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Universidad de La Habana

versión On-line ISSN 0253-9276

UH  no.291 La Habana ene.-jun. 2021  Epub 01-Ene-2021

 

Artículo Original

Federico Beltrán Massés* (1885-1949). Relación del pintor con Cuba desde su infancia hasta el éxito internacional

Federico Beltrán Massés (1885-1949). The Painter's Relationship with Cuba from his Childhood to International Success

Mikel Caro Blázquez1  * 
http://orcid.org/0000-0002-5060-828X

1Universidad Nacional de Educación a Distancia, España.

RESUMEN

El principal objetivo de este estudio es determinar en qué medida las raíces cubanas del pintor Federico Beltrán Massés (1885-1949) afloran a lo largo de toda su vida, tanto en su obra como en sus relaciones diplomáticas y sociales. Como demuestran las fuentes estudiadas -especialmente los fondos del archivo familiar y las hemerotecas-, a pesar de su temprano traslado a Barcelona, Beltrán profesó un gran afecto por la isla desde su niñez, donde se había iniciado en la pintura. Tras su matrimonio con Irene Narezo y su traslado a París, el pintor aprovechó sus influyentes contactos para adoptar un papel diplomático, con el objetivo de fortalecer lazos entre Francia, España y Cuba. No obstante, tras sucesivos intentos frustrados, su sueño de regresar a la isla natal con una exposición se materializó de forma póstuma con la muestra organizada por el Liceo de La Habana en 1950; retrospectiva cuyo catálogo -inédito hasta la fecha- proporciona importante información para identificar obras del pintor, especialmente las conservadas en el Museo Nacional de Bellas Artes en La Habana.

Palabras clave: Armando Maribona; Federico Beltrán Massés; Liceo de La Habana; Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba

ABSTRACT

The main objective of this study is to determine how the painter Federico Beltrán Massés (1885-1949) was influenced by his Cuban roots, regarding to his artworks as well as his diplomatic and social relations. As the sources studied show- especially the family archive and newspaper libraries-, despite moving early to Barcelona, Beltrán had a great affection for the island from his childhood, where he had begun to paint. After his marriage to Irene Narezo and his move to Paris, the painter took advantage of his influential contacts to adopt a diplomatic role, with the aim of strengthening ties between France, Spain and Cuba. However, after successive frustrated attempts, his dream of returning to his native island with an exhibition materialized posthumously with the exhibition organized by the Liceo de La Habana in 1950; a retrospective whose catalogue -unpublished to date- provides important information to identify the painter's works, especially those preserved in the National Museum of Fine Arts in Havana.

Keywords: Armando Maribona; Federico Beltrán Massés; Liceo de La Habana; National Museum of Fine Arts of Cuba

INTRODUCCIÓN

Estudiar a Federico Beltrán Massés (Güira de Melena, 1885 - Barcelona, 1949) es reencontrarse con uno de esos pintores olvidados que paradójicamente alcanzaron un gran éxito comercial en vida, con el desarrollo de un estilo mundano alternativo a las vanguardias. Beltrán Massés es una de esas figuras tachadas de frívolas por su aparente falta de compromiso con el contexto que vivió, motivo por el cual ha sido difuminado por la historiografía.

Esto ha propiciado un escenario árido para el investigador, ya que las publicaciones son escasas e inexactas y su presencia en el circuito expositivo actual es prácticamente nula. Por ello se debe recurrir principalmente a fuentes primarias, donde se destaca la valiosísima aportación del Archivo Federico Beltrán Massés (AFBM): un fondo documental inédito que ha resultado determinante para entender el tema objeto de este estudio: la relación de Beltrán con sus orígenes cubanos durante toda su vida, a pesar de su distanciamiento de la Isla. Respecto a las fuentes secundarias, resulta de gran utilidad la hemeroteca de prensa cubana coetánea al pintor, donde son especialmente esclarecedores los artículos de Armando Maribona, los cuales recogen importantes datos revelados por el propio Beltrán al periodista en diversos encuentros que ambos compartieron.

Son precisamente estos hallazgos los que nos presentan a nuestro pintor como uno de los retratistas hispanos más destacados de su tiempo (Mauclair, 1921). No es casual, por tanto, que entre los hitos que consiguió Beltrán se mencione su cercana relación con los principales protagonistas artísticos, intelectuales o políticos del momento (Abelló Juanpere, 2012).1 Tampoco resulta fortuita su laureada participación en importantes exposiciones colectivas desde su juventud,2 las cuales concibió como plataforma para darse a conocer. Además, las compaginó con exitosas muestras individuales, destinadas a reafirmarse como pintor al definir su evolución estilística.3

Por último, por qué no añadir a las proezas anteriores de Beltrán -como actos de valentía y reivindicación de un estilo tan pionero como propio- los numerosos escándalos que este provocó con el erotismo de sus retratadas, evocadoras del hedonismo más perverso. Pinturas que, a pesar del irrevocable ritmo de la modernidad de principios del siglo xx -a la que sin duda respondían-, desenmascararon el anquilosamiento tanto de los organismos oficiales españoles (Francés, 1923) 4 como de la propia crítica internacional (Pérez Castro y Oropesa Ruiz, 2008).5

El presente artículo se enmarca dentro del progresivo proceso de revisión y recuperación que está experimentando la figura de Beltrán Massés en las últimas décadas, tanto en Cuba6 como en España,7 en paralelo a la reciente puesta en valor -a nivel internacional- de los movimientos artísticos que convivieron con los ismos, como las neofiguraciones o el mismísimo Art Déco; estilos entre los que nuestro pintor fluctúa hábilmente para desarrollar un lenguaje ecléctico y personal, pero claramente acorde a su tiempo, encarnando en su propia vida y, por supuesto, en su obra la convulsión de la primera mitad del siglo xx.

Podemos despojar a la figura de Beltrán de su frivolidad aparente e interpretarla como un testigo que de primera mano conoce la agonizante Cuba colonial, donde nace; la Barcelona del modernismo, donde se traslada en su niñez; el institucionalizado Madrid de su juventud, donde se rebela; los desastres de la Gran Guerra, sufriendo en primera persona los bombardeos de París en 1918; y -por encima de todo- el desenfreno de entreguerras, tanto europeo como hollywoodiense, que le brinda infinitas posibilidades en el campo de la experimentación.8

1. NACIMIENTO E INFANCIA EN CUBA (1885-1892)

Federico Armando Beltrán Massés crece en el seno de una familia hispano-cubana. Su padre, Luis Beltrán de Lis Fernández de Estepona (1859-1904),9 procedente de Madrid, era un segundo teniente de caballería destinado en la expirante colonia, a la cual se había trasladado el 31 de enero de 1884 -en pleno contexto independentista-.10 Allí conoce a Mercedes Massés y Estrada (1866-¿?), madre de nuestro pintor, cuya fe de bautismo nos revela su naturaleza criolla.11

Al leer las propias palabras de Beltrán en su diario, descubrimos cómo nos relata sus orígenes: «Yo nací el […] 29 de septiembre del año 1885 en Güira de Melena [actual provincia de Artemisa], sitio de veraneo en la proximidad de la Habana […]. Yo recuerdo mañanas del trópico, grandes rebaños de toros y de caballos salvajes, arrecifes negros y una mar muy azul que bate; noches cálidas llenas de estrellas infinitas, insectos luminosos fosforecentes [fosforescentes]» (Beltrán Massés, s.f., p. 1).

La fe de bautismo de Beltrán12 nos confirma que vino al mundo en la costera localidad artemiseña, célebre por sus abundantes plantaciones de tabaco, plátano y piña; un dato que concuerda con los bucólicos primeros recuerdos que narra el pintor, quien -sin hermanos y criado por el servicio-13 creció aislado, observando la flora y la fauna de su alrededor. No parece casual, por tanto, que una de las primeras obras que de él conservamos (Figura 1) sea una caballada cabalgando libre sobre el clásico paisaje cubano con palmas reales.

Figura 1 Paisaje cubano (en restauración), Federico Beltrán Massés. Barcelona, c. 1900, óleo sobre lienzo, 30 x 50 cm, Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba. N.º Inv. 07.1685. 

Esta pintura de primerísima época, ejecutada por Beltrán de memoria desde Barcelona cuando comenzaba a pintar, se conserva actualmente en el Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba, institución a la que llegó procedente de la colección de Enrique Rodríguez y Natalia Narezo -familiares políticos del pintor afincados en la isla-.14 Curiosamente, algunos de estos «elementos naturales» con los que Beltrán convivió en su infancia cubana -como los caballos, los cielos estrellados o el mar-serán símbolos recurrentes en sus pinturas (Figura 2) a lo largo de toda su vida, posiblemente cargados de alusiones metafóricas, por parte del propio pintor, en relación con sus orígenes.15

Figura 2 Las perlas, Federico Beltrán Massés. París, 1934, óleo sobre lienzo, 166 x 156 cm, colección particular. 

De hecho, continuando con la lectura de su diario, Beltrán nos cuenta cómo se inicia en el dibujo en Cuba, precisamente a partir del estudio de caballos junto a su criado.

Mi afición al dibujo vino viendo a José que dibujaba los caballos de mi padre, pero cosa curiosa el negro no pasaba de hacer las patas sentado en los maderos de palma que hacían la caballeriza en esos países. Así pasamos unos días haciendo cascos de caballo hasta que yo me decidí a dibujar el caballo entero, ante la sorpresa del negro que de maestro pasó a humilde discípulo acabando por pasar el día en esta magnífica tarea para los dos. (Beltrán Massés, s.f., pp. 1-2)

En tan valiosa fuente manuscrita Beltrán nos obsequia una ilustración sobre estas primeras incursiones artísticas en la isla junto a José (Figura 3). El precoz dominio anatómico -en este caso, equino- que manifiesta nuestro pintor en este fragmento se reafirmará en 1904 cuando consiga un premio en la asignatura Anatomía Pictórica, de la Llotja de Barcelona.16

Fuente: Beltrán Massés (s.f., p. 3)

Figura 3 Ilustración, Federico Beltrán Massés. Lápiz sobre papel, 13 x 15 cm, diario personal del pintor, no fechado, AFBM.  

En cualquier caso, tal y como nos ha relatado el propio pintor, este nació en el «sitio de veraneo» familiar en Güira de Melena, lo cual nos lleva a plantearnos si en la vivienda que su familia solía habitar el resto del año tenían la misma vida campestre. Nuestras dudas se disipan al leer un artículo de Armando Maribona de 1949 donde entrevista al pintor cubano Manuel Vega, quien le relata su encuentro con Beltrán17 en España -estando este a escasos meses de su fallecimiento-: «La primera exposición que vi a mi llegada, en el hotel Ritz de Barcelona, fue de Federico Beltrán […]. Me habló con gran romanticismo de Cuba. Recuerda la casa del Cerro que tiene cisnes de hierro en las balaustradas, donde vivió siendo niño; recuerda los vendedores de frutas, los bollitos fritos y los tamales que hacían las negras viejas. […] está lleno de añoranzas de Cuba, su patria nativa» (Maribona, 1949a, p. 12).

Tras la lectura de estas palabras sobre la casa donde se crió Beltrán, el obligado paseo por la Calzada del Cerro de La Habana nos lleva a detenernos en los llamativos balaustres metálicos en forma de cisne del n.º 1417 (Figura 4). Un edificio de considerables proporciones, cuya estructura -de dos plantas y porche adintelado que da acceso a la inferior- responde a la típica vivienda colonial cubana (Figura 5).18

Figura 4 Casa familiar de Federico Beltrán Massés en La Habana. Detalle del balaustre. 

Figura 5 Casa familiar de Federico Beltrán Massés en La Habana. Fachada principal. 

