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Revista Cubana de Enfermería

versión impresa ISSN 0864-0319versión On-line ISSN 1561-2961

Rev Cubana Enfermer v.20 n.2 Ciudad de la Habana Mayo-ago. 2004

 

Artículos Originales

Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas "Victoria de Girón"

Traumatismo craneoencefálico

Lic. Josefa T. García Vázquez,1 Lic. Paula Borges Rodríguez,1 Lic. Ernestina Hernández Vergara1 y Lic Katiuska Figeredo Villa2

Resumen

Se realizó un estudio descriptivo, retrospectivo y longitudinal del traumatismo craneoencefálico a 107 pacientes con esta afección de los 1 153 que ingresaron en las unidades de cuidados intensivos del hospital pediátrico "Juan Manuel Márquez" del municipio Playa, en el período de enero a septiembre del año 2001 y 2002 respectivamente. Se revisaron las historias clínicas en busca de los siguientes datos: requerimiento o no de ventilación mecánica, edad, sexo y calidad del egreso de los pacientes. Se comprobó que el 60 % de los niños ingresados en el 2001, fueron ventilados; el 50 % se encontraba entre los 7 y 12 años de edad y el 85 % egresó vivo. En el 2002, el porcentaje de niños ventilados y egresados vivos fue mayor que en el 2001. En el año 2002 predominaron los niños con edades entre 2 y 6 años y en ambos períodos fue mayor la cantidad de pacientes del sexo masculino. Se relacionan los principales cuidados de enfermería en estos pacientes. Los resultados se expresaron en porcentaje y se presentaron en tablas y gráficos.

Palabras clave: Traumatismo craneoencefálico.

El problema que representa el politraumatismo, conocido también como trauma múltiple, es cada vez más crítico fundamentalmente en las sociedades desarrolladas o en vías de desarrollo.1

Se dice que un paciente está politraumatizado cuando ha recibido lesiones graves y potencialmente letales en distintas partes del cuerpo, si la lesión es única y pone en peligro la vida del paciente también se considera dentro de esta categoría.2

Las lesiones de la cabeza comprenden los traumatismos del cuero cabelludo, cráneo y encéfalo que pueden ser los causantes de algunos de los trastornos neurológicos más frecuentes y graves, que han alcanzado proporciones elevadas en la sociedad actual.3

Considerado como la epidemia del siglo por algunos autores, la enfermedad traumática, representa la principal causa de muerte y discapacidad de la población pediátrica.4

La complejidad del cuadro clínico y la frecuencia de diversas y graves complicaciones hacen necesario el ingreso del paciente politraumatizado en la unidad de cuidados intensivos pediátricos (UCIP), donde no sólo puede ser sometido a la vigilancia intensiva sino también a múltiples técnicas capaces de garantizar las funciones vitales y atender sus necesidades nutricionales pues por sus características el politraumatizado requiere atención multidisciplinaria y de estrecha colaboración y coordinación por parte de intensivistas, cirujanos, neurocirujanos, ortopédicos, enfermeros intensivistas requeridos para actuar con destreza ante situaciones de amenaza vital y ser capaces de brindar valiosas informaciones sobre el estado físico y psíquico del enfermo.5

El politraumatismo constituye un problema de salud en Cuba, motivado por esto los autores decidieron realizar este trabajo con los menores que tenían traumatismo craneoencefálico con el objetivo de identificar la incidencia de estos, así como sus mecanismos de producción más frecuentes, mortalidad, sexo, grupos de edades más vulnerables, necesidad de ventilación mecánica y atención de enfermería específica.

Métodos

El universo de este trabajo estuvo constituido por 1 153 pacientes en edad pediátrica que fueron ingresados en la UCIP del hospital docente pediátrico "Juan Manuel Márquez", durante el período comprendido de enero a septiembre de 2001y 2002 respectivamente. Un total de 585 pacientes ingresaron en el 2001 y 568 en el 2002.

