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Universidad de La Habana

versão On-line ISSN 0253-9276

UH  no.286 La Habana july.-dez. 2018

 

ARTÍCULO ORIGINAL

 

 

Los marcadores conversacionales enfocadores de la alteridad en una muestra del español coloquial de La Habana

 


Conversational markers focusing on alterity in a sample of colloquial Spanish in Havana

 

 


Amanda de la Caridad García Roche


Dirección de Publicaciones Académicas, Universidad de La Habana, Cuba.

 

 


 

RESUMEN
La conversación, como actividad comunicativa basada en el intercambio de información, favorece el empleo de unidades que desempeñan funciones muy diversas. Entre ellas, constituyen elementos privilegiados los marcadores discursivos, sobre todo los conversacionales. En tal sentido, el habla coloquial, caracterizada por la espontaneidad y la falta de planificación, contribuye, en gran medida, a la utilización de estas partículas. El siguiente trabajo constituye un primer acercamiento a los marcadores discursivos en el español coloquial de La Habana. Tras la documentación de sus usos en una muestra de conversaciones, se analizó la frecuencia con la que los hablantes habaneros recurren a los marcadores enfocadores de la alteridad y las funciones que realizan en el discurso. Los resultados arrojados permitieron constatar que estas unidades tienen una marcada presencia en la conversación coloquial habanera.

PALABRAS CLAVE: marcadores discursivos, marcadores enfocadores de la alteridad, "mira", Hab.ES.Co.

ABSTRACT
In conversation as a communicative activity based on information exchange, units of speech with diverse functions are used. Among them, there are discourse markers. In colloquial speech whose features are spontaneity and lack of planning, these particles are specially used. This paper is a first approach to discourse markers in colloquial Spanish in Havana. Their use in some sample conversations was verified first, and then it was examined how often Havanan speakers use markers of otherness, and what functions these markers have in discourse. The results show that these units are very frequently used in colloquial conversations in Havana.

KEYWORDS: Discourse markers, Markers of otherness, "Mira" ("look"), Hab.ES.Co. (Habana, Español Coloquial, representative corpus of colloquial Spanish in Havana).


 

 

 

Antecedentes investigativos
Los marcadores del discurso(1) han hallado un espacio en la historia de los estudios del lenguaje debido, fundamentalmente, al atractivo que, por su heterogeneidad y comportamiento en la conversación, suponen las formas que se agrupan bajo dicha denominación. Las unidades que se adhieren al estatuto de "marcador" se definen como marcas lingüísticas de control del discurso y se caracterizan por su invariabilidad y por el no cumplimiento de funciones sintácticas en el marco de la predicación oracional.

En algunas obras de la tradición gramatical, estos elementos fueron identificados por sus valores y matices expresivos en los capítulos dedicados a las partículas. En las escasas ocasiones que se hacía referencia a la lengua en uso, fueron considerados como muletillas, palabras vacías o bordones, empleados por los hablantes con el propósito de rellenar los vacíos que se derivan de la espontaneidad y la falta de organización propias de la conversación. Estas concepciones sufrieron un giro con el desarrollo de disciplinas como la Pragmática y el Análisis del discurso, que vinieron a dotar a las partículas discursivas de un lugar privilegiado dentro de los estudios lingüísticos, fundamentalmente, los que centraron la mirada en la lengua hablada.

La abundante bibliografía que existe acerca del tema evidencia el interés cada vez más creciente por el estudio de estas unidades. Entre los investigadores más destacados se encuentran María Antonia Martín Zorraquino y José Portolés Lázaro (1999), cuyo trabajo "Los marcadores del discurso", insertado en la Gramática descriptiva de la lengua española (GDLE), se erige como uno de los más completos y abarcadores y es el referente teórico de múltiples investigaciones realizadas, no solo en el español peninsular, sino también en Hispanoamérica, incluida la presente. Sobresale, asimismo, la aparición de diversos diccionarios que les han proporcionado el tratamiento lexicográfico del que carecieron por largo tiempo. Entre ellos se hallan el Diccionario de Partículas Discursivas del Español (DPDE), coordinado por Antonio Briz, Salvador Pons y José Portolés (2008), y el Diccionario de conectores y operadores del español de Catalina Fuentes Rodríguez (2009).

