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Revista Cubana de Investigaciones Biomédicas

versión impresa ISSN 0864-0300versión On-line ISSN 1561-3011

Rev Cubana Invest Bioméd v.27 n.2 Ciudad de la Habana abr.-jun. 2008

 

ARTÍCULO DE REVISIÓN

 

Recomendaciones nutricionales para adultos con sobrepeso corporal

Nutrition recommendations for adults presenting with excess weight

 

 

Manuel Hernández Triana

Departamento de Bioquímica y Fisiología, Instituto de Nutrición, Ciudad de la Habana, Cuba

 

 


RESUMEN

La salud puede mantenerse con el consumo de dietas que difieren asombrosamente en su contenido de grasas, carbohidratos y proteínas, cuya producción neta de ATP es 90%, 75% y 55% respectivamente. El cambio de sus proporciones en la dieta tiene un rango estrecho que genera despreciables diferencias en la disipación de energía. Por ello, las recomendaciones para el control del peso corporal deben basarse más en el efecto de los macronutrientes sobre el consumo alimentario y la ingestión de energía, que en el que muestran sobre el rendimiento de ATP. Ellas también deben considerar, que la selección de nutrientes no es similar para mantenimiento o reducción del peso corporal. Glucógeno corporal, carga genética y estilos de vida influencian la oxidación de grasa y la dimensión de tejido adiposo, de forma tal, que la ingestión y la oxidación de grasa resulten proporcionales. El incremento de la obesidad en Cuba esta generado por patrones culturales, hábitos alimentarios y por un efecto combinado de los cambios en la ingestión de nutrientes y en la actividad física sobre los niveles de glucógeno y la oxidación de grasa corporal. La evolución biológica y social en Cuba ha conducido hacia mecanismos más efectivos en la búsqueda de alimentos poco saludables y no hacia la reducción de la energía alimentaría. Una futura mejor disponibilidad de alimentos deseables conducirá a sobrepeso corporal en más del 50% de la población adulta. Estas recomendaciones nutricionales deben contribuir a la prevención de ese incremento.

Palabras clave: obesidad, recomendaciones nutricionales, energía alimentaría, dieta, macronutrientes, vitaminas, minerales


ABSTRACT

Health can be supported with consumption of diets differing in a amazing way in its fats, carbohydrates and proteins content, whose net production of ATP is of 90%, 75%, and 55%, respectively. Change of its ratios in diet has a narrow rank generating poor differences in energy decrease. Thus, recommendations to control of body weight must be mainly based more on effect of micronutrients and energy ingestion than that showed in yielding of APT. These recommendations must to consider that the selection of nutrients isn't similar for maintenance or reduction of body weight. Body glycogen, genetic load, and life styles may influence on fat oxidation, and fatty tissue dimension, so, fat ingestion and oxidation be proportional. In Cuba, obesity increase is generated by cultural patterns, food habits, and by a combined effect of changes in nutrients ingestion and physical activity on glycogen levels and body fat oxidation. Biological and social evolution present in our country has leads to more effective mechanisms for searching of not much healthy foods, and not toward decrease of food energy. A future and better availability of desirable foods leads to an excess weight body in more than 50% of adult subjects. These nutrition recommendations must to contribute to prevention of this increase.

Key words: Obesity, nutrition recommendations, food energy, diet, macronutrients, vitamins, minerals


 

 

Las recomendaciones nutricionales para el ser humano han sido actualizadas.1-2 La obesidad se vincula a un exceso de energía alimentaría, cuya cantidad recomendada depende de la edad, el sexo, el tamaño corporal y el estilo de vida o nivel de actividad física. El calculo de las recomendaciones se basa en el registro de actividad física, 3 o en la medición directa del gasto de energía.1 Para la recomendación de energía de adultos se utiliza, no el valor exacto del peso corporal actual, sino el valor que correspondería a la estatura, para alcanzar un Índice de Masa Corporal (IMC= Peso en kg/Estatura en metros2) de 21, valor adecuado para prevención de enfermedades crónicas.1-3 Las Tablas 1a y 1b muestran estas recomendaciones.

Para el cálculo del requerimiento de energía alimentaría (REE) para individuos con sobrepeso corporal u obesidad, mayores de 19 años, de diferente edad, peso, estatura y nivel de actividad física se deben utilizar las ecuaciones expresadas en la tabla 2. 3

El porcentaje de la cantidad de energía ingerida que debe ser cubierto por los macronutrientes (proteínas, grasas y carbohidratos) y otros componentes de la dieta del individuo sano y con sobrepeso corporal se muestra en la tabla 3 y las recomendaciones de vitaminas y minerales en la tabla 4. 1-2

Criterios para selección de macronutrientes. Requerimientos específicos han sido establecidos para ácidos grasos esenciales (1-2%), proteínas (10% del recambio diario) y recientemente para carbohidratos (CHO =130 g/día). 1,2 Para mantener el balance de nitrógeno en obesos, durante la restricción energética, la ingestión de proteínas debe ser superior a 0,8 g / Kg. Peso / día para adultos, especialmente si la ingestión de carbohidratos se ha restringido.

