SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.167 número2Retos históricos de la izquierda latinoamericana en tiempos de coleteo imperial y reemergenciasRevoluciones tecnológicas, cambio social e imperialismo índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Economía y Desarrollo

versión On-line ISSN 0252-8584

Econ. y Desarrollo vol.167 no.2 La Habana jul.-dic. 2023  Epub 01-Jul-2023

 

Artículo original

La economía política de la transición al socialismo en Cuba: entre el ser y el deber ser

The Political Economy of the Transition to Socialism in Cuba: between What is and What Should Be

0000-0002-7635-3932Roberto Muñoz González¹  *  , 0000-0001-7332-088XGrizel M. Donéstevez Sánchez¹  , 0000-0002-0530-2409Zulma D. Ramírez Cruz¹ 

¹ Facultad de Ciencias Económicas. Universidad Central de Las Villas.

RESUMEN

Durante muchos años desde la academia y otros ámbitos de Cuba se ha venido asumiendo y operando con la llamada economía política del socialismo, considerándola por lo general, como una ciencia constituida per se, que se explica en salas de clases con categorías y conceptos, muchos de ellos no corroborados por la práctica social. Por otro lado, la práctica y el desarrollo de la teoría socioeconómica, sugieren, en todo caso, que resulta de mayor pertinencia hablar de una economía política de la transición extraordinaria al socialismo, para las condiciones de los llamados países subdesarrollados que han emprendido ese camino en el mundo. El estudio realizado toma como base analítica el materialismo dialéctico y su herramental teórico y metodológico, en proporción a las demandas de la investigación.

Palabras-clave: construcción socialista; desarrollo; teoría económica

ABSTRACT

For many years from the academy and other spheres in Cuba the so-called political economy of socialism has been assumed and operated, generally considering it as a science constituted itself; same that is explained in classrooms with categories and concepts, many of them not corroborated by social practice. On the other hand, the practice and development of socioeconomic theory suggest, in any case, that it is more relevant to speak of a Political Economy of the extraordinary transition to socialism, for the conditions of the so-called underdeveloped countries that have embarked on that path. in the world. The study carried out takes dialectical materialism and its theoretical and methodological tools as an analytical base, in proportion to the demands of the investigation.

Key words: socialist construction; development; economic theory

INTRODUCCIÓN

Las actuales condiciones de crisis sistémica y estrutural del capitalismo y la remozada ofensiva de la derecha y las clases dominantes, que refuerzan las estrategias de manipulación mediática y torcidas narrativas con propósitos hegemónicos, exigen discutir el futuro de la sociedad y, con ello, la revolución y la transición al socialismo, para lo que es necesario considerar algunas de las problemáticas asociadas al estado y desarrollo de su economía política, así como la huella de la experiencia histórica de construcción socialista desde la periferia subdesarrollada.

Con gran tino, el filósofo alemán Heinz Dieterich considera que es primordial para la creación del sujeto anticapitalista global esclarecer las posibles confusiones teóricas sobre las condiciones necesarias y suficientes de una economía política socialista, y sobre las diferencias entre una economía auténticamente socialista y una fase de modernización estatista industrial con pretensión socialista; pero también es necesario saber diferenciar entre una economía política keynesiana, por ejemplo, la de Suecia; una vía de desarrollo del capitalismo de Estado -tal como sucedió históricamente, por ejemplo en Japón o en los llamados tigres asiáticos- y el socialismo en el sentido de Marx y Engels, centrado en la autodeterminación y emancipación del trabajador de su esclavizante y fetichizada forma-sujeto, producto de la valorización capitalista (Dieterich, 2003a, p. 120).

Entre otras cosas, Dieterich hace un llamado a los investigadores marxistas, a replantear en las condiciones del siglo XXI, el verdadero valor epistémico y metotológico del materialismo dialéctico y de su impronta en la economía política de la transición al socialismo, pues las complejidades y contradicciones del mundo contemporáneo y lo tortuoso del camino de construcción de una nueva sociedad -centrada en la autodeterminación y emancipación del trabajador, como apunta el especialista- suelen conducir a confusiones y errores, que pueden ser muy dañinos en el plano material, espiritual y cultural de la sociedad.

El propio Dieterich (2003b) considera que «tenemos, entonces, el socialismo experimental, pero no el socialismo teórico ni su “matemática” y lógica pura. En consecuencia, carecemos de una teoría socialista para el siglo XXI, que pueda guiar nuestras luchas hacia el triunfo». En cuanto a la economía política de la transición socialista desde la experiencia cubana, sigue siendo una obra inconclusa, no obstante los avances realizados en el proceso de teorización alcanzado sobre el tema.

Una de las tesis que se operan en este trabajo refiere precisamente cómo el proyecto de construcción socialista cubano, como el de otros pocos países subdesarrollados (China y Viet Nam) que se encuentran envueltos en ese « […] extraño y apasionante drama que es la construcción del socialismo […]» (Guevara, 1988, p. 7), responde a un modelo socioeconómico particular de desarrollo por la vía socialista, diferente en muchos aspectos a la propuesta de los clásicos del marxismo. Su economía política -que Ernesto Che Guevara se propusiera desarrollar desde la experiencia cubana y tomando en cuenta la crítica al «socialismo existente» en la entonces Unión Soviética y demás países llamados socialistas- es hoy más que un deber, una urgente necesidad.

