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Revista Cubana de Educación Superior

versión On-line ISSN 0257-4314

Rev. Cubana Edu. Superior vol.36 no.3 La Habana set.-dic. 2017

 

Artículo Original

 

Estrategias orientadas al aprendizaje autónomo en la Universidad Estatal Península de Santa Elena, Ecuador

 

Strategies oriented towards the independent learning in the Universidad Estatal Península de Santa Elena, Ecuador

 

 

 

Margot García EspinozaI, Tania Ortiz CárdenasII, María Dolores Chávez LoorIII

I Universidad Estatal Península de Santa Elena, Ecuador.
II Centro de Estudios para el Perfeccionamiento de la Educación Superior (CEPES), Universidad de La Habana, Cuba.
III Universidad Técnica de Manabí, Ecuador.

 

 

 

 


 

RESUMEN
Con el aprendizaje autónomo los estudiantes pueden alcanzar mejores rendimientos académicos. Por consiguiente, en este artículo se hace una valoración del uso de estrategias que contribuyen al desarrollo del trabajo autónomo en los estudiantes de la Universidad Estatal Península de Santa Elena, Ecuador; estrategias que pueden ser incorporadas, a su vez, al plan de estudio de dicha universidad. Se tomó como referente un diagnóstico sobre el uso de dichas estrategias en dos carreras: Educación Básica y Gestión y Desarrollo Turístico.

PALABRAS CLAVE: currículo, educación universitaria, proceso de enseñanza-aprendizaje.

 

 

 

 


 

ABSTRACT
By means of the present independent learning, the students are able to achieve the best academic performance. Thus, the present work values the use of strategies that contribute to the development of the independent work of the student at Universidad Estatal Península de Santa Elena, Ecuador; strategies that can later on be incorporated to the study plan of the said university. A diagnosis on the use of strategies in the two careers, Basic Education and Touristic Development and Management, were taken as reference.

KEYWORDS: curriculum, university education, teaching-learning process.

 

 

 

 


 

 

Introducción

En nuestra investigación se concibe la nueva universidad como un referente de la sociedad para el cambio; las IES demandan de un mundo más justo, en donde reinen principios tales como la solidaridad, la equidad y el respeto al medio ambiente. Tünnermann (1996) señala que una de las características de la universidad del siglo XXI debe ser la integración de la docencia, la investigación y la extensión, en función de un solo gran quehacer universitario; a su vez, se deben enriquecer mutuamente y aplicar en la búsqueda de soluciones para los problemas de la sociedad y la nación.
Entre las principales carencias que aún persisten en la formación académica está la relacionada con la organización del currículo y su función como herramienta que permite dirigir el proceso de enseñanza-aprendizaje para elevar los niveles de perfeccionamiento y compromiso de los futuros profesionales. Este resulta ser un debate muy antiguo que sigue vigente, especialmente, porque los resultados para la educación superior no son muy alentadores.
En Ecuador, los docentes enfrentan un desafío en el aula: mantener el interés de los estudiantes. Una de las vías para lograrlo es promover un aprendizaje autónomo, centrado en el provecho del educando, el cual debe desarrollar futuras habilidades profesionales; un aprendizaje donde los maestros asuman el papel de estrategas, mediadores y utilicen las estrategias adecuadas para el logro de los objetivos propuestos dentro y fuera de la clase.
La evaluación realizada al sistema de educación superior ecuatoriano, por parte del Consejo de Evaluación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (CEACES, 2012), categorizó a las universidades según cuatro criterios: academia, eficiencia académica, investigación, organización e infraestructura. Con respecto a la eficiencia académica, la mayor debilidad de las instituciones universitarias se asoció con el bajo conocimiento de sus egresados, los cuales no respaldaron mínimos estándares del conocimiento en las disciplinas básicas del campo profesional, con lo que es imperativo garantizar elevados niveles de permanencia y aprobación de las carreras.
En esta misma línea, teniendo en cuenta las indagaciones realizadas en la Universidad Estatal Península de Santa Elena (UPSE) y nuestra experiencia docente, se han constatado insuficiencias como:

