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Revista Cubana de Pediatría

versión impresa ISSN 0034-7531versión On-line ISSN 1561-3119

Rev Cubana Pediatr v.76 n.2 Ciudad de la Habana abr.-jun. 2004

 

Artículos originales

Hospital Ginecoobstétrico "Ramón González Coro"

Desbalance energético proteico en lactantes durante el primer año de vida*

Dra Virginia Díaz-Argüelles Ramírez-Corría,1 Dra. Alina González Mustelier,2 Dra. Lourdes Pupo Portal2 y Lic Pedro Monterrey Gutiérrez3

Resumen

La alimentación de los lactantes durante el primer año de vida tiene gran influencia en el crecimiento y desarrollo posterior, sobre todo en el lactante de muy bajo peso al nacer. El objetivo de este trabajo fue caracterizar el consumo de energía y macronutrientes en un grupo de recién nacidos, con peso inferior a 1 800 g y compararlo con un grupo control de término, para conocer si existía un consumo adecuado durante el primer año de vida. Para ello, se realizó un estudio de cohorte en 25 recién nacidos con peso al nacer menor de 1800 g y 34 semanas de edad gestacional, en el Hospital Ginecoobstétrico "Ramón González Coro", en Ciudad de La Habana, desde enero del 2000 hasta enero del 2001 y en 25 recién nacidos de buen peso a término como grupo control. Se realizó encuesta dietética de registro de 3 días, y a los 4, 6, 9 y 12 meses de edad para evaluar el consumo de macronutrientes. Los datos se procesaron por el Programa para la evaluación del consumo de alimentos (CERES). El consumo de energía fue adecuado, pero con un desequilibrio manifiesto de los macronutrientes en uno y otro grupos, a expensas del consumo de proteínas que fue excesivo (5 g/kg/día) durante todo el primer año de vida y una baja densidad energética de la dieta. Se hace necesaria una revisión de la ablactación en los lactantes, del tipo de leche utilizado durante los primeros meses de la lactancia y los hábitos alimentarios de la población, con el objetivo de mejorar su calidad durante los primeros años de la vida.

Palabras clave: NUTRICIÓN,CONSUMO MACRONUTRIENTES.

El crecimiento adecuado durante el primer año de edad es la base para un desarrollo físico, intelectual y social de los niños, sobre todo de aquellos que nacieron con deudas importantes de nutrientes. Las deficiencias nutricionales durante el primer año, afectan la organogénesis y dejan secuelas permanentes, sobre todo en la esfera cognoscitiva.1

La necesidad de brindar y lograr que las madres ofrezcan una alimentación saludable, durante el primer año de vida, es mayor en los pretérminos de muy bajo peso, porque deben alcanzar un crecimiento mayor y su calidad de vida puede verse afectada a corto y a largo plazo.

Si bien contamos con un Programa Nacional de Atención Primaria, que incluye un esquema nacional de ablactación, existe mucha variabilidad en su cumplimiento y la influencia de los factores dietéticos de los adultos y los hábitos alimentarios hacen que la alimentación del lactante sea monótona y desbalanceada, a pesar de ser prioritaria dentro de los núcleos familiares en general.

El objetivo principal de este estudio fue caracterizar el consumo de energía y macronutrientes en lactantes de bajo peso y un grupo control de término, para conocer si existían diferencias en la alimentación de los prematuros durante el primer año de vida y a su vez, si la alimentación era adecuada según las recomendaciones nutricionales nacionales e internacionales.

Métodos

Se realizó un estudio de cohorte, en recién nacidos de peso al nacer inferior a 1 800 g, nacidos en el Hospital Ginecoobstétrico "Ramón González Coro" de Ciudad de La Habana, desde enero del 2000 hasta enero del 2002, donde se incluyeron todos los recién nacidos (RN) vivos de bajo peso al nacer (peso menor de 1 800 g y 34 semanas). El grupo control (peso mayor de 2 500 g y 37 semanas) se escogió de forma aleatoria, a partir de los pacientes egresados de cuidados especiales y de las salas de alojamiento conjunto.

