INTRODUCCIÓN
En los años de la Revolución en el poder, el Sistema Nacional de Educación se ha comprometido con una política tendente a lograr la masividad en los servicios educacionales con calidad para todos. Actualmente, el Ministerio de Educación trabaja en el tercer proceso de perfeccionamiento para obtener un currículo con un carácter integral, flexible, contextualizado y participativo.
Entre las influencias educativas más pertinentes desde la educación inicial hasta la universidad está el estudio de la vida y la obra de José Martí. Su esencia debe acompañar al profesional de la educación en su accionar diario, en cada actividad docente y extradocente, como un modo de elevar la calidad del proceso educativo mediante su desempeño profesional en la institución educativa.
Se hace necesario lograr la vinculación de los contenidos propios del currículum de cada nivel educacional con el estudio de la vida y la obra de José Martí, por la profundidad, la significación y la belleza contenida en la obra del Héroe Nacional. En el orden formativo debe lograrse un clima favorable en la institución educativa cuando se impregna del espíritu martiano, que significa una magnífica influencia ética, patriótica y cultural en la institución educativa (Vitier, 1995; Vitier, 2000).
Este artículo intenta recoger los pilares esenciales que rigen la concepción de trabajo del proyecto científico «Educar con José Martí en la escuela cubana», que está asociado al Programa Nacional «Problemas actuales del Sistema Educativo Cubano. Perspectivas de desarrollo». El referido proyecto ha integrado, por más de diez años de forma sostenida, un equipo de más de 20 docentes procedentes de diferentes áreas del conocimiento.
La labor del proyecto científico resulta coherente con las iniciativas del intelectual Cintio Vitier (1994), en función de emplear sistemática y creativamente los cuadernos martianos y animar el movimiento educativo de apreciable eticidad, localizado en la idea de las aulas martianas (Vitier, 1995); iniciativas que lamentamos que hayan cedido en interés casi en la totalidad de los niveles educativos.
La escuela cubana de inicios del siglo XXI, como expresión de la sociedad que la condiciona, está sujeta a un conjunto de contradicciones y fenómenos de carácter social y prácticas culturales que ponen en riesgo el logro del ideal humanista y solidario que encarna la formación integral de cada estudiante (Vitier, 1994).
En tal sentido, la incorporación de contenidos propios de la obra de José Martí a los programas de estudio y asumirlo como fuente de elevada espiritualidad, virtud y eticidad, resulta más necesario cada día para Cuba, incluso para Latinoamérica (Escribano, 2016).
Estudiar la vida y la obra de José Martí en las actuales circunstancias del mundo es una necesidad impostergable. Con acierto Hart (2008, p. 7) sentenció: «Identidad, civilización y universalidad son tres categorías que hay que articular con amor e inteligencia para alcanzar la globalización que necesita la humanidad». Es necesaria la creatividad y la profesionalidad para enseñar con José Martí en la escuela, desde la educación inicial hasta la universidad, y hacerlo de manera armónica, natural y coherente en relación con el contenido a enseñar y la inspiración que se debe despertar en los estudiantes por el bien al entrar en contacto con tales ideales.
Por su parte, Abel Prieto (en Saborit, 2014, p. 3) expresó: «que Martí no se torne, para niños y jóvenes, en un frío busto o una serie de frases esquemáticas, y en que la vida y obra del apóstol sea proporcionada de manera más atractiva», y Miguel Díaz-Canel (en Saborit, 2014, p. 3) puntualizó que «es muy importante que la juventud cubana lea la obra martiana en todas las enseñanzas».
El trabajo del proyecto se sostiene como fundamento en la concepción martiana de la educación (Escribano, 2006) y lo que Medardo Vitier (1961) denominó formación humana.
