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Universidad de La Habana

versión On-line ISSN 0253-9276

UH  no.281 La Habana ene.-jun. 2016

 

ARTÍCULO ORIGINAL


Unidades fraseológicas en el español de Cuba

 

Phraseological Units in Cuban Spanish Language


 

ARIEL LAURENCIO TACORONTE

Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana, Universidad de La Habana, Cuba.

 

 


RESUMEN

En el presente trabajo intentamos una clasificación de diversas unidades fraseológicas o fraseologismos (colocaciones, locuciones y enunciados fraseológicos), presentes en el español de Cuba, con arreglo a un enfoque variacional. Para su análisis nos hemos basado en los principios teóricos sentados por Gloria Corpas Pastor en su Manual de fraseología española, mientras que para la exposición de las fórmulas rutinarias (que forman parte de los enunciados fraseológicos), en la tesis doctoral de María Belén Alvarado Ortega "Las fórmulas rutinarias en el español actual".

PALABRAS CLAVE: unidades fraseológicas, fraseologismos, enfoque variacional, español de Cuba, principios teóricos.


ABSTRACT

The present works attempts at a classification of different phraseological units (positioning, expressions and phraseological enunciations), present in Cuba's Spanish language in terms of a variation-like approach. For the analysis, we have based ourselves on the theoretical principles stated by Gloria Corpas's Manual de fraseología española , while for the presentation of routine formulae (which are part of the phraseological enunciations), in María Belén Alvarado Ortega's PhD thesis: "Las fórmulas rutinarias en el español actual".

KEYWORDS: phraseological units, variation-like approach, Cuban Spanish language, theoretical principles.


 


Los tres rasgos más importantes a tener en cuenta para definir una combinación de palabras como fraseologismo(1) son, según Tristá Pérez (1988) "la pluriverbalidad, el sentido figurado y la estabilidad" (p. 13). Esta autora no incluye en este grupo a las colocaciones, a las que denomina analitismos y a las que considera combinaciones constituidas por más de un elemento carentes de sentido figurado (p. 14).
Corpas Pastor (1996) define las unidades fraseológicas como aquellas

unidades léxicas formadas por más de dos palabras gráficas en su límite inferior, cuyo límite superior se sitúa en el nivel de la oración compuesta. Dichas unidades se caracterizan por su alta frecuencia de uso, y de coaparición de sus elementos integrantes; por su institucionalización, entendida en términos de fijación y especialización semántica; por su idiomaticidad y variación potenciales; así como por el grado en el cual se dan todos estos aspectos en los distintos tipos (pp. 20-24).

Desde el punto de vista variacional del presente trabajo, dividiremos las distintas unidades fraseológicas a examinar, colocaciones, locuciones y enunciados fraseológicos, según el nivel de alterabilidad que pueda presentar cada estructura con respecto a estructuras equivalentes en el sistema de la lengua o en otras hablas del español, y con respecto a sí misma. En las estructuras que varían, analizaremos en qué modo lo hacen desde el punto de vista léxico, morfológico, gramatical y gráfico (García-Page, 1999, p. 225).

Colocaciones

Las colocaciones se caracterizan por ser una combinación frecuente de dos unidades léxicas en relación sintáctica, que no constituyen, por sí mismas, actos de habla ni enunciados, y que presentan restricciones de combinación establecidas por el uso y la semántica (Corpas, 1996, p. 53). Entre estas dos unidades léxicas existe una relación de dependencia jerárquica, en la que una de ellas actúa de base, miembro determinante y autónomo que regula la aparición del otro, el colocativo, restringiéndolo y determinándolo semánticamente (Larreta, 2002, p. 13). Esta cierta fijación interna, o fijación solo en la norma (Dante, 2003, p. 74),(2) marca la relativa limitación de los patrones combinatorios que presentan las bases, pues estas acusan una preferencia por colocativos dados (Aguilar-Amat, 1993, p. 267), quedando limitada la posibilidad de combinación con otras palabras. El significado es totalmente transparente, aunque cabe la presencia de un cierto nivel metafórico; lo determinante es que el sentido depende o es deducible de la suma de los elementos, al contrario de lo que ocurre en las locuciones. Según Koike (2001), las colocaciones presentan las siguientes características semánticas: la existencia de un vínculo entre las dos unidades léxicas, lo cual permite el paso de una categoría gramatical a otra: colar café - colada de café; la tipicidad de la relación, o sea, que los dos elementos presenten una relación típica y no eventual; y, por último, la precisión semántica, lo cual permite emplearlas como definidores en obras lexicográficas (pp. 28-29).(3)

A continuación, presentamos ejemplos de colocaciones habituales en el habla cubana actual clasificados según la pauta marcada por Corpas Pastor (1996). Como en el resto de este trabajo, adoptamos donde sea posible una perspectiva diferencial, o sea, de presentación de expresiones distintivas del habla cubana:

  • VERB. + SUST. (en función sujeto): meritar la pena, salir falla, zafarse un botón.
  • VERB. + SUST. (en función objeto): botar la basura, colar café, cortar camino, cumplir misión, echarse un trago, fundir la placa, sacar turno.
  • SUST. + ADJ.: aguas albañales, bolsa negra, bufete colectivo, control remoto, ómnibus articulado, papitas fritas.
  • SUST. + PREP. + SUST.: acta de advertencia, buchito de café, lector de tabaquería, mano de plátanos, mata de aguacate, palo de trapear, tiempo 'e España, tiro de lague, tubo de luz fría, turno de clase, paso a nivel, escuela al campo.
  • SUST. + SUST.: albergue INIT, arroz macho, casa consultorio, palma corcho.
  • ADJ. + SUST.: buena gente, mala palabra, mala paga.
  • ADJ. + PREP. + SUST.: nuevo de paquete.
  • VERB. + ADV.: caer bien, quedar mal.
  • VERB. + ADJ. (en función adverbial): llevar suave, mirar virao, perder legal, salir disparado.
  • PRON. + ADV.: ambos inclusive. (pp. 66-67)

Locuciones

Las locuciones se caracterizan por ser unidades fraseológicas del sistema de la lengua con los siguientes rasgos distintivos: fijación interna, unidad de significado y fijación externa pasemática. Estas unidades no constituyen enunciados completos, y funcionan generalmente como elementos oracionales (Corpas, 1996, p. 88). La autora Ruiz Gurillo (2001) destaca como rasgo definidor de una locución, además de la fijación, su idiomaticidad (p. 27). Estas se diferencian de las colocaciones en que se encuentran fijadas en el sistema, no en la norma (Dante, 2003, p. 74); lo que implica que pueden ser creadas en el acto de habla, no vienen hechas en la lengua (Tristá, 2988, pp. 13-14). Al contrario de lo que ocurre con las palabras compuestas, no hay reglas para la formación de este tipo de unidades (Dante, 2003, p. 75).

En ocasiones resulta problemático delimitar la frontera entre una locución y un compuesto; es el único criterio adoptado hasta ahora el de la separación gráfica como elemento determinante para distinguir entre unos y otras (Castillo, 1998, p. 152), o sea, que se considerarían locuciones aquellas unidades que, presentando un grado semejante de cohesión interna a los compuestos, no muestran unión ortográfica (Corpas, 1996, p. 93). Asimismo las locuciones permiten ciertas transformaciones e inserciones, funcionando como elementos sintácticos de las oraciones en las cuales se integran (Corpas, 1996, p. 134).

Ofrecemos a continuación una serie de ejemplos representativos del habla cubana actual; esta serie sigue la clasificación realizada por Corpas Pastor (1996), en nominales, adjetivas, adverbiales y verbales, con las adaptaciones y añadiduras precisas para poder representar fenómenos específicos del español de Cuba (pp. 95-96).(4)

Locuciones nominales

  • SUST. + ADJ.: flaicito bobo, pan perdío, perro caliente, vacas gordas.
  • SUST. + PREP. + SUST.: arroz con mango, la acera de los bobos, cortina de hierro, casa de fundamento, el dueño de los caballitos, la edad de la peseta, el huesito de la alegría, la madre de los tomates, tronco de jeba, viento de agua, galleta sin mano.
  • SUST. + CONJ. + SUST.: altas y bajas, moros y cristianos.
  • VERB. + CONJ. + VERB. (con función nominal): entra y sale, estira y encoge, muerde y huye.
  • VERB. + ARGUM. (cláusula sustantivada): el qué dirán, un dale al que no te dio, dime que te diré.

