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Revista Cubana de Medicina Militar

versión impresa ISSN 0138-6557versión On-line ISSN 1561-3046

Rev Cub Med Mil v.33 n.3 Ciudad de la Habana jul.-sep. 2004

 

Hospital Militar Central "Dr. Luis Díaz Soto"

Marcadores contra los virus de hepatitis B y C en una población de donantes voluntarios

Tte. Cor. José R. Menéndez López,1 Tte. Fragata Lay Duardo Castellón2 y My. Mirtha Infante Velázquez3

Resumen

Se realizó un estudio retrospectivo sobre la presencia de marcadores contra los virus de hepatitis B y C en 34 711 donaciones de sangre voluntarias realizadas en el Banco del Hospital Militar Central "Dr. Luis Díaz Soto" entre 1995 y el 2000, de las cuales 524 (1,5 %) mostraron positividad para las pruebas estudiadas: 230 muestras (0,66 %) resultaron positivas para HbsAg, 287 (0,82 %) para anti-HVC y en 7 (0,02 %) se detectó la presencia de ambos marcadores víricos. Se diagnosticaron más casos con anti-HVC que con HBsAg positivo (p < 0,001). La tendencia fue hacia la disminución del total de seropositivos al virus B y un incremento ligero al anti-HVC. Correspondieron 57 muestras seropositivas (25 HbsAg, 31 anti-HVC y 1 con ambos marcadores) a militares de distintas graduaciones. El mayor número de casos se encontró entre los 21 y 40 años de edad y con grupos sanguíneos O+, A+ y B+. Se concluye que la selección de donantes es una vía importante para evitar la propagación de la infección por tales agentes, además de que permite identificar un número de casos que no se manifiestan clínicamente, pero que pueden constituirse como fuente de infección de esta enfermedad y traer como consecuencia una disminución de la capacidad de disposición combativa en caso de surgir brotes de consideración.

Palabras clave: hepatitis B, hepatitis C, donantes.

La hepatitis viral está considerada como una enfermedad de particular importancia para la medicina militar, entre otras razones por su alta morbilidad en los colectivos militares. Hasta el presente, 5 virus hepatotropos (A, B, C, D, y E) han sido identificados, mientras que otros (G, Gb, Sen-V y TTV) permanecen en fase de estudios. Y aunque todos producen un síndrome clínico similar, existen diferencias entre ellos en cuanto a la vía de transmisión y la persistencia de la infección. De manera particular los virus B y C se caracterizan por poseer un mecanismo de transmisión que incluye la vía parenteral como la más eficiente forma de transmisión. En ambos casos los individuos infectados pueden desarrollar una enfermedad crónica que tiene en sus etapas la aparición de hepatitis crónica activa, cirrosis hepática y carcinoma hepatocelular. Estos enfermos por tanto, se comportan como los reservorios naturales de los agentes virales, por lo que el contacto con la sangre resulta ser un factor de alto riesgo para adquirir la infección.

En tiempos de guerra, durante el transcurso de acciones combativas, se producen disímiles cantidades de bajas sanitarias con la consecuente necesidad de utilización de sangre y hemoderivados. Por esta vía pudieran producirse epidemias de hepatitis o casos aislados con elevadas posibilidades de evolucionar hacia las formas crónicas de la enfermedad si no se toman las medidas de pesquisaje y control necesarias. La forma en que se ejecutan las acciones ofensivas por parte de los ejércitos que disponen de medios sofisticados y masivos de destrucción hace que en el combate contemporáneo el contacto entre contendientes sea escaso o al menos no característico. La casuística de bajas sanitarias de estos conflictos revela una gran cantidad de heridos por diferentes modalidades de empleo de la artillería y la aviación de combate, con la emergencia de lesiones que determinan la necesidad de estabilización hemodinámica del herido con un conjunto de fluidos parenterales antes de proceder a su evacuación hacia lugares determinados. En esas circunstancias es requisito tener que prevenir la eventual contaminación con los virus de la hepatitis de transmisión parenteral de la sangre y los hemoderivados.1,2

Se disponen de evidencias de las consecuencias de la infección por virus de hepatitis en el herido de guerra3 y se sabe que en estos casos se incrementan las posibilidades de un curso clínico más severo, complicaciones e inclusive aumenta la mortalidad. No resulta ocioso recordar que el personal médico y sanitario que trabaja en dichas condiciones debe de ser inmunizado y cumplir otras medidas de protección para esas eventualidades4 con el riesgo de infectarse a través de punciones accidentales si entre las bajas existen portadores de ambos virus.5 Tales argumentos resultan ser de extraordinaria importancia para la medicina militar, por lo que el personal de los servicios médicos deberá estar preparado para enfrentar esta situación que pone en peligro la estabilidad de la capacidad combativa.

