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Cuadernos de Historia de la Salud Pública

Print version ISSN 0045-9178

Cuad Hist Salud Pública  no.160 Ciudad de la Habana July-Dec. 2009

 

CUADERNOS DE HISTORIA DE LA SALUD PÚBLICA 106

 

Cátedra de Terapéutica con aplicación a la Clínica

1. La cátedra de Terapéutica en el plan de estudios de 1899. La asignatura de Terapéutica, Materia Médica y Arte de Recetar en los planes de estudio de 1900 y 1919. La cátedra de Terapéutica con aplicación a la Clínica en los planes de estudio de 1923, 1928, 1934, 1937 y 1941. La materia de Terapéutica en el plan de estudios de 1959. 2. Locales en los que se impartieron. 3. Frecuencia y horarios de clases. 4. Profesores titulares. 5. Profesores auxiliares. 6. Ayudantes graduados y profesores agregados. 7. Alumnos ayudantes. 8. Adscriptos, instructores y asociados. 9. Servicio de clínica de la cátedra. 10. Cambios de profesores de 1959 a 1962. 11. Programas de la asignatura. 12. Libros de texto y de consulta extranjeros recomendados en la cátedra. 13. Bibliografía docente producida por los profesores de la cátedra. 14. Consideraciones finales y testimonios. Referencias bibliográficas y documentales.

1. Una de las 4 cátedras con las que se fundó la Facultad Mayor de Medicina en 1728 fue la de Methodus Medendi o Terapéutica. En 1842, al producirse la gran reforma universitaria que secularizó la vieja Real y Pontificia Universidad de La Habana, la cátedra cambió su nombre por el de Terapéutica, Materia Médica y Arte de Recetar con el que arribó al final de la dominación española en Cuba.

Al implantarse el Plan Lanuza (1899), la cátedra con el solo nombre de Terapéutica quedó dividida en 2 asignaturas, una impartida en el tercer año del período de la licenciatura, Terapéutica 1er. curso y otra en el cuarto año, Terapéutica 2do. curso.

El Plan Varona, puesto en vigor en 1900, agrupó en la cátedra No. 3 las asignaturas de Terapéutica, Materia Médica y Arte de Recetar, 1 curso, que retomaba así su antiguo nombre; Historia Natural Médica Farmacológica, medio curso y Toxicología, medio curso.

Al siguiente año, una nueva reagrupación de asignaturas dejó las 2 primeras en la cátedra No. 3, la segunda de las cuales cambió su nombre por el de Farmacología, con la misma duración de medio curso, impartida en primer año y la de Terapéutica, Materia Médica y Arte de Recetar en cuarto. En esta misma reagrupación desapareció Toxicología como asignatura y se le agregó como contenido a explicar en la asignatura de Medicina Legal y Toxicología en la cátedra No. 10.

En el plan de estudios de 1919, la asignatura de Terapéutica, Materia Médica y Arte de Recetar, 1 curso, permaneció en el cuarto año, pero al implantarse la reforma de estudios de 1923 se independizó como cátedra No. 16 con el nuevo nombre de Terapéutica con aplicación a la Clínica explicada en el sexto año de la carrera. Con este nombre y número permaneció la cátedra hasta su desaparición en 1959.

En el plan de 1928 bajó al quinto año, para descender al cuarto en el de 1934 y ascender al quinto en el de 1937. En el plan de estudios de 1941 fue situada nuevamente en el sexto año de la carrera.

Por acuerdo del Claustro de la Facultad de Medicina de 25 de mayo de 1959 se modificó el plan de estudios vigente y la cátedra de Terapéutica con aplicación a la Clínica fue unida a la de Clínica Médica 1er. curso para formar la de Medicina Interna 2do. curso, desapareciendo como cátedra y asignatura independiente, de manera definitiva, hasta el presente.

2. Las clases de Terapéutica, que eran solamente teóricas, se dieron en las aulas del convento de "San Juan de Letrán" desde la fundación de la Universidad en 1728 hasta que se inauguró su laboratorio en 1880, situado en el local de San Isidro y Picota, donde había estado instalado el Hospital Militar de "San Ambrosio" y en el que se construyó, en 1873, el nuevo Departamento Anatómico.1

En dicho laboratorio se impartían las clases prácticas y las teóricas en el salón de clases del mencionado Departamento Anatómico hasta el traslado, en 1899, de todas las cátedras de la Facultad de Medicina para el edificio del antiguo cuartel de la Guardia Civil Española, situado en Belascoaín, esquina Zanja, hasta la calle Santiago, a la que daba su fondo. El aula de clases y el laboratorio de la cátedra, una junto al otro, quedaron situados en el piso alto, al fondo, en la esquina de la calle Santiago.2

A partir de la reforma universitaria de 1923, la asignatura de Terapéutica con aplicación a la Clínica va a trasladarse al Hospital "General Calixto García" para radicar en la sala "Yarini"(1*), altos del pabellón "Félix Giralt"(2*), que será desde entonces su servicio de clínica, en el que se darán las clases prácticas. Las teórico-prácticas se impartirán en una de las aulas del pabellón "Domingo Cubas"(3*) o en el salón de actos del Instituto del Cáncer, inaugurado en los terrenos del Hospital "General Calixto García" el 29 de mayo de 1929. El laboratorio de la antigua cátedra pasó a la nueva de Farmacología.

En 1941 se traslada el servicio de clínica para la sala "Bacallao"(4*), altos del pabellón "Cowley"(5*), donde radicará la cátedra de Terapéutica con aplicación a la Clínica hasta su desaparición definitiva en 1959.

3. Al ponerse en práctica el Plan Varona, en 1900, la asignatura de Terapéutica, Materia Médica y Arte de Recetar se impartía todo el curso, sus clases teóricas de lunes a jueves y las prácticas los viernes y sábados, todas de 1 a 2 p. m.3

Al ganar un servicio de clínica y perder el laboratorio en 1923, las clases prácticas se realizaban en dicho servicio 3 veces a la semana de 10 a 11 a. m. y las teóricas, que siempre que la naturaleza de las materias a explicar lo permitieran se daban en presencia de un enfermo para convertirlas en teórico-prácticas, se impartían en días alternos, con las prácticas, también 3 veces por semana y a la misma hora.4

A partir de 1941, en el nuevo servicio de clínica de la sala "Bacallao", las clases eran diarias y de naturaleza teórico-prácticas, realizándose ambos aspectos conjuntamente en el mencionado servicio.

4. Por Orden Militar No. 250 de 28 de diciembre de 1899 fue nombrado el doctor Rafael A. Cowley Valdés-Machado5 profesor numerario de la cátedra de Terapéutica, 2 cursos y tomó posesión el 1 de enero de 1900.

Por Orden Militar No. 266 de 30 de junio de 1900 fue confirmado como profesor el doctor Cowley Valdés-Machado y por la Orden Militar No. 280 de 12 de julio del propio año fue nombrado profesor titular de la cátedra No. 3 Terapéutica, Materia Médica y Arte de Recetar, Historia Natural Médica Farmacológica y Toxicología.

El doctor Cowley fue una de las figuras más eminentes de la medicina cubana en la segunda mitad del siglo XIX y primera década del XX. Formaba parte de una ilustre familia de médicos. Su padre, el doctor Ángel J. Cowley Alvirdes, fue el más notable profesor de Terapéutica en la Universidad de La Habana en la primera mitad del siglo XIX; su hermano, el doctor Luis M. Cowley Valdés-Machado, eminente profesor de Higiene Pública y Privada y su hijo, el doctor Rafael A. Cowley Odero, profesor supernumerario de Terapéutica, Materia Médica y Arte de Recetar, único docente universitario muerto en las guerras por nuestra independencia.

El doctor Cowley Valdés-Machado6 nació en La Habana el 28 de febrero de 1837. Se graduó de bachiller en medicina y cirugía el 6 de septiembre de 1858, de licenciado el 20 de octubre de 1859 y de doctor el 30 de enero de 1861. Aunque realizó todos sus estudios en la Universidad de La Habana por estar suprimida en ésta el grado de doctor de 1871 a 1878, tuvo que graduarse de doctor en ciencias naturales en la Universidad Central de Madrid el 29 de noviembre de 1872.

Con fuerte vocación por la enseñanza se dedicó a ella en la Universidad de La Habana desde muy joven. Catedrático suplente de Física en los cursos de 1852-1853 y 1858- 1859; de Terapéutica, Materia Médica y Arte de Recetar en los de 1859-1860 y 1861-1862 y catedrático auxiliar de la Facultad de Medicina, en virtud de concurso público y nombramiento por Real Orden de 15 de febrero de 1866. En este último cargo desempeñó las cátedras de Fisiología e Historia de la Medicina, sin interrupción, desde el 16 de febrero de 1866 al 28 de marzo de 1871 cuando fue separado. También realizó suplencias en las cátedras de Clínica Quirúrgica y Obstetricia durante el año 1870.

Catedrático auxiliar de la Facultad de Medicina, por concurso público, nombrado por Real Orden de 29 de diciembre de 1880, realizó ejercicios de oposición de extraordinaria brillantez en Madrid y obtuvo la cátedra de Terapéutica, Materia Médica y Arte de Recetar, como numerario de entrada, nombrado por Real Orden de 25 de noviembre de 1882. Tomó posesión el 21 de diciembre siguiente. Fue Vicesecretario, Secretario y Decano de la Facultad de Medicina y Bibliotecario de la Universidad de La Habana.

Ocupó muchos cargos y recibió numerosísimos honores a lo largo de su fructífera vida. Médico del hospital militar de La Habana; vacunador de la Comisión Central de La Habana; vocal de las Juntas Central y Provincial de Sanidad; vocal de la Junta Central de Caridad y Beneficencia; presidente de la Comisión de Terapéutica; presidente de la Comisión de Remedios Nuevos y Secretos y fundador del Premio Cowley para temas de Terapéutica en la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana.

De esta última institución fue miembro supernumerario (1864), de número (1866), de honor (1898) y bibliotecario (1869-1883). De la Real Sociedad Económica de Amigos del País de La Habana, miembro de número (1865), de mérito (1882), secretario (1879-1891) y su vicepresidente. Miembro correspondiente de las de Jaén, Huelva, Almería, Sevilla, Santa Cruz de Tenerife, Santiago de Compostela, Palma de Canarias, Barcelona y Lérida. Miembro de honor de la Sociedad Colombina Omnubulense. Miembro del Ateneo de La Habana. Comendador y Caballero de la Real Orden de Carlos III.

El doctor Cowley Valdés-Machado desempeñó la cátedra hasta su fallecimiento en La Habana el 1 de abril de 1908. Para cubrir el cargo fue nombrado, por Decreto del Gobernador Provisional de 14 de abril de 1908, por derecho de ascenso, el profesor auxiliar doctor Abraham Pérez Miró,7 cuyo nombramiento surtió efecto con fecha 2 de abril anterior.

El doctor Pérez Miró,8 aunque nacido en Marianao en 1857, desde niño vivió en España y en el Instituto de Segunda Enseñanza de Valladolid se graduó de bachiller en artes. En ese centro de estudios fue compañero del más tarde inmortal crítico de las letras de habla hispana don Marcelino Menéndez y Pelayo a quien derrotó en reñida oposición al premio ordinario de Literatura.

En la Universidad de Valladolid se graduó de licenciado en medicina y cirugía el 27 de junio de 1877, el Ministerio de Fomento le expidió el título el 16 de marzo de 1878 y el 8 de julio de ese año realizó el ejercicio de grado de Doctor en Medicina en la Universidad Central de Madrid. Su pobreza era tal en esa época que el mismo contó al doctor Oscar Jaime Elías que "iba tan mal vestido que llamaba la atención". Sin pagar los derechos por este último título regresó a Cuba donde incorporó el de Licenciado en Medicina y Cirugía en la Universidad de La Habana el 18 de enero de 1879 y no fue hasta el 9 de octubre de 1899 que el alto centro de estudios habanero le expidió su título de Doctor en Medicina.

Fue médico forense por oposición en Marianao, médico de visitas del Hospital "San Felipe y Santiago", de la Sociedad Francesa de Beneficencia, del Hospital "Número Uno" de La Habana, de la Quinta de Salud de Dependientes del Comercio de La Habana, de la Quinta de Salud "Nuestra Señora de la Covadonga", vocal de la Junta de Beneficencia de La Habana y de la Junta de Sanidad de Marianao y miembro fundador de la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana. Hombre de vasto saber, su cultura abarcaba no solo las ciencias médicas, sino también diversos campos de las letras y las artes y podía leer con soltura en varios idiomas, entre ellos el latín.