Locuciones verbales

  • VERB. + CONJ. + VERB.: apunta y banquea, pica y se extiende, estar que arde, estar que corta.
  • VERB. + PREP.: cargar con, halar por, meter pa, ponerse para.
  • VERB. + PREP. + SUST.:
    o A: irse a bolina, caerse a mentiras, llamarse a engaño, tirar a mierda.
    o CON: caminar con los codos, echar con la cara, jugar con candela, ponerse con suerte.
    o CONTRA: llevar contra la pared.
    o DE: batear de jonrón, caer de flai, partirse de la risa, vivir del invento.
    o EN: llevarse en la golilla, ponerse en nota, quedarse en una muela.
    o PARA: meter pa descaro, virarse pa tercera, ponerse pa las cosas, tirarse pa'l solar.
    o POR: ir por la sombrita, irse por el camino viejo, pedir por esa boca, salir por el techo.
  • VERB. + PREP. + ADJ.: botarse de salao, dárselas de guapo, ir para viejo, vestir de blanco.
  • VERB. + PREP. + PRON. DEM.: limpiarse con eso, quedarse en eso, salir de eso, ponerse pa esto.
  • VERB. COP. + ATRIB.: ser enfermo, ser una melcocha, ser la pata del diablo.
  • VERB. + ADV. + SUST.: volar como Matías Pérez, volarse como una cafetera.
  • VERB. + ADV. + SUST. + COMPL.: acabar como la fiesta del Guatao, esperar como cosa buena.
  • VERB. + SUST. (en función objeto): comer mierda, meter guapería, mentar la madre, pedir el último, pegar la gorra, ponerse las botas, tener dos trabajos, vivir ese pedacito.
  • VERB. + SUST. (en función objeto) + COMPL.: darle candela como al macao, tener la boca cuadrada, tener la boca salá, tomarse la cocacola del olvido.
  • VERB. + SUST. (en función objeto) + ADJ. (en función adverbial): (marg.) sacar la mano amplio.
  • VERB. + SUST. (en función objeto, de carácter sustantivo debilitado, cuasiadverbial o adverbial): abrir valla, joder la papa, saber un mundo, querer cantidad.
  • VERB. + PRON. OBJ. + PREP.: cogerla con.
  • VERB. + PRON. OBJ. (clítico):(5) caerle, filtrarle, morderle, tirarla, tirarle.
  • VERB. + PRON. REFL. (clítico) + PRON. OBJ. (clítico): comérsela, colársele, mandárselas.
  • VERB. + PRON. OBJ. (invariable) + SUST. (en función objeto): cogerle el tiempo, meterle con todo, meterle moropo, partirle el brazo, sacarle el quilo.
  • VERB. + PRON. OBJ. (omitible) + SUST. (en función objeto): zafarle el bulto, hacerle el caso del perro.
  • VERB. + PRON. OBJ. (que representa la persona o la cosa) + SUST. (en función objeto): bajarle el santo, darle el bate, gustarle el dulce, echarle el guante, meterle el pie, echarle el muerto, sacarle el pie, sacarle el plo.
  • VERB. NEG. (con fijación fraseológica en negativo): no dar pie con bola,(6) no poner una, no ser transparente, no cuadrar la lista con el billete, no parar la pata.

Debe tenerse en cuenta que algunos verbos adquieren un sentido diferente según la preposición que rijan, y buena parte de las veces no aparecen sin esa preposición, de lo contrario el sentido sería ambiguo:

meter vt.^i. 7 [uso prep. para] vi. enf. comportarse con, actuar con (+ el sustantivo correspondiente): meter pa' descaro col. comportarse con descaro.

Lo mismo vale para ciertos pronombres. En el siguiente caso, de no llevar le, el verbo tendría otro sentido. Por eso sería preciso que en los diccionarios se proporcionara la información de cada pronombre que pueda aportar una variación semántica:

colársele [uso prep. a] vi. pron. col. dominar (una materia o disciplina), saber mucho (de algún tema) [sin. col. filtrarle; menos frecuente morderle]

Locuciones adjetivas

  • adj. + prep. + sust.: bobo de la yuca, solo en alma.
  • PART. + PREP. + SUST.: muy conocido en su casa, cortado con la misma tijera, enchumbado en agua, perdido en el llano, pintado en la pared, encantao de la vida, tirao pa la tonga.
  • PART. + PART. + PREP. + SUST.: muerto escapao de la fosa.
  • ADJ. + CONJ. + ADJ.: (rural) íngrimo y solo.
  • ADJ. + PREP. + ADJ.: mucho con demasiado.
  • ADJ. + TÉRMINO COMPARACIÓN: colorado como un tomate, más loco que una cabra, más duro que el corojo, más negro que el totí.
  • SINTAGMAS PREPOSICIONALES: del carajo, de madre, de primera, de rechupete, de la yuma, de tres por quilo, de llega y pon, de yuca y ñame.

Locuciones adverbiales

  • SINTAGMAS PREPOSICIONALES:
    o A: a la barbacoa, a las dos manos, a las mil y quinientas, a patadas, a santo de qué.
    o CON: con la cara, con quile, con to los hierros, con el rayo.
    o DE: de cabeza, de la boca pa' fuera, de lo que no hay remedio, de prima y pata.
    o DE A: de a caballero, de a Pepe, de a hombre, de a timbales, de a viaje.
    o EN: en juego, en tiempo y forma, en tres y dos, en un final, en casa del diablo.
    o HASTA: hasta afuera, hasta atrás, hasta collín, hasta la pared de enfrente.
    o PARA: para alante, para bonito, hasta para hacer dulce.
    o POR: por encima y a millón, por gusto, por si las moscas.
    o SIN: sin escala, sin apuro, sin querer.
  • SINTAGMAS APREPOSICIONALES:(7) Ø agua, Ø cabeza, Ø piso.
  • SINTAGMAS SUSTANTIVOS (con sustantivo como núcleo): boca abajo, loma arriba.
  • SINTAGMAS SUSTANTIVOS CONJUNCIONALES: ni carajo, ni pitoche, ni papa frita.
  • SINTAGMAS ADJETIVOS: puesto y convidao, pegado.
  • SINTAGMAS ADJETIVOS CONJUNCIONALES: ni amarrado, ni muerto.
  • SINTAGMAS ADVERBIALES (con adverbio como núcleo): ahí mismito, donde mismo, como único, como si nada.
    o ADV. + TÉRMINO COMPARACIÓN: más lejos que el carajo.

