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Cuadernos de Historia de la Salud Pública

Print version ISSN 0045-9178

Cuad Hist Salud Pública  no.94 Ciudad de la Habana July-Dec. 2003

 

Kampuchea: experiencia de una misión internacionalista*

Por el
DR. Uvelino Moreno Jiménez **

Introducción

La República Popular de Kampuchea forma parte de la península de Indochina en el sudeste de Asia. Limita al norte con la República Democrática Popular de Laos y con Tailandia, al oeste con Tailandia y al sur y suroeste con la República Socialista de Vietnam. Su territorio es una extensa llanura surcada por numerosos ríos, de ellos el principal es el Mekong.

La prehistoria de Kampuchea es poco conocida, pero, emplazamientos neolíticos descubiertos en varias partes del territorio nacional, demuestran la existencia de una antigua civilización de agricultores y cazadores.

La actual cultura khmer fue formándose lentamente durante los 6 primeros siglos, por la fusión de grupos raciales del sur de la península.

Bajo la influencia india fueron creciendo 2 grupos principales de civilización, el más antiguo, en el extremo sur, fue llamado Founan y dio origen a un reino que en su apogeo incluyó la cuenca media e inferior del Mekong (Kampuchea meridional).

El segundo grupo creció en el medio Mekong, identificado con el nombre de Teuem-La, fue la cuna de los kambrijas, de donde deriva el nombre de la actual nación.

El dominio colonial de Francia sobre Kampuchea comenzó el 17 de junio de 1884. En 1930 se fundó, bajo la dirección de Ho Chi Minh, el Partido Comunista de Indochina, donde se agruparon los patriotas de la vanguardia del movimiento revolucionario de Vietnam, Laos y Kampuchea, siendo éste el comienzo de un giro en la lucha contra el colonialismo francés, el cual fue derrotado en 1949.

Retirada Francia de la península Indochina, Estados Unidos inició su papel colonial y en intromisión obligó al príncipe Sihanouk a romper relaciones con Washington en mayo de 1965, pero los yanquis lograron colocar al títere de Lon Nol en el poder, el cual mal gobierna un tiempo relativamente corto, pues la guerrilla triunfa el 17 de abril de 1975 ,pero lamentablemente se instaura en el poder el sanguinario régimen Pol Pot, Teng Sary, Kiev Sam Phan, representante del hegemonismo chino, que enarbolando las banderas de un falso comunismo al estilo pekinés, sume al país en un sangriento régimen genocida. Resulta difícil hacer un recuento de tanta barbarie. Baste señalar que obligó a la población a vivir en verdaderos campos de concentración y a trabajos forzados, dejó las ciudades vacías, transitadas solamente por elementos afines al régimen, destruyó, prácticamente, toda la infraestructura industrial de servicio y educacional. Comenzaron azotar entonces la tuberculosis, el paludismo y la malnutrición. Asesinó, además, a la gran mayoría de los médicos, enfermeras y todo tipo de personal calificado e intelectuales. Masacró a 3 millones de kampucheanos, de una población de 7, en 2 años y 9 meses que duró este régimen, destruido el 7 de enero de 1979 por los combatientes Kampucheanos, con el apoyo solidario de Vietnam.

El Partido Comunista de Cuba y el Estado cubano, fieles exponentes de las ideas del internacionalismo proletario, se sintieron en la obligación de ayudar al pueblo Kampucheano y decidieron enviar la primera Brigada Médica Cubana, en diciembre de 1979.

Esta experiencia a la que nos referimos, corresponde al trabajo realizado por la segunda Brigada Médica durante 1981, en el Hospital "7 de enero" ubicado en Phnom Penh, capital de Kampuchea, donde además existen 3 hospitales generales, 1 pediátrico y 1 militar.

Aunque el idioma no fue una dificultad insalvable, sí constituyó una limitación para expandir aún más nuestros conocimientos y experiencias asesoras y docentes. Por tal motivo intensificamos la enseñanza de la lengua española a los técnicos y profesionales kampucheanos, las actividades docentes y asistenciales fueron nuestro primer objetivo; las actividades políticas constituyeron parte de nuestros elementos formativos como revolucionarios y las sociales nos hicieron más agradable y amena la vida en este hermano país que nos acogió como a sus hijos.

Organización de las actividades de la brigada

Para el mejor funcionamiento de la brigada, se constituyó el Consejo de Dirección, se confeccionó el reglamento y se formó la comisión de actividades científico-docentes, de la historia de la brigada y de las actividades sociopolíticas y culturales. Se planificaron seminarios científicos para los técnicos y profesionales kampucheanos del hospital y la pesquisa de parasitismo intestinal en el orfanato La Rosa No.2.

