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Revista Cubana de Obstetricia y Ginecología

versión impresa ISSN 0138-600Xversión On-line ISSN 1561-3062

Rev Cubana Obstet Ginecol v.28 n.2 Ciudad de la Habana Mayo-ago. 2002

 

Hospital Ginecoobstétrico Docente de Guanabacoa

Enfermedad inflamatoria pélvica tumoral en adolescentes

Dr. Valentín Martínez Camilo1 y Dr. Rafael Vanegas Estrada1

Resumen

Se realizó un estudio descriptivo, longitudinal y prospectivo en el hospital materno de Guanabacoa durante el período de 1995 al 2000 con el objetivo de estudiar el comportamiento de la enfermedad pélvica inflamatoria tumoral en las pacientes adolescentes. La muestra estuvo constituida por 40 pacientes que fueron atendidas en nuestro centro a las que se le realizó una encuesta de donde se obtuvieron los datos para el estudio. El antecedente de enfermedad pélvica inflamatoria, el DIU como método anticonceptivo y el aborto fueron los factores epidemiológicos más sobresalientes; de igual forma el dolor, fiebre, trastorno menstrual y leucocitosis, así como eritrosedimentación fueron los elementos clínicos más destacados. El tratamiento que más se realizó fue el médico y la obstrucción tubaria fue la secuela principal. Se concluyó que el pronóstico es desfavorable para la fertilidad aún en los casos en el que el tratamiento médico fue eficaz.

DeCS: ANEXITIS/cirugía; ANEXITIS/quimioterapia, ENFERMEDADES SEXUALMENTE TRANSMISIBLES; DISPOSITIVOS ANTICONCEPTIVOS/efectos adversos; ADOLESCENCIA; FACTORES DE RIESGO.

La enfermedad inflamatoria pélvica (EIP) es una seria consecuencia médica y económica de las infecciosas de transmisión sexual en mujeres jóvenes.1

El riesgo de contraer la enfermedad en adolescentes sexualmente activas entre 15 y 19 años es de 1/8, en contraste con el riesgo de jóvenes de 24 años que es de 1/80.

Dentro de los factores favorecedores se menciona la inmadurez del sistema inmune en el aparato genital que incrementa la susceptibilidad de la infección ascendente.2,3

La infección es polimicrobiana, entre el 25 y 80 % producida por el gonococo, del 10 al 40 % por clamydias, y en 2 de 3 casos los anaerobios se encuentran envueltos, y se detectan en el 84 % de los casos cuando hay abscesos.4,5

Existe diversidad de criterios en cuanto al tratamiento de la paciente con absceso tuboovárico (ATO) no roto y generalmente se decide sobre la base de la edad, paridad y circunstancias clínicas de la paciente.6

Aunque en el pasado el ATO se presentaba fundamentalmente en edades más avanzadas, en las últimas décadas se ha observado de manera progresiva en un grupo de pacientes más jóvenes, lo que representa un problema médico en la actualidad.7

El objetivo de nuestro trabajo fue analizar la incidencia de ATO en adolescentes en nuestro servicio, así como la respuesta al tratamiento en relación con algunos factores epidemiológicos.

Métodos

Se realizó un estudio descriptivo, prospectivo y longitudinal en el hospital materno de Guanabacoa durante los años 1995 al 2000.

La muestra estuvo constituida por 40 pacientes adolescentes que ingresaron en el servicio de ginecología con el diagnóstico de enfermedad pélvica inflamatoria tumoral, a las que se les realizó una encuesta para conocer los factores de riesgo, principales síntomas y signos, así como estudios complementarios, además del tratamiento, complicaciones y secuelas.

La información fue procesada utilizando el cálculo porcentual.

Resultados

Los factores de riesgo que con mayor incidencia se presentaron fueron el antecedente de EIP así como el uso de DIU con 52,5 y 42,5 %, respectivamente; fue poco llamativo el antecedente del aborto y parto (tabla 1).

Tabla 1. Factores epidemiológicos

Factores
No.

