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Universidad de La Habana

versión On-line ISSN 0253-9276

UH  no.280 La Habana jul.-dic. 2015

 

ARTÍCULO ORIGINAL

 

Cervantes en Carpentier: una mirada desde las aulas universitarias

 


Cervantes in Carpentier: a look from the university classrooms

 

 


Francisca López Civeira

Facultad de Filosofía, Historia y Sociología, Cuba. Universidad de La Habana

 

 

 


RESUMEN

Este trabajo aborda la presencia de Cervantes y, en especial, de su obra cumbre y su personaje don Quijote en la intelectualidad cubana, particularmente en Alejo Carpentier, a partir de sus clases en la Universidad de La Habana en la década del sesenta del siglo XX. Desde las notas de clase tomadas entonces, se retoman sus explicaciones, apreciaciones y valoraciones, que evidencian una gran admiración y, de alguna manera, la incorporación de algunas de sus aristas en su propia obra.

PALABRAS CLAVE: genio, obra maestra, quijotesco.


ABSTRACT

The present work analyzes the presence of Cervantes, and especially his masterpiece and his character, Don Quixote, among Cuban intellectuals, particularly in Alejo Carpentier, as from his lectures in the University of Havana during the 1960s. Since the then notes taken in class, his explanations, appreciations, and assessments are re-taken, all of which evidences a great admiration, and, in a way, the incorporation of some of the novel's awns in Carpentier's plays.

KEYWORDS: genious, masterpiece, quixotic


 

 

Miguel de Cervantes Saavedra y, en especial, su personaje don Quijote de la Mancha han despertado el interés de muchos cubanos de distintas épocas. Dentro de las más prominentes figuras de la cultura cubana se pueden encontrar expresiones de ese interés y, en no pocos de ellas, se han formulado desde la admiración por el autor y por su obra cumbre y, también, desde la identificación con los valores que distinguen el modo quijotesco de actuar. El más paradigmático de los cubanos, José Martí, puede verse como una manifestación cimera de ello desde la óptica insular.

Martí tiene numerosas referencias a Cervantes y al Quijote. Calificó al autor de "sublime" y "gloriosísimo"(1) y, en paralelo con Lope de Vega, señaló: "En el mundo hay, sí, por Dios, más Lopes que cortejan, que Cervantes que resisten".(2) Para Martí, Cervantes "pasmó la Tierra".(3) De la obra cervantina, fue el Quijote la que recibió más comentarios del Apóstol cubano, como aquel en el que describe: "El héroe de la Mancha cruzó los desolados llanos con la lanza bajo el brazo, el yelmo sobre la cabeza, y la mano con guantelete, en busca de injusticias para remediarlas; de viudas para defenderlas; y de desventurados para ayudarlos".(4) También enjuició al autor diciendo que aquel temprano amigo del hombre "vivió en tiempos aciagos para la libertad y el decoro, y con la dulce tristeza del genio prefirió la vida entre los humildes al adelanto cortesano, y es a la vez deleite de las letras y uno de los caracteres más bellos de la historia".(5)

Muchos otros intelectuales de la Isla han valorado al personaje y su autor desde diferentes ángulos. Entre ellos puede recordarse a Manuel Sanguily, coronel del Ejército Libertador, maestro, abogado y notable tribuno quien, en ocasión de su oposición a la aprobación por el Senado de la República del Tratado de Reciprocidad Comercial con Estados Unidos, en el discurso del 28 de marzo de 1903 admitió que su derrrota desde el lenguaje cervantino del Quijote, pues, dijo, "parodiando al más generoso hidalgo que haya concebido maravillosa fantasía [...] "Sí, Caballero de la Blanca Luna, podré reconocerme derribado: ¡pero jamás me harás confesar que no es la más hermosa dama que vieran ojos humanos, la que yo venero y bendigo desde el fondo del corazón atribulado!"".(6)

El mensaje estaba muy claro y así lo reflejó el poeta Enrique Hernández Miyares, al dedicarle el soneto "La más fermosa", en el que recreaba el mundo del Quijote y llamaba a Sanguily a calarse "el roto yelmo de Mambrino" para no temer "la esquivez de la fortuna" y, frente a la "contraria suerte", que siguiera diciendo de su Dulcinea "que siempre será la más fermosa!".(7)

Dentro de los grandes intelectuales cubanos que valoraron altamente a Miguel de Cervantes y a su personaje don Quijote, se inscribe con mucha fuerza Alejo Carpentier. Sus referencias a este autor y a su gran creación tuvieron siempre un tono de enorme admiración.