1. Los estudiantes desconocen que existe un Reglamento de Régimen Académico, elaborado por el Consejo de Educación Superior, y que cada universidad debe adaptarlo a su respectivo entorno. En él se estipula el uso del trabajo autónomo en la planificación de la clase por parte el docente y las horas que el alumno debe dedicarle a cada asignatura. Esta falta de información incide en la desorganización de sus actividades académicas.
2. El inadecuado uso de métodos que favorezcan, en el proceso de enseñanza- aprendizaje, la producción científica de los estudiantes y docentes.
3. El desinterés por la actividad académica por parte del estudiante y falta de una adecuada motivación por parte del docente.
4. Los estudiantes que trabajan, a veces en actividades ajenas a la preparación académica que están realizando, no pueden cumplir a tiempo con sus actividades, como la presentación de tareas.
5. Los insuficientes hábitos de estudio y lectura que originan una falta de concentración y bajo rendimiento académico.

Los aspectos antes mencionados son una pauta para establecer la problemática que impera en la Universidad Estatal Península de Santa Elena, acerca del trabajo autónomo y su instrumentación en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

1. Estrategias y currículo

El término estrategia se introdujo con la idea básica de competición en el campo económico y académico en el año 1944 por Von Neumann y Oskar Morgenstern y se incorporó, posteriormente, en el ámbito educativo para referirse a un plan o acción consciente hacia el logro de un objetivo (Valle, 2012). Elaborar una estrategia implica diagnosticar, trazar acciones para solucionar problemas derivados del diagnóstico y evaluar los resultados para rediseñar las acciones acometidas.
Según lo anterior, y con la aplicación de métodos científicos, se realizó un acercamiento a la definición de estrategia y sus múltiples variantes en el campo de la educación, lo que permitió concluir que existe un sinnúmero de aproximaciones conceptuales que están en correspondencia con la cantidad de investigaciones y autores que la asumen como objeto de investigación. Así, se encuentran estrategias pedagógicas, didácticas, curriculares, de aprendizaje, metodológicas y otras. Entre algunas de las definiciones que ha tenido el vocablo se encuentran la de Sierra et al. (2009) y la de Herczeg y Lapegna (2010), respectivamente:

En el caso de las estrategias curriculares de una carrera, estas constituyen una forma particular de desarrollar el proceso de enseñanza-aprendizaje con una direccionalidad altamente coordinada que responda al perfil de salida de la profesión en la que se imbrican de manera creciente los contenidos y los diversos métodos teóricos y prácticos de las unidades curriculares del plan de estudio que intervengan en la carrera (p. 1).
Las estrategias de aprendizaje, básicamente, son acciones específicas realizadas por el estudiante para hacer que el proceso de aprendizaje resulte más fácil, rápido, placentero, más autodirigido, efectivo y transferible a situaciones nuevas (p. 12).

De lo anterior se puede inferir que toda acción que tenga como propósito la apropiación del contenido a través del uso de estrategias, puede contribuir al desarrollo de habilidades y a la formación de la personalidad del educando.
Para el perfeccionamiento del proceso de enseñanza-aprendizaje en la formación profesional del estudiante es imprescindible el uso de estrategias que contribuyan al desarrollo de la competencia "aprender a aprender", en forma eficaz, y con ello se consigan resultados satisfactorios en función de la calidad educativa, que orienten adecuadamente el currículo de cada asignatura y las diversas formas para el aprendizaje del estudiante, entre ellas, por ejemplo, el aprendizaje autónomo, que le permite al educando ser constructor de su propio aprendizaje, donde el maestro actúa solo como mediador.
Moncada y Gómez (2013), citando a Manrique, proponen una serie de estrategias encaminadas al desarrollo del aprendizaje autónomo en la educación superior que podrían ser utilizadas por el docente para el logro de los fines propuestos:

1. Desarrollo de estrategias afectivo-motivacionales. Se dirigen a que el alumno sea consciente de su capacidad y estilo de aprender, tenga confianza de sus habilidades, logre una motivación intrínseca hacia la realización de su actividad y pueda superar las dificultades que se le presenten.
2. Desarrollo de estrategias de autoplanificación. Comprende la planeación de aspectos diversos, orientados a la formulación de un plan de estudio realista y efectivo que considere factores intrínsecos y contextuales.
3. Desarrollo de estrategias de autorregulación. Consiste en revisar continuamente la realización de las tareas e identificar los progresos y las dificultades.
4. Desarrollo de estrategias de autoevaluación. En ella el alumno compara la información obtenida, evalúa la eficacia de la planificación y valora el nivel que ha alcanzado su meta de aprendizaje y la actuación que ha desarrollado.