José Martí, en noviembre de 1883, formuló en «La América», el centro de su concepción: «Educar es depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha antecedido: es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente, hasta el día en que vive: es ponerlo a nivel de su tiempo, para que flote sobre él y no dejarlo debajo de su tiempo, con lo que no podrá salir a flote; es preparar al hombre para la vida» (Martí, 1963, tomo 8, p. 281)
Escribano (2014) insiste en la necesidad de cultivar en cada hombre el pensamiento activo, transformador y revolucionario; de garantizar el ejercicio de sí en todas las potencialidades y fuerzas creadoras; de promover una elevada autoestima, la confianza en sí mismo y la búsqueda del bien y la verdad. El ser humano debe ser generoso, cortés, culto, sincero, honesto y actuar en consecuencia a como piensa. Ha de ser un patriota en las varias formas de expresión de la noción de patria, desde su acepción más particular de la identificación irrestricta con el lugar en que nació hasta la defensa de los derechos de la humanidad y la libertad en el ejercicio de sus creencias. Debe asirse firmemente a ideales justos, de alto contenido humanista, con una noción clara de la justicia y de su práctica. Cada ser humano debe consolidar una cultura de la naturaleza, la alta sensibilidad ante la belleza y desarrollar ansias de saber y estudiar para adquirir conocimientos de forma autodidacta como un modo de ejercicio y providencia de sí mismo.
Otro núcleo conceptual que sirve de fundamento teórico al proyecto se localiza en el humanismo (Guadarrama, 2008). El humanismo de José Martí se ubica dentro de lo más auténtico del pensamiento latinoamericano: es la idea del hombre con un sentido práctico y que no comulga con abstracciones vacías ni contemplaciones fugaces, sino que está en función de lograr la verdadera independencia, la justicia y las condiciones para que cada quien viva en armonía con la naturaleza y su cultura en un constante proceso de perfeccionamiento individual y social.
Estos aspectos son asumidos en el proyecto como líneas que demandan acciones formativas coherentes y sistemáticas, en el orden curricular y extracurricular. Consecuentemente con ello, se direcciona la atención a la estrategia educativa del colectivo de año para el caso de las universidades y, en los demás niveles educativos, el proyecto educativo, siempre concebido en correspondencia con los resultados del diagnóstico que se haya obtenido.
En tal sentido, el objetivo de este artículo es exponer de forma resumida el resultado de «Concepción teórico-metodológica aplicable al proceso de formación humana del profesional de la educación basada en el empleo de la obra de José Martí». En la investigación ha prevalecido una orientación cualitativa por la naturaleza del objeto que se trabaja y por la intencionalidad de las transformaciones a las que se dirige.
1. MÉTODOS
Se aplicó de modo sistemático la revisión de documentos: el contenido de programas de estudio, las estrategias curriculares, así como las estrategias educativas de año académico en la Facultad de Educación de la Universidad de Matanzas, en las licenciaturas en Educación, en las especialidades de Pedagogía-Psicología, Español-Literatura, Biología, Geografía, Educación Artística, Logopedia, Educación Especial, Educación Primaria y Educación Preescolar. Se aplicó sistemáticamente la observación a las actividades de extensión universitaria, así como una entrevista a los coordinadores de cada una de estas carreras. Se modelaron actividades y procesos centrados en la práctica de la vida y la obra de José Martí.
2. RESULTADOS
Los programas de asignaturas con potencialidades para ello no incorporan contenidos relacionados con la vida y la obra de José Martí de manera sistemática. No están concebidas las estrategias curriculares para este tipo de estudio y las estrategias educativas de año no intencionan de manera adecuada actividades con esta finalidad educativa. Similar situación se muestra en la proyección de la extensión universitaria y en los documentos que la rigen. Tampoco el ambiente universitario se vincula con la tradición martiana de la educación cubana. La preparación teórico-metodológica de los profesores en relación al tema de referencia no es óptima.
3. DISCUSIÓN
Resulta clave lograr coherencia en las influencias, en la forma en que se integran, en la sistematicidad y en los modos en que se implica la subjetividad de los estudiantes y profesores, pues no pueden existir metas de desarrollo colectivo sin comprometer a las personas en el orden individual. El espacio para el desarrollo de estos procesos de aprehensiones culturales complejas y sistémicas debe ser el proceso de formación inicial (Parra, 2002). Para las universidades cubanas resulta imprescindible el perfeccionamiento de las estrategias educativas de año académico y, para las escuelas de los niveles educativos precedentes, del proyecto educativo.