Integraron el estudio un total de 50 pacientes, 25 de cada grupo, y se excluyeron las malformaciones congénitas, los pacientes con lesión neurológica y los inasistentes a consulta.

Para la caracterización inicial de la muestra, se tuvieron en cuenta algunos factores perinatales: sexo, peso al nacer y edad gestacional y factores socioeconómicos. Todos los pacientes con acta de consentimiento de los padres, tuvieron un seguimiento clínico en la consulta de nutrición del hospital, mensual hasta los 6 meses, y a los 9 y 12 meses de edad.

Se realizó encuesta dietética de registro de 3 días, a partir de la introducción de los alimentos a los 4 meses de edad, según lo normado en el Esquema Nacional de Ablactación y se repitió en cada consulta. Las madres fueron entrenadas en las primeras 2 consultas para la medida de los alimentos y recogida de los datos, por personal calificado. Los datos se procesaron por el Programa para la evaluación del consumo de alimentos (CERES), de forma individual, y los resultados se analizaron, a partir de la base de datos creada, al agrupar por edad en meses los resultados de ambos grupos, con el objetivo de evaluar consumo de energía y macronutrientes a los 4, 6, 9 y 12 meses de edad.

Para el cálculo del aporte energético y proteico de la leche a la dieta, se realizaron las siguientes consideraciones:

  1. Consumo promedio de mililitros de leche.
  2. Contenido nutricional de la leche evaporada, por ser esta la que predominó en el consumo de los niños (100 % de los pretérminos y 87 % en el grupo de a términos después de los 6 meses).

Análisis estadístico

Las variables cuantitativas se expresaron mediante su media y la desviación estándar. Las variables cualitativas se describieron mediante la distribución de frecuencias. Para evaluar la significación de las diferencias entre grupos se aplicaron las pruebas de comparación de medias (varianzas conocidas o desconocidas según correspondió después de aplicar la prueba de Bartlett), el análisis de varianza no paramétrico de Kruskall-Wallis (prueba U de Mann-Whitney en el caso de 2 poblaciones) y la de comparación de proporciones de 2 poblaciones.

Para evaluar el efecto de las variables independientes sobre los diferentes indicadores del estado nutricional estudiados se aplicó la prueba de chi cuadrado de independencia y en el caso cuando esta no era aplicable, la prueba de Fisher. En los casos cuando los totales de individuos en los grupos se acercaban a 30 se asumió la normalidad asintótica de los datos. Se consideraron significativos los valores de p< 0,05.

Resultados

La media del peso al nacer de recién nacidos de bajo peso (RNBP) fue de 1 534 g con 32,3 semanas de edad gestacional y el grupo control tuvo una media de peso al nacer de 3186 g con 39,1 semanas. No hubo diferencias significativas para el sexo, ni predominio de uno u otro sexos en ambos grupos.

Se caracterizó el medio socioeconómico donde se desarrollaron los lactantes de este estudio y se halló que más de la mitad de las madres en ambos grupos tenían entre 31 y 40 años de edad, en su mayoría eran universitarias (60 %) y todas estaban trabajando durante el embarazo, con un poder adquisitivo que permitía el sostén de los hijos.

El consumo energético y de macronutrientes, en los 2 grupos, fue aumentando longitudinalmente con la edad, y se observó un mayor consumo de energía en los prematuros durante el primer semestre. No se cuantificó la leche materna en los primeros meses de vida, por lo que los resultados de energía y macronutrientes a los 4 meses de edad se vieron afectados, sobre todo en los lactantes de término (tabla 1).