Estas estrategias curriculares para la orientación del trabajo autónomo permitirán -a través del proceso docente- integrar las estrategias de enseñanza y aprendizaje para el logro de los objetivos propuestos en busca de un mejor desarrollo de las habilidades del educando.
En este proceso integrador de la enseñanza juega un papel trascendental "el currículo", porque debe integrarse en él, los objetivos, contenidos, métodos, técnicas y la evaluación. Este vocablo es muy empleado en educación y se ha abordado desde diferentes visiones. Una de las reflexiones más significativas sobre los contenidos curriculares se refiere a la neutralidad con que se presentan. Las universidades tienen un desarraigo social y una discapacidad para interpretar la realidad, precisamente, porque no brindan suficientes espacios para el desarrollo del pensamiento en el periodo de la mercantilización de la educación.
En esta investigación se asume el concepto de currículo expuesto por Larrea (2014), pues en él se involucran diferentes aspectos como la investigación, evaluación y, como parte importante, a los estudiantes que, guiados por el maestro, deben lograr apropiarse del conocimiento científico -adecuadamente- para ser útiles a la sociedad. Según dicho autor, el currículo de educación superior es una construcción social y colectiva, fundamentada en un proceso continuo de investigación y evaluación de las tendencias de la ciencia, la sociedad, la profesión y del tejido de interacciones de los actores educativos. Expresa y limita los fines de la educación, y promueve un plan de acción que se concreta en un proyecto pedagógico y de formación, crítico, dinámico, participativo y creativo, orientados a generar experiencias de aprendizaje que produzcan una aproximación entre el conocimiento, la realidad y la producción de significados del sujeto educativo, que tengan influencia sobre su identidad personal, profesional y ciudadana, en el marco de un contexto productivo, político, social, ambiental y cultural determinado para la transformación del país.
También es necesario tener en cuenta lo establecido en el Modelo Educativo de la UPSE (2015) acerca del currículo, pues se sustenta en los principios del constructivismo, teoría asumida como fundamento de la propuesta que aún la institución está construyendo y que se ajusta a las exigencias del modelo de aprendizaje autónomo. El currículo se caracteriza por su flexibilidad y en él se integran múltiples factores como los contenidos que deben seleccionarse con criterios de secuencia, cuya finalidad es propiciar el aprendizaje autónomo.
En la actualidad, el currículo debería responder -principalmente- a la preparación académica del estudiante y, articulado al trabajo autónomo, dar solución a los problemas de su comunidad, con un carácter innovador, apegado a las nuevas tecnologías, que considere la integración de todos sus miembros en un modo de pensar que debe relacionar aspectos esenciales tales como: la autorreflexión, la autocrítica, la contextualización del saber y la multidimensionalidad de la realidad (Tobón, 2006).