La oxidación de CHO es limitada con ingestión restringida; la poca cantidad de glucosa que se forma a partir de proteínas y grasas es suficiente para mantener el nivel de glucosa mínimo. Un consumo de 130 g CHO/día es deseable para mantener los niveles de insulina.

La dieta sobre el gasto de energía. El rendimiento neto de energía para grasas, CHO y proteínas es 90%, 75% y 60% respectivamente; una parte de la energía que generan debe gastarse en el proceso y cuesta más utilizar proteínas que CHO. Por eso niños malnutridos no aumentan de peso con dietas altas en proteína. Las proteínas de reserva también se reutilizan para formar glucosa o grasa, pero ello requiere de energía extra. El efecto del consumo diario de proteínas sobre el gasto energético diario puede ser de 100 kcal/50 g de proteína ingerida. Las proteínas contribuyen con el 10-12% de la energía diaria ingerida. CHO y grasas proveen la mayor parte de la energía de la dieta, pero cuesta mas convertir CHO dietarios en CHO de reserva que en grasas de reserva. El gasto energético diario es superior cuando carbohidratos preponderan sobre grasas en la dieta. Cuando CHO se convierten en grasa, el 25% de la energía que se deriva hacia esta vía se gasta de nuevo para la síntesis de ácidos grasos, Esta elevación es sin embargo despreciable. A causa de la pequeña acción de los cambios de la composición de macronutrientes de la dieta sobre el gasto energético, no se le adjudica una gran importancia práctica en el manejo terapéutico de la obesidad.

Selección de macronutrientes para control de peso corporal. Las recomendaciones para el control del peso corporal están fundamentadas, no en efectos de los macronutrientes de la dieta sobre el gasto de energía, sino sobre el consumo alimentario y la composición corporal. Se recomiendan dietas con baja densidad energética, baja grasa, carbohidratos complejos y elevada fibra dietética, es decir, dietas con bajo índice glicémico.4

La disponibilidad ininterrumpida de alimentos, la declinación en el nivel de actividad física y los incrementos en el contenido de grasa de los alimentos ingeridos han estado conectados durante el pasado y presente siglo a la epidemia creciente de obesidad mundial. La reducción de 2-4 kg de peso corporal con consumo libre de dietas bajas en grasa es demasiado pequeña para ser absolutamente consistente con la afirmación de que la grasa dietaria es la principal causa del desarrollo de la epidemia de obesidad, a pesar de ser en adolescentes determinante en la promoción de la acumulación de grasa corporal, totalmente irreversible en la adultez. La meta del 30% de la energía alimentaría diaria en forma de grasa para una alimentación saludable, es insuficiente en las actuales condiciones epidemiológicas de obesidad. Existe acuerdo en que el límite inferior puede reducirse a 15%. 4

Alcohol como riesgo de obesidad. El 80% de la energía consumida en forma de alcohol se utiliza prioritariamente para la síntesis de energía, mediante la reducción de la oxidación de otros nutrientes, fundamentalmente grasas. La energía aportada por el alcohol (7 kcal/g) debe ser incluida conjuntamente con aquella de la grasa, producto de que el etanol primariamente reduce la oxidación de grasas y no de CHO.

Impacto de la actividad física. La actividad física es efectiva en la prevención de acumulación de grasa corporal. El ejercicio incrementa el recambio energético, tiene un efecto promotor sobre la oxidación de grasas más que CHO y protege contra aumentos de grasa corporal durante la transición ocasional de bajas a altas ingestiones de grasa. Para el ser humano normal se recomiendan 60 minutos diarios de actividad física moderada o intensa (correr a más de 6 km/h); 90 minutos diarios se recomiendan para reducción de grasa corporal.

El músculo es el tejido más abundante en el organismo (30-40% del peso corporal y 75% de la masa celular), pero responsable solo del 20-25% del gasto energético en reposo. Este tejido utiliza también grasas como fuente de energía. En el ejercicio, la oxidación de nutrientes en el músculo se incrementa hasta 20 veces. Después de la digestión, los ácidos grasos son la principal fuente de energía para el músculo. Al inicio del ejercicio se utiliza la reserva de CHO muscular; después, la grasa de músculo y tejido adiposo. La actividad física incrementa la contribución del músculo al recambio de energía y la capacidad del organismo para ajustar el uso de combustibles de acuerdo con su consumo. Por esta razón, la oxidación de grasas puede elevarse más rápido con la ingestión elevada en niños, adolescentes y adultos activos, ya que ellos son mucho más activos que adultos sedentarios.

