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Revista Cubana de Medicina Militar

versión On-line ISSN 1561-3046

Rev Cub Med Mil v.39 n.3-4 Ciudad de la Habana jul.-dic. 2010

 

TRABAJOS ORIGINALES



Variables de laboratorio como indicadores de calidad de vida en el adulto mayor con tratamiento sustitutivo de la función renal



Laboratories variables as indicators of quality of life in elderly under substitution treatment of renal function




Dr. Eliseo Capote LeyvaI; Dra. Zuleika Casamayor LaimeII; Dr. CM Juan Castañer MorenoIII

IEspecialista de I Grado en Medicina Interna y Nefrología. Máster en Longevidad Satisfactoria. Instructor. Hospital Militar Central "Dr. Carlos J. Finlay". La Habana, Cuba.
IIEspecialista de I Grado en Bioestadística. Intructora. Hospital Militar Central "Dr. Carlos J. Finlay". La Habana, Cuba.
IIIDoctor en Ciencias Médicas. Especialista de II Grado en Nefrología. Profesor Titular. Hospital Militar Central "Dr. Carlos J. Finlay". La Habana, Cuba.




RESUMEN

INTRODUCCIÓN. En los últimos años existe un incremento de adultos mayores con tratamiento sustitutivo de la función renal. Los adelantos científico - técnicos ofrecen a estos pacientes un tratamiento más tolerable que los que existían años atrás.
OBJETIVO: Determinar la relación de la calidad de vida con algunas variables séricas en este grupo de pacientes.
MÉTODOS: Se realizó un estudio observacional, descriptivo, de corte transversal, que incluyó a los pacientes con 60 años y más de edad del servicio de hemodiálisis y diálisis peritoneal del Hospital Militar Central "Dr. Carlos J. Finlay". Para valorar la calidad de vida se utilizó el índice de Karnofsky y se tomó un promedio de los últimos tres meses de las variables de laboratorio: hematocrito, urea, calcio, fósforo, fosfatasa alcalina, colesterol, triglicéridos, proteínas totales y albúmina.
RESULTADOS. Del total de pacientes atendidos, 44 % eran adultos mayores. El 60 % tenía una buena calidad de vida. Las proteínas totales bajas (X2=5,0; p=0,025, OR=3,0) y la albúmina baja (X2=9,0; p=0,003; OR=3,571) se relacionaron con pobre calidad de vida.
CONCLUSIONES. Los adultos mayores que reciben tratamiento sustitutivo de la función renal perciben, en su mayoría, una buena calidad de vida. Las proteínas totales y la albúmina bajas, como expresión de una nutrición inadecuada, se asociaron a una mala calidad de vida.

Palabras clave: Calidad de vida, adulto mayor, variables séricas, hemodiálisis, diálisis peritoneal.


ABSTRACT

INTRODUCTION:
In past years there was an increase of elderly under substitution treatment of renal function. The scientific-technical advances offer to these patients a more tolerable treatment than those of pas years.
OBJECTIVE:
To determine the relation of quality of life with some serum variables present in this group of patients.
METHODS:
A cross-sectional, descriptive and observational study was conducted in patients aged 60 or more from the hemodialysis and peritoneal dialysis Service of the "Carlos J. Finlay" Central and Military Hospital. To assess the quality of life the Karnofsky Index and an average of the last three months of laboratory variables: hematocrit, urea, calcium, phosphorus, alkaline phosphatase, cholesterol, triglycerides, total proteins and albumin.
RESULTS:
from the total of patients seen, the 44% was elderly. The 60% had a good quality of life. The low total proteins (X2 + 5,0; p = 0,025, OR = 3,0) and the low albumin (X2 = 9,0; p = 0,003; OR = 3,571) were related to a poor quality of life.
CONCLUSIONS:
Most of the elderly persons under substitution treatment of the renal function have a good quality of life. The total proteins and the low proteins, as a expression of a inappropriate nutrition, were associated with a poor quality of life.

Key words: Quality of life, elderly, serum variables, hemodialysis, peritoneal dialysis.