Tal y como confirma la mujer de Beltrán,19 la familia abandonó la colonia en enero de 1892 -en los albores de la independencia cubana-20 con destino a Barcelona, donde nuestro pintor continuaría su devenir artístico. En Cuba dejaba atrás algunos familiares (Maribona, 1949a),21 su iniciación en el dibujo y, en definitiva, sus recuerdos de una infancia en libertad en el medio rural donde pasaba los veranos, donde recibió la primera inspiración, fruto del contacto con la naturaleza.

2. JUVENTUD EN BARCELONA Y MADRID

En Barcelona la familia de Beltrán mantiene el contacto con cubanos de buena posición, tal y como deducimos de las palabras del pintor sobre su primer amor de juventud.22 Allí comienza la verdadera búsqueda estilística de Beltrán, aunque no sin antes lidiar con la oposición paterna.23 El pintor va definiendo un lenguaje personal, que se vertebra a través de su formación: primero en escuelas de la Ciudad Condal24 y posteriormente en Madrid.

En la capital -a la que decide trasladarse tras sufrir una severa crisis emocional y económica, consecuencia del homicidio de su padre-,25 Beltrán comienza su andadura expositiva en los organismos oficiales. Concurre a la Nacional de 1906, donde se inscribe como pintor natural de Cuba (Exposición Nacional de Bellas Artes, 1906). Al año siguiente se adscribe -por unos meses- al taller de Sorolla, donde será considerado como uno de sus discípulos predilectos.26

En el taller del valenciano nuestro pintor se impregna del afán documental de la Institución Libre de Enseñanza, que pone en práctica en una serie regionalista de los Picos de Europa durante sus estancias estivales en Liébana en 1908 y 1909. Además, experimenta una breve incursión en el luminismo, que queda plasmada en sus Notas de color de la playa valenciana; algunas de las cuales acabaron en Cuba, concretamente en la colección Presno-Albarrán (Caro, 2019).27

La complicada situación financiera en la que Beltrán se ve inmerso en esta etapa de juventud -quien además debe mantener a su madre-, le obliga a movilizarse para solicitar subvenciones gubernamentales. No obstante, la ambigua ciudadanía de nuestro pintor -que no era ni español ni cubano, sino natural de una colonia ya inexistente- sale a la luz en estos duros momentos, lo que causó que cualquier esfuerzo por conseguir una beca o pensión resultase en vano.

La «indocumentación» de Beltrán era especialmente conflictiva en el frenético marco de exposiciones internacionales de aquellos años, donde los artistas se hacían un nombre exponiendo como abanderados de su nación. Del mismo modo que se ven frustrados los intentos de Beltrán por obtener ayudas oficiales españolas, también se le niegan las pensiones en su isla natal, a pesar de sus influyentes contactos diplomáticos y de su presencia en la prensa cubana de aquellos años;28 hecho que podemos confirmar en un artículo que Ernesto Garrido escribe para La Discusión29 en 1913, donde relata la visita del cónsul general de Cuba en Barcelona, Emilio Chibás, al taller del pintor.

Ante semejantes dificultades, encontramos razonable que Beltrán tratara de conseguir la nacionalidad española. Este interés por parte de nuestro pintor se deduce de su solicitud de las copias de las partidas de bautismo -conservadas en el AFBM y presentadas en el epígrafe anterior-, así como del contenido de una carta que recibe de su primo Álvaro el 30 de julio de 1911.30 El 28 de noviembre de ese año, Beltrán consigue la ansiada nacionalidad,31 aunque sin renunciar a su identidad cubana, que proclamará con orgullo hasta el fin de sus días, como deducimos de las siguientes palabras que escribe Armando Maribona en 1946:

¡Mi querido compatriota! -me decía siempre […] si bien es verdad que fracasó en su intento de que algún centro oficial cubano le pensionase para proseguir sus estudios pictóricos […] Beltrán Masses [informaba siempre]: «Soy español, pero cubano de nacimiento, y me siento muy honrado por las dos razones». […] Cierta hermosísima y aristocrática dama cubana, al escuchar la insistencia de Beltrán Masses de comer nuevamente nuestro clásico tasajo, hizo llevarlo desde Cuba, cocinándolo ella misma. Fue tanto el éxito gastronómico y de recuerdos en Beltrán y su madre, que dicha dama recibió un cuadro de recompensa. (Maribona, 1946, p. 39)

Es el mismo periodista quien nos desvela -en otro artículo- que fue precisamente un cubano el responsable del principal acontecimiento en la vida personal de Beltrán (Maribona, 1949b, p. 46):32 en 1905, estando el pintor devastado por la cruel pérdida de su padre, es el médico Enrique Rodríguez33 quien le presenta a la mexicana Sarah Dragoné -viuda de Pablo Narezo-, que se convertiría en suegra de Beltrán cuando este se case con su hija Irene.34 La familia Narezo, de reconocida inclinación intelectual, será desde entonces la gran protectora económica del pintor: una gran fortuna que permitirá a Beltrán mantener un tren de vida repleto de comodidades, cuya suntuosidad y hedonismo encontrarán un claro reflejo en su obra.35

Respecto al apoyo institucional, las tornas para el joven pintor cambian al afiliarse al Reial Cercle Artistic de Barcelona, donde con un activo papel en la organización36 consigue proyectarse en sus primeras exposiciones internacionales de la mano de la entidad.37 Muestra de este mayor reconocimiento es el banquete que se celebra en honor de Beltrán en el hotel Mundial Palace de Barcelona (febrero de 1910), con motivo del éxito de su primera exposición individual en la Sala Parés. Al evento asisten insignes invitados de la isla natal del pintor, como el vicecónsul de Cuba en Barcelona D. C. Sacerio y el abogado cubano D. Higinio Negra.38

3. TRASLADO A PARÍS EN 1916

Como consecuencia de haber sufrido el rechazo del jurado de la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1915, Beltrán decide ampliar sus horizontes e instalarse en París a mediados de 1916. El respaldo de sus compañeros artistas -que le proclaman como adalid de una nueva generación atenta a las propuestas artísticas internacionales- y sus deseos de proyectarse como pintor son más fuertes que cualquier miedo derivado de la Primera Guerra Mundial, que asolaba la capital francesa durante aquellos años.

Maribona nos revela cómo, también en su nueva vida parisina, nuestro pintor contó con la protección de influyentes compatriotas afincados en la ciudad: «Los amigos predilectos del hogar eran cubanos también: los Albarrán, los Sanjurjo, los Amoedo, los Nin, los Godoy, los Hernández Portela, todos de alta categoría intelectual y social» (Maribona, 1946, p. 39). En particular, debemos destacar el gran afecto que sentía Beltrán por la familia Albarrán, cuyo hogar cumplía las funciones de «punto de reunión para los cubanos [en París]» (Richard, 1928, p. 10).39

Tras el fallecimiento en 1912 del patriarca, el célebre urólogo sagüero Joaquín Albarrán (Fernández Arias, 2012), -quien, de hecho, había tentado a nuestro pintor en su juventud para que estudiara medicina (Richard, 1949)-,40 la familia queda encabezada por su viuda Carmen Sanjurjo Ramírez de Arellano, segunda esposa del doctor. En el epistolario de Beltrán conservado en el museo Sorolla encontramos una carta donde el discípulo menciona cómo Carmen Albarrán le encomienda que restaure el retrato que el maestro valenciano había pintado al urólogo en 1906,41 al tiempo que esta se une a Beltrán en unas cariñosas bromas sobre la poca fotogenia de Sorolla.42

La alusión a Carmen como «mi familia» por parte de Beltrán en dicha carta se debe a un supuesto parentesco que este creía tener con los Sanjurjo. Si bien en la mencionada partida de nacimiento del artista, «Sanjurjo» no figura entre los apellidos del pintor, en el reverso de una fotografía, el propio Beltrán -muy asiduo a las investigaciones sobre el abolengo familiar- escribió el nombre completo de su madre de la siguiente manera: «Mercedes Masses de Estrada Hoces [¿?] Mosquera Arzamendy Osorio y Sanjurjo». Por lo que deducimos que, de haber una consanguinidad entre Beltrán y los Sanjurjo-familia política de los Albarrán- era muy lejana.43

El reencuentro de los Beltrán con los Albarrán en París probablemente date del momento en que nuestro pintor escribe estas líneas a Sorolla (1918), ya que es en este periodo cuando realiza retratos de gran parte de la familia,44 los cuales acompaña de cariñosas dedicatorias aludiendo a su condición de primos. Entre ellos se deben destacar los de la bellísima Georgette Albarrán de Sanjurjo,45 hijastra y a la vez cuñada de Carmen; los de la propia Carmen Sanjurjo de Albarrán;46el de su hermano y marido de Georgette, Julio Sanjurjo, presentado en la Bienal de Venecia (1920) junto al de su esposa; el retrato a Raymond Albarrán (h. 1918) y el de Suzanne Albarrán (1921), ambos hijos de Carmen con el prestigioso urólogo.47

No obstante, independientemente de la proximidad en el parentesco entre Beltrán y los Albarrán-Sanjurjo, lo cierto es que en la práctica todos actuaron como una verdadera familia desde la llegada del pintor a París en plena Gran Guerra: le abren las puertas de su confortable casa del n.º 15 de la rue Spontini, le introducen en los círculos intelectuales de la ciudad, posan para él en repetidas ocasiones, viajan juntos e incluso colaboran en proyectos empresariales.48 Este fraternal vínculo se evidencia en el hecho de que se añada a Beltrán como familia directa en las numerosas esquelas que se publican en la prensa francesa a raíz de la muerte de Carmen Albarrán.49

La rama de la familia que permaneció en Cuba fue la de Pedro Albarrán, hermano de Joaquín, también urólogo. Es María Albarrán, hija de este, quien se casa con el doctor reglano José Antonio Presno Bastiony (EcuRed, 2019a), gran coleccionista de obras de Sorolla (Laguna Enrique, 2014) y del propio Beltrán. Por su parte, Maribona nos ofrece valiosos datos sobre la buena relación que mantenía Irene Narezo con María Albarrán y cómo esta se preocupó por la mujer de nuestro pintor al estallar la Segunda Guerra Mundial (Maribonab, 1949b).50

Otra familia que entabló una íntima relación con Beltrán en París fue la del poeta franco-cubano Armand Godoy. En palabras de Maribona, fue este el primer coterráneo en pagar un encargo al pintor: «[cita a Beltrán hacia 1923] ‘en Cuba no saben que existo […]’. Esta conversación la sosteníamos a poco de mi llegada a París, hace 23 años. Los retratos que le hiciera a los […] Albarrán y Sanjurjo habían sido como tributos de afecto porque los quería como a hermanos. Más tarde el poeta cubano Armando Godoy fue la primera excepción encargándole el retrato de su bella esposa, Julia Cordovés» (Maribona, 1946, p. 39). Este retrato femenino (Figura 6) -donde Beltrán hace una clara evocación al Antiguo Régimen-,51 se vendió en 2005 en una subasta parisina junto a otro del propio Armand Godoy.52

Fuente: Archivo Fotográfico de Daniel Narezo (Bobigny, Francia).

Figura 6 Fotografía de Federico Beltrán Massés (h. 1925), ataviado con una llamativa túnica oriental, pintando en su estudio de París el Retrato de Julia Cordovés, esposa del poeta cubano Armand Godoy. 

Según Montes de Oca García-Sáenz (2006), el cual incluye imágenes a color y localización de ambas pinturas en su artículo:53

Godoy [llegado a París en 1919] sabía que entrar en el exquisito ámbito de las tertulias de Federico le abriría muchas puertas. […] Sabemos que esta relación viene de antes de 1926, porque en ese mismo año [Godoy] había publicado la obra Triptyque. Este interesante poemario […] consta de un prólogo […] de Camille Mauclair54 […] [y de] magníficas reproducciones […] de las tres pinturas de Beltrán que le habían servido de inspiración. (p. 32)

En la prensa francesa de 1926, se recoge un encuentro entre Beltrán y los Godoy en una fiesta ofrecida por el ministro de Cuba en Francia, Rafael Marínez Ortiz, a la que también asistieron otros cubanos ilustres como Carlos Manuel de Céspedes y Quesada, Emilio Bacardi Lay o -los ya mencionados- el doctor Presno y su mujer, María Albarrán (L’Amérique Latine, 1926).

