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Cuadernos de Historia de la Salud Pública

versión impresa ISSN 0045-9178

Cuad Hist Salud Pública  n.93 Ciudad de la Habana ene.-jun. 2003

 

Profesor Ángel Arturo Aballí, Fundador de la Pediatría cubana
(Entrevista periodística)*

por el

Dr. Diego González Martín**

En esta relación de "Grandes de la Medicina Cubana", en cuyo orden de aparición no debe verse una rigurosa significación jerárquica, ya que en el periodismo resulta a veces que la mas elemental e inesperada circunstancia, humana o técnica, norma nuestra actuación, el Profesor Ángel Arturo Aballí ocupa indiscutiblemente un lugar cimero.

Nacido en Matanzas el 30 de septiembre de 1880, se gradúa de médico en 1900. Primer expediente de su curso, gana la beca de viaje, siendo alumno, en Francia de los afamados Profesores Marfán y Nobecourt, y en Alemania, del Profesor Baginski, de quien asegura fue su verdadero maestro. Ingresa en el cuerpo profesoral de la Universidad como Ayudante Disector Anatómico y en 1906 pasa a ser Profesor Agregado de Clínica Médica; al segregarse las enseñanzas pediátricas de esta cátedra y crearse la de Patología y Clínica Infantiles, ocupa el cargo de Profesor de la misma, a la que renuncia recientemente.
Los trabajos del Profesor Aballí y su tesonera labor en pro de la creación de los efectivos pediátricos de nuestro país, de los servicios de los hospitales "Calixto García" y "Mercedes", del Hospital Infantil Municipal y del Antituberculoso que lleva su nombre, así como sus esfuerzos por la extensión y superación de la Medicina de Niños en Cuba, le han ganado universal reconocimiento como fundador de la Pediatría Cubana. Su prestigio se afirma en los círculos científicos del Mundo entero: es miembro de la "American Pediatric Society", de las sociedades pediátricas del Uruguay, de la Argentina, etc.
Como presidente de la Sociedad de Estudios Clínicos, de la Federación Médica y Decano de la Escuela de Medicina, sus contribuciones también han sido notables en provecho de la profesión.

"¿La satisfacción más grande de mi vida?... No sé que decirle, porque desde luego hace medio siglo vengo trabajando en una misma idea, y en la medida que he avanzado en su desarrollo así yo he experimentado alegrías... Vea usted, aquí, cómo se habla de la Escuela Pediátrica Cubana en las revistas extranjeras" -dice inclinándose sobre su mesa de trabajo --. "Si al final de la jornada yo pudiera hablar de satisfacciones, sería de haber contribuido a desarrollar en Cuba la Medicina de Niños. Puede afirmarse que la especialización pediátrica data, entre nosotros, de la época de nuestros primeros esfuerzos..."

"¡Ustedes no pueden tener una idea de cómo fueron nuestros primeros tiempos, allá, en los inicios del siglo! Hubo una época en que no teníamos clínica infantil... En 1906, cuando comencé la enseñanza de la Pediatría en la Cátedra de Clínica Médica, no existía la asignatura de Patología y Clínica Infantiles en el plan de estudios de la Escuela de Medicina .¡Si usted supiera! Lo único que se enseñaba de Pediatría eran trozos del libro de Hutinel... y había que aprenderlos de memoria. Desde los primeros momentos traté de darle a la enseñanza un sentido práctico".

"¡Joven, yo le puedo decir a usted que fui a Berlín y a París, a estudiar, solo a estudiar!... Esa era mi responsabilidad ante la Universidad y ante mi país... Fui el primer expediente de mi curso y gané la beca de viaje al extranjero. ¿Qué otra cosa debía hacer en respuesta a las esperanzas que se cifraban en mí? -responde con énfasis especial cuando se le interroga sobre los días de su juventud en esas ciudades europeas--.Fui alumno de Marfan y de Nobécourt, en Francia, y de Baginski, en Alemania: a ellos, y especialmente a Baginski, debo el estímulo de mi vocación..."

Se habla de su gran aportación al conocimiento de la enterocolitis de la infancia y de su insistencia, de más de veinte años, en que se localizara el germen causal de cuadros clínicos que él sospechaba de disentería bacilar, y que culminó, en 1936, con la localización, por primera vez en Cuba, por los doctores Curbelo y Martínez, del bacilo disentérico Shiga... "Siempre he insistido en que las gastroenteritis están en íntima relación con el incumplimiento de las reglas higienodietéticas en los dos primeros años de la vida. Ha sido nuestra gran campaña llevar al médico al convencimiento de la necesidad de la lactancia natural, materna, que es la ideal..."

Fig. 16. Uno de los últimos retratos del doctor Ángel A. Aballí.

"Al progreso de las enseñanzas de pediatría debemos la disminución de la mortalidad infantil... Para mí es vital defender la infancia que es el porvenir de Cuba... Es una labor patriótica proteger ese capital inmenso que es la vida de tantos niños. Los médicos que propagan los conocimientos higiénicos y cumplen sus deberes para con los niños, son verdaderos soldados de un Ejército de Salvación... En cada ciudad importante debe haber un Departamento Pediátrico: ese es uno de mis mayores anhelos..."

"¿El caso más difícil de mi carrera?... Para mí todos son difíciles, o, mejor dicho, actúo como si todos fueran difíciles... Es un consejo que siempre di a mis alumnos y siempre doy a los médicos jóvenes: aplicar en todos los casos el más riguroso examen clínico... Si algún valor tienen las enseñanzas de nuestra Cátedra es el de haber insistido en la importancia del examen físico...¡Cuantas cosas se descubren en la inspección, palpación, percusión y auscultación, bien realizadas!"

"En nuestra Cátedra siempre tuvimos un concepto muy elevado de la responsabilidad... Nunca pasó un alumno que no estuviera debidamente preparado, al extremo que, al aprobar la asignatura, muchos exclamaban: "¡Ya soy médico!"... No puede ser de otro modo. La Pediatría es una de las disciplinas más difíciles, porque se trata del estudio de un organismo distinto al del adulto...¡Y los niños son el más preciado tesoro del Mundo! ¿Qué hubiera sido de nuestros médicos rurales si no los hubiéramos instruido debidamente? ¿Qué de los niños?"

"Puede tener la seguridad que lo que más ha avanzado en nuestro país, aparte de la Cirugía, es la Medicina de Niños... Yo me he retirado de la Cátedra, pero sé que está en las buenas manos de mis auxiliares, del doctor Félix Hurtado... Sé que progresa, como se prueba ahora mismo, con sus labores en el Servicio de Lactantes en el "Calixto García", bajo la dirección de mi hijo Arturo José Aballí, quien recientemente ha logrado, por oposición, el cargo de Profesor Agregado... Vamos, cada vez más, hacia una verdadera Escuela de Pediatría propia..."

* Esta entrevista periodística apareció publicada en la revista Bohemia el 4 de noviembre de 1951, ocho meses antes de su fallecimiento.
** Médico y periodista. Fue profesor de Psicología Médica de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Habana y el Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana.

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