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El desarrollo acelerado del turismo en diferentes regiones de Cuba, principalmente en el Archipiélago Sabana-Camagüey, ha acrecentado los efectos negativos para ecosistemas claves. La creación de instalaciones turísticas, jardines, carreteras y otras áreas de interés socioeconómico, reemplazan las áreas de ecosistemas naturales (Hidalgo-Gato et al., 2016). En los ecosistemas terrestres, la eliminación de la vegetación natural, la pérdida y fragmentación de hábitats, y la transformación del sustrato y los paisajes implica afectaciones para las poblaciones de especies florísticas (Alcolado et al., 2007).
Dentro del Archipiélago Sabana-Camagüey, en cayo Santa María, existe un rápido crecimiento turístico y transformación de sus ecosistemas naturales. En este, el matorral xeromorfo costero y subcostero es una de las formaciones vegetales que más ha sufrido los efectos de estas perturbaciones. Se encuentra hacia el norte del cayo y al sur del complejo de vegetación de costa arenosa (Noa et al., 2001). Una de las especies características es Coccothrinax litoralis León, cuya estructura poblacional podría manifestar los efectos de borde en los parches luego de la fragmentación. De ahí que se plantee el siguiente objetivo: determinar la influencia del efecto de borde en la estructura poblacional de Coccothrinax litoralis en el matorral xeromorfo costero y subcostero sobre arena humificada del centro de cayo Santa María, Cuba.
Para determinar la estructura poblacional de la especie se realizó el conteo por parcelas. Se delimitaron 12 parcelas de 10 x 10 metros (100 m²), en la zona central del cayo, cercana al hotel ¨Playa Cayo Santa María¨ (22.6545o N; 79.0511o O). Según Noa et al. (2001) es hacia el centro del cayo donde se encuentra mayormente distribuido el matorral xeromorfo costero, pero también donde los impactos del desarrollo turístico se han hecho notar por más tiempo. Las parcelas se ubicaron a tres distancias del borde (0 m, 30 m y 60 m). En cada parcela se realizó el conteo de individuos de Coccothrinax litoralis, por cada una de las siguientes categorías: juvenil I, juvenil II, juvenil III, adulto vegetativo y adulto reproductivo (Figura 1). Para el establecimiento de estas categorías se siguió el criterio de Gurevitch et al. (2006) que plantea que la variación en tamaño es una causa relevante en la estructura de las poblaciones de plantas. Los individuos pertenecientes a la categoría juvenil I, fueron aquellos que midieron hasta un metro de altura y que mostraron un incipiente desarrollo del tallo. En esta categoría quedaron incluidas las plántulas. Ello obedece a que se estima que los individuos incorporados en esta categoría aportan de manera similar a la dinámica poblacional. Los juveniles II, midieron entre uno y dos metros. Por su parte los juveniles III presentaron más de dos metros de altura. Los adultos reproductivos y vegetativos presentaron evidencias de haber transitado por al menos un período de reproducción, presente en el momento del muestreo para el caso de los adultos reproductivos y ocurrido en el pasado en los adultos vegetativos. Las comparaciones, en cada categoría, entre las tres distancias al borde se realizaron utilizando un ANOVA de una vía. Luego se utilizó una prueba de Tukey para identificar entre cuáles distancias se encontraban las diferencias significativas. Para estos análisis se empleó una significación de α = 0,05.
A: juvenil l, B: juvenil ll, C: juvenil lll, D: adulto vegetativo, E: adulto reproductivo
Figura 1 Representación de las categorías etarias definidas para Coccothrinax litoralis León en cayo Santa María, Villa Clara
En total se contaron 686 individuos de Coccothrinax litoralis, de ellos 174 se encontraron a 0 m del borde, 272 a 30 m y 240 a 60 m, contrario a lo encontrado para otras especies que con el efecto de borde aumentan su densidad poblacional con la proximidad al borde (Suzán-Azpiri et al., 2017). Pertenecientes a juvenil I, hubo un total de 301 individuos (43,87 %), a juvenil II un total de 245 (35,71 %), a juvenil III un total de 56 (8,16 %), a adulto vegetativo un total de 55 (8,01 %) y a adulto reproductivo un total de 29 (4,22 %) (Figura 2). Por tanto, existe mayor número de individuos juveniles que adultos, lo que podría indicar que se trata de una población en expansión (Smith y Smith, 2012). Además, ello podría deberse a que de estos parches se extraen individuos adultos para la jardinería de los hoteles, o quizás a la tala de los mismos para el uso de sus tallos como sustrato para orquídeas.
El número de individuos de las categorías: juvenil I, juvenil II, adulto vegetativo y adulto reproductivo, no mostró ser significativamente diferente para las distintas distancias al borde (juvenil I: F = 0,1916, p = 0,8288, juvenil II: F = 2,5360, p = 0,1338, adulto vegetativo: F = 1,1769, p = 0,3514 y adulto reproductivo: F = 0,0875, p = 0,9169). Mientras que juvenil III si evidenció diferencias significativas para las distancias definidas (F = 6,5689, p = 0,0174).
Letras diferentes, en la parte superior de la figura, indican diferencias significativas según el Test de Tukey para un α = 0,05
Figura 2 Estructura poblacional de Coccothrinax litoralis León a tres distancias del borde en el matorral xeromorfo costero y subcostero sobre arena humificada en el centro de cayo Santa María, Villa Clara
En general, los resultados apuntan hacia la ausencia de efecto de borde sobre la población de C. litoralis. Sin embargo, el hallazgo de una cantidad de individuos de la categoría juvenil III significativamente mayor a 30 m del borde, en relación con las distancias de 0 m y 60 m, no debe pasar por alto. Una menor cantidad de individuos de esta categoría en la distancia 0 m refleja un posible efecto de borde (Murcia, 1995). Pero también en las proximidades al borde los individuos de esta talla podrían ser objeto de moteo para la jardinería de hoteles. Por otra parte, tales causas no justificarían la menor abundancia de los individuos de esta categoría en la distancia 60 m. Ello puede deberse a otro camino de uso peatonal cercano a las parcelas establecidas a 60 m, y desde el también sufrirían la extracción.
Los resultados muestran que la población de C. litoralis en el matorral xeromorfo costero y subcostero del centro de Cayo Santa María se encuentra posiblemente en expansión. Esto refleja la probabilidad de que el taxón se encuentre en el grupo de especies que se ven favorecidas con los disturbios, que pueden crear oportunidades para el crecimiento y reproducción de algunos individuos de ciertas especies (Bowman et al. 2017). Además, la estructura poblacional de C. litoralis evidencia efecto de borde solo en la categoría juveniles III.
Coccothrinax litoralis es una especie endémica, cuya situación de conservación ha permitido incluirla hasta el momento en la categoría ¨Preocupación menor¨ (González-Oliva et al. 2015; González-Torres et al. 2016). No obstante, el creciente desarrollo turístico en la cayería del archipiélago Sabana-Camagüey, junto al su sobreexplotación constituyen amenazas aún vigentes para la especie. Los patrones poblacionales encontrados deberían tenerse en cuenta para su uso sostenible. No obstante, debe tenerse en cuenta que otras causas podrían estar influyendo también en la dinámica asociada al reclutamiento de individuos (i.e. la dispersión de frutos y semillas y los cambios en la supervivencia entre categorías), que deberían ser evaluadas en futuros estudios en aras de la conservación de esta especie
