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Economía y Desarrollo

versión impresa ISSN ISSNversión On-line ISSN 0252-8584

Econ. y Desarrollo vol.153  supl.1 La Habana  2015

 

ARTÍCULO ORIGINAL

 


Competitividad del destino turístico Cuba: impacto económico

 

Cuba tourist destination competitiveness: economic impact.

 

 

Miguel Alejandro FiguerasI y Yanedy Pérez CárdenasII

I Centro de Estudios de la Economía Cubana, Universidad de La Habana.

II Facultad de Economía, Universidad de La Habana.

 

 


RESUMEN

La evolución de la actividad turística en Cuba, así como su competitividad, se puede analizar a partir del estudio de tres etapas fundamentales: antes del triunfo revolucionario, la década de los noventa y la actualidad. En la primera etapa, de forma general, se observan comportamientos favorables, sin embargo, había una alta dependencia del mercado norteamericano y la oferta turística enfocaba su atractivo hacia el juego y otros vicios. Luego, en la segunda etapa, se aprecian una tendencia creciente y sostenida de los arribos de turistas a la Isla y medidas gubernamentales positivas que permitieron aprovechar las ventajas comparativas y ponerlas en función de un crecimiento económico próspero de la actividad. Finalmente, en una tercera etapa destacan algunos factores que impiden que el turismo en Cuba avance a la creación de ventajas competitivas, imprescindibles en el contexto mundial actual.

PALABRAS CLAVE: turismo, competitividad, índice de ocupación, eficiencia.


ABSTRACT

Ad the evolution of tourism in Cuba, as well as their competitiveness can be analyzed through the study of three basic stages: before the Revolution, the decade of the 90s and today. In the first stage, in general, favorable behaviors are observed, however, had a high dependence on the US market and tourism focused his attraction to gambling and other vices. Then in the second stage, a steady uptrend in tourist arrivals to the island, and positive governmental action that allowed the comparative advantages and make them based on healthy economic growth in activity is observed. Finally, in a third step some factors that prevent tourism in Cuba to advance the creation of competitive, essential in today's global environment benefits stand out.

KEYWORDS: qutourism, competitiveness, occupancy, efficiency.


 

 

Introducción a la historia del turismo en Cuba

Para comprender la evolución histórica del turismo en Cuba se requiere incluir en el análisis el caso de los Estados Unidos. La cercanía a la costa este norteamericana, las limitaciones impuestas a los estadounidenses para viajar a Europa, como consecuencia de la Primera Guerra Mundial, la supresión de la lotería y de toda clase de juegos en los Estados Unidos y la posterior implantación de la Ley Volstead -orientada a erradicar la producción y expendio de bebidas alcohólicas- fueron variables determinantes para que los gobernantes cubanos de entonces, y otros elementos exógenos, concibieran el futuro de La Habana como gran destino lúdico.

La Habana -no el conjunto de Cuba- llegó a recibir uno de cada dos estadounidenses que viajaban al Caribe entre 1920 y 1930. Se construyeron grandes y lujosos hoteles, prácticamente uno cada año, para recibir crecientes flujos de visitantes del vecino norteño, ansiosos de fiestas, bebidas, juegos y otros entretenimientos prohibidos, no bien vistos por los gobernantes de su país. Hacia finales de los años veinte, los ingresos por turismo se habían convertido en la tercera fuente de divisas del país.

La crisis económica mundial a partir de 1929 y la derogación de la Ley Volstead en 1934 golpearon con especial fuerza la actividad turística en Cuba. Un estudio preparado por la Foreign Policy Association (1934) a solicitud del Gobierno cubano reconocía el potencial del turismo pero recomendaba cambios orientandos más hacia la naturaleza, las playas y otras zonas.

Finalizada la Guerra, se produjo un crecimiento de la demanda turística. El Gobierno de Cuba solicitó un crédito por 200 000 000 de dólares al Banco Mundial. El estudio de sus expertos (Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, 1951) abogaba por una diversificación de la economía y por atenuar la extrema dependencia en relación con el azúcar. Proponía acometer un fuerte desarrollo del turismo internacional, aunque alertaba sobre las causas fundamentales que impedían su progreso y los serios obstáculos para lograrlo; entre otros: competencia de otras islas gracias al incremento del transporte aéreo, concentración en La Habana de 66 % de los cuartos de hotel del país, así como una gran limitación en la oferta de los productos turísticos, a pesar de contar con regiones de grandes bellezas naturales como Pinar del Río y las existentes en las zonas orientales y centrales.

