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Universidad de La Habana

versión On-line ISSN 0253-9276

UH  no.282 La Habana jul.-dic. 2016

 

RESEÑA

 

 

Amor y violencia: referentes clásicos en la cultura iberoamericana contemporánea

 

 

Love and Violence: Classical Referents in Contemporary Latin American Culture

 

 

Elina Miranda Cancela

Hace más de una centuria Pedro Henríquez Ureña, el inolvidable dominicano cuya obra tanto aportó a la comprensión de nuestra cultura hispanoamericana, señaló el hecho de que desde el Renacimiento no transcurre cuarto de siglo en el cual no se suscite lo que él denominó "la cuestión helénica" (cfr. "La moda griega", México, 1908). Desde la perspectiva actual, se podría añadir que no solo los llamados clásicos grecolatinos adquirieron particular resonancia en distintos momentos del siglo XX, sino que, a partir de la publicación del libro de Gilbert Highet La tradición clásica, comienzan a prosperar, en la segunda mitad de la centuria, los estudios sistemáticos sobre el tema, especialmente en y desde las letras europeas. Sin embargo, tales textos, algunos devenidos ya hitos imprescindibles, obviaban las obras latinoamericanas -las iberoamericanas, pues las producidas en la península ibérica no corrían mejor suerte- y no es hasta los últimos años del pasado siglo, salvo algunas excepciones puntuales, que estas comienzan a ser objeto de análisis en cursos, congresos y publicaciones.

Desde 2009 profesores de filología clásica de la Universidad Autónoma de Madrid, de universidades brasileñas, argentinas y de La Habana, estimulados por el programa establecido en la institución española bajo la denominación UAM-Santander para favorecer proyectos conjuntos de investigación con sus homólogas latinoamericanas, hemos colaborado, durante tres etapas, para debatir y dar a conocer los resultados obtenidos, individualmente y en conjunto, de modo que se vislumbren características, comunes o no, que asumen la asimilación de modelos, mitos, motivos y referencias grecorromanas en la literatura y en la cultura contemporáneas de nuestro ámbito. Después de una reunión de coordinación en Argentina, hubo un primer encuentro en la Autónoma de Madrid y los resultados obtenidos entonces fueron publicados por la Universidad Nacional de La Plata, en un libro coeditado en 2012 por las profesoras e investigadoras Helena Maquieira y Claudia Fernández: Tradición y traducción clásicas en América Latina. El segundo encuentro tuvo lugar con el auspicio de la Universidad Estadual de Río de Janeiro y los artículos allí discutidos fueron recogidos en un dossier, compilado con el título "Recepção Clássica no Teatro Ibero-americano", publicado en la revista Aletria, de la Universidad Federal de Minas Gerais en 2014. Por último, el tercer encuentro ocurrió en abril de 2015, en nuestra habanera colina universitaria, cuya revista presenta en este n.o 282 los artículos procedentes de esa confrontación científica.

Como se desprende del título de este tercer encuentro, "Amor y violencia: el uso de lo clásico en la cultura iberoamericana contemporánea", se prefirió no circunscribirnos a un género determinado, el teatro -luego de los primeros tanteos en relación con la llamada tradición clásica y la traducción-, sino que se optó por un motivo de gran actualidad, polar y complementario, que ya en la mitología se recogía en la unión de Afrodita y Ares -Venus y Marte-, el cual es susceptible de interpretarse en sentido estrecho o en una relación más amplia, al tiempo que comprende pares como atracción/repulsión, así como la violencia puede asumirse como transgresión.

A manera de marco abarcador de los puentes tendidos entre ambas orillas del Atlántico, Emilio Crespo escogió para dar inicio a las sesiones del coloquio un tema -seleccionado también para encabezar el presente dossier- que inscribe los avatares de los estudios clásicos en el clima de violencia desatada por el franquismo y que determinó el exilio de numerosos intelectuales, entre quienes se encontraron no pocos vinculados a la filología clásica. Esta violencia de la guerra civil y del exilio generó, a su vez, amor por las tierras de acogida y por los estudios humanísticos a cuya expansión en Hispanoamérica contribuyeron con su labor docente y con sus publicaciones. Muchas veces tachada, y aun condenada, la enseñanza de las letras clásicas, por asociarse con los poderes conservadores, el texto de Crespo ofrece datos fehacientes sobre cómo precisamente intelectuales progresistas contribuyeron a su consolidación, en sus viajes de ida y vuelta, tanto en distintos países hispanoamericanos como en España, a partir de nuevas relecturas.

