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Revista Cubana de Medicina Militar

versión impresa ISSN 0138-6557versión On-line ISSN 1561-3046

Rev Cub Med Mil v.32 n.4 Ciudad de la Habana oct.-dic. 2003

 


Informe Corto


Salud para la defensa: enfoque conceptual global de la investigación médico-militar

Tte. Cor. José R. Menéndez López,1 My. Mirtha Infante Velázquez,2 My. Reynol A. Moreno Puebla3 y Dra. Yenia Sotolongo García4


Resumen


Se introduce el término de salud para la defensa. Se exponen los puntos de vista personales del redimensionamiento y perfeccionamiento de la investigación y desarrollo y de la labor temática de investigación y desarrollo de los Servicios Médicos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). Dentro del concepto de salud para la defensa se incluye la optimización, mediante un diseño apropiado del estudio de las causas médicas que pudieran incidir en la no continuidad del período de vida profesionalmente útil del cuadro militar en su respectivo puesto de trabajo de acuerdo con su especialidad. El segundo aspecto lo constituye la utilización de las investigaciones de corte científico-pedagógico dirigidas a la labor de perfeccionamiento de la preparación de los oficiales médicos y otro personal participante para su desempeño en situaciones de tiempo de paz y tiempo de guerra. Se plantea que dentro del concepto de salud para la defensa tiene cabida la investigación por métodos científicos de las estructuras y procedimientos operacionales concebidos para el funcionamiento de los Servicios Médicos de las FAR en escenarios de guerra y/o catástrofes naturales, en los cuales las estructuras de los escenarios de tiempo de paz resultaren obsoletos o impracticables.

DeCS: MEDICINA MILITAR; INVESTIGACION; PERSONAL MILITAR/educación; GUERRA; DESASTRES NATURALES; MEDICINA DE DESASTRES.

Cualquier ejército del mundo en cuya filosofía prime el carácter ofensivo y depredador de sus acciones pone a disposición de sus fuerzas armadas las más increíbles armas de un poder de destrucción y grado de sofisticación difíciles de imaginar.

No es ocioso afirmar que el bloque agresivo de la OTAN, liderado por los Estados Unidos de Norteamérica, es el principal ejecutor de dicha filosofía de empleo del armamento contemporáneo. Resulta lamentable decir una y otra vez que los logros de la Revolución Científico-Técnica que la Humanidad ha contribuido a desarrollar, no pueden tener el camino de servir como sustrato para el perfeccionamiento mortífero de las armas de uso en los distintos tipos de combate convencionales y de otro tipo.

Sin embargo, el más imaginable armamento sofisticado no gana guerras, sino que destruye civilizaciones y tesoros culturales que la Humanidad ha atesorado durante milenios. Las guerras las ganan los hombres que empuñan y manipulan dichos artefactos de destrucción y muerte, puesto que el hombre -per se- no es una máquina de matar.

En muchas ocasiones nuestros principales jefes, especialmente el Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), General de Ejército Raúl Castro Ruz, ha manifestado que la guerra se gana evitándola y es el hombre que empuña y maneja la técnica más sofisticada o la más convencional, el verdadero eje de la victoria.

Formamos parte de unos servicios médicos que pertenecen a unas fuerzas armadas muy diferentes a la mayoría de las que existen en este mundo unipolar en el que nos ha tocado vivir. Contrariamente a las fuerzas armadas en cuya filosofía de combate se encuentra el prepararse para lanzar grandes ofensivas que no traen sino calamidades, destrozos y muertes, nuestras FAR han adoptado como doctrina de combate la defensiva, diseñada coherentemente para la preservación del proyecto social que construimos. Y lo que es más, del que formamos parte con todo nuestro pueblo, del cual somos un eslabón indisoluble.

Esta visión y sentido de pertenencia de pueblo que medularmente se encuentra enraizado en las FAR hace que no nos encontremos en una torre de marfil totalmente ajenos a la tensa situación económica en la cual por un conjunto de factores nos encontramos inmersos.

La organización de la ciencia y técnica en el país -en un sentido general- se encuentra firmemente cimentada en la obtención de resultados, los cuales ulteriormente se socializan (generalización) en interés de responder a requerimientos investigativos muy concretos y necesarios. Esta forma de ver el comportamiento de la ciencia y técnica en el país ha producido logros estables y sostenidos, todo lo que permite concretar la idea del Comandante en Jefe cuando afirmó que el futuro de este país tiene que ser un futuro de hombres de ciencia.