La historia ha sido testigo de que el parto en la esfera de la teoría económica en la época de transición al socialismo desde las periferias subdesarrolladas, invariablemente ha sido y sigue siendo muy difícil y complejo, porque siempre constituye el resultado de sucesivas y múltiples aproximaciones críticas a las esencias y particularidades del modelo de transición, en un diálogo sujeto-objeto que debe ser permanente y muy creativo.

Es importante insistir en el hecho de que cada uno de los países que emprende ese camino posee sus propias singularidades históricas, culturales y socio-producticas, más allá de las regularidades comunes que los definen en ese proceso de construcción socialista; tal y como señala Engels (2014): «las condiciones en las cuales producen e intercambian productos los hombres son diversas de un país a otro, y en cada país lo son de una generación a otra. La economía política no puede, por tanto, ser la misma para todos los países y para todas las épocas históricas» (p. 219).

Según Figueroa (2009), «si la crítica global al capitalismo se antoja indispensable para el desarrollo de la ciencia económica y la educación ideológica; sería, no obstante, una obra incompleta si faltase una teoría de la construcción socialista renovadora y crítica, desde la experiencia de un país subdesarrollado como Cuba» (p. 13).

El propósito fundamental del presente trabajo es el replanteo de algunas tesis que inciten la reflexión y el debate, sobre cuánto la llamada economía política del socialismo ha logrado o no, alcanzar la condición de verdadera ciencia constituida. Asimismo, porqué resulta de mayor eficacia científica hablar del desarrollo de una economía política de la transición extraordinaria, para las condiciones de los países subdesarrollados que han emprendido el camino de la construcción socialista. En tal sentido, el presente estudio presta especial atención a las tesis sobre el tema desarrolladas por el economista político Víctor M. Figueroa Albelo, en su enjundiosa obra publicada en 2009, Economía política de la transición al socialismo: experiencia cubana, que como se enuncia en el propio título, toma como principal plataforma analítica la experiencia cubana para la propuesta de ideas y tesis en torno al estado y las perspectivas de esa economía política. La base analítica del estudio se centra en el materialismo dialéctivo y su herramental teórico y metodológico (Figueroa (2009).

DESARROLLO

Punto teórico general de partida

La economía política es una ciencia social, precisamente porque se encarga de estudiar el carácter de las relaciones sociales de producción, distribución, cambio y consumo que se dan en una época histórica determinada, respecto al uso de los recursos siempre escasos, pero imprescindibles para satisfacer las crecientes e infinitas necesidades humanas y las hoy llamadas medioambientales, así como el sistema de leyes y contradicciones que son consustanciales a tales relaciones y procesos. Esta aseveración pudiera parecer sobrancera para muchos especialistas, sin embargo, siempre conviene recordar que las cosas más evidentes son frecuentemente las más importantes, de ahí que resulte peligroso desdeñar lo evidente en cualquier estudio que se realice.

Más allá de la experiencia soviética de construcción socialista y de su economía política, cuyo destino es bien conocido, se encuentran las de Cuba, China y Viet Nam, que -desde el subdesarrollo y la impronta de sus respectivas historias y culturas- se empeñan en transitar al socialismo, en medio de complejidades y contradicciones formidables. El carácter transicional al socialismo en esos países se expresa (según los autores(, en una serie de regularidades comunes o de invariantes tipológicas que cualifican la construcción socialista y, aunque hacen parte de la esencia, poseen niveles diferentes de avances en cada uno de los países. Entre ellas se destacan:

  • Propiedad estatal sobre los medios de producción fundamentales en sectores clave de la economía y la sociedad, cuyo propósito es el logro de la justicia, igualdad y equidad socioeconómica, para poder garantizar progresivamente el bienestar de toda la población.

  • Estructuras socioeconómicas heterogéneas o mixtas en virtud del subdesarrollo, compuestas por diversos modos y formas de producción (propiedad y apropiación).

  • Necesidad de un proceso de acumulación originaria que conduzca el desarrollo de las fuerzas productivas y atienda sus formas sociales.

  • La planificación y el mercado combinados constituyen mecanismos de regulación, control y dirección del proceso en su conjunto, conformando una suerte de economía socialista de mercado.

  • Papel rector del Partido en la organización y dirección política de la sociedad, sobre la base de los fundamentos del marxismo y del pensamiento nacional más avanzado.

Los autores toman la experiencia cubana como plataforma analítica para la argumentación, no solo por el hecho mismo de la tesis de Engels de que la economía política no puede ser la misma para todos los países y para todas las épocas históricas, sino, además, porque la construcción socialista en Cuba tiene una particularidad muy específica y única, que de manera persistente entorpece los avances en el proceso de transición al socialismo, haciéndolo más complejo y extraordinario: el bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos de América por más de sesenta años.