Por acuerdo de la Facultad de Medicina y Farmacia de 18 de diciembre de 1908, el doctor Pérez Miró, además de sus 2 asignaturas, explicó la de Terapéutica y Materia Médica en la Escuela de Cirugía Dental hasta que el doctor Ismael I. Clark Mascaró obtuvo por oposición la cátedra, ya con el nombre de Terapéutica aplicada a la Estomatología e Higiene, en 1920.

Por su mucha carga docente, el doctor Pérez Miró encargó la enseñanza de la asignatura de Farmacología en la Escuela de Medicina, al doctor Antonio M. Valdés-Dapena a partir del curso 1916-1917.

Al dividirse la cátedra por Ley de la República de 15 de octubre de 1923, por Decreto Presidencial de 27 de octubre siguiente fue nombrado el doctor Pérez Miró profesor titular, por opción, de la No. 28 Farmacología medio curso y el doctor Valdés-Dapena,9 profesor titular por ascenso de la No. 3 Terapéutica, Materia Médica y Arte de Recetar, 1 curso. Este último tomó posesión el 3 de diciembre de 1923.

Sobre los apellidos del doctor Valdés-Dapena, existe cierta confusión pues aparecen de distinta manera en algunos documentos. La razón es la siguiente. Su apellido paterno es Valdés, su padre procedía de la Casa de Maternidad y Beneficencia de La Habana, tenía por lo tanto un solo apellido y el materno es Dapena. Como Valdés Dapena firmó siempre hasta que convertido en uno de los médicos más prestigiosos de Cuba, por Decreto Presidencial de 20 de agosto de 1940, aparecido en la Gaceta Oficial 5 días después, fue autorizado a adicionar a sus apellidos el de Victorio, que era el segundo materno y usar como primero el de Valdés-Dapena, compuesto. El presidente de la República en esos momentos lo era el Coronel del Ejército Libertador doctor Federico Laredo Bru, de quien era el doctor Valdés-Dapena médico personal.

Nacido en Regla el 20 de mayo de 1878, tuvo el honor el doctor Antonio M. Valdés-Dapena Victorio,10 en su etapa de estudiante universitario, de disputar los premios ordinarios a esa figura cimera de la medicina cubana que fue el doctor Ángel A. Aballí y Arellano. Se graduó de Doctor en Medicina, el 9 de julio de 1901 con el segundo expediente de su curso, 23 sobresalientes y 2 notables en 25 asignaturas de la carrera de medicina propiamente dicha, sin la pre-médica, pero por la razón anteriormente apuntada obtuvo solamente 4 premios ordinarios y una mención honorífica. Fundó y dirigió una de las mejores instituciones privadas de enfermedades nerviosas y mentales de Cuba, el Sanatorio Valdés-Dapena, en el Cotorro, provincia Habana. Durante algunos años ocupó el cargo de director-médico del Hospital de Dementes de Cuba ("Mazorra"). Fue académico de número de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana y miembro titular de la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana.

El doctor Valdés-Dapena desempeñó la plaza de profesor titular de la cátedra de Terapéutica con aplicación a la Clínica hasta su fallecimiento, ocurrido en La Habana el 28 de mayo de 1952.

Por Decreto Rectoral de 5 de junio de ese año fue nombrado, por ascenso, profesor titular el doctor Ángel Pérez-André López,11 quien tomó posesión al siguiente día y fue el último en ocupar dicho cargo.

El doctor Pérez-André,12 provenía de una numerosa familia de patriotas orientales, era hijo del Coronel del Ejército Libertador y abogado doctor Gonzalo Pérez-André, Senador de la República (1909-1917) y gobernador provisional de Oriente (1933-1934) y sobrino-nieto del Mayor General de las 3 guerras de independencia Pedro A. Pérez y Pérez, el legendario héroe guantanamero General "Periquito"Pérez. Se graduó de Doctor en Farmacia en el Colegio Médico Quirúrgico de Philadelphia, Departamento de Farmacia, el 9 de julio de 1916 y en la Universidad de La Habana de Doctor en Farmacia, por incorporación, el 20 de febrero de 1917, de Doctor en Medicina el 15 de julio de 1922 y en el Seminario de Derecho Diplomático y Consular el 22 de febrero de 1927. Después de la caída de la dictadura del General Gerardo Machado, al fallecer su padre en el desempeño de la gobernación de la provincia de Oriente el 13 de octubre de 1934, fue nombrado el doctor Pérez-André como sustituto, cargo en el que 2 años después fue electo y tomó posesión el 23 de marzo de 1936. En las elecciones generales de 1940 se postuló, en la misma provincia, para Representante a la Cámara por el Partido Unión Nacionalista y quedó en el décimo lugar de los suplentes de dicho partido, por lo que se alejó de la política activa.13 Fue entusiasta dirigente de la Confederación Nacional de Profesionales Universitarios; presidente del Instituto del Café; miembro de honor de la Asociación Farmacéutica Nacional; miembro titular de la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana; Vicedecano de la Facultad de Medicina (1955-1958) y Decano (1958-1959). Fundó la Sociedad Cubana de Terapéutica en 1954.

5. La Secretaría de Instrucción Pública, a propuesta del Claustro de la Facultad de Medicina, nombró el 1 de marzo de 1900 al doctor Joaquín M. Álvarez González como jefe del laboratorio de la cátedra con categoría de profesor auxiliar.

Por muy poco tiempo ocupará dicho docente esta plaza pues en vista de la reforma de estudios dictada por la Orden Militar No. 260 de 30 de junio de 1900 (Plan Varona), el 5 de julio de ese año cesó en su cargo.

El doctor Álvarez González se graduó de Doctor en Medicina en la Universidad de La Habana el 24 de noviembre de 1899. Su tesis doctoral "Contribución al estudio de la acción fisiológica del guamá hediondo (Piscidia erythrina)", La Habana, 1900,14 realizada en la cátedra bajo la dirección del profesor Cowley Valdés-Machado, era continuación de otra tesis también llevada a cabo en la cátedra "Contribución al estudio de los efectos fisiológicos e indicaciones terapéuticas del guamá hediondo", La Habana, 1889, por el doctor Rafael A. Cowley Odero y ambas investigaciones fueron muy favorablemente comentadas en la época.

Para sustituir al doctor Álvarez González, la Secretaría de Instrucción Pública, nombró interinamente el 2 de noviembre de 1900 al doctor Abraham Pérez Miró catedrático auxiliar Jefe del Laboratorio y del Museo de la Escuela de Medicina. Sacada la plaza a ejercicios de concurso-oposición la obtuvo el propio doctor Pérez Miró, quien fue nombrado en propiedad por Orden Militar No. 68 de 9 de marzo de 1901 y tomó posesión el 11 de marzo siguiente.

Al fallecer el doctor Cowley Valdés-Machado y ascender a profesor titular el doctor Pérez Miró, el 10 de abril de 1908 fue propuesto para la plaza de profesor auxiliar el doctor Antonio M. Valdés-Dapena y nombrado interinamente 5 días después. Sacada la cátedra a ejercicios de concurso-oposición, fue ratificado en dicho cargo el doctor Valdés-Dapena, el 7 de octubre de ese año.

Por tener la cátedra una fuerte carga docente, pues sus 2 profesores tenían que impartir las 2 asignaturas que la componían, además de enseñar esas materias en la Escuela de Cirugía Dental, por Decreto Presidencial No. 1870 de 30 de noviembre de 1920 se creó el cargo de profesor auxiliar interino de la cátedra No. 3 y se nombró en él al doctor Oscar Jaime Elías,15 quien unos años después llegó a ser notable profesor titular de la cátedra No. 28 Farmacología. Tomó posesión el 3 de noviembre de 1920.

Al dividirse la antigua cátedra por la reforma de estudios de 1923, la plaza de profesor auxiliar de la No. 16 Terapéutica con aplicación a la Clínica quedó vacante y se nombró en ella, interinamente, por Decreto Presidencial de 6 de marzo de 1924, al doctor Fernando Costales Latatú, quien 3 meses más tarde la obtuvo en propiedad tras brillantes ejercicios de concurso-oposición y fue nombrado por Decreto Presidencial de 30 de junio del propio año.

El doctor Costales Latatú16 fue una gran promesa de la medicina cubana que tronchó la muerte tempranamente. De apellido ilustre en las letras y en las ciencias cubanas, su abuelo el doctor Manuel Costales Govantes fue notable abogado y una figura importante de las letras en el país en el pasado siglo; su tío-abuelo, Luis Costales fundó con los doctores Nicolás J. Gutiérrez Hernández y Ramón Zambrana Valdés la primera publicación periódica médica del país, el Repertorio Médico Habanero; su tío, Bernardo Costales Sotolongo, fue un distinguido hombre de las letras en el siglo XIX y su hermano, el doctor Manuel Costales Latatú, un notable cirujano y profesor auxiliar de Clínica Quirúrgica en la Universidad de La Habana. Se graduó de Doctor en Medicina el 1 de julio de 1916 con uno de los mejores expedientes de su curso, 26 sobresalientes y 13 premios ordinarios. Profesor de grandes cualidades docentes y simpatía personal, a los 30 años obtuvo brillantemente su cátedra y 4 años más tarde, en enero de 1928, fallecía para llenar de luto la Universidad de La Habana y la medicina cubana.

Durante la enfermedad del doctor Costales Latatú le sustituyó desde el 31 de octubre de 1927, el doctor Ángel Pérez-André López, el más antiguo de los ayudantes graduados de la cátedra. Una vez ocurrido el fallecimiento continuó en el cargo y fue nombrado interinamente por Decreto Rectoral de 14 de marzo de 1928. Sacada a concurso-oposición, obtuvo la plaza el propio doctor Pérez-André, quien fue nombrado en propiedad por Decreto Presidencial de 2 de marzo de 1929 y tomó posesión 9 días más tarde.

El Consejo de la Facultad de Medicina acordó el 8 de octubre de 1934 elevar al Consejo Universitario la propuesta de sustitución provisional del profesor auxiliar doctor Pérez-André, que había sido nombrado gobernador de facto de la provincia de Oriente, por el doctor Rodolfo Sotolongo Vila, el más antiguo de los ayudantes graduados. El Consejo Universitario lo aprobó al día siguiente y tomó posesión dicho docente el 11 de octubre siguiente. Este cargo interino lo desempeñó hasta el 17 de agosto de 1940 en que se reintegró el doctor Pérez-André.

Al fallecer el doctor Valdés-Dapena y ascender a profesor titular el doctor Pérez-André, quedó vacante la plaza de auxiliar. Sacada a ejercicios de concurso-oposición concurrieron a ellos los doctores Sotolongo Vila y Rafael J. Cowley Campodónico,17 ambos profesores agregados de muy larga trayectoria. El tribunal lo integraron: como presidente, el doctor Pérez-André; secretario, el doctor Eusebio Lorenzo López, profesor agregado de Patología General y vocales los doctores Oscar Jaime Elías, profesor titular de Farmacología, José J. Centurión Maceo, profesor titular de Clínica Médica y Rafael Inclán Guas, profesor auxiliar de Clínica Médica.

En el concurso, el doctor Cowley Campodónico obtuvo 30 puntos y el doctor Sotolongo Vila, 21,60. Este último se retiró sin asistir a ninguno de los 4 ejercicios de la oposición. El doctor Cowley obtuvo en total 97,5 puntos. En el ejercicio teórico le tocó en suerte impartir una clase sobre "Usos y abusos de las vitaminas en terapéutica" y en el práctico hacer el diagnóstico e imponer tratamiento a 3 pacientes de la sala "Torralbas" del Hospital Universitario "General Calixto García", que resultaron ser casos de: insuficiencia cardíaca, fiebre tifoidea y diabetes y tuberculosis. Por Resolución Rectoral de 2 de octubre de 1952 fue nombrado profesor auxiliar en propiedad con derecho de ascenso y tomó posesión ese mismo día.

