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Economía y Desarrollo

versión impresa ISSN ISSNversión On-line ISSN 0252-8584

Econ. y Desarrollo vol.155 no.2 La Habana jul.-dic. 2015

 


ARTÍCULO ORIGINAL

 


Análisis crítico de la concepción estructuralista del desarrollo económico en el pensamiento de Felipe Pazos (1935-1962)

 


Critical Analysis of the Economic Development Structuralist Conception in the Thought of Felipe Pazos (1935-1962)

 

 


Lázaro Díaz Fariñas

Facultad de Economía, Universidad de La Habana, Cuba.

 

 


RESUMEN

En el trabajo se reseñan los resultados obtenidos en la tesis de doctorado del autor, titulada "Análisis crítico de la concepción estructuralista del desarrollo económico en el pensamiento de Felipe Pazos (1935-1962)". El contexto histórico de la obra de Pazos estuvo marcado, fundamentalmente, por el establecimiento, auge y crisis del modelo neocolonial y por su reflejo en las relaciones sociales de producción. En el artículo se exponen aspectos teóricos y epistemológicos que influyeron en su concepción teórica y en la apropiación científica del keynesianismo, el marxismo y el estructuralismo. Por último, se aborda el despliegue del pensamiento económico y la política económico-práctica, la creación del Banco Nacional de Cuba (BNC), los instrumentos de política utilizados, así como otros aspectos relevantes de su quehacer como economista y político, durante los años cincuenta y hasta 1962, en que se desvincula del accionar de la economía cubana y se relaciona con la contrarrevolución.

PALABRAS CLAVE: burguesía nacional, estructuralismo, neocolonialismo, oligarquía, reformismo.


ABSTRACT

The present paper summarizes the main results of the author's PhD thesis, "A critical analysis of the structuralist conception of economic development in the thought of Felipe Pazos (1935-1962)". It exposes the historical context of the Pazos's thought, mainly affected by the establishment, rising, and crisis of the neocolonial model and its reflection on the social relations of production. It includes the theoretical and epistemological aspects which are determinant in his theoretical conception, his scientific appropriation on Keynesianism, Marxism, and Structuralism. And, finally, it presents the relation between economic thought and practice policy, the creation of the National Bank of Cuba (CNB), the policy instruments used, as well as other relevant aspects of his work as an economist and politician during the fifties and until 1962, when he split directly from the actions of the Cuban economy and transits to the field of counter-revolution.

KEYWORDS: national bourgeoisie, structuralism, neocolonialism, oligarchy, reformism.


 

 


Introducción

El problema del desarrollo económico y social ha acompañado a la sociedad cubana desde que se gestó como nación. La conceptualización del desarrollo económico en su forma contemporánea data de finales de la década del cuarenta e inicios de los cincuenta del siglo XX y, hasta hoy, ha sido un tema recurrente en Cuba. La búsqueda de alternativas para el desarrollo económico obedece históricamente a la crisis estructural permanente consustancial al modelo de desarrollo neocolonial instaurado en Cuba desde inicios de ese siglo. Desde finales de la década del veinte y durante la del treinta se efectuó un cuestionamiento de carácter antimperialista por parte de obreros, intelectuales progresistas y estudiantes, que representaban lo más revolucionario de la sociedad cubana. Diversas fueron sus posiciones, desde una militancia revolucionaria -comunista o no- hasta los intentos de los sectores medios de reformar la República Neocolonial, transformar sus estructuras de dominación y cambiar el status de los diferentes sectores sin modificar la esencia del sistema. Para ello, se fue desarrollando un pensamiento económico que cimentó la ideología del cambio, desde posiciones liberales -a la usanza de Ramiro Guerra- hasta aquellas que percibieron la evolución con los aires renovadores del keynesianismo, que tenían como centro la transformación estructural de la economía, en el ámbito de lo que después se denominaría desarrollo económico.

Felipe Pazos y Roque(1) fue una de las figuras que contribuyó con la explicación teórica de este fenómeno que alcanzó buena parte de la sociedad. Este autor no limitó sus análisis a los problemas monetarios y financieros de la época, por los que fue más conocido; su obra constituye un estudio integral de los problemas económicos que afectaban el desarrollo de la nación cubana.

El pensamiento económico de Pazos, en su etapa inicial, se enfocó en el diagnóstico y el cuestionamiento de los principales estrangulamientos de la economía, sujetos a los vaivenes de los ciclos capitalistas y a las políticas de regulación anticíclica. Criticó la política de dominación de la banca extranjera y el desarrollo de las estructuras financieras nacionales, a las que denominó oligopólicas. Se dedicó, además, al cuestionamiento de la economía de plantación y su influencia en los problemas económicos de su tiempo. Maduro en su profesión, estudió el desarrollo económico como vehículo para la transformación estructural y el bienestar de la mayoría de los cubanos, fundamentalmente, de los sectores de la burguesía no azucarera, afectada en su reproducción social debido a la configuración clasista de la sociedad neocolonial. Estos sectores habían sido limitados por el proceso histórico de descapitalización de la burguesía, acontecido en Cuba desde la etapa colonial y profundizado por las guerras de independencia, sobre todo la última, y por las crisis ocurridas en el primer tercio del siglo XX, momento en que culminó el proceso de desarrollo de la crisis estructural permanente de la economía cubana y quedaron conformados los caracteres esenciales de una sociedad neocolonial.