En los años sesenta del siglo XX, Alejo Carpentier impartió la asignatura Historia de la literatura, como parte de la disciplina Historia de la cultura en la Licenciatura en Historia en la Universidad de La Habana. Aquella disciplina abarcaba ocho semestres, pero Carpentier no pudo completar el ciclo por cuanto se le asignó una función diplomática en Francia cuando desarrollaba esta labor docente, pero dejó una enseñanza de notable impacto en los dos grupos que tuvimos el privilegio de tenerlo como profesor. En mi caso, fui su alumna durante cuatro semestres y, en ese tiempo, dedicó un espacio importante a hablar de Miguel de Cervantes y su obra. Las notas de clase que entonces tomé, y he conservado, ahora las he repasado para mostrar la manera en que aquel singular profesor explicaba y valoraba al autor del Quijote y a esta obra.

El profesor Carpentier nos explicó la evolución de la literatura desde sus primeras expresiones hasta el siglo XVIII y, como parte de aquel contenido, introdujo elementos de historia de la música, por cuanto pensaba que la historia de la cultura estaba incompleta sin ello. Así transcurrieron aquellos cuatro semestres en los cuales simultaneaba la docencia con su responsabilidad al frente de la Editora Nacional, gracias a lo cual no pocas veces comentó con verdadera alegría la publicación de obras clásicas de la literatura universal. Cervantes y, en especial, el Quijote formaban parte de los autores y obras a los que tenía en muy alta valoración, de ahí que considero útil acercar a los muchos que no fueron sus alumnos a su mirada sobre ello.

La primera mención a Cervantes aparece anotada cuando el profesor se refería al nacimiento de la novela española y, dentro de ello, a la picaresca que, dijo, significa una corriente narrativa que dura tres siglos. Entonces se refirió a varias obras y autores, se detuvo en La Celestina y El Lazarillo de Tormes, habló del intercambio intenso entre América y España, y las consecuencias de la conquista para la península, para que se pudieran entender las características de aquellas obras, cómo se abordaba el tema de la miseria, cómo se veía la vida como milagro cotidiano. Así llegó a El Buscón de Quevedo, quien embarca a sus personajes para América. Entonces mencionó las Novelas ejemplares de Cervantes quien, acotó, alcanzó una perfección de ritmo extraordinario. A su juicio, Rinconete y Cortadillo es una obra maestra de la literatura picaresca y agrupó en la picaresca a El Licenciado Vidriera y El celoso extremeño.

Más adelante, en la exposición del curso, volvió sobre España y señaló la sucesión de genios que se dio en filosofía, medicina, la lírica popular árabe y la fusión de la cultura árabe y la española, y se adentró en el teatro, asunto en el que volvió a mencionar a Cervantes con Numancia y señaló que los entremeses eran cuadros de costumbres de la época y que alcanzaron el más alto esplendor con Cervantes. En aquellos comentarios afirmó que "con él [con Cervantes], nace el gran teatro".(8)

El 6 de octubre de 1964 el profesor Carpentier inició el análisis específico de la obra de Miguel de Cervantes. Primeramente mencionó Los trabajos de Persiles y Sigismunda, calificada como novela bizantina, en cuyo prólogo habla de su muerte que ocurre poco después. A continuación presentó al Quijote y dijo que era "una de las obras más raras que se han escrito en el mundo". Carpentier explicó que probablemente el Quijote iba a ser una "novela ejemplar" más, pues su propósito inicial partía del éxito de los muchos libros de caballería en aquella época, tales como Amadís de Gaula, Florismarte de Hircania, Tirante el Blanco y otras, lo cual Cervantes lamentaba y trató de burlarse de esa literatura. Se le ocurrió, entonces, inventar un hidalgo pobre que empieza a leer estos libros que lo trastornan y se decide a ser caballero andante para eliminar las injusticias. La "novela ejemplar", según expuso el profesor, está en la primera salida del Quijote. Cervantes lo publicó y tuvo un éxito "fabuloso" y un imitador, Avellaneda, por lo que publicó el segundo Quijote.

Carpentier explicó que esta obra no tiene argumento, no hay una acción continuada e intercala novelas secundarias como "El curioso impertinente" y "El cautivo de Argel". En el segundo Quijote, nos señaló, hay alusiones al primero y a otras novelas de Cervantes como La Galatea y hay una parte en que uno se convierte en otro y los dos personajes acaban por ser uno. También apuntó que, cuando no hay acción, los personajes hablan de cosas que le interesan a Cervantes.