El doctor Cowley Campodónico,18 nieto del doctor Cowley Valdés-Machado, se graduó de Doctor en Medicina en la Universidad de La Habana el 18 de agosto de 1927, de Doctor en Ciencias Naturales el 30 de julio de 1934 y de Doctor en Pedagogía el 11 de agosto de ese mismo año. Fue alumno ayudante de Clínica Quirúrgica por Resolución Rectoral de 13 de octubre de 1926 y cesó en el cargo el 18 de agosto de 1927 por su graduación de médico. Realizó estudios de posgrado en la John Hopkins Medical School de Baltimore, EE. UU. A. de 1930 a 1931. Por Decreto Presidencial de 6 de julio de 1929 fue nombrado profesor titular de Fisiología General, Alimentación Racional, Primeras Curas y Fisiología Aplicada a los Ejercicios en el Instituto Nacional de Educación Física, dirigido entonces por el notable esgrimista y pedagogo de la educación física, profesor Desiderio Ferreira Ruiz. Alumno interno, médico consultante, médico de visitas y jefe de clínica del Hospital Universitario "General Calixto García" y su director de 1948 a 1953. Miembro de la Junta de Gobierno de la Facultad de Medicina. Delegado de la Escuela de Medicina en el Retiro Médico y después en el Seguro Médico de 1944 a 1960. Miembro del Comité Ejecutivo de la Federación Médica de Cuba. Miembro titular de la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana y de la Sociedad Cubana de Biología.

El doctor Cowley Campodónico fue el último de los profesores auxiliares de la cátedra de Terapéutica con aplicación a la Clínica.

6. El 10 de diciembre de 1901 fue propuesto como ayudante graduado de la cátedra, en virtud de haber aprobado los ejercicios prácticos de oposición el recién graduado doctor Antonio M. Valdés-Dapena. Tomó posesión ese mismo día y se mantuvo en el cargo por ejercicios similares hasta el 15 de abril de 1908 en el que pasó a la plaza de profesor auxiliar interino.

Para sustituir al doctor Valdés-Dapena, por Decreto Rectoral de 14 de mayo de 1908 fue nombrado, por oposición, el doctor Oscar Jaime Elías como ayudante graduado interino y tomó posesión ese día.

Aunque de manera oficial solamente había una plaza de ayudante graduado en la cátedra, parece que sin nombramiento, el doctor Jaime Elías desempeñó dichas funciones, pues en comunicación del Decano de la Facultad de Medicina y Farmacia, doctor Diego Tamayo Figueredo, en 1920, al Rector de la Universidad, doctor Gabriel Casuso Roque, se dice que el doctor Jaime desempeñaba el puesto desde 1902.

Por oposiciones anuales se mantuvo en la plaza dicho docente hasta diciembre de 1920 en que tomó posesión del recién creado cargo de profesor auxiliar interino de Terapéutica, Materia Médica, Arte de Recetar y Farmacología. Por Decreto Rectoral de 30 de septiembre de 1921 fue nombrado el doctor Octavio Torres Momplett19 ayudante graduado, por oposición y se mantuvo como tal hasta que por Decreto Presidencial de 20 de marzo de 1924 se le nombró profesor auxiliar de la cátedra No. 26 Química Biológica en concepto de interino y tomó posesión 2 días después.

Al dividirse la antigua cátedra, por Ley de la República de 15 de octubre de 1923, cada una de las nuevas contó con 3 plazas de ayudantes graduados. En 2 de la sala de Terapéutica con aplicación a la Clínica, por Decreto Rectoral de 17 de mayo de 1924 fueron nombrados los doctores Ángel Pérez-André López y Teodosio Valledor Campo, por oposiciones realizadas en marzo de ese año. Estas plazas tenían de duración 2 años académicos y dichos docentes las ocuparon en los cursos comprendidos de 1923-1925. La tercera plaza la obtuvo, también por oposición, el recién graduado doctor Rodolfo Sotolongo Vila,20 por Decreto Rectoral de 27 de octubre de 1924, pero este último docente para los cursos comprendidos de 1924-1926.

El doctor Valledor Campo21 que había realizado nuevas oposiciones el 17 de junio de 1925 y tomado posesión el 30 de septiembre de ese año abandonó su cargo al ser nombrado, también por oposición, ayudante graduado de la cátedra de Patología y Clínica Infantiles por Resolución Rectoral de 1 de octubre de 1927. Para ocupar dicho puesto vacante realizó ejercicios de oposición, el 21 de octubre siguiente, el doctor Rafael J. Cowley Campodónico, quien fue nombrado por Resolución Rectoral de 13 de febrero de 1928 y tomó posesión 2 días más tarde. El doctor Cowley Campodónico realizó nuevas oposiciones y fue ratificado en su cargo por Resolución Rectoral de 1 de octubre de 1929 y tomó posesión ese día.

El doctor Pérez-André concurrió a las oposiciones del 17 de junio de 1925 y tomó posesión el 30 de septiembre siguiente. Por nuevos ejercicios fue ratificado en su plaza por Decreto Rectoral de 1 de octubre de 1927 y la dejó vacante al tomar posesión, el 23 de marzo de 1928, del cargo de profesor auxiliar interino.

Para ocupar la plaza de ayudante graduado dejada en libertad por el doctor Pérez-André fue nombrado interinamente el doctor Juan M. Rodríguez de la Cruz,22 por Decreto Rectoral de 9 de abril de 1928, y tomó posesión ese día. Un año y medio después fue nombrado en propiedad, por oposición, por Decreto Rectoral de 1 de octubre de 1929.

Para mantenerse en su cargo, el doctor Sotolongo Vila realizó 3 oposiciones y fue ratificado por Resoluciones Rectorales de 15 de julio de 1926, 10 de julio de 1928 y 30 de junio de 1930.

El doctor Sotolongo Vila23 realizó los ejercicios para el grado de Doctor en Medicina el 15 de julio de 1924 y se le extendió el título el 16 de septiembre de ese año. De notables cualidades como especialista en medicina interna llevó a cabo una de las carreras hospitalarias más prolongadas de su época en Cuba. Fue alumno interno del Hospital "General Calixto García" de octubre 1 de 1920 a octubre 1 de 1923. En el propio hospital desde 1924, en la sala "Bacallao", fue médico de visitas y jefe de clínica, en gran parte del tiempo, hasta su jubilación en 1962, después de recibir un cálido homenaje de profesores, médicos y alumnos de dicha institución hospitalaria en la que laboró durante 42 años. Fue miembro titular de la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana.

Con posterioridad a la clausura de la Universidad de La Habana en diciembre de 1930 no se celebraron nuevas oposiciones para ayudantes graduados y por la VI Disposición Transitoria de los nuevos Estatutos Universitarios desde su puesta en vigor, el 27 de febrero de 1937, los que desempeñaban dichos cargos fueron considerados profesores agregados interinos.

El doctor Sotolongo Vila fue ratificado profesor agregado en propiedad por Resolución Rectoral de 28 de octubre de 1944 y el Consejo Universitario en sesión de 8 de diciembre del propio año, le reconoció derecho de ascenso; el doctor Cowley Campodónico fue confirmado en propiedad por Resolución Rectoral de 8 de marzo de 1939 y el Consejo Universitario, en sesión de 19 de abril de 1944 le concedió derecho de ascenso y el doctor Rodríguez de la Cruz fue ratificado en propiedad por Resolución Rectoral de 16 de septiembre de 1944, pero a pesar de corresponderle esa opción, en su expediente administrativo No. 8375 no aparece que se le reconociera derecho de ascenso.

Graduado de Doctor en Medicina en la Universidad de La Habana el 7 de julio de 1925, el doctor Rodríguez de la Cruz24 realizó estudios de posgrado en París y fue por muchos años médico del Dispensario del Patronato para la profilaxis de la Lepra, Enfermedades Cutáneas y Sífilis (PLECS) de La Habana. De profunda vocación por la cerámica artística se convirtió en un notable ceramista y maestro de muchas generaciones de consagrados en este exquisito arte. En los años finales de la década de 1940 compró una pequeña fábrica en Santiago de las Vegas con su amigo, el eminente neurocirujano y profesor agregado de la cátedra de Anatomía e Histología Patológicas, doctor Carlos M. Ramírez Corría, empresa que fracasada en un principio, lo hizo continuarla por su cuenta y llegar a dominar el arte de la cerámica en todos sus detalles. Entre sus alumnos de entonces se cuentan los grandes pintores cubanos Amelia Peláez, Mariano Rodríguez y René Portocarrero. Al triunfo de la Revolución entregó su taller, renunció su cargo docente en la Facultad de Medicina y fue nombrado director de una fábrica de cerámica roja en Camagüey por el Comandante del Ejército Rebelde doctor Ernesto Guevara de la Serna. Durante varios años trabajó con éste en el Ministerio de Industrias para regresar finalmente a su taller en Santiago de las Vegas donde continuó realizando una notable labor como artista de la cerámica y profesor, incluso de cursos para niños, alguno de los cuales impartió en el Museo de Artes Decorativas de La Habana, hasta su fallecimiento el 30 de septiembre de 1990 a la avanzada edad de 87 años. Fue de los primeros médicos que colaboraron con el Partido Comunista de Cuba desde los años finales de la década de 1920.25,26

Al ocupar el doctor Pérez-André el cargo de gobernador de la provincia de Oriente, fue sustituido interinamente como profesor auxiliar por el doctor Sotolongo Vila y la plaza de éste quedó provisionalmente sin cubrir. Por Disposición Rectoral de 13 de junio de 1937 fue nombrado el doctor Eduardo Cutié Mancebo27 profesor agregado interino, pues en ese momento era el único instructor que tenía la cátedra. Se mantuvo en el cargo hasta que se reintegró el doctor Pérez-André, el 17 de agosto de 1940 y pasó entonces el doctor Cutié Mancebo nuevamente a su cargo de instructor el 5 de octubre de ese año.

Como el doctor Cowley Campodónico ocupaba interinamente la plaza de profesor auxiliar de la cátedra de Patología Médica y la suya de profesor agregado de Terapéutica con aplicación a la Clínica no había sido cubierta, el doctor Valdés-Dapena propuso en varias ocasiones que continuara el doctor Cutié Mancebo como profesor agregado interino, ahora en la plaza del doctor Cowley. Esto, sin embargo, se cumplió solo en parte, casi 5 años más tarde, cuando por Resolución Rectoral de 4 de mayo de 1945 se le confirieron al doctor Cutié funciones de profesor agregado sin que eso llevara implícito el nombramiento como tal. Tomó posesión el 9 de mayo de 1945. Durante el tiempo comprendido de 1940 a 1945 el referido docente desempeñó sin sueldo las funciones de profesor agregado que tan necesarias eran a la cátedra.

Al tomar posesión el doctor Cowley Campodónico del cargo de profesor auxiliar de Terapéutica con aplicación a la Clínica, el 2 de octubre de 1952 quedó vacante su plaza de profesor agregado, la cual venía desempeñando el doctor Cutié Mancebo, quien siguió a su frente interinamente hasta casi 4 años más tarde en que se cubrió en propiedad.

Sacada a ejercicios de concurso-oposición, que fueron muy discutidos, concurrieron a ellos los doctores Cutié Mancebo, Eugenio A. Ballesteros Golás, Fernando Pérez Montes y Adolfo Rodríguez de la Vega. El tribunal lo compusieron: como presidente el doctor Pérez-André; secretario el doctor Ortelio Martínez-Fortún Foyo, profesor auxiliar de Higiene y Legislación Sanitaria y vocales los doctores Moisés Chediak Ahuayda, profesor auxiliar de Microscopia y Química Clínica; Eusebio Lorenzo López, profesor agregado de Patología General y Juan M. Rodríguez de la Cruz.

El doctor Ballesteros Golás se retiró en el primer ejercicio de la oposición. El último ejercicio se realizó el 22 de marzo de 1955 y al día siguiente se dieron los resultados. Los doctores Chediak Ahuayda, Lorenzo López y Martínez-Fortún votaron a favor del doctor Cutié Mancebo; el que más puntos le asignó fue el doctor Chediak con 86,07. El doctor Pérez-André votó por el doctor Pérez Montes con 78,66 puntos y al doctor Cutié Mancebo solo le dio 67,66 y el doctor Rodríguez de la Cruz votó por el doctor Rodríguez de la Vega con 86,69 puntos.

El doctor Pérez Montes presentó recurso de alzada impugnando el fallo del tribunal, lo que demoró el nombramiento del doctor Cutié Mancebo durante algo más de un año. Por Resolución Rectoral de 26 de junio de 1956 fue nombrado y tomó posesión ese día. Para concurrir a dichas oposiciones, el doctor Cutié disfrutaba de licencia sin sueldo, en sus funciones de profesor agregado interino, desde el 25 de marzo de 1954.

7. El Claustro de la Facultad de Medicina nombró el 27 de febrero de 1900 como ayudante preparador de la cátedra de Terapéutica, 2 cursos, al señor Antonio M. Valdés-Dapena, estudiante en esos momentos del quinto año de la carrera de medicina, quien tomó posesión el 1 de mayo siguiente. Cesó en el cargo el 5 de julio de 1900 en virtud de las reformas dictadas por la Orden No. 266 de 30 de junio del propio año.