Actualmente, es innegable la manera en que los marcadores discursivos se han ido convirtiendo en protagonistas de disímiles espacios de debate lingüístico. Este es el caso, por ejemplo, del Coloquio Internacional "Marcadores del discurso en las lenguas románicas", que se realiza en diversas universidades desde el año 2010. El último de estos eventos fue celebrado en el 2015, en la ciudad alemana de Heidelberg.


En el área latinoamericana, por su parte, han estado presentes en los Congresos de la Asociación de Lingüística y Filología de la América Latina (ALFAL), el Congreso Internacional de Análisis del Discurso y el Congreso Internacional "El Español de América". Se destaca, además, la publicación del Cuaderno de la ALFAL, n.o 5, que recoge el análisis de los marcadores en las nueve ciudades que integran el Proyecto de Estudio Coordinado de la Norma Lingüística Culta "Juan M. Lope Blanch".

Aunque los marcadores discursivos están siendo estudiados en Cuba, todavía son escasos los trabajos sobre estas unidades lingüísticas y algunos de ellos se desarrollan solo por el marcado interés de distintos proyectos de investigación, entre los que se encuentran el referido Proyecto de la Norma Lingüística Culta y el DPDE. Sobresale, específicamente, la investigación "Marcadores del discurso de La Habana" (2014), de Ana María González Mafud y Marialys Perdomo Carmona, que constituye el principal antecedente del presente trabajo, pues se trata del primer estudio sistemático sobre los marcadores realizado en Cuba.

Ahora bien, debido a que los marcadores conversacionales emergen principalmente en la conversación, el español coloquial proporciona materiales que favorecen el trabajo con estas unidades y, es por ello, que la investigación propuesta se enmarca en el proyecto "Habana, Español Coloquial" (Hab.Es.Co). Para la ejecución del análisis realizado, se tomaron 15 conversaciones del corpus que el proyecto propone, lo que equivale a 240 minutos de grabación, con el objetivo de lograr una muestra equilibrada y homogénea.

Atendiendo a las cuestiones referidas, se concibió como objetivo general del trabajo: analizar el comportamiento de los marcadores conversacionales enfocadores de la alteridad en una muestra de español coloquial de La Habana. Asimismo, se propusieron los siguientes objetivos específicos:

  • Determinar los marcadores conversacionales enfocadores de la alteridad en la muestra referida.
  • Analizar la covariación de las unidades con la variable independiente edad.
  • Identificar las formas más frecuentes empleadas por los hablantes.
  • Describir el comportamiento de los marcadores conversacionales enfocadores de la alteridad en la muestra examinada.

Al ser los marcadores conversacionales enfocadores de la alteridad el objeto de estudio de la investigación, constituyen la variable lingüística, mientras que se consignó el sexo como variable extralingüística. Declaradas tales concepciones, se asumió como hipótesis general que el comportamiento de los marcadores conversacionales enfocadores de alteridad covaría según la variable sexo. Por otro lado, fue tomada como hipótesis secundaria que las mujeres emplean con mayor frecuencia que los hombres los marcadores conversacionales enfocadores de la alteridad. Con el objetivo de verificar ambas, se analizaron las contribuciones de 48 informantes, 24 hombres y 24 mujeres.

