INTRODUCCIÓN
La memoria es la capacidad con la que cuenta nuestro sistema nervioso central para aprender, organizar y fijar eventos de nuestro pasado y se encuentra íntimamente ligado a la función de la atención. Es capaz de guardar datos a través de mecanismos ultra complejos que se desarrollan en tres etapas: codificación, almacenamiento y evocación. La presencia de la amnesia impide que esta capacidad se desarrolle adecuadamente. La amnesia se determina cuando se comprueba que alguien ha perdido o tiene debilitada la memoria. La persona que sufre este trastorno no es capaz de almacenar ni de recuperar información recibida con anticipación, ya sea por motivos orgánicos o funcionales.1
La amnesia (del griego ἀμνησία amnesia, olvido) es la pérdida parcial o completa de la memoria. En términos médicos, es un trastorno del funcionamiento de la memoria durante el cual el individuo es incapaz de conservar o recuperar información almacenada con anterioridad.1
Según Wilson y otros2 se trata de una pérdida de memoria de la identificación personal. En general, se le asocia con enfermedades orgánicas al cerebro, tales como la psicosis (por ejemplo esquizofrenia) e histeria y es frecuentemente producida de manera deliberada.
Sus causas son orgánicas o funcionales. Las causas orgánicas incluyen daño al cerebro, causado por enfermedades o traumas, o por uso de ciertas drogas (generalmente sedantes). Las causas funcionales son factores psicológicos señaladas como mecanismos de defensa. La amnesia histérica post-traumática es un ejemplo de causa funcional.
Entre otras causas, Glannon3 afirma que se encuentra la anestesia dado que provoca disrupciones en los mecanismos de la consolidación de la memoria.3
Puede ser también espontánea, en el caso de la amnesia transitoria global (TGA por sus siglas en inglés). El índice de casos es mayor en personas de edad media y avanzada, particularmente varones.
Suele clasificarse por el tiempo (anterógrada o retrógrada) o etimológica, según la causa que la pueda producir.
Hay varias causas de pérdida de la memoria, como ha sido señalado, por ejemplo, en la etapa del climaterio y la menopausia. En estos momentos de la vida de la mujer este aspecto es considerado para clasificar la intensidad del síndrome climatérico que se presenta con frecuencia en esta etapa.4
También muchas mujeres, cuando se encuentran embarazadas experimentan una pérdida parcial de memoria a corto plazo conocida como amnesia del embarazo, mumnecia, o lo que los anglosajones suelen llamar placenta's brain (cerebro de placenta).5 Durante el embarazo, las fluctuaciones hormonales que experimenta la mujer producen cambios en la actividad cerebral, lo que provoca una pérdida parcial de memoria a corto plazo.6) A este aspecto nos referiremos a continuación.
¿ES REAL LA AMNESIA DEL EMBARAZO?
Diferentes estudios apuntan a que la impresión de obnubilación mental en embarazadas se debe a expectativas de estas mujeres.7
Cuatro de cada cinco mujeres embarazadas aseguran sufrir una merma en la memoria y la capacidad cognitiva. Sin embargo, los estudios sobre la llamada "amnesia del embarazo" no respaldan tales afirmaciones. Aunque algunos trabajos sostienen que las gestantes ejecutan con mayor dificultad ciertas tareas, otras investigaciones, entre ellas la del equipo de la Universidad Brigham Young, no confirma esos efectos. Algunos expertos opinan que el "cerebro de embarazo", así como su versión posnatal ("cerebro de maternidad"), podrían deberse a sesgos de confirmación positiva; es decir, las embarazadas y las madres primerizas prevén que van a experimentar cierto deterioro mental y, en consecuencia, creen sufrirlo. Otros investigadores, en cambio, aducen que estos síntomas resultan demasiado difíciles de confirmar en el laboratorio.7
El equipo de la reciente investigación propuso diversas pruebas cognitivas y neuropsicológicas a 21 embarazadas en su tercer mes de gestación. Seis meses después del parto, las participantes repitieron los ejercicios. Otras tantas mujeres sin hijos llevaron a cabo pruebas idénticas en el mismo intervalo de tiempo. Según los autores, no hubo diferencias entre ambos grupos ni antes ni después del parto. Estos resultados coinciden con un estudio del año 2003, en el que las gestantes tampoco obtuvieron puntuaciones distintas en los ejercicios de memoria verbal y atención dispersa o concentrada en comparación con las mujeres no embarazadas.7
"Aunque existen variaciones en los resultados, la mayoría de los trabajos llevan a pensar que apenas existen pérdidas de memoria asociadas a la gestación", explica Michael Larson, uno de los coautores del más reciente artículo.7 En su opinión, la persistencia del mito de las pérdidas de memoria relacionadas con el embarazo se debe a que las mujeres buscan de forma selectiva pruebas que confirmen esa expectativa cultural. Si una gestante pierde las llaves del coche, puede atribuir el incidente a la "amnesia del embarazo", sin considerar las veces que las ha extraviado antes de quedarse embarazada.
