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Revista Cubana de Medicina Militar

versão On-line ISSN 1561-3046

Rev Cub Med Mil v.36 n.3 Ciudad de la Habana jul.-set. 2007

 

Instituto Superior De Medicina  Militar "Dr. Luis Díaz Soto"

Los medicamentos en el mundo asimétrico actual: del no acceso al  acceso.  Parte 3
                         
Dr. Gilberto Vladimir Calzadilla Moreira,1 Lic Isela Rodríguez Castillo,2 Dr. Héctor Lara Fernández,3 Dra. Teresa Sotolongo Hernández4 y
Dra. Juana Ma. Pérez Rodríguez5
 

Resumen

Se realizó una revisión bibliográfica sobre lo imprescindible que resulta para la supervivencia de las naciones pobres y en desarrollo la aplicación de adecuadas políticas de atención social, con vistas a lograr el acceso a los sistemas de salud y en especial, para satisfacer las necesidades de medicamentos, hecho que no se materializa en la mayoría de los pueblos motivado por la naturaleza excluyente del neoliberalismo y el espíritu de comercialización basado solo en la rentabilidad. Cuba constituye un ejemplo de que si es posible el progreso social y económico, basados en  proyectos propios, mediante el desarrollo de  una tecnología vital. 

Palabras clave: Medicamentos, políticas de salud, desarrollo, acceso.

Hoy es claro que la globalización neoliberal amenaza la existencia de los pueblos,  ello obliga a encausar políticas para el desarrollo socio-económico. Para algunos autores el acceso a los medicamentos es una condición inherente a cualquier política de atención a la salud.1 La soberanía de los estados apenas existe, sobre ellos ejercen presión otros países, la empresa privada, organismos internacionales etc., que los obligan a adoptar modelos económicos que generan total inequidad, por lo que zonas del mundo no tienen arrimo a los derechos humanos vitales incluidos los fármacos. Esta situación por lo general le es ajena a los gobiernos, que no toman las acciones para combatir la pobreza y la exclusión social. De forma progresiva los Estados del Sur dejan de hablar de política científico-tecnológica, su lugar lo toma la gestión y la innovación empresarial.2

La estrategia del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), basada en la voluntad de la Revolución de garantizar salud para todos y la influencia del bloqueo económico y científico de  EE.UU., es expresión genuina de la aplicación de medidas en la producción, distribución, prescripción y dispensación de productos farmacéuticos. Por la  complejidad y actualidad del tema, exponemos la necesidad de establecer políticas nacionales efectivas para enfrentar la crisis de salud pública en que están inmersos la  mayoría de los países del Sur y en especial, en cuanto al acceso a los medicamentos. Una revisión de la literatura  relacionada con el tema,  pueden dotar a los profesionales de la salud, desde la óptica de la ciencias sociales, de una herramienta útil en la interpretación de los efectos que originan las desiguales relaciones entre los países pobres y en desarrollo incluido el nuestro, y los países ricos del Norte, con respecto a la producción de medicamentos.

Políticas de los estados  para la supervivencia

En el contexto de un proceso de globalización las grandes transnacionales imponen el neoliberalismo como modelo económico hegemónico, cuya esencia es excluyente. Un grupo de naciones en el Norte, disponen de más del 80 % de los recursos económicos y someten a la mayoría de los pueblos con menos del 20 % de las riquezas, ello origina la enorme inequidad existente en el orbe, donde el 20 % de sus habitantes concentra el 86 % del consumo global, mientras el resto se las arregla para sobrevivir con el 14 %. La tendencia actual es que  EE.UU., Japón, y la Unión Europea conformen una jerarquía científica, capaz de gastar más del 80 % de la inversión global en investigación y desarrollo, lo que le confiere un enorme poder en las relaciones planetarias, basados en el dominio de la ciencia y la tecnología.2 Durante las últimas décadas los sistemas científicos nacionales se transforman en sistemas de innovación, con el objetivo de obtener producciones de mayor competitividad. Los flujos financieros se desplazan entre los países ricos y descartan a los del tercer mundo. La ayuda para el desarrollo no se hace efectiva y en muchos casos se condiciona a un comportamiento político de estas naciones.  De acuerdo con el informe del Banco Mundial 2001, a finales del siglo pasado el ingreso per cápita de los habitantes de los países desarrollados, en comparación con los pueblos del tercer mundo era de aproximadamente 25 a 1.