Los marcadores discursivos: definición y clasificación
Los marcadores del discurso han sido reconocidos, dentro de la historia más reciente de los estudios del lenguaje, como unidades que "no han de ser reducibles a categorías sintácticas o semánticas predefinidas [y que] no coinciden sistemáticamente con ninguna unidad de la sintaxis o de la semántica" (Cortés Rodríguez, 1991, p. 10). Se consideran, por tanto, como heterocategoriales y han sido catalogados bajo diferentes rubros (ordenadores del discurso, conectores extraoracionales, enlaces textuales, operadores discursivos, partículas discursivas, elementos de cohesión, entre otros), según las perspectivas teóricas que ofrecen la lingüística textual, el Análisis del discurso y la Pragmática, por solo citar algunos ejemplos. Una de las definiciones más revisitadas de estas partículas es la que proponen Martín Zorraquino y Portolés Lázaro (1999):

Los marcadores discursivos son unidades lingüísticas invariables, no ejercen una función sintáctica en el marco de la predicación oracional -son, pues, elementos marginales- y poseen un cometido coincidente en el discurso: el de guiar, de acuerdo con sus distintas propiedades morfosintácticas, semánticas y pragmáticas, las inferencias que se realizan en la comunicación (p. 4057).

Por otra parte, existen varias clasificaciones de los marcadores discursivos como denominaciones. Entre las más citadas por los investigadores se encuentra la de Martín Zorraquino y Portolés Lázaro (1999), considerada la más abarcadora y flexible y la que mejor explica el objeto de estudio del presente trabajo. Los autores establecen los siguientes grupos:

1. Estructuradores de la información
2. Conectores
3. Reformuladores
4. Operadores argumentativos
5. Marcadores conversacionales (se incluyen las partículas discursivas que aparecen más frecuentemente en la conversación) (Martín Zorraquino y Portolés Lázaro, 1999, pp. 4080-4081).

Los marcadores conversacionales enfocadores de la alteridad
Las unidades enfocadoras de la alteridad componen el tercer y penúltimo grupo de marcadores que Martín Zorraquino y Portolés Lázaro sitúan entre los conversacionales. Constituyen elementos que se caracterizan por su apelación al oyente, a la vez que regulan el contacto que se establece entre los hablantes y ayudan a definir, consecuentemente, el tipo de relación que los une. Las partículas que componen este conjunto son reconocidas por su versatilidad, pues son capaces de aparecer introduciendo enunciados de todo tipo: directivos,(2) declarativos,(3) preguntas, y demás.

Es preciso señalar que pueden incluirse, entre ellas, unidades como ¿verdad?, ¿no?, ¿sí? y ¿eh?, elementos que los autores de referencia denominan "apéndices comprobativos", aunque ¿eh? puede desempeñar también otras funciones. Los "apéndices" o "elementos comprobativos" garantizan, fundamentalmente, que se mantenga la comunicación y el contacto entre los hablantes.

Metodología
Como ya se había expuesto, la muestra seleccionada para realizar el análisis fue de 48 informantes, 24 hombres y 24 mujeres. Para la detección de los marcadores, su clasificación y la identificación de las funciones desempeñadas en cada caso, se utilizó la taxonomía propuesta por Martín Zorraquino y Portolés Lázaro (1999).

Por otra parte, no se tuvieron en cuenta los fragmentos incoherentes ni las palabras incompletas, con el objetivo de garantizar la autenticidad de los datos. Los marcadores fueron extraídos con sus contextos correspondientes. Finalmente, se estudiaron siete unidades: mira, oye, ¿eh?, ¿no?, fíjate, ¿verdad? y ¿sí?

Análisis y resultados generales
En la muestra examinada, se documentó un total de 224 ocurrencias de las partículas analizadas. Este dato las sitúa entre las unidades más frecuentes en la lengua y permite comprobar que son notables las ocasiones en las que los hablantes necesitan valerse de elementos que los ayuden a mantener la atención del interlocutor. De esos 224 usos, 9 (4 %) corresponden a la partícula ¿sí?, 13 (5,8 %) a ¿verdad?, 17 (7,6 %) a fíjate, 31 (13,8 %) a ¿no?, 32 (14 %) a ¿eh?, 52 (23 %) a oye/oiga y 70 (31 %) a mira/mire.