Como es bien conocido, durante los años sesenta del pasado siglo se escribió y debatió de manera relativamente abundante acerca de la construcción socialista, pero con frecuencia de manera acrítica bajo el enorme peso del paradigma de la ciencia generada fundamentalmente desde la URSS; solo con algunas excepciones como las del Ernesto Che Guevara, Fidel Castro y algunos académicos del país.

Muchos de los debates teóricos, como la conocida gran polémica en torno a la planificación y el sistema presupuestario de financiamiento, se dieron por medio de publicaciones de la época, como por ejemplo los desplegados en las revistas Cuba Socialista, Nuestra Industria Económica, Economía y Desarrollo y Pensamiento Crítico, las que sirvieron de plataforma de socialización sobre determinadas problemáticas asociadas a la transición socialista en Cuba y sus formas de organización y dirección.

La tendencia al predominio del enfoque soviético se mantuvo con cierta regularidad hasta los años noventa en las publicaciones, textos académicos y salas de clases en Cuba y otros países, en los que se explicaba la doctrina marxista y, en especial, su economía política. Sin embargo, tal paradigma persiste, de una manera u otra, como un lastre que progresivamente debe ser levantado, en todos aquellos ámbitos que poco o nada tienen que ver con la realidad histórica de Cuba y sus necesidades de desarrollo.

Es notable también que, especialmente desde los años setenta y ochenta en adelante, varios académicos han destacado por escribir y publicar sobre problemas de economía política de la construcción socialista en Cuba, principalmente con fines académicos, pero que, además, han sido parte de los debates que han venido ocurriendo en el plano nacional e internacional hasta nuestros días. Entre esos académicos se destacan Benito Besada, Silvia Domenech, Andrés Vilariño, Esteban Morales, Ernesto Molina, Sarah Rodríguez, Agustín Fernández, Carlos García, Héctor Ayala, Frank Hidalgo-Gato, Alfonso Casanova, Alfredo González, José L. Rodríguez, Osvaldo Martínez, Margarita García, Hiram Marquetti, Víctor M. Figueroa, Grizel Donéstevez, Ramón Sánchez, Román García y muchos otros que harían extensa la lista.

No obstante, el presente estudio se concentra puntualmente en varias ideas de un grupo de pensadores, que desde el ámbito académico o político han tratado el tema. Desde la política destacan particularmente Ernesto Che Guevara y Fidel Castro, mientras que varios académicos e intelectuales han desarrollado la problemática o planteado interesantes tesis que resultan de interés a los propósitos de este trabajo, tales como los especialistas Rafuls (2018, 2021); Fernández (2018); Chauran y Pérez (2014); Figueroa (2009); Dieterich (2003a); García (2012, 2018); Castaño (2002) y algunos otros de manera puntual.

Resulta importante señalar que, además del texto de Apuntes críticos a la economía política, que contiene las reflexiones críticas de Ernesto Che Guevara acerca de la transición al socialismo (Guevara, 2006), son recomendables de manera especial, dos textos adicionales que resultan cardinales para abordar el tema en debate: el libro de Figueroa (2009), Economía política de la transición al socialismo: experiencia cubana, y el de Castaño (2002), Entender la economía. Una perspectiva epistemológica y metodológica. Las tres obras contienen relevantes aportes epistémicos y metodológicos al desarrollo de la economía política de la construcción socialista y de alguna manera sirven de paradigmas en el proceso de constitución del cuerpo doctrinal de esa ciencia. La obra del Che es bien conocida y divulgada, la de Figueroa y Castaño no en la proporción de los méritos científicos que poseen.

¿Existe la economía política del socialismo como ciencia constituida?

No se ha podido corroborar la existencia de una ciencia única y estructurada de economía política de la transición, que generalice en el plano teórico las regulalidades, leyes y contradicciones que hacen parte de los procesos de construcción socialista en Cuba, China y Viet Nam, países que marcan el movimiento y dirección de la transición al socialismo, con la particularidad común de que tales procesos ocurren desde condiciones de sudesarrollo.

En las condiciones históricas de Cuba se aprecia que, en algunos ámbitos institucionales y círculos académicos, ha persistido por muchos años cierta visión empirista e inmediatista de los problemas socioeconómicos del país, que lejos de contribuir a explicarlos y a definir alternativas, muchas veces las han entorpecido. En cierta medida, esa conducta ha sufrido modificaciones con el llamado proceso de actualización del modelo económico y social; aunque no siempre bajo la guía teórica y metodológica de la economía política de la transición.

Esa tendencia a la inmediatez de lo fáctico, no siempre toma en cuenta la importancia que tiene en los analisis socioeconómicos -como en todos- el enfoque de totalidad y su dinámica historicista, que permite una visión estratégica del desarrollo, pero en su verdadera dimensión dialéctica. Ese fenómeno nos lo deja saber Castaño (2002) cuando argumenta: «los problemas que enfrenta la teoría económica son de manera indivisble, sociales y económicos. Es posible ofrecer un analisis “puro” desde el punto de vista instrumental de un fenómeno socioeconómico dado, pero es imposible sugerir soluciones puramente económicas a problemas sociales reales» (p. 10).