Para nuestro profesor, el párrafo inicial es el más famoso de la literatura española. Además nos advirtió que en la obra hay citas literarias casi textuales y puso como ejemplo a Hesíodo y El trabajo y los días. También comentó cómo Cervantes pone pasajes de su vida o de los escenarios donde estuvo, tal como aparece en "El curioso impertinente" que ocurre en Italia, y que constituye un reflejo bastante fiel de la vida en aquel país donde Cervantes había estado. Por otra parte, señaló que en el capítulo 38 del primer Quijote ["Que trata del curioso discurso que hizo don Quijote de las armas y la letras"], deja ver su rencor por haber perdido el brazo, víctima de las armas de fuego. Según Carpentier, en el capítulo 39 ["Donde el cautivo cuenta su vida y sucesos"] narra la vida de los cautivos de los argelinos, lo que también es una vivencia, pues él estuvo cautivo en Argel. En el segundo Quijote, el profesor habló del capítulo donde este se muestra cuerdo y Sancho inventa haber visto cosas fantásticas. Es en la Segunda parte, explicó, que Sancho se separa del Quijote para gobernar la ínsula Barataria, pero se cansa y se va. Carpentier narró y comentó la novela hasta el final, cuando don Quijote recupera la razón, vuelve a ser don Alonso Quijano el Bueno y muere.

Carpentier se detuvo a exponer "El retablo de Maese Pedro"; dijo que es el episodio del segundo Quijote en que este coincide en una venta con el titiritero Maese Pedro y un muchacho, el trujamán, era quien explicaba la representación; entonces pasó a describirla: se trataba de Don Gaiferos, esposo de Melisendra, quien está prisionera de los moros en la ciudad de Sansueña (Zaragoza); don Gaiferos va a liberarla y en esta batalla, don Quijote, entusiasmado, acaba con los títeres.

Anotó entonces que Cervantes nació en la ciudad universitaria de Alcalá de Henares que los latinos llamaban Complus, para después comentar que en la época de Cervantes, Jorge de Montenegro tenía una gran influencia. Era portugués y fue el primero en llevar a España la novela pastoril que pintaba la vida idílica de los pastores, de los campesinos, y agregó: "Hoy nos resultan insoportables por cuanto pintan una naturaleza falsa". Acotó que Montenegro publicó Diana en Valencia en 1559, lo que fue la introducción de la novela pastoril en España.

En esta clase, Carpentier emitió el siguiente juicio sobre Cervantes: "hombre extraordinario, sorprendente en todo" y lo calificó de "complejo, raro, con tantas facetas, pero un genio sobre todo". A continuación ofreció datos sobre este autor: nace en 1547, en 1585 se lanza a la literatura con La Galatea -una mala novela pastoril imitando a Diana-; de repente, en 1605, aparece la primera parte del Quijote; las Novelas ejemplares en 1613 y, en 1615, las comedias y entremeses. Los trabajos de Persiles y Sigismunda fue lo último. Entre las novelas ejemplares, comentó, que en El coloquio de los perros dialogan los perros Escipión y Berganza, criticando las novelas pastoriles.

Entre los dos Quijotes se sitúan las Novelas ejemplares, que son doce, y pasó a decir los títulos. Comentando algunas de estas obras, como el caso de La gitanilla, explicó que en ella aparece la gitana como un personaje digno de ser amado o que en Rinconete y Cortadillo se ofrece una visión del hampa de Toledo donde estos dos van con un ladrón maestro de ladrones. Para él, El celoso extremeño tenía mucho interés pues aparece a través de toda la novela el eco de los que regresaban de América. Comentó también que otras Novelas ejemplares transcurren en Italia, recuerdo de la estancia de Cervantes allí. Por último, señaló que poco antes de morir, termina Los trabajos de Persiles y Sigismunda. La otra obra cervantina que mencionó fue El viaje del Parnaso, donde trata de demostrar que observa las reglas. Según el profesor, es un elogio de poetas coetáneos, donde Cervantes imagina que sube al Parnaso y no tiene lugar en el cónclave de poetas. Aclara que en 1613, cuando publica las Novelas ejemplares, pone en el prólogo unas notas fundamentales para conocer al personaje, prólogo donde se caracteriza a sí mismo físicamente y afirma Carpentier: "Es el primero que noveló en lengua castellana".

Mi profesor hizo una valoración general de Cervantes al decir que "toda su vida tuvo una duda acerca de sí mismo": saber si él mismo era poeta o no. A lo que añadió su propio criterio: "El artista que no tiene pánico al contacto de su obra con el público nunca es un verdadero artista", con lo que se estaba identificando con Cervantes en ese aspecto.