2. El aprendizaje autónomo

La universidad, desde su función de corresponsabilidad con la sociedad, asume un rol protagónico: actualizar sus formas de aprendizaje e innovar en sus diferentes métodos para que sus estudiantes obtengan las herramientas necesarias con el fin de enfrentar los retos que ella demanda.
La meta de la universidad ecuatoriana es poner en vigencia los cuatro pilares de la educación de la UNESCO. Con el "aprender a aprender" y el "enseñar a aprender" los docentes deben priorizar la enseñanza centrada en el estudiante y la conducción del alumno del nuevo milenio sobre la base del trabajo autónomo.
En la literatura anglosajona se encuentran distintos vocablos para referirse a la autonomía en el aprendizaje -término polisémico-: aprendizaje independiente, la autorregulación, el autoaprendizaje, entre otros (Lobato, 2006). Uno de los más frecuentes es la autorregulación del aprendizaje; es trabajado desde los 80 por Zimmerman y Shunk (1989).
Más reciente es la visión del Espacio Europeo de Educación Superior(1). Aquí se defiende la idea de que la enseñanza universitaria debe lograr la capacitación de los alumnos para que se desenvuelvan en una sociedad del conocimiento, y afronten los retos de un futuro laboral que les exige estar aprendiendo siempre a lo largo de sus vidas; además dicho Espacio reconoce la autorregulación académica como una variable para el desarrollo de dicha competencia (García, 2012).
García (2012) coincide con Alberto Valle en la idea que este defiende: la autorregulación se "constituye como un proceso activo en el que los estudiantes establecen sus objetivos principales de aprendizaje y, a lo largo de este, tratan de conocer, controlar y regular sus cogniciones, motivaciones y comportamientos de cara a alcanzar esos objetivos" (p. 207).
Otro concepto a precisar es el de aprendizaje autónomo, el cual es considerado por Manrique -referido en Martín (2011)- como la facultad que tiene una persona para dirigir, controlar, regular y evaluar su forma de aprender, de manera consciente e intencionada, y haciendo uso de estrategias de aprendizaje para lograr el objetivo o meta deseada.
El estudio independiente es "un proceso de formación gradual de los estudiantes, que se caracteriza por el establecimiento de metas y objetivos educativos personales, basados en el reconocimiento de las propias posibilidades, y apoyado en un sistema motivacional que responde a necesidades y expectativas propias según el contexto grupal y social en que el individuo se desarrolla" (Obregón et al., 2007, p. 3).
De los diferentes conceptos revisados se pueden identificar puntos comunes que, en ocasiones, llevan a que se trabaje indistintamente con ellos sin que expresen necesariamente lo mismo. Sobre la base de estos, se pueden identificar actividades que fomentan el trabajo autónomo (Valenzuela y Pérez, 2013): establecimiento de metas, automonitoreo, autoevaluación, estrategias de trabajo, tiempo de planificación y gestión del tiempo, y búsqueda de ayuda.
La tendencia actual en el proceso educativo superior es a la aproximación de un aprendizaje autónomo gracias a los beneficios que aportan las tecnologías de la información, cada vez más utilizadas para la apropiación del conocimiento.
El trabajo autónomo en la educación superior ecuatoriana se reconoce como una forma organizativa en el proceso de enseñanza-aprendizaje que permitirá dinamizar el trabajo docente. A su vez, guarda estrecha relación con lo que plantea el Reglamento del Régimen Académico (Consejo de Educación Superior, 2013).
Según el Consejo de Evaluación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior, el componente de aprendizaje autónomo comprende el trabajo realizado por el estudiante; está orientado al desarrollo de la capacidad que debe alcanzar el educando para aprender de manera independiente e individual. Entre las actividades de aprendizaje autónomo se destacan: la lectura; el análisis y comprensión de materiales bibliográficos y documentales, tanto analógicos como digitales; la generación de datos y búsqueda de información; la elaboración individual de ensayos, trabajos y exposiciones.
El docente juega un rol importante en el trabajo autónomo del estudiante porque es quien debe direccionar y establecer los mecanismos para que se propicie el aprendizaje. Como toda propuesta, la implementación de este trabajo tiene ventajas y desventajas, que se deben tener en cuenta a la hora de su implementación (González, Rodríguez e Imbert, 2004).
Como ventajas se destaca la posibilidad que tiene el estudiante de:

  • Ser capaz de desarrollar percepciones con un sentido crítico, tanto en lo moral como en lo intelectual.
  • Ser menos dependiente, más responsable y esforzado en la construcción del conocimiento (Moncada y Gómez, 2013).
  • Realizar su tarea según su propio estilo de aprendizaje y sus necesidades específicas.
  • Desarrollar hábitos de estudio y entrenar habilidades de pensamiento que favorezcan:
    • El pensamiento divergente (encontrar puntos de vista y soluciones variadas, y posibilidad de defender sus propios puntos de vista).
    • Las habilidades interactivas y comunicativas.
    • La cooperación (el aporte de cada uno es una necesidad individual y grupal).

Entre las desventajas se destacan:

1. La imposibilidad de intercambiar opiniones y enriquecimiento mutuo, lo que puede favorecer rasgos de individualismo.
2. El riesgo de la pérdida de atención cuando el trabajo es en grupo.
3. Tolerancia y argumentación frente al que ofrece ideas contrarias.

