Señor Director:
Con relación a la publicación del artículo «Adaptación y validación en español del cuestionario MAPETO-br para evaluar la postura de trabajo en estudiantes de Odontología»,1 que se publicó en el volumen 39, número 4, de la Revista Cubana de Investigaciones Biomédicas, se coincide en la importancia de promover y actualizar esta metodología cuantitativa para obtener mediciones más confiables.
Asimismo, se consideran importantes las precisiones de los conceptos adaptación y validación, con el objetivo que se emplee esta terminología con propiedad en futuros estudios biomédicos. La aclaración de ambos conceptos es esencial para un mejor consenso del uso de los términos en los profesionales de las ciencias de la salud, con vistas a su buen uso en la literatura científica.
La adaptación es un proceso complejo de modificación de un instrumento para ser utilizado en un contexto diferente para el que fue creado. Generalmente, la adaptación de una prueba resulta más práctica que construir una nueva e implica realizar la traducción de la versión original del test, la adaptación lingüística y la posterior demostración de la equivalencia entre ambas versiones a través de la validación de la prueba.2
La validación es un proceso continuo donde se reúnen evidencias que apoyen la congruencia entre la interpretación de las puntuaciones obtenidas y la teoría sobre la que se basa el test. Para ello, existen cinco fuentes de validez: basada en el contenido, la estructura interna, la relación con otras variables, el proceso de respuesta y las consecuencias del test. Además, implica la demostración de la fiabilidad y la equivalencia de medida. Se debe señalar que la validación es una responsabilidad compartida entre el creador de una prueba y la persona que la utiliza, ya que ambos deben garantizar el buen funcionamiento del instrumento en los respectivos contextos.3
Por lo tanto, la adaptación significa la adecuación de un instrumento de medición a un contexto diferente sin perder sus propiedades semánticas y métricas. Por su parte, la validación consiste en analizar y reportar de manera continua la validez, la fiabilidad y la equivalencia de las puntuaciones de un test para asegurar que el instrumento funciona adecuadamente en distintas poblaciones.3
Otra cuestión fue que el estudio mencionado de la presente revista solo reportó los coeficientes alfa de Cronbach y se omitieron los intervalos de confianza.1 La mayoría de instrumentos en las ciencias de salud son multidimensionales, por lo cual es recomendable utilizar el enfoque bayesiano para la fiabilidad. Este método afianza mejor la estimación de los intervalos de confianza a partir de los datos.4) Además, es útil para contribuir en los estudios metaanalíticos de confiabilidad.5 Otro análisis de gran relevancia para estimar la consistencia interna es el coeficiente de Omega.6 Estos métodos contribuyen en la correcta interpretación de las propiedades métricas y la consecuente utilidad práctica de los test.
El estudio de Muñoz y otros1 se enfocó en la validez basada en el contenido. Sin embargo, en la sección del resumen se hace mención del uso del análisis factorial exploratorio mediante el método de componentes principales (CP), pero no se reporta resultado alguno de este análisis en el artículo.
Se debe aclarar que el uso del método componentes principales puede ser controversial debido a que no permite separar los errores de medición de la varianza compartida. Consecuentemente, los componentes extraídos tienden a sobrestimar los patrones lineales de correlación entre el conjunto de ítems o reactivos que componen el instrumento.7 Esto genera que se reporten cargas factoriales sobrestimadas, cuyas estimaciones serán de menor valor cuando se aplique un método de extracción factorial apropiado para examinar la validez del constructo.8
Otra cuestión del CP es su uso, cuya finalidad es de reducir los datos en ausencia de una teoría previa, porque no es propósito del CP indagar la existencia de un factor latente, debido a que el componente o dimensión es la combinación de la correlación entre los ítems.9
Con respecto al análisis factorial exploratorio (AFE), es un método que no tiene un funcionamiento reductivo, este se orienta en la determinación del número de factores extraídos para examinar la propiedad de toda medida que cuente con un marco teórico en una muestra específica. Por ejemplo, el cuestionario MAPETO-br fue originalmente construido en el contexto brasileño, cuando se realiza el AFE en otro contexto es posible que los ítems puedan mostrar una composición factorial distinta a la muestra original.8 Estas aclaraciones afianzan la comprensión del AFE y CP, además, permitirán evitar la confusión de ambos conceptos de medición como en el artículo de Muñoz y otros.1.
Los aspectos metodológicos mencionados son relevantes al momento de llevar a cabo estudios instrumentales para futuros artículos de la presente revista.