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Revista Cubana de Obstetricia y Ginecología

versión impresa ISSN 0138-600Xversión On-line ISSN 1561-3062

Rev Cubana Obstet Ginecol v.29 n.3 Ciudad de la Habana sep.-dic. 2003

 

Universidad de Ciencias Médicas de La Habana. Facultad Miguel Enríquez
Universidad de Valencia. Facultad de Enfermería. España

Climaterio y bienestar psicológico

Lic. Carmen Regina Victoria García-Viniegras1 y Lic. Salud Maestre Porta2

Resumen

Se realizó una revisión acerca del bienestar psicológico durante la etapa del climaterio femenino y la influencia sobre aquel de los cambios neuroendocrinos, de factores externos como los ambientales y de otro conjunto de factores internos tales como la personalidad, la autoestima, las aspiraciones y las habilidades de afrontamiento a esta etapa de cambio de la vida y a las situaciones de estrés en general. Se señalaron algunos factores que se consideraron importantes como mediadores del bienestar psicológico en general y en esta etapa de la vida en particular, como son el contexto familiar, el nivel habitual de bienestar de la persona y los factores culturales. Se concluyó que las causas del bienestar en esta etapa de transición de la vida de la mujer están dadas por una compleja interacción entre factores objetivos y subjetivos.

DeCS: CLIMATERIO/psicología; MENOPAUSIA/psicología; ESTRES PSICOLOGICO; SATISFACCION PERSONAL; MUJERES.

Aspectos generales del climaterio

La población femenina comprendida entre los 45 y los 59 años aumenta en los últimos años en aquellos países, como Cuba, donde ha aumentado la expectativa de vida de la población general. Este incremento de la expectativa de vida, fundamentalmente de la mujer, trae como consecuencia que casi un tercio de la vida femenina transcurra después de la menopausia.1

Este grupo presenta una serie de especificidades, relacionadas con los cambios biológicos y sociales que pueden traducirse en determinadas alteraciones de la salud y el bienestar, las cuales demandan atención y estudio.2

El climaterio se define como el período de tiempo que se extiende desde la madurez hasta la senectud. Es una etapa de transición de carácter involutivo, durante la cual desaparecen las menstruaciones, se pierde la capacidad reproductora y tienen lugar ciertos cambios psicológicos, que se atribuyen a la disminución progresiva de la actividad de la función ovárica. Suele ubicarse a partir de los 45 años de edad y finaliza hacia los 65 años, edad que marca el comienzo de la senectud. En sentido estricto, el climaterio, al igual que la pubertad (ambos son períodos de transición pero con claro sentido opuesto), son situaciones que no se pueden considerar enfermedad, sino cambios fisiológicos. Lo que suele ocurrir con frecuencia es que, debido al proceso en sí, se puede producir un equilibrio funcional inestable que lleve a desviaciones patológicas, lo que constituye el llamado síndrome climatérico.

Este síndrome pertenece a lo que Comelles3 llama "síndromes delimitados culturalmente", ya que la mayoría de los trastornos observados no están totalmente definidos desde el punto de vista orgánico, sino que aparecen en contextos culturales específicos.

En algunas ocasiones el llamado síndrome climatérico se limita a un aumento de la intensidad de las manifestacions climatéricas normales.

No se puede afirmar que los "malestares psicológicos" sean parte inherente del síndrome climatérico. Según Diener se hace necesario examinar el contexto en el que se desarrollan las experiencias de las personas, los valores, las metas, cuando se evalúa la influencia de los eventos externos sobre la felicidad. También los llamados factores internos juegan un considerable papel, en especial las estructuras de la personalidad, en virtud de las cuales los eventos y las circunstancias son percibidas de una determinada manera.4

Según Diener, la persona feliz es aquella con un temperamento positivo, con tendencia a ver el lado favorable de las cosas y que no "rumia" demasiado acerca de los eventos malos, que vive en una sociedad económicamente desarrollada, tiene confidentes y amigos y posee adecuados recursos para encaminarse al logro de sus metas significativas. Por tanto, la felicidad o bienestar de una persona no está mecánicamente determinada por el hecho de llegar a una determinada edad de la vida en la cual ocurren cambios endocrinos. Son muchos los hechos acerca de la influencia de factores psico-sociales en las manifestaciones del síndrome climatérico.1, 2

El climaterio es un proceso fisiológico que caracteriza la transición de la vida reproductiva a la no reproductiva de la mujer y los cambios que se producen son esencialmente neuroendocrinos.