La descapitalización creó las condiciones objetivas necesarias para obtener un reflejo teórico de la realidad de la economía cubana por un grupo de autores, entre ellos, Felipe Pazos, quien difería de la burguesía vinculada a los intereses azucareros y de los defensores del proletariado. Es importante destacar que este reflejo aparece como una relaboración crítica, con despliegue de autonomía intelectual de la corriente hegemónica principal de pensamiento económico, desarrollada por el imperialismo norteamericano en su variante keynesiana -al igual que sucedió en América Latina en el periodo anterior, y después de 1948 con la fundación de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL)-, lo que le dio un valor sustancial e influyente sobre otras corrientes de pensamiento, incluida la marxista.

El proceso de creación intelectual de Pazos no está desconectado de la realidad de su tiempo ni del pasado, se entronca con el proceso de reflexión que se venía realizando en el país desde aproximadamente 1925, cuando se comenzó a vislumbrar el futuro colapso de la economía cubana con la crisis de superproducción relativa que afectó la industria azucarera a partir de 1921. Esta hizo perceptible la debilidad estructural del modelo de producción neocolonial instaurado y desarrollado desde 1902. La quiebra funcional del modelo neocolonial se trató de corregir, en el plano interno, con el programa liberal de Gerardo Machado -devenido después en dictadura- el cual intentó remediarla con políticas intervencionistas, tales como: el logro de acuerdos internacionales con productores, la limitación del periodo de fabricación del azúcar, una nueva legislación arancelaria para promover otros sectores industriales y agrícolas, y el plan de obras públicas. Este programa condicionó una política económica acorde con la mutación sistémica y con la génesis de pensamiento que después devendría en consenso para los ideólogos del imperialismo, a través de la renovación keynesiana. Tal política, castrada dentro del modelo neocolonial, fue influida por la situación internacional imperante. Su enorme costo social y el terror para su aplicación anularon sus propósitos y crearon una oposición generalizada que desembocó en el proceso revolucionario de los años treinta y que después se materializó en las transformaciones políticas y económicas derivadas de la Constituyente de 1940 y de la Constitución por ella refrendada.

A partir de la crisis coyuntural de 1925, a la que se superpuso la crisis mundial capitalista de 1929-1933, se desató en el plano de las ideas una intensa polémica dentro de los sectores burgueses afectados. En esta participaron numerosas personalidades relacionadas con la vida económica e intelectuales que le eran afines. Ramiro Guerra, por ejemplo, escribió una columna de reflexión en el Diario de la Marina y publicó, en 1927, el texto Azúcar y población en las Antillas, el cual ha sido un referente clásico de los sectores no azucareros para resolver la crisis.

Por su parte, el análisis marxista tuvo su pináculo en la obra científica de Rubén Martínez Villena (1927): "Cuba, factoría yanqui", texto que descubre la esencia colonial e imperialista de la crisis existente. Otro esfuerzo importante lo constituye el "Programa de la Joven Cuba", elaborado en su aspecto económico por José María Irisarri y publicado con la autoría de Antonio Guiteras (1934); de ellos surgieron ideas socialistas para resolver la crisis y, a la postre, el problema nacional.

Desde la academia norteamericana, la Foreign Policy Association (1935) realizó un estudio integral de la economía y la sociedad cubanas bajo el título Problemas de la nueva Cuba. En él participaron como consultores personalidades nacionales tales como Fernando Ortiz y Emilio Portell Vilá. Este pretendió ser un estudio integral de la sociedad cubana y mostró objetividad científica desde la óptica de una organización no oficial de los Estados Unidos. El estudio en cuestión incluyó la distribución de la tierra, los problemas monetarios y financieros -los que mejor se abordaron-, el empleo, la sanidad, la organización social de la industria azucarera, entre otros asuntos, marcados por la impronta del imperialismo norteamericano en proceso de reorganización sistémica. El grado de objetividad logrado fue significativo para futuras aprehensiones del pensamiento económico cubano de su tiempo y del autor objeto de estudio en particular, lo que implicó en él una recepción crítica.

En medio de este contexto, Pazos se enfrentó desde muy joven a la realidad de una sociedad en crisis que alcanzaba a su clase social, signada por la injerencia directa del imperialismo y por serios problemas de reproducción. La situación imperante en Cuba, en el momento en que realizaba sus estudios en la Universidad de La Habana, lo indujo a participar como miembro del Directorio Estudiantil contra la dictadura machadista, junto con otras figuras que devendrían claves en el escenario político cubano, como Ramón Grau San Martín y Carlos Prío Socarrás, fundadores del Partido Revolucionario Cubano (auténtico), influyentes en la vida política nacional de su tiempo y gobernantes durante el periodo 1944-1952.