Por nuestra especialidad básica -la Biomedicina- generalmente se tiende a derivar una proporción no despreciable de esfuerzos investigativos hacia el área de la salud en interés del macromundo del país. No puede afirmarse con toda la honestidad posible que el 100 % de las investigaciones en las cuales nos enfrascamos, consumiendo recursos tanto humanos como materiales, tributan hacia la defensa, tal y como hacen -sin excepción- todas las instituciones de las FAR que tienen una responsabilidad (de cualquier tipo) en el perfeccionamiento del engranaje defensivo del cual se encuentra necesitado el país.
¿Razones para ello? Muchas y de diversa índole. Transitan desde el marco conceptual, pasan por el marco operacional y terminan en el organizativo.

Conceptualmente somos oficiales de las FAR, del perfil médico. Estamos sometidos al mismo esquema reglamentario que incluye al resto de nuestros compañeros de armas. Operacionalmente -salvo honrosas excepciones- hemos crecido bajo la sombra de los trabajos de investigación que justamente diseña y resultan ser de interés para el Sistema Nacional de Salud (SNS). Hemos creído de una forma casi absoluta que la transpolación de los resultados del SNS es suficiente y meritoria. Esta forma de pensar y de actuar, la cual a duras penas se viene revertiendo, ha conducido a la postergación de elementos constitutivos de la vida militar, de la apreciación de salud del cuerpo de oficiales, lo cual no puede esperar más el derecho a ser evaluados y estudiados a la luz de lo contemporáneo.

Organizativamente no hemos sabido lograr el necesario balance o equilibrio entre los indudables logros que existen en el avance de las ciencias biomédicas y aplicarlos creadoramente a las distintas problemáticas concretas de los militares, mediante el empleo de estudios poblacionales de riesgo. La tendencia que más se manifiesta es la de incluir militares dentro de casuísticas más o menos mínimas a partir del estudio de una entidad de morbilidad similar a ambos grupos poblacionales, pero sin analizar los resultados y posibles diferencias y similitudes en cohortes por separado. Esta forma de proceder generalmente sesga los resultados y los hace no lo suficientemente informativos para dilucidar problemática militar autóctona.

Mucho se ha mal hablado de la Medicina Militar. A pesar de estar considerada por la gran mayoría como una rama individual de las Ciencias Médicas que para su ejercicio necesita de la apropiación de conocimientos especiales, el conocimiento de determinadas reglas organizativas y características especiales en el ejercicio de la competencia, no logra desarrollarse a los niveles que las exigencias de las FAR demandan en estos momentos, ni siquiera en los propios oficiales médicos ejecutores de investigaciones biomédicas. Es infantil considerarla como un remanente de las tendencias soviéticas que a la postre no eran compatibles con nuestras necesidades geográficas, culturales ni económicas (no en balde se rectificaron a nivel FAR). Es dado conocer que existe una Asociación Internacional de Medicina Militar, que celebra sus congresos bianualmente, que tiene su propia revista de difusión internacional (Military Medicine) y que paradójicamente Cuba es miembro de esta asociación y es este Hospital (LDS) donde único se recibe esta publicación.

Debe comenzarse a divulgar y hacer realidad el concepto de Salud para la Defensa (SPD). Este puede ser definido como el esfuerzo de investigación común, institucional, sostenible que posibilite desde el ángulo de la salud alcanzar objetivos que permitan económicamente y con eficacia tributar los resultados de las investigaciones hacia aquellos segmentos de salud de las FAR, los cuales no pueden ser abarcados por las investigaciones que realiza el SNS por no constituir un objetivo priorizado de este. Sería bueno entenderlo ya de una vez (tomado de la Medicina Interna en el Contexto Militar. Tesis para optar por el grado científico de Doctor en Ciencias del Tte. Cor. José R. Menéndez López).

Otra forma de ver la problemática y necesidad del desarrollo del concepto de SPD es el económico. No significa ello solamente pesos o dólares, sino la economía en función de la preparación de los cuadros del cuerpo de oficiales por un sólido y no barato sistema de enseñanza de múltiples etapas el cual arranca de las Escuelas Militares, Vocacionales Militares Camilo Cienfuegos, transita por los Centros de Enseñanza Militar y ofrece al país un conjunto importante de oficiales, los cuales al irse incorporando paulatinamente a los puestos de trabajo como especialistas de carreras técnicas o de mando van adquiriendo experiencia, grado militar, maestría operativa, elementos indispensables que junto con una escala de valores encabezada por una fidelidad sin límites a la revolución, al Comandante en Jefe y al Ministro de las FAR, constituyen la piedra angular del delicado engranaje defensivo del país.