De igual manera, en algunos casos persiste en el país el dar por hecho la existencia de la economía política del socialismo propiamente dicha, pero no abundan los debates en torno a si ella es una ciencia constituida y en correspondencia, si sería de mayor pertinencia o no referirse a la economía política de la transición al socialismo; pues las dinámicas de la transición responden a regularidades, formas de organización y dirección particulares. Obviamente que el movimiento debe ser hacia el socialismo, sociedad que como se sabe solo se encuentra en un proceso complejo de construcción, todavía es parte del «deber ser». Asumiendo incluso la existencia de una economía política de la transición al socialismo, no parece que existan todas las evidencias sobre un verdadero cuerpo doctrinal constituido de esta ciencia para Cuba y mucho menos en relación con su movimiento general de construcción en los pocos países subdesarrollados en donde ocurre.

Según los autores, la llamada economía política del socialismo no llega a ser todavía un corpus teórico orgánico, sistemático y corroborado por la práctica social; falta robustez en su epistemología y metodología. Tal vez habría que preguntarse si es posible la existencia de una economía política del socialismo, sin haber alcanzado esa sociedad; en todo caso parece mucho más preciso referirse a la existencia de la economía política de la transición al socialismo.

Carlos Marx pudo desarrollar la economía política del capitalismo, cuando este sistema en lo esencial había madurado como modo histórico particular de relaciones sociales de producción y en virtud del desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas en el siglo XIX; proceso que comenzó a gestarse desde las mismas entrañas del feudalismo, alrededor de los siglos XII y XIII. Siguiendo al propio Marx (1970), « […] las abstracciones más generales no surgen sino con el desarrollo concreto más rico, y es entonces cuando la gran masa, o la totalidad de los elementos, se reduce a una unidad. Solo entonces es cuando ya no se concibe bajo una forma particular» (p. 39).

Por otro lado y en correpondencia, se encuentra el problema referido a qué tipo de economía política del socialismo (o de la transición) se explica en los sistemas de educación superior y general en el país y cuáles son sus posibles fortalezas y principales debilidades.

La especialista cubana en problemas del desarrollo Margarita García Rabelo aborda las concepciones teóricas definidas para el nuevo modelo económico y social cubano, que comienza a ser reformado a partir del segundo decenio de este siglo. La autora, analiza la complejidad del contexto nacional e internacional de la puesta en marcha de la reforma económica y argumenta la necesidad de rediseñar, en el plano académico, la enseñanza de la economía política del socialismo, replanteando su significado metodológico y su valor para desarrollar la capacidad de reflexión crítica de los estudiantes universitarios, más allá (según ella( de la asimilación de teorías (García, 2018).

En la misma dirección que explica García (2018), se debe insistir en que las demandas y características socioeconómicas y políticas que tipifican el proceso de reformas y transformaciones que se llevan a cabo en el país, deben ser tenidas en cuenta y enriquecer el desarrollo de la economía política de la transición en Cuba, el cual exige un pertinente viraje epistémico y metodologico, a tono con las exigencias de la realidad y de las perspectivas de construcción socialista.

Asimismo, y tal vez debido a las urgencias de la vida cotidiana del país y a la necesidad de resistir de manera creativa ante las múltiples restricciones materiales y financieras fundamentalmente, el proceso de reformas económicas, sociales, políticas e institucionales de los últimos años, no parece estar guiado por un corpus orgánico de economía política, especialmente en cuanto a los requerimientos de totalidad e historicismo, que hacen parte esencial del materialismo dialéctico. Los primeros resultados de las reformas muestran algunas dispersiones o desarmonías, rupturas y saltos historicistas que deberán ser corregidos en la marcha.

Por otra parte, llama la atención cómo todavía en algunas aulas universitarias y de la enseñanza media, se repite sin argumentos sólidos la existencia de la ley de satisfacción creciente de las necesidades del pueblo en las condiciones de transición; ley económica que supuestamente debe ser la fundamental del socialismo cuando este exista como tal. Chauran y Pérez (2014) comparten la tesis de que la ley económica fundamental del socialismo es la satisfacción de las necesidades siempre crecientes de las trabajadores; sin embargo dejan clara su posición de que en la transición, es decir en el proceso de construcción de esa sociedad socialista, se deben centrar los esfuerzos en dar respuestas a las necesidades urgentes, necesidades acumuladas y jerarquizadas, aun cuando no se logre hacer sostenible el carácter creciente de su satisfación. Suponiendo que esa sea la ley económica fundamental del socialismo, cabría preguntarse si en la etapa o periodo de transción, es esa también la ley económica fundamental.

En Guevara (2006) se aprecian algunos puntos de vista acerca de la referida ley económica fundamental del socialismo y donde plantea que «el fin es una cosa y la ley económica que lo refleje otra. Aquí quisieron conjugar el fin, una actitud ética, con la ley y de allí surge el engendro de la famosa ley fundamental» (p. 125). El Che fertiliza esta misma idea en entrevista concedida al periódico E-Taliah (La Vanguardia) de El Cairo en abril de 1965, que aparece como anexo en el mismo libro, aquí afirma: «pero la ley básica en la cual creo, y de la cual se derivan todas las otras leyes en el sistema socialista, es una ley sociológica y no una ley justa y económica. Esta ley básica no se ha descubierto todavía» (p. 393). Al final de la entrevista y reafirmando su posición, comenta: «creemos, pero no estamos realmente seguros, que la ley básica del socialismo es la ley de la planificación, es decir, que por primera vez el hombre es capaz de comprender la ley de la historia y de cambiar la situación existente para crear una nueva sociedad» (Guevara, 2006, p. 397). Esa es una de las varias tesis de economía política que deben ser objeto de debate en la academia cubana.