Dentro de los aspectos organizativos se instituyeron las reuniones técnicas administrativas mensuales, donde se efectuaban las evaluaciones individuales y colectivas. Para ello fue necesario confeccionar los modelos estadísticos que permitieron recoger los datos primarios, diariamente, para poder establecer los parámetros hospitalarios que midieron la calidad de los servicios. A su vez, estas reuniones nos facilitaron sugerirle a la dirección del hospital aspectos organizativos y de control para poder continuar mejorando la calidad de los servicios en beneficio de un pueblo que vuelve a tener los derechos que el régimen de Pol Pot, Teng Sary, Kiev Sam Phan les arrebató, permitiéndole recuperarse de las secuelas del genocida régimen, traducidos en desnutrición, parasitismo, tuberculosis, paludismo y otras enfermedades infectocontagiosas.

Características en la Presentación de los Servicios Médicos

Es indudable que los factores socioeconómicos y culturales influyen en la cantidad y calidad de la oferta y demanda de los servicios médicos.

El Hospital "7 de enero " es de tipo general, con 472 camas y un servicio de estomatología con 3 sillones, conceptuando funcionalmente sus servicios de carácter terminal, aunque no cuenta con un sistema estructural de estadísticas sanitarias.

Laboraban allí a nuestra llegada en 1981 3 estomatólogos, de los cuales 1 era cubano; 16 médicos, de ellos 2 eran kampucheanos (1 era Director), 2 vietnamitas, 1 francés y 10 cubanos, así como 15 estudiantes de medicina, de los cuales la mayoría eran jefes de servicios, producto del escaso número de médicos nativos.

Los servicios que contaban con camas para el ingreso hospitalario mantuvieron una fuerte presión asistencial: el índice ocupacional se mantuvo siempre entre el 97 y el 104 %, con excepción del Servicio de Malaria, en cuyo bajo porcentaje influyeron las comunicaciones y el estado económico de la población para trasladarse de las provincias a la capital, el tener conocimiento el pueblo de los diferentes medicamentos para combatir esta enfermedad endémica. Por estas razones no cumple su función de servicio terminal, a pesar de ser el único del país.

La mortalidad bruta se mantuvo extremadamente baja, sin pasar nunca del 1 x 1 000 habitantes pues al existir la probabilidad de muerte, los familiares pedían el alta, por la costumbre budista de incinerar los cadáveres, preferiblemente en su lugar de residencia, ya que una vez ocurrida la muerte no podían trasladar el cadáver, por lo que la mayoría fallecía en sus hogares.

Es importante destacar el aprendizaje adquirido por los técnicos kampucheanos del método espinal, en Anestesiología, el cual anteriormente no se hacía en este hospital.

Los servicios de urgencia eran atendidos por los estudiantes de medicina.

El único radiólogo era el de nuestra brigada, lo cual permitió que se hicieran por primera vez 76 estudios contrastados y 3 especiales. Al igual que en Radiología, nuestro microbiólogo era el único del país, por lo que se lograron nuevas técnicas y la fabricación de diferentes medios para investigaciones microbiológicas y bioquímicas.

Desde el punto de vista farmacológico la situación era bastante precaria, pues los medicamentos, en el 80% aproximadamente, procedían de la ayuda internacional, la Cruz Roja era el proveedor principal, existía heterogenicidad de los productos y el vencimiento de estos en muchos renglones por incapacidad de la farmacia. Algo similar ocurría con la sangre. Producto de esta situación había un control rígido y, por tanto, era muy limitada la cantidad de medicamentos y de sangre que se podía utilizar. La aspirina, por ejemplo, estaba regulada a 5 tabletas por pacientes. Independientemente de este problema, se agregaba la costumbre de que los pacientes encamados se automediquen por falta de servicio continuo de enfermería, ya que después de las 4 de la tarde sólo permanece en el servicio la enfermera de guardia; los domingos funciona este mismo método.

Actividades Científico-Docente

Para llevar a cabo la superación científico-técnica de la brigada, se planificaron las actividades del año.

a) Plan de actividades científicas en la vivienda de la brigada.
b) Ejecutar la Primera Jornada Científica Médica.
c) Incrementar la Biblioteca Médica.

Desde el punto de vista docente se previó la enseñanza de la lengua española a la mayoría de los profesionales y técnicos del Hospital " 7 de enero ". Las actividades científico-técnicas se extendieron al personal técnico y profesional del hospital, lo que benefició a los médicos recién graduados y permitió elevar el nivel de los técnicos medios.

En total, se ofrecieron en la vivienda 10 actividades científicas, las cuales se celebraron el último martes de cada mes. Para el control y análisis cuantitativo y cualitativo, se confeccionó un modelo que recogía, el título, el exponente, la asistencia y la evaluación de la misma, cuyos resultados finales fueron del 80% excelentes y el 20% buenas. En el hospital se realizaron 3, así como 44 a nivel de departamento, el último sábado de cada mes.

