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Cuadernos de Historia de la Salud Pública

versión impresa ISSN 0045-9178

Cuad Hist Salud Pública  n.97 Ciudad de la Habana ene.-jun. 2005

 

Resumen de este período (1751- 1800)

Durante este tiempo en Europa solo imperó el derecho de la fuerza. Murió una gran nación, Polonia; surgió otra, los Estados Unidos de América del Norte. Se inició la epopeya napoleónica. La revolución francesa transformó las ideas viejas. Progresó la astronomía y la historia natural. Franklin y Galvani adelantaron la física y Lavoisiere la química.

El bondadoso Rey Fernando VI de España dio una era de paz y prosperidad a la Metrópoli. Su sucesor Carlos III se vio envuelto en varias guerras pero fue el Rey más constructivo de España. Con Carlos IV se inició una era de inmoralidades y de decadencia nacional. Las costas de Cuba se vieron amenazadas por los ingleses. La Ciudad de La Habana sufrió un memorable sitio y capituló a los británicos el 8 de agosto de 1762. Después, el gobierno español , un poco más tolerante , favoreció el intercambio comercial, se fundaron y mejoraron varios hospitales, se estableció el correo mensual con Español, el servicio de posta, el alumbrado público, se hicieron las nuevas casas para Cabildo y Gobierno General, se fundó el primer periódico oficial, La Gaceta y después el Papel Periódico. Al finalizar el siglo, cuando reinaba en la Península el mayor despotismo, la desamparada colonia por una paradoja del destino, tuvo la suerte de que llegase a sus playas el buen gobernante y reformador D. Luis de las Casas (1790-1796) que dio notable impulso al comercio y al progreso general con sus acertadas medidas. Introdujo notables mejoras en La Habana que repercutieron favorablemente desde el punto de vista de su salubridad: empedrado de calles, amplios muelles, encañamiento de las aguas de la Zanja, mejoras en la agricultura e industria, hizo el censo de población y fundó la benefactora Sociedad Patriótica con la primera biblioteca pública. Aconsejado por el sabio Dr. Tomás Romay, recomendó que no se enterrasen los cadáveres en las iglesias que se establecieran cementerios fuera de los recintos urbanizados, dispuso el aislamiento de variolosos, etc.

En la medicina reinaba el empirismo. Como se desconocían los agentes microbianos, se atribuían las enfermedades infecciosas a efectos meteorológicos y las llamaban: fiebres sinocas, biliosas, tercianas, remitentes, pútridas, pestilenciales, pestes, etc. Se tenían ya por entidades clínicas definidas, la viruela, el sarampión, escarlatina, la fiebre amarilla, etc. Como agentes medicamentosos se empleaban el mercurio, láudano, vomitivos, purgantes, kermes, ruibarbo, quina, diaforéticos, béquicos y se abusaba de las ventosas, vejigatorios y sangrías. La falta de anestesia y de pinzas de forcipresión mantenía atrasada a la cirugía por lo que no se hacían grandes operaciones. Se operaba sobre los miembros, se llegó a operar la catarata y dio Francisco Xavier de Córdova el primer curso de anatomía y cirugía prácticas. La Universidad contaba con muy pocos estudiantes de medicina. Los cirujanos eran casi todos de clase inferior. Los estudios teóricos y la parte práctica la hacían los estudiantes o el ya graduado al lado de un médico de reputación. Con frecuencia se presentaban epidemias de viruela, fiebre amarilla, catarro epidémico, fiebres diversas, etc. y empezó a usarse la estación cuarentenable del Mariel. Calculamos unos 100 médicos en ejercicio en toda la Isla al finalizar el siglo.

El Protomedicato hizo todo lo posible por cumplir sus funciones moderadoras, educativas, fiscalizadora e higienizante. Los médicos más destacados en esta segunda mitad del siglo XVII fueron: Ameller, Rodríguez Bedía, Manuel del Sacramento, Lorenzo Hernández, Tomás Romay, L. J. Machado, J. Recio de Oquendo, Matías Cantos, Nicolás del Valle, Juan Pérez Delgado, José Caro, J. J. de Ayala, J. R. de Oquendo, J. P. Bohórquez, Francisco Lubián y Diego Silveira.

Los progresos más notables de la medicina europea en este lapsus de tiempo fueron. Conocimiento de la entidad clínica de la pústuma maligna; primera arteriorrafia; señalamiento de la pelagra; descubrimiento del oxigeno, del protóxido de nitrógeno, ácido clorhídrico y amoníaco; vacuna contra la viruela. Sinfisiotomía subcutánea, punción de la vejiga, ligadura de grandes troncos arteriales, explicación del fenómeno de la combustión respiratoria, flebitis. Pinel primero en quitar la cadena a los locos, se emplea por primera vez el termómetro clínico en Inglaterra, Jenner observa el primer fenómeno de sensibilidad. Se hizo la primera paracentésis del tímpano, se conoció la pila eléctrica, se hizo el descubrimiento de los rayos ultravioletas, etc.

En España se destacó el Colegio Médico de Cádiz; se mejoraron los planes de estudio, se dividió el Protomedicamento, se fundó el Colegio de San Carlos. Nueva farmacopea española; vacunación contra la viruela y establecimiento de la enseñanza clínica.

En América se fundaron las universidades de Pensilvania, Columbia, Harvard, Quito y la de Buenos Aires. Se fundaron las escuelas de México y Pensilvania. Franklin inventó los anteojos y Terry hizo la primera cesárea en Argentina. Entre las epidemias extranjeras citaremos: Peste en Nápoles, Marsella y Moscoú. Fiebre amarilla en Cádiz, Filadelfia, N. York, etc. Viruela en muchos lugares. Brotes de peste bubónica al sur de Europa, pandemias gripales e ictericia hemorrágicas entre las tropas francesas en Egipto.

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