicos de la enfermedad, su cuadro clínico y evolución. Se hace énfasis en las medidas higiénicas sanitarias de control y manipulación de excretas de animales domésticos, en este caso de perros y gatos.

DeCS: LARVA MIGRANS VISCERAL; VIGILANCIA SANITARIA.

La migración de las larvas de un parásito a los órganos internos de la economía se denominado larva migrans visceral.

El toxocara cati, toxocara canis y toxocara leonina son parásitos comunes de perros y gatos; su infestación en humanos ocurre cuando los huevos embrionados de estos helminto se ingieren generalmente por niños de corta edad.1

Presentación del caso

Pacientes de 8 años de edad, masculino con antecedentes de salud hasta 6 meses antes del ingreso, el cual muestra síndrome adénico y febrículas vespertinas. Cinco días antes del ingreso aparece fiebre elevada acompañada de astenia, náuseas y anorexia.

Examen físico

Al examen físico se constatan adenopatías cervicales de 1,5 a 2 cm de diámetro, visibles, de consistencia elástica, superficiales y ligeramente dolorosas a la palpación.

En la región axilar e inguinal presentaba adenopatías más pequeñas y no dolorosas.

A la palpación del abdomen se encontró hepatomegalia de 2 cm, no dolorosa, lisa. El resto del examen físico negativo.

Se plantea el estudio de un síndrome adénico y febril prolongado; dentro de las posibilidades diagnósticas se valoró la mononucleosis infecciosa, toxoplasmosis, hepatitis viral, citomegalovirus, salmonelosis, brucelosis y enfermedades malignas.

Exámenes complementarios

Hallazgos de laboratorio:

- Hb, 13,3 g/L; Hto. 041.
- Leucocitos: 11,9 ´ 109/L.
- Polimorfonucleares: 0,39.
- Linfocitos: 0,41.
- Eosinófilos: 0,20.
- Eritrosedimentación: 40 mm/hora.
- Determinación de inmunoglobulinas en sangre:

· Ig E 300 UI/mL.
· Ig G 27,2 g/L.
· Ig M 4,2 g/L.
· Hipergammaglobulinemia.

- Prueba de Mantoux: negativa.
- Paul Bunnell: 1,28; negativo.
- Prueba serológica para toxoplasma, citomegalovirus y brucelas: Negativo.
- Pruebas funcionales hepáticas: normales.
- Prueba serológica de Epstein Barr: Negativa.

Estudios radiológicos de tórax: normales

Ultrasonido abdominal: ligera hepatomegalia, el resto normal.
Laparoscopia con biopsia hepática: normal.
Medulograma: eosinofilia, resto, normal.
Biopsia por aspiración con aguja fina de ganglio cervical lateral izquierdo, donde se informa larva migrans (fig.).


FIG. Biopsia por aspiración con aguja fina (BAAF) de ganglio cervical, donde se observa Larva migrans.

El paciente no recibió tratamiento médico específico y en un período de 4 ó 5 meses después del alta desaparecieron los síntomas clínicos, tal como se reporta en la literatura médica.1

En nuestro paciente la enfermedad tuvo un tiempo de evolución espontánea de 10 a 11 meses.

Comentarios

La toxocariasis es una zoonosis transmitida al ser humano por la ingestión de material con huevos infectantes de toxocara canis o toxocara cati. Se acepta que el 20 % de los perros tienen toxocara canis, y la incidencia mayor se encuentra en los cachorros menores de 6 meses y excepcional en los mayores de 2 años; en el gato puede aparecer a cualquier edad.2,3

La enfermedad es autolimitada, pues las larvas se diseminan por el organismo, pero no alcanzan el estadio de parásito adulto.3,4

Clínicamente la enfermedad tiene diferentes formas de presentación; la infestación débil suele ser asintomática, en ocasiones sólo se encuentra en el paciente una eosinofilia persistente, otras veces puede aparecer fiebre que se observa en el 80 % de los casos; tos y estertores del 60 al 80 %; síntomas oculares como disminución de la agudeza visual, coriorretinitis y leucoria en el 10 % de los pacientes; también se observan síntomas neurológicos donde es más frecuentes son las convulsiones.1,4,5

Cuando la larva se aloja en el pulmón produce un cuadro clínico similar al asma (síndrome de Loeffler).6

La toxocariasis debe considerarse en niños con dolor abdominal crónico, cefalea, tos persistente y trastornos del sueño,2,7-9 con menos frecuencia aparecen náuseas, vómitos, pérdida de peso, lesiones cutáneas maculopopulosa urticariforme y la linfoadenopatía generalizada que es raramente reportada en la larva migrans visceral.5,10
La intensidad de las manifestaciones clínicas dependen del número de larvas y la respuesta del paciente.4,5
Los datos obtenidos por los exámenes complementarios de diagnóstico denotan con mayor frecuencia a la eosinofilia con la hipergammaglobulinemia con predominio de IgG, IgM y marcada elevación de IgE.1

En el hemograma se aprecia leucocitosis de moderada a severa.