Con el artículo de Carmen Gallardo, coordinadora general de la tercera etapa del proyecto de investigación, se abre una sección bastante amplia dedicada a la indagación de mitos clásicos en la dramaturgia contemporánea como instrumentos de apropiación expresiva en torno al tema propuesto en sus múltiples posibilidades. La autora escoge Aquiles y Pentesilea, de Lourdes Ortiz, motivo emblemático del vínculo amor/violencia, puesto que según el mito troyano trasmitido por la poesía cíclica Aquiles se enamoró de Pentesilea justo en el momento en que le da muerte en medio de la guerra por la conquista de Ilión. Gallardo precisa cómo la dramaturga se vale del empleo subversivo del mito como asunto de su obra en busca de ofrecer un sustento a la indagación de la violencia de género que marca las relaciones amorosas en una sociedad patriarcal y condicionada por los prejuicios machistas.

Si bien Lourdes Ortiz parte de una escena del mito troyano, Manuel Lourenzo, el dramaturgo gallego que en muchas ocasiones se ha apoyado en la tragedia y los mitos clásicos para validar un teatro nacional, emergente y crítico aun en plena dictadura franquista, utiliza en la obra seleccionada por Helena Maquieira, a modo de sustrato o hipotexto, referentes trágicos, pero en fusión esperpéntica, con objeto de intensificar una crítica política acorde con su visión desencantada y pesimista, como bien señala la autora. En esta pieza sexo y muerte se aúnan en la infección venérea escogida por el tirano para acabar con su pueblo, a manera de metáfora de la acción ideológica y de los mecanismos de poder que sobreviven a la caída del tirano Creonte/Franco.

Otra variante del uso como hipotexto de una tragedia ática nos ofrece una obra de la presente centuria, Los Atridas, presentada en Cuba por el Estudio Teatral de Santa Clara, y en la cual, si bien es reconocible la estructura de la trilogía esquilea y hasta en buena medida las palabras del texto trágico, los cambios y contaminaciones introducidos buscan, en esa especie de arquetipo de la violencia, según el director del grupo teatral, hacernos reflexionar sobre la globalización de las luchas impuestas por los poderosos, sin escatimar muertes y sufrimientos en la década inicial de este siglo XXI, y en qué medida la tragedia esquilea mantiene su vigencia.

Por su parte, María Regina Candido abunda en tal empleo de la tragedia ática en función de cuestionar y propiciar la reflexión sobre apremiantes conflictos del mundo actual, al reparar en cómo desde fines del siglo XX el mito de Medea, especialmente la formulación trágica con que Eurípides lo plasmó, ha sido objeto de múltiples versiones, no solo en Europa y América sino en Asia y África, promovidas por la triada violencia/mujer/muerte presente en la pieza euripidea. Medea, anteriormente rechazada como asesina, es ahora interpretada como instrumento de denuncia en cuanto a los extremos que arroja la violencia de género, pero también la ejercida a causa de la raza, la posición social o la situación del emigrado.

La recuperación de la imagen teatral y el hecho de entender el teatro como espectáculo en que el actor es fundamental para su plasmación, así como el cuestionamiento de la significación actual de los clásicos son, al parecer, puntos de contacto evidentes entre dos grupos tan alejados geográficamente como el cubano Estudio Teatral de Santa Clara y el brasileño Mayombe Grupo de Teatro, asentado en Minas Gerais. Sin embargo, en la pieza con que el colectivo teatral mineiro celebró sus quince años de fundado, Klássico (cum K), no se toma como hipotexto una tragedia determinada. En una especie de partido de fútbol entre actores y personajes emblemáticos -Antígona, Ulises, Fausto o Medea-, cada actor, a partir de sus experiencias y conflictos, individuales y sociales, se construye a sí mismo como personaje que, de un modo u otro, confluye con una figura clásica y estas se vuelven a contextualizar en las circunstancias actuales.