De manera general, el estudio de la variable sexo indicó que las mujeres emplearon mayor cantidad de marcadores enfocadores de la alteridad que los hombres, comportamiento que se puede apreciar en la tabla 1.

Como se puede observar, el sexo femenino utilizó los enfocadores de la alteridad 34 veces más que el masculino, dato que hace pensar que las féminas habaneras exigen con mayor frecuencia que los hombres la atención del interlocutor y su implicación en la conversación.

Asimismo, fue posible advertir que los contrastes más significativos tienen lugar entre tres de las siete unidades estudiadas: mira, ¿verdad? y ¿no? La frecuencia con que recurren ambos sexos al resto es bastante semejante. Por otra parte, el enfocador de la alteridad más empleado por las mujeres fue mira y por los hombres oye. El menos usado por las primeras fue ¿sí? y, por los segundos, ¿verdad? Estas particularidades se presentan en la tabla 2.


Mira/mire
El marcador mira fue el más empleado en la muestra en general, por lo que se ratifica como una de las formas que más utilizan los hablantes habaneros con el propósito de captar la atención del interlocutor en las diferentes situaciones comunicativas. Fue usado, en su mayoría, por las mujeres.

Se documentó, en todos los casos, indicando apelación al interlocutor y se halló en diversas posiciones en el discurso, concretamente, al inicio y en el medio de las intervenciones. Asimismo, como se apreciará en (2), su función se dirigió a posibilitar la progresión de la conversación y, al mismo tiempo, la continuidad temática:

(1) B: ¿en cuánto se venden los disco(s)?
A: no/ pero no puede ser así
B: mira/ al final/// no se metan caballero/ esto e(s)/ entre hermano(s)/ al final ya tú has hecho bastante [((concesiones))]4

(2) A: § bueno/ ya yo comí mira/ hay pollo/ congrí(s)/ sopa/// boniatillo
(SILBIDO)
A: boniato// frito§
B: § ¡¿también?! eHtá buena la comida§

Oye/oiga5
Oye fue empleado mayoritariamente por los hombres, quienes lo utilizaron con el propósito de captar la atención del interlocutor:

(3) B: (RISA) oye/ tenemo(s) que cerrar/ el año con una fiesta (()) me lo dijo/ ayer/ anoche cuando subí allá arriba/ fui a verla§

La partícula fue localizada en diferentes posiciones dentro del discurso. Apareció al inicio de las intervenciones, como se pudo observar en el ejemplo (3), con el objetivo de apelar directamente al oyente; en el medio, como instrumento para asegurar la continuidad temática; y al final, con la intención de expresar complicidad con el interlocutor. Por otra parte, se halló también combinada con el marcador mira, lo que se traduce en un reforzamiento del señalamiento al oyente. Algunas de estas particularidades se pueden apreciar a continuación:

(4) B: po(r)que él juega en Holguín tercera/ pero él es siol y tercera
C: na(da) olvídate/ él va a jugar ahí// y le negó al de Camagüey// le pusieron juego salvado/// punto por juego salvado/// (12") oye cuando yo vi eso anoche/ dije ¡qué barbaridá(d)!

(5) B: ahora le empiezan a meter desbol (6")
C: no se le puede pichar po(r)que en el juego de laH estrellaH metió un jonrón/ anoche metióo/// doble/ hit/ no sé qué cosa eH eHto/ oye
A: y en el- en el primer inning metió un palo pa' allá atráH/ lo que pasa que el- el §

(6) C: ¡ay!/ loca estoy por terminar tía?
B: ay/ sí mija/ él también? porque son mucho tiempo?
C: oye mira? ahora mismo desde las 6 menos- desde las 7 menos 20?/ estaba yo en la parada // y a la(s) 7:30 fue que pasó el P3