TABLA 1. Consumo promedio de energía y macronutrientes durante el primer año de vida

Variable
Meses
Pretérmino
A término
P
n
Media ± DS
n
Media ± DS
Energía (kcal/d)
4
25
692 ± 292
24
536 ± 263
0,0000
6
25
831 ± 188
24
804 ± 242
0,0000
9
25
1 027 ± 216
25
1 027 ± 442
1,0000
12
24
1 058 ± 199
25
1 162 ± 233
0,0000

Proteína total (g/d)

4
25
25 ± 8,91
24
18 ± 10,8
0,0000
6
25
32 ± 8,1
24
38 ± 19,5
0,0531
9
25
43 ± 10,9
25
42 ± 11,0
0,8216
12
24
46 ± 9,7
25
49 ± 8,5
0,0104

Grasas totales (g/d)

4
25
24 ± 12,61
24
16 ± 10,8
0,0000
6
25
26 ± 6,17
24
22 ± 10,2
0,0011
9
25
33 ± 9,67
25
28 ± 9,51
0,0000
12
24
33 ± 8,5
25
32± 8,9
0,6767

Carbohidratos (g/d)

4
25
100 ± 43,8
24
85 ± 39,2
0,0000
 
6
25
119 ± 32
2
132 ± 28
0,0000
 
9
25
138 ± 35,8
25
155 ± 94
0,0014
 
12
24
138 ± 32
25
166 ± 43,6
0,0000

Fuente: Historias clínicas.


El consumo de energía estuvo acorde con las recomendaciones para la edad o ligeramente elevado tanto en RNBP como en recién nacidos de término (AT), para alcanzar en estos el 110 % a los 12 meses. El consumo de proteínas fue excesivo a todas las edades en ambos grupos, y duplicaron las recomendaciones al año, mientras que las grasas estuvieron deficientes, sobre todo en el primer semestre en el grupo control y mejoraron su adecuación en el último trimestre.2 La adecuación en el consumo de carbohidratos fue aceptable en ambos grupos a todas las edades (fig.)

FIG. Tanto por ciento de adecuación de la energía y macronutrientes.

El análisis de las fuentes de la proteína consumida mostró que el exceso fue dependiente de proteínas de origen animal (80 % en el primer semestre en prematuros y aun el 75 % al año de edad en los de término) y dentro de ellas las derivadas de la leche (tabla 2).

TABLA 2. Fuente de la proteína consumida durante el primer año de vida

Fuente (g/día)
Meses
Pretérmino
A término
P
n
Media ± DS
n
Media ± DS
Origen animal
4
25
21 ± 7,6
24
14 ± 10,1
0,0000
 
6
25
24 ± 6,8
24
28 ± 8,9
0,0015
 
9
25
32 ± 8,4
25
31 ± 8,0
0,2879
 
12
24
36 ± 7,8
25
37 ± 7,5
0,3751
Origen vegetal
4
25
4 ± 2,2
24
4 ± 1,7
0,1921
 
6
25
7± 2,6
24
10 ± 5,3
0,0042
 
9
25
10 ± 4,5
25
11 ± 8,0
0,3628
 
12
24
10 ± 3,2
25
11 ± 3,7
0,0919

Fuente: Encuestas dietéticas.

La leche constituyó el principal alimento hasta los 6 meses de edad, y aportó la mayor cantidad de energía (67 % PT y 69 % AT) y fue disminuyendo hacia los 12 meses. A esta edad, aún constituía más de la tercera parte del aporte energético en lactantes prematuros. La proteína láctea constituyó a los 6 meses de edad, el 87 y 72 % respectivamente del consumo proteico total y a los 9 meses, casi la mitad del aporte total de proteína por la dieta, y disminuyó a la tercera parte al año de vida (tabla 3).


TABLA 3. Aporte de energía y proteína por la leche entre los 9 y 12 meses de edad

Variable
Meses
Pretérmino
A término
n
Promedio
n
Promedio
Energía leche (kcal/día)
6
25
561
24
554
9
25
417
25
397
12
24
377
25
329
% representa la energía total
6
25
67
24
69
9
25
41
25
38
12
24
36
25
28
Proteína leche (g/día)
6
25
28
24
27
9
25
21
25
20
12
24
17
25
16
% representa proteína total
6
25
87
24
72
9
25
48
25
46
12
24
36
25
33
mL de leche consumidos
6
25
850
24
839
9
25
632
25
602
12
24
512
25
498

mL: mililitros.
Fuente: Historias clínicas.