Locuciones preposicionales

  • DE LUGAR: abajo de, arriba de, en vuelta de, pegado a.
  • DE CAUSA: por el aquel de, con el aquel de.
  • DE OBJETO DEL PENSAMIENTO O DE LA ACCIÓN: a costa de, a costilla de.

Locuciones conjuntivas

  • COORDINANTES: na' má que.
  • SUBORDINANTES: a según, como mismo.

Locuciones clausales

  • NO ENTERAS (con casilla vacía correspondiente al objeto o al complemento): trabársele el paragua, podérsele hacer un tiempo, cogerle la vuelta, ponerle el dado malo, salírsele la veta, tenerle la vida hecho un yogur, se ñamaba.
  • ENTERAS (sin independencia textual ni fuerza ilocutiva): como aquel que dice, como quien no quiere las cosas.

Locuciones marcadoras

Las locuciones marcadoras son introducidas por Ruiz Gurillo (2001, pp. 56-58). Estas son equivalentes a los marcadores del discurso y poseen carácter relacional.

  • DE ACLARACIÓN O MATIZACIÓN: mejor dicho, por cierto, bueno, en el fondo.
  • DE EXPLICACIÓN: o sea.
  • DE EJEMPLIFICACIÓN: un suponer, por poner un ejemplo, digamos.
  • DE RECTIFICACIÓN: que diga, ay disculpa.
  • DE ESTRUCTURACIÓN: primeramente, para empezar, por otro lado, y ahí.
  • DE RECAPITULACIÓN: total, en un final, digamos.
  • DE INICIO: oye, bueno, ven acá.
  • DE INTERACCIÓN:(8) mira, ven acá.
  • DE CAMBIO DE TEMA: dicho sea de paso, otra cosa, hablando como los locos.
  • DE ACUERDO: por supuesto, pues claro.
  • DE EVIDENCIA: y claro.
  • DE ANUENCIA: ya, claro, claro.
  • CONCESIVAS: que digamos, por lo menos.
  • DE DESACUERDO: ni pensarlo.
  • DE REFUTACIÓN: ni carajo, ni de casualidad.
  • OPOSITIVAS: por el contrario.
  • CONSECUTIVAS: en consecuencia.
  • INTENSIFICADORAS: hasta la coronilla, de madre, del carajo.

Enunciados fraseológicos

Los enunciados fraseológicos se caracterizan por ser enunciados completos en sí mismos, es decir, forman unidades mínimas de comunicación, y presentan fijación interna y externa (Corpas, 1996, p. 132). Corpas Pastor establece dos subtipos: las paremias, de significado referencial, y las fórmulas rutinarias, con un significado de tipo social, expresivo y discursivo. Por otra parte, las primeras presentan autonomía textual, mientras que las segundas son de uso restringido a determinadas situaciones y circunstancias concretas (p. 133).

Paremias

Las paremias se diferencian de las locuciones en tener un carácter más general. Estas no permiten cambios excepto los de concordancia, caso en el que se encuentran los enunciados fraseológicos de estructura oracional(9) y las frases proverbiales.(10) Una última diferencia es que las paremias son unidades de habla, mientras que las locuciones pertenecen al sistema de la lengua (Corpas, 1996, pp. 134-135).

Son cinco los criterios empleados por Corpas Pastor (1996) para determinar las unidades que pertenecen a esta clase: lexicalización, autonomía sintáctica, autonomía textual, valor de verdad general y carácter anónimo (p. 135).

Enunciados

Corpas Pastor (1996) destaca un primer tipo de paremias, enunciados que no cumplen el criterio de valor de verdad general (p. 138). Para esto se sirve de la regla sugerida por Arnaud (citado por Corpas), de aplicarles la frase introductoria "Esto es verdad en sí mismo" y verificar que no la cumplen (p. 138).

  • ENUNCIADOS DE VALOR ESPECÍFICO (lexicalizados): Éramos pocos y parió catana; La guagüita de San Fernando, un poquito a pie, y otro caminando; Y dale Juana con su palangana; La gatica de María Ramos, tira la piedra y esconde la mano; Calabaza calabaza, cada uno pa su casa, y el que no tenga casa, que se vaya pa la plaza.
  • ENUNCIADOS FRASEOLÓGICOS (de estructura oracional, con carácter de enunciado cuyo núcleo verbal es conjugable, de sujeto u objeto a menudo variables): El horno no {está} para pastelitos; {Yo} no {soy} plato de segunda mesa; Ni {canta} ni {come} fruta; {Me} {sales} hasta en la sopa.

