Introducción
El Equipo de Estudios Rurales (EER) y la Dirección provincial en La Habana de la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales (ACTAF) han establecido un vínculo de trabajo cuyas oportunidades incluyen asesoramientos a actividades específicas, estudios de casos en unidades productivas, participación en proyectos con empresas, gobiernos locales, agencias nacionales y otras de colaboración internacional. Este vínculo es considerado un puente para acceder a las relaciones de trabajo que cada parte tiene establecidas con otras instituciones y organizaciones.
Se han propuesto responder a las demandas específicas del trabajo convenido e incorporar otros posibles aportes desde las perspectivas más actuales para gestionar el desarrollo socioeconómico. Ambas entidades otorgan una especial relevancia a esta relación de trabajo.
Este vínculo es continuidad del desarrollado por el EER en etapas precedentes con otras instituciones de la agricultura, como el Ministerio del Azúcar (MINAZ) y la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP). Incluso, se mantiene la preferencia metodológica por la aplicación de estudios de caso que atienden a variables de interés. Este trabajo se propone describir el vínculo de colaboración entre el EER de la Universidad de La Habana (UH) y la ACTAF-La Habana para la aplicación de investigación científica en unidades productivas de base.
Fundamentación del vínculo
La colaboración entre los actores socioeconómicos y científicos es una práctica histórica en Cuba. Desde fines del siglo xviii fueron creadas Sociedades Económicas en Santiago de Cuba, 1787 (Escobedo y Amores, 1992, p. 225) y La Habana, 1792, con delegaciones en otras ciudades de la isla. Aquellas son antecedentes de la actual Sociedad Económica Amigos del País.
A finales del siglo xviii, se funda la Sociedad Económica de Amigos del País de La Habana, institución social creada a petición de ilustres personalidades e intelectuales cubanos interesados en resolver los problemas y el atraso existente en Cuba. Desde sus inicios sus objetivos estuvieron dirigidos a fomentar el desarrollo económico y sociocultural de la Isla. Para lograr este fin, se fundaron en algunas de las regiones económicamente importantes, las llamadas Diputaciones Patrióticas, consideradas dependencia o filial de esta Sociedad Económica, las que desempeñaron un papel importante en cada una de estas zonas.
En la actualidad existe la expectativa de consolidar vínculos sinérgicos entre los actores socioeconómicos y científicos para su desarrollo equilibrado y colaborativo, que contribuya al progreso socioeconómico autóctono y sostenible del país (PCC, 2011). El reordenamiento y desarrollo de la economía nacional y de la agricultura como parte esencial se está concibiendo sobre los pilares de la eficiencia, la innovación y el conocimiento (PCC, 2011, pp. 21-23). En ese contexto se le está brindando espacio y apoyo a las relaciones entre las bases productivas, las organizaciones profesionales y las instituciones del conocimiento.
Dentro del marco de la agricultura cubana se encuentra diversidad de actores desde el punto de vista de la forma de propiedad sobre la tierra, de las relaciones con otros sectores económicos (Valdés, 2005; García Álvarez y Anaya Cruz, 2020), de organizaciones profesionales (Infoagro, 2022), e instituciones científicas (Grupo Agrícola, 2022) En primera instancia, esto responde a las particularidades y necesidades de la economía nacional, pero ha podido concretarse gracias a la actividad formativa y la voluntad política de la Revolución. Resulta pertinente la estrategia de trabajar con esta diversidad mediante la colaboración, la interdependencia y la armonización de los fines e intereses específicos, colectivos y nacionales (PCC, 2011, pp. 26-29).
Para trabajar guiada por estos principios fue creada la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales (ACTAF), inscripta en el registro de asociaciones de la República de Cuba desde el 2 de febrero de 1987. Según divulga el sitio web cubano Infoagro (2021):
La ACTAF tiene como paradigma lograr el desarrollo de una agricultura sostenible sobre bases agroecológicas, para lo cual no solo trabaja en todo un amplio proceso de capacitación de sus asociados y de la sociedad cubana en su conjunto sino también en el desarrollo de un proceso de divulgación, promoción y reconocimiento a todas las experiencias exitosas que de forma individual o colectiva logren efectivamente dar cumplimiento y materialización al modelo de agricultura que como organización propugnamos y defendemos.