%

Antecedentes de EIP
21
52,5
DIU
17
42,5
Abortos
10
25,0
Partos
4
10,0

El dolor pélvico estuvo presente en todas las pacientes, conjuntamente con la leucorrea y la fiebre, que aunque no se presentaron en su totalidad sí en un alto porcentaje.

La tumoración palpable, así como la eritrosedimentación que aparecieron en la totalidad de los casos, fueron los parámetros de mayor utilidad para el estadiamento clínico (tabla 2).

Tabla 2. Cuadro clínico y de laboratorio

Alteración
No.
%
Dolor pélvico
40
100
Leucorrea
32
80
Fiebre
26
65
Trastornos menstruales
18
45
Cuello uterino enfermo
22
55
Cuello uterino sano
18
45
Tumor palpable
40
100
Hemoglobina 100 g/L
10
25
Leucocitos
30
75
Eritro
40
100

La ecografía se realizó en el 100 % de las pacientes para comprobar el diagnóstico clínico, en 23 pacientes se informó imagen ecogénica uilateral y en el resto (17 casos) imagen bilateral (tabla 3).

Tabla 3. Hallazgos ecográficos

Hallazgo
No.
%
Masa pélvica unilateral
23
57,5
Masa pélvica bilateral
17
42,5
Total
40
100,0

Del total de pacientes ingresadas en nuestro centro recibieron tratamiento antibiótico sólo 32, para el 80 % y en el resto, 8 casos, para el 20 %, fue necesario el tratamiento antibiótico + cirugía (tabla 4).

Tabla 4. Tratamiento médico y quirúrgico

Tipo de tratamiento
No.
%
Antibiótico
32
80
Antibiótico + cirugía
8
20
Total
40
100

Discusión

La definición de los indicadores importantes de pronóstico en las pacientes con infecciones pélvicas, se hace más crítica a medida que se encuentran pacientes cada vez más jóvenes en el tratamiento de estas; la preservación del potencial reproductor y la función ovárica constituyen una consideración importante.8

El aumento en la actividad sexual entre las adolescentes, la disminución de la edad promedio de su iniciación (en nuestra serie con una media de 15 años), ha tenido como consecuencia un aumento en la frecuencia de las infecciones de transmisión sexual y su secuela la inflamación pélvica.9

Un episodio de inflamación pélvica puede favorecer la recidiva a la reinfección, que se presenta en el 52,5 % de los casos estudiados. El DIU aumenta el riesgo relativo de EIP en las pacientes que asumen conductas de riesgo sexual, lo que favorece las recidivas y su mayor gravedad por ser las adolescentes un grupo vulnerable.10, 11

De los casos estudiados, el 100 % presentó dolor pelvico, así como eritrosedimentación mayor de 50 mm/h, alteraciones que estuvieron presentes en las EIP estudiadas por otros autores,12 así como los abcesos operados que reflejan el fracaso del tratamiento médico.13

La utilización de los antibióticos combinados desde el inicio (penicilina + aminoglucósido + metronidazol) fue el tratamiento más utilizado para el 100 % y de los casos, distintas a las de Soper14 que utilizó cefalosporinas + doxiciclina en sus casos. Las pacientes que necesitaron tratamiento quirúrgico (histerectomía abdominal con doble anexectomía), fueron las que no mostraron una disminución en el tamaño de la masa anexial ni en el resto del cuadro clínico que en nuestro estudio se observó en 8 pacientes para el 20 %, cifra superior a la encontrada por Lee.11

De las pacientes que respondieron al tratamiento médico, 17 casos (53,1 %) presentaron obstrucción tubaria valores iguales a los hallados por Stevenson10 y otros autores,13 que señalan que la secuela principal de los abcesos tuboováricos es la infertilidad de causa tubárica. El resto de los casos (15 pacientes para el 46,8 %) presentaron permeabilidad tubaria en una o ambas trompas.