Si los artículos antes mencionados se acercan a variantes en que el teatro actual asume los mitos, los modelos trágicos o personajes consagrados por los autores clásicos, para Denise Pedron, profesora de artes dramáticas, el problema es cómo acercar a las nuevas generaciones a la comprensión de tales modelos en un entorno académico y cultural cada vez más alejado del ámbito humanístico. Su experiencia con estudiantes de primer año está cercana a enfoques asumidos por los grupos teatrales antes mencionados, en la medida en que el análisis del texto clásico con vista a su representación escénica implica un acercamiento a los problemas expuestos por los grandes trágicos: en este caso concreto, en el Prometeo encadenado de Esquilo, a través de su asimilación en función de sus propios contextos culturales y vivenciales, así como su formulación mediante la imagen teatral.

Tanto Alina Gutiérrez como Virginia Barbosa apelan a los métodos de análisis del discurso, pero con diferentes propósitos. Si para la primera el interés reside en poner de manifiesto los recursos lingüísticos de que se vale el escritor cubano Antón Arrufat para caracterizar sus personajes, similares y diferentes, no solo del modelo esquileo sino en su ambivalente relación fraternal, encerrada entre los extremos complementarios de violencia y amor; para la segunda el punto de mira está en revelar cómo se plasma el discurso de la locura en una obra como el Heracles de Eurípides, y estudia cómo este discurso se atiene a un ritmo cíclico que también halla en algunos dramaturgos modernos.

A diferencia de los artículos que conforman la sección dedicada al teatro, con el texto de Juan Manuel Tabío se tiende un nexo entre tragedia ática y novela histórica actual, mediante la comparación de novelas recientes centradas en procesos históricos del siglo XX -tales como el fascismo y el estalinismo-, pero contemplados desde la perspectiva de individuos comprometidos. Se analiza en ellas cómo se rompe con los postulados críticos en torno a la novela histórica contemporánea, mientras se reactualizan cánones trágicos, especialmente de enfoque sofocleo. El cuestionamiento, tantas veces expresado, de si es posible una tragedia en tiempos modernos, según los presupuestos griegos, parece encontrar una respuesta afirmativa por el uso de registros esenciales de la cosmovisión trágica del siglo V ateniense, reinterpretados en las circunstancias apuntadas, dentro de la narrativa de una época igualmente compleja.

Sin embargo, los otros dos artículos dedicados a la narrativa, en esta especie de subsección literaria, ofrecen ángulos distintos. Antonio Cascón vuelve su mirada escrutadora hacia figuras históricas: el poeta romano Catulo y su amada Lesbia/Clodia. Si los versos catulianos se han leído muchas veces como una especie de novela de amor, tanto el poeta como su cantada musa se convierten en personajes de tres novelas escritas en el siglo XX en las cuales esta relación se expone a la luz de modernas posiciones en cuanto a la consideración de la obra poética, pero sobre todo de la relación de pareja y del cuestionamiento que siempre pende sobre la mujer. Por su parte, Gustavo Herrera se ocupa de una novela de Antón Arrufat que tiene dos diálogos de Platón a manera de hipotextos literarios, a los que se suman otros referentes, tanto clásicos como modernos, sin faltar el toque lucianesco tan afín a este escritor cubano. Se procura mostrar cómo en esta novela, según se expresa en el texto, "la teoría de la reminiscencia platónica es trascendida y convertida en un motivo ficcional representable", de modo que la transgresión deviene medio de revitalizar la funcionalidad de la teoría del eros platónico.

Aunque gran parte de los temas expuestos son eminentemente literarios, no menos importante ha sido la presencia del tópico amor/violencia en otras manifestaciones culturales -el cine, la música, la arqueología, la numismática-, sin olvidar el papel de las traducciones, tan esencial para la difusión de las letras clásicas. En consecuencia, dirimir cómo se ha de entender la labor del traductor, así como cuáles son los índices para emitir un juicio acertado sobre tales versiones, ocupa el quehacer de muchos especialistas, también en relación con las lenguas modernas. Esa tarea, que implica tanto acercamiento como distancia, atrae la atención de Matheus Trevizam, quien elige un fragmento de las Geórgicas virgilianas que fueran objeto de traducción al portugués por dos brasileños del siglo XIX. A ambas versiones aplica el concepto actual de que una buena traducción supone también el acercamiento a los recursos poéticos usados por el autor a fin de que la versión proporcione un efecto análogo a la lectura del original.