Puede reconocerse la vocación colaborativa de esta Asociación en su misión profesional: «Potenciar la gestión del conocimiento articulando a mujeres y hombres, técnicos, profesionales y otros actores, en función del desarrollo agropecuario y forestal sostenible sobre bases agroecológicas», y en su visión como parte de la diversa sociedad civil cubana: [ser] «Referente de la calidad por su contribución al desarrollo agropecuario y forestal sostenible, con equidad, y en la promoción de la cultura agraria ecológica, local y tradicional» (Infoagro, 2021).
Entre sus objetivos estratégicos dos le otorgan pertinencia a establecer vínculos con actores del conocimiento, como el EER, universidades y entidades de ciencia tecnología e innovación (ECTI): «Propiciar las relaciones con organizaciones internacionales y nacionales que tributen al desarrollo agroecológico sostenible; Desarrollar la cultura agroecológica-sostenible en técnicos y profesionales».
Las oportunidades de colaboración se materializan en las vías utilizadas para construir los sistemas agrarios sostenibles: apoyo al desarrollo local y comunitario, capacitación a técnicos y productores, extensionismo agrario, formación de grupos multidisciplinarios, integración a redes y difusión e intercambio de experiencias en la actividad agraria a través de publicaciones y eventos (Infoagro, 2021).
El EER comenzó su trabajo siendo un subequipo de investigación del Equipo de Estudios de los Complejos Agroindustriales Azucareros -adscrito a la Facultad de Economía de la Universidad de La Habana- que realizó una amplia iniciativa de investigación en temas económicos y sociales aplicada a la agroindustria cañera y a los productores y sus familias. El encargo específico del subequipo fue el estudio de las relaciones político-sociales de los campesinos con los complejos agroindustriales. Así trabajó desde su creación el 23 de diciembre de 1983 hasta el año 1992, cuando se convierte en un grupo independiente. Ha conservado las líneas de investigación y ha mantenido un anclaje institucional, al adscribirse al Departamento de Sociología de la Facultad de Filosofía, Historia y Sociología de la universidad (ARECA, 2008; Herrera, 2014).
Según consta en los archivos del EER, las líneas de investigación que siguió fueron: cooperativismo, impacto social del cooperativismo, participación de la mujer y los jóvenes en el contexto rural, reestructuración de la agricultura cubana como sector económico dentro de la reestructuración de la economía cubana en el periodo especial, historias agrarias y metodologías de enseñanza-aprendizaje directas entre campesinos.
A lo largo de su funcionamiento ha estado integrado por profesores e investigadores de diversas instituciones, como el Departamento de Sociología mencionado ut supra, el Centro de Estudios Demográficos (CEDEM), el Programa FLACSO-Cuba, la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), el Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS), el Ministerio de la Agricultura (MINAG) y otras. Ha colaborado en proyectos de investigación y desarrollo tecnológico de asociaciones profesionales, centros y grupos de investigación como: ACTAF, Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), Asociación Cubana de Producción Animal (ACPA), Cátedra Azucarera «Álvaro Reinoso» y otros. En varios de esos proyectos participaban instituciones y organizaciones extranjeras interesadas en la colaboración para el desarrollo en Cuba (ARECA, 2008; Herrera, 2014). Es acertado afirmar que la colaboración entre diversos actores marcó la creación y el estilo de trabajo del EER.
Resultados de trabajo
En el año 2012 se acordó entre el EER y la ACTAF-La Habana una nueva etapa de trabajo para dedicarse al estudio de la agricultura urbana en la capital. Este campo de estudios resultaba viable dadas las relativas cercanía y posibilidades de acceso a las unidades productivas y empresariales; aunque se consideró en especial la pertinencia de apoyar a las bases productivas en la realización de su aporte integral al territorio, en cuanto a resultados económicos e impacto social. Para esa fecha ya esta modalidad de la agricultura en el país y en la ciudad capital realizaba significativos aportes de alimentos frescos directamente a la población e instituciones, cumplía contratos preferenciales (contratos sociales) con instituciones educativas y de salud pública y sus trabajadores participaban en proyectos comunitarios.