El consumo de grasas de origen animal predominó a todas las edades y fue superior en los prematuros hasta los 6 meses de edad. El aporte de ácidos grasos esenciales en uno y otro grupos, fue menor que los requerimientos para lactantes.3,4 El aporte de colesterol por la dieta, ascendió con la edad y fue mayor en el grupo de pretérminos, para llegar a los niveles de recomendación de adultos a los 12 meses de edad 4,5 (tabla 4).


TABLA 4. Consumo de grasas durante el primer año de vida

Grasas (g/d)
Meses
Pretérmino
A término
P
n
Media ± ds
n
Media ± ds
Grasa animal
4
25
21 ± 11,56
24
12 ± 9,38
0,0000
 
6
25
22 ± 5,93
24
19 ± 9,4
0,0097
 
9
25
27 ± 8,40
25
26 ± 5,8
0,3225
 
12
24
28 ± 5,80
25
27 ± 7,9
0,3497
Acidos grasospoliinsaturados
4
25
1,42 ± 1,35
24
1,56 ± 1,46
0,7712
 
6
25
1,96 ± 1,32
24
2,05 ± 1,52
0,8523
 
9
25
3,85 ± 2,27
25
3,8 ± 1,5
0,9279
 
12
24
3,50 ± 1,2
25
3,7 ± 1,93
0,6948
Acidos grasosesenciales
4
25
1,82 ± 1,51
24
1,94 ± 1,64
0,8141
 
6
25
1,93 ± 1,37
24
2,7 ± 2,01
0,1481
 
9
25
3,.44 ± 2,12
25
3,0 ± 1,5
0,4173
 
12
24
3,0 ± 2,5
25
3,4 ± 1,87
0,5055
Colesterol (mg/d)
4
25
72,3 ± 50,59
24
46,9 ± 50,44
0,0000
 
6
25
138 ± 73,31
24
105 ± 46,3
0,0000
 
9
25
212 ± 104
25
180 ± 76
0,0000
 
12
24
252 ± 108
25
181 ± 51
0,0000

mg: miligramos.

Discusión

Como la alimentación recomendada por los organismos internacionales para esta edad es la leche materna o sucedánea, los requerimientos energéticos y la distribución calórica de los macronutrientes, para los lactantes hasta 6 meses, están basados en el aporte de la leche materna madura.6

Los lactantes tuvieron un adecuado consumo de energía, lo cual permitió un buen crecimiento tanto en prematuros como en a términos, pero la calidad de la alimentación no fue buena y dependió de un desbalance energético proteico.

El aporte de 5,8 g/kg/día de proteína de los lactantes prematuros a los 4 meses de edad fue excesivo, independientemente del origen de la proteína. La mayor proporción de leche consumida a esta edad fue de vaca y no materna o formulaciones para lactantes, donde el aporte aminoacídico es más parecido al de la leche materna. El término medio de algunos autores de 1,4 g/100 mL de proteínas es posible que sea el ideal, con el fin de facilitar una correcta digestión y absorción (especialmente antes de los 6 meses cuando el pH gástrico, pepsina, enteroquinasa y quimiotripsina presentan valores reducidos en su actividad biológica), favorecer un adecuado crecimiento y desarrollo y evitar la sobrecarga renal por excesiva carga renal de solutos.7,8

El aporte de proteínas a partir de leche evaporada fue de 0,032g/mL, y representó el 20 % de la energía aportada por la leche. Estas cifras exceden las recomendaciones de proteínas para los lactantes hasta el año de edad, lo cual puede explicar el aporte tan elevado de proteínas a todas las edades, al tener en cuenta que el consumo de leche después de los 6 meses de edad, sobrepasó también las recomendaciones de Fomon y de la Academia Americana de Pediatría.8

El exagerado consumo de proteínas y la preocupación familiar porque el niño coma carne y huevo diario, están presentes en todas las familias, y es una tendencia sociocultural centenaria, y no considera que la leche aporta toda la proteína necesaria para el crecimiento adecuado de un bebé.