De este presupuesto innegable que caracteriza a la vida militar, amenazan a los participantes o integrantes humanos del sistema defensivo (susceptibles) además de las enfermedades que por sus grupos etáreos son proclives a contraer (tomado de los trabajos de terminación de la Especialidad de González Barea I. Enfermedades crónicas no transmisibles en oficiales en servicio activo en las FAR. 2001; González Pérez F. Empleo del índice beta pre beta para el despistaje masivo de trastornos dislipémicos en oficiales de las FAR. 1998; Rosario Cruz L. Caracteres diferenciales de la cardiopatía isquémica entre poblaciones civiles y militares atendidas en el ISMM. 2000), los estilos de vida y actuación que la misma dinámica de la vida militar le imprime. Además de todo esto se encuentran los llamados factores de riesgo pobremente identificados puesto que no ha sido demostrada su expresividad clínica. Este aspecto es importante ya que cuenta con la potencialidad suficiente como para acelerar la aparición o hacer más severas los diversos cuadros sintomáticos -actualmente sin diagnóstico preciso pero sí relacionados con factores ocupacionales propios de la vida militar- que esperan por ser descritos para luego ser prevenidos (tomado de las tesis para obtención del grado científico de Doctor en Ciencias Médicas de los Mayores Mirtha Infante Velázquez M. Intervenciones de salud en interés de la disposición combativa: la hepatitis aguda. 2002; Reynol Moreno Puebla. Programa de intervención/acción para el manejo del estrés en oficiales en servicio activo. 2001).

El concepto de Salud para la Defensa presenta una vertiente no menos importante que la señalada anteriormente y que asienta en la optimización de la preparación tanto para escenarios de tiempo de paz como para escenarios de tiempo de guerra de los oficiales médicos y de todo aquel que en estas funciones tenga alguna cuota de participación. La enseñanza de las ciencias médicas se renueva periódicamente. Quizás en los últimos tiempos se ha modificado con mayor frecuencia que antes, puesto que la dinámica del proceso salud/enfermedad varía constantemente, tanto en los escenarios militares como en los no militares.

Las investigaciones científico-pedagógicas deben salir del anonimato y ocupar el lugar que les corresponde en el concepto de SPD. Las razones son obvias y los procederes de docencia-aprendizaje y de instrucción tienen que transitar por la masividad y la calidad académicas.

País que no tenga previsto la modificación de estructura sanitaria en condiciones de tiempo de guerra o catástrofes naturales es un país que tiene que luchar contra 2 enemigos simultáneos -el externo representado por el agresor y el interno representado por los pocos previsores y pocos clarividentes. Afortunadamente tendremos que luchar contra uno solo, formidable y poderoso.

Pero...¿hemos investigado científicamente la coherencia de la estructura y funcionamiento operacional de lo que hemos previsto para el escenario de tiempo de guerra? ¿No ameritaría dedicar más del talento que existe y sobra en los Servicios Médicos de las FAR, de manera que utilizando las herramientas adecuadas fueran capaces de pronosticar e incluso mejorar la efectividad y pertinencia de las opciones que hemos considerado como doctrinarias? Yo creo que sí es posible e incluso necesario.

El concepto de SPD hace tiempo que insiste por ganar un espacio considerable (el que sin duda alguna le pertenece) en la labor de investigación científica de los Servicios Médicos de las FAR. Abrazarlo, entenderlo y desarrollarlo es la palabra y la actitud que se impone. Rechazarlo, no comprenderlo y no desarrollarlo es resignarnos a dejar inconclusas muchas interrogantes que desde hace tiempo necesitan ser tratadas no con el voluntarismo o la mejor opción subjetiva posible, sino con el método científico.

Summary

The health for defense term is introduced. The personal points of view of the redimensioning and improvement of research and development and of the thematic work of research and development of the Medical Services of the Revolutionary Armed Forces (RAF) are dealt with. Within the concept of health for defense, it is included the optimization by an appropiate design of the study of the medical causes that may inlfuence on the non-continuity of the professionaly useful period of life of the military cadre in his job, according to his specialty. The second aspect referes to the utilization of the scientific and pedagogical research directed to the improvement of the training of the medical officers and other participating personnel for their performance in time of peace and war. It is stated that the research by scientific methods of the structures and operational procedures created for the functioning of the medical services of the Revolutionary Armed Forces in war and/or natural disasters, where the structures of the peace time settings may be obsolete or impracticable, may be included in the concept of health for defense.

Subject headings: MILITARY MEDICINE; RESEARCH; MILITARY PERSONNEL/education; WAR; NATURAL DISASTERS; DISASTER MEDICINE.

1 Doctor en Ciencias. Profesor Titular y Consultante.
2 Doctor en Ciencias Médicas. Investigador Auxiliar.
3 Doctor en Ciencias Médicas. Profesor Asistente.
4 Master en Psiquiatría Social. Profesora Asistente.

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