Por Resolución Rectoral de 31 de agosto de 1900 y a propuesta del Claustro de Medicina fue nombrado alumno ayudante de la cátedra de Terapéutica, Historia Natural Médica Farmacológica y Toxicología el señor Valdés-Dapena. Tomó posesión el 1 de septiembre de 1900 y ocupó el cargo hasta el 30 de septiembre de 1901, 3 meses después de graduado de Doctor en Medicina. El cargo de alumno ayudante de la cátedra desapareció desde entonces para dar paso al de ayudante graduado que también ocupó, por oposición, el ya doctor Valdés-Dapena.

Por la reforma universitaria de 1923 se crearon nuevamente los cargos de alumnos ayudantes en la Facultad de Medicina y Farmacia. En el de la cátedra de Terapéutica con aplicación a la Clínica fue nombrado, por oposición, el señor Rodolfo Sotolongo Vila, estudiante del quinto año de medicina, quien lo desempeñó en el curso de 1923-1924 y cesó en el mismo al graduarse de doctor en medicina en el último de estos años.

Por Decreto Rectoral de 2 de octubre de 1925, en virtud de oposiciones, fue nombrado en el cargo al señor Sócrates F. Rosell Franco,28 quien se mantuvo en el desempeño del mismo hasta su graduación de Doctor en Medicina, el 27 de agosto de 1927. Años más tarde, graduado también de Doctor en Ciencias físico-matemáticas, el doctor Rosell Franco llegó a ser un destacado profesor titular de matemáticas de los Institutos de Segunda Enseñanza de Güines y No. 2, El Vedado, de La Habana. Autor de muy útiles obras de texto de sus cátedras, fue miembro fundador de la Sociedad Cubana de Ciencias Físicas y Matemáticas. No hemos encontrado otros alumnos ayudantes de la cátedra de Terapéutica con aplicación a la Clínica y dichos cargos desaparecieron a partir del año 1934.

8. Al ponerse en vigor la carrera profesoral, el Claustro Pleno de la Facultad de Medicina en sesión de 17 de mayo de 1940, a propuesta de la Comisión Permanente de Adscripción, acordó el ingreso, como adscriptos, en la cátedra de Terapéutica con aplicación a la Clínica de los doctores David Cazañas Aldama y Rafael J. Pérez Díaz;29 en sesión de 22 de octubre de 1941 ingresó el doctor Antonio M. Valdés-Dapena Galtés;30 en la de 27 de abril de 1944, los doctores Francisco R. de la Huerta Aguiar, Arturo Cervera Fernández-Taquechel, María del C. Ortiz Gómez y Clara Ramírez Ugarriza;31 en la de 14 de agosto de 1946, los doctores Marcial A. Martí Prieto, Carlos Taboada Millás, Adolfo R. Rodríguez de la Vega, Luis M. Cowley Morales, Sara de los A. Cuervo Alonso y Saúl E. Ponsdomenech Quiñones;32 en la de 3 de noviembre de 1950, los doctores Orlando A. Cowley Chávez, Fernando Costales Sáenz, Enrique J. Capote Trespalacios, Antonio E. Sentí Paredes, Antonio I. Prats Canalejo y Darío Ibáñez Farrés;33 en la de 5 de febrero de 1953, los doctores Emilio San Martín y San Martín y Carlos M. Menéndez Roque34 y en sesión de 20 de marzo de 1956, los doctores Jesús T. Fernández Echazabal, Eduardo V. del Valle Morejón, José L. Fernández Echazabal, Constantino Núñez Ramos y Gilberto de Marchena Ojanguren.35

Al crearse los cargos de instructores en 1928, al siguiente año, por pruebas de oposición fue nombrado en la cátedra de Terapéutica con aplicación a la Clínica el doctor Eduardo Cutié Mancebo.

La Junta de Gobierno de la Facultad de Medicina en sesión de 5 de octubre de 1938 acordó reconocer el trabajo total del antiguo instructor doctor Cutie Mancebo y por Decreto Rectoral de 31 del propio mes y año lo ratificó en el cargo.36

Por acuerdo del Claustro de Medicina, en sesión de 14 de agosto de 194637 se le otorgó certificado de aptitud a los instructores de la cátedra de Terapéutica con aplicación a la Clínica doctores Eugenio Tamayo Boza, Aurelio Martín Jiménez, Rafael J. Pérez Díaz y Manuel M. Ramos Ramírez. En la misma sesión se acordó la permanencia del doctor Cutie Mancebo como instructor indefinido, hasta que se determinara su cesación. Este docente oficialmente mantuvo su plaza hasta el 26 de junio de 1956 en que tomó posesión, en propiedad, del cargo de profesor agregado de la cátedra.

Por acuerdo del Claustro de Medicina en sesión de julio 25 de 1949 se otorgó certificado de aptitud a los instructores doctores Clara Ramírez Ugarriza y Francisco R. de la Huerta Aguiar;38 en la de 2 de abril de 1951, al doctor Arturo Cervera Fernández-Taquechel;39 en sesión de 12 de julio de 1951, al doctor Luis M. Cowley Morales;40 en la de 4 de diciembre de 1951, al doctor Marcial A. Martí Prieto;41 en la de 18 de enero de 1952, al doctor Adolfo F. Rodríguez de la Vega;42 en sesión de 17 de enero de 1956, al doctor Antonio E. Sentí Paredes43 y en la de 23 de octubre de 1959, al doctor Carlos M. Menéndez Roque.44

Es posible que muchos de estos instructores hallan pasado a ser asociados a la cátedra, pero sólo tenemos constancia documental de los doctores Clara Ramírez Ugarriza, María del C. Ortiz Gómez, Arturo Cervera Fernández-Taquechel, Juan A. Simón Gutiérrez, Francisco R. de la Huerta Aguiar, Jesús T. Fernández Echazabal y Armando Pena Pereiro.

9. Por la reforma de estudios universitarios de 1923, la cátedra de Terapéutica con aplicación a la Clínica pudo contar en 1924, con servicio de clínica propio, con la sala "Yarini" en el Hospital "General Calixto García". Hasta ese momento dicha sala había estado destinada para la reclusión de narcómanos y se encontraba en condiciones deplorables.

Con un crédito extraordinario concedido por la Facultad de Medicina y Farmacia se logró hacerle los arreglos necesarios. La sala disponía de 20 camas de hombres. Se le dotó de un laboratorio clínico adjunto pues las condiciones del laboratorio general del hospital dejaban mucho que desear. Se organizó en la sala un archivo propio de historias clínicas y la cátedra tuvo necesidad de encargarse por su cuenta de la impresión de todo el material de modelos de hojas clínicas, carátulas y otros. Conjuntamente se estableció una consulta externa en el Dispensario "Cowley", pabellón "Albarrán", donde se explicaba la terapéutica sintomática a los alumnos y se fomentó en la sala una pequeña biblioteca con la colaboración de todos los docentes.

En marzo de 1935, con motivo de los sucesos producidos por la huelga obrera que paralizó el país, el Hospital "General Calixto García" fue tomado militarmente y despojada la cátedra de su servicio de clínica, al igual que las demás de la Facultad de Medicina y Farmacia que poseían servicios en dicha institución.

En enero de 1938, al cesar la ocupación militar, el servicio de clínica le fue devuelto a la cátedra. El archivo de hojas clínicas con más de 1 000 historias, perfectamente clasificadas, no solo numérica y alfabéticamente sino también por enfermedades y éstas por aparatos, fue destruido, sustraído de sus archivos metálicos, así como la totalidad de los volúmenes de la pequeña biblioteca.

En el propio año 1938, al ocupar completamente la cátedra de Enfermedades de las Vías Urinarias con su Clínica el Dispensario "Cowley", la consulta externa de la de Terapéutica con aplicación a la Clínica pasó al sótano de la sala "Yarini".

El servicio clínico tuvo que ser de nuevo organizado, con solo un presupuesto de $ 480 anuales para toda la cátedra. A sus rehechos archivos de historias clínicas y pequeña biblioteca se le agregaron archivos de radiografías, electrocardiogramas, metabolismo basal y fotográfico. En 1939, el Presidente de la República, Coronel doctor Federico Laredo Bru, de quien era médico personal el doctor Valdés-Dapena, donó a la cátedra un aparato de fluoroscopia marca Westinghouse, que por muchos años y a pesar de su intenso uso permitió realizar una fructífera labor a los docentes, tanto en sus actividades asistenciales como en la enseñanza.

Con créditos de la cátedra se obtuvo también el siguiente instrumental: un equipo de metabolismo basal marca Jones, un electrocardiógrafo Samborns, un aparato de inyectar oxígeno Thoms, un microscopio Spencer, colorímetro Hegel, aparato de diatermia de onda corta Best-Lee, centrífuga eléctrica, rectosigmoidoscopio, mesa ginecológica y otros equipos menores y se le agregó un Departamento de Gastroenterología que daba servicio a todo el hospital.45

En mayo de 1941, a virtud de la reorganización efectuada por la Junta de Gobierno del Hospital Universitario "General Calixto García" se trasladó el servicio clínico de la cátedra a la sala "Bacallao", altos del pabellón "Cowley", que hasta ese momento era destinada a cirugía. A partir de entonces, el servicio fue mixto al poseer una sala de hombres, con 20 camas y una de mujeres, con otras 20. Se instalaron también sus diferentes archivos, biblioteca, laboratorio clínico y departamento de gastroenterología. La consulta externa fue ubicada en un local del sótano del propio pabellón "Cowley", cedido por el profesor Clemente Inclán Costa, jefe del servicio de pediatría del hospital, que tenía como sede la sala "Albertini" situada en la planta baja de dicho pabellón.

Poco tiempo después, el presupuesto para la cátedra y su servicio clínico fue rebajado, así en el curso de 1943-1944 era solamente de $ 335. Para poder sufragar los gastos de compras de equipos, libros, subscripciones de revistas y otros, los profesores, instructores, adscriptos y asociados de la cátedra contribuyeron con una pequeña cuota mensual durante los años de las décadas de 1940 y 1950.

La Junta de Gobierno del Hospital Universitario "General Calixto García" en sesión de 25 de julio de 1951 dispuso que la sala de hombres del servicio de clínica se denominara "Valdés-Dapena", en honor del notable profesor Antonio M. Valdés-Dapena Victorio, quien había dedicado, hasta ese momento, medio siglo de su fructífera vida a la enseñanza en la cátedra. De este modo la sala de mujeres conservaba el nombre que había llevado el servicio hasta entonces, "Bacallao", con el que se honraba la memoria del joven médico mambí cubano Miguel Bacallao y Amill, graduado de licenciado en medicina y cirugía en la Universidad de La Habana, el 25 de enero de 1894, el cual se incorporó a las filas del Ejército Libertador de Cuba el 1 de marzo de 1896, con el grado de Comandante de Sanidad y que ascendido a Teniente Coronel el 15 de junio del propio año, murió gloriosamente en combate en la finca Gómez, cerca de Batabanó, apenas 2 meses más tarde el 8 de agosto de 1896. El servicio de clínica se llamó desde entonces "Bacallao-Valdés Dapena".

La jefatura del servicio, al crearse este en 1924, le fue adjudicada al profesor auxiliar de la cátedra doctor Fernando Costales Latatú, pues era al que poseyera esta categoría docente a quien le correspondía el cargo. Por acuerdo de los profesores titulares y auxiliares ese mismo año, pasó a desempeñarla el doctor Rodolfo Sotolongo Vila, que era en esos momentos ayudante graduado. El doctor Sotolongo Vila fue ratificado en el cargo en 1928, al tomar posesión como profesor auxiliar el doctor Ángel Pérez-André López y se mantuvo en la plaza, salvo en los años de la ocupación militar del hospital, hasta octubre de 1952 en que tomó posesión el doctor Rafael J. Cowley Campodónico, quien había ganado por oposición el cargo de profesor auxiliar de la cátedra.

El doctor Cowley Campodónico, hombre autoritario, enemistado con el doctor Sotolongo Vila, despojo a éste de las funciones asistenciales en las salas del servicio a partir de su toma de posesión, así como al doctor Cutié Mancebo. En 1956 dichos profesores fueron encargados de la explicación de la mitad del curso de Terapéutica con aplicación a la Clínica. En abril de 1959, el profesor titular doctor Pérez-André, los reintegró al servicio de clínica y el 10 de mayo de 1959 se hizo cargo nuevamente de su jefatura el doctor Sotolongo, para mantenerse en la plaza hasta su jubilación en 1962.

