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Revista Cubana de Medicina Militar

versión On-line ISSN 1561-3046

Rev Cub Med Mil vol.44 no.2 Ciudad de la Habana abr.-jun. 2015

 

Rev Cubana Med Mil. 2015;44(2)

REVISIÓN HISTÓRICA

 

Henry M. Reeve Carrol y Santiago F. Ramón y Cajal en la Guerra de 1868

 

Henry M. Reeve Carrol and Santiago F. Ramón y Cajal during 1868 War

 

 

DrC. Jorge Eduardo Abreu Ugarte,I Dra Maria Antonia Cruz GarcíaII

IUniversidad de Ciencias Médicas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. La Habana, Cuba.
IIUniversidad de Ciencias Médicas de La Habana. La Habana, Cuba.

 

 


RESUMEN

La Guerra de los Diez Años (1868-1878) fue la primera gesta patriótica de los cubanos por su liberación del colonialismo español. En ella participaron decenas de miles de militares españoles, entre soldados y oficiales de diferentes grados. También participaron, como gesto de sincera solidaridad, muchos norteamericanos atraídos por la causa anticolonial y antiesclavista por la que peleaban los cubanos. Entre los que vinieron de otras tierras a pelear en aquella patriótica contienda, hay dos cuya preeminencia trasciende en el tiempo y alcanzan la eternidad. Cada uno dejó un legado para generaciones de cubanos, para los que eternamente estarán presentes. Henry M. Reeve Carrol y Santiago F. Ramón y Cajal, combatieron en ejércitos contrarios, el primero como jefe militar, el segundo como médico militar. La coincidencia en un mismo periodo de la guerra y en el propio teatro de operaciones militares en tierras camagüeyanas lleva a una interrogante ¿pudieron participar en enfrentamiento militar? Con el propósito de esclarecer la incógnita se realizó un análisis de fuentes bibliográficas disponibles para profundizar en un tema no tratado con anterioridad. Se corroboró por los datos consultados que sí, fue posible. Los resultados son inéditos, por no haber referencias anteriores que establezcan este vínculo entre Cajal y Reeve durante la primera guerra de los cubanos por su independencia. A pesar de servir en ejércitos y causas opuestas, comparten valores éticos y patrióticos que son reconocidos por los cubanos.

Palabras clave: Cajal, Reeve, Camagüey, Vista Hermosa, San Miguel.


ABSTRACT

The Guerra de los Diez Años (Ten-Year-War; 1868-1878) was the first patriotic deeds of Cubans for liberation from Spanish colonialism. Thousands of Spanish soldiers, including soldiers and officers of different ranks, took part in it. Many North Americans also participated, as a gesture of sincere solidarity, attracted by the anti-colonial and anti-slavery cause for which Cubans fought. Two men came from other lands to fight in this patriotic war. Their prominence transcends time and reach eternity. Each of them left a legacy for generations of Cubans, so they will forever be present. Henry M. Reeve Carrol and Santiago F. Ramon y Cajal fought in opposing armies, the first one as a military commander, the second as a military doctor. The coincidence in the war same period and theater of military operations in Camaguey land leads to a question: Could they engage in military confrontation? Analysis of available literature sources was conducted in order to clarify the unknown, so deepening an issue not dealt with before. The revised data confirmed it was possible. The results are unpublished, since there is no previous references to establish this link between Cajal and Reeve during the first Cuban war for independence. While serving in armies and opposing causes, they shared ethical and patriotic values that are recognized by the Cubans.

Keywords: Cajal, Reeve, Camaguey, Vista Hermosa, San Miguel.


 

 

INTRODUCCIÓN

El 10 de octubre de 1868, Carlos Manuel de Céspedes dirigió el alzamiento insurreccional en el ingenio Demajagua en el que proclamó el "Grito de Independencia" y dio a conocer el "Manifiesto de la Junta Revolucionaria de la Isla de Cuba a sus compatriotas y a todas las naciones", lo que dio inicio a la primera gesta patriótica de los cubanos por su liberación del colonialismo español, la "Guerra de los Díez Años". Esta contienda bélica en Cuba duró desde 1868 hasta 1878. Por la parte colonial participaron decenas de miles militares españoles, entre soldados y oficiales de diferentes grados. También estuvieron presentes, como gesto de sincera solidaridad, muchos norteamericanos atraídos por la causa independentista, anticolonial y antiesclavista por la que peleaban los cubanos.