Por último, -y completando el selecto círculo cubano de Beltrán en París- se debe señalar al músico Joaquín Nin Castellanos como uno de los habituales en las famosas soirées organizadas por el pintor los sábados -en su lujoso estudio de Villa Guibert, en el 83 de la rue La Tour (Melgar, 1931)-.55 Como extraemos de las palabras de Maribona, Castellanos solía amenizar al piano dichas veladas, en las que nuestro pintor aprovechaba para «hacer desfilar» sus obras ante los distinguidos invitados (Maribona, 1946).56

4. EXPOSICIONES EN CUBA. IDENTIFICACIÓN DE OBRAS

Aunque no tenemos constancia de que Federico Beltrán realizara en vida una exposición en su isla natal, conservamos pruebas fehacientes de que lo intentó con gran esfuerzo a lo largo de toda su carrera al suponer que este era el mejor pretexto para volver a su lugar de origen después de tantos años. Por ejemplo, en el marco de su primera gira estadounidense (1924-1925), Beltrán se planteó enviar pinturas a La Habana -aprovechando una coyuntura favorable en las relaciones bilaterales entre España y Cuba en 1924 (Macías Martín, 2003)-.57 En el AFBM hay constancia de una relación epistolar continua desde principios de la década con el fundador de la revista cubana Social, el caricaturista Conrado Walter Massaguer,58 quien coincide con Beltrán en Nueva York y le ofrece sus servicios para promocionarle en Cuba.59

Al respecto de este tour norteamericano resulta determinante el hallazgo en el AFBM de una carta de Fernando Espinosa de los Monteros -subsecretario de Estado-, con fecha de 29 de septiembre de 1924. Esta misiva estaba dirigida a Alfredo de Mariátegui -ministro plenipotenciario de España en Cuba-, al cual le comunicaba que: «Con fecha de hoy se ha expedido pasaporte diplomático al Sr. D. Federico Beltrán Masses quien, desde Paris, donde reside, va a esa República [Cuba] para la exposición de obras suyas en arte pictórico. El Sr. Jefe interino del Gobierno, desea que nuestra representación en esa Isla le preste […] las facilidades posibles».60

El compromiso diplomático para con Cuba adquirido por Beltrán desde Estados Unidos se reafirma al encontrar en el citado archivo familiar una invitación del periodista Miguel de Zárraga a un baile organizado por el Comité Pro Cuba en el hotel Astor de Nueva York.61 Aunque la carta no está fechada, un artículo anónimo de La Prensa (Notas de sociedad, 1930), que describe la fastuosidad del evento, nos confirma que se celebró el 12 de febrero de 1930 con motivo del «séptimo aniversario […] [del] patriótico organismo».62 Por tanto, debemos ubicar esta carta en el marco del segundo viaje que Beltrán realiza a Norteamérica durante los primeros meses de 1930.

Por sus alusiones al crack del 29, deducimos que se enmarca en el mismo viaje otra carta no fechada de Massaguer, conservada también en el AFBM. En ella, además de referirse al mencionado Armand Godoy, el caricaturista invita a nuestro pintor a visitar La Habana y apela a su experiencia, pidiéndole consejo sobre una exposición en Hollywood -algo que Beltrán había organizado cinco años antes-: «Ojalá pudieras darte una escapada por aquí. La Habana malgré tout esta preciosa. Pronto haré una exposición aquí (casi en familia), pues no hay salón apetecible. Pienso seriamente en Hollywood. Mándame noticias y tu opinión».63

Por otra parte -y avanzando hasta la última etapa vital de Beltrán-, en el archivo familiar encontramos una carta de Philippe Erlanger en calidad de director de la Association Françaised’ Action Artistique, del 5 de junio de 1940, que demuestra cómo el propio pintor -manteniendo el mismo papel diplomático que había demostrado desde su juventud- propuso el proyecto de una exposición francesa en Cuba que fortaleciera «los lazos de amistad intelectual» entre ambas naciones.64 Esta propuesta tuvo una favorable acogida por parte del Gobierno galo, pero lamentablemente se vio interrumpida por la ocupación nazi de París -pocos días después del envío de la mencionada carta-. Desde un punto de vista menos oficial, las ansias de nuestro pintor por volver a Cuba en estos últimos años de su vida quedan también reflejadas en una nota manuscrita de su mujer -posterior a 1930-que arroja más luz sobre cuáles eran las intenciones de Beltrán en un hipotético regreso a su isla natal desde España.65

En cualquier caso, si bien la única exposición cubana de Beltrán de la que tenemos constancia -en febrero de 1950, en el Liceo de La Habana (Figura 7)- tuvo carácter póstumo, Maribona afirma que la organización sí se realizó por el propio pintor, estando este a escasos meses de su fallecimiento: «[Beltrán] me dijo que el senador doctor Santiago Verdeja lo había animado a regresar y hacer aquí una exposición» (Maribona, 1949a, p. 12).

Fuente: AFBM. 8.22.

Figura 7. Catálogo de la exposición retrospectiva sobre Federico Beltrán Massés celebrada en el Liceo de La Habana, del 3 al 10 de febrero de 1950. 

Santiago Verdeja fue un célebre cirujano (Nieto Cortadellas, 1995)66 y, entre otros cargos políticos, senador de la provincia de Matanzas, de donde procedía la abuela materna de nuestro pintor.67 En el AFBM encontramos una serie de cartas de Verdeja con recomendaciones sobre Cuba destinadas a Beltrán que confirman -de primera mano- las palabras de Maribona respecto a una implicación directa del pintor en su exposición del Liceo, así como del propio político:

Tú sabes que siempre te dije que debías de hacer lo que ahora me anuncias. […] Es un crimen que no hayas estado aquí durante el invierno. La Habana ha estado animadísima esta temporada. Por los periódicos te habrás enterado que entre las múltiples celebridades que nos han visitado se encuentran el Rey Leopoldo de Bélgica y […] los Condes de Barcelona, […] la duquesa de Montoro, el hijo de Churchil, un príncipe danés, etc. Y un sinnúmero de políticos, médicos, abogados, etc. de fama internacional, pues no salimos de un congreso o conferencia para entrar en otro. […] Para hacer una exposición aquí la época ideal es el invierno, pues ya en Abril todo el mundo se empieza a ir para el extranjero o al campo o las playas. Además, desde Noviembre es cuando empiezan a venir los americanos de manera que antes de esa época no hay público que asista a actos de esa naturaleza. [...] De la parte de que yo me ocupo me extraña que tú me lo preguntes pues deberías de saber que tratándose de ti yo hago cualquier cosa con muchísimo gusto.68

De hecho, como vemos en la Figura 7, la Colección Verdeja figura en el catálogo de la mencionada muestra, como prestadora de varias obras de Beltrán: Retrato del Dr. Santiago Verdeja Sardiñas, exministro de Cuba en Francia [Cat. 1]; Retrato de la esposa del pintor, Sra. Irene Narezo de Beltrán, premiado en Salón Nacional, Madrid, 1912 [Cat. 2]; Cabeza de mujer [Cat. 3] y Evocación del Siglo XVII [Cat. 4].

En este artículo se identifican dichas obras acudiendo, como principal fuente, a los fondos del Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba, donde posiblemente fueron destinadas a partir de 1959. Con respecto al Retrato del Dr. Santiago Verdeja [Cat. 1] no parece haber ninguna duda, ya que el mencionado museo lo tiene inventariado con un título similar al del catálogo de la exposición (Figura 8). En consonancia con la inscripción de la propia pintura,69 claramente se trata del hijo del senador Verdeja que ejerció como ministro plenipotenciario de la República de Cuba en Francia y en Bélgica (Nieto Cortadellas, 1995, p. 121).70

Figura 8 Retrato del Dr. Santiago Verdeja Sardiñas, Federico Beltrán Massés. París, 1939, óleo sobre lienzo, 130 x 98 cm, Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba. N.º Inv. 93.171. 

El Retrato de Irene Narezo [Cat. 2], sin embargo, presenta más problemática a la hora de su identificación ya que el Museo no tiene registrada ninguna obra con ese título. El dato del citado catálogo sobre su laureada participación en la Nacional de Madrid de 1912 resulta determinante para consultar otras fuentes como el apartado de Beltrán en el catálogo oficial de la exposición madrileña, donde la búsqueda resulta poco fructífera -figurando el título Retratos,71 sin imagen-. En la prensa de ese año descubrimos un interesante artículo que Gabriel García Maroto dedica a la concurrencia nuestro pintor en el mencionado salón, de la que se sirve para ahondar en su carácter cubano y en la impronta que deja en su pintura (García Maroto, 1912, p. 1).72

El cuñado73 de Beltrán incluye ilustraciones de las obras que este presenta en dicha exposición, figurando entre ellas la del retrato femenino de perfil conservado actualmente en el Museo de La Habana (Figura 9).

Figura 9 Retrato de Irene Narezo, Federico Beltrán Massés. Barcelona, 1911-1912, óleo sobre lienzo, 114 x 100 cm, Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba. N.º Inv. 07.15. 

La asociación de esta figura con la mujer del pintor parece clara, además de por su gran parecido físico, por las evocadoras palabras que escribe Ernesto Homs después de visitar el taller del pintor durante el otoño de 1911 -estando este en plenos preparativos para de la mencionada Exposición Nacional-:

Ahora mismo [Beltrán] ha terminado un cuadro, superior en mi sensibilidad á todo cuanto pintó hasta ahora. Es […] un retrato […] de la más joven de las figuras del cuadro que le valió la primera medalla de que hablábamos [el Retrato de la Viuda Narezo y su hija, ganador de la primera medalla en VI Exposición Internacional de Barcelona de 1911 y que también presenta a la Nacional de 1912]. […] Destaca el bello perfil de la damita en […] un fondo donde se fusionan el tono verde, el matiz amarillo y una nota de rojo […]. La mirada de ese rostro acaricia una como bella lejanía, que seguramente no es, ya, tal lejanía. (Homs, 1911, p. 678)

En el otoño de 1912 encontramos también esta pintura expuesta en las imágenes generales de la Exposición de Pintura y Escultura que se celebra en el Centro Industrial de Tarragona (Figura 10) con la colaboración del mencionado Real Círculo Artístico de Barcelona (RCAB). En el archivo del RCAB hallamos dos documentos relevantes: el catálogo de dicha exposición, donde Beltrán figura encabezando el listado de pintores participando con dos obras, y la relación de envíos que se hicieron al evento, donde se indican las medidas y el valor asignado a estas.74

Fuente: Exposición del Círculo Artístico de Barcelona (1912, p. 1)

Figura 10. Exposición de pintura y escultura celebrada en el Centro Industrial de Tarragona (1912). 