Citas

El segundo tipo de paremias, las citas, está constituido por enunciados que no cumplen el criterio de carácter anónimo. Se caracterizan por tener un origen conocido, y pueden provenir de varias fuentes (Arnaud, citado por Corpas, 1996, pp. 143-144).

  • CITAS (de obras literarias: fábulas): Y entonces la tortuguita comenzó a andar.
  • CITAS (de autores históricos): Viví en el monstruo (y le conozco las entrañas.…); Si deshecha en menudos pedazos (llega a ser mi bandera algún día.…).
  • CITAS (de canciones): Se acabaron los guapos en Yateras; ¡Ay, Chacumbele, él mismito se mató!

Algunas citas pueden sufrir un proceso de reconversión, como la de Viví en el monstruo, frase de José Martí referida a los Estados Unidos, que en el habla coloquial puede adoptar formas como Cáele al monstruo (vete para los Estados Unidos), o Me voy pa' l monstruo (me voy para los Estados Unidos). Estas frases las denominaríamos de fijación media, por no haber encontrado aún mucha estabilidad en el habla. En otros casos, la eventual frase obtenida posee una fijación mínima, al no contarse con una fórmula definida de cómo usar o reconvertir tal frase. Es lo que sucede con Si deshecha en menudos pedazos, una de cuyas posibilidades de actualización es referirse a que se tiene poco dinero exclamando algo como deshecho en menudo' o, completando, deshecho en menudos pedazos.(11)

En otros casos la cita se convierte en el elemento a completar, y la frase obtenida presenta fijación máxima, como en ¡Ay, Chacumbele, él mismito se mató!, donde normalmente se advierte Te va a pasar como a Chacumbele…. y opcionalmente se añade.… que él mismito se mató. Aquí, en el ámbito de las citas extraídas de textos de canciones, se da un fenómeno que podríamos denominar de transvase: muchas frases que aparecen en canciones se vuelven frases populares, y a la inversa, muchas frases populares se hacen estribillos de canciones: si se rompe se compone, el quilo no tiene vuelto, el carnicero es un cancha, por lo que puede resultar arduo si no imposible determinar quién cita a quién.

Refranes

El tercer tipo de paremia definido por Corpas Pastor (1996), los refranes, no tienen en cambio origen conocido, aunque en ciertos casos pueden aparecer atribuidos a algún personaje (p. 147). El refrán sería la paremia por excelencia, visto que es la única que logra cumplir los cinco criterios empleados para delimitarlas. Presentamos aquí una serie de refranes usuales en el habla cubana; la clasificación realizada tiene en cuenta la proveniencia étnico-cultural del refrán dado:

  • préstamos de otras culturas (de raíz africana): Chivo que rompe tambor, con su pellejo lo paga; Papelito jabla lengua.
  • basados en la observación de la realidad cubana (con elementos de origen aruaco): Cuando el majá sube al palo, el palo tiene jutía; Por muy alto que vuele el aura, siempre el pitirre la pica.
  • que reflejan la realidad cubana: Aquí el que no tiene de congo, tiene de carabalí.
  • del acervo español (sin adaptar): El que a buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija; El que tiene padrino, se bautiza.
  • del acervo español (adaptados): Una cosa piensa el borracho y otra el bodeguero; A falta de pan, casabe.
  • a partir de canciones: El que siembra su maíz, que se coma su pinol.

En su clasificación de los distintos tipos de enunciados sentenciosos, Sevilla Muñoz (1993) señala la frase proverbial (p. 17).(12) Se trata de una paremia desprovista de elementos mnemotécnicos y presenta una elaboración formal que consta a veces de una fórmula que expresa orden o mandato. La escindimos aquí del grupo de refranes por la característica añadida de poder sufrir cambios de concordancia. También puede aparecer como un sintagma lexicalizado por medio del cual se realiza una comparación explícita o implícita, en el caso sobre todo de los que tienen como núcleo verbal un infinitivo.

  • FRASES PROVERBIALES (de matriz paremiológica):(13) Pedirle peras al olmo; No dejes camino por vereda; Dando y dando; Matando y salando; Trabajar para el inglés.

Fórmulas rutinarias

Las fórmulas rutinarias, como unidades fraseológicas que son, presentan tres propiedades fundamentales: fijación, idiomaticidad e independencia, aunque estos rasgos definitorios se pueden dar de forma gradual (Alvarado, 2008, p. 99).(14)

Las fórmulas rutinarias se conciben como un todo uniforme con fijación formal, rasgo esencial, junto a la fijación sicolingüística, en todas las unidades fraseológicas; es fundamental asimismo la fijación semántico-pragmática, pues las fórmulas rutinarias presentan un significado fijado por el uso que se les da en el contexto habitual en el que se producen (Alvarado, 2008, pp. 106-107).

