Introducción
El estrés laboral constituye un conjunto de reacciones emocionales, cognitivas, conductuales y fisiológicas en respuesta a sucesos adversos y nocivos en el entorno laboral, la organización y las tareas laborales.1 Puede tener efectos perjudiciales para la salud, incluidos trastornos mentales, agotamiento, ansiedad y depresión.2 Se ha observado una relación entre el estrés laboral y el sobrepeso en médicos y enfermeras.3,4,5,6 Durante la pandemia el estrés laboral tuvo mayor impacto en los trabajadores de primera línea.7
En el caso de los profesionales de la salud, el nivel de estrés laboral varió según la especialidad, el área de trabajo, la disponibilidad de recursos, los instrumentos de medición utilizados y el período de evaluación.8,9,10,11 La pandemia de COVID-19 afectó, en gran medida, los sistemas de salud: las rotaciones se hicieron más frecuentes y aumentaron las horas de trabajo en los centros sanitarios.7
Las deficiencias en cuanto a la cobertura de las necesidades de los pacientes se incrementaron. El déficit de oxígeno y la falta de camas en la unidad de cuidados intensivos (UCI) conllevaron a una mayor carga de trabajo para el personal sanitario. Esto no solo desarrolló el riesgo de contagio, sino que trajo consecuencias para la salud física y mental de los trabajadores de la salud.12 Desde el punto vista laboral, mermaron la eficiencia y la calidad de la atención médica.13
La sobrecarga en la rutina diaria de los profesionales modificó sus estilos de vida y hábitos alimentarios. Vale destacar que los hábitos alimentarios saludables desempeñan un papel crucial en la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles.14,15 En este contexto, las restricciones impuestas por la pandemia tuvieron efectos significativos en la salud y el bienestar de la población, en general, y el personal de salud, en particular.12 Los profesionales de la salud modificaron sus hábitos alimentarios para hacer frente a la situación desafiante16 generada por la pandemia en la vida cotidiana.
El estrés laboral no solo perjudica la salud mental y emocional de los trabajadores, sino que también impacta de forma negativa en los hábitos alimentarios, al aumentar el consumo de alimentos poco saludables que contribuyen al sobrepeso, la obesidad y otras enfermedades relacionadas.17,18 Asimismo, puede afectar la regulación del apetito y la saciedad, y alterar los ritmos del sueño y las hormonas del apetito. Los efectos fisiológicos y comportamentales del estrés laboral comprometen la salud nutricional a largo plazo;19 por tanto, se deben promover estrategias de gestión del estrés y hábitos alimentarios saludables en el entorno laboral.3
Los nutricionistas son responsables de la alimentación según los requerimientos nutricionales.20 Aunque el estrés laboral tiene efectos sobre las conductas y hábitos alimentarios,21,22 los nutricionistas, debido a su preparación en promoción de estilos de vida saludables, deben asumir mejores comportamientos y actitudes en comparación con los profesionales de otras áreas.23 Sin embargo, pocos estudios exploraron esta problemática durante la pandemia de COVID-19. El objetivo del presente estudio fue evaluar la asociación del estrés laboral con los hábitos alimentarios saludables y la obesidad abdominal en nutricionistas durante la pandemia de COVID-19 en Perú.
Métodos
Se realizó un estudio observacional, de corte transversal analítico durante el inicio de la tercera ola de COVID-19 en Lima, Perú, desde el 18 de noviembre de 2021 hasta el 8 de enero de 2022. La muestra se integró por 87 nutricionistas de tres hospitales nivel III de la capital: Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins (EsSalud), Hospital Nacional Alberto Sabogal Sologuren (EsSalud) y Hospital Nacional Hipólito Unanue (MINSA, Ministerio de Salud). Se utilizó un método de muestreo no probabilístico y por conveniencia.
Se incluyeron nutricionistas mayores de 18 años que laboraban de forma presencial en los hospitales seleccionados y aceptaron participar en el estudio a partir del consentimiento informado. Se excluyeron los que se encontraban con licencia de salud o aquellos que mantenían una dieta especial por enfermedad renal, hipotiroidismo, hipertiroidismo o ascitis. Igualmente, se exceptuaron las nutricionistas en estado de gestación.