El propio Santiago Verdeja, en otra de sus cartas dirigidas a Beltrán conservadas en el AFBM, alude a este retrato de Irene Narezo que al parecer en un principio fue donado por el propio pintor al Museo de Cárdenas (Matanzas):75

De tu cuadro para Cárdenas tengo que decirte que […] después del ciclón [el Museo] había sufrido mucho y estaba algo abandonado; efectivamente el lugar no era para un Beltrán Massés pues los cuadros están tirados por el suelo […]. Así que yo pensé que era mejor esperar a ver si aquello lo arreglan y mientras tanto el cuadro está aquí en esta mi casa con un papel que le pegué por detrás diciendo quién era y que tú lo habías donado para el Museo de Cárdenas, de manera que si me muero mis hijos sepan que no es de ellos aunque bien quisiera yo que así fuera, no solo por serlo tuyo sino que es el retrato de Irene.76

Continuando nuestro estudio sobre las obras de la colección Verdeja, consideramos lógico seguir buscando en los fondos del Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba. Aunque la identificación no resulta tan clara como en los casos anteriores, por pura asociación formal nos inclinamos a relacionar la Cabeza de mujer [Cat. 3] con la pintura inventariada por el Museo como Estudio femenino (Figura 11). Por otra parte, basándonos en una mera analogía iconográfica, podemos abrir la posibilidad de que la obra Evocación del S. xvii [Cat. 4] sea el mencionado Retrato de Julia Cordovés, aunque no se ha encontrado ninguna información que arroje luz al respeto.

Figura 11 Estudio femenino, Federico Beltrán Massés. Sin datar, óleo sobre lienzo, 55 x 46 cm, Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba. N.º Inv. 07.1613. 

Respecto a las obras cedidas por la Colección Rodríguez-Narezo a la muestra del Liceo [Cat. 5-10], es de nuevo Maribona quien nos ilustra sobre el parentesco del matrimonio con nuestro pintor (Maribona, 1949b).77 En relación con la localización actual de dichas pinturas, volvemos a acertar al dirigir nuestras miras a la colección del mencionado museo habanero. Sin lugar a dudas -como ya hemos explicado- el Paisaje cubano, ejecutado de memoria en Barcelona cuando comenzaba a pintar [Cat. 5] corresponde al cuadro del Museo, presentado en el primer epígrafe de este artículo (Figura 1). La obra llamada en 1950 Aldeana española [Cat. 6] se puede identificar con toda probabilidad con la pintura La Micaeluca (Figura 12) conservada también en dicha institución. Esta fue pintada por Beltrán en Frama, durante el verano que el pintor pasó en la casa familiar de los Narezo en 1908, siendo una de las obras clave de la serie regionalista de Los Picos de Europa.78

Figura 12 La Tía Micaeluca, Federico Beltrán Massés. Frama, 1908, óleo sobre lienzo, 56 x 46,5 cm, Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba. N.º Inv. 07.1647. 

De los retratos expuestos en el Liceo procedentes de la colección estudiada [Cat. 7-10] -entre los que se incluye el de la propia Natalia Narezo-,79 ninguno ha podido identificarse con los conservados en el Museo de La Habana. No obstante, entre las obras de dicha institución sí hemos podido dar nombre a la llamada Figura de Dama (Figura 13) -que al parecer no formó parte de la mencionada Exposición-. Así, en el AFBM encontramos un recorte de prensa con la imagen de la obra, cuyo pie nos arroja luz sobre la identidad de la retratada y nos informa que fue uno de los cuadros expuestos en Nueva York en diciembre de 1924 -importante muestra que supuso el pistoletazo de salida de la mencionada gira norteamericana de Beltrán-: «[Traducción del inglés] Enid Annenberg por Federico Beltrán-Masses. Cortesía de Demotte. Esta obra estaba entre aquellas incluidas en la exitosa reciente exposición del artista en las Wildenstein Galleries».80

Figura 13 Retrato de Enid Annenberg, Federico Beltrán Massés. Nueva York, 1924, óleo sobre lienzo, 153 x 52,5 cm, Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba. N.º Inv. 07.13. 

Continuando nuestro estudio del catálogo de la retrospectiva de Beltrán en La Habana, ante la falta de datos para identificar las obras de la Colección de la Dra. Virginia Cruz Fernández [Cat. 11-12], nos detenemos en las pinturas prestadas por el Dr. José Antonio Presno [Cat. 13-14]. Vuelve a ser Maribona quien nos ayuda a identificar las pinturas: «le adquirió dos obras el eminente cirujano y destacado médico doctor José A. Presno, y su bella y distinguida esposa, María Albarrán, sobrina carnal del famoso urólogo francés nacido en Sagua la grande [el ya mencionado, Joaquín Albarrán] recibió otra como obsequio» (Maribona, 1946, p. 39).

El artículo cuenta con ilustraciones de dichas obras: Escena de la Costa Valenciana, de la colección del doctor José A. Presno (Figura 14), que puede identificarse con la pintura Pescadoras del Liceo [Cat. 15]; Naranjera Valenciana, propiedad de la señora María Albarrán de Presno, que coincide con la obra Bailarina, conservada en el Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba (Figura 15)81 y que puede referirse a la pintura Jardín Valenciano del Liceo [Cat. 13]; y Gran Canal, Venecia (Figura 16), que con gran probabilidad se puede referir a la obra Lago de Venecia del Liceo [Cat. 14].

Figura 14 Escena de la costa valenciana, Federico Beltrán Massés. Datación desconocida, óleo sobre lienzo, medidas desconocidas, localización desconocida. 

Figura 15 Naranjera valenciana, Federico Beltrán Massés. París, 1926, óleo sobre lienzo, 114 x 100 cm, Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba. N.º Inv. 07.15. 

Figura 16 Gran Canal, Federico Beltrán Massés. Venecia, c. 1920, óleo sobre lienzo, medidas desconocidas, localización desconocida. 

Por último, respecto a la obra cedida por la Colección Pro-Arte Musical, el Retrato de María Teresa Montes de Giberga [Cat. 16], claramente se refiere a otra de las ilustraciones del artículo de Maribona, en cuyo pie se le menciona como fundadora de dicha sociedad (Figura 17). Es este un retrato póstumo donde Beltrán, sin duda, consigue plasmar la fuerza y el carácter de esta pionera, impulsora de toda una saga de mecenazgo femenino en las artes musicales habaneras (Pacheco Varela, 2010).82

Figura 17 Retrato de María Teresa Montes de Giberga, Federico Beltrán Massés. París, 1933, óleo sobre lienzo, medidas desconocidas, localización desconocida 

CONCLUSIONES

El principal objetivo conseguido a raíz de este estudio ha sido determinar en qué medida las raíces cubanas del pintor Federico Beltrán Massés -que abandonó la Isla en su niñez- afloran a lo largo de toda su vida, tanto en su obra como en sus relaciones diplomáticas y sociales.

Como objetivo secundario, a partir del análisis de las fuentes, se ha podido identificar a diferentes familias cubanas afincadas en Europa, a través de las cuales el pintor consiguió establecer este constante vínculo con su país natal. Beltrán estuvo rodeado de una larga red de contactos -un tanto difuminada- de familiares, amigos y benefactores, originada por sus padres a su llegada a Barcelona en 1892 y que se ampliaría en París a partir de 1916 con distinguidas familias como los Godoy, los Nin, los Albarrán-Sanjurjo y los Presno, entre otros.

Además, podemos concluir a partir de este artículo algo en lo que ninguna monografía sobre Beltrán Massés había reparado hasta la fecha: el enorme orgullo del pintor por su patria de origen, del cual hizo gala hasta el final de sus días. Este dato, que en principio podría resultar anecdótico, cobra especial importancia en dos sentidos:

  • Desde un punto de vista mercadotécnico, las frecuentes alusiones de Beltrán -en prensa y en sus propios escritos- a sus orígenes cubanos, a los que se aferra con cierto romanticismo evocando las vivencias tropicales de su infancia, sin duda le dieron publicidad como retratista, envolviendo su figura como artista de cierto halo de misterio y exotismo.

  • Este amor desaforado del pintor por Cuba encontrará una vertiente diplomática al establecerse en París. Es en la capital francesa donde Beltrán consigue sacar brillo a su «ambigua ciudadanía» -que tantos problemas le había ocasionado en su juventud a la hora de acogerse a ayudas oficiales-, aprovechando sus influyentes contactos para abanderar un papel conector entre Francia, España y Cuba.

Por último, de este estudio podemos extraer que, siempre atento a las oportunidades que se le abren como pintor en su isla natal, Beltrán intenta por todos los medios regresar allí con una exposición. Estos deseos se ven constantemente frustrados y solo verán la luz a nivel póstumo en la muestra retrospectiva que se celebró en el Liceo de La Habana en febrero de 1950, la cual, paradójicamente, fue proyectada por el propio artista durante sus últimos años. Este hecho -contribuyendo al proceso de revisión que está experimentando la biografía del pintor en los últimos años, la cual apenas había ahondado en sus raíces-nos lleva a imaginar a un Beltrán enfermo que dedica sus últimas fuerzas a organizar la tan ansiada muestra con la que volver triunfante a la isla que le vio nacer, como queriendo con ello completar un círculo -el de su propia vida- que empieza y termina en su añorada Cuba.

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Notas aclaratorias

1Según Abelló Juanpere (2012): «Tendrá como clientes a musas artísticas y literarias (Tórtola Valencia y la Marquesa Casati), a reyes (como Alfonso XIII y Jorge V), industriales y burgueses (como William Randolph Hearst, inmortalizado por Orson Welles como Citizen Kane), y a lo más glamuroso de la corte de Hollywood (de Marion Davies a Rodolfo Valentino)» (p. 50).

2Como la Exposición Internacional de Munich (1909) -donde recibe la determinante influencia de Von Stuck-, la Universal de Bruselas y la de Arte Español e Industrias Decorativas de México (ambas en 1910), la Internacional de Barcelona (1911), la Universal de Gante (1913), las Nacionales de Madrid (1906, 1908, 1912 y 1915), la de Arte Español de París y la Hispano-Francesa de Zaragoza (ambas en 1919), o la Internacional de Burdeos (1928), donde, como en la de Bruselas, la de Barcelona y la de Zaragoza, también tuvo un relevante papel en la organización.

3Como las de la Sala Parés (1910-1914), la del Hotel Palace de Madrid (1916) -que el artista plantea como acto de despedida antes de su traslado definitivo a París- y su monográfica de 22 obras en la Bienal de Venecia (1920), en esta prestigiosa muestra - coincidiendo con Seurat, Matisse y con las retrospectivas de Cézanne y Van Gogh (Durozoi, 2007, p. 72)-, Beltrán alcanza la consagración como artista internacional, lo que se materializa al vender uno de sus autorretratos a la florentina Galería de los Uffizi. Sin duda, este fue un importante hito en su carrera que preludió la meteórica proyección del pintor durante les années folles a ambos lados del Atlántico. En esta etapa se enmarcan, entre otras, sus exhibiciones en la prestigiosa Galería Georges Petit de París (1921 y 1931), en la de Felix Wildenstein de Nueva York (1924), en las Stendahl Art Galleries de Los Ángeles (1925) y en las New Burlington Galleries de Londres (1929 y 1938).

4El autor alude al rechazo de la obra La maja marquesa de Beltrán, por parte del jurado de la Exposición Nacional de 1915, por insinuar en ella la supuesta homosexualidad de la retratada.

5«…el pintor sufrió la censura en su exposición de Londres de 1929, en […] las New Burlington Galleries, hasta el punto que su Salomé de 1918 fue retirada el día de la inauguración» (Pérez Castro, 2007, p. 11).

6Desde 2011 ha habido diversas obras expuestas en la sala de Cambio de Siglo (colección estable) del Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba.

7Ver en bibliografía los catálogos de las últimas exposiciones monográficas sobre Federico Beltrán Massés.

8Beltrán reacciona a la fugacidad de su contexto con su técnica, con una pincelada empastada y rítmica, un uso arbitrario del color y cierta distorsión formal, así como con composiciones de clara inspiración cinematográfica. Paradójicamente, en contraste con esta modernidad, el pintor conserva en sus temas claras reminiscencias decimonónicas, ecos del orientalismo y del simbolismo centroeuropeo que escucha para componer evocadores escenarios, los cuales no duda en ocupar por figuras herederas del tipismo más castizo.