A los dos años del triunfo de la Revolución cubana, los Estados Unidos rompieron las relaciones bilaterales e implantaron medidas para aislar a la Isla del resto del mundo -medidas que han estado vigentes durante más de medio siglo-. Un rumbo totalmente diferente tomó el desarrollo del turismo con la etapa que se inicia en 1959. Fueron cerrados los casinos, los burdeles y los negocios ilegales. Los flujos de turistas internacionales sufrieron un fuerte descenso y se priorizó el fomento del turismo nacional.

No era posible sustituir al turismo estadounidense con otros mercados. Europa, reconstruida de los daños causados por la Segunda Guerra Mundial, despertaba al turismo. Los europeos del Norte descubrían el sol y las playas en Grecia e Italia y después en las regiones mediterráneas de España y en las Islas Canarias. Comenzaban a volar los primeros aviones Boeing 707 y Douglas DC-8, abaratando los costos del transporte turístico.

A inicios de los años sesenta, por primera vez en el país, se diseñó una política orientada a estimular el turismo nacional. En abril de 1960 la Ley N.o 270 declaraba de uso público todas las costas y playas del territorio nacional, al tiempo que autorizaba a todas las personas a transitar libremente por ellas. La nueva política de fomento turístico se encaminó a gestar un movimiento nacional que garantizara el acceso popular a las playas y a los escasos centros turísticos y recreativos existentes en aquel momento. No se renunciaba a promover un turismo extranjero de sana motivación.

Se identifica el año 1972 como el del retorno del turismo internacional hacia Cuba. La coyuntura internacional se hizo más favorable, la Revolución había sobrevivido su primera década y el bloqueo económico no había logrado sus propósitos. Cuatro islas caribeñas se independizaron de sus colonias e inmediatamente establecieron relaciones con Cuba. Turoperadores de Canadá introdujeron en sus catálogos destinos cubanos con atractivos programas de vacaciones y contrataron vuelos charters. En 1975, el 64 % de los turistas extranjeros provenían de países miembros del CAME.

Después de su ascenso a la presidencia de los Estados Unidos, James Carter flexibilizó las condiciones para viajar a Cuba; se iniciaron vuelos charters y visitas de cruceros con excursionistas, curiosos por conocer la realidad cubana. Durante la década del ochenta el turismo internacional ganó peso y duplicó su participación en términos de pernoctaciones. En valores, se duplicó entre 1980 y 1989, creciendo de 130 000 arribos hasta 275 000, a una tasa de 8 % por año. Con una posición más activa respecto al turismo internacional, comenzaron a ejecutarse inversiones y se implementó un plan de acción encaminado a fomentar los flujos turísticos.

 

La actividad turística cubana: periodo de auge

Entre el otoño de 1989 y diciembre de 1991 se derrumbó el socialismo en Europa oriental y se desintegró la Unión Soviética. Al perder sus principales socios económicos y comerciales, la economía cubana se sumergió en el Periodo Especial. El producto interno bruto descendió un 35 %, las importaciones bajaron un 50 %, las exportaciones se contrajeron a una cuarta parte del nivel logrado en 1989, el petróleo disponible bajó a la mitad de su nivel habitual, las zafras azucareras disminuyeron, el 70 % de la capacidad de la industria no azucarera se paralizó, el transporte mermó, la generación de electricidad disminuyó 27 %, cientos de miles de personas quedaron sin trabajo aunque recibieron subsidios por desempleo o paralización de actividades.

La compleja y adversa situación descrita no se mostraba propicia para el desarrollo del turismo internacional. A pesar de ello, se concentraron los escasos recursos disponibles y se actuó audazmente. Tratando de aprovechar las intrínsecas ventajas comparativas, se superaron las adversidades y se lanzó un proceso de desarrollo turístico muy dinámico.

En 1992 se creó una nueva entidad, Financiera para el Turismo (FINATUR), que otorgaba créditos en moneda convertible a posibles suministradores de las empresas turísticas, si estas requerían importar insumos, materiales, nuevas tecnologías, energía y otros. FINATUR recuperaba los créditos que había otorgado cuando se realizaban las ventas de los productos y servicios a las empresas turísticas. Cobraba intereses altos, pero ello le permitía, año tras año, ampliar su volumen de operaciones. Entre sus méritos cabe destacar la definición de reglas claras y precisas, dígase: las exigencias de calidad y diseño por parte de las entidades turísticas obligaban a innovar, introducir nuevas tecnologías y suministrar productos competitivos. FINATUR y las empresas turísticas abrían un mercado para las entidades deprimidas; ayudaban, pero no subsidiaban las ineficiencias; los contratos se debían ajustar a precios regionales que regían para la competencia; las diferentes empresas turísticas y sus principales instalaciones debían luchar por su propia identidad para que el cliente se identificara con la instalación; y a las empresas suministradoras incumplidoras reiteradas se les suspendían las compras y debían ser eliminadas de las listas de posibles fuentes.