Todo lo hasta aquí expresado permite considerar de importancia la realización de estudios de corte clínico-epidemiológico para conocer en la práctica la situación particular que se presenta con la infección por los virus B y C en este medio. El presente trabajo pretende acercarse a esta problemática y constituye una de las bases para diseñar el programa de detección y control de la enfermedad hepática crónica en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).

Métodos

Se realizó un estudio descriptivo, retrospectivo y observacional acerca del comportamiento de la detección de marcadores serológicos contra los virus de las hepatitis B y C en una población no seleccionada de donantes de sangre voluntarios que cumplían el requisito de ser aparentemente sanos y que no presentaran enfermedades crónicas que contraindicaran el proceder. Se revisó el resultado del pesquisaje del antígeno de superficie del virus de la hepatitis B (HBsAg) y de anticuerpos totales contra el virus de la hepatitis C (anti-HVC) en un total de 34 711 muestras de sangre procedentes de las donaciones realizadas en el Banco de Sangre del Hospital Militar Central "Dr. Luis Díaz Soto" en el período comprendido entre el 1ro. de enero de 1995 al 31 de diciembre de 2000. Se encontró positividad para los marcadores en estudio en 524 muestras procedentes de igual cantidad de pacientes. Los donantes que realizaron más de una donación no fueron incluidos. De acuerdo con el marcador viral detectado, se conformaron 3 grupos (HBsAg, anti-HVC y ambos marcadores positivos) entre los que se evaluaron las variables de edad, sexo y grupo sanguíneo-factor Rh. Los marcadores virales fueron realizados mediante sistema ultramicroanalítico (SUMA) en la propia institución.

El análisis estadístico de la información incluyó las medidas de tendencia central y análisis de proporciones por cada año entre los grupos de seropositivos con respecto al total de donaciones en el propio año. Se aplicó la prueba de la t de Student para comparar variables entre los grupos de hepatitis B y C. Se aceptó como valor significativo de inferencia estadística una p < 0,05. El procesamiento estadístico se realizó mediante el paquete estadístico Primer, versión 1992. (Mc Graw Hill Inc.).

Los resultados se expresaron utilizando tablas y gráficos en los que se agregó, cuando así correspondió, el resultado automático del análisis lineal de tendencia.

Resultados

De las 34 711 donaciones de sangre, 524 (1,5 %) presentaron positividad para los marcadores estudiados. En 230 muestras (0,66 %) se detectó el HbsAg y en 287 (0,82 %) el anti-HVC (p = 0,001). En 7 donaciones (0,02 %) fueron positivas ambas pruebas serológicas.

La mayoría de los donantes se encontraban entre los 21 y 40 años de edad. El grupo HbsAg tuvo un promedio de edad de 31,6 ± 19,9 años y el anti-HVC 32,05 ± 10,09 años. La prueba T no demostró diferencias entre ellos (p=0,0603) (tabla 1). En la muestra existió predominio del sexo masculino tanto en la población general como en los distintos grupos de seropositividad (HbsAg: 81,3 %, anti-HVC: 81,8 %, ambos marcadores: 85,7 %).

Tabla 1. Marcadores virales positivos según los grupos de edades

Grupos de edades (años)
HBsAg
Anti-HVC
HbsAg + anti-HVC
18-20
52
66
 0
21-30
66
78
1
31- 40
63
80
6
41-50
40
46
0
51 y más
9
17
0


La figura 1 muestra el comportamiento de la detección de casos con HbsAg positivo en el período de estudio. Por años, la incidencia más elevada fue en 1995 y 1998, mientras que la más baja en 1997 y el 2000. La línea discontinua confirma una tendencia decreciente de la morbilidad.


Fig. 1. Pacientes con HBsAg positivo.