2.1. Situación actual del aprendizaje autónomo en la Universidad Península de Santa Elena

Desde su creación, la visión de la Universidad Península de Santa Elena (UPSE) ha sido la formación de profesionales emprendedores, innovadores, con pensamiento crítico, capacidad creativa y altos valores humanos. Creada el 22 de julio de 1998, actualmente cuenta con siete facultades, catorce carreras y 2292 estudiantes matriculados en el sistema semestral presencial, en el horario diurno vespertino. El currículo está orientado a la formación de profesionales en los siguientes campos del saber: ciencias sociales y la salud, ciencias del mar, ciencias de la educación e idiomas, ciencias administrativas, ciencias de la ingeniería, ciencias agrarias.
La UPSE organiza el trabajo autónomo desde su Modelo Educativo, documento aprobado en el año 2015 por el Consejo Superior, el cual estipula que el aprendizaje autónomo constituye -desde la pedagogía constructivista- uno de los componentes esenciales en la organización del proceso de aprendizaje; guiado correctamente, desarrolla la metacognición.
Se realizó un diagnóstico en diciembre de 2015 sobre el uso de estrategias de aprendizaje autónomo en el proceso de enseñanza-aprendizaje, con el objetivo de conocer la opinión y el uso de dicho trabajo autónomo por parte de los estudiantes y profesores de dos carreras de la Universidad:

1. Educación Básica, por tener una mayor comprensión del tema analizado, por su formación profesional (27 estudiantes, 5 profesores).
2. Gestión y Desarrollo Turístico, para establecer una comparación con la anterior en relación al tema en cuestión (45 estudiantes, 5 profesores).

Se diseñaron dos instrumentos: un cuestionario para aplicar a los estudiantes (72 educandos en total) y una guía para entrevistas a profesores (10 profesores en total). Las preguntas de cada instrumento fueron dirigidas al conocimiento y aplicación del trabajo autónomo en cada una de las carreras, con lo que se pudo hacer una comparación entre ellas, y entre la opinión de los estudiantes y los profesores.
En los instrumentos se trabajaron como indicadores: la definición de trabajo autónomo, modalidad, frecuencia de uso, tiempo dedicado, nivel de satisfacción, valoración de cada modalidad, orientación de los docentes y lugar donde se realiza. A continuación, se muestran los resultados más relevantes.

  • En relación con la encuesta aplicada a estudiantes:
    • Los estudiantes de ambas carreras no tienen claridad en la definición del trabajo autónomo. El 48,6 % lo define como tareas individuales de investigación, en tanto el 54,2 % lo considera como la actividad personal independiente fuera del aula.
    • Las modalidades del trabajo autónomo que se aplican en las dos carreras son reconocidas por el 100 % de los estudiantes encuestados. Destacan con mayor jerarquía la lectura y la exposición con un 96 %.
    • En ambas carreras la búsqueda y procesamiento de la información de la modalidad del trabajo autónomo es la más utilizada (67 %). En el caso de la carrera de Educación Básica obtuvo igual valor la modalidad de exposición (67 %), seguida del trabajo grupal (53 %).
    • En ambas carreras hay una coincidencia en las respuestas en relación con el tiempo de dedicación al trabajo autónomo: la modalidad de ensayo requiere más de dos horas. En la carrera de Educación Básica tienen el mismo comportamiento con respecto al proceso de información, el trabajo grupal y la visita de campo. Esta última modalidad fue referida también por los estudiantes de Gestión y Desarrollo Turístico, quienes dicen que da mayor tiempo de dedicación.
    • Los mayores niveles de insatisfacción corresponden, en el caso de Educación Básica, a la exposición (22 %) y al procesamiento de la información (15 %). En la carrera de Gestión y Desarrollo Turístico es el ensayo con el 16 %.
    • Las modalidades del trabajo más valoradas por los estudiantes fueron la lectura, en el caso de Educación Básica, pues les permite enriquecer su vocabulario; y la visita de campo, en la carrera de Gestión y Desarrollo Turístico, porque les posibilita una mayor interacción.
    • Sobre la orientación que ofrece el profesor, en el caso de Educación Básica, el 15 % de los estudiantes consideró poca la orientación hacia el trabajo grupal; en la carrera de Gestión y Desarrollo Turístico se obtuvo un resultado similar por el ensayo.
    • Los estudiantes de ambas carreras consideraron la casa como uno de los lugares más importantes para el trabajo autónomo (85 % en Educación Básica y 87 % en Gestión y Desarrollo Turístico). Vale destacar que los valores más altos se obtuvieron en la carrera de Gestión y Desarrollo Turístico, donde el 91 % de los estudiantes manifestó que el lugar habitual para realizar el TA era el aula en la universidad; este espacio no fue considerado por los estudiantes de Educación Básica.
  • En relación con las entrevistas realizadas a los docentes (aquí se toma como referencia para la presentación del resultado las preguntas que se utilizaron en la entrevista):
    • ¿Declara la actividad del trabajo autónomo en el syllabus(2) al inicio del periodo de clase? El 90 % de los profesores declara el trabajo autónomo en su syllabus, por lo que se tiene en cuenta en la planificación que se hace del proceso de enseñanza-aprendizaje.
    • ¿Qué modalidades de trabajo autónomo utiliza en su asignatura? ¿Por qué? En las dos carreras los profesores expresan que emplean investigaciones relacionadas con la carrera, trabajos de campo y trabajo grupal. Estos elementos tienen relación con la opinión de los estudiantes ya presentada.
    • ¿Cómo controla y evalúa la realización del trabajo autónomo por parte de sus estudiantes? El control se realiza a través de diferentes vías: documentos en forma física, exposiciones orales por parte de estudiantes y el uso de la plataforma virtual de la universidad.
    • ¿Cómo valora la contribución del trabajo autónomo a la formación profesional de los estudiantes? Los docentes de Gestión y Desarrollo Turístico responden que lo hacen mediante el trabajo investigativo porque a los estudiantes les permite leer y aplicar los conocimientos adquiridos relacionados con los contenidos de las asignaturas en su práctica profesional. Los docentes de la carrera de Educación Básica expresan que el trabajo autónomo tributa a la formación profesional del estudiante en tanto este asume, con responsabilidad, sus tareas.
    • ¿Qué sugerencias podría aportar para la realización del trabajo autónomo desde su experiencia docente? Los profesores, de acuerdo a su área de conocimiento, tienen diferentes recomendaciones que podrían aportar a la investigación: unos sugieren que los trabajos deben estar relacionados con la realidad del territorio; otro expresa que deben existir formatos preestablecidos para que exista un control sobre la realización del trabajo autónomo, y otro recomienda el empleo de la lectura.