Previa aprobación de los comités de ética de cada hospital, se solicitó la autorización para iniciar el estudio. Se invitó verbalmente a cada nutricionista y se les envió un cuestionario por correo electrónico, a través de la plataforma de Google Forms. El cuestionario se dividió en tres secciones: a) características sociodemográficas y laborales del participante; b) estrés laboral y c) escala de hábitos alimentarios saludables. Al inicio del cuestionario se presentó el consentimiento informado: se comunicaron el objetivo, los riesgos y los beneficios del estudio.
Se consideraron dos desenlaces: el primero, los hábitos alimentarios saludables, se evaluó con la Escala de Hábitos Alimentarios (Material Suplementario), creada por los autores de la investigación. Para construirla se basaron en las Guías Alimentarias para la población peruana24 y utilizaron como referencia dos cuestionarios previamente certificados.25 Se validó la escala, y se obtuvo una V de Aiken de 0,85 y un alfa de Cronbach de 0,86.
El segundo desenlace, la obesidad abdominal, se determinó de acuerdo con los puntos de corte establecidos por la Federación Internacional de Diabetes.26 Se consideró obesidad abdominal cuando la circunferencia del abdomen superaba los 90 cm en hombres y los 80 cm en las mujeres. Estos valores se obtuvieron del autorreporte de cada nutricionista, ya que en el formulario virtual se había indicado la técnica estandarizada para medir correctamente la circunferencia abdominal.
El estrés laboral constituyó la variable de exposición principal y se estimó mediante un cuestionario autorizado por la Organización Internacional del Trabajo-Organización Mundial de la Salud (OIT-OMS),27 que se validó, y alcanzó un V de Aiken de 0,98 y un alfa de Cronbach de 0,96.
Se consideraron otras variables confusoras: edad (años), sexo (masculino, femenino), estado civil (soltero(a), casado(a)/conviviente, viudo(a)/divorciado(a)), hijos menores de edad (no, sí), ingresos en soles (< 3000, 3000-5000, > 5000), situación contractual (titular, contratado, otros), años de servicio, área laboral COVID (no, sí, otros), contar con un trabajo adicional (no, sí) y la institución donde labora (EsSalud, MINSA).
La información de las encuestas se ingresó a una hoja de datos en Microsoft Excel 2016 para rectificar cualquier dato erróneo, previa discusión entre dos autores. Posteriormente, la base de datos se importó al paquete estadístico STATA v16.0 (TX, StataCorp LP) para los análisis respectivos.
Las variables categóricas se expresaron en frecuencias y porcentajes, y las cuantitativas, en medidas de tendencia central y de dispersión, previa evaluación de su normalidad. En el análisis bivariado se utilizó la prueba de T de Student o Suma de Rangos de Wilcoxon. Para las variables categóricas se empleó la prueba de Chi cuadrado de Pearson o la prueba exacta de Fisher.
La asociación entre el estrés laboral y los hábitos alimentarios saludables se evaluaron mediante la construcción de modelos de regresión lineal que calcularon los coeficientes β crudos y ajustados con sus respectivos IC 95 %. Para relacionar el estrés laboral y la obesidad abdominal se construyeron modelos lineales generalizados de la familia de Poisson, con función de enlace logarítmico y varianza robusta, que computaron las razones de prevalencias crudas (RPc) y ajustadas (RPa) con sus respectivos IC 95 %. Ambos modelos de regresión se ajustaron por las variables confusoras, según un enfoque epidemiológico. También se evaluó la colinealidad mediante los factores de inflación de la varianza (FIV). El valor p < a 0,05 se consideró estadísticamente significativo. La información se codificó sin identificadores personales para respetar la confidencialidad y el anonimato de los participantes.