De hecho, entre 50 y 80 % de las embarazadas asegura que su memoria no funciona como de costumbre o que tiene problemas para concentrarse. No se sabe exactamente qué ocasiona esta “niebla mental” durante la gestación, aunque se siguen investigando las posibles causas.
De cierta forma, es bastante lógico porque quedar encinta es empezar una nueva vida, y quizá la gestante la pasará soñando con su bebé o en estado de ansiedad pensando si todo irá bien. El estrés y la ansiedad podrían interferir en la capacidad para la concentración y para recordar. Además, es muy común que haya cansancio durante el embarazo, lo cual no ayuda a pensar con claridad.
¿QUÉ DICE LA CIENCIA SOBRE LA AMNESIA DEL EMBARAZO?
El embarazo libera un torrente de hormonas por todo tu cuerpo, lo cual desencadena cambios fisiológicos muy importantes. Nadie sabe con exactitud cómo esos cambios hormonales afectan al cerebro, ya que los resultados de las investigaciones son ambiguos.8,9
Algunos estudios concluyeron que la memoria de las embarazadas es considerablemente peor que la de las mujeres que no están embarazadas, mientras que otros muestran que la memoria solo empeora en el tercer trimestre. Otros estudios señalan que el desempeño de las embarazadas en pruebas cognitivas es tan bueno como el de mujeres que no están esperando bebé.7-9
Curiosamente, en uno de estos estudios las mujeres embarazadas evaluaron su desempeño en pruebas de memoria y concentración como siendo peor que antes del embarazo. Sin embargo, en realidad obtuvieron resultados tan buenos como las mujeres que no estaban embarazadas.7-9
En 2016, un estudio importante, pero de pequeña proporción, reveló que el embarazo puede ocasionar cambios significativos y a largo plazo en la estructura cerebral de las mujeres. Los investigadores realizaron estudios de resonancia magnética en los cerebros de 25 mujeres y descubrieron que habían perdido algo de materia gris durante el embarazo, sobre todo en las partes responsables del razonamiento social y la capacidad de entender los puntos de vistas de otras personas. Estos cambios continuaron por los siguientes dos años después del nacimiento del bebé.10
Los investigadores especularon que la reducción en la cantidad de materia gris del cerebro se debe a la eliminación de redes neurales que el cuerpo no necesita, lo que tal vez ayude al cerebro a aumentar su eficiencia y a especializarse en la maternidad. Parece contraproducente, pero este refinamiento quizás ayude a las mujeres a desarrollar el apego con sus bebés y responder mejor a sus necesidades.
Aunque las investigaciones realizadas hasta ahora no hallaron conclusiones definitivas acerca de los problemas de memoria durante el embarazo, sí admiten que los cambios observados en la estructura cerebral podrían asociarse a la falta de memoria.10) Joanna Workman, psicóloga en la Universidad de Albany, concede cierta justificación al sesgo de confirmación, mas plantea otra posibilidad. En un estudio del año 2011 un equipo de la Universidad de Columbia Británica, al que Workman perteneció, observó que, aunque las embarazadas no acusaban problemas en las pruebas de cognición, olvidaban con mayor frecuencia que debían llamar al laboratorio en unos días (según les habían pedido los investigadores) y devolver a tiempo un cuestionario. "Es posible que las mediciones en el laboratorio no revelen diferencias porque, por lo general, son lugares tranquilos, sin apenas distracciones, a diferencia de la rutina diaria", concluye Workman. 11
¿CÓMO SE COMPORTA LA AMNESIA EN EL EMBARAZO?