A la par que la realidad le brindaba estas señales, la reflexión en torno a la economía lo marcó profundamente e influyó de manera significativa en su proyección personal, en un momento histórico en el que el sistema capitalista, de forma general, se reorganizaba tras los efectos mundiales de las crisis y las secuelas de la I Guerra Mundial. En ese ambiente cursó las carreras de Derecho Público y Licenciatura en Ciencias Políticas, Económicas y Sociales; al finalizar los estudios universitarios ganó una beca para estudiar en Estados Unidos. Durante este periodo ocurrieron importantes avances en la nueva política económica, conocida como New Deal, de Franklin Delano Roosevelt, la cual pudo ser observada directamente por Pazos en el escenario de los acontecimientos, mientras estudiaba en las universidades norteamericanas y, posteriormente, cuando ocupó responsabilidades en el servicio exterior de Cuba, en la División Latinoamericana del Fondo Monetario Internacional (FMI) y en otros espacios de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

A pesar de que el estudio se centra en el pensamiento económico de Felipe Pazos, este no puede desligarse de su actuación política. Pensamiento y accionar forman una unidad dialéctica indisoluble dentro de la complejidad de la lucha de clases en la época del imperialismo, sobre todo, en un país neocolonial como Cuba, en el que la dependencia económica y el ensayo de un modelo de dominación económica y política -que tomó bríos universales después de concluida la II Guerra Mundial- marcaron los designios de un país y de una sociedad en perpetua lucha por el cambio. Como respuesta a este esquema de dominación, se afianzaron en Cuba los estudios teóricos y se realizaron importantes esfuerzos en el terreno de la lucha económica contra este sistema. Tal situación alcanzó el pensamiento de Felipe Pazos. Como se puede observar en este trabajo se reconstruye una parcela de la ideología burguesa de la etapa neocolonial, de validez científica por ser representativa de amplios sectores de la población cubana, la cual, además, forma parte del diapasón ideológico de la antesala de la Revolución.

La economía cubana entre 1902 y 1962. El contexto histórico del pensamiento económico de Felipe Pazos

Durante el periodo de 1902 a 1962 lo más trascendental para la nación cubana fue la instauración del modelo neocolonial de la economía dependiente y cómo este modelo condicionó los caracteres de la reproducción social de los diferentes sectores y clases sociales de la sociedad. Esta problemática alcanzó con singular fuerza los sectores medios, los cuales encontraron serios escollos para su reproducción social, es decir, el peligro latente de la proletarización. Estos procesos se reflejaron fehacientemente en el pensamiento económico cubano y en el de Felipe Pazos.

La disyuntiva histórica de los sectores medios se centró en la posibilidad, real o imaginada, de acceso a los procesos productivos y a la creación de riqueza, y en la efectiva proletarización a la que constantemente se encontraban sometidos, pues se enfrentaban a serios obstáculos para su desarrollo como clase social, en la búsqueda del tan ansiado ascenso dentro de la sociedad burguesa cubana.

Esto condicionó, de manera histórica, formas de respuesta social y de agrupación política que trataron de legitimar su ascenso social. Tal es el caso de la poderosa participación de los sectores medios en los procesos revolucionarios del siglo XX, como fue la Revolución del treinta y la propia Revolución Cubana. En ese escenario surgieron agrupaciones políticas paradigmáticas como el Directorio Estudiantil Universitario y la agrupación política ABC, los que estructuraron programas coherentes con su posicionamiento clasista y llamaron la atención sobre el problema económico cubano: el lastre de la reproducción social. Posteriormente, este fenómeno nuevamente se volvió a manifestar debido a la situación creada en el país por la dictadura de Fulgencio Batista, a pesar de que estuvo vinculado con la idea del desarrollo económico que se impuso después de la II Guerra Mundial.

Las bases hegemónicas de la dominación creadas por el imperialismo norteamericano para la subordinación económica y política -en particular, la influencia de los mecanismos económicos y extraeconómicos del Tratado Permanente y los Tratados de Reciprocidad Comercial- impactaron notablemente en los procesos de industrialización y frenaron también la inversión extranjera. Estas resultaron decisivas en la creación de un modelo de desarrollo unilateral y de una estructura económica peculiar basada en un solo renglón económico: la industria azucarera; así como también se manifestaron en la existencia de un sector importador que favorecía las industrias metropolitanas, a despecho de la industria nacional y de cualquier intento de diversificación económica.

En esta dirección podría señalarse además que entre 1902 y 1934 se desarrolló el proceso de instauración, auge y crisis del sistema neocolonial y, muy particularmente, ocurrió la extensión plena de la crisis estructural permanente de la economía cubana, en la que influyeron la crisis de los años veinte y la mundial capitalista de 1929. Estas últimasgravitaron negativamente sobre el proceso de descapitalización de la oligarquía y de la seudoburguesía industrial en potencia.

