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Revista Cubana de Pediatría

versión impresa ISSN 0034-7531versión On-line ISSN 1561-3119

Rev Cubana Pediatr vol.92  supl.1 Ciudad de la Habana  2020  Epub 20-Jul-2020

 

Editorial

SARS- CoV-2: la nueva pandemia

SARS-CoV-2: the new pandemic

Ileana Alvarez Lam1  * 
http://orcid.org/0000-0002-4786-7096

Jorge Ponce Bittar2 
http://orcid.org/0000-0002-6037-6806

1Hospital Pediátrico Docente “William Soler”. La Habana, Cuba.

2Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, Facultad de Ciencias Médicas “Enrique Cabrera”. La Habana, Cuba

El 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la segunda pandemia del nuevo siglo. Desde la aparición de la nueva enfermedad en diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan, República Popular China, el nuevo coronavirus se ha expandido a un total de 185 países; desde entonces más de seis millones de personas han sido afectadas y han ocurrido más de 300 mil decesos

La repercusión económica y social de la nueva pandemia trasciende fronteras. El mundo se enfrenta a una de las peores crisis económicas sufridas a escala global y aunque su letalidad no es comparable con la influenza de 1918, que causó la muerte a un tercio de la población mundial, la cifra de fallecidos por esta enfermedad resulta alarmante.

Indiscutiblemente, la aparición de una emergencia sanitaria pone a prueba la capacidad de respuesta de los sistemas de salud. La humanidad ha sido testigo de los resultados negativos ante decisiones unilaterales, cuando no existe unión de acción y cuando se prioriza la economía por encima de la salud de un pueblo.

Desde que la OMS declaró a la COVID-19 como emergencia de salud pública de preocupación internacional (ESPII), el 30 de enero de 2020 quedaba establecido la magnitud del problema. Esta alerta solo había sido declarada en cinco ocasiones con anterioridad: en 2009 con la gripe H1N1, en 2014 y 2019 con los brotes de ébola en África Occidental y en la República Democrática del Congo, en 2014 por la poliomielitis y en 2016 por el virus del Zika.

Sin embargo, tan veloz como ha sido la expansión del nuevo coronavirus, así ha sido la respuesta de científicos y profesionales de la salud en aras de encontrar una solución y aunque airados discursos no han querido reconocer el papel rector de la OMS ante la crisis sanitaria actual, lo cierto es que ha sido este organismo internacional quien ha favorecido la comunicación e intercambio científico y a través del cual muchos países reciben asesoría científica y recursos materiales para logar el control de la enfermedad. Es válido resaltar la honestidad y transparencia del gobierno chino al comunicar a los organismos sanitarios internacionales la aparición de la nueva enfermedad y compartir de forma rápida y oportuna el mapa genómico del nuevo virus, así como sus experiencias y recursos.

China, como primer país afectado por el SARS-CoV-2 como posteriormente fue denominado este virus, vivió momentos de mucha tensión; la necesidad de priorizar recursos humanos y materiales a Wuhan, epicentro de la epidemia, de volcar la economía en función de su control, de garantizar en tiempo récord las instituciones para la atención a los enfermos y sospechosos, la decisión de mantener el aislamiento total de la ciudad durante 76 días (desde el 23 de enero hasta el 8 de abril), fueron parte de las medidas extremas que hicieron posible los resultados que hoy exhiben. China demostró que el distanciamiento social es un factor clave para la contención de la epidemia.

A la luz de los acontecimientos actuales solo la cooperación solidaria de la comunidad científica internacional podrá frenar la crisis sanitaria que enfrenta la humanidad. El intercambio científico y las más de dos mil investigaciones publicadas han permitido realizar modificaciones a los protocolos de actuación que tributan a mejorar la atención y tratamiento de los enfermos, nuevos síntomas y signos han sido registrados, se han perfeccionado los medios diagnósticos, se realizaron estudios con numerosos medicamentos, se han comenzado los estudios de seroprevalencia y se trabaja en numerosos candidatos vacunales en los cuales Cuba también se ha integrado.

A diferencia de la influenza H1N1, primera pandemia del siglo xxi, la población infantil, aunque susceptible, no ha sido severamente afectada. Las causas precisas de este comportamiento son objeto de estudio, se han invocado numerosos factores como una menor exposición al virus, posibilidad de un cuadro clínico más leve y mayor número de asintomáticos o características inmunológicas del huésped que los hacen menos vulnerables. Estudios publicados recientemente han formulado la hipótesis de que una menor expresión de la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2) en el epitelio nasal de los niños, enzima utilizada por el virus SARS-CoV-2 para infectar las células del huésped, podría explicar la menor probabilidad para contraer la enfermedad.

De forma llamativa la literatura ha publicado casos de un síndrome inflamatorio multisistémico en niños, muy similar a la enfermedad de Kawasaki y al síndrome de shock tóxico, algunos de los cuales fueron positivos al nuevo coronavirus, suceso que puso en alerta a la comunidad médica internacional. Los primeros casos se registraron en el sudeste de Inglaterra en el mes de abril y posteriormente en Europa y Norteamérica, sin embargo, el posible vínculo de esta enfermedad con el nuevo virus aún está por demostrar. Un estudio liderado por la OMS permitirá arribar a conclusiones.

Es lícito señalar que, aunque algunos países como China y España informan casos de recién nacidos positivos a la COVID-19, la transmisión vertical o a través de la leche materna no ha sido comprobada. Las recomendaciones de la OMS instan a mantener la lactancia materna aún en la época actual. La leche materna constituye el alimento más seguro para el recién nacido y sus beneficios son mayores que el riesgo de transmisión de la enfermedad.

La aparición de una nueva pandemia trae consigo incertidumbre, incógnitas que serán despejadas con nuevas investigaciones, experiencias que compartir, debilidades que solventar. Con elevada probabilidad el SARS-CoV-2 se mantendrá circulando entre nosotros como sucedió con la influenza H1N1. Tenemos la seguridad que las experiencias que emanen de la nueva pandemia justificarán con creces el mejoramiento de todos los sistemas de salud del mundo, donde hoy la salud pública no constituye una prioridad.

Dra. Ileana Álvarez Lam

Especialista de II Grado en Pediatría

Dr. Jorge Ponce Bittar

Especialista de II Grado de Pediatría

6 de junio de 2020

*Autor para la correspondencia: arlet@infomed.sld.cu

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