Resultados
Inicialmente, se estimaron 105 nutricionistas para las encuestas, pero se excluyeron siete por realizar labores de forma remota, 10 no respondieron la encuesta y uno se negó a participar en el estudio. Solo 87 cumplieron los criterios de selección, de ellos 20 (22,99 %) pertenecían al Hospital Nacional Alberto Sabogal Sologuren y al Hospital Nacional Hipólito Unanue, respectivamente, y 47 (54,02 %) al Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins.
Las mujeres representaban el 75,86 % de la muestra. La mediana de la edad resultó de 41 (33-50) años. Predominaron los nutricionistas solteros (48,28 %) con ingresos entre 3000 y 5000 soles. La mayoría se hallaba contratado (65,51 %). La media de los años de servicio fue 10 (3-21) años.
El 48,28 % laboraba en el área de COVID-19 y en menor proporción se ubicaban en otras áreas, por lo general administrativas (2,30 %). Solo el 18,39 % trabajaba en otra institución y, en su mayoría, pertenecían a instituciones afiliadas a EsSalud (77,01 %). El estrés laboral se manifestó poco (70,11 %), y la frecuencia de obesidad abdominal se determinó en 51,72 % (tabla 1). Se observaron hábitos alimentarios adecuados, con una media de 103 de un total de 140 puntos, esto sugiere buenas prácticas nutricionales en esta población.
Tabla 1 - Características sociodemográficas y laborales de los nutricionistas

Leyenda: RIQ: Rango intercuartílico.
El análisis bivariado de las características sociodemográficas y la obesidad abdominal de los nutricionistas mostró diferencias estadísticamente significativas para la variable de ingresos mensuales (p = 0,024) y la institución donde labora (p = 0,031) (tabla 2).
Tabla 2 - Características sociodemográficas y laborales según la obesidad abdominal en nutricionistas

Leyenda: *Test de Chi cuadrado; **Test exacto de Fisher.
Al evaluar la asociación entre el estrés laboral y los hábitos alimentarios saludables, mediante la regresión lineal simple en el modelo crudo, no se relacionaron las variables (β: -0,45; IC 95 %: -8,03 a 7,14; p = 0,907); tampoco al adecuar las variables confusoras en el modelo ajustado (β: 2,39; IC 95 %: -5,19 a 9,97; p = 0,531) (tabla 3).
Tabla 3 - Modelo de regresión para evaluar la asociación entre el estrés laboral y los hábitos alimentarios saludables en nutricionistas

Leyenda: IC 95%: Intervalo de confianza al 95%; β: Coeficiente de regresión lineal.
Nota: aModelo de regresión lineal simple; bAjustado por sexo, edad, estado civil, ingresos económicos, situación contractual, años de servicio, área laboral COVID-19 y trabajo adicional
El vínculo entre el estrés laboral y la obesidad abdominal no se demostró con el análisis crudo (RP: 1,06; IC 95 %: 0,68-1,64; p = 0,795). Asimismo, en el modelo ajustado, la razón se mantuvo como no asociada (RP: 1,01; IC 95 %: 0,69-1,47; p = 0,972) (tabla 4).
Tabla 4 - Modelo de regresión para evaluar la asociación entre el estrés laboral y la obesidad abdominal en nutricionistas

Leyenda: IC 95%: Intervalo de confianza al 95%; RP: Razón de prevalencias.