En el periodo en cuestión se implantó el sistema monetario y financiero de 1914, el cual profundizó la subordinación económica, puesto que un sistema de este tipo resultaba inoperante y costoso para Cuba, el cual, entre otras características, obligaba a la creación de una moneda de oro con el mismo peso y ley del dólar norteamericano; además, en la ley no se previó la existencia del papel moneda y no se retiró el curso legal del dólar. Ello influyó en que, a partir de la coyuntura de la I Guerra Mundial, este oro fuera presa del billete norteamericano por el cual se cambió, lo que dio lugar a "la fuga" del oro con él y a la quiebra del sistema monetario. Esta problemática se reflejó en el pensamiento económico de Felipe Pazos e impactó en sus ideas acerca de la creación de un sistema monetario y financiero verdaderamente nacional.

Dentro del análisis de Pazos sobre la crisis del veintinueve, resulta de especial interés los resultados para la economía cubana: las grandes desproporciones creadas, así como las secuelas económicas y sociales que esta provocó; en especial, la caída vertiginosa de los precios y la ruina masiva de los productores tanto agrícolas como industriales. Sus análisis influyeron en las posiciones radicales asumidas por el pensamiento económico pequeño burgués ante la proletarización de la sociedad cubana ampliamente desarrollada en este contexto. Pazos consideró, a raíz de la crisis, la necesidad de crear en Cuba un Banco Central. Sus ideas sirvieron de marco teórico para los asambleístas de la Constituyente de 1940, las cuales se concretarían en política económica en 1948 con la fundación del Banco Nacional de Cuba.

Entre 1934 y 1958 ocurrieron además una serie de trasformaciones que se reflejaron en el pensamiento económico de Felipe Pazos. Habría que señalar muy especialmente el desarrollo del sistema de cuotas para el comercio del azúcar con Estados Unidos, el principal socio comercial. Estas cuotas eran una fracción de lo que necesitaba la economía cubana para su desarrollo, por lo tanto, era necesario diversificar la estructura productiva.

A partir de la coyuntura de la II Guerra Mundial, los beneficios obtenidos en términos de acumulación y de diversificación pusieron al pensamiento económico cubano y al de Pazos, en particular, en condiciones de cuestionarse la ciencia económica de su tiempo y las respuestas que en materia de política económica se daban a tal situación.

En este escenario se destacaron personalidades como Julián Alienes, entre otros, quienes comprendieron que Cuba debía realizar un cambio estructural y acometer el desarrollo económico; una vez que, en la nueva situación de la posguerra, la industria azucarera estaría imposibilitada de reproducir el conjunto de la economía, pues tendría que enfrentarse al sistema de cuotas propio de esta industria de exportación, la cual mostraba una disminución progresiva de sus mercados y, además, estaba muy afectada por los ciclos de la economía mundial.

Dentro de las cuestiones más influyentes en el pensamiento económico pazoniano están las particularidades que asumió la economía cubana durante la dictadura de Batista. El pensamiento económico cubano y Pazos, en particular, criticaron objetivamente la política del gasto compensatorio y, en general, la política económica del batistato. Muy especial atención brindó Pazos a la industrialización dependiente que se efectuó en este momento, y a sus límites para influir en el conjunto de la economía. Pazos coincidía con las ideas sobre el desarrollo económico divulgadas en este periodo histórico, pero lo hacía con un alto grado de innovación, con ideas más atrevidas y un análisis de las posibilidades de integración de la economía cubana, no solo con el nordeste norteamericano, sino también con el área del Golfo de México y Centroamérica, además explicó cómo esta integración debía ser la base de la concepción de la política industrial de Cuba.

Por último, en este aspecto es necesario distinguir que Pazos fue presa, desde el punto de vista ideológico, de la tradicional incapacidad de la burguesía cubana para acometer transformaciones profundas en el orden económico y político fuera de los marcos del capitalismo dependiente. Pazos traicionó a la Revolución Cubana en el proceso de desconstrucción del modelo neocolonial, enmarcado en el periodo de las nacionalizaciones, lo que explica su actuación contradictoria como asesor de la Alianza para el Progreso y que conllevó a que esta se plegara a los intereses del imperialismo norteamericano de la época, y abandonara las posiciones nacionalistas adoptadas por él hasta ese momento histórico.

En resumen, la obra de Pazos estuvo determinada por el contexto económico de su tiempo, en particular, por las relaciones de subordinación creadas por el imperialismo norteamericano, cuya resultante principal fue el establecimiento de una crisis estructural permanente que influyó notablemente en todos los intersticios de la vida nacional. Este contexto se reflejó en su obra, a lo que se sumó el contexto teórico-metodológico en que desarrolló su pensamiento, el cual será abordado a continuación.

El proceso de formación y desarrollo del pensamiento económico estructuralista de Felipe Pazos

Los grandes movimientos en torno a la explicación de la crisis de 1929-1933, en Cuba y en el exterior, sobre todo la renovación keynesiana y el ulterior desarrollo del estructuralismo, fueron el marco teórico general que sirvió de fundamento cognoscitivo a Felipe Pazos en el periodo objeto de estudio.