 

INTRODUCCIÓN

La insuficiencia renal crónica (IRC) es un proceso fisiopatológico multifactorial, el cual progresa con múltiples consecuencias clínicas que dependen de la causa primaria y de otros muchos factores de riesgo (edad, sexo, frecuencia de comorbilidad, entre otros).1

Internacionalmente la enfermedad renal crónica ha sido comparada con un iceberg. Un millón de personas en el mundo forman la parte visible, mientras que diez millones más, con algún grado de disfunción renal, forman parte de la zona que queda escondida bajo el agua. De los conocidos o diagnosticados, el 90 % que recibe un tratamiento renal sustitutivo se encuentra en el mundo desarrollado.2,3

La enfermedad renal crónica terminal es una de las enfermedades que requieren más gastos asociados a su tratamiento, y se estima que los costos médicos en diálisis para un paciente son de unos 253 000 dólares durante su vida como enfermo. Cuba tenía en el año 2005 1 802 pacientes con enfermedad renal crónica en diálisis; es decir, una prevalencia de 160,8 casos por millón de habitantes.4

La IRC es, por sus características, una situación de impacto en la calidad de vida (CV), ya que estadios precoces se acompañan de síntomas que se reflejan en la vida diaria y los tratamientos sustitutivos de hemodiálisis y diálisis peritoneal la corrigen solo parcialmente, e introducen cambios importantes en el estilo de vida.5

La calidad de vida relacionada con la salud (CVRS) es un concepto de relativamente reciente aparición. La influencia de su evaluación en enfermos crónicos, como los pacientes con IRC terminal en terapia renal sustitutiva, es algo comúnmente aceptado por los clínicos y en particular por los nefrólogos.6

Se denomina CVRS al conjunto de factores relacionados con el estado de salud que forman parte del concepto multidimensional de CV, tal y como lo definió la OMS, concepto en el que también intervienen otros factores "no médicos", constituidos por la familia, las amistades, las creencias religiosas, el trabajo, los ingresos y otras circunstancias de la vida. Estos factores, médicos y no médicos, están relacionados entre sí, ya que la enfermedad además de afectar el área física repercute sobre el estado psicológico del individuo, su nivel de independencia y sus relaciones sociales.7 Estos aspectos no médicos influyen sobre la salud y la CV, pero se encuentran fuera del alcance del personal médico y paramédico para su solución. La CVRS evalúa los efectos que la enfermedad y su tratamiento produce en la CV y, aunque el significado de los dos términos no es el mismo, en gran parte de la literatura médica han sido identificados ambos conceptos.8

Existen algunos factores comunes a la población general y a los enfermos crónicos, que determinan un efecto de socialización del género sobre la salud y el bienestar.9 Entre estos factores han mostrado afectar la CVRS de enfermos renales distintos factores sociodemográficos (el desempleo y el bajo nivel educativo y socioeconómico) y psicosociales (los síntomas depresivos y ansiosos y el apoyo social).10,11

Hay varios factores relacionados con la enfermedad y su tratamiento, como la comorbilidad y la diabetes mellitus, la hemoglobina y el hematocrito, la albúmina, los trasplantes previos fallidos y el tiempo desde el diagnóstico hasta el inicio del tratamiento en diálisis.10-12,18

Se realiza este estudio para valorar si existe relación entre algunas de las variables de laboratorio y la calidad de vida de los adultos mayores con tratamiento sustitutivo de la función renal, en una unidad de hemodiálisis y diálisis peritoneal tipo, de Cuba, para intentar mejorar sus valores en aras de mejorar la calidad de vida de estos pacientes.


MÉTODOS

Se realizó un estudio observacional, analítico, descriptivo de corte transversal, que incluyó a los 30 pacientes con 60 años y más de edad, de uno y otro sexos, con tres meses o más de haber iniciado el tratamiento dialítico (hemodiálisis o diálisis peritoneal) en el servicio de hemodiálisis y diálisis peritoneal del Hospital Militar Central "Dr. Carlos J. Finlay".


Procedimiento

A los pacientes se les tomaron los siguientes datos: nombre, edad, sexo, escolaridad y estado civil. Se obtuvo un promedio de los últimos tres meses a partir del momento de inicio del estudio, de las siguientes variables de laboratorio: hematocrito, urea, calcio, fósforo, proteínas totales, albúmina, colesterol, triglicéridos y fosfatasa alcalina. Los datos fueron obtenidos de los pacientes y de las historias clínicas ambulatorias del servicio de hemodiálisis y diálisis peritoneal.

A los pacientes se les aplicó el índice de Karnofsky, para medir la calidad de vida basada fundamentalmente en el grado de validez física y la necesidad de atención médica de los enfermos. Se relacionó la calidad de vida con cada una de las variables de laboratorio mencionadas anteriormente. Se contó con el consentimiento de los pacientes en el estudio, o con la aprobación de las personas responsabilizadas con él.