El período climatérico se divide en 2 fases fundamentales:

  • Perimenopausia: desde los primeros síntomas hasta el cese definitivo de la menstruación.
  • Posmenopausia: tiempo posterior a la menopausia.

La menopausia es un evento que se produce durante el climaterio y se define como la etapa de amenorrea, secundaria al fallo ovárico, por 12 meses ininterrumpidos.

El descenso de los estrógenos y el reajuste central de los mecanismos hormonales muestran cierto paralelismo con las manifestaciones seniles incipientes. Ambos procesos, climaterio y envejecimiento, no se pueden delimitar muchas veces con toda claridad. Al igual que el climaterio es una situación fisiológica y no una enfermedad, también el envejecimiento lo es. No está demostrado que el envejecimiento se asocie a una disminución del bienestar.5 La intensidad emocional sí parece declinar con la edad, pero no así, la satisfacción con la vida.6 Sin dudas, las personas reajustan sus metas a medida que envejecen.7 La disminución de la satisfacción personal y la devaluación en el contexto familiar constatada por algunos autores en las mujeres climatéricas, al igual que en los ancianos, obedece, sin dudas, a acondicionamientos socio-culturales. Tal es el caso de la creencia de que con el envejecimiento y el climaterio la mujer pierde su belleza y sus atractivos, lo cual conduce a una considerable pérdida de la autoestima.

En esta etapa pueden aparecer algunas enfermedades relacionadas con el proceso de envejecimiento en general y, con el fallo ovárico en particular, entre otras, la disminución de la masa ósea (osteoporosis), la ateroesclerosis, la diabetes mellitus, la hipertensión arterial y el cáncer ginecológico.8 El cáncer ginecológico más frecuente, es el de endometrio y mama. El comportamiento sexual, aunque no debe modificarse, sufre algunos cambios ocasionados por la presencia de sequedad vaginal, la presencia de prolapsos, la aparición de las enfermedades crónicas a las que se hizo referencia, así como por disfunciones en la relación de pareja. En esta etapa es frecuente observar una disminución de la líbido, dispareunia y anorgasmia, en mujeres que hasta ese momento no tenían dificultades en el área sexual.9

El llamado síndrome climatérico es muy frecuente pues ocurre en 2 de cada 3 mujeres. Se plantea que en este síndrome se presentan, con relativa frecuencia, alteraciones psicológicas como irritabilidad, depresión, ansiedad, nerviosismo, disminución de la líbido; alteraciones genitourinarias como sequedad vaginal, prurito, disuria, incontinencia urinaria y prolapsos; y síntomas neurovegetativos como sofocación, sudaciones, cefalea, parestesias, insomnios, entre otros.

En este período, cerca del 70 % de las mujeres refieren una serie de síntomas y signos, a cuyo conjunto se le ha denominado síndrome climatérico, entre los que se encuentran un conjunto de síntomas o malestares pertenecientes a la esfera psicosocial, que pueden estár condicionados por factores relacionados con el medio en que se desenvuelve la mujer y por factores condicionados por su carácter y personalidad.9

Los cambios que se producen durante el climaterio son esencialmente neuroendocrinos pero ellos, por sí solos, no pueden explicar los cambios en el nivel de bienestar psicológico de estas mujeres. En esta etapa particular de la vida y dada su condición social de mujer se explica la influencia sobre el bienestar de un conjunto de factores externos como los ambientales e internos como la personalidad, autoestima, aspiraciones, aunque está aún por determinar qué influencia pueden ejercer aquellos cambios neuroendocrinos sobre la esfera emocional, ya sea la cualidad de las emociones, su intensidad o su forma de expresión.

Numerosas investigaciones de corte psico-social han demostrado la importancia de estos factores en las manifestaciones del síndrome climatérico.

Es evidente que en el origen de los trastornos de la menopausia coexisten tanto factores biológicos como psico-sociales, los cuales se intentarán analizar a continuación.

Factores socioculturales

Se ha observado una gran diferencia en la percepción de este fenómeno entre las sociedades occidentales y otras sociedades.