9Ver los datos biográficos del padre del pintor en AFBM. 9.6.: certificados de la defunción de Luis Beltrán Fernández el 26 de noviembre de 1904; dos actas expedidas, respectivamente, por Ramón Garriga y Molins -párroco de la iglesia de Nuestra Señora de Belén (Barcelona)- el 20 de julio de 1910 y por Isidoro García Díaz -juez municipal de Barcelona- el 27 de febrero de 1950. AFBM. 6.29: el propio pintor nos indica la fecha de traslado a Cuba de su padre en Beltrán Massés (s.f.).

10Los tres conflictos cubanos por la independencia contra España fueron: la Guerra del 68 (1868-1878), la Guerra Chiquita (1879-1880) y la Guerra de 1895 (1895-1898), que terminó con el dominio colonial de la metrópoli -denominada Guerra Necesaria por José Martí, que en 1892 había fundado el Partido Revolucionario-. Además de Cuba, en 1898 rompieron el régimen colonial Puerto Rico y Filipinas, suponiendo para España la pérdida de sus últimas colonias de ultramar.

11AFBM. 9.4. Fe de bautismo de la madre del pintor: Valeriano F. Cano y Cano, Cura propio de la Parroquia de Ingreso de Nuestra Señora de la Candelaria de la Villa de Morón [Camagüey, Cuba] […] certifico que en el Libro octavo de bautismo de blancos al folio 43 número 184 se halla la partida siguiente: [manuscrito] María de las Mercedes Masses Estrada. Sábado quince de setiembre de mil ochocientos sesenta y seis. Yo D. Francisco de Paula Fernandez, Pbro Cura […] bauticé solemnemente y puse los Santos oleos á una niña que nació el día ocho de Junio del presente año, hija legítima del Dr. D. Peré Masses y Olives, natural de Cataluña, y de Dª. Isabel de Estrada y López, natural de Matanzas [Cuba] y vecinos de esta feligresía. Abuelos paternos D. José y Dª. María Olives. Maternos D. Rodrigo y Dª. Agueda Lopez.

12AFBM. 9.4. Fe de bautismo del pintor: [manuscrito] Don José Fernández Arasancos, Pbro, cura interino de esta Iglesia de Ascenso de San José de Güira de Melena, provincia y diócesis de La Habana, República de Cuba. Certifico: que en el libro supletorio de bautismos de esta Iglesia, abierto por el decreto de 23 de Junio de 1896, del Excmo. Sr. Obispo Diocesano, Doctor Don Manuel Santander y Frutos, por haberse quemado totalmente todo este archivo parroquial el dia cinco de Enero de ese mismo año de noventa y seis, á folio 381, número 543, se halla la bautismal siguiente: «En el pueblo de Güira de Melena, […] á trece de Febrero de mil ocho-ciento ochenta y seis, fue bautizado en la Iglesia Parroquial de dicho Pueblo por el Pbro Dr. Dn. Rafael A. Zoymil […] D. Federico Beltran y Masses, que nació según consta, en este Pueblo el dia veinte y nueve del mes de septiembre del año anterior [1885], hijo legitimo de D. Luis Beltran y Fernández y de Dª. María de las Mercedes Masses y Estrada. Abuelos paternos, D. Custodio, natural de Valencia y Dª. Margarita que lo es de Málaga. Maternos, D. José, natural de Lérida y Dª. Isabel, natural de […] Matanzas [anotación con otro tipo de letra]. Padrino, D. Joaquin Fábregas y Dª. [¿?]. Es conforme á su original y, para que conste, firmo y sello el presente en la Iglesia parroquial de Güira de Melena á ocho de Junio de mil novecientos once. José Fernández Pbro. [Rubrica].

13AFBM. 6.29. Beltrán Massés (s.f.): Diario personal, Barcelona, inédito, anotaciones en hoja previa [manuscrito de la mujer del pintor]: «Entre la servidumbre, en la familia de su madre [estaba] la negra mamita, que lo crió. Luego tuvo una ‘ama’ que era canaria».

14Ver notas 32-34 y 77-80 de este artículo sobre la colección Rodríguez-Narezo. La obra aquí estudiada figura en el catálogo de la Exposición de Beltrán Massés en el Liceo de La Habana (1950) [Cat. 5]: Paisaje cubano, ejecutado de memoria en Barcelona cuando comenzaba a pintar.

15AFBM. 6.29. Beltrán Massés (s.f.): Diario personal, Barcelona, inédito, anotaciones en hoja independiente en el interior [manuscrito]: [respecto al mar en su infancia cubana] Los arrecifes parecen gigantescas esponjas negras petrificadas el mar al batirlos deja en sus hoyos agua, y yo de niño hacia batallas de peces toros que tienen los ojos de oro y dos cuernecitos transparentes y paralelos de color de ópalo. […] [respecto a los caballos en Cuba] Yo tenía una yegua alazana llamada Carolina a la que complacía el peso de un niño de seis años la vendieron para tirar un coche y à patadas rompió la caja del Tirbury [tilbury]. Fue mi primera alegría destructiva.

16Arxiu Escola Llotja, ver Soler y Pérez (1904): Memoria del Curso 1903 á 1904, La Llotja, Barcelona, p. 30.

17AFBM. 6.25. Ver borrador de carta de Federico Beltrán (Hotel Ritz, Barcelona) a Armando Maribona (La Habana) de finales de 1949 -lidiando con la enfermedad-contándole sus impresiones tras leer el artículo sobre el pintor Manuel Vega: «[Manuscrito] Mi querido Armando: saliendo de la nevera donde duermo cada noche para conservarme, te diré que casi en ese momento venía a ver un grupito de cosas que me habían sobrado en Paris y que expuse […]. Me fue muy simpático el pintor, naturalmente me deshice en lirismos cuando hablamos de Cuba, como hago siempre, diciéndole que un día iré […] à comer y vivir un poco sin el ‘atildado’ de la Europa». En este escrito para el periodista cubano, Beltrán reflexiona sobre el devenir de las vanguardias y el mercado, discutiendo ciertos aspectos de la entrevista a Vega que dan buena muestra de la gran confianza que nuestro pintor mantiene con Maribona: Lástima que el Señor pintor ese no te dijera la impresión que le causó, el retrato del Cardenal de Rafael que hay en el Prado […]. Tu talento tan variado te ha hecho una buena interviú, pero tú debes escribir cosas profundas […]. El vanguardismo ya bromeó bastante, hasta Dalí, que es el más inteligente de los locos dice que hay que pintar como Rafael y por eso hizo su pan con cestito que es una maravilla, lo demás es perder el tiempo ó esconder incapacidad, yo me voy à lo más clásico ahora. El Instituto de Francia en una última reunión ha rechazado todo lo arbitrario como desvíos paranoides ó bajas especulaciones. Hablando del Instituto de Francia, sabias tú, que Cuba ha dado tres nombres à la sesuda inmortalidad? José María de Heredia, Joaquín Abarrán, y Federico Beltrán Massés.

18Al entrar comprobamos que el inmueble se ha transformado en sede de una conocida marca de ron (desde 1946 a 2014), cuya destilería se instaló en la nave industrial adherida en la parte trasera del edificio.

19AFBM. 6.29. Beltrán Massés (s.f.), Diario personal, Barcelona, inédito, anotaciones en hojas independientes en el interior: «[manuscrito de Irene Narezo, mujer del pintor] Poco después se hacen los preparativos del viaje [de] regreso a Europa. Dice que llegaron a Barcelona en Enero de 1892». En otra hoja se arrojan datos sueltos de los primeros trabajos artísticos de Beltrán en Cuba, así como de sus vivencias en la isla y en el viaje a España: «No esplica [explica] lo de las pinturas dibujos en platos ahumados que debió ser por esta época (unos 7 años). Ciclón Cuba. Eclipse de luna. Abuela, Bisabuela, Negra Juana […] Decía que en su viage [viaje] hacia Europa miraba al mar todo el día esperando ver una sirena...creía en ellas firmemente y pedía a los marinos que si las habían visto…ellos le decían que algunas noches las habían oído cantar. Y él me decía que él ... las oyó también!!».

20No obstante, abriendo la posibilidad de un traslado posterior a la metrópoli, también tenemos constancia de un pasaporte expedido a la madre del pintor en diciembre de 1898, que posiblemente se tramitó desde España a posteriori para formalizar su situación allí (AFBM. 9.12.): El Capitán General de Cuba. General en Jefe de su Ejercicio, concedo pasaporte [manuscrito] á Dª Mercedes Masses y Estrada, esposa del 2º Teniente de Caballería D. Luis Beltrán Fernández para que acompañada de su hijo D. Federico de ocho años, marche a la Península siendo el pasaje por cuenta del Estado, á reintegrar dicho Oficial de sus sueldos la parte no reglamentaria. Habana, 14 de Diciembre de 1898 [rubrica]. [Margen izquierdo] Sección 9.na, n.º 7318.

21Según Maribona (1949b): Por la línea materna, Federico Amado [Armando] Beltrán tenía en Cuba un tío Carnal en Güira de Melena, Don Teodoro; varios primos-hermanos, entre ellos la señora Belisa Masses, casada con el doctor Robes, recientemente fallecido, padres ambos de las doctoras Ruth y Raquel y de la pintora Rebeca Robés Massés. Con todos estos familiares de Cuba, Federico A. Beltrán Masses sostenía correspondencia y les enviaba fotografías de sus cuadros y revistas ilustradas de diversos países con reproducciones y juicios críticos, todo lo cual conservan. (p. 46)

22AFBM. 6.29. Beltrán Massés (s.f.): «[manuscrito] En ese momento llegaron à Barcelona unos millonarios cubanos, dueños de una fábrica de tabacos con una hija llamada Panchita. Estos señores, los Suarez Murias, eran asiduos de mi familia […] naturalmente trabamos un noviazgo romántico y lacrimoso la niña y yo; de esos noviazgos escondidos, ella tenía 14 años y yo 15 [en lápiz han escrito 16]» (pp. 5-7). Sobre la relación con cubanos de la familia del pintor a su llegada a España ver Maribona (1946): «no le faltó protección de cubanos residentes en Barcelona, testigos de su capacidad» (p. 39).

23Beltrán Massés (s.f.): «[manuscrito] Aquella mañana pues me presento delante de mi padre (hombre de espíritu muy desconfiado) […]. Mi sorpresa fue grande cuando me encontré en frente de una idea en él, diferente completamente de la mía. Él quería que yo fuese médico, como mi abuelo materno; y mi madre quería yo fuese cura» (p. 3).

24AFBM. 6.29. Beltrán Massés (s.f.): el pintor primero se formó en el llamado Ateneo Obrero y, desde 1903, en La Llotja.

25AFBM. 6.29. Beltrán Massés (s.f.): el propio pintor escribe cómo -con 19 años- recibe la fatídica noticia del asesinato de su padre en noviembre de 1904, mientras asiste a sus clases de la Llotja, así como la precariedad económica que siguió a tan horrible suceso: [manuscrito] en plena Cátedra el profesor Calvo […]. La madre de la Señorita Suarez Murias me anunciaba a gritos […] que mi padre había sido asesinado. La clase se suspendió, los discípulos se asociaron à mi sorpresa y dolor y, así me metieron en el coche que corría la ruta más dolorosa de mi vida. […] el Estado como mi padre murió sin hacer testamento se incautó de todo, alhajas dinero y un sin número de recibos que eran necesario liquidar de deudores de mi padre. […] con lo cual me encontré delante del mundo en lucha abierta. (pp. 11-13)

26AFBM. 5.3.: Carta de Mariano Benlliure (Madrid) a Federico Beltrán Massés (París) del 23 de octubre de 1923: «[manuscrito] puesto que Vd. [...] fue uno de sus discípulos predilectos, creo muy natural y justo que se adhiera al homenaje dando con ello una prueba de admiración y cariño al gran maestro [Sorolla], con la seguridad que todos la aplaudiesen».