La detección de anti-HVC en la sangre aparece reflejada en la figura 2. El número de casos se ha mantenido prácticamente estable con la mayor incidencia en 1996 y el 2000. La línea de tendencia muestra que el incremento es ligero. Los resultados del análisis entre el porcentaje de casos con HbsAg y anti-HVC positivos por año se muestra en la tabla 2. En 1995 y 1998 la detección de HbsAg supera la de anti-HVC; la diferencia resultó ser significativa en 1995. En los restantes años se producen más donaciones con anti-HVC positivo que con HbsAg, con diferencias significativas desde el punto de vista estadístico excepto en 1999.

Tabla 2. Análisis de proporciones de donaciones según marcador positivo

Año
Donaciones
HbsAg (%)
Anti-HVC (%)
 p
1995
6334
56 (0,8)
43 (0,6)
0,050
1996
5649
40 (0,7)
57 (1,0)
0,001
1997
5338
28 (0,5)
46 (0,6)
0,015
1998
6925
55 (0,7)
46 (0,6)
0,400
1999
5769
30 (0,5)
37 (0,6)
0,567
2000
4696
21 (0,4)
58 (1.2)
0.001

 


Fig. 2. Pacientes con anti-HVC positivo.

Los grupos sanguíneos O+, A+ y B+ fueron los más comunes en la muestra estudiada, según se aprecia en la tabla 3. Esta situación coincide en los distintos grupos de seropositividad.

Tabla 3. Grupos sanguíneos y sistema Rh, según el marcador positivo

 
Grupo O
Grupo A
Grupo B
Grupo AB
 
Rh +
Rh -
Rh +
Rh -
Rh +
Rh -
Rh +
Rh -
HbsAg
99
19
56
5
45
2
4
 0
Anti-HVC
114
25
94
18
24
6
6
 0
Ambos
5
 1
0
 0
 0
1
0
 0


Discusión

La adecuada selección del donador y la calidad en el estudio de la detección de virus son elementos clave para evitar la transmisión de enfermedades virales por transfusión. El hecho de poder evitar una infección, en este caso viral, cobra una especial importancia por cuanto la utilización de este medio de soporte o tratamiento es en extremo frecuente en contingencias tanto de tiempo de paz como de guerra.

La estrategia de pesquisaje en el banco de sangre ha permitido conocer que la prevalencia de marcadores positivos encontrados en el presente estudio se encuentra en ambos casos por debajo de la media nacional (0,8 % para virus B y 1% para anti-HVC).

En estudios previos ejecutados, Fano Viamonte y otros encontraron una positividad de 0,5 % para HbsAg6 y 0,6 % para virus C,7 por debajo de las cifras aquí encontradas las cuales, según nuestro criterio, tienen que ver con la introducción de técnicas más sensibles para el diagnóstico de estos virus.

Es común que otros autores encuentren una prevalencia más elevada de anti-HVC que de HbsAg como ocurre en este trabajo. Beltrán,8 por ejemplo, estudió la presencia de estos marcadores en 5 regiones colombianas y solo en una zona endémica para virus B la presencia de este superó la detección de anti-HVC. Según este autor, la prevalencia en ese país es de 0,9 % para virus B y 1 % para el C.

En los trabajos citados de Fano y otros hay coincidencia en señalar la mayor prevalencia de ambos marcadores entre individuos de 20 a 39 años de edad, grupo en el que también se enmarca esta casuística. De la misma forma, encuentra predominio en el sexo masculino debido a que la práctica de la donación es más frecuente entre hombres aparentemente sanos. Galbán García estudió una población de donantes a quienes realizó una pesquisa de anti-HVC y fueron igualmente hombre jóvenes (promedio de edad: 39 años).9

La frecuencia de aparición de los grupos sanguíneos coincide con el patrón que existe en la población cubana, y que de manera particular ha sido estudiada en el banco de sangre de esta institución. En la revisión bibliográfica no encontramos ninguna referencia que relacione a los grupos del sistema ABO con la infección por los virus de las hepatitis B ó C.