10. Al reiniciar sus actividades docentes la Facultad de Medicina de la Universidad de La Habana, después del triunfo revolucionario del 1 de enero de 1959, el profesorado de la cátedra de Terapéutica con aplicación a la Clínica estaba integrado de la siguiente forma: profesor titular, doctor Ángel Pérez-André López; profesor auxiliar, doctor Rafael J. Cowley Campodónico y profesores agregados, doctores Rodolfo Sotolongo Vila, Juan M. Rodríguez de la Cruz y Eduardo Cutie Mancebo.

El claustro de la Facultad de Medicina, en sesión de 25 de mayo de 1959 entre otros tomó el acuerdo siguiente:

2º En lo adelante la Cátedra de Terapéutica se denominará provisionalmente Cátedra de Medicina Interna No. 9. Sus profesores pasarán a ser profesores de Medicina Interna conservando sus categorías actuales y conservando también sus actuales servicios hospitalarios".46

El Consejo Universitario, el 18 de junio de 1959, aprobó igualmente dicho acuerdo.

En esa misma fecha, el doctor Rodríguez de la Cruz se encontraba ya en trámites de jubilación, después de 30 años en la docencia de la cátedra, para dedicarse a sus trabajos artísticos en cerámica. Por ello, 6 meses después presentaba la renuncia:

La Habana, 4 de enero de 1960

Al Consejo Universitario

por conducto reglamentario

Señores.

El que suscribe Dr. Juan Miguel Rodríguez de la Cruz, cubano, casado y mayor de edad, vecino de calle C No. 604 en el Vedado, ante ustedes expone:

Que vengo a presentar y presento la renuncia irrevocable de mi cargo de Profesor Agregado de la cátedra de Terapéutica con aplicación a la Clínica (Cátedra No. 16) de la Escuela de Medicina.

Que esta renuncia se presenta con carácter irrevocable y con el ruego de que sea aceptada y tramitada con la mayor urgencia que ese organismo pueda darle.

Soy de ustedes con la mayor consideración

Dr. Juan Miguel Rodríguez de la Cruz47

Se le aceptó la renuncia por Resolución Rectoral de 9 de enero de 1960.

El doctor Pérez-André, que había sido electo Decano de la Facultad de Medicina el 12 de febrero de 1958 y tomó posesión el 4 de marzo de ese año, ocupaba dicho cargo al producirse los sucesos conocidos como "El colinazo", el 2 de febrero de 1959, en los que un grupo de alumnos y profesores destituyeron a las autoridades de la Facultad de Medicina, la Junta de Gobierno del Hospital Docente "General Calixto García" y proclamaron Decano Revolucionario al doctor Armando Ruiz Leiro.

El doctor Pérez-André se mantuvo en su cargo como Decano Oficial hasta el 16 de febrero en que se hizo entrega del mismo al Vicedecano doctor Rodolfo J. Guiral González, profesor titular de Enfermedades Nerviosas y Mentales con su Clínica, alegando estar enfermo. El 7 de marzo se le aceptó la renuncia, pero continuó como Decano hasta 5 días después en que tomó posesión el nuevo Decano electo doctor Carlos F. Cárdenas Pupo, profesor titular de Clínica Médica.

En diciembre de 1959 se le sometía al doctor Pérez-André a expediente de depuración ante el Tribunal Depurador de la Escuela de Medicina, pero unos meses más tarde era declarado absuelto.

El doctor Cowley Campodónico fue acusado ante la Comisión Mixta Depuradora por el capitán del Ejército Rebelde Omar Fernández Cañizares, presidente de la Asociación de Alumnos de la Facultad de Medicina y el estudiante Eduardo Cutié León, de haber proferido palabras obscenas al personal del servicio de clínica de la cátedra al tomar posesión de su jefatura en 1952, de haber desplazado injustamente a dicho personal, de incapacidad docente y otras acusaciones.

La Comisión Mixta Depuradora, el 14 de julio de 1959, lo suspendió por un año de empleo y sueldo. El doctor Cowley Campodónico presentó recurso de alzada contra dicho fallo y declaró a su favor en el juicio siguiente, entre otros, el comandante del Ejército Rebelde doctor Eduardo B. Ordaz Ducungé. El 1 de octubre de 1959, el propio tribunal lo declaró absuelto de los cargos que se le imputaban.

El doctor Cutié Mancebo fue también acusado ante la Comisión Mixta Depuradora por el capitán Omar Fernández Cañizares, el 6 de mayo de 1959, de incapacidad docente y de haber sido favorecido en el fallo del tribunal de los ejercicios de concurso-oposición en que el obtuvo su cátedra en 1956.

El fiscal acusador, alumno Esteban Regalado García, expuso en el juicio que de los 26 últimos profesores que habían ingresado en la Facultad de Medicina, uno lo fue "de dedo", el doctor José Macho Dobal en la cátedra de Fisiología y 25 por concurso-oposición. De estos, 13 asistieron sin contrarios a los ejercicios y 12 con contrarios y que era opinión general de que los últimos mencionados 5 demostraron ser los mejores y los otros 7 como los peores entre los aspirantes, sin tener el número de méritos científicos, técnicos y pedagógicos que deben exigirse a un profesor de la Facultad de Medicina. Entre estos 7 se incluía al doctor Cutié Mancebo.

La Comisión Mixta Depuradora lo declaró absuelto el 9 de julio de 1959. El alumno Regalado García presentó recurso de alzada contra dicho fallo el 20 de julio siguiente, pero la Comisión ratificó su absolución el 7 de octubre de 1959.

En la borrascosa reunión del claustro de la Facultad de Medicina de 29 de julio de 1960, los doctores Pérez-André, Cowley Campodónico y Cutié Mancebo votaron a favor de la moción que no aceptó la Junta Superior de Gobierno de la Universidad y se declararon en rebeldía contrarrevolucionaria, por lo que dicha junta en sesión de 1 de agosto siguiente los suspendió de empleo y sueldo y los sometió a expediente disciplinario.

La propia Junta, en sesión de 19 de octubre de 1960, tomando en cuenta que el doctor Pérez-André tenía 63 años de edad y 36 de docencia en la Universidad, dictó resolución concediéndole la jubilación. Cesó oficialmente en el cargo el 31 de octubre de 1960.

Los doctores Cowley Campodónico y Cutié Mancebo fueron separados definitivamente de sus cargos al aplicarles la Junta Superior de Gobierno de la Universidad en sesión de 13 de enero de 1961, el artículo 1 de la Ley No. 917 de 31 de diciembre de 1960.

El doctor Sotolongo Vila que votó junto a los profesores revolucionarios en la sesión del claustro de 29 de julio de 1960, quedó como único profesor de la antigua cátedra, en esos momentos parte del Departamento de Medicina No. 12. El doctor Sotolongo que desde el 10 de mayo de 1959 se había hecho cargo de la jefatura del servicio de clínica en las salas "Bacallao-Valdés-Dapena" y que era realmente desde entonces el único profesor de la cátedra en funciones, pues los doctores Pérez-André, Cowley Campodónico y Cutié Mancebo estaban acusados ante la Comisión Mixta Depuradora y el primero ya con los pródromos de la enfermedad de Parkinson que un tiempo más tarde lo incapacitaría por completo, solicitó a la Junta Superior de Gobierno de la Universidad, el 25 de octubre de 1960, su ascenso a profesor titular o de no ser posible a profesor auxiliar. El organismo superior universitario en sesión de 4 de noviembre de 1960 le reconoció el derecho a percibir haberes de profesor auxiliar y en la de 5 de diciembre siguiente modificó tal acuerdo y le reconoció derecho a percibir sueldo de profesor titular y consideró que desde el 1 de noviembre anterior venía desempeñándose como tal.

La propia Junta Superior de Gobierno en sesión de 27 de febrero de 1962 lo contrató, por 5 años, como profesor (equivalente a titular) del Departamento de Medicina, pero en sesión de 17 de septiembre de 1962 se le rescindió el contrato para que se acogiera a jubilación y 3 días más tarde le fue concedida la misma por la Dirección de Seguridad Social del Ministerio del Trabajo.

El profesor Sotolongo Vila, de gran prestigio docente y científico y honradez acrisolada, fue de los profesores que no renunciaron su cátedra en los momentos de crisis y de maniobras contrarrevolucionarias, pero ya jubilado, unos años más tarde abandonó el país junto a su familia.

El 12 de septiembre de 1960, entre los profesores interinos contratados por la Junta Superior de Gobierno de la Universidad para el Departamento de Medicina Interna se encontraban los doctores Adolfo Rodríguez de la Vega, antiguo adscripto e instructor y Armando Pena Pereiro, asociado a la cátedra.48

El doctor Rodríguez de la Vega, de vertical conducta revolucionaria contra la dictadura del general Batista se incorporó en la provincia de Las Villas a la columna invasora No. 8 al mando del comandante Ernesto Guevara de la Serna en la zona de Sancti Spíritus y participó en el combate de Güinia de Miranda, la toma de Fomento, Cabaiguán, Sancti Spíritus y en la batalla de Santa Clara, donde fue nombrado capitán ayudante por el legendario guerrillero.49

Alumno interno y médico interno por expediente y médico residente por oposición del Hospital Docente "General Calixto García", en esta institución inició su carrera profesoral en 1946 en la cátedra de Terapéutica con aplicación a la Clínica, en la que realizó en 1955 unos meritorios ejercicios de concurso-oposición. En la etapa revolucionaria ha desarrollado una extraordinaria labor docente como profesor titular de Medicina Interna y Presidente de la Comisión Nacional del Asma del Ministerio de Salud Pública. Fue de los primeros a quien la Comisión Nacional de Grados Científicos le otorgó el Doctorado en Ciencias Médicas, el 10 de febrero de 1981.

Al ponerse oficialmente en vigor la reforma de estudios universitarios el 10 de enero de 1962 figuraban en el profesorado de la Facultad de Medicina los siguientes docentes formados en la antigua cátedra de Terapéutica con aplicación a la Clínica: los doctores Adolfo Rodríguez de la Vega y Antonio Sentí Paredes, profesor y profesor auxiliar, respectivamente, del Subdepartamento de Medicina Interna y Armando Pena Pereiro, profesor auxiliar del Subdepartamento de Propedéutica Clínica, todos del Departamento de Medicina Interna.

El doctor Sentí Paredes después de una notable labor docente y científica como profesor titular falleció en La Habana hace algunos años en pleno trabajo creador y los doctores Rodríguez de la Vega y Pena Pereiro continúan en la actualidad sus tareas docentes y científicas como profesores titulares de la Facultad de Medicina "General Calixto García", considerados dos de los internistas más connotados del país.

11. Sobre el programa de la asignatura de Terapéutica, Materia Médica y Arte de Recetar a partir de 1900 se lee en "Universidad de La Habana. Memoria Anuario correspondiente al curso académico de 1902 a 1903" lo siguiente:

… se comienzan por generalidades de la misma, después se estudian de una manera general las manifestaciones que pueden originar los agentes terapéuticos en cada una de las funciones y tras estos preliminares se principia el estudio especial de los agentes terapéuticos, su modo de ser absorbidos y eliminados, sus efectos fisiológicos y la posología, para los ponderables, y al estudiar las indicaciones, se hacen resaltar las contraindicaciones y las incompatibilidades.

En un día o dos a la semana hacen los alumnos trabajos experimentales en el Laboratorio, ya para comprobar en animales los efectos que se han explicado en las conferencias o para hacer análisis que les muestren la metamorfosis que han sufrido y el estado en que se eliminan. Cada vez que se termina el estudio de un medicamento, formulan el mismo bajo diferentes formas farmacéuticas para dejar más impresas las dosis y las incompatibilidades.

A la asignatura por falta de clínica se le da el mayor carácter practico.50

Después de la reforma universitaria de 1923, en la cual la asignatura se independizó como cátedra y ganó un servicio de clínica el programa, a grandes rasgos, comprendía:51

Consideraciones generales sobre terapéutica y plan de estudios. Generalidades. Arte de recetar.