Entre los que vinieron de otras tierras a pelear en los campos cubanos en aquella épica contienda, dos trascienden en el tiempo por su relevancia y alcanzan la eternidad. De diferentes modos, cada uno dejó un legado para generaciones de cubanos que los tienen presentes. En el contexto de la beligerancia, fueron enemigos en el campo de batalla, lucharon en lados contrarios. Uno como un intrépido combatiente mambí que alcanzó alto grado militar en las tropas que combatían por la independencia de Cuba y el otro, como un audaz médico militar del ejército español que guerreaba por mantener a Cuba bajo la soberanía española, por considerarla en la época una provincia más de España y no comprender aún los sentimientos independentistas que ya irrumpían entre los cubanos de pensamientos más avanzados.1

Coincidieron en Cuba, en la misma época y en el propio teatro de operaciones militares. Camagüey, sus heroicos campos fueron testigo de la presencia de los dos. Una interrogante de aquel pasaje de nuestra historia incita una indagación, ¿pudieron estos dos hombres haber participado en combates que los enfrentaran en aquel contexto beligerante? El objetivo del presente trabajo es profundizar y ampliar los conocimientos de la vida de dos paradigmas de valores éticos y de consagración. Como preámbulo, una breve reseña de los héroes que motivan esta investigación:

Henry M. Reeve Carroll, joven norteamericano que viajó a Cuba para unirse a la causa independentista de los cubanos en la "Guerra de los Diez Años". Alcanzó el grado de general de brigada del Ejército Libertador. Combatió bajo las órdenes de dos grandes jefes de esta contienda bélica, Ignacio Agramante y Máximo Gómez. Conocido en Camagüey por el sobrenombre de "Enrique el americano", en el resto de Cuba, cubanos y españoles, lo conocieron como "el Inglesito". Participó en unas 400 acciones combativas, en 10 resultó herido y se le reconoce por participar en el rescate del general de brigada Julio Sanguily. Murió combatiendo valientemente en Yaguaramas.

Santiago F. Ramón y Cajal, médico español destinado a Cuba en 1874 con el grado de capitán a servir en la sanidad militar del ejército colonial. Desempeñó sus funciones en Camagüey. Tras su licenciamiento por enfermedad, se especializó en histología. Obtuvo el premio Nobel de Medicina en 1906 por descubrir los mecanismos de la morfogénesis del sistema nervioso y la conectividad de las células nerviosas, nueva y revolucionaria teoría llamada "doctrina neuronal", basada en que el tejido nervioso del cerebro está compuesto por células individuales, las neuronas, que se relacionan por la sinapsis.

Se realizó una revisión en fuentes bibliográficas disponibles sobre la vida de Henry M. Reeve Carroll y Santiago F. Ramón y Cajal, con un análisis comparativo entre las descripciones, referencias y anotaciones de Reeve y de Cajal. Se establecieron los lugares y las acciones que se corresponden con la presencia de ambos en el mismo teatro de operaciones militares en Camagüey, en el periodo comprendido en la Guerra de los Diez Años en que coincide con la presencia de los dos, que enmarcamos entre los años 1874 y 1875, en los que Cajal ejerció como médico militar del Ejército Español y Reeve ocupó la jefatura del Ejército Mambí en Camagüey.

 

DESARROLLO

Reeve nació el 4 de abril de 1850 en Brooklyn, Nueva York, en los Estados Unidos. Su padre era Alexander Reeve, pastor protestante y su madre, Maddie Carrol.

Su adolescencia transcurrió en Nueva York, turbulenta ciudad cosmopolita en el contexto de la Guerra de Secesión, conflicto armado en los Estados Unidos que enfrentó a los estados más industrializados y antiesclavistas del norte con los del sur, de economía agraria basada en grandes plantaciones dependientes del sistema esclavista.

Hay pocos datos sobre su vida en aquella etapa. Estos señalan que a la edad de ocho años leía la prensa diariamente. Por su instrucción y educación trabajó a los doce años como auxiliar en labores bancarias y más tarde de tenedor de libros en un comercio de su ciudad natal. Participó en la Guerra de Secesión como tambor en una unidad de voluntarios integrada por obreros de Nueva York que participó en la contienda.2

Cajal nace dos años después de Reeve, el 1ro. de mayo de 1852 en Petilla de Aragón, Navarra, España. Su padre era Justo Ramón, médico cirujano y su madre, Antonia Cajal. Vivió su infancia en continuos cambios de residencia por distintas poblaciones aragonesas, acompañando a su padre. Con apenas dos años la familia dejó Petilla de Aragón para ir a Larrés, luego a Luna, a Valpalmas y a Ayerbe.