Para los dirigentes de las empresas productoras que suministraban al sector turístico, no les fue fácil entender y adaptarse a esas reglas. FINATUR desapareció en el 2002; sus funciones fueron asignadas a un banco del sistema bancario. Teóricamente la decisión parecía lógica, pero en la práctica fue contraproducente, perdiéndose conocimientos y agilidad.

El crecimiento de turistas llegados a Cuba, logrado a partir de 1990, explica más de la cuarta parte del incremento, en los últimos dos decenios, de las llegadas de turistas al Caribe (25,8 %). En 1990 Cuba recibió 340 000 turistas, pocos años después superó el millón de turistas y en 1997 sobrepasó a Jamaica y Bahamas. En la tabla 1 se puede apreciar la posición favorable de Cuba como destino turístico muy atractivo, durante toda década de los noventa.

 

Competitividad de la actividad turística en Cuba: actualidad y perspectiva

La circulación de dos monedas en Cuba dificulta estimar qué peso tiene el turismo internacional en el conjunto de la economía cubana. Algunos expertos lo sitúan en el entorno del 7 % del PIB. Se piensa que cuando se elimine la doble circulación monetaria, el peso del turismo en el PIB deberá crecer significativamente. Todos los ingresos en divisas vinculados al turismo internacional entre 1990 y 2013 ascendieron a 41 000 000 000 de dólares y en ese periodo recibió 40 000 000 de visitantes; destacándose, en su composición, un 43 % de europeos y un 26 % de canadienses.

En relación con los ingresos por concepto de turismo frente al conjunto de exportaciones de servicios, en Cuba, cada vez se evidencia con mayor intensidad una disminución de la participación de esta actividad en las exportaciones cubanas; un ejemplo de ello es que en el año 1995 esta ocupaba un 77,5 %, disminuyendo a un 23 % para 2010. Esta pérdida relativa se debe al desarrollo dinámico que han tenido los servicios médicos y exportaciones farmacéuticas en los marcos externos favorables latinoamericanos.

El comportamiento de los ingresos en divisas relacionados con las actividades turísticas durante los últimos catorce años generan muchas interrogantes. La tasa de crecimiento de las llegadas turísticas entre 1990 y 1999 fue de 19 % y las de los ingresos relacionados con esas llegadas fueron de 23 % anual. Según las estadísticas más recientes, los arribos físicos de turistas crecieron 4 % por año entre 2000 y 2012.(1) Sorprendentemente, según esas fuentes, los ingresos vinculados al turismo crecieron en ese periodo a un ritmo anual de 3,3 %. De ser correctas las cifras de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), el ingreso por turista ha descendido en 11 % en los últimos doce años.

A pesar de la evolución favorable de la actividad turística cubana, en la actualidad se impone la necesidad de apostar por una industria competitiva, que se ubique en los primeros puestos dentro del Caribe. A través de una sencilla comparación de los arribos de turistas a Cuba con el resto de los destinos caribeños, se puede observar que la isla mayor del Caribe, en el periodo del 2007-2011, mantuvo una diferencia sostenida de más de
1,5 millones de turistas anuales por debajo de República Dominicana.(2) Si se observan los ingresos por exportación de servicios turísticos de 1995 a 2009, Dominicana alcanzó un crecimiento de 7,03 % como promedio anual, mientras que Cuba se quedó, aproximadamente, dos puntos porcentuales por debajo (gráficos 2 y 3).

En el ámbito internacional de los últimos años ha surgido un creciente interés por determinar los factores de mayor impacto sobre la competitividad de un destino turístico, entre los trabajos más citados cabe destacar: Dwyer, Larry y Kim (2003), Craigwell (2007), Pascarella, Fontes y Joaquim (2010) y Bolaky (2011). Indicadores relacionados con los precios, la infraestructura, la tecnología, la sociedad, el medio ambiente, la organización industrial y los condicionamientos externos son puntos en común entre estos autores; pudieran estar faltando otros componentes, pero estos son clave en el análisis de este fenómeno económico. Por tal motivo, se impone comentar acerca de la situación actual del destino Cuba en relación a estos factores.