Como tema de principal interés se eligió el diagnóstico de las potencialidades productivas en las unidades de base: Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC), Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS), Unidad Empresarial de Base (UEB). Esta búsqueda desde la perspectiva de los productores directos permite revisar el funcionamiento, la eficiencia y los resultados económicos y sociales de estas unidades productivas, una visión que por mucho tiempo fue soslayada y/o subvalorada en los análisis de lo local, regional y nacional. Se decidió tener como temas transversales las prácticas agroecológicas, la participación de los jóvenes y la relación de género, que dan la posibilidad de cualificar las salidas de las potencialidades productivas en variables de interés para el diseño y evaluación de las políticas públicas (Arias y Leyva, 2017).
La metodología empleada es parte del proceder investigativo del equipo, que tiene reconocimiento por la calidad y relevancia de estudios anteriores (Herrera, 2014). Para lograr el acercamiento e identificación de las prácticas y las opiniones individuales o de los grupos de cooperativistas se utilizaron los métodos de observación y encuesta. Dado que el estudio se aplicaría con la dedicación parcial del tiempo de trabajo de los profesores, en visitas a las unidades productivas que incluirían las áreas comunes y los puestos de trabajo, se decidió aplicar la técnica de observación no participante. Se buscó mayor profundidad en la información mediante la técnica de entrevista individual semiestandarizada, que permitiera aprovechar las particularidades de la empatía (rapport) y de los conocimientos en cada entrevista. De igual manera, también se consultaron documentos de interés.
Se abrió esta etapa con la aplicación tres estudios en unidades de base de la agricultura urbana del municipio Cerro. Entre mayo de 2013 y abril de 2014 en dos Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC): «24 de Febrero» y «1ro de Julio»; entre octubre de 2014 y junio de 2015 en la Cooperativa de Créditos y Servicios Fortalecida (CCSF) «Juan Bruno Zayas», los cuales fueron realizados en el marco de la implementación de un donativo de la ONG española SUDS a la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) «1ro de Julio», por medio de su colaboración con ACTAF. Tales investigaciones rindieron como resultados la entrega de los informes de trabajo solicitados, la presentación de una ponencia en eventos científicos y la publicación de dos artículos científicos que han sido de utilidad para los productores, la asociación y la comunidad científica interesada en aspectos socioeconómicos de la agricultura cubana.
El diagnóstico de las potencialidades productivas prestó especial atención a la gestión administrativa y la satisfacción laboral de los trabajadores. Esta visión incluyó características de la tierra y los medios de producción, habilidades individuales y grupales de los trabajadores, procedimientos tecnológicos de producción, formas de comercialización, relaciones de la UBPC con otras instituciones, proyección comunitaria, calidad de la atención al hombre y las relaciones personales. Se identificaron trece potencialidades productivas sobre el uso de la tierra y los medios de producción, la utilización de paquetes tecnológicos, las formas de comercialización, las relaciones institucionales, la proyección comunitaria y las relaciones personales.
Es oportuno citar como resumen de ese resultado que:
En diálogo con los trabajadores sobre las potencialidades productivas se confirmó que comprendieron el provecho económico propio que representan.
Se identificó que reconocen y valoran positivamente el papel de las UBPC como institución social.
Se reconocen reservas individuales y grupales de productividad, radicadas en su actuación asertiva y en la cohesión grupal.
Los trabajadores expresaron la expectativa de que la UBPC sea fuente de empleo para personas que hagan su aporte social desde la agricultura urbana.
El desarrollo de las potencialidades en acciones, procesos y cambios, tendría impacto económico directo en la generación de mayor nivel de articulación al interior de las unidades productivas y del grupo social que las integra, con la sociedad en general, por tanto, se lograría una mayor aproximación con las instituciones del sistema de la agricultura y las comerciales y, en segundo momento, con las instituciones comunitarias y con el contexto de la ciudad.
Mantener procesos de comunicación UBPC-empresa-Delegación Municipal de la Agricultura de manera constante y armónica puede influir en el adecuado funcionamiento de los procesos organizativos y productivos de la cooperativa (Pérez Rojas et al, 2017b).
Los informes de trabajo están disponibles en el archivo del EER y fueron entregados como resultado de trabajo a la ACTAF municipal y a la Delegación Municipal de la Agricultura, ambas en el municipio Cerro.
Para contribuir en la divulgación de estos resultados se elaboró una ponencia que fue presentada en diferentes espacios académicos y científicos y llegando a obtener la categoría Destacada en el Fórum de Economía Municipal de Plaza de la Revolución en el 2016.