Los hábitos, las costumbres, la educación, el trabajo, la religión, los mitos y hasta el clima influyen en las manifestaciones que pueden presentarse y que se han descrito. Históricamente, el papel que la mujer haya desempeñado en la sociedad, su papel en el desarrollo de diversas culturas y el status familiar son aspectos de gran interés.

Las opiniones acerca de la menopausia varían de un grupo social a otro. Defey y otros.10 estudiaron la descripción que hacen las mujeres comunes y los ginecólogos acerca de la menopausia y encontraron que en ambos grupos existía la opinión de que esta etapa estaba caracterizada por sentimientos de soledad y el síndrome del nido vacío. Sin embargo, los especialistas percibían a las mujeres menopáusicas como abandonadas de una vida sexual activa, deprimidas, faltas de proyectos para el futuro y preocupadas acerca del cuidado de su salud. Las mujeres piensan, según estos autores, que la menopausia es una etapa de crisis vital con oportunidades para la autorealización y cambios positivos en los estilos de vida con vistas a una mayor autonomía.

El componente cultural que rodea a la etapa del climaterio ha de determinar, en gran medida, el bienestar psicológico de las mujeres en esta etapa, según sea, en su contexto social, la representación cultural de la misma. Autores como Chirkov, Suh, Ryan, Deci Keyes y otros. hablan a favor de las influencias culturales sobre el bienestar.11- 13

Martire, Lynn y cols,14 reconocen que no existe un único factor determinante del bienestar subjetivo y reafirman su carácter multidimensional. Ellos apuntan el papel moderador de la cultura y la influencia personal sobre el bienestar subjetivo, la influencia del tipo de personalidad, en particular su tendencia a la adaptación a eventos negativos sin olvidar las influencia de otras variables demográficas, por ejemplo, género y ocupación, que están más relacionadas con su carácter temporal, así como la etapa de la vida por la que atraviesa la persona. Estos autores realizaron una investigación con 296 mujeres adultas, distribuidas en mujeres dedicadas al cuidado de los padres, al esposo e hijos y con un empleo laboral. Al evaluar la influencia de género en el bienestar subjetivo tuvo como resultados que el bienestar es modificado por la edad y aumenta con la utilidad social de la mujer.

Recientemente Dennerstein, Lehert y Guthrie15 realizaron un estudio prospectivo en 226 mujeres australianas que se consideraron con un proceso menopáusico normal y evaluaron en ellas los niveles de satisfacción, los estados afectivos y otras variables psico-sociales. Encontraron que al pasar de los estadios iniciales de la transición menopáusica a los posteriores, los estados de ánimo negativos decrecieron significativamente, los positivos no cambiaron y el bienestar mejoró de manera importante. Lo que más influyó en el bienestar fueron precisamente los valores altos de bienestar al inicio de esta etapa de transición. Encontraron que en este período de transición el bienestar varió significativamente con los cambios en el status marital, la satisfacción con el trabajo, las contrariedades cotidianas y los eventos vitales. De esta manera los autores concluyeron que el bienestar psicológico mejora a medida que la mujer entra en los últimos estadios de la transición menopáusica y que está influida significativamente por factores psico-sociales.

Donat Colomer16 apunta algunos factores socioculturales, típicamente asociados a las manifestaciones climatéricas:

  • Simbología cultural de la menstruación y las consecuencias de su desaparición.
  • Consideración social de la mujer estéril.
  • Consideración social del envejecimiento.
  • Actitudes de la pareja hacia el área sexual.
  • Situación económica de la mujer en el momento que enfrenta el climaterio.
  • Cambios en la situación sociofamiliar que concomiten con el climaterio.

En cuanto a la determinación cultural del climaterio se puede señalar que existen diferencias según entornos culturales específicos. Así, muchas culturas orientales consideran que la mujer se iguala socialmente al hombre al llegar a esta etapa de la vida. Los islámicos aceptan que al llegar esta etapa la mujer abandone el uso del velo y pueda participar en la vida pública. Por otra parte, la mujer japonesa vive su climaterio como una etapa más de su vida y el envejecimiento como un hecho positivo, mediante el cual gana en prestigio y autoestima. Flint 17 encontró que en las mujeres indias de la casta de los Rajputs, muy pocas presentaban síntomas climatéricos. Lo explica por el hecho de que en estos grupos sociales la mujer vive prácticamente confinada, sin mezclarse con los hombres, hasta su arribo al climaterio, a partir del cual le es permitido relacionarse con los hombres. Cabello Carro señala que las mujeres Ulithi en Micronesia al llegar a la etapa del climaterio, están capacitada y autorizada a practicar la hechicería y la magia.18