Además de lograr el empeño de ser coherente y sistemático, en el proceso de formación permanente de los docentes se requiere como condicionamiento esencial de este empeño contar con un claustro preparado (teórica y metodológicamente(, que garantice la efectividad de las influencias y que logre la implicación afectiva de los estudiantes en los procesos de trabajo en el salón de clases y en la escuela.
A continuación se representa gráficamente la concepción de trabajo aplicado en el proyecto científico para la obtención y aplicación de sus resultados (Figura 1).
La dirección I concibe la creación de las condiciones necesarias para favorecer la preparación teórico-metodológica de estudiantes y profesores en relación con el conocimiento de la vida y la obra de José Martí:
Se han realizado sistemáticamente un conjunto de cursos, conferencias y talleres de posgrado sobre diferentes temáticas relacionadas con la vida y la obra de José Martí, con el propósito de influir en la preparación teórico-metodológica de los docentes de las diferentes carreras pedagógicas, así como de los maestros y profesores de los diferentes niveles educativos.
Se ha elaborado y aplicado la estrategia curricular para el empleo de la vida y la obra de José Martí en cada carrera pedagógica de la Universidad. El proyecto elaboró las bases teóricas y metodológicas brindó la orientación y asesoría oportuna para su concreción por especialidades y ofrece seguimiento sistemático a su implementación, así como a los resultados que se obtienen tras la ejecución en la práctica (se han desarrollado dos ediciones anuales de talleres de intercambio de experiencias sobre la aplicación de la estrategia curricular elaborada por carreras).
Se obtuvo y se aplica en cuatro carreras pedagógicas «El empleo de la obra de José Martí para el desarrollo de la cultura histórica».
La dirección II tiene como propósito esencial establecer una sinergia entre las acciones y las influencias para el desarrollo cultural mediante la extensión universitaria. Se trata de cuidar la relación entre las actividades que se realizan con este propósito y lo que lleva a cabo cada carrera en su estrategia curricular, concretado en los objetivos para cada año y, al mismo tiempo, hacer coherente con estos esfuerzos las acciones que se conciben para estimular la participación consciente de estudiantes y profesores en cada actividad.
Se conformó un programa de trabajo que vincula los siguientes elementos:
Presentación de libros y encuentros con autores, relacionados con Martí, su época y su obra. También se incluyen exposiciones de obras de la plástica con la presencia de sus autores. El clima que se fomenta es favorable para la motivación de la lectura y el uso cuidadoso de la lengua materna, al tener en la obra de José Martí un referente paradigmático.
El proyecto convoca cada año la realización del taller provincial «José Martí en la escuela cubana», que ha logrado de manera sostenida la participación masiva de los estudiantes de las carreras de Pedagogía-Psicología, Español-Literatura, Biología y Geografía. Participan también los profesores de esas carreras, así como de Historia y Marxismo y un grupo de profesores y maestros de los niveles educativos precedentes.
CONCLUSIONES
La esencia del proyecto, en sus diferentes etapas de trabajo, se ha sustentado en lo mejor del pensamiento humanista, práctico, desalienador y emancipador de José Martí. Se asume también como un importante basamento la concepción martiana de la educación, expresada en la idea de preparar al hombre para la vida y la interpretación que Medardo Vitier (1961) manifiesta en su percepción sobre el concepto de filiación martiana, al que denominó formación humana. Estos conceptos son base esencial para el proyecto.
La labor de formación humana anclada en la eticidad y espiritualidad que emana del ejemplo ético que representa la vida de José Martí y del universo de virtud y sabiduría que implica toda su obra debe ser un asidero teórico y metodológico para la labor educativa en la escuela cubana. Con este presupuesto también se intenta contribuir al proceso de formación inicial y al perfeccionamiento de educadores y directivos. Esto debe desarrollarse con sistematicidad, originalidad y despojada de todo tipo de formalismos, campañas y esquemas.
La concepción teórico-metodológica, aplicable a la escuela cubana y, especialmente, al proceso de formación humana del profesional de la educación basada en el empleo de la obra de José Martí, es un resultado probado en su confrontación con la práctica. Es poseedor de un valor social, cultural y pedagógico en las condiciones concretas de la institución educativa y en el proceso de formación de profesionales en la universidad cubana actual, que debe caracterizarse por la integralidad, el humanismo y la responsabilidad social con su comunidad y con su cultura.