El consumo de grasas si bien fue mayor en el grupo de prematuros, no cubrió las altas necesidades durante el primer año de la vida. Este consumo debió incrementarse a expensas de aceites vegetales para mejorar el aporte de ácidos grasos esenciales.

Las recomendaciones durante el primer semestre son del 40 % de la energía total para disminuir al 30 % en el segundo semestre de la vida; sin embargo, durante todo el primer año el consumo de ambos grupos no llegó al 30 % del total de la energía. Los estudios de Carlson, Uauy y O'Connor relacionan el consumo de AGE durante el primer año de la vida y el desarrollo cognoscitivo y visual a largo plazo.9-11

En general, el consumo de energía fue adecuado, pero con un desequilibrio manifiesto de los macronutrientes en ambos grupos, a expensas del consumo de proteínas que fue excesivo (5 g/ /kg/día) durante todo el primer año de vida, que provocó un desbalance energético proteico y una baja densidad energética de la dieta. Se hace necesario una revisión de la ablactación en los lactantes, del tipo de leche utilizado durante los primeros meses de la lactancia y los hábitos alimentarios de la población, con el objetivo de mejorar la calidad de dicho nutriente. A su vez se sugiere el estudio de la relación de este patrón de dieta con la presencia de fenómenos de tipo alergénico, muy frecuentes en los primeros años de la vida, con el desarrollo de enfermedad hipertensiva a largo plazo y en el posible daño renal con sobrecarga osmótica y depósito de complejos antígeno-anticuerpo en el preescolar.

Summary

The feeding of infants during the first year of life has a great influence on the further growth and development, mainly on the infant with very low birth weight. The objective of this paper was to characterize the intake of energy and macronutrients in a group of newborn infants with a weight under 1 800 g and to compare it with a term control group to know if there was an adequate consumption during the first year of life. To this end, a cohort study was conducted in 25 newborn infants with a birth weight under 1 800 g and 34 weeks of gestational age at "Ramón Gonzalez Coro" Gynecoobstetric Hospital, in Havana City, from January, 2000, to January, 2001. 25 term newborn infants with good weight were also included in the study as a control group. A 3-day dietetic survey was done at 4, 6, 9 and 12 months of age to evaluate the intake of macronutrients. Data were processed by the program for the evaluation of food consumption. (CERES). The energy intake was adequate, but with a marked disbalance of macronutrients in both groups at the expense of the protein consumption that was excessive (5 g/kg/day) during the first year of life and a low energy density of the diet. A review of ablactation in infants, of the kind of milk used during the first months of breastfeeding, and of the food habits of the population is necessary in order to improve its quality during the first year of life.

Key words: NUTRITION, MACRONUTRIENTS INTAKE.

Referencias bibliográficas

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Recibido: 2 de octubre de 2003. Aprobado: 3 de abril de 2004.
Dra. Virginia Díaz-Argüelles Ramírez-Corría. Calle 98 No. 523, entre 5ta B y 5ta F, Playa, Ciudad de La Habana, Cuba. E-mail. virginia@infomed.sld.cu

*Presentación oral en IX Congreso de Felanpe, Ciudad de La Habana, Cuba, junio de 2003
1Especialista de II Grado en Neonatología. Hospital Ginecoobstétrico "Ramón González Coro".
Master en Nutrición en Salud Pública. Instructora de Pediatría.
2 Especialista de I Grado en Neonatología. Hospital Ginecoobstétrico "Ramón González Coro".
3 Doctor en Ciencias Matemáticas. INHA.

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