Metodológicamente, en este estudio se atiende a las regularidades que para el análisis de tal problemática se han desarrollado en la academia cubana: el proceso complejo de interacciones, de recepción crítica de lo más novedoso del pensamiento económico de los centros capitalistas y las elaboraciones que se desarrollaron al final de la década del cuarenta en América Latina. Este se divide en dos grupos de influencias: las que emanan de la hegemonía del centro capitalista y las que se realizan en su periferia.

Un lugar importante lo ocupa el desarrollo de una tradición cubana de pensamiento, de un marcado electivismo, caracterizada por su amplitud de criterios y fuentes, tan disímiles como pueden ser el liberalismo y el marxismo, que se conjugaron para intentar dar solución al complejísimo problema de entender la economía cubana.

Dentro de los fundamentos gnoseológicos de la creación científica de Felipe Pazos tienen una relevancia extraordinaria aquellos que emanan del centro capitalista. En esta dirección está su recepción crítica de la renovación keynesiana, la utilización de dicho herramental en la explicación de la política económica y su apropiación de la teoría de Keynes sobre la circulación monetaria, las políticas de empleo y de ahorro, la capitalización y la inversión. Estas ideas fueron determinantes en su concepción del Banco Central Cubano.

Al respecto, resultó decisivo el proceso de transnacionalización del capitalismo monopolista de Estado a partir de la finalización de la II Guerra Mundial y la creación del sistema multilateral de las Naciones Unidas. Las instituciones creadas en ese periodo, tales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, así como la participación de Pazos como representante de Cuba en la reunión de Bretton Woods y las lecciones extraídas en ese contexto para la economía cubana fueron sus primeros pasos para la teoría de la inflación, elemento determinante en sus comportamientos posteriores y en la idea del Banco Central.

Además de los influjos recibidos del centro capitalista, fue muy significativa la aprehensión de los fundamentos gnoseológicos del pensamiento económico que se desarrollaba en ese momento en Cuba y Latinoamérica. En este sentido, hay que destacar su recepción del pensamiento económico cubano anterior, sobre todo aquel que aparece más explícito en sus obras, el de Arango, Pozos Dulces y José Martí.

La influencia recibida durante sus estudios universitarios y de posgrado de la teoría económica más influyente del mundo que se estudiaban en la Universidad de La Habana resultó determinante para su concepción científica pequeño burguesa. El acercamiento al marxismo-leninismo y su apropiación de este le permitió comprender el origen histórico de la estructura económica plantacionista. Esta recepción teórica lo dio a conocer como un pensador romántico, al estilo de Ramiro Guerra, pues si bien ambos tenían un abordaje teórico muy objetivo sobre la economía, su posicionamiento social pequeño burgués los limitaba para avanzar hacia enfoques revolucionarios y acometer transformaciones de carácter duradero.

La conformación de su pensamiento económico sobre el desarrollo aparece también en la creación de la escuela estructuralista de la CEPAL, fundada en 1948, así como la profunda influencia recibida de Raúl Prebisch y de la teoría centro-periferia. Como aspectos relevantes destaca además su apropiación del método histórico estructural para analizar la economía y la sociedad latinoamericana, el cuestionamiento de las teorías neoclásicas del comercio internacional, la idea de la industrialización sustitutiva, su influencia en el proceso de la protección arancelaria, el cuidado de la inflación, la programación del desarrollo, y otros elementos teóricos influyentes con un referente general de cambio de las relaciones económicas, que comienzan durante la renovación keynesiana y se profundizan con la teoría estructuralista.

En el proceso de formación y desarrollo del pensamiento económico de Felipe Pazos se puede identificar lo más novedoso y trascendental del pensamiento de su tiempo, lo cual se refleja en su voluminosa obra escrita y en su práctica de la política económica. A continuación, se analiza su elaboración teórica y su aplicación en la política económico-práctica.

El pensamiento económico y los fundamentos de la política económica en Felipe Pazos

Hasta este momento se ha venido abordando una serie de aspectos: el contexto histórico y los fundamentos teóricos, para explicar y sintetizar las ideas de Pazos sobre el desarrollo económico y la política económica en Cuba, fundamentalmente, después de la II Guerra Mundial.

Muy especial atención brindó Pazos al análisis sobre la crisis estructural permanente de la economía cubana y su comportamiento cíclico, lo que lo llevó a realizar un estudio científico objetivo de sus principales causas, especialmente, el modelo ineficiente de inserción económica de Cuba a nivel internacional.

Un aspecto de interés está relacionado con la concreción de su pensamiento económico con respecto a los problemas financieros del desarrollo y a la fundación del Banco Central; así como su actuación en la dirección y en la organización interna del BNC y la ley que le regía, tal como en la creación de la banca paraestatal (BANFAIC), con el fin de promover un desarrollo económico diversificado, agrícola e industrial, distinto al de la industria azucarera. Muy especialmente habría que señalar los resultados de su gestión en esta institución, en especial, su actuación como consejero económico del Estado. Deben destacarse los logros obtenidos en la política monetaria, en el comercio exterior y en el proceso de capitalización, así como su influencia en el acrecentamiento de las reservas internacionales que permitirían al Estado encauzar, al menos teóricamente, el desarrollo económico. En este sentido, también es muy importante apuntar que su gestión fue exitosa para la diversificación, sobre todo agrícola, si se compara esta política monetaria y financiera con la seguida por la dictadura y el dispendio que la caracterizó.