La mayoría de las instituciones armadas de los países desarrollados han fomentado estudios de prevalencia de anticuerpos contra los virus de hepatitis en sus poblaciones de donantes. De esta forma planifican sus estrategias de control técnico y educativo para disminuir las probabilidades de recibir sangre infectada con las subsecuentes consecuencias para el personal militar.10

En un estudio realizado en el Banco de Sangre del Hospital Militar Central de México, Hernández Pérez y otros11 reportan una prevalencia de 0,74 % para el anti-HVC, similar a la media nacional, mientras que Tranprasert12 en Tailandia obtiene el 6,75 % de positividad para el HbsAg entre la población militar, inferior al 8,28 % de la población general. Sobre este último trabajo hay que considerar que los países del sudeste asiático presentan una endemicidad elevada para el virus de la hepatitis B. Hayms, en un total de 5 714 donaciones en 4 bancos de la marina norteamericana, cita una prevalencia muy baja para el HbsAg (0,3%) y 0,6 % para anti-HVC detectado por método inmunoenzimáticos.13

En estos trabajos se ha observado que la prevalencia que se reportan en donantes que son militares es más baja que la del resto de la población. Otros estudios de seroprevalencia entre efectivos militares muestran similar tendencia. También se han hecho investigaciones que incluyen al personal que conforma sus unidades. Por ejemplo, en Italia se conoce que la prevalencia de anti-HVC entre reclutas que ingresan a la fuerza aérea es baja (0,48 %)14 así como para el virus B.15 Datos similares se encuentran en Egipto16 y en la Federación Rusa.17 Igualmente, se identifican los factores de riesgo,18 lo que permite decidir los elementos involucrados en la aparición tanto de brotes como de casos aislados y de esta forma diseñar esquemas de inmunoprofilaxis con esa orientación.

Se quiere señalar que aunque el fenómeno de la doble infección por los virus de la hepatitis B y C no tiene una función significativa en la morbilidad por hepatitis, las implicaciones clínicas e inmunológicas de esta manifestación sí tienen particular importancia en cuanto al desarrollo de formas crónicas severas de la enfermedad. No se encuentran reportes previos de esta coinfección en la literatura nacional.

Aunque no forma parte de los objetivos de esta investigación, hay que señalar que entre estos casos con marcadores virales positivos es posible encontrar el diagnóstico de hepatitis crónica activa en sus distintos grados de actividad e inclusive cirrosis como se ha demostrado por autores tanto foráneos como del ámbito nacional.19,20 Estos casos constituyen reservorios naturales de los virus y por tanto, contribuyen a su propagación hacia el personal susceptible y disminuyen el tiempo de vida profesionalmente útil del personal militar que contrae dicha enfermedad.

Por todo ello es posible recomendar la utilización de la detección de marcadores contra los virus de hepatitis B y C en donantes de sangre en el estudio de la prevalencia de estos en las unidades militares, y que se incluya en el registro de donantes un número mayor de datos de interés médico-militar que pudieran ayudar a la elaboración del programa de atención de la enfermedad hepática crónica en las FAR. De igual forma, someter a los seropositivos de estos marcadores a estrechas medidas de vigilancia clínica y epidemiológica con el objetivo de detección precoz de manifestaciones clínicas de variado tipo y diagnosticar y tratar la existencia de lesiones de hepatopatía crónica.

Summary

A retrospective study on the presence of markers against hepatitis B andC virus was conducted in 34 711 voluntary blood donations made at the Blood Bank of "Dr. Luis Díaz Soto" Military Central Hospital between 1995 and 2000. 524 (1.5 %) of them proved to be positive for the studied tests: 230 samples (0.66 %) were positive for HbsAg. 287 (0.82 %) for anti-HCV and in 7 (0.02 %) it was detected the presence of both viral markers. More cases with anti-HCV than with positive HbsAg (p < 0.001) were diagnosed. There was a trend towards the reduction of the total of seropositives to virus B and a mild increase to anti-HCV. 57 seropositve samples (25 HbsAg, 31 anti-HCV and 1 with both markers) corresponded to military men of different ranks. The greatest number of cases wad found between 21 and 40 years old and with blood groups O+, A+ and B+. It was concluded that the selection of donors is an important way to avoid the spreading of an infection by such agents, and that it also allow to identify a number of cases that do not manifest clinically, but that may become a source of infection of this disease and provoke a reduction of the fighting capacity in case of significant outbreaks. .

Key words: Hepatitis B, hepatitis C, donors.

Referencias Bibliográficas

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Recibido: 2 de abril de 2004. Aprobado: 11 de mayo de 2004.
Tte. Cor. José R. Menéndez López. Hospital Militar Central "Dr. Luis Díaz Soto". Avenida Monumental, Habana del Este, CP 11 700, Ciudad de La Habana, Cuba.


1 Doctor en Ciencias Médicas. Profesor Titular.
2 Especialista de I Grado en Medicina Interna.
3 Especialista II Grado en Gastroenterología. Investigadora Auxiliar.

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