Sin dudas, Guevara es uno de los teóricos del socialismo y de la transición que más ha aportado al desarrollo de la doctrina del marxismo durante el siglo XX, particularmente de su economía política; pero muchas veces su obra se aborda sin penetrar o comprender lo más afilado y profundo de ella, especialmente en el campo de las ciencias económicas. Por ello, es necesario tener presente una idea de Hart (1996), referida al sentido científico del pensamiento guevariano, cuando afirmó: «en el Che había un elemento particular: vocación para la conceptualización teórica» (p. 143). Esa vocación del Che para la conceptualización teórica que refiere Hart está fundada en la sólida formación cultural que comienza desde su niñez y juventud, pero que se fortalece ante las propias demandas de su práctica revolucionaria.

En medio del complejo proceso de la Revolución cubana y como parte activa de su dirección, el Che entendió el carácter estratégico de la economía y la necesidad de comprenderla y explicarla, pero por medio del método científico; por eso emprendió con enorme voluntad y disciplina, un proceso de superación ordenada y coherente, lo que se puso de manifiesto en los estudios que realizó de Economía Política, Estadística, Contabilidad, Finanzas, Matemática y otras materias. Como es conocido, estudió durante varios años economía política directamente por El Capital de Carlos Marx, hasta llegar a la enjundiosa conclusión de que, «sin conocer El Capital no se es economista en el pleno y honroso sentido de la palabra» (Guevara. 2006, p. 25).

A pesar de que mucho se ha publicado sobre la obra socioeconómica del Che, quedan muchas aristas alumbradoras de esta por analizar y revelar, particularmente en la perspectiva de la economía política de la transición al socialismo; varias de ellas de inmedible valor en el camino por constituir una verdadera ciencia de la economía política de la transición, particularmente para países periféricos como es el caso de Cuba, lo que vuelve extraordinario ese proceso. Esa es una de las deudas pendientes que tienen los economistas políticos.

Algunos de determinantes sobre la economía política de la transición extraordinaria al socialismo

Dando continuidad a algunas ideas que se han expuesto en este artículo, todo indica que sigue teniendo plena vigencia la tesis de Figueroa (2008), cuando plantea: «hay que volver a retomar las raíces o fundamentos de la teoría de la revolución y de la acumulación originaria socialista desde el siglo XIX con todo lo que aportó el siglo XX, si se quiere formular una economía política de la construcción socialista desde la periferia subdesarrollada y, particularmente, desde la experiencia de la Revolución cubana» (p. 173).

Como se ha expresado, la economía política de la transición al socialismo no se refiere solo para explicar ese proceso en Cuba, aún cuando su experiencia histórica pueda servir de plataforma analítica, sino que se trata de una ciencia total que permita entender y explicar ese periodo o etapa, como un movimiento histórico general hacia el socialismo y el comunismo en cuanto a sus regularidades, leyes, contradicciones y tendencias, desde las diversas experiencias de los países subdesarrollados que están o estarán por ese camino; lo que convierte esa transición en extraordinaria, tal como es argumentado científicamente por Figueroa (2009), quien analiza cómo teóricamente los esquemas conceptuales de transición planteados por Marx, Engels y Lenin no se ajustan totalmente a los procesos históricos de construcción socialista que vienen ocurriendo.

La concepción del marxismo originario sobre la transición del capitalismo al comunismo, se fundamenta en la teoría general del derrumbe histórico del sistema capitalista mundial y en la visión sobre las esencias fundamentales del paradigma comunista. Según criterios de Rafuls (2021), Marx y Engels no diseñaron un modelo detallado de la sociedad comunista futura, pero sí describen las dos fases de la sociedad comunista y, de cierta forma, dejan ver un periodo de transición particular que da inicio a la fase socialista y que antecede a la segunda fase o superior, la que sería consecuencia directa de un «largo y doloroso alumbramiento» gestado dentro del capitalismo, a partir de sus propias contradicciones internas.

Para Marx y Engels el comunismo solo sería viable y posible a escala universal, como resultado del desarrollo histórico del capitalismo y de su propia naturaleza antagónica, por la misma razón no previeron el «comunismo local» (Figueroa, 2008). Sin embargo, el capitalismo evolucionó más tarde a la fase monopolista y, seguidamente, al capitalismo monopolista de Estado, modificando las condiciones y regularidades para el cambio, en medio de un proceso de desarrollo desigual desde finales del siglo XIX e inicios del XX; proceso analizado científicamente por Lenin en varias de sus obras, pero particularmente en la obra El imperialismo, fase superior del capitalismo (Lenin, 1973).