I. Medicación anti-infecciosa:

1. Medicación quimioterápica de las enfermedades producidas por los protozoarios.

2. Medicación anti-infecciosa específica.

3. Medicación antiséptica general.

4. Medicación antimicrobiana.

5. Proteinoterapia y anafilaxia.

6. Medicación anti-infecciosa general no específica.

II. Medicación antiparasitaria:

1. Medicación antiparasitaria externa e interna.

2. Tratamiento de las parasitosis externas e internas.

III. Terapéutica de los accidentes producidos por los agentes físicos.

IV. Terapéutica de las intoxicaciones y envenenamientos.

V. Dietética y enfermedades de la nutrición.

VI. Terapéutica del aparato digestivo.

VII. Terapéutica hepato-biliar.

VIII. Terapéutica cardio-vascular-sanguínea.

IX. Terapéutica de las afecciones renales.

X. Terapéutica de las afecciones bronco-pleuro-pulmonares.

XI. Terapéutica del sistema nervioso.

XII. Terapéutica de las enfermedades del aparato genital.

XIII. Opoterapia.

XIV. Fisioterapia.

XV. Hidroterapia.

XVI. Climatoterapia.

XVII. Crenoterapia.

Durante los años de las décadas de 1940 y 1950, el programa de la asignatura incluía, salvo pequeñas variaciones, los siguientes contenidos:52

I. Introducción al estudio de la terapéutica general, especial y clínica.

II. Medicaciones sintomáticas.

III. Terapéutica de las enfermedades del sistema circulatorio.

IV. Terapéutica de las enfermedades del aparato respiratorio.

V. Terapéutica de las enfermedades del aparato digestivo y glándulas anexas.

VI. Terapéutica de las enfermedades del aparato urinario.

VII. Terapéutica de las enfermedades infecciosas.

VIII. Alergia y su tratamiento.

IX. Dietética y tratamiento de las enfermedades de la nutrición.

X. Terapéutica de las enfermedades de las glándulas de secreción interna (Endocrinoterapia- Hormoterapia).

XI. Terapéutica de las enfermedades del sistema nervioso (Sistema cerebroespinal y neurovegetativo).

XII. Terapéutica de las enfermedades de los órganos hematopoyéticos y la sangre.

XIII. Elementos esenciales de terapéutica física en la clínica: Medicina Física Clínica y las principales aplicaciones de los modificadores naturales en Cuba. Clinoterapia. Crenoterapia.

XIV. Normas fundamentales para la lucha nacional y la terapéutica moderna contra el cáncer.

XV. Recientes avances en el campo de la terapéutica médica.

12. En los últimos años de su larga etapa profesoral el doctor Cowley Valdés-Machado recomendaba como obras extranjeras de consulta: "Materia Médica" de Nontnagel y Rosbach y "Terapéutica" de Mancuad.

El doctor Pérez Miró señalaba estos mismos libros, pero al final de los años de la década de 1910 agregó la "Terapéutica" de Richaud.

Al reiniciarse las actividades docentes en la Universidad de La Habana después de la caída de la dictadura del General Gerardo Machado, el doctor Valdés-Dapena recomendaba: "Terapéutica Clínica" de Carnot; "Clínica Terapéutica" de Paul Savy, pero principalmente "Terapéutica con sus fundamentos de Farmacología Experimental" del doctor Benigno Lorenzo Velásquez, académico de número de la Real Academia Nacional de Medicina de España y profesor titular de Terapéutica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza. Esta obra, muy popular entre los médicos cubanos, se recomendó desde su primera edición en 1936 hasta la octava en 1958. Del profesor Velásquez fue muy utilizado también el "Formulario con sus fundamentos de Terapéutica Clínica" desde su primera edición en un tomo, 1933, hasta la oncena, 1957, en 2.

El doctor Pérez-André indicaba: "Terapéutica Clínica" de Beckman; la extensa obra del profesor Cardini "Terapéutica Clínica", en 7 tomos; "Tratado de Terapéutica Clínica" de Messini; "Práctica Terapéutica" de Rehfus, Kennelly, Albright y Price; "Terapéutica Clínica" del doctor José Viciedo, profesor de Terapéutica de la Universidad de Santiago de Chile, aunque su preferido era "Terapéutica Clínica y Farmacodinamia" del eminente profesor de Terapéutica de la Facultad de Medicina de Montevideo, Uruguay y director del Instituto de Medicina Experimental, doctor Héctor J. Roselló, obra en 3 volúmenes, profusamente ilustrada con cerca de 900 figuras, en su mayoría originales del autor, verdadero modelo de exposición erudita de conocimientos terapéuticos.

Otra obra muy utilizada lo fue "Farmacopea de los Estados Unidos de América", desde su novena revisión (1910) hasta la decimosexta, en sus ediciones en español.

13. El doctor Rafael Cowley Valdés-Machado, apasionado bibliófilo y bibliógrafo, es una de las grandes figuras de la ciencia y la cultura cubanas del siglo XIX a quién más debe la historiografía general del país y muy en particular nuestra historiografía médica.

A su amor a la historia patria se debe la recopilación de "Los tres primeros historiadores de la Isla de Cuba", La Habana, 1876, obra en 3 tomos "adicionada con multitud de notas y aumentada con descripciones históricas de la mayor parte de las ciudades, villas y pueblos de esta Isla que en ella se mencionan" como muy bien apuntara el doctor Cowley Valdés-Machado, editada en colaboración con el señor Andrés Pego en la imprenta y librería de dicho impresor en La Habana.

Esta obra reproduce en su primer tomo los siguientes libros: "Llave del Nuevo Mundo Antemural de las Indias Occidentales. La Habana descripta: noticias de su fundación, aumentos y estado" redactada por el regidor perpetuo don José Martín Félix de Arrate; "Memoria sobre la ciudad de San Felipe y Santiago de Bejucal" por don Manuel Mariano Acosta, con la colaboración de don Isidro González y el presbítero doctor Antonio Pérez Guzmán y "Noticias Históricas de la villa de la Asunción de Guanabacoa" del abogado don Cayetano Núñez de Villavicencio.

El segundo tomo contiene: "Teatro histórico jurídico y político militar de la Isla Fernandina de Cuba y principalmente de su capital La Habana" por el doctor Ignacio José de Urrutia y Montoya, inédita hasta ese momento; "Historia de Baracoa" y "Noticias sobre Bayamo", ambas sin consignarse autor e "Historia de Trinidad" de don Francisco Lavallé, adicionada por unas valiosas "Noticias dadas por el cura de su iglesia parroquial referente a la fundación de sus templos" y cierra el volumen un artículo del doctor Cowley Valdés-Machado sobre "Historia del doctor Urrutia".

Y el tercer tomo agrupa: "Historia de la Isla de Cuba y en especial de La Habana" de don Antonio José Valdés; "Historia de Puerto Príncipe" de don Tomás Pío Betancourt; "Historia de Sancti-Spíritus" de don Tadeo Martínez Moles y termina el volumen con un largo apéndice sobre "Parroquias existentes en la diócesis de La Habana y Santiago de Cuba: con ligeras noticias sobre los templos y poblados donde están establecidas".

Con ser tan importante este aporte a la cultura cubana, su mayor contribución a la historiografía nacional y principalmente a la historiografía médica lo es, sin lugar a dudas, su libro original "Breves noticias sobre la enseñanza de la medicina en la Real y Pontificia Universidad del Máximo Doctor San Jerónimo", Imprenta y Librería de A. Pego, La Habana, 1876, obra clásica de nuestra bibliografía de imprescindible conocimiento a todo docente de las ciencias médicas en nuestro país.

Sobre este mismo tema había publicado un año antes el folleto "Historia de la Facultad de Medicina de La Habana", La Habana, 1875 y en la Revista de Ciencias Médicas (1890) el artículo "Apuntes para la historia de la Facultad de Medicina de la Universidad de la Habana".

En los Anales de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, publicó sus documentados "fastos necrológicos" con datos biográficos y estadísticos sobre los médicos fallecidos en Cuba de 1870 a 1879 y su "Elogio fúnebre del Dr. Antonio Mestre Domínguez", leído en la sesión extraordinaria de la propia academia, el 15 de diciembre de 1887, y que fue impreso también en folleto en 1888. Su bibliografía científica no es menos importante y en su casi totalidad esta relacionada muy directamente con las materias de la cátedra. Sus tesis doctorales constituyen 2 valiosas monografías: "Las plantas medicamentosas de Cuba pueden sustituir a la mayor parte de las exóticas", La Habana, 1860, presentada en la Facultad de Medicina y "¿Puede considerarse la respiración como un fenómeno químico?", La Habana, 1878, Leída en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Madrid en 1872.

Una obra muy útil del doctor Cowley Valdés-Machado es su "Agenda Médica de 1866", Imp. de B. May, La Habana, 1866, libro de 141 páginas que contiene: 1º lista de todos los médicos de la Isla, de las boticas, comadronas y dentistas de La Habana; 2º posología de la mayor parte de los medicamentos; 3º memorial terapéutico; 4º recursos en casos de envenenamiento y asfixia; 5º aguas minerales nacionales y extranjeras; 6º Facultad de Medicina y Farmacia de la Real Universidad, Academia de Ciencias y Cuerpo de Sanidad Militar, para concluir el volumen con una tabla de hidrología cubana y un estado de los vacunados en toda la Isla. Al siguiente año publicó un nuevo volumen "Agenda Médica de 1867. Segundo Año", ampliado a 205 páginas.

Otros trabajos de importancia lo son:"Historia natural y médica del café" (1870); "Del alcohol como sustancia tóxica" (1873); "Propiedades medicamentosas de las zarzaparrillas" (1873); "Clorato de potasa en la estomatitis mercurial "(1874); "Tratamiento del ántrax por las incisiones subcutáneas" (1874); "Tratamiento quirúrgico de las cavernas pulmonares" (1874); "Informe sobre la cantidad de materias orgánicas contenidas en el agua de la Zanja" (1874), folleto; "Remedios nuevos y secretos. Informe sobre la administración de las preparaciones fenicadas en la fiebre amarilla" (1880); "Informe sobre la necesidad de que la vacunación y revacunación sean obligatorias" (1880); "Informe sobre un remedio nuevo para la profilaxis y curación de la fiebre amarilla" (1882); "Nota relativa al opio cubano" (1885); "Herida del cuero cabelludo. Influencia de la sífilis en su duración" (1888) y "Monografía sobre la rosa francesa: Nerieum oleander" (1893), entre otros muchos artículos, informes terapéuticos e informes médico-legales.

Su bibliografía docente en la cátedra de Terapéutica, Materia Médica y Arte de Recetar comprende: "Lección inaugural del curso de Terapéutica". La Habana, 1887; numerosos programas de la asignatura de los que conozco, "Programa de Terapéutica, Materia Médica y Arte de Recetar, curso 1883-1884", Imp. La Central, 1884, 47 págs; idem, curso 1884-1885, tipografía de Ruiz y Hermano, 1885, 20 págs; idem, curso de 1885-1886, igual imprenta, 1886, 18 págs, idem, curso de 1887-1888, sin pie de imprenta, 1888, 24 págs; idem, curso de 1888-1889, sin pie de imprenta, 1889, 40 págs y "Programa de las lecciones de Terapéutica, Materia Médica y Arte de Recetar, curso 1891-1892", Imp. La Moderna, 1892, 47 págs y la completa "Lecciones de Terapéutica, Materia Médica y Arte de Recetar" que circuló en forma de cuadernos, actualizada periódicamente, desde los primeros años de su período profesoral y que se mantuvo como verdadera obra de texto, aun después de su fallecimiento.

El doctor Abraham Pérez Miró no publicó obra de texto alguna a pesar de sus cualidades de escritor puestas de relieve en ensayos como "Elogio póstumo del Dr. Federico Hortsmann", La Habana, 1902 y "Elogio del Dr. Rafael A. Cowley" (1910), aparecidos en la Revista Médica Cubana; en sus artículos dados a conocer en 1918 bajo el título general de "Mis Díaz Médicos" y en su "Discurso de despedida de los alumnos de terapéutica" (1911), publicado en la Revista de Medicina y Cirugía de La Habana.

Su obra científica no es muy numerosa, pero en ella se exponen aportes de gran originalidad e importancia, como en sus estudios "Las vacunas bacterianas administradas por la vía gástrica" (1911), que vio la luz en la Revista de Medicina y Cirugía de La Habana y en la Crónica Médico Quirúrgica de La Habana y "Vacunas bacterianas por vía gástrica, rectal y en uso local" (1925) aparecido en Revista de Medicina y Cirugía de La Habana y en Anales de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, en los que prueba que desde 1901 venía empleando con éxito las vacunas antitifoidea y anticolibacilar por vía gástrica en el tratamiento de estos estados morbosos, así como también del empleo en las infecciones microbianas localizadas en la piel y en las mucosas accesibles, de vacunas mezcladas a glicerina neutra al 1 por 10, aplicadas localmente, investigaciones que lo sitúan entre los precursores de dichos estudios en todo el mundo.