27Ver en este artículo obras de la colección del Dr. Presno en el catálogo de la exposición retrospectiva de Beltrán Massés en el Liceo de La Habana en 1950 [Cat. 13-15]: Jardín valenciano (Figura 14); Lago de Venecia (Figura 15) y Pescadoras (Figura 13).

28Ver artículo anónimo de 1908 sobre un jovencísimo Beltrán: «Los cubanos en el extranjero», El Fígaro, n.º 5, La Habana, 2 de febrero, p. 56. La publicación se acompaña de una ilustración de la obra El Bardo Yacente -de claro carácter simbolista-, que el pintor presenta en la escalera de honor (izquierda) de la V Exposición Internacional de Barcelona en abril del año anterior, donde Beltrán concurre como cubano (Exposición Internacional de Arte, 1907).

29AFBM. Caja de prensa, álbum I, pp. 110-111: ver recorte incompleto de Garrido (1913): «El pintor Federico Beltrán» en La Discusión, número de noviembre: Beltrán, […], a pesar de haber venido a España cuando aun era un niño, lleva impreso todo el sello peculiar del cubano. Siente por Cuba un cariño filial, aunque no recibió de ella el apoyo a que era justamente acreedor. Contados cubanos interesáronse por él en sus tiempos de penuria. Como una excepción recuerda agradecido Beltrán a Pablo Mendieta, quien, cuando era Cónsul general de Cuba en España, tanto se interesó porque el gobierno cubano concediese una pensión al que entonces era una esperanza del arte pictórico. Las nobles gestiones de Pablo Mendieta resultaron estériles. […] Cuba está en deuda con ese gran artista. Ninguna de sus obras se presenta todavía en nuestra patria como modelo a los aficionados al arte pictórico. […] Ese injustificado desvío no deja la menor huella en la noble alma de Beltrán. Se enorgullece de haber nacido en Cuba y siente profundos afectos por la patria cubana. Al chocar su copa de champaña […] tuvo frases para el bello país en que viniera a la vida. AFBM. 1.04: ver carta del 1 de noviembre de 1913 de Santiago Claramunt a Beltrán, confirmándole una visita a su estudio «en unión del Cónsul de Cuba, señor Chibás a admirar tus obras pictóricas. Llevaremos un fotógrafo». La visita diplomática también se confirma en artículo anónimo de Mercurio, número del 27 de noviembre de 1913: «El ministro de Cuba y el Cónsul general, en compañía de son Tomas S. de Lamadrid y de algunos otros amigos, dirigiéronse, a las tres de la tarde, al taller que en Villa Gloria, su lujosa residencia, tiene el notable pintor, hijo del país cubano, Federico Beltrán […] El doctor García Kohly, que es muy competente en el arte pictórico […] calificó [a Beltrán] de gloria del país cubano» (Actualidades, 1913, p. 526).

30AFBM. 1.34.: Carta de Álvaro [apellidos desconocidos] a su supuesto primo Federico Beltrán: [manuscrito] […] A Barroso le hablé de tu asunto y me prometió activarlo, pero se fue a los pocos días a Cestona. Volveré a insistir con Canalejas. Creo que concedes a eso demasiada importancia. Exageras al decir que te molesta ser un indocumentado. No lo eres, pues tu fé de bautismo existe y si no la tienes en tu poder puedes pedir copia. Lo que hay es que mientras no se arregla el expediente eres súbdito cubano ante la ley. Voy a insistir tanto con Canalejas que espero arreglarlo antes de irme. Un buen abrazo de tu primo. Alvaro.

31Gaceta de Madrid, n.º 334 del 30 de noviembre de 1911: A propuesta del Ministro de la Gobernación; de acuerdo con la Comisión permanente del Consejo de Estado, vengo a decretar lo siguiente: Artículo 1º Se concede la nacionalidad española á D. Federico Beltrán y Masses, súbdito cubano; Artículo 2º La expresada concesión no producirá efecto alguno hasta que el interesado preste juramento de fidelidad á la Constitución y de obediencia á las leyes, con renuncia de todo pabellón extranjero y sea inscrita en el Registro Civil. Dado en Palacio á veintiocho de Noviembre de mil novecientos once. (Sumario. Parte oficial. Ministerio de la Gobernación, 1911, p. 1)

32Maribona (1949b): Un joven cubano hijo de un médico español, que estudiaba la carrera de Derecho en la Universidad de Barcelona, Enrique Rodríguez, era amigo del matrimonio hispano-mejicano (de San Luis de Potosí) don Pablo Narezo y doña Sarah Dragoné, […] clientes de su padre. Presentó a Federico […] a esa familia culta y de aficiones artísticas. Le adquirieron cuadros y lo tomaron como profesor de pintura […], y a quienes presentó su colega Gabriel García Maroto. […] El doctor Enrique Rodríguez casó con Natalia Narezo [ver notas 77 y 79], Federico A. Beltrán Masses casó con Irene Narezo, y Gabriel García Maroto casó con Amelia Narezo […]. La familia Narezo Dragoné protegió a los pintores Federico Beltrán y García Maroto. (p. 46)

33Ver las obras de la Colección Rodríguez Narezo del catálogo del Liceo de la Habana referenciadas en este artículo.

34AFBM. 9.5: certificado de matrimonio de Federico Beltrán e Irene Narezo firmado por José Martí -vicario de la parroquia de San Juan Bautista de Gracia- el 30 de septiembre de 1911; AFBM. 6.29. Beltrán Massés (s.f.): la mujer de Beltrán escribe sobre este primer encuentro con su futuro marido y el lamentable estado en el que este se encontraba: «[manuscrito] A Federico (por este amigo: Enrique Rodríguez que casó con mi hermana mayor, hija de padre de un primer matrimonio [se refiere a Natalia Narezo]) lo conocimos en el momento más bajo de su vida, sufriendo todo el dolor de la muerte de su padre, de la perdida de cuanto tenían, y con ella la de todos los «amigos» de esos amigos de jolgorios que en cuanto te quedas en la pena, la desgracia, y sus suites emprenden el vuelo... Era en 1905 me parece que era en el verano de tal año sin poderlo asegurar...Yo nací el 12 de Septiembre de 1891, así yo tenía unos 14 años y él unos 20 años, pero no fue el coup de foudre. Al año, expuso en Madrid, 1906. (Beltrán Massés, s.f., pp. 12-13)

35Beltrán se va alejando progresivamente del verismo documental transmitido por Sorolla hasta llevar su estilo a un nuevo nivel en el plano del esteticismo.

36Beltrán es nombrado Delegado de la Sección de Pintura en la Junta Directiva, «según votación que recayó en la extraordinaria que para tal efecto se celebró el día seis del corriente» (RCAB, 1911, p. 41).

37Entre otras, en Munich (1909), México y Bruselas (1910), Londres y Ciudad del Cabo (1912) y Gante (1913).

38AFBM. Caja de prensa, álbum I: recorte de artículo anónimo (1910): «Banquete de artistas» en Diario de Barcelona, número de febrero: «Ocupó la presidencia el señor Beltrán, á quien acompañaron en ella D. Mariano Fuster, presidente del Círculo Artístico; el vicecónsul de Cuba […] En el número de comensales figuraban varias conocidas personalidades de la colonia cubana de esta capital […] El vicecónsul de Cuba leyó una carta del cónsul de aquel país […] D. Higinio Negra pronunció palabras afectuosas en nombre de los cubanos». Ver otro artículo anónimo (1910) sobre el banquete en honor a Beltrán en La Actualidad, con fotografía en blanco y negro de Franz Walcker (Notas ilustradas de última hora, 1910, p. 29).

39Richard (1928): «…los puntos de reunión de los cubanos [en París] son la casa de la señora Albarrán, que recibe ayudada por su hija, cuya joven belleza es tan seductora» (p. 10).

40Richard (1949): «[Traducción del francés] [Beltrán había] sido tentado un instante por los estudios médicos, a los cuales le animó su ilustre pariente el profesor Albarrán» (p. 21).

41El retrato del Dr. Joaquín Albarrán pintado por Sorolla se presentó en la Exposición Internacional de Bellas Artes de Burdeos de 1927 [Cat., p. 12: Portrait du Professeur Albarran], donde Beltrán ejerció como Alto Comisario General del Comité Organizador; [Cat., pp. 6-7] en la organización del evento también colaboraron, como secretarios generales, Ramón Albarrán y el Dr. Julio Sanjurjo -respectivamente, hijo y cuñado del célebre urólogo y amigos íntimos de Beltrán (ver notas 47 y 48).

42Archivo del Museo Sorolla, n.º Inv. CS0508, carta de 1918 de Beltrán (París) a Sorolla (Madrid): [manuscrito] Me ha pedido mi familia que le barnice el retrato que le hizo Vd. a Albarran […]. El retrato está de rechupado que es un horror y en respeto à Vd. nunca han querido barnizarlo hasta este momento en que saben quién soy yo para ellos y Vd. Por otro lado protestamos del feísimo retrato suyo que me mandó, que […] a pesar [a pesar] del sitio donde lo tengo en el estudio, no hará conquista femenina, Carmen es la primera en hacer protesta. […] Como es una familia tan artista esta de Albarrán, están locos de tener un pintor entre sus familiares y hacia una infinidad de años que no nos veíamos.

43AFBM. 8. Fotografía del padre de Federico Beltrán en su juventud manuscrita en el reverso por el propio pintor.

44AFBM. 8.4. Catálogo de la exposición de Federico Beltrán Massés en la Galería Georges Petit en 1921 [Cat. 95, 99, 77 y 90]: gran parte de estos retratos de los Albarrán-Sanjurjo fueron presentados por Beltrán en la primera exposición individual que organizó en la célebre galería parisina en 1921.

45Caro (2019): La imponente belleza que desprende en su [retrato de 1919] Georgette Albarrán […] queda ratificada por Beltrán en otros retratos como el oval que le realiza de perfil en 1921, con claras reminiscencias orientalistas [imagen en Abelló Juanpere, 2012, p. 102], u otro muy similar [al primero], donde la modelo mira frontalmente [imagen en Konody, 1929, p. 4]. Además, en el listado de obras de Beltrán destinadas al rodaje del film Le Rosaire de 1934 [AFBM. 8.8.], figura un Retrato de Georgette Albarrán con sombrero verde que nos lleva a pensar -por su gran parecido físico- que puede tratarse del Retrato con pamela verde (1930) conservado en la Colección Museo Art Nouveau y Art Déco (Salamanca) [n.º Inv. 02453]; cuya composición es muy similar a la empleada por el pintor para representar, posteriormente, a la Maharani de Indore (1936). (p. 46)

46Imágenes 20 y 21 en Caro (2019, pp. 45-46). Además, se menciona otro retrato oval de Carmen Albarrán con sombrero, pintado por Federico Beltrán, conservado en una colección particular francesa.

47Imágenes en Abelló Juanpere (2012, p. 102).

48AFBM. 9.23. Ver estatutos de la Academia Greco-Latina en 1919, redactados por Julio Sanjurjo y cuyo sello fue diseñado por Beltrán; por otra parte, ver el diario financiero Cote de la Bourse et de la banque et le Messager de la Bourseréunis, n.º 34 del 10 de febrero de 1921, p. 2: se menciona la sociedad «Laboratoires P. Albarran. - Capital 450.000 fr. [traducción del francés] dividida en 4.500 acciones de 100 fr. Sede social en el 3, rue Chanez. Consejo de administración: Srs. Sanjurjo Ramírez de Arellano, Albarrán, Beltrán-Massés y Deloncle. Estatutos depositados en casa del Sr. Mahot de la Quérantonnais, en París - P.A., 29 enero 1921» (Sociétés, 1921, p. 2).