Vinculado con lo anterior se encuentra la modelación prospectiva para fundamentar la política económica a través del Modelo de Desarrollo Económico con Estabilidad Financiera (Díaz Fariñas, 2013b). En este sentido, es preciso indicar que Pazos asumió la recepción crítica de las ideas del método de Domar para lograr una economía cerrada y desarrollar el mercado interno en una política de sustitución de importaciones. Analizó la mecánica de la producción y cómo mantener el equilibrio de los pagos en una economía abierta, a su vez, realizó una relaboración de este modelo que estaba signado por el carácter más cerrado de las economías centro; para ello aplicó el modelo a una economía abierta de un país subdesarrollado, lo cual confirió al trabajo un carácter innovador.

A partir de allí, esbozó un concepto de desarrollo económico para sustentar lo que él entendía por este, en un país periférico: "aumento de la capacidad productiva y de la producción de un país en magnitud superior al crecimiento de la población" (Pazos, 1952, p. 194). Pazos introdujo el concepto de "no desarrollo" para referirse a cualquier desarrollo productivo distinto del aumento de la productividad y de la producción de los factores económicos existentes. Especial significación le confirió al tema de la inflación y al de la dependencia del equilibrio económico interno con respecto al externo. Hay que destacar en su obra la importancia que le atribuyó no solo al crecimiento económico, sino también a la incorporación de los elementos sociales en su concepción del desarrollo. En este sentido, se adelantó a posiciones teóricas contemporáneas sobre el desarrollo y sus múltiples dimensiones.

Las limitaciones del modelo se pueden encontrar a partir de la crítica marxista a la teoría de los factores de la producción, el análisis de Marx sobre este particular y las coincidencias con algunos pensadores neoclásicos al respecto. Una de las cuestiones a señalar, a pesar de los éxitos relativos obtenidos en política económica -desde la crítica marxista- se encuentra en la posibilidad de una aplicación exitosa del modelo en todas sus dimensiones, y en los marcos del capitalismo dependiente. Muy especialmente se han de indicar aquellos aspectos que tienen que ver con la política social y los elementos relacionados con la inversión a partir de la teoría marxista de la pequeña y mediana empresa; el papel del arancel en el capitalismo; la actuación de la clase obrera y del sindicato en este sistema; el verdadero desempeño e incidencia en su desarrollo; el crédito en las condiciones del imperialismo; los aspectos de la teoría marxista de la lucha de clases, así como el lugar que en ella ocupan los sectores medios.

Igualmente, sería oportuno destacar la importancia que Felipe Pazos le confiere al estudio de los problemas demográficos del desarrollo económico y el lugar que la población debe ocupar en su análisis económico del desarrollo, algo que no había sido relevante para el pensamiento anterior, salvo contadas excepciones. Deben reconocérseles también sus aportes en la comprensión de este fenómeno para los países subdesarrollados; sus premoniciones sobre el futuro demográfico de la población cubana y mundial coinciden con los comportamientos de la población actual. Aunque habría que decir, si se realiza una crítica revolucionaria a su visión pequeño burguesa del asunto, que solo llega a describir acertadamente el fenómeno pero sin ir a las esencias de las contradicciones que lo producen.

Otros aspectos a resaltar son las valoraciones realizadas por Pazos sobre los límites y las posibilidades de la industrialización en Cuba; sus análisis sobre la incidencia que había tenido el estancamiento de la industria azucarera; la disminución relativa que había alcanzado el ingreso nacional después de la crisis; los aspectos de la psicología social y su influencia en el desarrollo, sobre todo en las expectativas de inversiones; la incidencia en el agregado social de una economía estancada, entre otros aspectos sociológicos. Relevante es el análisis que realiza de los obstáculos y las posibilidades para el desarrollo, entre ellos, la idea errónea de considerar pequeño nuestro mercado interno, la carencia de combustible nacional y las potencialidades que brindaba el desarrollo, pues se consideraba el área del Golfo de México, Centroamérica y el Caribe como espacios naturales de integración y se visibilizaban sus potencialidades.

El pensamiento económico de Felipe Pazos realizó un salto cualitativo con respecto a sus contemporáneos de clase; hay que destacar la incorporación de variables sociales al análisis, la importancia que, en la evolución de su pensamiento, posee la incorporación no solo de la población, sino también de la ciencia, la tecnología y la educación al proceso de desarrollo.

Relacionada con este particular está la necesidad de la planificación, uno de los aspectos tratados en su modelo y reafirmado varias veces en sus estudios. Además tiene el mérito de haber fundado la primera carrera superior de Economía en Cuba, en la Universidad de Oriente, y de haber ponderado el papel del economista en el proceso del desarrollo económico, sobre todo con la elaboración de una teoría para su realización.