Tal repartición desigual de las riquezas, origina que 800 millones de personas en el planeta padecen de hambre o están desnutridos, lo que tiene como causa directa la pobreza, presente en gran parte de la población mundial.3

 “… En América Latina hay 224 millones de pobres y más de 50 millones de analfabetos, su deuda externa asciende a no menos de 800 millones de dólares en el 2003…”4

El gasto anual per cápita en estas naciones es de menos de 400 dólares, mientras que en las del Norte  puede superar los 2 000 dólares.5

El informe del PNUD señala que millones de personas infectadas con el virus del VIH-SIDA en los países pobres no tiene acceso ni tan si quiera a los medicamentos básicos para el tratamiento de infecciones relacionadas con el VIH, ni para otras enfermedades.6 

Al respecto la Cumbre Especial de la Unión Africana sobre SIDA, Paludismo y Tuberculosis, celebrada este año en Nigeria, adoptó diversas medidas y puso énfasis en acentuar las acciones preventivas y educativas, porque no existen recursos para costosos tratamientos.7 A pesar de que los antirretrovirales hoy se consideran como “bienes públicos mundiales”, todavía no se ha materializado una reducción en sus precios, lo que dio lugar a que países como Brasil, Sudáfrica, la India, Tailandia, Cuba y otros, al producir o importar sin restricciones  fármacos genéricos contra esta pandemia, demostraron cómo es posible disminuir los precios de estos medicamentos y acceder a ellos para un tratamiento efectivo a los pacientes portadores o sintomáticos, sin tener en cuenta en muchos casos, los derechos sobre las patentes que tienen las empresas transnacionales.3

Lo anterior es expresión de que los estados del Sur pueden y deben remover más de 200 años de dominación imperial. La adopción de medidas en tal sentido es imperiosa ante el avance de la pobreza y la exclusión social, con devastador efecto en los niveles de salud.

La ONU establece en el proyecto del milenio, que como mínimo el 4 % del PIB se destine a la educación y de este al menos el 0,64 % a las investigaciones científicas.8

Solo con la globalización de la solidaridad, la integración, la unidad y la promoción del diálogo es posible la supervivencia del género humano. Se requiere un nuevo orden económico internacional con justicia distributiva, cambios estructurales y en el pensamiento, para lograr  el desarrollo de la salud pública y en especial, por el acceso a los medicamentos para las mayorías.

Ejemplos que expresan la integración genuina  y la cooperación Sur-Sur, son los actuales niveles de asistencia médica que se alcanzan en el marco de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) y el Plan Económico de la Comunidad del Caribe (CARICOM), con gran impulso al sector de la salud y en especial la superación del personal, así como la creación de fondos para el desarrollo sustentable. La declaración de Bridgetown “…destaca que la salud de la región es su riqueza y que la buena salud y el acceso equitativo a la medicina a precios asequibles, a la atención médica y a los servicios de salud son decisivos para el desarrollo humano y para la consecución de nuestros objetivos económicos y sociales… “9

Cuba y su desarrollo social desde los medicamentos

En Cuba antes del triunfo de la Revolución, el desarrollo social era prácticamente nulo, como viva expresión de una neocolonia en el traspatio imperial, no existían políticas para el desarrollo económico social y una consecuente aplicación de la ciencia y la tecnología.

El precario estado de la salud pública era expresión del robo y el entreguismo en los gobiernos de turno. La pobreza, la desnutrición y la mortalidad infantil se enseñoreaban  en los campos cubanos. En las ciudades el juego, la droga y la prostitución formaban parte de la marginalización existente.

En aquella República el acceso a los medicamentos era una quimera, solo 20 millones del presupuesto estatal se dedicaban a la salud. A partir del 1ro de Enero de 1959 se inician grandes transformaciones en todas las esferas sociales. En Cuba se inició una andadura previsora en el campo científico.10

El Comandante en Jefe en enero de 1960 expresó: … “El futuro de nuestra patria tiene que ser necesariamente un futuro de hombres de ciencia, tiene que ser un futuro de hombres de pensamiento”…11

No existía la infraestructura, los recursos económicos ni el personal con los conocimientos para la producción de medicamentos, por lo que como parte de la estrategia para la prosperidad, el país se convirtió en una gran escuela, se inició la construcción de institutos, filiares universitarias y centros para la investigación. Algunos autores nombran esta etapa como la de promoción dirigida de las ciencias5. Sucesivas graduaciones de médicos, enfermeras y técnicos de la salud, así como la importación de fármacos, fundamentalmente desde los países del Consejo de Ayuda Mutua Económica, hacieron posible llevar los recursos de la salud a toda la población.