La idiomaticidad es la consecuencia de la fijación semántico-pragmática. Es preciso distinguir entre diferentes grados de idiomaticidad: desde las totalmente idiomáticas, donde la suma del significado de sus componentes no es igual a la suma total de la expresión, hasta las no idiomáticas, donde el significado es transparente, pues viene dado por la suma de los elementos que la componen, pasando por las semidiomáticas, donde la suma del significado de sus componentes no es igual al significado de la expresión en bloque (Alvarado, 2008, pp. 115-116).

Las fórmulas rutinarias son unidades mínimas de comunicación con independencia. Estas pueden ser de carácter entonativo (son actos de habla que presentan fuerza ilocutiva exclamativa); distribucional (pueden aparecer en el discurso tantas veces como se requiera); textual (no depende del contexto lin-güístico, sino del situacional, por lo que se puede dar tantas veces en el discurso como se quiera); semántico (el valor de la fórmula está fijado por el contexto habitual en el que se produce y por lo que significa por sí misma, sin necesitar de otros elementos) y sintáctico (se puede asilar en la estructura sintáctica). Las fórmulas rutinarias son, además, actos de habla en sí mismas (Alvarado, 2008, pp. 116-128).

A continuación presentamos una serie de fórmulas rutinarias usuales en el habla cubana actual. Seguimos el modelo de clasificación propuesto por Alvarado Ortega (2008, pp. 253-335). Como en otras ocasiones a lo largo del presente trabajo, hemos realizado añadiduras y nos hemos permitido adaptaciones allí donde las hemos considerado oportunas para una mejor representación de rasgos particulares de esta habla.

Fórmulas rutinarias lógicas

Las fórmulas rutinarias lógicas son las que expresan el grado de certidumbre, probabilidad y posibilidad de lo que se enuncia. Se dividen en dos clases: epistémicas, vinculadas con la posibilidad de que un enunciado sea cierto, es decir, expresan certidumbre y grado de compromiso del hablante con lo que dice, y deónticas, aquellas que expresan la obligatoriedad de que se cumpla lo que el hablante dice (Alvarado, 2008, pp. 268-279).

Epistémicas

  • que expresan certeza con evidencia directa: ¡cómo no!, ¡coño, claro!, ¡ni que decirlo tiene!, ¡ya tú ves!, ¡por esta!, ¡te lo juro por esta!, ¡no hay invento!, ¡ponle el cuño!, ¡eso está querido ya!, ¡ahí no hay más na!
  • que expresan certeza con evidencia indirecta reproducida: no creas, no es tan así.
  • que expresan certeza con evidencia indirecta inferida: de eso nada, que yo sepa, ¡qué va!
  • que expresan falta de certeza: pues no sé, ¡¿y yo qué sé?!, ¡vaya usted a saber!, ¡pa adivino, Dios!

Deónticas

  • con modalidad de enunciación declarativa: por favor, ya está bueno ya, me hace el favor y.…
  • con modalidad de enunciación interrogativa: ¿y a ti qué te importa?, ¿y a ti qué carajo te importa?
  • con modalidad de enunciación imperativa: ¡no te aceleres!, ¡no te luzcas conmigo!, ¡no te me vengas a hacer el bárbaro!, ¡no inventes ni experimentes!, ¡déjate de invento'!, ¡fíjate bien!, ¡fíjate bien lo que te voy a decir!, ¡dale chico!, ¡vamo' chico!, ¡vamos a estar aquí y no en la cola del pan!, ¡ponte pa las cosas!, ¡dale por ahí pa' llá tú!, ¡arranca!, ¡ataja!
  • con modalidad de enunciación exclamativa: ¡al grano!, ¡nananina!, ¡ñinga!, ¡asa perro!, ¡chirrín chirrán!

Fórmulas rutinarias subjetivas

Las fórmulas rutinarias subjetivas codifican la modalidad apreciativa o subjetiva, es decir, manifiestan los juicios de valor del hablante. Pueden ser de dos tipos: afectivas, cuando expresan una reacción emocional como el temor, el deseo, la ira, etc.; o evaluativas, cuando manifiestan la actitud del hablante ante lo dicho, evaluando este enunciado en términos valorativos (Alvarado, 2008, pp. 285-315).