Realizó estudios primarios con los escolapios de Jaca y los de bachillerato en el Instituto de Huesca, en una época de agitación social. La sublevación contra la reina Isabel II, su destierro y la instauración de la Primera República, proclamada cuando él finalizaba el bachillerato. De espíritu travieso y reacio a memorizar, no compartió los métodos violentos y autoritarios en la enseñanza religiosa. Mostró vocación por las artes plásticas, en especial por el dibujo.3

Cursó la carrera de Medicina en Zaragoza. Tuvo éxitos en sus estudios universitarios. Licenciado en Medicina con 21 años en junio de 1873, es llamado a cumplir el servicio militar obligatorio. Logró por oposición una plaza de médico segundo, se incorporó con el grado de teniente al regimiento de Burgos en la provincia de Lérida. La situación en España era compleja por la política veleidosa de sus gobernantes. Por otra parte, la precaria situación de las tropas españolas en Cuba, debido a las enfermedades tropicales y los azotes de las fuerzas insurrectas, hizo necesario el envío de refuerzos a la isla. Cajal es designado al ejército expedicionario como primer ayudante médico y ascendido al grado de capitán.4,5

Reeve, lector asiduo de la prensa, tuvo noticias del levantamiento insurreccional de Carlos Manuel de Céspedes, con el que simpatizó, por lo que contactó con la Junta Revolucionaria Cubana en Nueva York, fijando su compromiso de venir a Cuba a luchar por la independencia.

Formó parte de la expedición del vapor "Perrit". El 11 de mayo de 1869 llegó a las costas cubanas al norte de Oriente, en una expedición integrada por 200 hombres, entre ellos muchos norteamericanos, algunos experimentados en la guerra en su país. Traían un voluminoso cargamento de armas, municiones y otros equipos bélicos. El jefe militar era el general norteamericano Thomas Jordán, veterano de la Guerra de Secesión. Como jefe civil el ingeniero Francisco Javier Cisneros. Desembarcaron en la Península del Ramón, bañada por las aguas del Puerto de Banes y la Bahía de Nipe. Reeve tenía 19 años, se destacó desde el momento del desembarco por su valentía. Participó en escaramuzas y combates, recibió heridas y fue capturado por los españoles que lo fusilaron junto a otros prisioneros y dejaron por muerto. De manera milagrosa sobrevivió, fue encontrado por partidas insurrectas que operaban en la zona, curado y recuperado se reincorpora al campo de batalla.

Cinco años después, Cajal embarca en el Puerto de Cádiz, en Andalucía, a bordo del vapor trasatlántico "Guipúzcoa" en el que viajaban 342 españoles, entre ellos 224 soldados, 5 de infantería y 4 marineros de la armada. La travesía duro dos semanas. Llegó a La Habana el 17 de junio de 1874.


Camagüey: teatro de operaciones militares

Henry M. Reeve integró las fuerzas independentistas de Camagüey bajo las órdenes del entonces coronel William A. Ryan, jefe militar de origen canadiense, nacido en Toronto el 31 de diciembre de 1842 (murió ejecutado por los españoles en Santiago de Cuba en noviembre del 1873 al ser capturado como integrante de la expedición del vapor "Virginius", había alcanzado el grado de brigadier).

En 1871 Reeve comenzó a prestar servicios en las tropas bajo las órdenes del mayor Ignacio Agramante. Participó en combates integrando la caballería, que llegó a comandar. Se destacó por su participación en el rescate del brigadier Julio Sanguily. Participó en el combate de Jimaguayú, al frente de la caballería. Es en esta acción donde cae por una herida de bala mortal en la cabeza, el mayor Ignacio Agramante, su admirado jefe militar.

Reeve, al frente de las fuerzas mambisas, recibe el 7 de julio de 1873 al general Máximo Gómez, nombrado Jefe de la 1ra. división y 3er. cuerpo del Ejército Libertador en Camagüey. Reeve y su tropa causaron buena impresión en el general, quien dejó como constancia en su diario las siguientes notas: fui recibido atentamente por este cuerpo. Su jefe el teniente coronel Enrique Reeve, muy digno de ocupar puesto más elevado, su valor a toda prueba, su infatigable constancia en el servicio de la causa lo hacen un cumplido militar, que le adueñan justa consideración y simpatía de sus superiores y subalternos. No hago otra cosa que justicia al mérito. Y con relación a la tropa señaló: celebro el espíritu de orden de esta tropa. Reeve me regaló un caballo. Reeve es un carácter militar. Sus soldados lo quieren como a un padre. Estas fuerzas son las tropas que presentan más y mejor organización del ejército en combate.