El sector del turismo es un importante consumidor de energía. Un grupo de hoteles emblemáticos son históricos, pero se construyeron cuando un barril de petróleo costaba 2-3 dólares. Hoy el precio de un barril de petróleo se encuentra entre 100 y 110 dólares. Han sido insuficientes las acciones, tanto en la proyección de nuevos hoteles como en la operación de estos, para reducir el consumo energético. Las fuentes de energías renovables, tienen una ínfima presencia en la satisfacción de la demanda turística, en otros países se ha avanzado mucho en el aprovechamiento de este tipo de energía en los resorts turísticos.

La isla mayor del Caribe exhibe una baja tasa de ocupación hotelera, en buena medida, causada por la pronunciada estacionalidad de los flujos de turistas, fenómeno que tiende a agravarse. La tasa de ocupación media anual ha descendido desde 61 % en el año 2007 hasta 54 % en 2012. Sin embargo, los principales competidores dentro del Caribe trabajan con tasas de ocupación superior al 70 %.

Continuando con el análisis de la ocupación hotelera, se llevó a cabo una sencilla estimación, empleando el método de mínimos cuadrados ordinarios, a partir de una muestra representativa de dos de las cadenas hoteleras más grandes del país (Gran Caribe y Cubanacán), durante el periodo 2009-2012 y tomando como referencia la ecuación:

donde : logaritmo del índice de ocupación para cada cadena, que se determinó de acuerdo con la fórmula que aparece a continuación:


En la tabla 2 se recoge el modelo estimado, el cual sirvió como insumo para el cálculo del número óptimo de habitaciones que deberían existir para conseguir el índice máximo de ocupación en Cuba. Este valor fue calculado como el máximo de la función dentro del rango relevante para la variable dependiente, obteniéndose el resultado de 222 habitaciones.

Consideraciones de este tipo debieran orientar las nuevas inversiones para no desarrollar esta industria en escalas inadecuadas que perjudican los índices de ocupación. Es necesario evitar construir espacios que permanezcan vacíos. Evidencia de ello es que de un total de 100 hoteles que se observan en la muestra, el 50 % tienen un número de habitaciones superiores a 222.(3)

En los últimos años ha mermado el impacto económico favorable del turismo en el nivel de producción de otros sectores de la economía. En estos aspectos se retrocedió en los avances logrados en los años noventa. Las causas fundamentales han sido:

  • El retroceso que ha tenido lugar en el proceso de integración con la industria y la agricultura, manifestándose cierta apatía y falta de incentivos.
  • El traslado de compras -en sentido inverso-, sustituyendo la producción nacional con importaciones, principalmente en alimentos desde los Estados Unidos y una variedad de productos desde China.
  • Largos procesos de aprobación de importaciones de insumos y piezas a los productores nacionales, lo cual afectó el sistema de abastecimiento al turismo durante varios años de la década pasada.
  • La medida de centralizar la decisión de importar en el sistema bancario liberó a los productores nacionales de la responsabilidad de suministrar en tiempo y forma a las actividades turísticas.
  • La revaloración del CUC encareció las producciones nacionales con alto componente importado.

En términos de recursos humanos, la actividad turística cubana exhibe importantes ventajas, ejemplo de ello es que la mitad de sus trabajadores tiene menos de 35 años de edad; de su fuerza de trabajo, 41 % son mujeres (antes de 1990 era menos del 35 %); y del colectivo laboral, 72 % posee 12 años de enseñanza o más.
En el periodo 1990-2006, el empleo directo en la actividad turística se duplicó, mientras que las capacidades hoteleras casi se triplicaron y los ingresos se multiplicaron por diez; los ingresos o ventas por trabajador se incrementaron cinco veces, lo cual fue logrado con una elevación de la productividad. En la actualidad, la media de los hoteles dispone de menos de 0,90 trabajador por habitación. A inicios de los años noventa era el doble.
Si el empleo directo en el turismo se ha duplicado, el indirecto en las ramas de apoyo y suministradoras de bienes y servicios se ha cuadruplicado. Ello se puede constatar a partir de las siguientes ideas:

  • El empleo en el sector no estatal, que brinda diferentes servicios al turismo, ha crecido a un acelerado ritmo últimamente.
  • En ciertas localidades, donde vive una alta proporción de trabajadores directos del turismo, se manifiesta una generación de empleos por demandas específicas. Ejemplo: alrededor de un 41 % del empleo directo son mujeres, la mayor parte de las cuales trabajan seis días a la semana, con turnos rotativos, por lo que se requieren los servicios de las "cuidadoras de niños".
  • Existen más de 2 000 grupos profesionales de la música con 11 000 integrantes. A esto, debe añadirse el número de trabajadores de la red de
    tiendas y puntos de ventas de la cultura que suman 200 unidades dentro de las instalaciones turísticas.