El doctor Oscar Jaime Elías, su discípulo predilecto, colaborador y continuador en la cátedra, ha dejado escrito sobre los estudios del profesor Pérez Miró en el que analiza y defiende, cuando era rudamente atacada, la teoría homeopática de Samuel Haknemann sobre el modo de comportarse en el organismo la dosis mínima de medicamento, sus mecanismos de acción, las respuestas a veces tan evidentes como intensas de aquellas y que el cubano demostró estudiando la droga digital. Investigaciones posteriores han confirmado los resultados del doctor Pérez Miró.

El doctor Jaime Elías también expone en su medular conferencia "En memoria del profesor Abraham Pérez Miró", Cuaderno de Historia de la Salud Pública No. 63, La Habana, 1981, que en una nota publicada en 1902 con el título "Vehiculización de Unos Medicamentos por Otros", su admirado amigo y maestro emite la hipótesis de que: "las sustancias capaces de disminuir la velocidad de los líquidos del organismo y dotadas de una movilidad y gran poder de difusión, facilitarán la absorción más rápida de un medicamento tardo en llegar al punto a que se le destina". Unos años más tarde los progresos de la bioquímica y de la farmacología confirmaron plenamente esta hipótesis.

La originalidad de los trabajos del doctor Pérez Miró rebasa sin embargo, los límites de la terapéutica, así en su artículo "Aparatos especiales para fracturas de las extremidades" (1890) se nos muestra como uno de los precursores de la traumatología en Cuba al idear y fabricar estos aparatos de yeso y cuero; en "Un signo de tiflitis estercoral" (1902), explica este signo que comprueba hundiendo el dedo en el ciego, relleno de excremento y en "Lengua Grippal" (1909) describe 5 diferentes tipos de lengua en esta enfermedad y el artículo mereció ser reproducido en la obra "Infecciones gripales" del notable clínico español doctor Antonio Piga.

Otros trabajos del doctor Pérez Miró sobre terapéutica lo son: "Breve noticia acerca del tratamiento de los pólipos del meato urinario en la mujer por la pasta de Viena" (1886); "Histero-epilepsia. Amaurosis. Afonía y disfonía tratados con éxito por la sugestión en la vigilia e hipnótica" (1888); "Sueroterapia en la fiebre amarilla" (1899); "Terapéutica práctica. El ácido bórico" (1902); "Tratamiento de la tuberculosis por el amoníaco" (1907); "Seis casos tratados por el suero antigonocóccico de Parke Davis" (1908); "Medicamentos antiparasitarios" (1909); "Incompatibilidad del peróxido de hidrógeno con el yoduro de potasio y el yodoformo" (1909); "Conferencia sobre los zoicídas" (1909); "Un tratamiento antiséptico biológico de la piorrea alveolar" (1913) e "Intolerancia por medicamentos, por alimentos y por olores" (1924).

El doctor Antonio M. Valdés-Dapena Victorio, de muy escasa producción científica, publicó a la muerte del doctor Rafael A. Cowley Valdés-Machado un artículo necrológico en la Revista de Medicina y Cirugía de La Habana (1908) y muchos años más tarde leyó en la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, el 30 de noviembre de 1937 su conferencia "Rafael Cowley en la Universidad" que no aparece publicada en los Anales de dicha institución, ni sabemos si la dio a la imprenta en alguna oportunidad.

De su obra científica solo conocemos 3 artículos: "Fractura del cráneo con hundimiento de los fragmentos. Trepanación" (1901); "Apuntes de terapéutica experimental. Acción inhibitoria de la quinina en el protoplasma vegetal" (1902) y "Antagonismo entre la estricnina y la quinina" (1903), aparecidos todos en la Revista de Medicina y Cirugía de La Habana y su trabajo de ingreso como académico de número en la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana "La evolución de la opoterapia suprarrenal hacia su concepto actual" (1952), publicado en Anales de la corporación, que no pudo ser leído por su autor debido a su inesperada muerte.

Poco después de su ascenso a profesor titular el doctor Valdés-Dapena envió a la imprenta su "Lecciones de Terapéutica Clínica", como obra de texto de la cátedra, reimpresa y actualizada múltiples veces. Al ingresar su hijo, el doctor Antonio M. Valdés-Dapena Galtés, como adscripto en la docencia de terapéutica se dio a la tarea de recopilar las conferencias actualizadas que pronunciaba el profesor Valdés-Dapena, editadas por Isidro Hernández y que se publicaron en 3 tomos, 1947, 998 págs. En esa edición la materia se agrupa de la siguiente manera: 1º tomo, medicación sintomática y aparato circulatorio (362 págs.); 2º tomo, aparato respiratorio y aparato digestivo (345 págs) y 3º tomo, aparato urinario, enfermedades infecciosas, alergia, nutrición, secreciones internas y sistema nervioso (291 págs.).

En 1951 el profesor Rodolfo Sotolongo Vila y el entonces instructor doctor Adolfo Rodríguez de la Vega, revisaron y actualizaron exhaustivamente dicha obra de texto, la que fue publicada por la Editorial Ayala en 5 manuables tomos de 822 págs., en total, en los cuales la materia quedó distribuida como sigue: 1º tomo, medicación sintomática (231 págs.); 2º tomo, aparato circulatorio y sistema nervioso (127 págs.; 3º tomo, aparato respiratorio (124 págs.); 4º tomo, aparato digestivo (140 págs.) y 5º tomo, aparato renal, terapéutica anti- infecciosa, glándulas endocrinas y alergia (200 págs.).

El último de los profesores titulares de la cátedra, el doctor Ángel Pérez-André López, publicó en 1954, editado por Isidro Hernández, un nuevo libro de texto, "Terapéutica Clínica", 2 tomos, 1095 págs, en colaboración con los profesores Rafael Cowley Campodónico y Juan M. Rodríguez de la Cruz y el adscripto doctor Carlos M. Menéndez Roque. El primer tomo contiene: terapéutica general, renal, sistema nervioso central, sistema sexual y neuroendocrino (521 págs.) y el segundo: aparato respiratorio, circulatorio y digestivo (574 págs.).

El doctor Pérez-André, sintió verdadera curiosidad por la historia de la terapéutica, pero principalmente por la de su cátedra a cuyos temas le dedicó el primer capítulo de su libro; el artículo "Creación y evolución de la Cátedra de Terapéutica de la Universidad" (1931), publicado en el Boletín Farmacéutico, y su "Lección inaugural del Curso Académico de 1952-1953" pronunciada el 3 de noviembre de 1952 y recogida en folleto al siguiente año. Pero es preciso decir que todos estos trabajos contienen numerosos errores históricos.

Apasionado de la hidrología y la climatología fue un asiduo colaborador de la Sociedad y el Instituto de dichas ramas de la ciencia aplicadas a la medicina. Entre otros trabajos publicó: "La génesis de la Sociedad Nacional de Hidrología y Climatología y la colaboración de la Cátedra de Terapéutica Clínica de la Universidad de La Habana" (1932), "Opiniones personales de algunos hombres de ciencias acerca del Instituto de Climatología" (1932) y unos pocos artículos más especializados.

La dedicación del doctor Rodolfo Sotolongo Vila a la cátedra no solo se comprueba al analizar su labor en el servicio de clínica de la misma, sino también por la redacción de numerosa bibliografía docente.

A solo 3 años de su iniciación en la enseñanza aparece su libro "Manual de Arte de Recetar", La Habana, 1927, que contiene conferencias recopiladas y publicadas por el entonces alumno de medicina doctor Reinaldo Gómez Ortega, seguido de "Prácticas de Técnica Terapéutica", La Habana, 1928, integrado por lecciones practicas dadas en el servicio de clínica de la sala "Yarini" a los alumnos de la asignatura, también publicado por el señor Gómez Ortega. Sus "Conferencias de Clínica Terapéutica" aparecen en forma de folletos mimeografiados publicados en diferentes años y en los que se recogen algunas de sus lecciones impartidas en los cursos de 1927-1928, 1928-1929, 1929-1930, 1933-1934, 1938-1939 y 1940-1941. "Terapéutica del Aparato Respiratorio", La Habana, 1938 y "Tratamiento de las endocrinopatías", La Habana, 1939, recogen conferencias suyas publicadas por el estudiante de medicina, Raúl Ons. Sus artículos científicos, sin embargo, a penas pasan de 10.

El doctor Sotolongo Vila tuvo a su cuidado la revisión de la importante obra "Terapéutica Biológica" del notable clínico francés doctor Gastón Lyon, publicada por la Editorial Uteha en 1938 y a él se debe también un gran aporte a la cultura científica nacional al recopilar y ordenar los manuscritos inéditos de "Flora Cubana", obra del médico y botánico cubano del siglo XIX doctor Sebastián Alfredo de Morales, quien escribió tan importante estudio entre 1884 y 1894 y fue premiado en París en 1900, año de su fallecimiento.

Un profesor que dejó numerosa bibliografía lo fue el doctor Rafael Cowley Campodónico, entre la que es preciso destacar su libro "Dietética", Cultural S. A, La Habana, 1930; sus folletos publicados por la Editorial Buxó, "Lo que todo diabético debe saber", La Habana, 1932; "Terapéutica Clínica. Medicación antisifilítica", La Habana, 1932 y "Terapéutica Clínica. Amebiasis, paludismo y reumatismo articular agudo", La Habana, 1934 y de sus artículos, que pasan de 60, solo citaremos: "Una nueva teoría sobre el origen de la diabetes" (1932); "La sal sódica del ácido iso-amil-barbitúrico como efectivo tratamiento del envenenamiento por la estricnina" (1934); "El azul de metileno como tratamiento de envenenamiento por los cianuros" (1934); "La quinidina en el tratamiento de la fibrilación auricular" (1934); "Tratamiento de la intoxicación aguda mercurial mediante el sulfoxilato formaldehído sódico" (1935); "Vermífugos cubanos" (1936); "Derivados del ácido barbitúrico y sus efectos tóxicos" (1936) y "Evolución del tratamiento de la diabetes" (1936).

El doctor Eduardo Cutié Mancebo, de escasa bibliografía científica colaboró en el libro "Insuficiencia ventricular izquierda", Biblioteca Médica de Autores Cubanos, La Habana, s. f., del doctor Filomeno Rodríguez Acosta con la redacción del capítulo sobre "Tratamiento de la insuficiencia ventricular izquierda" y entre sus artículos citaremos: "Tratamiento de la angina de pecho" (1937); "Medicación diurética" (1937); "La glucosa en Terapéutica" (1938) y "Consideraciones Farmacológica-clínicas sobre la Digital"(1938).

14. La enseñanza de la terapéutica en la Facultad de Medicina de la Universidad de La Habana no experimentó mejoría alguna al pasar la cátedra del Departamento Anatómico en San Isidro y Picota al local del antiguo cuartel de la Guardia Civil Española en Zanja y Belascoaín.

Impartida en forma casi completamente teórica, con solo unas pocas demostraciones prácticas en su pequeño laboratorio, se mantuvo la asignatura hasta la reforma universitaria de 1923 en que se logró adscribirle a la cátedra un servicio de clínica, que duplicó su número de camas en 1941 al pasar a la planta alta del pabellón "Cowley". A este servicio se unieron algunos otros, como consulta externa, laboratorio clínico, departamento de gastroenterología, diferentes archivos y una pequeña biblioteca, los que se vieron extremadamente limitados en su desarrollo por un exiguo presupuesto y algunos de ellos lograron subsistir por el sacrificio económico de sus docentes.

La pequeñez de los locales destinados a la enseñanza tanto teórica como práctica; la plétora de alumnos, mal que confrontó la totalidad de las cátedras principalmente en las 4 últimas décadas de la etapa estudiada; la ausencia de algunos de sus profesores por largos períodos; las rivalidades entre ellos; la falta en general de material docente sobre todo para brindar una enseñanza practica aceptable y la ausencia completa de actividades investigativas, fueron los factores negativos más importantes que impidieron que la cátedra obtuviera los logros esperados dentro de los diferentes planes de estudio en vigor durante los 60 años historiados.

No obstante estas limitaciones es innegable que por su servicio de clínica pasaron, cumpliendo la carrera hospitalaria, en sus etapas de alumnos y médicos internos, médicos residentes y asociados, así como en su formación docente en los períodos de adscripción e instructoría, no pocos profesionales que han dado prestigio con su obra científica y su conducta ciudadana a la medicina en nuestro país.

Sobre el doctor Rafael A. Cowley Valdés-Machado, la figura más alta de la cátedra de Terapéutica, Materia Médica y Arte de Recetar, reproducimos los testimonios de 2 de sus alumnos, en diferentes momentos de su largo profesorado, que dejan ver las características de la docencia de la asignatura en los años anteriores a que ésta ganara algo en calidad con la incorporación de la enseñanza práctica en el servicio de clínica y muestran algunas de las características personales negativas del destacado profesor que lo hicieron poco simpático a sus alumnos.