Ello permitió avances en algunos indicadores desconocidos, como la erradicación de enfermedades infecciosas (poliomielitis y  paludismo), la disminución de los índices de mortalidad materna e infantil y el incremento en los niveles de higienización y nutrición. No obstante, el país no alcanzó un pleno desarrollo en los centros de investigación, incluida la producción de fármacos. Ello tuvo su origen en la conjunción de varios factores, entre ellos la importación de tecnologías desde los países socialistas, que aunque en condiciones financieras ventajosas, no siempre fueron apropiadas.

La Revolución educacional alcanzó a la vuelta de pocos años, que se contara con las instituciones y el personal necesarios para la introducción de nuevos elementos en la ciencia, en el marco del proceso de rectificación de errores y tendencias negativas.12 En  1989 el número de centros de investigación era de 153 y la cantidad de científicos e ingenieros de 0,9 por cada 1 000 habitantes, cifra que aumentó a 1,3 en el año 2000.8

La desaparición del campo socialista y el recrudecimiento del bloqueo económico y científico de los  países capitalistas y en especial por el gobierno de EE.UU., obligo al estado cubano a grandes erogaciones de dinero para comprar medicamentos en lugares lejanos y bajo difíciles condiciones. El desabastecimiento  en la isla tocó fondo al inicio de la década de los 90. El MINSAP aplicó una política de medicamentos basada en 4 pilares esenciales: la sustitución de medicamentos de importación por los de producción nacional, la reorganización y orientación de la Industria Farmacéutica, aplicación de un programa de Medicina Natural y Tradicional y el  desarrollo de la Farmacoepidemiología. Se aplicaron medidas en la prescripción, distribución y dispensación según las condiciones de cada momento. En el año 2003 el Cuadro Básico de Medicamentos (CBM) incluyó 780 productos (527 nacionales y 253 de importación), de ellos 301 vitales, 295 esenciales y 74 no esenciales. Además de 110 especiales para programas específicos, como los antirretrovirales para el tratamiento del VIH-SIDA.13

En la actualidad se comercializan 829 especialidades farmacéuticas, no se incluyen indiscriminadamente fármacos de un mismo grupo en el CBM y existen pocas combinaciones a dosis fija.

La política del estado cubano incluyó una estrategia en el desarrollo científico de un país pequeño sin grandes recursos naturales, pero con inmensos recursos humanos. Especial significación adquirió la aplicación de investigaciones  en el sistema de salud, sobre la base de propiciar el desarrollo de la industria farmacéutica y la biotecnología, ya sea mediante la utilización de técnicas de avanzada de origen nacional o por asimilación de otras con recursos nacionales.14,15 Se logró producir numerosos biofármacos, vacunas,  productos genéricos, medicinas naturales etc., que se introducen en la red nacional e impactan en la economía y en especial en la salud pública, además de la exportación a más de 30 países, lo que permite amortizar las inversiones y obtener financiamiento.

De los 10 productos biotecnológicos,  para uso humano, más difundidos en el mundo, ocho se producen en Cuba.  El sector en el 2004 aportó más del 3 % del PIB.4

La lista incluye por ejemplo, captopril, eritropoyetina recombinante, surfactante,  PPG, anticuerpos monoclonales, factor de crecimiento epidérmico combinado con sulfadiazina de plata, estreptoquinasa recombinante etc. Hay avances en las investigaciones para la producción de  agentes contra el cáncer, anemias y enfermedades infecciosas como el dengue y leptospirosis. Actualmente se producen 5 tipos de antirretrovirales y otros están en fase de investigación y desarrollo.3 Impresionante es el desarrollo en el campo de las vacunas.  El 98 % de los cubanos están inmunizados contra 13 enfermedades previsibles por inoculación. De las diez que componen el esquema de inmunización siete se producen en Cuba.16,17

En el año 2004 la tasa de mortalidad infantil descendió a 5,8 x 1 000 nacidos, solo superada en las Américas por Canadá, se elevó a 78 años la esperanza de vida, la mortalidad por enfermedades infecciosas y parasitarias fue de 6,5 por 100 000 habitantes.  En el 2005 el PIB aumentó a 11,8 % y la producción de medicamentos se incluyó entre las producciones más dinámicas, con un crecimiento del 28,5 %.