Aumento de isohemaglutininas de tipo A y anti B.
Reacción de Elisa cuya sensibilidad alcanza del 70 al 90 %.
También se emplean punciones biópsicas en casos sistémicos con las cuales se puede observar la larva, no obstante tienen un bajo rendimiento, y permiten en la mayoría de los casos observar el granuloma sin lograr visualizar el agente.11

El pronóstico en las invasiones limitadas de larvas migrans visceral es bueno, excepto cuando las larvas migran a través del cerebro o del ojo, también el pronóstico es grave en las infestaciones extensas.3

La prevención debe tender a combatir la toxocariasis en gatos y perros e impedir la infestación de los niños. Para esto es importante llevar a cabo una educación sanitaria en la población, y recomendar el tratamiento de los cachorros.

Tratamiento

No se requiere tratamiento en la mayor parte de los casos, ya que los signos y síntomas suelen ser leves y remiten en semanas o meses; no obstante, cuando la enfermedad es grave o cuando la larva se aloja en el ojo, se ha utilizado dietilcarbamazina en dosis de 0,5 mg/kg/24 h durante 3 d, y aumentar gradualmente hasta 6 mg/kg/24 h durante 7 - 10 d.1

También se han usado el tiabendazol o mebendazol en las dosis habituales durante 5 d con buenos resultados.1,9 Sin embargo, existe discrepancia sobre el tratamiento, ya que la muerte de las larvas pueden inducir una respuesta inflamatoria que produzca mayor lesión hística que los parásitos encapsulados e inactivos.1

Nuestra observación sugiere que la toxocariasis debe ser incluida en el diagnóstico diferencial del síndrome febril prolongado acompañado de adenopatías y eosinofilia, a pesar de no ser esta enfermedad de gran frecuencia en nuestro medio.

Summary

Visceral larvae migrans caused by the infestation with larvae of toxocara canis or cati are more frequent among children under 10. The case of an 8-year-old boy who was diagnosed ganglionar larva migrans is presented. Comments are made on some etioepidemiological aspects of the disease, as well as on his clinical picture and evolution. Emphasis is made on the hygienic and sanitary measures of control and manipulation of stools from pegs as dogs and cats.
Las larvas migrans visceral cuya causa radica en la infestación con larvas de toxocara canis o cati, ocurre más frecuentemente en niños menores de 10 años. Se presenta el caso de un niño de 8 años de edad en el cual se diagnosticó larvas migrans ganglionar. Se comentan aspectos etioepidemiológicos de la enfermedad, su cuadro clínico y evolución. se hace énfasis en las medidas higiénicas sanitarias de control y manipulación de excretas de animales domésticos, en este caso de perros y gatos.

Subject Headings: LARVA MIGRANS, VISCERAL; HEALTH SURVEILLANCE.


Referencias bibliográficas

  1. Nelson W, Behrman R, Kliegman R, Harbin A. Tratado de Pediatría, 15 ed. t 2. Ed. Interamericana 1996: p. 1264-65.
  2. Kerr-Muir MG. Toxocara canis and human health. Br Med J 1994;309:5-6.
  3. Arencibia JM, Ortoño L, Corral R, Fong G, Vallejo R. Larva migrans visceral. Rev Cubana Pediatr 1981;53(5):408-11.
  4. Bruix J, Gives P, Navasa M. Plan de actualización en Gastroenterología. Hígado y vías biliares. Barcelona: Universidad 1989. p. 95-7.
  5. Hoeprich PHI. Tratado de enfermedades infecciosas. La Habana: Ed. Científico-Técnica; 1982. p. 646-9.
  6. Klin N. Toxocariasis neglected ubiquitous helminthiasis in children and adolescent. Pediatrics 1999;210(3):139-43.
  7. Taylor MRH, Keave PG, Mulvihill E, Hollond C. The expanded spectrum of toxocaral disease. Lancet 1988;132:692-4.
  8. Bas JL, Gleckman LT, Epper BM. Clinically inapparent toxocara infection in children. N Engl J Med 1983;308:723-4.
  9. Nathavani D, Loing RBS, Curice PF. Covert toxocariasis a cause of recurrent abdominal pain in childhood. Br J Clin Pract 1992;46:271.
  10. Szczepanski T, Sonta-Jaklmizyk D, Janik A, Olejnik I. Generalized lymphadenopathy in toxocariasis. Pediatr Infec Dis J 1996;15(8):117-8.
  11. Meneghello D, Fontoi E, Paris E, Puga FF. Pediatría 5ta. ed. Ed. Médica Panamericana 1991: p. 1074-6.

Recibido: 20 de mayo de 2002. Aprobado: 10 de octubre de 2002.
Dra. María del Carmen Luis Álvarez. Hospital Pediátrico Universitario "William Soler", Departamento de Pediatría, calle 100 y Perla, Boyeros, Ciudad de La Habana, Cuba.

1 Especialista de I Grado en Pediatría. Jefa del Servicio de Miscelánea.
2 Especialista de II Grado en Pediatría. Asistente.
3 Especialista de I Grado en Pediatría.
4 Especialista de I Grado en Anatomía Patológica.

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