Influencias socio familiares

El aumento en la esperanza de vida y la presencia de hogares extendidos con integrantes de varias generaciones ha dado lugar, según algunos autores, a que las mujeres en este grupo de edades sean, frecuentemente, hijas, madres y abuelas al mismo tiempo.19 La etapa del ciclo vital familiar más frecuentemente observada en este rango de edades es el correspondiente a la etapa de desmembramiento. Los hijos "parten" a veces físicamente y otras económicamente (pues se independizan) del núcleo familiar.

Esta situación familiar y la reacción emocional generalmente asociada al mismo, han sido descritas como el "síndrome del nido vacío" que es uno de los eventos vitales de esta etapa. Esto ocurre cuando la mujer siente que el hogar está solo, que sus hijos crecieron e hicieron vida independiente y ella siente que ha perdido su papel protagónico socialmente. Las metas que hasta el momento habían sido el motor de su realización personal pueden verse frustradas, si sus intereses giraban solamente o de manera predominante sobre la atención a los hijos. Todo esto tiene una fuerte determinación cultural. En la cultura cubana, en general se observa que el rol social de madre, está priorizado en la mayoría de las mujeres, por encima del rol de trabajadora o de "pareja de su pareja", por lo que una frustración como la que impone "el nido vacío", puede disminuir los niveles de bienestar de la mujer en esta etapa de la vida. El rol de la mujer como madre se ve afectado cuando ella pierde la capacidad reproductora, unido a la partida de sus hijos del nido. Por eso ocurre un sentimiento predominante de pérdida. Aparece con mucha frecuencia cierto miedo a la edad y a las enfermedades que llegan con ella.

Es por eso que algunos autores señalan que este síndrome se ve con más frecuencia e intensidad en mujeres con hijos que en las que no los tienen; y aún en aquellas, las que tienen un trabajo fuera del hogar, lo perciben en menor escala. El hecho de que este síndrome esté presente también en mujeres sin hijos es para algunos difícil de comprender, y hace pensar precisamente que los hechos externos por sí sólo no explican el malestar descrito en el síndrome climatérico.

Puede ocurrir que las responsabilidades familiares y laborales, asumidas por la mujer como metas significativas para ella, se hagan antagónicas para la mujer, o al menos constituyan una sobrecarga considerable cuando son sumadas. El rol tradicional, culturalmente condicionado, de la mujer como cuidadora de la prole y de los ancianos y enfermos de la familia contribuye en la esfera familiar a esa sobrecarga. Algunos autores como Kowal y La Guardia, destacan que las relaciones de apego desarrolladas en el contexto familiar, son determinantes importantes de un buen nivel de bienestar psicológico.20,21

Aspectos sociolaborales

En cuanto a la influencia de la vida laboral en la satisfacción y el bienestar de las mujeres se ha demostrado que en las últimas décadas aparece una fuerte relación entre la satisfacción laboral y la satisfacción con la vida, aunque no se ha determinado si una es causa de la otra. La vida laboral constituye para la mujer, como para el hombre, una fuente importante de gratificaciones, relaciones sociales positivas y sentido de identidad. De hecho, el desempleo se ha asociado a bajos niveles de bienestar psicológico. Sin embargo, cuando existen conflictos en el área laboral puede afectarse el bienestar psicológico. También la proximidad de la edad de jubilación puede constituir una situación estresante ante la cual la mujer deberá movilizar sus recursos de afrontamiento. Wright y Cropanzano hablan a favor de una relación directa entre la motivación hacia el trabajo y el bienestar subjetivo al estudiar la satisfacción con el trabajo.22 La vida laboral brinda a la mujer oportunidades para la realización personal y para el contacto social. Liang y otros. hablan también de la influencia del apoyo social.22 Sin embargo, Maestre estudió un grupo de mujeres climatéricas que trabajaba con otro grupo similar que no trabajaba y encontró que el hecho de vincularse o no a la actividad laboral, no influía sobre las manifestaciones del síndrome climatérico. Por otra parte, esta autora señala que el nivel sociocultural sí parece influir en dichas manifestaciones, pues las mujeres de más alto nivel poseían un concepto positivo de la menopausia.23

Utien y otros. en un estudio de validación de un cuestionario de Calidad de Vida24 identificaron que la calidad de vida laboral era un elemento constituyente de la calidad de vida de la mujer en la etapa del climaterio.