El país logra niveles de crecimiento e indicadores sociales superiores a otros de la región  y comparables con naciones desarrolladas, con pleno acceso de toda la población a los medicamentos gracias a la aplicación de correctas políticas para el desarrollo económico-social. Estos logros sirven para romper con el concepto de fatalismo científico, por el cual en los estados subdesarrollados se plantea la imposibilidad de hacer ciencia, debido a la falta de recursos o por incapacidad.14

Es incuestionable la función que desempeñan los hombres y mujeres de este archipiélago, con un derroche de esfuerzo y valentía durante 47 años. Al respecto el Comandante en Jefe expreso: “…un pueblo que bajo riguroso bloqueo e implacable guerra económica, a la que se añadió la pérdida casi total de mercado, comercio y suministro exterior al desintegrarse el campo socialista y la URSS, resistió inconmovible más de cuatro décadas y hoy constituye uno de los más unidos, socialmente desarrollados, poseedores de conocimientos básicos, cultura política y artística entre todos los pueblos del mundo…”18

Las medidas preventivas para la detección temprana de las enfermedades infecciosas, se asocian con sensibles reducciones de la morbilidad y mortalidad de numerosos males. La educación sanitaria y la promoción de la salud con vistas a lograr un entorno más saludable y condiciones sociales correctas implican la participación no solo de los profesionales de la salud, sino de toda la población.

 En nuestro país diversos programas de promoción sanitaria se realizan en todas las comunidades, importante ha sido la función de los medios de comunicación masivos, en cuanto a  las condiciones higiénico-sanitarias, factores de riesgo, nutrición, hábitos tóxicos, enfrentamiento a la ITS, el consumo de fármacos y drogas entre otros. Significativa función desempeñan en este sentido los trabajadores sociales, la enfermera y el medico de la familia.  El profesional de la salud no solo debe tratar a los enfermos, sino cambiar los hábitos personales de los pacientes.19 El combate al mal uso y abuso en los prescriptores, requiere dominio de la farmacología, con vistas a establecer políticas de selección y empleo correcto de los medicamentos, para promover la educación y manejo racional sobre la base de buenas prácticas, que no es más que lograr el mejor efecto, con el menor número de fármacos durante el período de tiempo más corto y a un costo razonable. Al respecto los comités fármaco terapéuticos y la red nacional del farmacoepidemilogía desempeñan una importante función en la capacitación de los nuevos profesionales y el aumento de la cultura del pueblo.

Consideraciones finales

Frente a los desafíos que impone el neoliberalismo, en los países del Sur se imponen cambios sociales radicales que en función de estrategias y  sobre la base del conocimiento y la voluntad de los gobiernos permitan un desarrollo holista de la sociedad. Especial énfasis debe tener el acceso de las mayorías  a los servicios de salud, incluidos los medicamentos para todos a precios justos. Ello transita necesariamente por la integración, la cooperación y el dialogo entre los estados.

Corresponde a las naciones opulentas, poner a prueba su proclamada  magnanimidad y devolverle a los países pobres, lo mucho que les han sustraído. 

Cuba  por sus logros en la producción farmacéutica y biotecnológica constituye un ejemplo de que sí es posible el desarrollo social y económico basados en nuestras realidades y proyectos propios, con prelación para la salud y la educación de toda la población. Un espíritu de comercialización de una tecnología vital como son los medicamentos, que considera solo la rentabilidad, con deterioro de las acciones de educación y promoción de salud es inaceptable y debe transformarse para bien de la humanidad.

Summary

Drugs in the today´s asymetric world: from non-access to access to drugs. Part 3

A literature review was made on the utmost importance of implementation of adequate social care policies for the survival of poor and developing nations, with a view to providing access to health care systems and particularly meeting drug requirements. This does not occur at present in most of the countries due to excluding nature of neoliberalism and commercialization spirit towards profitability. Cuba is an example that social and economic advance is possible, on the basis of indigenous projects, through the development of key technologies.

Key words: Drugs, healthcare policies, development, access.

Referencias bibliográficas

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Recibido: 7 de abril de 2007. Aprobado: 10 de mayo de 2007.
Dr. Gilberto Vladimir Calzadilla Moreira. Instituto Superior de Medicina Militar “Dr. Luis Díaz Soto”. Avenida Monumental, Habana del Este, CP 11 700, La Habana, Cuba.

1 Especialista de II Grado en Ortopedia y Traumatología.
2 Licenciada en  Educación Superior en la Especialidad  de  Español-Literatura.
3 Especialista de I  Grado de Higiene y Epidemiología.
4 Especialista de I Grado en Epidemiología.
5 Especialista de I Grado en Microbiología.

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