Hay muchas mujeres que experimentan una pérdida parcial de memoria a corto plazo conocida como amnesia del embarazo, mumnecia, o lo que los anglosajones suelen llamar placenta's brain (cerebro de placenta). Se ha demostrado que el cerebro de las mujeres mejora durante el embarazo.
Esto se produce porque las hormonas del embarazo actúan en el cerebro haciéndolo más sensible. Comienza a partir de la segunda mitad del embarazo y se mantiene aproximadamente hasta tres meses después del parto.
A esas alturas del embarazo, la mujer está más pendiente de la llegada del bebé a la familia, de su nueva vida y de todo lo que hay que preparar para el nacimiento, produciendo a menudo olvidos y distracción.
Pero además de eso, los importantes cambios hormonales que experimentan las embarazadas producen cambios en el cerebro de la mujer que afectan sobre todo a la memoria espacial, es decir, aquella relacionada con dónde colocamos las cosas.6
Los culpables de los olvidos son los altos niveles de hormonas6 como la prolactina, el estradiol, la progesterona y el cortisol en el organismo de la embarazada, y principalmente de la oxitocina. La conocida como hormona del amor porque interviene intensamente en la conexión con el bebé, es la responsable también de producir una pérdida parcial de la memoria, incluso durante el período de lactancia, en el que la hormona es segregada.
Es normal olvidarse de las cosas, tener que volver a casa porque se nos ha olvidado algo, olvidarse de una cita, de un cumpleaños o de dónde hemos dejado las llaves.
Sin embargo, a pesar de estas distracciones, la maternidad las hace más inteligentes. Se ha demostrado que el cerebro de las mujeres mejora durante el embarazo. Algunas zonas cerebrales clave alteran su tamaño persistiendo estos cambios durante décadas.
Las capacidades cognitivas mejoran cuando las mujeres quedan embarazadas y al convertirse en madres se produce una sobre estimulación cerebral que las vuelve más alerta.
Diferentes estudios apuntan a que la impresión de obnubilación mental en embarazadas se debe a expectativas de estas mujeres.7-9
Cuatro de cada cinco mujeres embarazadas aseguran sufrir una merma en la memoria y la capacidad cognitiva. Sin embargo, los estudios sobre la llamada "amnesia del embarazo" no respaldan tales afirmaciones. Aunque algunos trabajos sostienen que las gestantes ejecutan con mayor dificultad ciertas tareas, otras investigaciones, entre ellas la del equipo de la Universidad Brigham Young, no confirman esos efectos. Algunos expertos opinan que el "cerebro de embarazo", así como su versión posnatal ("cerebro de maternidad"), podrían deberse a sesgos de confirmación positiva. 7,8
El equipo de la reciente investigación propuso diversas pruebas cognitivas y neuropsicológicas a 21 embarazadas en su tercer mes de gestación. Seis meses después del parto, las participantes repitieron los ejercicios. Otras tantas mujeres sin hijos llevaron a cabo pruebas idénticas en el mismo intervalo de tiempo. Según los autores, no se dieron diferencias entre ambos grupos antes ni después del parto. Estos resultados coinciden con un estudio de 2003, en el que las gestantes tampoco obtuvieron puntuaciones distintas en los ejercicios de memoria verbal y atención dispersa o concentrada en comparación con las mujeres no embarazadas.
Conclusiones
Como ha sido referido, la “amnesia del embarazo” es un padecimiento que afecta particularmente a las mujeres durante el embarazo, fundamentalmente en el tercer trimestre de gestación, según confirmó un artículo publicado recientemente en la revista Medical Journal of Australia. Se caracteriza por la pérdida temporal de memoria vinculada a pequeños detalles, pues puede disminuir el rendimiento de la memoria y el funcionamiento ejecutivo, que incluye la realización de múltiples tareas de forma simultánea. Este aspecto es importante conocerlo así como también divulgarlo, para que toda mujer esté preparada para esta situación en caso de presentarse y hacer prevención de los aspectos más importantes relacionados con la pérdida de la memoria.
Los estudiosos consideran necesario realizar futuras investigaciones que posibiliten determinar el impacto de la amnesia del embarazo en la calidad de vida y trabajo de las mujeres gestantes, consideración muy relevante que debe tenerse presente.