Como se aprecia en lo expuesto, tanto estudiantes como profesores consideran el trabajo autónomo como un elemento esencial del proceso de enseñanza-aprendizaje, pero hay diversidad de criterios acerca de su aplicación y sobre cuáles deben ser los tipos de trabajo autónomo más adecuados para cada momento; aún no hay un total dominio de qué es el trabajo autónomo.

Conclusión

A modo de cierre de este trabajo es necesario destacar lo siguiente:

1. Se evidencia dispersión teórica y metodológica en el estudio del trabajo autónomo del estudiante universitario, tanto en la literatura científica, en las investigaciones y las normativas analizadas.
2. Se observa, en la muestra de profesores y estudiantes de las dos carreras de la UPSE, el empleo del trabajo autónomo, pero no hay un total conocimiento de los fundamentos pedagógicos que lo sustentan.
3. Es necesario seguir profundizando sobre el lugar que ocupa el trabajo autónomo dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje, que permita el diseño y aplicación de estrategias para su implementación y favorezca un real aprendizaje del estudiante sobre la base de su actividad.

 

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Zimmerman, Barry J. y Dale H. Shunk (1989): Self-Regulated Learning, and Academic Achievement: Theory, Research and Practice, Springer, New York.

 

 

 

 

 

Recibido: 15/2/2017
Aceptado:12/4/2017

 

 

 

 

 

Margot García Espinoza. Universidad Estatal Península de Santa Elena, Ecuador. Correo electrónico: mmgarcia861@gmail.com

Tania Ortiz Cárdenas. Centro de Estudios para el Perfeccionamiento de la Educación Superior (CEPES), Universidad de La Habana, Cuba. Correo electrónico: tania@cepes.uh.cu

María Dolores Chávez Loor. Universidad Técnica de Manabí, Ecuador. Correo electrónico: lolitachalo@hotmail.com

 

 

NOTAS ACLARATORIAS

1. Equivalente al Programa Analítico de una asignatura.
2. Para dar respuesta a las nuevas demandas de la sociedad del siglo XXI, en la Declaración de Bolonia (1999) se planteó la necesidad de repensar el papel de la universidad y crear un nuevo marco con el nombre Espacio Europeo de Educación Superior.

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