La ley del desarrollo económico y político desigual en la fase imperialista argumentada por Lenin condujo a la formación de una doble cadena de países a escala planetaria. Por un lado, un «centro» relativamente «muy desarrollado» del capitalismo monopolista, con un puñado de naciones desigualmente desarrolladas (cadena imperialista); mientras, por otro lado, un grupo mayoritario de países coloniales, neocoloniales y dependientes (después llamados subdesarrollados, en desarrollo, atrasados, periféricos, del Tercer Mundo y otras denominaciones). En las nuevas circunstancias, Lenin argumentó cómo la revolución política proletaria podría ocurrir desde alguno de los países de la cadena imperialista. (Figueroa, 2009)

Por otra parte, Fernández (2018) considera que como consecuencia de la acentuación del desarrollo desigual del capitalismo en su fase imperialista, las revoluciones socialistas han triunfado en países aislados y económicamente atrasados, haciendo del periodo de tránsito una etapa sumamente prolongada y compleja; a la vez que insiste en la importancia de poder y saber armonizar el conjunto de factores objetivos y subjetivos que concurren en el contexto histórico dado, a fin de prever su posible incidencia en el comportamiento de las leyes económicas. Entre estos se encuentran:

  • Nivel y estructura sectorial de las fuerzas productivas.

  • Disponibilidad de recursos naturales.

  • Correlación de las fuerzas de clases.

  • Nivel cultural y político de las masas trabajadoras.

  • Inserción del país en la economía mundial.

  • Idiosincrasia y tradiciones de la población,

Se concuerda con la idea de Figueroa (2009), acerca de que es posible distinguir tres modelos específicos de construcción socialista:

  1. El clásico que parte de las ideas de Marx (históricamente no realizado aún).

  2. El especial que se corresponde con la experiencia leninista en el caso de la URSS.

  3. Un modelo extraordinario que coincide con la transición en los países subdesarrollados.

En esencia, Figueroa (2009) argumenta por qué resulta un modelo extraordinario de transición de la manera siguiente:

Es extraordinario en tanto promueve el desarrollo desde el subdesarrollo, escapando a la sumisión y lógica del capital y a su ley de acumulación, mediante la intervención pública y directa de la sociedad en todo el proceso de la reproducción económica y social en un largo, complejo y contradictorio proceso histórico de acumulación originaria socialista. Esta es la gran misión, el sentido y el contenido de la transición socialista extraordinaria en la periferia del capitalismo mundial. (p. 117)

En los dos últimos modelos destacados anteriormente, coincide el hecho fundamental de la necesidad de una acumulación originaria socialista para promover el desarrollo. El proceso de transición en sí mismo y, en consecuencia, la acumulación originaria socialista con fines de avanzar en el desarrollo socioeconómico desde las periferias subdesarrolladas, se vuelve cada vez más complejo y contradictorio, dado el rumbo depredador y agresivo del sistema dominante global en que se insertan los países subdesarrollados.

Según García (2012), las condiciones de Cuba, en el primer decenio del nuevo milenio y del contexto mundial, exigían un proceso urgente de modificación gradual y sostenido de la estructura productiva y la transición hacia un nuevo patrón de acumulación con capacidad para rebasar las prácticas anteriores, que aprovechase «en mayor medida las potencialidades de la fuerza de trabajo calificada y todas las formas de propiedad; un sistema de políticas específicas (macroeconómicas, científico-tecnológicas, de inversiones, salariales, etcétera) coherente y consistente con tales propósitos; y la elaboración del marco institucional y regulatorio que establezca las pautas de organización del Estado, las empresas estatales y demás actores socioeconómicos» (p. 46).

Ese proceso explicado por García (2012) se viene desarrollando desde hace más de diez años en el país, no sin considerables obstáculos; todo lo cual indica, una vez más, los avatares históricos del proceso de acumulación originaria en la transición al socialismo desde el subdesarrollo; lo que se torna más complejo y doloroso para un país como Cuba, pobre en recursos naturales, subdesarrollado y, por tanto, deformado estructuralmente, con una economía abierta altamente dependiente del sector externo, por ejemplo, en productos estratégicos como energéticos y alimentos; a lo que se unen los devastadores impactos del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América durante más de sesenta años.

Resulta un hecho histórico que la construcción de la nueva sociedad y, por tanto, de su nueva economía política, debe enfrentar un conjunto de fenómenos objetivos y subjetivos, donde la incertidumbre y la complejidad son rasgos inherentes a esos intentos, en el contexto hostil de los fenómenos globalizadores de la economía y la cultura.

A diferencia de otros autores, Figueroa (2009) coincide con el Che en que la contradicción fundamental de nuestra época es la que existe entre los países subdesarrollados o periféricos y el imperialismo mundial. Según su criterio, «en nuestro tiempo histórico la economía política de la transición al socialismo tiene como ciencia un solo entramado (objeto de estudio) cualitativo: el de las transiciones en la periferia subdesarrollada» (Figueroa, 2006, p. 22).