Se redactó un artículo (Pérez Rojas et al., 2017a) que fue publicado en la revista Universidad de La Habana, en un dossier dedicado a la sociología del trabajo en Cuba. Otro artículo se publicó en el libro Políticas públicas y procesos rurales en Cuba. Aproximaciones desde las ciencias sociales (Leyva et al., 2017). Este texto obtuvo el Premio de la Crítica Científico-Técnica del Instituto Cubano del Libro (ICL) en 2018 y es parte del resultado científico: Cuba rural en los siglos xx y xxi. Contribuciones de las ciencias sociales desde una perspectiva crítico-propositiva, que recibió el Premio Nacional de la Academia de Ciencias de Cuba (ACC) en Ciencias Sociales y Humanísticas en el 2020.
Se continuó con tres estudios en unidades de base de la agricultura urbana en el Consejo Popular Colón, Nuevo Vedado, municipio Plaza de la Revolución. Se realizaron entre marzo y octubre del 2019 en los organopónicos: «La Sazón», «Plaza» y «V Congreso», parte de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Organopónicos Centro de la Empresa Agropecuaria Metropolitana. Dichos organopónicos forman parte del «Proyecto de apoyo al Programa de Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar de 6 municipios en Santiago de Cuba y La Habana», coordinado por ACTAF con apoyo de la Agencia Española de Colaboración Internacional para el Desarrollo (AECID).
El trabajo investigativo mantuvo el enfoque en identificar las potencialidades productivas en el análisis de la opinión de los trabajadores sobre la gestión administrativa y su satisfacción laboral. Además, se tuvieron en cuenta otros temas transversales que enriquecieron el estudio: las prácticas agroecológicas, la participación de los jóvenes y la relación de género. Como unidades de análisis fueron considerados los productores, los procesos productivos y los de toma de decisiones. Se identificaron once potencialidades productivas a desarrollar y se ofrecieron tres recomendaciones generales.
Es oportuno citar como resumen de ese resultado que:
Cada organopónico es un colectivo laboral cohesionado, con sentido de pertenencia hacia los medios de producción y con alta valoración de su encargo social. Las dificultades están en carencias materiales, las que son identificadas como obstáculos a los procesos de la producción directa, y en la falta de claridad sobre las relaciones empresariales de las que son parte. La información sistematizada expresa una visión colectiva de las potencialidades productivas de este grupo de trabajadores y del organopónico como forma productiva, construida desde los sentidos que le atribuyen a los procesos y acciones de todo tipo en que participan. Las acciones y actitudes mostradas por los trabajadores fueron positivas y pueden resumirse en: capacidad de trabajo, voluntad de sobreponerse a lo adverso y compromiso con su encargo social (Martín y Pérez, 2021, pp. 189-190).
Otras acciones de divulgación y actividades sociales
El trabajo de investigación social se complementa con la participación de los profesores del EER en eventos científicos organizados por la ACTAF y otras asociaciones, en los cuales se comparten los resultados alcanzados y se resalta la importancia de la colaboración: Fórum Municipal de Economía de Plaza de la Revolución, Fórum Provincial de Economía de La Habana, intercambio de experiencias por la eficiencia económica de la empresa socialista, organizados por la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (ANEC) en el año 2016; Evento Precongreso del Capítulo Habana de la Sociedad Científica Cubana de Derecho Agrario (SCDA), X Congreso Internacional sobre Derecho Agrario, organizados por la Sociedad Científica Cubana de Derecho Agrario (SCDA) en 2016; Evento preparatorio anual previo al IX Encuentro Internacional de Abogados Laboralistas y del Movimiento Sindical, organizado por la Unión Nacional de Juristas (UNJ) en La Habana, en el año 2017; XIII y XIV Encuentro Provincial de Agricultores Urbanos, Suburbanos y Familiares, organizado por la ACTAF-Filial La Habana en los años 2017 y 2018; II Taller de Prácticas Agroecológicas para la Nutrición de Plantas y Animales, coordinado por la ACTAF, el Grupo de Jóvenes Agroecólogos (GJA) y Ayuda Popular Noruega (APN), en el 2019.
Los profesores también han participado en actividades socioculturales que organiza la ACTAF-La Habana, las cuales sirven de plataforma para que entren en contacto las diversas iniciativas económicas, ambientales y culturales que desarrollan los productores de la agricultura urbana en la capital. De esa manera se enriquece el vínculo con miembros de las bases productivas y con otras instancias del sistema de la agricultura.