Las apreciaciones y juicios que el profesor volcó en clase, se pueden encontrar de alguna manera en entrevistas posteriores. En 1974 declaró:

Para mí, junto con la Odisea, que leo y releo, sin cansarme, desde la edad de once años, no hay libro comparable al Quijote [...] por una razón que llamaríamos el orden técnico. Cervantes fue (esto se halla también en Shakespeare algunas veces, pero en otro ámbito) el único novelista que logró -cosas mil veces buscadas, pero nunca halladas- hacer coexistir lo real y lo irreal en un plano perpetuamente coherente sin que haya oposición brutal de atmósferas y, sobre todo, sin que se vean las costuras. Don Quijote es hombre de cuatro dimensiones, movido con absoluta naturalidad, en un mundo real, tangible, cotidiano, de tres dimensiones (el nuestro). Y su autor lo ha logrado con tan milagroso acierto que si viésemos al buen caballero desembocar por la esquina de nuestra casa, hoy, en 1974, le diríamos: "Pase usted, señor don Quijote, descanse un poco y comparta nuestra comida, y háblenos de sus andanzas, y que las oigan nuestros niños...". Si en cambio, a nuestra puerta llamaran Hamlet o el rey Lear pasaríamos los cerrojos y llamaríamos a la policía.(9)

En ocasión de recibir el Premio Cervantes, Carpentier comentó otra dimensión, al decir que, a veces, pensaba que Cervantes era un poco músico por lo que se refirió a las variaciones en ese campo, y explicó el sentido de su apreciación:

¿qué son las aventuras y las tribulaciones de don Quijote sino una serie de variaciones sobre un único tema? Esto lo entendió muy bien el compositor Richard Strauss quien, justamente, no presentó un Don Quijote como un poema sinfónico [...] sino que lo tituló simple y llanamente: variaciones sobre un tema de caballería. Quizás Cervantes no tuvo la menor idea de lo que hacía pero, al adoptar así, para estructurarla, para llevar adelante su creación, la manera del músico de Felipe II [Antonio Cabezón], demostró ser una vez más un creador doblemente español.(10)

De acuerdo con mis notas de clase, el autor que ocupó mayor espacio en las disertaciones de Carpentier fue Miguel de Cervantes y la obra más detalladamente expuesta fue el Quijote, lo cual evidencia la importancia que le confirió. Esto también se podía observar en la satisfacción con que comentaba la edición masiva de la novela que poco antes se había hecho en Cuba que, de esa manera, y por el precio popular que tuvo, pudo llegar a todos. Ese fue precisamente mi primer contacto con ese clásico. Yo lo leí en esa edición masiva y, después, escuché su significado en las clases de Historia de la literatura que impartía Alejo Carpentier en las aulas de la Universidad de La Habana.

 

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 

CARPENTIER, ALEJO: Entrevistas, Virgilio López Lemus (comp., selec., pról. y notas), Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1985.
HERNÁNDEZ MIYARES, ENRIQUE: Tú y mi patria, Editorial Guáimaro, La Habana, 1939.
MARTÍ, JOSÉ: Obras completas, Editorial Nacional de Cuba, La Habana, 1963-1973.
PICHARDO, HORTENSIA: Documentos para la historia de Cuba, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1969, t. II.

 

 

 

RECIBIDO: 4/3/2015
ACEPTADO: 6/4/2015

 

 

 

Francisca López Civeira. Facultad de Filosofía, Historia y Sociología, Cuba.Universidad de La Habana. Correo electrónico: flciveira@ffh.uh.cu

 


NOTAS ACLARATORIAS

1. Cfr. José Martí: "Seis conferencias por Enrique José Varona" (El Economista Americano, Nueva York, enero de 1888), Obras completas, t. 5, p. 120; y ""Luchas de honra y amor" (de José Peón Contreras)" (Revista Universal, México, 9 de julio de 1876), ibídem, t. 6, p. 439.

2. José Martí: "Cartas de Martí" (La Nación, Buenos Aires, 22 de febrero de 1885), ibídem,
t. 10, p. 149.

3. José Martí: "El centenario de Calderón" (La Opinión Nacional, Caracas, 23 de junio de 1881), ibídem, t. 15, p. 125.

4. José Martí: "The Story of Two Old Men. Unrealized Idealism" (The Sun, 8 de julio de 1880), ibídem, t. 15, p. 212.

5. José Martí: "Seis conferencias...", p. 120.

6. Manuel Sanguily, en Hortensia Pichardo: Documentos para la historia de Cuba, t. II, p. 249.

7. Enrique Hernández Miyares: "La más fermosa", Tú y mi patria, p. 25.

8. Las frases entrecomilladas están tomadas de mis notas de clases donde apunté textualmente algunos juicios de Carpentier.

9. Alejo Carpentier: "Alejo Carpentier: una literatura inmensa", Entrevistas, p. 222.

10. Alejo Carpentier: "Alejo Carpentier, Premio Cervantes", ibídem, p. 431.

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