No obstante, se mantiene latente la tesis de Marx sobre la necesidad de la universalización del tránsito al comunismo, con mucha más razón, debido a los efectos del dominio planetario del capital transnacional y de la proletarización, incluso de naciones enteras; fenómenos que potencian la conflictividad que encierra el desarrollo de las fuerzas productivas mundiales y el modo transnacional de su explotación. La clase trabajadora es explotada por igual en el sistema capitalista, ya sea que produzca en un país industrializado o llamado desarrollado, o en uno periférico o subdesarrollado.

La constitución de la ciencia de la economía política de la transición al socialismo, sea como movimiento general o desde la experiencia de un país particular, supone argumentar y evidenciar algunas de las tesis esenciales que (según los autores( deben ser parte de su corpus epistémico y metodológico, a saber:

  • ¿En qué medida la contradicción fundamental de la época es la que se da entre el imperialismo mundial y los llamados países subdesarrollados, y si ello hace parte esencial de objeto de estudio de la economía política de la transición?

  • Si esa contradicción fundamental define el carácter extraordinario de la transición al socialismo; por qué y cómo.

  • ¿Cuáles son las características y regularidades de la acumulación originaria en esa etapa transicional; así como las formas de participación de los diferentes tipos y sectores económicos en ese proceso, además del nivel y correlación entre el sector productivo y el llamado no productivo?

  • ¿Por qué y cómo el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación en la transición al socialismo es condición indispensable para alcanzar definitivamente la sociedad socialista?

  • ¿Cómo deben ser las relaciones, mecanismos y dinámicas con el sector externo y la integración regional, así como el papel y manejo útil del capital extranjero, en medio de un contexto cambiante y de hegemonía imperialista?

  • ¿Qué cualidades y regularidades deben tener los patrones de consumo en condiciones de subdesarrollo y sus relaciones con el altísimo desarrollo de las fuerzas productivas universales?

  • ¿Cuál debería ser la filosofía de la planificación y los mecanismos relacionales con el mercado?

  • ¿Qué papel desempeña y cómo debe ser la participación democrática y efectiva de los trabajadores en la planificación, la gestión económica y los diversos niveles de gobernanza de la sociedad?

En general, deberá poner al descubierto el sistema particular de relaciones de producción que la acompaña en cada etapa de su desarrollo y derivar las regularidades, tendencias y contradicciones económicas de su realización, así como fundamentar las dinámicas y arritmias que se generan entre las fuerzas productivas y el adelanto relativo de sus formas sociales, en el contexto antagónico del modelo hegemónico de desarrollo global y de las conflictividades geoestratégicas que apuntan hacia la irracionalidad conductual de los seres humanos en pleno siglo XXI.

En tal contexto, es importante atender una idea que (según criterio de los autores( resulta cardinal para el dabate creativo, no solo desde la academia sino además desde la política; se trata de la tesis de Fidel Castro sobre el hecho de que tanto los economistas como los políticos, tienen una función social, por lo que deben ser portadores de una cultural integral, sólida y útil en el sentido martiano, como un medio fundamenal para servir. Castro (1999) señala que « […] hoy para ser economistas del pueblo […] deben ser economistas políticos; y los políticos deben ser políticos, con un mínimo de conocimientos económicos y si es posible con un máximo de conocimientos en ese campo, que hoy es base realmente sobre la cual se está jugando el destino de la humanidad, la base sobre la cual se desarrollan nuestras luchas» (p. 201). Nótese la trascendencia que Fidel otorga a la economía cuando considera que es en ella en donde «se está jugando el destino de la humanidad», además de que constituye «la base sobre la cual se desarrollan nuestras luchas».

Tanto Fidel como el Che comprendieron, tal vez como pocos en Cuba, la significación y capacidad de la economía política para desentrañar las regularidades y contradicciones de los procesos de transformación sociopolítica y económica para Cuba y las demás sociedades.

CONSIDERACIONES FINALES

Los modelos conceptuales de transición al socialismo planteados por Marx, Engels y Lenin no se ajustan totalmente a los procesos históricos de construcción socialista que vienen ocurriendo en los pocos países que han emprendido y continúan por ese camino, como Cuba, China y Viet Nam; sino que se generan desde los llamados países subdesarrollados o periféricos, como un movimiento histórico general hacia el socialismo y comunismo, lo que convierte ese proceso de transicion en extraordinario.

El socialismo aún no existe como sociedad constituida, sino que se encuentra en un complejo proceso de construcción, transita en un movimiento dialéctico entre el ser y el deber ser; por tanto, parece de mayor pertinencia referirse a la economía política de la transición, tipificada por su carácter extraordinario y en pleno proceso de desarrollo epistémico y metodológico.

Aún no existe un corpus teórico y metodológico estructurado y sistémico de economía política de la transición al socialismo, por lo que resulta científicamente válido y necesario su desarrollo como movimiento general, o desde la experiencia de países particularidades en donde se vienen dando esos procesos, como es el caso de Cuba.