Una de las cuestiones más importantes de la obra de Pazos y que lo pone de lleno en el escenario de la lucha de clases es su labor como asesor del Movimiento 26 de Julio, a través de las "Tesis del Movimiento 26 de Julio". En este sentido, debe ser reconocido por el grado de concreción logrado; su avance en la comprensión de las falacias del pensamiento económico cubano burgués reaccionario en la explicación del problema del desarrollo; la definición de la estrategia que realiza para alcanzar metas de desarrollo; su entendimiento sobre la necesidad de la Reforma Agraria y de la industrialización; la importancia que le asigna al proceso de producción y su aumento para poder hacer justa una distribución. En las "Tesis del Movimiento 26 de Julio" se exponen los actores de la transformación que se acercan a la teoría marxista de la lucha de clases, lo que ayuda a entender la inconsecuencia mostrada posteriormente por Pazos tras el Triunfo de la Revolución.

Finalmente, en el contexto revolucionario, Pazos critica el desarrollo del socialismo desde los momentos iniciales de su gestación. Destaca la crítica objetiva realizada a la "etapa centralizadora de la Revolución" y su poco valor metodológico y práctico, pues la realizó desde el ámbito de la contrarrevolución. Su actuación posterior como asesor de la Alianza para el Progreso, su posición contrarrevolucionaria y el retroceso visible que desde el punto de vista político e intelectual manifestó en este enclave -respecto a la industrialización, la planificación y las relaciones económicas internacionales- son aspectos relevantes en este nuevo escenario, en el cual se niega a sí mismo.

A partir de las consideraciones analizadas y teniendo en cuenta las formas en que se presenta el pensamiento estructuralista en la contemporaneidad y el escenario del socialismo del siglo XXI, es muy importante determinar los límites y posibilidades de su aplicación. Ello se argumenta con la actuación de Felipe Pazos dentro de los que lideraban una transición al capitalismo en Cuba y la instauración de la economía de mercado en una Cuba poscastro. La esencia contrarrevolucionaria y reaccionaria de esta actitud, una vez que conoce los problemas objetivos de la economía cubana pero desconoce los indudables avances de la Revolución, tiene un valor metodológico pues permite comprender la esencia reaccionaria del pensamiento económico pequeño burgués, si este no se pone en servicio de la revolución proletaria.

Conclusiones

La formación y el desarrollo del pensamiento económico de Felipe Pazos y Roque estuvieron marcados por la complejidad del momento histórico que le tocó vivir. Dentro de su pensamiento destaca el comienzo de la conciencia nacional durante el proceso revolucionario de los años treinta, el consenso nacional sobre los problemas que impedían el desarrollo económico y, muy especialmente, la crisis estructural permanente. Para la transformación de esa realidad, Pazos logró apropiarse de lo más trascendental del pensamiento económico universal y cubano en su fecunda época histórica, principalmente, del keynesianismo y del estructuralismo.

Sus análisis le permitieron detectar que la comunidad de intereses de la oligarquía y el capital extranjero impedía la reproducción ampliada del sistema económico, lo que producía una serie de males sociales, fundamentalmente, el desempleo, estos impedían el desarrollo económico y amenazaban su clase social. Sin embargo, a pesar de ser un conocedor de las causas del subdesarrollo y de haber identificado a Estados Unidos como un obstáculo para la independencia económica de Cuba, no avanzó en su posición política hacia el socialismo.

Un aporte de Pazos fue comprender que la estructura monetaria y financiera estaba en función de los intereses de la oligarquía, a despecho de otros grupos sociales. Vislumbró la anomalía que representaba la estructura del crédito heredada de la colonia y profundizada por la banca extranjera, a la que identificó como oligopólica, pues era la mayor beneficiaria de la estructura económica históricamente formada.
Sus estudios del sistema monetario y financiero le permitieron comprender lo ineficiente que este resultaba para la reproducción social. Explicó coherentemente que la inflación solo podía eliminarse con el aumento de la producción. Abogó por la intervención estatal para la creación de nuevos sectores económicos y por la creación de un sistema financiero, imprescindible para tales fines.

Un gran aporte de su quehacer fue su contribución a la creación del BNC. Esto permitió, teóricamente, la posibilidad de crear un órgano del Estado capaz de encauzar los problemas financieros del desarrollo económico y social. La concepción y la aplicación del modelo de desarrollo económico con estabilidad financiera le permitieron manejar con relativo éxito la institución y acumular cuantiosas reservas financieras que pudieran haberse utilizado al servicio del desarrollo económico. Este modelo contiene sugerencias de políticas útiles en la actualidad.

Su concepto de desarrollo económico posee aspectos significativos para nuestros días. Dentro de estos se encuentra la relación proporcional entre ahorro nacional e inversión productiva; la inversión extranjera limitada, selectiva y orientada por el Estado; el reconocimiento de la importancia del consumo y el mercado interno en el proceso de desarrollo, y el desarrollo de nuevas exportaciones a partir, fundamentalmente, del mercado interno. Todo lo anterior permitiría corregir las contracciones económicas por la caída en las exportaciones una vez que se reduce el ciclo económico. Otros aspectos relevantes son la determinación de la magnitud del crecimiento, las determinantes del ahorro y la inversión, y el ritmo de desarrollo.