Procesamiento estadístico

Los datos obtenidos fueron procesados mediante el SPSS versión 11.5 para Windows. Fueron determinadas las medidas de resumen para variables cuantitativas (número absoluto) y para variables cualitativas (porcentajes).

Para determinar la relación entre variables cualitativas se realizó la prueba de chi cuadrado de Pearson. Para determinar el grado de asociación entre las variables relacionadas se determinó el Odds Ratio (OR).

Todas las determinaciones antes mencionadas se realizaron teniendo en cuenta un a = 0,05 para garantizar una confiabilidad de los resultados del 95 %. Los resultados obtenidos fueron resumidos en tablas.

RESULTADOS

El total de pacientes adultos mayores (30) en el servicio de hemodiálisis y diálisis peritoneal del Hospital Militar Central "Dr. Carlos J. Finlay", representaban el 44 % de los casos atendidos en este servicio; el 60 % (18 pacientes) tenían una calidad de vida calificada como buena, según el instrumento utilizado para medirla (índice de Karnosfky).

El 50 % de los pacientes tenía 70 años o más, con discreto predominio del sexo femenino (17 pacientes: 56,7 %). El 60 % (18 pacientes) tenía un nivel de escolaridad igual o superior a la secundaria básica. En relación con el estado civil, 53 % (16 pacientes) eran casados, seguidos por los viudos (33,3 % = 10 pacientes). En la tabla 1 se muestran algunas de las variables de laboratorio y su relación con la calidad de vida. No se encontraron relaciones estadísticamente significativas entre ambas.


En relación con las proteínas totales, solo el 10 % (3 pacientes) la tenían bajas (menor de 60 g/L); todos tenían una pobre calidad de vida. De aquellos con proteínas totales séricas consideradas como normales, el doble tenía buena calidad de vida (60 vs. 30 %). Al relacionar la calidad de vida con las proteínas totales, se obtuvieron resultados significativos: X2 de Pearson igual a 5,0; p = 0,025 y OR de 3,0 (tabla 2).

Al analizar la albúmina, los resultados son similares a los analizados con las proteínas totales, como lo muestra la tabla 3. Ninguno de los pacientes con albúmina sérica patológica (menor de 35 g/L) tenía una buena calidad de vida y los pacientes con albúmina normal y buena calidad de vida (60 %) fueron algo más del doble de aquellos con albúmina normal y pobre calidad de vida (23,3 %). Aquí también se encontraron resultados estadísticos significativos (X2 de Pearson = 9,0; p = 0,003; OR = 3,571).



DISCUSIÓN

De las variables de laboratorio analizadas, el hematocrito es un indicador del nivel de hemoglobina y sus niveles inferiores han sido relacionados con una mala calidad de vida, por todas las manifestaciones que se generan en un paciente con anemia, incluyendo cambios cardiovasculares.19,20-23 Por esto, siempre se trata de que el paciente con insuficiencia renal crónica terminal tenga aceptables niveles de hemoglobina, inicialmente con transfusiones, y luego con el uso de la hormona responsable de la eritropoyesis: la eritropoyetina.22

La eritropoyetina es capaz de generar toda una serie de efectos que se asocian a una mejor calidad de vida en el paciente con insuficiencia renal crónica en hemodiálisis, y estos son: incremento de la hemoglobina y mejoría de la tromboastenia que acompaña a la IRC, mejoría de la miocardiopatía hipertrófica, aumento del consumo de oxígeno antes del ejercicio y disminución de frecuencia cardíaca y del gasto cardíaco, mejoría del estado nutricional, disminución de la hiperprolactinemia e hiperinsulinemia, disminución del nivel de alosensibilización con vista a posible trasplante renal, recuperación de la memoria, atención y funciones cognoscitivas, así como en el ritmo de vigilia-sueño, mejora el estado general, el coeficiente intelectual en niños y del índice de Karnofsky, disminuye la morbilidad por infecciones y los ingresos hospitalarios, lo que aumenta la supervivencia.22

Todos los pacientes reciben tratamiento con eritropoyetina para mantener su hematocrito por encima de 30 Vol. %, con el medicamento producido en Cuba y que se aplica desde hace algunos años.22,24 De aquellos pacientes con un hematocrito patológico (5) solo 3 tenían una pobre calidad de vida. El resto, que representa el 83,5 % del total, tenían hematocrito mayor o igual a 30 Vol. %.