Fíjate
Fíjate es una de las unidades que pueden agruparse bajo el rótulo de "apéndices justificativos". Este es también el caso de otras formas: sabes, ves o entiendes. "Con ellas, el hablante muestra que considera que el oyente desconoce la información que él le proporciona o los fundamentos de la orden, exhortación, etc., más o menos suaves, que le transmite, al tiempo que llama su atención y, en cierto modo, se justifica ante él" (Martín Zorraquino y Portolés Lázaro, 1999, p. 4187).
En la muestra estudiada, fíjate fue utilizado más por los hombres que por las mujeres. En todos los casos, la intención de los informantes fue apelar al interlocutor para implicarlo en el ámbito de la conversación:

(7) A: fíjate que cuando ha- han tratado/ dee/: no que si la mujeer/ ¿cómo es que se llama eso?/ eeh §
C: § la emancipación
B: [la eman-]
A: [la emancipación] de la mujer/// ya lo que han hecho es JOODER/ han- han jodi(d)o y ahora hay que tratar de emancipar/ la humanidad/ porque ya la humanidad está jodi(d)a

(8) A: § el primero fue el doble play ese §
B: § sí/// lo dejaron ahí/// (e)nn doble play estúpido
C: pero fíjate que yo nunca he visto un doble play robando base/// se robó la tercera y la segunda y (())


¿Verdad?

¿Verdad? fue empleado, en su mayoría, por las mujeres, y fue el enfocador menos usado por los hombres. Se comportó como apéndice comprobativo, utilizado para solicitar confirmación de la información:

(9) B: no-/ no porque si-/ si meten quince mil goles/ ((hatfour))/ asere gordillo ¿por qué esto cada día que-/ que lo abro/// tiene má(s) segundo(s)?
A: sí- sí/ eso mismo me estaba fijando (RISAS)-no/ (es)pérate §
C: §

(10) B: [todavía]/ la semana que viene (( )) §
A: § aah eso es (()) §
B: § esta semana eH/ free §
A: § ¿verda(d)'?/ ¡qué rico!/ ¿dónde eeH quée? - yy/ no te dan otraH opciones de lugareH yy §

¿No?
La forma ¿no? fue más usada por las mujeres que por los hombres. Se comportó como un "elemento comprobativo", con un significado análogo al de formas como ¿verdad? o ¿no crees? y se caracterizó por su movilidad. Se halló en el medio y, sobre todo, al final de las intervenciones:

(11) A: (()) cogieron la guagua a tiempo/ ¿no?
B: en talla, mima/ la cogimo(s) en talla (( ))// despué(s) cogimo(s) laaa/ ah llegamo no sé qué y díceme Susé porque yo fui en short?/ y díceme Susé// no eh/ oye no puedes estar aquí en short porque ya han forma(d)o bateo en las diferenteH obraH donde han estado/ por el short qué se yo no sé cuánto/ [ponte el] =

(12) B: esa chiquita nunca habla con nadie/ siempre está ahíi
A: bueno mijo/ déjala que viva su mundo/// cada cual eH a su forma/// y por finn/ no miró ni a ni a Gabriel ¿no?/ (i)magínate tú/ Gabriel que ni se lava [la boca]

¿Eh?
¿Eh? constituye uno de los apéndices comprobativos más versátiles. Opera de manera similar a ¿verdad?, ¿no es cierto?, etcétera. Además, puede formar por sí solo un turno de palabra. En este sentido, su significado sería equivalente al del adverbio interrogativo ¿cómo? Las mujeres recurrieron a esta partícula con más frecuencia que los hombres:

(13) A: § mira que esos muñecos que están pa' joderme ahí son viejos/// hace una pila de tiempo y más de la etapa del campo ¿eh negra??/ loH muñeco(s) incrustado(s) en la pare(d) §

(14) A: § pues se la va a ir él/ porque él que ella tiene que perseguir es a él y él nada/ ¿oíste?/ nada §
B: § a él no le gusta/ parece ¿eh? §
A: § no hijo no/ si él me lo dijo// y llama esa mujer y no coge el teléfono §

(15) B: § ¿qué hiciste hoy limpiaste?/// el día entero limpiando
A: ¿eh?
B: el día entero limpiando

(16) A: Claudia/ piensa
C: ¿eh?
A: pa' tu mundo
C: ¿eh?

