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Revista Cubana de Obstetricia y Ginecología

versión impresa ISSN 0138-600X

Rev Cubana Obstet Ginecol vol.38 no.4 Ciudad de la Habana oct.-dic. 2012

 

EDITORIAL

 

Embarazo en la adolescente, una asignatura pendiente

 

Taenage pregnancy, a pending subject

 

 

La elevada incidencia de embarazos en adolescentes en Latinoamérica, solo superada por África, no solo persiste sino que tiene una tendencia al incremento, lo que supone un freno para el desarrollo de la región. Mientras los índices de maternidad tienden a disminuir en todos los grupos de edades, existe una clara tendencia a su aumento en el grupo de adolescentes entre 15 y 19 años. Cuba aunque con una situación menos desfavorable no escapa a esta realidad.

Cuba se encuentra en una fase avanzada de su transición demográfica con bajos niveles de mortalidad y fecundidad. El descenso de la fecundidad ha sido sostenido, situándose en niveles por debajo del reemplazo desde el año 1978. En el 2010 la tasa global de fecundidad se estimó en 1,6 hijos por mujer, los niveles bajos de fecundidad continúan oscilando por debajo del reemplazo, se situó en el año 2011 en 0,86 hijas por mujer. El 17,9 % de la población tiene más de 60 años, comportamiento que se espera continuará incrementándose hasta ser alrededor del 25 % en el próximo decenio. En correspondencia, se estima que el 17 % de la población tiene menos de 15 años, proporción que se prevé disminuirá hasta el 12 % en los próximos 20 años.

Es por tanto, contradictorio y alarmante el continuo incremento de la fecundidad adolescente en los últimos años, transitando desde 44,9 nacimientos por cada 1 000 mujeres entre 15 y 19 años en el 2005, hasta 57,3 en el 2011, llegó a representar el 16 % de la fecundidad total, es además la única tasa que ha aumentado su peso relativo; pero lo más preocupante y llamativo es que también se ha incrementado la tasa de aborto, la cual llegó a ser superior a la de todas las mujeres en edad reproductiva. De manera que, no son solo los nacimientos, sino los embarazos en general los que están aumentando en las adolescentes.

Como resulta evidente, la problemática del embarazo precoz en adolescentes y sus consecuencias, entre las cuales el aborto tiene un sitio especial, se ha tornado más compleja en los últimos años, las razones están en el orden biológico, psicológico y social. En lo biológico se encuentra la tendencia en ambos sexos a la aparición del desarrollo puberal a edades cada vez más tempranas, se acompaña en el área psicosocial por un inicio precoz de las relaciones sexuales y un bajo nivel de utilización de los métodos anticonceptivos, todo esto enmarcado en una sociedad permisiva que por lo general acepta y en ocasiones favorece este tipo de comportamiento. Como consecuencia de esto se incrementa el período en el cual las y los adolescentes son biológicamente fértiles, pero no poseen el desarrollo psicológico ni social adecuado para enfrentar estas responsabilidades, es más amplio el período de vulnerabilidad para la ocurrencia de embarazos no deseados ni previstos.

Por otro lado, el embarazo en la adolescencia ocurre mayoritariamente en jóvenes solteras, en tanto en aquellas con pareja estable se describe una alta incidencia de separaciones durante el transcurso de la gestación, por lo que el abandono del progenitor y la ilegitimidad desprotegida son factores que influyen de forma decisiva en que muchas de las adolescentes opten por la interrupción voluntaria de la gestación, proceder que si bien al realizarse en condiciones seguras ha reducido la mortalidad asociado a este, continúa cobrando cada año un alto precio en salud sexual y reproductiva, pues secuelas como los embarazos ectópicos, los procesos inflamatorios pélvicos y la infertilidad se han convertido en un lastre que pueden afectar seriamente el futuro reproductivo de adolescentes y jóvenes.

Estudios focales realizados en diferentes instituciones y provincias del país, estiman que, incluidas las regulaciones menstruales, uno de cada cuatro abortos (25 %), tiene lugar en una menor de 20 años, esta proporción se hace puntualmente mayor en algunas provincias orientales (Las Tunas, Granma, Guantánamo), en las que este indicador ha llegado a cifras tan alarmantes como el 45 %.

Sirvan los datos mostrados en este Editorial como un llamado de alerta, dirigido tanto a los proveedores de salud como a la población en general, respecto a la alarmante situación actual de la fecundidad adolescente y la necesidad de su enfrentamiento inmediato.

Todo lo realizado en este sentido hasta hoy no ha logrado revertir esta problemática, por lo que se impone una profunda reflexión y elaboración de nuevas estrategias que incluyan la activa participación de todos los sectores de la sociedad, con vistas a enfrentar con efectividad esta crucial problemática y lograr que la reducción del embarazo en la adolescencia deje de ser una asignatura pendiente.

Dr. Jorge Peláez Mendoza
Vicepresidente Sociedad Cubana de Obstetricia y Ginecología