Persiste el problema referido a la enseñanza viciada de la economía política del socialismo en los sistemas de educación en Cuba, donde aún se explican leyes y regularidades consustanciales, supuestamente, al socialismo, pero en condiciones de transición extraordinaria hacia esa sociedad a la que se aspira llegar.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Castaño, H. (2002). Entender la economía. Una perspectiva epistemológica y metodológica. Editorial de Ciencias Sociales. [ Links ]

Castro, F. (1999). Capitalismo actual. Características y contradicciones. Neoliberalismo y globalización. Selección Temática 1991-1998. Editora Política. [ Links ]

Chauran, Y. y Pérez, O. (2014). El socialismo y su transición. Contribuciones a las Ciencias Sociales, (25). Recuperado el 23 de julio de 2022 de https://www.eumed.net/rev/cccss/29/socialismo.htmlLinks ]

Dieterich, H. (2003a). Tres criterios para definir una economía socialista. Utopía y Praxis Latinoamericana, Año 8 (20), enero-marzo, 117-132. Recuperado el 17 de septiembre de 2022 de https://dialnet.unirioja.es/ejemplar/201524Links ]

Dieterich, H. (2003b). El socialismo del siglo XXI. Fundación para la Investigación y la Cultura (FICA) . Recuperado el 17 de septiembre de 2022 de https://books.google. com.cu/books/about/El_socialismo_del_siglo_XXI.html?id=vF0o=vF0oNQEACAAJ&redir_esc=yLinks ]

Engels, F. (2014). Anti-Dühring. La revolución de la ciencia por el señor Eugen Dühring. Fundación Federico Engels. Recuperado el 12 de enero de 2022 de http://www.fundacionfedericoengels.org.fundacion@fundacionfedericoengels.orgLinks ]

Fernández, A. (2018). Economía política y política económica en la construcción del socialismo. Economía y Desarrollo, CLX (2). Recuperado el 21 de agosto de 2022 de http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S025285-842018000200011&lng=es&tlng=es -Links ]

Figueroa, V. M. (2006). Economía política de la transición al socialismo en Cuba. Monografía impresa. Cátedra Víctor M. Figueroa Albelo. Facultad de Ciencias Económicas. Universidad Central de Las Villas. [ Links ]

Figueroa, V. M. (2008). La teoría sobre la transición al socialismo: deuda pendiente con el Che. Islas, (157), 172-187. Recuperado el 12 de enero de 2023 de https://islas.uclv.edu.cu/index.php/islas/article/view/335Links ]

Figueroa, V. M. (2009). Economía política de la transición al socialismo: experiencia cubana. Editorial de Ciencias Sociales. [ Links ]

García, M. (2012). Transición socialista y modelo de desarrollo económico en Cuba. Economía y Desarrollo , CILVIII (2), 28-47. Recuperado el 21 de agosto de 2022 de https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=425541206003Links ]

García, M. (2018). Repensar la economía política del socialismo. Economía y Desarrollo , CLX (2). Recuperado el 17 de septiembre de 2022 de http://scielo.sld.cu/scielo.php? script=sci_arttext&pid=S0252-85842018000200015&lng=es&tlng=es.Links ]

Guevara, E. (1988). El socialismo y el hombre en Cuba. Editora Política. [ Links ]

Guevara, E. (2006). Apuntes críticos a la economía política. Editorial de Ciencias Sociales. [ Links ]

Hart, A. (1996). La Revolución de Octubre, el socialismo, mi visión del Che desde los 90. En VV. AA. (1996), El Derrumbe eurosoviético: visión desde Cuba (pp. 143-165). Editorial Félix Varela. [ Links ]

Lenin, V. I. (1973). El imperialismo, fase superior del capitalismo. En V. I. Lenin, Obras escogidas en doce tomos (pp. 161-210). Tomo V. Editorial Progreso. [ Links ]

Marx, C. (1970). Fundamentos de la crítica de la economía política. Tomo I. Editorial de Ciencias Sociales. [ Links ]

Rafuls, D. (2018). Los inicios de la transición política al socialismo en Cuba. Otra reflexión desde el propio Marx. Economía y Desarrollo , CLX (2). Recuperado el 19 de agosto de 2022 de http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0252-85842018000200010&lng=es&tlng=esLinks ]

Rafuls, D. (2021). El dilema de la transición del capitalismo al socialismo. Entre la propuesta global de Marx y la visión teórico-práctica de Lenin. Economía y Desarrollo , CLXV (1). Recuperado el 19 de agosto de 2022 de http://scielo.sld.cu/ scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0252-85842021000100007&lng=es&tlng=esLinks ]

Recibido: 02 de Febrero de 2023; Aprobado: 07 de Marzo de 2023

Autor para la correspondencia: rrmunoz@uclv.edu.cu

Los autores declaran que no existen conflictos de intereses.

Roberto Muñoz González: conceptualizó y formuló los objetivos generales de la investigación. Realizó la conducción metodológica de la planificación y ejecución de la investigación. Contribuyó en la interpretación y análisis y redacción del texto original, incluida la rectificación de los señalamientos realizados por los árbitros. Hizo la revisión crítica y recomendó modificaciones, supresiones y adiciones en el texto.

Grizel Donéstevez Sánchez: contribuyó en el diseño de la investigación, así como en la interpretación y análisis. Participó en la redacción del original.

Zulma Donelly Ramírez Cruz: contribuyó a la interpretación y análisis. Hizo la revisión crítica del original y recomendó modificaciones, supresiones y adiciones en el texto.

Creative Commons License