Por todo lo anterior podemos concluir que el antecedente de EIP parece favorecer la aparición de abscesos tuboováricos. El abseso mayor de 8 cm y su presencia bilateral ensombrecen el pronóstico de respuesta médica. La persistencia del tamaño del proceso inflamatorio y de la respuesta humoral, indica una evolución no favorable, y se hace necesaria la evaluación del tratamiento quirúrgico. El pronóstico es desfavorable para la fertilidad aún en los casos en que el tratamiento médico fue eficaz.

Summary

A descriptive, longitudinal and prospective study was conducted at the Maternal Hospital of Guanabacoa aimed at studying the behavior of the inflammatory pelvic tumoral disease in adolescent patients. The sample was composed of 40 patients that received attention in our center, where they were surveyed to obtain the data for the study. The history of inflammatory pelvic tumoral disease, the IUD as a contraceptive method and abortion were the most significant epidemiological factors. Likewise, pain, fever, menstrual disorder and leukocytosis as well as erythrosedimentation were the most remarkable clinical elements. The medical treatment was the most used and the tubal obstruction was the main sequela. It was concluded that the prognosis is unfavorable for fertility even in those cases whose medical treatment proved to be efficient.

Subject headings: ADNEXITIS/surgery; ADNEXITIS/drug therapy; SEXUALLY TRANSMITTED DISEASES; CONTRACEPTIVE DEVICES/adverse effects; ADOLESCENCE; RISK FACTORS.

Referencias bibliográficas

  1. Opaneye AA. Sexually transmitted diseases among women in Coventry. J Soc Health 1997:117(1):37-40.
  2. Jamieson DJ. Risk Factors for A complicated clinical course among women hospitalized with pelvic inflammatory disease. Infect Dis Obstet Gynecol 2000;8(2):88-93.
  3. Varela R, Coscalves V. Tubo-Ovarian abscess: an analysis of 20 cases. Act Med Port 1995;(10):537-42.
  4. Peláez J. Infecciones genitales en la niña y la adolescente. Ginecología Infanto Juvenil, salud reproductiva del adolescente La Habana: Edit. Científico-Técnica;1998;70-4.
  5. Medvedev BJ. The characteristics of local inmunity in chamydia-associated chronic inflammatory disease of the organs of the laser pelvic in women. 2 h. Mikrobiol Epidemiol Inmunobiol 2000;21(2):89-92.
  6. Celis G. Bilateral tubal abscess witheat peritonitis caused by streptococcus pneumoniae. Microbiol Clin 2000;18-(2):92-3.
  7. Crumc. Aparato genital femenino. Patología estructural y funcional de Robbins. Edit. Megraw-Hill interamericana; 1999:1083-84.
  8. Slap GB. Recognition of tubo-ovarian. Abscess in adolescents with pelvic inflammatory disease. J Adolesc Health 1996;18(6):397-403.
  9. Leufer MR, Goldstein DP. Pediatric and adolescent gynecology. Ginecology principles and practices. 6. ed. 1995;602-5.
  10. Stevenson MM, Radelife YW. Prevention. Pelvic infection after abortion. Int J STD AIDS 1995;6(5):305-12.
  11. Lee NC. The intrauterine device and pelvic inflammatory disease revisited. New results from the women health study. Obset Gynecol DE. 1988;72(1):1-6.
  12. Soper DE. Treatment of pelvic inflammatory disease. Pelvic Inflammatory Disease. Editors. Gary S. Berger Lars V. Westrom. New York: Ed. Raven Press; 1992:87-99.
  13. Brunnam C. Therapy for acute pelvic inflammatory diseases: a critique of recent theatment trials. Am J Obstet Ginecol 1997;201:131-5.
  14. Soper D. Treatment of pelvic inflammatory disease. Pelvic inflammatory disease. New York: Ed. Raven Press; 1992;87-98.

Recibido: 7 de marzo de 2002. Aprobado: 21 de enero de 2003.
Dr. Valentín Rodríguez Camilo. Calle Luz No. 321 Altos, entre Santa María y Apodaca, Guanabacoa, Ciudad de La Habana, Cuba.

1 Especialista de I Grado en Ginecoobstetricia. Profesor Asistente. Facultad "Miguel Enríquez".

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