Bajo las órdenes del general Gómez participó en diversas acciones, entre estas, la toma de Santa Cruz del Sur, acción en la que se destacó por su valentía y en la que sufrió una grave herida que le invalidó la pierna derecha de por vida.

El 21 de junio de 1873 se reintegró al servicio activo luego de un prolongado periodo de recuperación, con la pierna inutilizada por secuela de la herida de bala, la fractura y la osteomielitis que apareció como complicación. Para poder caminar utilizó un aditamento de metal a manera de prótesis y para montar un correaje especial que lo sujetaba al caballo.

Entre el 22 y el 23 de junio de 1874, Reeve recibió del general Gómez el mando de la División en Camagüey. Es en el periodo de julio de 1874 a marzo de 1875 en que coincidieron Cajal y Reeve en las tierras camagüeyanas (Fig. 1). Cajal se mantendría en esta región cubana hasta marzo de 1875 en que le conceden una licencia médica que lo declaró inutilizado de campaña por enfermedad. Abandona la carrera militar y vuelve a España para dedicarse a la investigación y a la docencia de la medicina.

Después de su arribo a La Habana, Cajal permaneció en la ciudad por un mes. Fue destinado por la inspección de sanidad como médico militar al territorio de Camagüey. Viajó en un vapor hasta Nuevitas y en un tren militar hasta Camagüey, debió llegar a este territorio a mediados de julio del 1874 (Fig. 2). El hospital de campaña de Vista Hermosa era su destino, instalación situada en la zona de Jimaguayú, al suroeste de la ciudad de Camagüey, en la manigua, con pocos recursos, difícil acceso, malas comunicaciones y falta de provisiones.

La descripción que hace Cajal5 de Vista Hermosa aproxima al lector a aquel contexto: Vista Hermosa era un reducido e insignificante poblado, menesteroso, rodeado de extensos maniguales. Tenía un sólido fortín cuadrangular, construido con gruesos troncos de árboles y surcado de aspilleras; dos torreones, reforzados por parapetos de troncos. El hospital de campaña o enfermería consistía en un gran barracón de madera, con techo de palma y con capacidad para 200 camas. Existían también algunas rancherías espaciadas de chinos y negros que constituían la mísera urbanización del lugar. Mensualmente se avituallaba al hospital y la guarnición del lugar con medicina y comestible, aprovechando el trasiego de columnas militares por aquel abandonado lugar. Señala también Cajal: en el intervalo quedábamos absolutamente incomunicados con el mundo, siendo peligrosísimo aventurarse en el bosque pues los mambises merodeaban. Casi todos los días había tiroteo entre ellos y los centinelas.

En aquellas condiciones los días eran monótonos. Relata Cajal:6 Un día cerca del alba, el aburrido escenario local fue interrumpido por un tumulto de voces, tropel de caballos y descargas atronadoras de armas de fuego. Desde la manigua, una columna de las fuerzas libertadoras merodeaba el pequeño enclave y habiendo logrado detectar un punto débil en la guarnición del lugar atacaron sorpresivamente. Los militares españoles, percibieron las sigilosas maniobras de los mambises, pasaron a la defensa y repelieron el ataque. Con las molestias del paludismo que me afectaban, rápidamente tomé un fusil y gran cantidad de balas. A los pacientes que su estado se los permitía los exhorté, tras una breve alocución patriótica a que se dispusieran con prontitud a la defensa del hospital de campaña, los que pudieron se incorporaron fusil en mano. Parapetado tras una ventana ordene abrir fuego. Ante la rápida y decisiva respuesta de los españoles, entre los que estaban Cajal y sus pacientes, los insurrectos cesaron el ataque y volvieron a la manigua.

Por esa época en 1874, con Reeve al mando, el ejército mambí incrementó las acciones bélicas contra los españoles como apoyo al general Máximo Gómez que se dirigía a la región central de la isla, a través de la trocha que dividía a Camagüey de Las Villas, denominada Trocha de Júcaro a Morón. Las tropas dirigidas por Reeve atacaron fuertes y caravanas del ejército español. En diciembre de ese año atacaron el fuerte de San Miguel, lugar donde había un hospital de campaña español en el que estuvo ingresado Cajal, por paludismo recidivante y disentería que depauperaron su salud.