Tal como destacan Claudia Fernández e Inés Moretti, en torno a la presencia del mundo clásico en el cine latinoamericano se ha escrito muy poco, a pesar del particular boom que ha suscitado la producción de películas de este corte, estadounidenses en su mayoría, en los últimos tiempos. Resulta por tanto significativo el análisis de dos filmes argentinos relacionados con la tragedia de Sófocles, en los cuales no ha sido el deseo de versionar el mito el punto de partida, sino la propia realidad de ese país la que ha traído a colación la tragedia sofoclea al proponerse llevar a la pantalla problemas candentes de esa sociedad, secuela de la violencia ejercida por el poder militar y la estela de numerosos "desaparecidos". El cambio en las circunstancias en cuanto a los momentos en que ambas películas son gestadas repercute, a su vez, en los propósitos y el modo de plasmar el referente trágico. Aunque la esfera cinematográfica trasciende los límites del análisis filológico, este evidencia cómo la presencia de los clásicos en nuestra cultura no puede circunscribirse solo a la literatura y cómo las situaciones actuales los reactualizan a la vez que proyectan tales acontecimientos a una nueva dimensión.

En la transmisión del legado clásico, las copias de obras griegas en yeso han desempeñado, indudablemente, un importante papel. Sin embargo, a largo de las centurias no solo han sido apreciadas, sino temporalmente rechazadas, particularmente en el siglo XX, en cuyas primeras décadas se fundó por el Dr. Juan Miguel Dihigo el museo arqueológico de la Universidad de La Habana que hoy lleva su nombre. Glisel Delgado inscribe los avatares experimentados por la colección de este museo en la historia de las glipsotecas, no ajena a la dualidad amor y violencia, atracción y repulsa, que las copias de obras maestras de la Antigüedad clásica han suscitado en distintos momentos. A su vez, Mariana Fernández, estudiosa de la colección numismática del propio museo Dihigo, repasa el modo asumido, a través de las imágenes grabadas en las monedas romanas que esta atesora, para fijar las figuras de Venus y Marte, Júpiter y Juno, Minerva y Roma, consideradas opuestas y complementarias dentro de la cosmovisión cultural romana de la cual la numismática se hace eco.

La existencia de tópicos literarios de la lírica latina, fundamentalmente de Horacio -a quien Petronio ya reconocía esa curiosa felicitas para, en síntesis iluminadora, denominar motivos siempre presentes en la poesía como expresión de las vivencias del ser humano-, adquiere una nueva dimensión al constatar la manera en que dos motivos consagrados, uno por Catulo y otro por Horacio, se reformulan en las letras de tangos, manifestación eminentemente popular pero heredera de una tradición cultural de origen clásico arraigada a través de los siglos o cuyo uso no es ajeno a la formación literaria de los letristas. Estos tangos, a su vez, contribuyen a la difusión de tales motivos poéticos, al tiempo que replantean la lírica latina con una mirada más contemporánea.

En una especial recapitulación sobre los clásicos en nuestra cultura actual, Carlinda Nuñez no limita sus búsquedas a la literatura, sino que elige dos figuras vinculadas a la mitología: las ninfas y las ménades -representación unas de la atracción amorosa que ejercen las doncellas; otras, del furor báquico desplegado en el sparagmós ritual- para demostrar su vigencia al reinventarse en el imaginario cultural brasileño, a través de su recreación en manifestaciones tales como la pintura, el cine, la novela.

Estos acercamientos demuestran, por una parte, que la llamada tradición clásica no puede limitarse exclusivamente a la literatura, tal como en un principio se entendió; y, por otra, que son múltiples y diversas las variantes en que los creadores actuales apelan al mundo grecolatino siempre en función de una mejor aprehensión de los problemas afrontados hic et nunc, como dirían los romanos; a la vez que provocan una nueva mirada sobre las obras, cánones, referentes clásicos, mientras que los métodos modernos de análisis hacen posible acercamientos desde disímiles puntos de vista. Mucho camino queda, pues, por desbrozar, para dar continuidad, en consecuencia, a lo ya apuntado en estos años de investigación conjunta sobre los modos de apropiación del mundo clásico en la creación cultural iberoamericana actual.

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