Nota: aModelo lineal generalizado de la familia de poisson con función logarítmica y varianza robusta. bAjustado por sexo, edad, estado civil, ingresos económicos, situación contractual, años de servicio, área laboral COVID-19 y trabajo adicional
Discusión
En los profesionales de la salud los conocimientos sobre estilos de vida varían según el área de especialización;20,23 por tanto, los hábitos alimentarios saludables evaluados en los nutricionistas se deba a su nivel de alfabetización sobre estos temas.23 Su preparación con relación a las prácticas adecuadas garantiza mejores indicadores nutricionales y antropométricos.23
Varios estudios evaluaron la influencia de factores psicosociales en las prácticas alimentarias. Durante la tercera ola de COVID-19 en España, se observó que, en la población general, se incrementó el consumo de alimentos, y las personas con un alto estrés reportaron mayor ganancia de peso.28 En Arabia Saudita Central el estrés y el turno de trabajo de las enfermeras modificaron los comportamientos alimentarios, incrementaron el consumo de comidas rápidas, y redujeron el de frutas y verduras.18
Igualmente, las preferencias alimentarias reportadas en la literatura variaron según el nivel de estrés, el cual se asoció positivamente con las comidas rápidas y los refrescos azucarados.29 Sin embargo, en este estudio no se determinaron vínculos entre el estrés laboral y los hábitos alimentarios, quizás porque el estrés laboral en nutricionistas fue muy bajo. Durante la tercera ola de COVID-19 en Perú no hubo gran afluencia de personas a las instalaciones hospitalarias, por ende, los profesionales de la salud se sometieron a menores cargas de trabajo y niveles de estrés. También un posible fenómeno de adaptación y resiliencia del personal de nutrición pudo condicionar mejores indicadores de estrés en el ámbito laboral.
La relación entre el estrés laboral y la obesidad no se ha establecido claramente por ello debe explorarse mejor. En 2012 un metaanálisis de estudios prospectivos longitudinales (cohortes) evaluó la asociación entre el estrés psicosocial y la adiposidad en general.22 El estrés psicosocial abarcó el estrés de la vida en general (incluido el estrés del cuidador) y el estrés laboral; mientras que, la adiposidad incluyó el índice de masa corporal (IMC), la grasa corporal, el peso corporal, la circunferencia de la cintura o la relación cintura-cadera. Los resultados vincularon el estrés con un aumento de la adiposidad, pero los efectos fueron muy pequeños, se alertó sobre la variabilidad entre los estudios y se sugirió dilucidar variables moderadoras.22
Una revisión sistemática relacionó los factores psicosociales en el trabajo y las largas jornadas laborales, pero las asociaciones resultaron débiles. El exceso de peso prevaleció en hombres.30) En contraste, un metaanálisis de estudios de cohortes vinculó la tensión laboral (componente del estrés laboral) con el riesgo de desarrollar obesidad, pero no se mostró una asociación positiva entre la tensión laboral y el aumento de peso. Estos hallazgos refutaron la hipótesis de que la tensión laboral constituía un factor de riesgo importante para la obesidad.22
En cambio, estudios realizados en personal de salud sugieren la persistencia de este problema. Buss31 determinó que el trabajo por turnos, las horas laborables extendidas y la mala calidad del sueño influye en el aumento de peso entre enfermeras. Igualmente, Fang y otros32 identificaron que el “alto estrés laboral” constituye uno de los principales predictores de sobrepeso/obesidad. En la presente investigación no se encontraron vínculos entre el estrés laboral y la obesidad abdominal, aunque la frecuencia de obesidad en los nutricionistas se aproximó al 50 %; por tanto, futuros estudios pueden orientarse a responder esta problemática e investigar sus causas subyacentes, dada la capacidad predictiva de riesgo cardiovascular en diversas poblaciones.33
De acuerdo con lo reportado en la literatura, este es el primer estudio en evaluar, de manera conjunta, la asociación entre el estrés laboral, los hábitos alimentarios y la obesidad abdominal en nutricionistas durante la pandemia de COVID-19 en Perú. Sin embargo, al ser un estudio de carácter transversal, no se pueden establecer relaciones de causa efecto; además, se requiere un mayor seguimiento en cuanto a los hábitos alimentarios y las variaciones de obesidad abdominal. El trabajo con nutricionistas profesionales redujo el sesgo. Como el marco temporal del estudio se ubica al inicio de la tercera ola de COVID-19 en Perú, podrían existir diferencias entre las características laborales y los hábitos alimentarios de los participantes con respecto a la primera o segunda ola.
Aunque aproximadamente la mitad de los nutricionistas encuestados presentaron obesidad abdominal, no se encontró ninguna relación entre el estrés laboral y los hábitos alimentarios saludables, tampoco entre el estrés laboral y la obesidad abdominal. Se requiere explorar otros factores que puedan contribuir al desarrollo de la obesidad abdominal en esta población.