El paludismo y sus recidivas febriles, unido a la disentería, deterioraron la salud de Cajal al estado de una deplorable caquexia palúdica, lo que unido a la pésima atención que recibió lo pusieron al borde de la muerte. Primero ingresó en el hospital militar de San Isidro, en la Trocha Este, instalación en la que también había servido como médico militar. Más tarde lo trasladan al de San Miguel. De su estancia en el hospital de campaña de San Miguel, Cajal relata: disuelta la Trocha de Bagá los enfermos fueron concentrados en distintos hospitales, singularmente en el de San Miguel a donde fui yo a parar, esta vez no como médico director, sino como uno de los tantos casos clínicos.6

En el Diario de operaciones del brigadier Henry M. Reeve Carrol7 aparecen anotaciones que evidencian que Vista Hermosa y San Miguel estaban comprendidas en el teatro de acciones militares de las tropas bajo su mando, coincidiendo con el periodo de estancia de Cajal en estos lugares. Algunos extractos de las anotaciones realizadas por Reeve entre 1874 y 1875 en que hace referencias a estos lugares, se muestran a continuación:


En 1869 y 1872 Ignacio Agramonte, Jefe de las fuerzas libertadoras en Camagüey y las tropas bajo su mando, actuaba en la zona de Jimaguayú, en la que se encuentra ubicada Vista Hermosa. Para 1872 Reeve ya integra estas fuerzas mambisas y conoce del lugar.

El análisis comparativo de las anotaciones en el diario del brigadier Reeve, jefe del Departamento Militar de Camagüey en el periodo en que Cajal sirvió como médico militar del ejército español, revela coincidencias que sugieren la posibilidad de que entre 1874 y 1875 en tierras camagüeyanas pudieron coincidir en algún enfrentamiento formando parte de las fuerzas beligerantes. Las anotaciones de Reeve del 6 y del 11 de septiembre de 1874 se enmarcan en el periodo en que Cajal está en el hospital militar de Vista Hermosa y hay coincidencias con las descripciones que hace este último sobre el ataque de una partida insurrecta a aquel enclave de las tropas españolas relatado por el propio Cajal, en su condición de médico militar.

Después del periodo de la coincidencia en tierras camagüeyanas, Cajal regresó a España, enfermo abandonó la vida militar convencido de lo inútil para su país de mantener la guerra en la que participó y de la que se decepcionó al conocer la corrupción, la indolencia y el maltrato que recibían de sus superiores, que él mismo sufrió. Ya en España concluye el doctorado en Medicina, dedicándose con devoción a la investigación y a la docencia de la Histología. Alcanzó altos reconocimientos como científico. Le otorgaron en 1906 el Premio Nobel de Medicina.8-11 por sus aportes en el campo de la embriología, la anatomía y la histología del sistema nervioso.12,13 Cajal fallece el 17 de octubre de 1934, con 82 años. La academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana envió nota de condolencia a la familia de Cajal, en la que reconoce sus aportes a la medicina y a las ciencias morfológicas.6

El brigadier Henry M. Reeve Carrol (Fig. 3) continuó alcanzando triunfos y reconocimientos por su valentía en el Ejército Mambí. Bajo las órdenes del general Máximo Gómez avanzó hacia Las Villas y Matanzas, ocupó la vanguardia en el intento de extender la guerra a accidente. Murió el 4 de agosto de 1876 a los 26 años de edad en un embravecido y desigual combate con las tropas españolas en Yaguaramas. Herido en la ingle y en el pecho, con la pierna derecha inutilizada por las secuelas del combate de Santa Cruz del Sur, en tierra por haber caído muerto su caballo, acosado por el enemigo, el brigadier Reeve antes de caer prisionero de los españoles terminó él mismo con su gloriosa y ejemplar vida. El Ejército Libertador de Cuba, jefes, oficiales y soldados enviaron carta de condolencia Mrs. A. M. Reeve, madre de "el Inglesito", en la que reconocen sus méritos y sus aportes a la independencia de Cuba.2

Como datos de interés relacionados con las vidas de estos dos grandes hombres, hay referencias en la literatura consultada6,7 de que ambos en algún momento de su desempeño militar en Cuba fueron objeto del menosprecio de sus superiores. Reeve luego de su recuperación en un campamento de las tropas mambisas en Mijial, tras el fallido fusilamiento del que fue objeto por los españoles, molesto por discrepancias y contradicciones que notó en aquellas fuerzas mambisas bajo el mando del brigadier mambí Luís Figueredo Cisneros solicitó permiso para marchar a las fuerzas de Camagüey. Luego de demorar el solicitado permiso, el jefe militar estampó en el propio documento: "que el joven norteamericano era inepto e inservible para el servicio de las armas". Con relación a Cajal sucedió algo similar en Vista Hermosa, donde el jefe militar de la guarnición rindió un informe en el cual refería: "que el físico Cajal se pasaba todas las horas del día mirando por un tubo (un microscopio monocular) y que por tanto solicitaba el traslado de Cajal a otro destacamento pues de nada le servía". La historia se encargó de demostrar lo equivocado y superficial del juicio en ambos casos.