Variables de personalidad

La influencia sociocultural y familiar sobre el síndrome climatérico, está también condicionada por variables de personalidad, tales como las metas y las habilidades de afrontamiento.

Al estudiar el bienestar psicológico especial atención ha merecido para los investigadores los elementos que pueden ser determinantes o moduladores del mismo, entre ellos, los factores de personalidad.25 La personalidad de la mujer que arriba a la etapa del climaterio condicionará el afrontamiento a la misma y por ende, su bienestar. En general se señala que la auto confianza, la estabilidad emocional, la fortaleza, la afectividad positiva y la autoestima pueden condicionar los niveles de bienestar en cualquier etapa del ciclo vital,26 así como la autodeterminación y habilidad de competencia.27 Se puede, pues, considerar que la mujer climatérica que posea altos niveles de autoestima y extraversión (en tanto apertura a las experiencias y la proyección de futuro que esta conlleva) tendrá una mayor propensión al bienestar psicológico.

Algunos autores identifican determinadas categorías de personalidad como predisponentes a desarrollar un afrontamiento satisfactorio a la situaciones de estrés y a los cambios. Así, Antonovsky 28 habla acerca del funcionamiento mental óptimo y el llamado "sentido de coherencia". Según este autor, el sentido de coherencia se expresa por la capacidad de una persona para afrontar las demandas del medio, percibir los desafíos que lo movilizan y lo orientan positivamente hacia la vida. Se puede considerar que una persona con estas características logra mayores niveles de bienestar.

La capacidad de controlar los eventos de la vida y la proyección de futuro (elaboración de planes y proyectos) hace a las personas competentes para controlar los eventos que le acontecen, capaces de desarrollar estrategias efectivas de afrontamiento.29

Un planteamiento mucho más positivo y constructivo comienza a desarrollarse entre los científicos sociales acerca de esta etapa de la vida de la mujer que permite que el bienestar psicológico sea una meta alcanzable por todas las mujeres menopáusicas y posmenopáusicas. Como planteara Elena Arnedo en su reciente libro sobre el tema: "La menopausia no es una enfermedad, es una etapa de la vida de la mujer, que merece vivirse".30

Se puede observar que las causas del bienestar en esta etapa de transición de la vida de la mujer están dadas por una compleja interacción entre factores objetivos y subjetivos. Los primeros constituyen las condiciones externas: económicas, sociopolíticas, culturales, ambientales, que facilitan o entorpecen su pleno desarrollo. Los factores subjetivos están determinados en última instancia por la valoración que la mujer hace de su propia vida y de esta etapa en particular. Esta satisfacción está determinada por el nivel de correspondencia entre las aspiraciones y expectativas trazadas y los logros que, en relación a ellas, va obteniendo a lo largo de su existencia. Lo cual, unido al componente emocional que caracteriza la vida humana, determinará su bienestar, el cual construye, en estrecha vinculación con su entorno macro y micro social.

Summary

A review on the psychological well-being during the female climacteric and on the influence exerted on it by the neuroendocrine changes, the external and environmental factors and other group of internal factors, including personality, self-steem, the aspirations and abilities to face this stage of changes occurring in life, and the situations of stress, in general, was made. Some factors considered important as mediators of the psychological well-being in general, and in this stage of life, in particular, such as the family context, the habitual well-being level of the person and the cultural factors, were stressed. It was concluded that the causes of well-being in this period of transition in women's life are given by a complex interaction between objective and subjective factors.

Subject headings: CLIMATERIC/psychology; MENOPAUSE/psychology; STRESS, PSYCHOLOGICAL; PERSONAL SATISFACTION; WOMEN.

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Recibido: 2 de septiembre del 2003. Aprobado : 30 de septiembre del 2003.
Lic. Carmen Regina Victoria García- Viniegras. Facultad Miguel Enríquez. Universidad de Ciencias Médicas. La Habana, Cuba.

1 Licenciada en Psicología. Investigadora Titular.
2 Licenciada en Antropología. Diplomada en Enfermería y Matrona. Profesora Titular.

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