49Ver «Le Monde & La Ville» en Le Figaro, n.º 146, del 26 de mayo de 1925: «[Traducción del francés] La familias Sanjurjo Ramírez de Arellano, Albarrán y Beltrán Massés tiene el dolor de compartir la cruel pérdida que acaban de experimentar en la persona de Carmen Sanjurjo de Arellano, quien murió el 20 de mayo en su domicilio, 15, calle Spontini. Según la voluntad de la difunta, las exequias tuvieron lugar en la más estricta intimidad» (Le Monde & La Ville, 1925, p. 2).

50Maribona (1949b): Entre las mejores amigas de Irene [Narezo] se encontraba la señora María Albarrán de Presno, quien en su actual viaje a Europa se enterará si aquella vive o ha fallecido, pues la familia Rodríguez Narezo [refiriéndose a los mencionados Enrique Rodríguez y Natalia Narezo], que reside en Cuba, recibió una postal de Irene poco antes de comenzar la reciente guerra mundial, anunciando larga carta jamás recibida y carecen de otras noticias que la cablegráfica. (p. 46)

51Montes de Oca García-Sáenz (2006): «según reza en una cartela pegada al bastidor, lleva el insólito título de ‘Portrait de Madame Godoy habillée en costume de marquise pourbal â Versailles’» (p. 32).

52Bailly Pommery-Voutier (S.V.V.) subasta del 16 de diciembre de 2005: lote 66 Portrait de Monsieur Godoy; lote 67 Portrait de Madame Godoy.

53Montes de Oca García-Sáenz (2006) recoge que el Retrato de Monsieur Godoy -óleo sobre lienzo de 54 x 66 cm- se halla en la Colección Godoy Cordovés (París); el Retrato de Madame Godoy -óleo sobre lienzo de 131 x 97 cm- se conserva en la Colección Montes de Oca García-Sáenz (Las Palmas de Gran Ganaria).

54Célebre crítico y gran amigo de Beltrán, que pudo ser presentado a nuestro pintor por Joaquín Sorolla -de quien también era un férreo defensor-. Sobre la buena relación entre los Sanjurjo-Albarrán, Godoy, Mauclair y Beltrán consultar AFBM. 1.28, carta de Mauclair (Saint Leu La Foret) a Beltrán (París), h. 1920: «[manuscrito, traducción del francés] ayer en la calle Spontini donde encontré tu carta tan afectuosa y la muy bella medalla […] que te agradezco de todo corazón. Estoy feliz de que me escribieras respecto al Sr. Godoy, pues mi vida es aún tan dura que yo no lo quiero ni pensar. Pero sus amistades, como la tuya son los verdaderos tesoros: y merecerlas es un orgullo».

55Melgar (1931): El hotelito que ocupa en Passy, agradable, coquetón, es un lugar de citas mundanas, donde se observa más movimiento que en el salón de una encopetada marquesa del faubourg Saint Germain. Sus sábados, sus cocktaíl-parties son concurridísimas; en su taller, terreno neutral, se codean toda una serie de personalidades que sólo allí se puede ver reunidas: esposas de mariscales de Francia, grandes damas de la aristocracia napolitana, príncipes japoneses, bailarines rusos, futuros presidentes de la República china, artistas, médicos, escritores y hasta aviadores célebres, sin hablar de los maharadjahs de la India y de los reyes de la industria americana, que son amigos íntimos del pintor. (p. 18)

5656Maribona (1946): [entre los ilustres invitados], opulentos marajahs, cantantes y actrices […], reposadas ladies, diplomáticos monoculados, reyes sin corona, escritores y músicos de renombre, que acudían a los recibos de Beltrán Masses los sábados por la tarde a presenciar, desde la sala en penumbra, el «desfile» de sus cuadros, que así puede llamarse a la sucesiva presentación de las obras detrás del marco de una puerta, bajo conveniente iluminación, colocadas y retiradas del soberbio caballete por dos sirvientes. Después, alguno de los presentes hacía música o recitaba poesías. El famoso pianista y compositor cubano Joaquín Nin Castellanos, la entonces muy prometedora estudiante de canto Lydia de Rivera, el mundialmente conocido Joaquín Turina. (p. 39)

57Macías Martín (2003): El impuso definitivo comenzó en 1924, año en que las relaciones bilaterales alcanzaron un buen nivel, y lo demuestran hechos como el destacado homenaje ofrecido por la colonia española al presidente Zayas, en el Teatro Nacional, el 38 de agosto y, sobre todo, el reforzamiento de la iniciativa tendente a elevar al rango de embajada las legaciones respectivas. Las repercusiones del primer evento fueron importantes, como manifestaba Mariátegui al definirlo como «un acto de la mayor significación e importancia para las relaciones entre España y Cuba». (p. 187)

58AFBM. 3.08. Ver carta de Massager (La Habana) del 9 de febrero de 1922 a Beltrán (París) -una de las primeras que el habanero envía al pintor- pidiéndole aclaraciones sobre su procedencia cubana ante una polémica que se ha generado en la prensa de la Isla: [mecanografiado] El motivo de la presente es para aclarar un punto muy importante respecto a su biografía, que ha provocado casi un debate en la prensa de aquí. […] yo estaba en la creencia de que Ud. era cubano, y que, además de haber nacido en esta maravillosa isla, tenía Ud. verdadero orgullo en hacerlo público. Hace varios días, publicó un señor de apellido Ruso, en una crónica europea del periódico El Mundo de La Habana, un artículo sobre el «pintor catalán Beltrán Massés» […] Yo le ruego, amigo Beltrán, que me ayude a diafanizar este punto, pues no quiero tener a Ud. ni por un momento entre los que […] son cubanos a ratos. AFBM. 3.08. Ver carta de Massager del 18 de marzo que demuestra que la respuesta de Beltrán confirmando su nacimiento en Güira de Melena no se hizo esperar, así como la importancia del caricaturista promocionando al pintor en Cuba a partir de entonces: [mecanografiado] Recibí, por fin, su carta aclaratoria sobre el lugar de su nacimiento, y veo que he triunfado, pues Ud. no niega el haber nacido en la modesta, pero gloriosa, por ser la suya, parroquia de Güira de Melena, en el buen año del Señor de 1885. Comprendo lo justo y lo amargo de su queja, […]. En esta edición de Social, que llegará a sus manos conjuntamente con esta carta, verá Ud. reproducida la fotografía que con tanta oportunidad y cariño me envió.

5959AFBM. 3.08. Carta de Massager (La Habana) del 3 de noviembre de 1924 a Beltrán (Hotel Ritz Carlton, Nueva York): «[mecanografiado] Mi admirado y querido amigo: Estoy encantado con la idea de su viaje maravilloso país de las águilas de oro. Yo […] llegaré a New York el 17, nueve días después de mi matrimonio. Mi residencia provisional será el Hotel Waldorf Astoria, donde le ruego me llame enseguida por teléfono. Tengo verdadero gusto en ofrecerme para hacerle propaganda y presentación, a pesar de que creo ya debes tener ofertas parecidas»; AFBM. 3.08. Sobre el papel promocional del caricaturista en este viaje, ver carta de Massager (Nueva York) de 1925 a Beltrán (Estados Unidos ¿?), indicando que ha escrito a la revista Vanity Fair indignado por no haber encontrado ninguna mención al pintor.

6060AFBM. 2.23. Copia de carta Fernando Espinosa de los Monteros, subsecretario de Estado (Madrid), del 29 de septiembre de 1924, dirigida a Alfredo de Mariátegui, Ministro Plenipotenciario de España en Cuba (La Habana).

6161AFBM.5.6. Carta de Miguel Zárraga (Hotel Park Central, Nueva York) de principios del 11? de febrero de 1930 a Beltrán (Nueva York): «[manuscrito] Hoy lunes. […] El buen amigo [¿?], presidente del Comité Pro Cuba, me pide que te invite al banquete y baile que el próximo miércoles, a las 18 [¿?], se celebrará en el Astor. Será una fiesta muy bonita y no faltarán bellas damas… ¿Podrás venir? Así lo deseamos, agradeciéndotelo anticipadamente. ¡Hasta el miércoles pues! Muy tuyo Zárraga».

6262Artículo anónimo (1930): «Notas de sociedad» en La Prensa, n.º 3746, Nueva York, 15 de enero: la próxima fiesta, por ser la del aniversario, se distingue […] por su mayor brillantez. De las dos fiestas que tendrán lugar en la misma noche del 12 de febrero, […]. El banquete se efectuará en el East Room del hotel Astor. […] El baile comenzará a las 10 de la noche y para el que están circulando invitaciones especiales […]. El amplio salón donde se efectuará el banquete, será iluminado con reflectores de distintos colores. Las mesas que serán decoradas por el artista americano Mr. Dana Mayo, ostentarán sobre el centro de la blanca mantelería, ancha franja de raso azul celeste, como azules serán también las velas que se colocarán en los lujosos candelabros. Fino musgo y altos bouquets rojos, completarán el decorado de las mesas. En distintos lugares del salón, serán colocados los magníficos banderines de la institución […]. También será exhibida la lujosa bandera de España, que en reconocimiento de la labor hispano-cubana, iniciada y llevada a cabo por el comité Pro-Cuba, regaló a éste el distinguido caballero español, Exmo seño rdon Narciso Macía. Una magnífica orquesta de cuerdas amenizará el banquete y otras dos orquestas amenizarán el baile. (Notas de sociedad, 1930, p. 23)

63AFBM. 3.08. Carta de Massaguer (La Habana) a Beltrán (Hotel Ritz-Carlton, Nueva York): [manuscrito] […] La caricatura del Conde Beaumont te la dejé en mis pies, para que se la regalaras al indiferente amigo. Me alegro mucho de tu éxito último y hago votos porque todo salga bien. Aquí estamos pasando unos días tremendos, pues con el [reverso] golpe de la Bolsa de New York, el turismo, una de nuestras esperanzas, se ha convertido esta saison en humo… Ojalá pudieras darte una escapada por aquí. La Habana malgrétout esta preciosa. Pronto haré una exposición aquí (casi en familia), pues no hay salón apetecible. Pienso seriamente en Hollywood. Mándame noticias, y tu opinión. Te dirijo esta al Ritz esperando te la envíen. Lydia [posiblemente Lydia Calderón] tuvo éxito según ella y los periódicos. Me alegro. Siento que los Godoy hayan dado su fiesta el mismo dia… ¡Que duro es tener amigos peleados entre sí!

64AFBM. 3.38. Carta de Philippe Erlanger, director de la AFAA (París) del 5 de junio de 1940 a Beltrán (París): [Traducción del francés] [mecanografiado] […] Tras el honor de recibir la visita del Ministro de Cuba [posiblemente se refiera al ministro de relaciones exteriores Miguel Ángel de la Campa y Caraveda] y de usted, no faltamos en estudiar el interesante proyecto de la exposición francesa en La Habana con el que tan amablemente ustedes han logrado impresionarnos. Los acontecimientos, para mi gran pesar, han retrasado un poco el examen que ya habíamos comenzado. Tan pronto como las circunstancias sean más favorables, no vamos a dejar de tratarlo con los Museos Nacionales, el Ministerio de Asuntos Exteriores y, por último, nuestro Consejo de Administración que posee la decisión final. Puede estar seguro de que, en cualquier caso, el asunto será tratado con toda la atención adecuada y con la más profunda simpatía para un proyecto que no podía dejar de fortalecer los lazos de amistad intelectual entre la República de Cuba y Francia. Me apresuraré a mantenerlo informado tan pronto como podamos alcanzar un resultado.