Vigencia en Cuba

Henry M. Reeve está presente entre los cubanos. En Yaguaramas, lugar de su caída en combate se erige un monumento en su memoria. Escuelas y otros centros llevan su nombre. La prensa escrita ha dedicado artículos en los que se rememoran sus virtudes y méritos en el servicio a la causa cubana. Como digno homenaje, a iniciativa del líder histórico de la Revolución Cubana, comandante Fidel Castro, 19 de septiembre del 2005 en el acto de graduación de Ciencias Médicas, fue constituido el Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve, con la misión heroica de salvar vidas humanas. Su objetivo es apoyar con su personal debidamente entrenado, a cualquier país que sufra una catástrofe, especialmente los que enfrenten grandes azotes de huracanes, inundaciones y otros fenómenos naturales de esa magnitud así como graves epidemias. Su primera misión era prestar ayuda a los afectados por el Huracán "Katrina" en Nueva Orleans, ciudad norteamericana.14-16

Santiago F. Ramón y Cajal también está presente en los cubanos: en publicaciones en la prensa escrita y artículos científicos en revistas médicas,17 en tarjas y monumentos que perpetúan su memoria. Los investigadores, profesores y alumnos de Ciencias Médicas de todo el país valoran los aportes y contribución de Cajal al conocimiento de la morfología y el desarrollo del sistema nervioso, que es la base estructural para la neurofisiología y la neuropatología. Sus estudios son de referencia en instituciones como el Instituto de Neurología y el Centro de Neurociencias. Como una muestra más reciente del reconocimiento se creó por la Resolución Rectoral No. 1216 del 2011 en la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana la Cátedra Honorífica y Multidisciplinaria Santiago Ramón y Cajal, constituida en acto solemne en reunión de la Sociedad Cubana de Ciencias Morfológicas en el Instituto de Neurología de La Habana, el 10 de diciembre del 2011. La Cátedra agrupa a profesores e investigadores y cuenta con miembros en todo el país.

Reeve alcanzó el grado de brigadier y murió peleando por Cuba. Cajal llegó a ser uno de los más celebres histólogos de la medicina mundial, miembro de honor de unas 40 sociedades científicas de Europa y América, recibió los premios de Moscú (1900), Berlín (1905) y el Nobel de la Medicina. De diversos modos, los une el hecho de que cada uno dejó un legado para generaciones de cubanos que los tienen presentes. Los datos obtenidos de la bibliografía consultada, de las memorias y descripciones escritas por el capitán médico Santiago F. Ramón y Cajal, así como de las anotaciones en el diario de campaña del brigadier Henry M. Reeve entre 1874 y 1875, señalan coincidencias en el periodo en el cual Reeve estuvo al mando de las tropas mambisas en Camagüey y en el que Cajal se desempeñó como médico militar del ejército español en el hospital de campaña de Vista Hermosa y su posterior ingreso por enfermedad en el hospital de campaña de San Miguel.

El contenido tratado en este trabajo es novedoso y constituye un primer acercamiento a estos hechos. Los resultados expuestos amplían los conocimientos de nuestra historia, por ser pertinente el estudio de ambas figuras durante su estancia en Cuba, por sus valores y ser notables paradigmas de valentía y consagración a sus misiones.

Se abren las puertas a un tema de interés, del que no hay referencias anteriores, en el cual la síntesis comparativa de la vida y obra de estos dos grandes hombres muestra además que a pesar de pertenecer a ejércitos contrarios en una guerra, comparten valores comunes capaces de trascender a la contemporaneidad.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Recibido: 30 de diciembre de 2014.
Aprobado: 17 de enero de 2015.

 

 

Jorge Eduardo Abreu Ugarte. Universidad de Ciencias Médicas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Avenida 114 e/ 25 y 31. Marianao, La Habana, Cuba. Correo electrónico: jabreu@infomed.sld.cu

Se respetó la escritura del autor

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