En relación con la urea sérica, esta muestra cómo se comporta el proceso depurador, es decir, la calidad del tratamiento que se ofrece al paciente a través de los métodos depuradores que recibe. La urea alta es expresión de una dosis de diálisis insuficiente, y la baja, de desnutrición y baja ingesta protéica; ambas situaciones se asocian a mortalidad e inadecuada calidad de vida.23 En la tabla 1 se observa que casi el doble de los pacientes (43,3 vs. 23,3 %) con ureas consideradas como adecuadas (menores de 25 mmol/L) tenía una buena calidad de vida.

El incremento del calcio y del fósforo sérico, e incluso del producto de ambos, se relaciona con un incremento de la mortalidad y, de forma general, con un alto riesgo cardiovascular en el paciente en hemodiálisis. La hiperfosforemia (mayor de 1,6 mmol/L) todavía hoy se asocia con el prurito en el paciente con insuficiencia renal crónica terminal, que afecta el bienestar físicopsicológico y atenta contra la calidad de vida.21,25-27 En relación con el calcio, se encontró predominio ligero en los pacientes con calcio considerado como normal (menor de 2,6 mmol/L) y buena calidad de vida. En cuanto al fósforo, ocurrió algo similar (tabla 1).

La fosfatasa alcalina se asocia, en el paciente con tratamiento depurador, a hepatopatía sobre todo por el virus de la hepatitis C y a enfermedad ósea relacionada con el paciente en insuficiencia renal crónica, e incluso con el paciente en hemodiálisis, donde la beta 2 microglobulina que no puede ser eliminada adecuadamente favorece la aparición de trastornos osteomioarticulares al depositarse en estas estructuras.21,23 En este trabajo se encontró que con la fosfatasa alcalina considerada como patológica (valores séricos mayores a 279 U/L) hubo un discreto predominio de los pacientes con pobre calidad de vida; sin embargo, al analizar los pacientes con valores de esta enzima en sangre considerados como normales, se encontró que mucho más de la mitad de los considerados en este grupo (40 vs. 13,3 %) tenían una buena calidad de vida. Casi la mitad de los pacientes tenían una fosfatasa alcalina patológica (46,7 %).

El colesterol y los triglicéridos séricos, reconocidos factores de riesgo cardiovascular,21,25 tuvieron un comportamiento similar al compararse entre ellos, como lo muestra la tabla 1. Tanto en aquellos que tenían un colesterol sérico patológico, como en los que lo tenían normal, predominó la calidad de vida buena. Algo parecido ocurrió con los triglicéridos (valores normales de 1,85 mmol/L). La explicación a estos hallazgos podría estar en el pequeño número de pacientes estudiados. Es de destacar que en el caso del colesterol, más de la mitad de los pacientes lo tenían alto (cifras superiores a 5,2 mmol/L), por lo que deben considerarse como de alto riesgo cardiovascular.

Los resultados asociados con las proteínas totales y la albúmina están en relación con el vínculo entre proteínas y nutrición, sobre todo la albúmina, que junto a otros elementos serológicos son indicadores de nutrición; e incluso, por sí sola, sus valores bajos (menor de 35 g/L) comportan un mal pronóstico para el paciente con tratamiento sustitutivo de la función renal, lo que influye en su calidad de vida, ya que se relacionan con un incremento de la mortalidad, morbilidad y hospitalización.7,19,21,28-29

A.A. Lopes y colaboradores, en un amplio estudio, reportaron relación entre la hipoalbuminemia y la calidad de vida relacionada con la salud, sobre todo en las escalas físicas y mentales de uno de los instrumentos específicos para medir calidad de vida en el paciente con tratamiento sustitutivo de la función renal, el Kidney Disease Quality of Life Short Form, en el que se encuestaron 9 526 pacientes en hemodiálisis.30

A pesar del pequeño grupo estudiado, que solo incluyó a los pacientes adultos mayores de un servicio de hemodiálisis y diálisis peritoneal, los resultados son interesantes y no difieren mucho de otros trabajos realizados, tanto nacionales como de otros países.

Se concluye que de las variables de laboratorio analizadas, las que tienen una relación más estrecha con la calidad de vida son las proteínas totales y la albúmina, con reconocida asociación con la nutrición.


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Recibido: 18 de mayo de 2010
Aprobado: 14 de octubre de 2010



Dr. Eliseo Capote Leyva. Hospital Militar Central "Dr. Carlos J. Finlay". Ave 31 y 114 Marianao. Ciudad de la Habana. Teléfonos: 2600007, 2743367, 2743364, 2743365.
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