65AFBM. 7.17. Nota de Irene Narezo con el título Para ir a Cuba: Salir de Barcelona para Veracruz con escala en La Habana -y tomar el barco siguiente- o solo hasta La Habana. El barco se llama La Habana solo tiene una clase. El pasage [pasaje] cuesta 685 $, sea 7.000 ptas cada uno. En La Habana ir al Hotel Nacional cuesta de 8 a 10 $ diarios, 320 ptas. [La datación posterior a 1930 viene dada por la mención al Hotel Nacional de La Habana, inaugurado el 30 de diciembre de ese año] o al Hotel Sevilla unos 7 $ diarios. Ir a ver al Sr. Dols [¿?], cuando queramos marchar allá.

66El Dr. Santiago Verdeja Neyra fue elegido senador de la provincia de Matanzas en las elecciones de 1936 (por ocho años), 1944 y 1948: El doctor don Santiago-Manuel Verdeja y Neyra […] nacido en […] Matanzas, el 4 de diciembre de 1882, médico-cirujano diplomado por la Universidad de La Habana, como político ha sido Senador de la República de Cuba y Presidente de la Cámara de Representantes, Secretario de Sanidad y Beneficencia y luego Ministro de Defensa […]. Casó dos veces: la primera […] con doña América-Evangelista Sardiña y García […]. [Con ella tuvo un hijo] Doctor don Santiago-Eloy Domingo Verdeja y Sardiña, […], nacido el 13 de septiembre de 1909 [...] que es abogado, actualmente residente en Estados Unidos de América y ha sido Registrador de la Propiedad, Enviado extraordinario y Ministro plenipotenciario de la República de Cuba en Francia y en Bélgica. (Nieto Cortadellas, 1995, p. 121)

67Ver notas 11 y 12.

68AFBM. 4.29. Carta de Santiago Verdeja (La Habana) a Beltrán (Barcelona) del 14 de mayo de 1948 [manuscrito].

69Inscripción en el ángulo inferior izquierdo: «Al Exmo Señor Ministro/ S. Verdeja Sardiña/ F. Beltran Masses/ AETATE SUA 29./ Paris 1939».

70Ver nota 66.

71Ver el Catálogo oficial ilustrado de la Exposición Nacional de pintura, escultura y arquitectura de 1912, Ed. Artes gráficas Mateu, Madrid, 1912, p. 11 [Cat. 94].

72«Nació Federico Beltrán en Cuba, y aunque […] marchara á otras tierras aún guarda en su espíritu indolencias que evocan palmera y ojos negros de lúbricas criollas, y la música de su voz es como un cantar melodioso é insinuante en que hay guajiras de lentas cadencias y hay rumorosos acordes de frondas». García Maroto incluye imágenes de las cuatro obras que Beltrán presenta en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1912. Según el artículo, además del Retrato femenino de perfil, objeto de este estudio, Beltrán concurre con los siguientes retratos: Mi familia -que se corresponde con el catálogo oficial de la mencionada exposición [Cat. 93]-, donde encontramos de izquierda a derecha a Amelia Narezo detrás de un perro, Enrique Narezo, Alphonse Narezo, la madre de Beltrán, la viuda de Narezo e Irene Narezo; y Retrato de la Viuda Narezo y su hija, ambas tumbadas sobre un diván, ganador de la primera medalla en VI Exposición Internacional de Barcelona de 1911.

73Ver nota 32.

74RCAB. Dosier A. 4.: Archivo General 1910-1912, p. 96, doc. N.º 96/2: Catálogo original de la Exposición de Pintura y Escultura en el Centro Industrial de Tarragona del 22 de septiembre al 7 de octubre de 1912, artistas participantes por orden alfabético (páginas no numeradas): Beltrán figura el primero, con dos obras: La niña en rojo [n.º 1] y Retrato [n.º 2], siendo este último el actualmente conservado en el Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba (Archivo General 1910-1912, p. 90, doc. N.º 90: Relación de envíos a la Exposición de Tarragona de 1912: Nº 13. Federico Beltrán. 1 [Caja]. […] 3000 [precio]. 1,20 x 90. Retrato).

75Segundo museo general de Cuba, fundado por Óscar María de Rojas y Cruzat en 1900, quien fue su director e impulsor hasta su muerte en 1921 (EcuRed, 2019b).

76AFBM. 4.29. Carta de Santiago Verdeja (La Habana) a Beltrán (París) del 15 de abril de 1946 [manuscrito].

77«El doctor Enrique Rodríguez [cubano que -como hemos visto- hace las presentaciones entre los Narezo y Beltrán] casó con Natalia Narezo [ver nota 79] […] se instalaron en Cuba, donde viven con sus hijos, la señorita Nena y dos varones, abogados, uno de ellos recientemente elevado al cargo de Magistrado del Tribunal de Garantías Constitucionales» (Maribona, 1949 b, p. 46).

Expuesta en su estudio de la calle Orfila de Madrid (1909) y, posteriormente, en el Salón Parés de Barcelona (1910), en la prensa de la época encontramos numerosas alusiones a esta pintura, destacando:

  • A. de Madrid. (1909, marzo 13). Crónica gráfica. Blanco y Negro, (932), 16-17, con fotografía de R. Cifuentes.

  • E.V.A. (1909, marzo 14). Notas de arte. Federico Beltrán. El Globo, (11.684), 1-2: «evoca los tipos […] descritos en las novelas maravillosas de Pereda. Aquel arrugado rostro de perfil volteriano y sutil es el de la bruja criticona del lugarejo. Los odios de sus convecinos han impreso en el rostro de la anciana el sello de la desconfianza y el temor […] [basta exponer] La tía Micaeluca para que digamos: [Beltrán] es una juventud poderosa y vibrante»;

  • Valflor. (1909, marzo 15). Exposición de cuadros de Federico Beltrán. La Época, (20.972), 1: «También es muy notable La Tía Micaeluca, una vieja aldeana, semejante á una bruja, y que evoca los pueblos montañeses, donde hoy reina la leyenda de las apariciones y los sortilegios».

  • Germeix, V. (1909, abril 14). La exposición de Federico Beltrán. El Álbum ibero americano, (14), 160: «la mala lengua del pueblo».

  • Gil, R. (1910, marzo 3). Federico Beltrán. Actualidades, (107), 3: «La bruja del caserio».

79En el archivo familiar de Daniel Narezo (Bobigny, Francia), hijo de Enrique Narezo -hermano de Irene-, se conserva una nota sin datar escrita por su madre Simone Palavioux explicándole los orígenes de su familia paterna. En ella se explica lo siguiente sobre Natalia Narezo: «[Manuscrito, traducción del francés] Tu abuelo [Pablo Narezo] […] Tenía una hija fuera del matrimonio Natalia, que siempre debe haber permanecido en México [Según Maribona se instaló junto a su marido, el Dr. Enrique Rodríguez en Cuba (ver nota 50)]; tenía más edad que tu abuela». Esta información se confirma por el manuscrito de Irene Narezo -mujer de Beltrán- transcrito en la nota 34 de este artículo.

80AFBM. Caja de prensa, álbum de recortes II, p. 70: recorte adherido de The Art News (Nueva York), 2 de mayo de 1925.

81La pintura presenta la siguiente inscripción en el ángulo inferior izquierdo: «a mis queridos amigos/ Maria y J. Antonio Presno/ Paris 1926/ F. Beltran Masses».

Pacheco (2010, p. 177):

Para un somero análisis de la orientación ideo-estética de la sociedad, hay que contar con la proyección socio-cultural de su fundadora María Teresa García Montes de Giberga [La Habana, 1880-Nueva York, 1930] y en gran medida la de sus continuadoras Oria Varela de Albarrán, Natalia Aróstegui y Laura Rayneri de Alonso. Todas estas mujeres proartinas desarrollaban una cualidad artística y […] [representaban a] lo más distinguido de la aristocracia habanera

. AFBM. 6.28.: ver borrador de carta de Beltrán (París) cercana a 1933 a Conchita Giberga de Oña (La Habana?) -hija de María Teresa Montes- en relación con el mencionado retrato, indicándole que transmita a su sucesora sus deseos de perpetuar la memoria de su madre con dicha pintura: «[manuscrito] Señorita de Giberga. Yo quisiera que el sabado abusando de su bondad, mandara un càble á Oria, diciéndole con el placer que hice ese retrato en el que puse mi corazón, mi admiración, y el deseo de que perpetúe el alma generosa é inteligente de su mamá. Acepté hacerlo de antemano para colaborar a su gloria, lo acentué después por cariño conquistado de la familia». Encontramos una imagen del retrato de María Teresa Montes de Giberga, cuyo pie reza: «Óleo del pintor francés Beltrán Masses, 1933. Colgado en el Salón de Actos del Teatro Auditórium hasta 1961» (Piñeiro Fernández, 2019). Existe constancia de una fotografía de Montes que pudo servir de modelo a Beltrán para pintar este retrato póstumo desde París en 1933. La filántropa fallece en Nueva York en 1930, año en el que -como hemos visto- Beltrán había viajado a la ciudad, donde pudo haber establecido contacto con ella.

*Las diversas variantes con que las fuentes muestran el segundo apellido del pintor han generado cierta confusión con respecto a su acentuación. En las publicaciones de la época se observa que amigos cercanos -como José Francés- lo escriben con y sin tilde indistintamente. En los catálogos de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, «Masses» figura sin tilde, del mismo modo que en el de la Exposición Hispano Francesa de 1919 -donde el pintor formó parte de la organización-. Respecto a las fuentes primarias, los certificados de bautismo del pintor y de su madre (ver notas 11 y 12) lo escriben sin tilde. El propio Beltrán, al firmar sus escritos o sus obras no suele incluir la tilde ni en «Masses» ni en «Beltran», lo cual -lamentablemente- no resulta esclarecedor. Las fuentes orales que suponen los testimonios de sus herederos -quienes lo conocieron en vida y convivieron con la mujer del pintor durante años- indican que el segundo apellido no se acentuaba en su segunda sílaba, actuando como una palabra llana. Sin embargo, en uno de los últimos papeles personalizados encargados por el pintor (h. 1938), el membrete -ubicado en el margen superior izquierdo- reza: «F. Beltran-Massés/ 12 Villa Guibert/ 83, Rue de la Tour (XVI)/ Trocadéro 64-05». En cualquier caso, dado que todas las publicaciones recientes y bases de datos actuales lo han escrito como «Massés», con el fin de facilitar la búsqueda a futuros investigadores, en este artículo se escribirá también como una palabra aguda con tilde sobre la «e».

Notas aclaratorias

Especialmente a partir de 1914, cuando comienza a desvincularse del naturalismo riguroso de la etapa anterior, apostando por el idealismo esteticista que caracterizará a su estilo definitivo posteriormente. Para entender cómo los críticos de la época percibían las influencias de Cuba y México en la obra de Beltrán ver AFBM. Caja de prensa, álbum I pp. 450-451: recorte del artículo de Ventosa, EL (1914, octubre 29). Exposición Beltrán Massés. Salón Parés. Diario del comercio:

Un ambiente exótico, saturado de una voluptuosidad tropical, flota en sus lienzos decorativos; sus mujeres reflejan en su indolencia ese bienestar del ambiente dulce de las bellas tardes cubanas y de los amaneceres de la luminosa costa mexicana, sus carnes doradas, estas entonaciones calidad de bronce pálido, éstas morenas de aceitunados con transparencias nacarianas me recuerdan las criollas cubanas y las indias bellísimas de Tehuantepec y de Tabasco

.

84AFBM. Caja 9: carta del 28 de octubre de 1939 de Luis Rodolfo Miranda, subsecretario de estado de la República de Cuba (La Habana) a Federico Beltrán (París).

85Ver nota 64.

Recibido: 17 de Febrero de 2020; Aprobado: 21 de Marzo de 2020

*Autor para la correspondencia. mcaro173@alumno.uned.es

Conflictos de intereses

El autor declara que no existen conflictos de intereses

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