Selección de nutrientes: La selección de nutrientes debe ser completamente diferente, para mantener, o reducir el peso corporal. En el primer caso, el objetivo es evitar un balance positivo de grasa; en el segundo es perder grasa corporal. Para mantener el peso se deben evitar alimentos con elevada grasa, especialmente si el nivel de ejercicio es bajo, incrementar los alimentos que elevan poco la glucosa en sangre y elevar el contenido de fibra dietética (vegetales, granos y cereales). En contraste, la reducción de peso (grasa) solo se alcanza quemando la grasa de reserva. Ya que ésta resulta condicionada por la conexión entre gasto energético e ingestión de CHO y proteínas, la sustitución de CHO refinados por complejos es esencial para elevar la oxidación de grasa. Así, la sensación de hambre se hace menos intensa después de pocos días. La oxidación rápida de la grasa corporal es solo beneficiosa cuando no se acompañe de su elevada ingestión.

La constante disponibilidad de alimentos poco saludables y la inactividad física son factores promotores de obesidad más significativos que los componentes de la dieta. Si los alimentos de mala calidad disponibles son apetitosos, agradables y fuertemente publicitados, inmediatamente se observa la obesidad como resultado lógico de la interacción entre evolución biológica y económica. Las medidas contra la obesidad deben ser diferentes a las que emergen de la creencia de que esta epidemia es debida únicamente a anormalidades metabólicas.

La reducción de peso corporal no puede ser lograda con afectación del estado nutricional o psicológico. Dietas bajas en CHO han sido populares en los últimos años. Sin embargo, éstas resultan más elevadas en grasas saturadas y proteínas y reducidas en frutas, vegetales y granos enteros. Las recomendaciones para la obesidad (Tabla 2) se centran en la reducción de la ingestión de grasa saturada y trans (margarina), ingestión balanceada de CHO complejos ricos en fibra dietética con frutas, vegetales y cereales de grano entero, en lugar de una recomendación de reducción del consumo total de CHO y en una adecuada ingestión de proteínas, calcio, vitaminas A, E, D, Mg y Mn. Resultados positivos han sido obtenidos en el tratamiento de la obesidad en Cuba,5 mediante la utilización de dietas que cumplen estas recomendaciones y aportan 12% de proteínas (10-15%) (0.85-0.98 g/kg Peso/día), 16% de grasa (recomendación,15-20%) % y 72% de CHO complejos (recomendación, 55-75%), estructuradas con cereales integrales, verduras, hortalizas, y leguminosas, sin grasas saturadas o trans, que no generan sensación de hambre, reducen el peso corporal con conservación de la masa magra, normalizan los niveles de lípidos en sangre, sostienen el estado nutricional y elevan los niveles de micronutrientes necesarios para la prevención de enfermedades crónicas.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Hernández Triana, Manuel. Recomendaciones nutricionales para el ser humano: actualización. Rev Cubana Invest Bioméd. [online]. sep.-dic. 2004, vol.23, no.4 [citado 31 Agosto 2007], p.266-292. Disponible en la World Wide Web: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864 -03002004000400011&lng=es&nrm=iso>. ISSN 0864-0300.

2. Hernández Triana, Manuel. Requerimientos y recomendaciones nutricionales para en ser humano. Editorial Pueblo y Educación, 2006.

3. Hernández Triana, Manuel. Requerimiento de energía alimentaría para la población cubana adulta. Rev Cubana Hig Epidemiol. [Online]. Ene.-abr. 2005, vol.43, no.1 [citado 31 Agosto 2007], p.0-0. Disponible en la World Wide Web: <http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1561 -30032005000100004&lng=es&nrm=iso>. ISSN 1561-3003.

4. Recomendaciones para la Prevención de Aumento de Peso Excesivo. Dieta Nutrición y Enfermedades Crónicas. OMS Serie de Informes Técnicos 916. OMS, Ginebra, 2003. ISBN 92 4 120916 X.

5. Porrata Maury Carmen, Abuín Landín Alfredo, Morales Abraham, Vilá Dacosta-Calheiros Raúl, Hernández Triana, Manuel, Menéndez Hernández Jorge, Díaz Sánchez María Elena, Mirabal Sosa Mayelín, Campa Huergo Concepción, Pianesi Mario. Efecto terapéutico de la dieta macrobiótica Ma-Pi 2 en 25 adultos con diabetes mellitus tipo 2. Rev Cubana Invest Biomed 2007; 26(2): (www.sld.sld.cu/servicios/revistas/revistas cubanas).

 

 

Recibido: Diciembre 2007
Aprobado: Febrero 2008

 

 

Manuel Hernández Triana Presidente-Electo de la Sociedad Latinoamericana de Nutrición. Doctor en Ciencias Médicas. Especialista de II Grado en Bioquímica Clínica. Investigador Titular. Profesor Auxiliar de Bioquímica. Departamento de Bioquímica y Fisiología, Instituto de Nutrición, Infanta 1158, Habana 10300. Email: macondo@infomed.sld.cu

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