Afectivas

  • que expresan alegría: ¡qué rico!, ¡qué cosa más rica!, ¡qué cosa más grande!, ¡qué vacilón!, ¡esa es dura!, ¡echa!
  • que expresan satisfacción por la realización de algo: ¡planchao!, ¡matao!, ¡completo Camagüey!
  • que expresan aprobación: ¡echa!, ¡ahí na' má!, ¡equelecuá!, ¡mameluco!, (juvenil) ¡sirvió!, ¡bárbaro!, ¡volao!
  • que expresan desaprobación: ¡echa!, ¡vaya!, ¡ni te la enjuagues!, ¡eres un {NOMBRE PROPIO} cualquiera!, ¡estás hecho un {DIMINUTIVO NOMBRE PROPIO} cualquiera!
  • que expresan enfado: ¡coño!, ¡recoño!, ¡concho!, ¡cojoyo!, ¡me caso en diez!
  • que expresan agradecimiento: ¡y gracias!, ¡ay, gracias!, ¡mil gracias!/¡mis gracias!, ¡Dios te bendiga!
  • de réplica al agradecimiento: ¡no hay de qué!
  • que expresan ofrecimiento o garantía de cumplimiento, seguridad: ¡va por mí!, ¡esta va por mí!, ¡ya tú sabe!
  • que expresan decepción o disgusto: ¡ay, caray!, ¡mira, caray!, ¡no es fácil!
  • que expresan solidaridad: ¡ay, m'ijo!, ¡lo siento mucho!, ¡qué fatalidad!
  • que expresan sorpresa, extrañeza o incredulidad: ¡caramba!, ¡no jodas!, ¡no me digas!, ¡mira pa eso!, ¡cucha pa' llá!, ¡oyé!, ¡pa su madre!, ¡pa su abuela!,
    ¡pa su escopeta!, ¡los fósforos!, ¡coñó!, ¡ño!, ¡de película!, ¡del carajo!, ¡de pinga!, ¡alabao!, ¡ay, caray!, ¡lo último de los muñequitos!, ¡la mundial!, ¡mentira!
  • que expresan temor: ¡ay, mi madre!, ¡ay, dio!
  • que expresan impresión desagradable o sensación negativa: ¡de pinga!, ¡josú!, ¡qué impresión!, ¡no es fácil!
  • que expresan amonestación o advertencia: ¡ay, dio!, ¡tú vas a ver!
  • que expresan rechazo o desacuerdo: ¡pa su madre!, ¡pa su abuela!, ¡no es fácil!, ¡ni pinga!, ¡una pinga!, ¡….ni qué ocho cuartos!
  • que expresan contrariedad: ¡le zumba!, ¡le zumba el merequetén!, ¡le zumba el mango!, ¡le zumba el aparato!, ¡le zumba la berenjena!, ¡le ronca!, ¡le ronca los timbales!, ¡le traquetea!, ¡ay, caray!, ¡coño de su madre!, ¡manda cohete!, ¡manda cohetes pa la escuela!, ¡me cago en su madre!, ¡qué cosa más grande!, ¡contra!, ¡recontra!, ¡mentira!, ¡m'ijo!, ¡pipo!, ¡ay, chico!
  • que expresan amenaza: ¡mira, caray!, ¿qué es lo tuyo?, ¡¿qué pinga?!, ¡¿qué coño?!, ¡¿qué cojones?!, ¡esto no se va a quedar así!
  • que expresan incomodidad: ¡no es fácil!
  • que expresan molestia o fastidio: ¡qué jodienda!, ¡qué salación!, ¡no es fácil!
  • que expresan indiferencia o desdén: ¡a mí plin!, ¡a mí ni plin!, ¡allá tú!, ¡allá tú con tu condena!, ¡¿y a mí qué?!
  • que expresan resignación: ¡¿y a mí qué?!, ¡y pa la pinga!, ¡no es fácil!
  • que expresan disculpa: ¡ay, lo siento!, ¡ay, disculpa!
  • que expresan deseo de buena suerte: ¡que te vaya bien!, ¡que te vaya bien y que te arrolle un tren!, ¡aché pa' ti!
  • que expresan deseo de mala suerte: ¡mal rayo te parta!
  • que expresan mala suerte sufrida: ¡qué salación!
  • con la que se ahuyentan la mala suerte: ¡solavaya!

Evaluativas

  • ¡qué lindo!, ¡ay, qué lindo!, ¡mira {PRONOMBRE} qué lindo!,
    ¡qué bonito!,(15) ¡ay, qué bonito!

Fórmulas rutinarias discursivas

Las fórmulas rutinarias discursivas integran el enunciado en una situación de habla dada, tienen un papel en la conversación y en la interacción entre hablante y oyente. Se usan para iniciar, estructurar y hacer avanzar la conversación (Alvarado, 2008, p. 318). Se dividen en fórmulas de apertura y cierre de la conversación, con las que se organiza el discurso y quedan codificadas las relaciones sociales de los individuos que participan en la interacción (Corpas, 1996, p. 187), y fórmulas de transición, con las que se organiza, estructura y mantiene la fluidez de los intercambios (Corpas citado por Alvarado, 2008, p. 318).

De apertura de la conversación

  • de saludo: ¿qué tal?, ¿qué hay?, ¿qué se cuenta?, ¿qué volá?, ¿qué volón?, ¿qué vuelta?, ¿qué onda?, ¿y qué?
  • de respuesta al saludo: ¡ahí!, ¡aquí!, ¡ahí en la lucha!, ¡aquí en la lucha!, ¡ahí en la bobería!, ¡na!
  • de anuncio o aviso: ¡bueno!, ¡bueno, caballero'!