¿Sí?
El marcador ¿sí? fue el menos empleado en la muestra en general. Fue utilizado, en su mayoría, por las mujeres. Se comportó como apéndice comprobativo, con un significado equivalente al de ¿verdad? o ¿cómo? Además, se localizó un caso en el que se unió a la partícula ah. Por último, es preciso señalar que se halló, principalmente, al inicio de intervenciones reactivas:

(17) A: así que vaH a perder el marte/// (TOSES) el miércoles
B: asere/ ni me hable(s) de eso asere
A: noo/ estoy eriza(d)o (( ))
B: ¿sí?? (RUIDO)
A: muchacho?
B: asere yo no quiero ver §

(18) D: §oye?/ espérate?/ hablando/ cambiando de tema como los locos/ ya Sheila hizo la prueba?/ sacó ochenticinco
A: ¿la prueba de qué??
D: de técnico medio en contabilidad?/
A: ¿¡ah, sí?!?/

Conclusiones
En el desarrollo de la investigación, se pudo apreciar que los marcadores discursivos han estado presentes, no solo en la historia más reciente de los estudios lingüísticos, la que comienza desde la mirada a la lengua en uso, sino también han sido anotados, en cierta medida, por algunos tratados de la gramática tradicional. Los elementos que se incluyen bajo este rótulo comprenden unidades heterogéneas y con un alto grado de complejidad, dado por las disímiles funciones que pueden desempeñar en la comunicación. Constituyen, asimismo, elementos privilegiados dentro de la lengua, estatuto alcanzado, en gran medida, gracias al desarrollo de la Pragmática y a las teorías que nacieron tras el surgimiento de dicha disciplina.

Las partículas agrupadas bajo el concepto "marcadores enfocadores de la alteridad" coinciden en su señalamiento al interlocutor. Además, se destaca su capacidad de moverse dentro del discurso, de manera que pueden anteponerse o suceder al segmento al que remiten.

De acuerdo con las hipótesis expuestas al inicio de la investigación, y partiendo de los resultados referidos, se corroboró la covariación de los marcadores conversacionales enfocadores de la alteridad en el español coloquial de La Habana, de acuerdo con la variable edad. Se comprobó que las mujeres habaneras emplean las partículas enfocadoras de la alteridad con más frecuencia que los hombres, de modo que parecen atender en mayor medida que estos a la búsqueda de la atención del interlocutor.

 

 

 

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA

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Perdomo Carmona, M. (2015): "Estudio del marcador discursivo bueno en el habla culta de La Habana", IV Coloquio Internacional "Marcadores del discurso en las lenguas románicas", Heidelberg, Alemania. Ponencia.

 

 


RECIBIDO: 22/3/2017

ACEPTADO: 6/6/2017

 

 

 

Amanda de la Caridad García Roche, Dirección de Publicaciones Académicas, Universidad de La Habana, Cuba. Correo electrónico: amandagarcia@fayl.uh.cu

 

NOTAS ACLARATORIAS
1. A efectos de la redacción y para evitar repeticiones, se emplearán como sinónimos de marcador discursivo los términos partícula y unidad.
2. Este tipo de enunciado se relaciona con la incitación a la acción por parte del interlocutor.
3. Los enunciados declarativos se emplean con diversos fines, entre los que se encuentran, fundamentalmente, la negación y la afirmación.
4. Los fragmentos que ejemplifican el empleo de los marcadores fueron tomados del corpus de conversaciones que propone el proyecto Hab.Es.Co con su correspondiente transcripción.
5. No se registró la forma oiga.

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