Además, han sido merecedores de reconocimientos por parte de la asociación: Distinción 30 Aniversario de la ACTAF, otorgada al EER como órgano de base en 2017; el Premio a la Creatividad de la Mujer en el Medio Rural, otorgado a la coordinadora del equipo en 2018 por su trayectoria.
Resultados comunes en estas experiencias de estudio
El EER mantuvo su perspectiva de vínculo y análisis con la realidad estudiada pues los resultados tienen como centro al sujeto social transformador y a los sujetos sociales por los cuales realiza su actividad. Esto había sido señalado por Herrera (2014): «En las investigaciones prevalece la intención de analizar el papel del sujeto agrícola como factor revolucionador de la actividad productiva» (p. 75). «La práctica productiva tecnológica es una actividad de interacción social, de transformación, cognición y valoración, en ella no solo se crea lo material, sino que se utilizan y desarrollan los conocimientos, experiencias y hábitos» (Machado citada por Herrera, 2014, p. 76).
El colectivo de trabajadores -que incluye a los productores directos y directivos de las unidades de base- se manifestó como un grupo cohesionado que tiene claridad de sus roles y sus relaciones, evidenció su identificación con la actividad agropecuaria dirigida al aumento de la producción y a la agroecología, expresó su compromiso para el logro de los planes de producción acordados y mostró correspondencia entre las metas individuales y las metas colectivas.
Los trabajadores reconocieron su satisfacción personal y colectiva respecto al cumplimiento del encargo social, por medio del cual se sienten directamente vinculados a la comunidad y el municipio, creen que así aportan a la ciudad y al país. Se afianzan en la concurrencia y preferencia de los clientes, lo que entienden como un reconocimiento a la accesibilidad y calidad de sus productos y satisfacción con el aporte al consumo familiar.
Se identificaron diversos aspectos a mejorar en la gestión productiva: la participación en la toma de decisiones, el sistema de pagos/beneficios, la disponibilidad de medios, insumos e infraestructura y la realización final de las producciones. Los trabajadores expusieron sus acciones y propuestas a ejecutar en las unidades de base y fundamentaron la necesidad de resolverlas junto a las instancias externas -de la agricultura y/o del gobierno local- en unidad imprescindible, según su punto de vista.
Existen dificultades en las relaciones bases productivas-empresas e instituciones del sistema de la agricultura. Se expresan como insatisfacción con las formas de participación en la toma de decisiones, donde aprecian el predominio de los criterios de las instancias externas -de la agricultura y/o del gobierno local- y deficiencias en la comunicación sobre decisiones y situaciones problémicas específicas. Estas hacen aparecer algunas manifestaciones de escepticismo sobre el proyecto laboral y de vida futuro, en lo individual y colectivo.
Consideraciones finales
Establecer y desarrollar la colaboración ha favorecido el cumplimiento del encargo social las partes implicadas. El Equipo de Estudios Rurales (EER) ha mantenido su actividad investigativa con acceso a un campo de investigación pertinente y relevante: la agricultura urbana en La Habana. La Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales (ACTAF)-La Habana ha gestionado la aplicación del conocimiento, en este caso de la sociología, al estudio particularizado del desempeño de las formas productivas de base. Los productores directos han visto recogidas y sintetizadas sus opiniones y propuestas para prácticas productivas eficaces y eficientes, en una nueva oportunidad de transmitirlas a otros actores del contexto de la agricultura urbana en La Habana y del sistema nacional de la agricultura.
Es oportuno dar continuidad al vínculo de colaboración entre el Equipo de Estudios Rurales (EER) y la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales (ACTAF)-La Habana, como muestra efectiva de relaciones de trabajo mutuamente provechosas entre las instituciones del conocimiento -institutos de investigación y universidades-, las asociaciones profesionales y las bases productivas.
Los resultados obtenidos clarifican el estado de los procesos de toma de decisiones, las dinámicas productivas, el reflejo de políticas públicas y las propuestas de desarrollo en los casos estudiados, por lo que pueden funcionar como referencia para la transformación positiva de las situaciones particulares y trascender como referencia acumulativa y comparativa para otros estudios similares, porque se abordaron variables de interés en la agricultura cubana y que impactan en el diseño y evaluación de algunas políticas públicas.