De cierre de la conversación

  • de despedida: ¡hasta luego!, ¡hasta lueguito!, ¡adiosito!, ¡chao!, ¡chaíto!, ¡bueno!, ¡nos vemos!, ¡no te pierdas!, ¡cuídate!, ¡te quiero y me quedo corto!

De transición

  • para reorientar: y bueno, y bueno qué.…, y entonces
  • para concluir: y na, y na qué.…, y pal carajo, y fuácata
  • para pedir o mantener el turno: ¿ay, qué te iba a decir?, ¿qué es lo que te estaba diciendo?
  • para suprimir información: y eso, y esas cosas, y la volá esa

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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ALVARADO ORTEGA, MARÍA BELÉN (2008): "Las fórmulas rutinarias en el español actual", Universidad de Alicante. Tesis doctoral.

ARNAUD, P. J. L. (1991): "Réflexions sur le proverbe", Cahiers de Lexicologie, vol. 59, n.o 2, Université de Besançon, p. 627.

CASTILLO CARBALLO, MARÍA AUXILIADORA (1998): "¿Compuestos o locuciones?", Diccionarios, frases, palabras, Universidad de Málaga, pp. 149-155.

CORPAS PASTOR, GLORIA (1996): Manual de fraseología española, Gredos, Madrid.

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PENADÉS MARTÍNEZ, INMACULADA (1999): La enseñanza de las unidades fraseológicas, Arco Libros, Madrid.

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ZULUAGA OSPINA, ALBERTO (1992): "Spanisch: Phraseologie", Lexikon der Romanistischen Linguistik, Max Niemeyer Verlag, Tübingen, pp. 125-131.

 

 


RECIBIDO: 24/3/2015

ACEPTADO: 4/5/2015

 

 

Ariel Laurencio Tacoronte. Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana, Universidad de La Habana, Cuba. Correo electrónico: katia@sangeronimo.ohc.cu

 

 


NOTAS ACLARATORIAS

1. Las unidades fraseológicas han conocido en la tradición española varias denominaciones: fraseologismos, expresiones fijas, expresiones idiomáticas, idiomatismos, modismos, frases hechas, etc. (Tristá, 1988, p. 11; Penadés, 1999, p. 13).

2. En palabras de Antonia Ma. Tristá Pérez (1988): "existen "hechos" en la lengua, no son creados en un acto de habla" (p. 14).

3. El concepto de "precisión semántica o concepto inconfundible" lo toma Koike de S. Shirota: Kotabano en (Solidaridad léxica): Aproximación a la lexicología estructural, Ed. Liberta, Tokio, 1991.

4. Las adaptaciones y añadiduras que hemos realizado han sido mínimas. En todo caso, un pequeño número de expresiones ha quedado fuera de este modelo clasificatorio.

5. Sobre las locuciones verbales con clítico, puede verse el estudio de Mario García-Page Sánchez (1999).

6. En el habla cubana, esta locución verbal puede aparecer en determinados contextos elocutivos en afirmativo, por ejemplo, cuando se le pregunta a alguien, modulando negativamente, si no ha dado pie con bola, el interlocutor puede responder deshaciendo la fijación: Ya di pie con bola.

7. Se trata de construcciones de carácter adverbial que emplean sustantivos con preposición elidida.

8. Pueden tener varias funciones, como llamar la atención del interlocutor, señalizar que se desea entablar una conversación, asumir el turno de habla, advertir de algo.

9. Véase el apartado Enunciados más abajo.

10. Véase el apartado Refranes más abajo.

11. Téngase en cuenta que menudo designa una cantidad de dinero en moneda fraccionaria, también llamada cambio en el habla cubana, o suelto, en otras hablas.

12. Julia Sevilla Muñoz (1993) incluye entre las paremias propiamente dichas el refrán, el proverbio, el adagio, la máxima, el principio, la sentencia, el apotegma y la frase proverbial, determinando la diferencia y alcance de cada uno.

13. Para esta distinción véase el estudio de Pedro Mogorrón Huerta (2009) "Del origen paremiológico de algunas locuciones". Aquí, con matriz no solo nos referimos al origen en un refrán que pueda tener una frase, sino también al acercamiento a modelos paremiológicos que puedan presentar algunas expresiones. Para un análisis de estos modelos o fórmulas en los refranes cubanos, véase el estudio de Esteban Rizbaniuk (1990) "Estructura y semántica de los refranes cubanos".

14. Un tipo de fijación distintivo de las fórmulas rutinarias es la posición que ocupan en el texto narrativo (Zuluaga, citado por Alvarado, 2008, p. 102).

15. La fórmula ¡qué bonito! puede encerrar carga irónica, la cual queda marcada sobre todo con la entonación (Alvarado, 2008, p. 317).

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