Al agregar estos estimados al empleo directo e indirecto calculado, las actividades turísticas generarían empleos para unos 335 000 trabajadores. Ello representa 7 % de las personas ocupadas en toda la economía nacional. En relación con la actividad turística el nivel de empleo directo e indirecto se triplicó en dos décadas.

Por otro lado, no se puede hablar de competitividad sin hacer alusión a la eficiencia. Uno de los problemas que mayor efecto negativo pudiera tener sobre la competitividad de la actividad turística en Cuba son los niveles de eficiencia que se observan en las entidades que la conforman. La estimación de una frontera estocástica de producción para una muestra de todas las cadenas hoteleras cubanas, en el año 2012, permite arribar a algunas consideraciones sobre la eficiencia de la actividad económica más importante dentro del turismo en Cuba. Se tomó como modelo econométrico para la estimación:(4)

Ecuación 6

En la tabla 3 se recogen los resultados de la estimación, que se llevó a cabo por el método de máxima verosimilitud. Se observa alta elasticidad de la ocupación con respecto a la dimensión de los hoteles y baja en relación al capital humano. Sin embargo, el objetivo fundamental de esta estimación radica en la obtención de los coeficientes de ineficiencia, los cuales fueron graficados a continuación, permitiendo observar que con excepción de la cadena Habaguanex, todas las demás exhiben valores de ineficiencia (por encima de 0.60) en alrededor del 30 % de los hoteles que aparecen en las muestras.(5)

Figura 2

Consideraciones finales

Durante el cuarto de siglo en que Cuba ha transitado por el Periodo Especial, se desarrolló el sector del turismo internacional con prioridad y celeridad. Ejemplo de ello es que:

  • Los ingresos en divisas de las actividades relacionadas entre 1990 y 2013 sobrepasan los 41 000 000 000 de dólares.
  • El empleo directo e indirecto de actividades turísticas y sus suministradores, y de apoyo, se triplicó.
  • Las transformaciones cualitativas reclamadas por el sector del turismo en las otras ramas vinculadas fueron tan importantes en materia de calidad, nuevas tecnologías, y gestión como lo fueron los incrementos productivos y de empleo.
  • Los efectos positivos colaterales sobrepasan a los efectos negativos que hayan podido generarse. Desde que comenzó el actual siglo XXI se manifiesta un lento crecimiento en los arribos turísticos, en relación con la década del noventa del siglo pasado. Este frenazo es más agudo aún en los ingresos, lo que reclama cambios en las políticas internas del sector.
  • Decisiones administrativas a nivel gubernamental, entre 2003 y 2007, provocaron un debilitamiento en las interrelaciones de suministro de otras ramas con el sector del turismo. El nivel de abastecimiento nacional se redujo, aspecto que debe revertirse y retomar el camino de integración turismo-economía.[/body]

 

 

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 

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RECIBIDO: 14/1/2012

ACEPTADO: 28/4/2012

 

 


Miguel Alejandro Figueras. Centro de Estudios de la Economía Cubana, Universidad de La Habana. Correo electrónico: figueras@ceec.uh.cu

Yanedy Pérez Cárdenas. Facultad de Economía, Universidad de La Habana. Correo electrónico: yanedypc@gmail.com

 

NOTAS ACLARATORIAS

1. Anuarios Estadísticos de Cuba desde 1990 a la fecha.

2. Se escoge República Dominicana como punto de comparación por su similitud con Cuba en cuanto a factores de oferta, como por ejemplo: productos y modalidades turísticas (oferta de productos turísticos similares basados en sol y playa), las mismas cadenas hoteleras internacionales y los mismos organizadores internacionales de viajes (TT. OO.).

3. Criterio de la autora Yanedy Pérez Cárdenas, a partir de investigaciones realizadas.

4. Se empleó para la estimación la base de datos construida por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información de Cuba, mediante el modelo 1398; el cual capta información de todas las cadenas hoteleras del país. La misma fue validada y depurada.

5. Criterio de la autora Yanedy Pérez Cárdenas, a partir de investigaciones realizadas.

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