El doctor Bernardo Escobar Laredo, que además de médico fue crítico teatral y firmaba sus crónicas periodísticas con el pseudónimo de Fra Diávolo, escribió en 1893 sobre su profesor:

Cowley es grueso, ojiazul, alto, rosado, más parece detallista enriquecido que Doctor en Medicina. Y es lo último, y es catedrático, por oposición, de Terapéutica, Materia Médica y Arte de Recetar.

Es el Herodes de la Facultad de Medicina de la Real Universidad de la Habana. Hijo de un hombre ilustre, cuya memoria todo el mundo adora, bendice y respeta, honra y prez un día de la Facultad de Medicina, cupule á su ilustre padre tener por heredero en la cátedra á este hermoso hijo cuya mayor alegría es dar un suspenso y explicar todo… menos Terapéutica, Materia Médica y Arte de Recetar. Se mostrará en sus conferencias muy químico, muy fisiólogo y muy botánico; un tanto erudito, al parecer; pero esto no sirve a la cabecera del enfermo. Con sus lecciones no se aprende a llenar indicaciones (Terapéutica); ni a conocer bien ni mal los efectos fisiológicos ni terapéuticos de los medicamentos; ni á hacer bien una receta.

A sus discípulos me atengo. Si alguno de ellos aprendió á recetar con él, a formular como Dios mande, que levante el dedo. Estoy dispuesto a rectificar.

¡Andan por esos cañaverales los muchachos pasando más apuros que un forro de catre… en noche de invierno y en casa de los pobres! No es suya la culpa. Jóvenes estudiosos y de imaginación viva, clara inteligencia, en su mayoría salen de la Universidad sin conocer el Arte de Recetar. Y salen así porque no se les ha enseñado á conocer bien los diez o doce medicamentos más indispensables en la práctica médica. En esto debe fijarse el Dr. Rafael Cowley y procurar hacer buenos médicos y no eruditos a la violeta.53

El historiador médico doctor José A. Martínez-Fortún Foyo que fue su discípulo en terapéutica en el curso de 1902-1903 escribió en sus memorias de estudiante:

Dr. Rafael A. Cowley Valdés-Machado. De tipo inglés y con cara de pocos amigos, es hombre de mucho carácter y de muchas "cosas"'. Su talento es grande, su memoria lo es también, su ilustración es variada y se le considera como uno de los profesores más ilustres de la antigua escuela.

¡Todavía se recuerda su famosa oposición a la Cátedra, efectuada en Madrid, contra varios opositores españoles a los que derrotó en buena lid y a pesar de ser cubano con apellido inglés! Sus "cosas" lo hacen áspero y muchas veces antipático. Es gracioso y bueno para pocos. No sé si será por efecto de los años o por la avanzada diabetes que padece, o por ambas cosas a la vez, lo cierto es que con sus caprichos y malacrianza comete muchas injusticias. ¡Pobre del que lo coja entre ojos! […] yo tuve la suerte de entrarle "por el ojo derecho" no sé porque causa, pero presumo que esto se debió a que no faltaba nunca a su clase, me sentaba en el primer banco, tomaba notas de sus calificaciones con las que hacía bellos cuadernos, por aprenderme de memoria todos sus aforismos, por mi lección sobre las Rubiáceas [cuando cursaba Historia Natural Médica Farmacológica] y al observar mi afición y facilidad para la Historia de la cual el es un apasionado. […] Las famosas Copias de Cowley constaban de más de cien lecciones en muchos Cuadernos, variaban poco, las exigía al pie de la letra y pobre del que no le contestase por ellas. A mi juicio eran tomadas en gran parte de la Materia Médica de Nontnagel y Rosbach cuya edición de 1882 adquirí antes de empezar el Curso, según me recomendó el Dr. José Suárez Gutiérrez, que fue su alumno muchos años antes. Cowley tenía "fobias" contra todas las Terapéuticas y especialmente contra la moderna de Mancuard, de la que dice "es una esponja que recoge todo lo malo". Sus clases son temidas pero a veces divertidas. Dedica varias lecciones a la Historia de la Terapéutica para terminar diciendo "pero la única buena, la más moderna y completa, la que se adapta más al estado de la ciencia actual es… la del Profesor de la asignatura". Como esto lo repite todos los años, y lo sabemos, siempre hay un chusco preparado para lanzarle una "trompetilla" cuando orondo se eleva sobre su asiento para decir esas últimas palabras. Entonces se encolerizaba, expulsaba de la clase al que supuso autor de la malacrianza, a veces un inocente del último banco. Su enfermedad lo obliga de vez en cuando a pasar a sitio reservado y entonces, cuando está fuera de la cátedra, algunos alborotan y otros gritan "No vuelvas, que te dé el Coma". Pasa lista todos los días y pregunta muy a menudo, abriendo a la suerte su viejo Programa del tiempo de España. ¡Pobre del que no le conteste bien por el mismo! […] En fin, he observado tantas "rarezas" en este hombre de talento que no sé a que atribuir su irritabilidad si a su edad avanzada o a los efectos de su enfermedad. ¡Pero si dicen que siempre fue así! Cowley es una gran figura por su aspecto, su carácter, su erudición y su memoria privilegiada. Por su recia personalidad, altos cargos desempeñados y por conocer al dedillo todos los Reglamentos domina casi siempre al Tribunal que preside.54

 

Referencias bibliográficas y documentales

1. Delgado García G. Historia de la enseñanza superior de la medicina en Cuba. 1726-1900. Cuad. Hist. Sal. Púb. No. 75. Ed. Cien. Méd. La Habana. 1990. p. 155.

2. Martínez-Fortún Foyo JA. La enseñanza de la medicina en la Universidad de la Habana a final del siglo XIX y principios del XX. Ed.mimeografiada. La Habana. 1949: 22.

3. Universidad de La Habana. Memoria Anuario correspondiente al curso académico de 1902-1903. M. Ruiz y Ca. Imp. y Papel. La Habana. 1904: 117.

4. Universidad de La Habana. Catálogo General. Imp. y Papel. "Alfa". La Habana. 1940: 334.

5. Universidad de La Habana. Archivo Histórico. Exped. Adm. 101 (Dr. Rafael A. Cowley Valdés-Machado).

6. Universidad de La Habana. Archivo Histórico. Exped. Est. Ant. 3339 (Dr. Rafael A. Cowley Valdés-Machado).

7. Universidad de La Habana. Archivo Histórico. Exped. Adm. 79 (Dr. Abraham Pérez Miró).

8. Universidad de La Habana. Archivo Histórico. Exped. Est. Ant. 10285 (Dr. Abraham Pérez Miró).

9. Universidad de La Habana. Archivo Histórico. Exped. Adm. 7167 (Dr. Antonio M. Valdés-Dapena Victorio).

10. Universidad de La Habana. Archivo Histórico. Exped. Est. Ant. 14138 (Dr. Antonio M. Valdés-Dapena Victorio).

11. Universidad de La Habana. Archivo Histórico. Exped. Adm. 9361 (Dr. Ángel Pérez-André López)

12. Universidad de La Habana. Archivo Histórico. Exped. Est. 3242 (Dr. Ángel Pérez-André López).

13. Riera Hernández M. Cuba Política. Ed. La Moderna. La Habana, 1955.

14. Dihigo Mestre JM. Bibliografía de la Universidad de La Habana. Imp. y Lib. "La Propagandista". La Habana. 1936: 240.

15. Universidad de La Habana. Archivo Histórico. Exped. Adm. 8353 (Dr. Oscar Jaime Elías).

16. Universidad de La Habana. Archivo Histórico. Exped. Est. 5494 (Dr. Fernando Costales Latatú).

17. Universidad de La Habana. Archivo Histórico. Exped. Adm. 9464 (Dr. Rafael J. Cowley Campodónico).

18. Universidad de La Habana. Archivo Histórico. Exped. Est. 21413 (Dr. Rafael J. Cowley Campodónico).

19. Universidad de La Habana. Archivo Histórico. Exped. Adm. 7158 (Dr. Octavio Torres Momplett) .

20. Universidad de La Habana. Archivo Histórico. Exped. Adm. 9164 (Dr. Rodolfo Sotolongo Vila).

21. Universidad de La Habana. Archivo Histórico. Exped. Adm. 9143 (Dr. Teodosio Valledor Campo).

22. Universidad de La Habana. Archivo Histórico. Exped. Adm. 8375 (Dr. Juan M. Rodríguez de la Cruz).

23. Universidad de La Habana. Archivo Histórico. Exped. Est. 6492 (Dr. Rodolfo Sotolongo Vila) .

24. Universidad de La Habana. Archivo Histórico. Exped. Est. 14754 (Dr. Juan M. Rodríguez de la Cruz) .

25. Hoz P. de la. El Doctor revela sus "secretos". Periódico Granma. La Habana. Junio 17 de 1989.

26. Falleció el profesor Juan M. Rodríguez de la Cruz. Periódico Granma. La Habana. Octubre 1 de 1990.

27. Universidad de La Habana. Archivo Histórico. Exped. Adm. 9136 (Dr. Eduardo Cutié Mancebo).

28. Universidad de La Habana. Archivo Histórico. Exped. Est. 6829 (Dr. Sócrates F. Rosell Franco).

29. Bol. Ofic. Univ. 7 (4). Julio 1 de 1940.

30. Bol. Ofic. Univ. 8 (17). Noviembre 15 de 1941.

31. Bol. Ofic. Univ. 11 (7). Mayo 15 de 1944.

32. Bol. Ofic. Univ. 13 (19). Octubre 31 de 1946.

33. Bol. Ofic. Univ. 17 (18). Diciembre 31 de 1950.

34. Bol. Ofic. Univ. 20 (4). Marzo 3 de 1953.

35. Bol. Ofic. Univ. 23 (7). Abril 16 de 1956.

36. Bol. Ofic. Univ. 5 (8). Octubre 31 de 1938.

37. Bol. Ofic. Univ. 13 (19). Octubre 31 de 1946.

38. Bol. Ofic. Univ. 16 (10). Agosto 31 de 1949.

39. Bol. Ofic. Univ. 18 (6). Junio 18 de 1951.

40. Bol. Ofic. Univ. 18 (10). Julio 31 de 1951.

41. Bol. Ofic. Univ. 18 (19). Diciembre 15 de 1951.

42. Bol. Ofic. Univ. 19 (2). Enero 31 de 1952.

43. Bol. Ofic. Univ. 23 (3). Febrero 15 de 1956.

44. Bol. Ofic. Univ. 26 (17). Noviembre 16 de 1959.

45. Universidad de La Habana. Archivo Histórico. Exped. Adm. 9164 (Dr. Rodolfo Sotolongo Vila).

46. Bol. Ofic. Univ. 26 (8). Junio 30 de 1959.

47. Universidad de La Habana. Archivo Histórico. Exped. Adm. 8375 (Dr. Juan M. Rodríguez de la Cruz).

48. Designan profesores. Periódico Revolución. Septiembre 14 de 1960.

49. Sarabia N. Médicos Guerrilleros. Testimonios. Cuad. Hist. Sal. Púb. No. 64. Ed. Cen. Nac. Inf. Cien. Méd. La Habana. 1982: 195-198.

50. Loc. cit. en (3). pp. 116-117.

51. Loc. cit. en (4). p. 334.

52. Reglamento de la cátedra de Terapéutica. En: Universidad de La Habana. Escuela de Medicina. Carnet Correspondiente al Sexto Año. Imp. Univ. de La Habana. 1950:18.

53. Escobar Laredo B. Nuestros Médicos. Tipog. "La Lucha". La Habana. 1893: 54-55.

54. Loc. cit en (2). p. 26.

 

 

(1*) En honor al Dr. José L. Yarini y Ponce de León (1843-1898), notable profesor de Anatomía y Disección.
(2*) En honor al Dr. Félix Giralt Figarola (1826-1881), eminente internista y profesor de Clínica Médica.
(3*) En honor al Dr. Domingo Fernández Cubas (1833-1906), destacado profesor de Patología General y defensor de los estudiantes de medicina fusilados en 1871.
(4*) En honor al Lic. Miguel Bacallao y Amill (18... -1896), Teniente Coronel médico del Ejército Libertador muerto heroicamente en combate.
(5*) En honor al Dr. Rafael A. Cowley y Valdés-Machado (1837-1908), notable profesor de Terapéutica e historiador de la medicina cubana.

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