Una intensión positiva de las "Tesis del Movimiento 26 de Julio" es su explicación científica de poder estructurar una nueva relación económica con Estados Unidos, de esta manera le da continuidad a una problemática ampliamente tratada en su obra.

El hecho de que el tipo de economía capitalista desempeñe un papel fundamental como elemento dinamizador del proceso de socialización de la producción brinda extraordinaria importancia al estudio de las ideas en torno al desarrollo del capitalismo nacional, sus posibilidades, límites y contradicciones fundamentales. El capitalista nacional era uno de los actores reconocidos del proceso de desarrollo abordado en las "Tesis del Movimiento 26 de Julio", pero este no pudo ser útil al proceso de socialización de la economía debido a que los industriales y los ideólogos del capitalismo nacional, incluido Pazos, no rebasaron los límites históricos presentes en sí como clase social. La lucha de clases se impuso frente a las necesidades objetivas de la economía y la sociedad, aun cuando en los primeros años del triunfo se propiciaron ciertas condiciones para el desarrollo de la burguesía nacional. No obstante, es justo reconocer la objetividad demostrada por Pazos en su crítica al joven modelo socialista y a los peligros de la centralización excesiva de la economía, a partir de las nacionalizaciones de 1960.

En el proceso revolucionario aparece el conflicto entre personas más allá de la lucha de clases, conflictos entre personalidades valiosas en épocas de transición y a cuyo estudio no se debe renunciar por lo que pudieron aportar en su momento histórico, aunque el propio proceso histórico los tuvo que dejar atrás. Como dijera Marx (1973): "Quien como yo concibe el desarrollo de la formación económica de la sociedad como un proceso histórico natural, no puede hacer al individuo responsable de la existencia de las relaciones de que él es socialmente criatura, aunque subjetivamente se considere muy por encima de ellas" (p. xi).

La alineación con el imperialismo ante el avance revolucionario fue una resultante de su posición de clase. Su elaboración teórica al servicio del imperialismo y el fracaso de la Alianza para el Progreso fueron y son una consecuencia de lo irreconciliables que eran los intereses del reformismo latinoamericano con los de la lógica de la oligarquía financiera, las oligarquías nacionales y los monopolios extranjeros. Su posición dubitativa solo reafirma las posiciones de la hegemonía a favor de la explotación de los pueblos oprimidos. Este pensamiento solo puede ser útil en la medida que se ponga al servicio del desarrollo económico y la liberación humana, como aliados de los explotados en la lucha contra el capitalismo. Felipe Pazos no comprendió esta dinámica de la lucha de clases y su enorme capacidad de creación dejó de tener valor para su pueblo al ponerse al servicio de los intereses más perversos del imperialismo.

 

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 

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RECIBIDO: 12/2/2014
ACEPTADO: 20/2/2015

 

 

Lázaro Díaz Fariñas. Facultad de Economía, Universidad de La Habana, Cuba. Correo electrónico: lazarodf@fec.uh.cu

 


NOTAS ACLARATORIAS

1. Felipe Pazos y Roque nació en La Habana el 27 de septiembre de 1912 y falleció en la República Bolivariana de Venezuela el 26 de febrero de 2001. Fue fundador del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Nacional de Cuba (BNC); en este último fungió como director en dos ocasiones: la primera, de 1949 hasta marzo de 1952, cuando renunció tras el golpe de Estado de Fulgencio Batista y, la segunda, de enero de 1959 hasta su renuncia en octubre de 1960. Es reconocido internacionalmente como el más grande economista cubano de todos los tiempos. Su obra posee una amplia dimensión latinoamericana y mundial, forma parte del currículo de numerosas universidades y está publicada, fundamentalmente, en español e inglés, en las mejores revistas del tema, como El Trimestre Económico, American Ecomomic Review y Revista de la CEPAL, así como en libros de diferentes tópicos. Sus estudios sobre problemas financieros, en particular, la inflación, son reconocidos dentro de la élite de la ciencia económica, incluso en Estados Unidos. Abandonó el proceso revolucionario cubano tras su renuncia y destitución como presidente del BNC. Se opuso a la Revolución socialista desde muy temprano y fue designado por el presidente norteamericano John F. Kennedy frente a la Nómina Nueve o Grupo de los Nueve Sabios de la Alianza para el Progreso, en 1961, conocida iniciativa de contención de la Revolución Cubana. Fue un enemigo consecuente de la Revolución hasta su muerte. A partir del legado de Carlos Rafael Rodríguez, he asumido el estudio de la obra de Pazos por lo valiosa que puede ser para la contemporaneidad de América Latina; tal como hicieran Lenin y el propio Carlos Rafael con la obra de John Maynard Keynes, el más encendido teórico antisocialista de su tiempo.


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