A mediados del año 1981 se celebró la Primera Jornada Científica Médica, la cual en un principio era interna, pero, por la participación del Ministerio de Salud, los médicos kampucheanos, vietnamitas, franceses y alemanes, hubo necesidad de darla en la Facultad de Medicina. Fue presidida por el Ministro, su Consejo de Dirección y el Decano. Se presentaron 28 trabajos, de los cuales el 50% correspondió a la brigada. Participaron, además, los jefes de misiones de las embajadas socialistas y los representantes de las organizaciones internacionales de ayuda a Kampuchea; en total hubo 200 delegados.

La biblioteca de la vivienda pudo iniciarse por la donación que hicieron los miembros de la brigada y los libros enviados por la dirección del Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas. Esto nos permitió organizarla por especialidades y darle la categoría de biblioteca internacional, acorde con las orientaciones del Ministerio de Salud Pública.

Se participó en la docencia a los estudiantes de medicina, farmacia y técnicos medios, mediante la enseñanza teórico-práctica. Para lograr el aprendizaje de la lengua española se abrió un aula en el hospital y otra en el Ministerio de Relaciones Exteriores. La brigada recibió clases de francés durante unos meses, impartidas por un miembro de la misma, lo cual fue de mucha utilidad.

Actividades Sociopolíticas y Culturales

Consideramos que éste es uno de los acápites fundamentales en la vida interna de la brigada, pues nos permitió hacer más amena nuestra estancia, nos dio elementos formativos como revolucionarios internacionalistas y nos posibilitó compenetrarnos con el pueblo kampucheano, razón por la cual constituyeron verdaderos eslabones de cohesión del colectivo.

Dentro de las actividades sociales, una de las más importantes fue la celebración de los cumpleaños colectivos trimestrales. Los encuentros que se sostuvieron con las diferentes delegaciones cubanas que visitaron a Kampuchea fueron muy estimulantes y de gran satisfacción para el colectivo, ya que en los conversatorios se tenían noticias actualizadas de Cuba y de la situación internacional, se narraban las experiencias vividas y la situación de los servicios de salud. También se participó en todas las actividades políticas organizativas en la Embajada Cubana. Fueron significativas nuestras participaciones en las actividades organizativas por la dirección del hospital y el Ministerio de Salud en la conmemoración de las fechas de liberación del pueblo kampucheano, las cuales nos sirvieron para estrechar aún más los lazos de amistad y solidaridad. Se asistió a las actividades cinematográficas de la Embajada Soviética que permitieron eliminar la monotonía nocturna.

Siempre nos produjo un profundo sentimiento patrio participar en la celebración de las efemérides políticas; también constituyeron elementos ideológicos en nuestras vidas de revolucionarios: el acto de constitución del núcleo del Partido, de la FMC de nuestra misión, la inauguración de la granja Kampuchea-Cuba, el acto en la Embajada por el día del caído en el exterior, el de los pioneros y militares kampucheanos frente al busto de nuestro Héroe Nacional José Martí, como desagravio por habérsele puesto su nombre a una emisora contrarrevolucionaria en los Estados Unidos.

Las actividades socioculturales nos ayudaron a conocer la historia del pueblo khmer, permitiéndonos profundizar en su cultura mediante visitas realizadas a lugares culturales e históricos, la participación en obras teatrales, bodas y funerales, estos últimos con características religiosas budistas, donde los cadáveres son incinerados.

Otras de las actividades que nos permitieron amenizar nuestra vida colectiva fueron los encuentros deportivos entre el colectivo de cubanos y equipos kampucheanos de los ministerios de Salud Pública y Relaciones Exteriores, así como los juegos de dominó y ajedrez. Los trabajos voluntarios en la construcción de diques y corte de arroz, entre otros, realizados conjuntamente con los kampucheanos aumentaron nuestra compenetración con ellos y contribuyeron a la educación marxista-leninista de todos los participantes.

El trabajo voluntario en la vivienda nos permitió mejorar el ambiente hogareño, se resolvió la inestabilidad del fluido eléctrico y del agua con la construcción de una cisterna, se hizo un jardín y con la instalación de ventiladores resolvimos el problema de la alta temperatura, por lo que se convirtió la vivienda en un verdadero hogar de internacionalistas.

Las guardias en la Embajada fueron acometidas como parte de la vigilancia revolucionaria a que estamos todos obligados, en cualquier parte en que nos encontremos, pues el enemigo nos acecha y no le podemos dar la menor oportunidad a que nos afecte ni un solo grano de arena de nuestro suelo patrio.

Vida interna

La organización, conducta y actitud de la brigada estuvo constantemente unida a nuestros principios marxistas-leninistas en función del internacionalismo proletario. Se tomó como vehículo cohesionador y normativo, el reglamento provisional para los trabajadores internacionalistas y el reglamento interno, los cuales, junto con el reglamento de las guardias de la Embajada fueron discutidos y acatados por el colectivo.

Con frecuencia se hacían recordatorios a nuestros deberes y derechos en las reuniones técnico administrativas y su divulgación a través del mural, pero la conducta y actitud de la brigada se mantuvo a la altura de las exigencias de nuestra revolución y todos cumplimos, acorde con el papel que se fue a desempeñar a Kampuchea, en cuanto a solidaridad, ayuda, respeto y admiración a ese pueblo, con un ejemplar comportamiento.

La crítica y la autocrítica fueron nuestros pilares de conducta. El respeto mutuo en el desarrollo de las relaciones interpersonales, el anteponer siempre los intereses del colectivo a los individuales, constituyeron la base sólida de nuestra hermandad.

La vida en comunidad, en medio de una sociedad con características diferentes a la nuestra, determinó la existencia de un reglamento que contribuyó al éxito de las tareas que debía cumplir la brigada, a la vez que incorporó nuevas vivencias en nuestra formación de revolucionarios.

En los 3 primeros meses de estancia en el país, nos dedicamos a profundizar en la tarea que nos fuera asignada como técnicos de la salud, para lo cual fue necesario conocer todas las vicisitudes que pasó el pueblo kampucheano durante el régimen de Pol Pot, Teng Sary, Kiev Sam Phan, la historia del pueblo khmer, las características sociales y culturales, así como las dificultades por las cuales estaban atravesando y las principales enfermedades que azotaban a la población. Conjuntamente fuimos desarrollando las actividades hospitalarias.

En el segundo trimestre, se hizo hincapié en los aspectos organizativos y ejecutivos del trabajo. Aparecieron en esta etapa los primeros síntomas de la esfera psíquica en el colectivo, representados por la hipersensibilidad, la disposición de mayor tiempo libre para pensar, aparejados a la lejanía de la patria, generaron dificultades. A veces una mirada, una respuesta, la ausencia de un saludo, llamarse en alta voz, no salir juntos, no aceptar una invitación o un señalamiento crítico, que en meses anteriores no constituían un problema, en este período herían sensibilidades, y sin embargo, la brigada supo crecerse y salvar este escalón, erguirse y marchar aceleradamente hacia una vida integral en comunidad.

Algunos de los aspectos que contribuyeron notablemente al estrechamiento comunitario, sin lugar a dudas, fueron: la celebración de los cumpleaños colectivos como actividades sociales y las efemérides como actividades políticas, donde desempeñaron un papel destacado la FMC y el núcleo del PCC, sin los cuales no hubiera sido posible alcanzar el éxito logrado en todas las tareas planificadas.

Como elemento aglutinador del colectivo y de éste con los trabajadores del hospital desempeñó un papel importante nuestra participación en los trabajos voluntarios, a los cuales se les imprimió siempre la actitud y el entusiasmo que caracterizan a los internacionalistas cubanos.

Igual actitud mantuvimos frente a las actividades del enemigo, en las explosiones de granadas en el mercado, que ocasionaron muertos y heridos en más de una oportunidad, o con el intento de crear el pánico mediante el rumor de envenenamiento de los alimentos del mercado.

El resultado de todos los aspectos que intervinieron en la integridad y la camaradería de la brigada se tradujo en el entusiasmo, la alegría, los chistes, los cuentos, las jaranas y hasta los nombres que adquirieron algunas habitaciones difíciles de olvidar.

Esta característica fue la que realmente predominó en la vida interna de nuestro colectivo, donde siempre se combinó la alegría de un momento determinado con la seriedad en el instante que se requería, por lo que se demostró la madurez social, científica y política conque nos enfrentamos en el cumplimiento de nuestra misión internacionalista.

Bibliografía Consultada

  1. Giteau, M: Historie du Cambodge. Paris, Didier,1957.
  2. Informe de la Primera Brigada Médica Cubana al Ministerio de Salud Pública.1980.
  3. Camel, FV.: Estadísticas Médicas y de Salud Pública. La Habana. Impresora "A. Voisin", 1968: 32-33.
  4. Peláez, JF.: Metodología Estadística. La Habana, Imprenta Nacional de Cuba, 1969: 23-33 y 77-86.
  5. Swaroof, S.: Estadística Sanitaria. La Habana. Instituto del Libro. 1969: 220-270.
  6. Ministerio de Salud Pública: Reglamento Hospitalario. La Habana. 1973.
* Rev. Cubana Hig. Epidemiol. La Habana. 1987; 25 (2): 271-280.
** Especialista de II Grado en Administración de Salud. Jefe de la Brigada Médica Internacionalista.

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