La muestra quedó conformada por 60 pacientes en el 2001 y 47 en el 2002 para un total de 107. El criterio de inclusión fue el diagnóstico de traumatismo cráneo encefálico (TCE)

Se revisaron las historias clínicas en busca de incidencias del requerimiento o no de ventilación mecánica, además de los grupos de edad afectados, sexo y calidad del egreso, en estos 2 años.

Para la realización de este trabajo, descriptivo, retrospectivo y longitudinal, se efectuaron entrevistas por los autores y colaboradores con el objetivo de recibir información detallada sobre los pacientes, además se consultó el libro de registro de la sala de UCIP.

Los resultados se expresaron en porcentajes y se representaron en tablas y gráficos para su mejor comprensión.

Resultados

En la tabla 1 se observa que el 10,3 y el 8,3 % del total de pacientes ingresados en la UCIP en los años 2001 y 2002 respectivamente, tuvieron diagnóstico de TCE.

Tabla 1. Pacientes hospitalizados

 
Enero-Septiembre 2001
Enero-Septiembre 2002
Pacientes ingresados en la UCIP
Pacientes
%
Pacientes
%
Pacientes con TCE
60
10,3
47
8,3
Otras afecciones
525
89,7
521
91,7
Total
585
100
568
100

Fuente: hoja de cargo, control estadístico hospital "Juan Manuel Márquez¨.

En la tabla 2 se aprecia que en los 2 años estudiados fueron mayoritarios los pacientes ventilados con relación a los que no lo fueron.

Tabla 2. Pacientes con TCE que han requerido o no ventilación mecánica

 
Enero-Septiembre 2001
Enero-Septiembre 2002
Pacientes ingresados en la UCIP
Pacientes
%
Pacientes
%
Ventilados
36
60
29
61,7
No ventilados
24
40
18
38,3
total
60
100
47
100

Fuente: hoja de cargo, control estadístico hospital ¨Juan Manuel Márquez¨.

En la tabla 3 se observa que el grupo de edad que predominó en el año 2001 fue el de 7 a 12 años y dentro de este, el sexo masculino. En el año 2002 el grupo de edad predominante fue el de 1 a 6 años y también con mayoría del sexo masculino.

Tabla 3. Pacientes con TCE por sexo y grupos de edades

 
Enero-Septiembre 2001
Enero-Septiembre 2002
Edad
Ptes. conTCE
%
Sexo fem
%
Sexo masc
%
Ptes.
con TCE
%
Sexo fem.
%
Sexo masc.
%
- 1 año
4
6,7
2
10
2
5
3
6,4
0
-
3
11,1
1 - 6 años
12
20
5
25
7
17,5
21
44,7
10
50
11
40,7
7 - 12 años
30
50,1
8
40
22
55
18
38,3
9
45
9
33,3
+ 12 años
14
23,3
5
25
9
22,5
5
10,6
1
5
4
14,8
Total
60
100
20
100
40
100
47
100
20
100
27
100

Fuente: hoja de cargo, control estadístico hospital ¨Juan Manuel Márquez.

En los datos que se ofrecen en la tabla 4, es importante destacar que el mayor porcentaje de niños, en ambos años, egresaron vivos. Nueve niños fallecieron en el 2001 lo que representó un 15 %. En el mismo período de 2002 hubo 5 fallecimientos para un 10,6 %.

Tabla 4. Calidad del egreso de los pacientes

 
Enero-Septiembre 2001
Enero-Septiembre 2002
Pacientes egresados
Pacientes
%
Pacientes
%
Vivos
51
85
42
89,4
Fallecidos
9
15
5
10,6
total
60
100
47
100

Fuente: hoja de cargo, control estadístico hospital ¨Juan Manuel Márquez¨.

En la tabla 5 se aprecia que la causa fundamental que provocó el TCE en los menores fue la caída de alturas en el 2001 y los accidentes de tránsito en el 2002.

Tabla 5. Causas de los TCE

 
Enero-Septiembre 2001
Enero-Septiembre 2002
Causas
Pacientes
%
Pacientes
%
Caídas de alturas
42
70
19
40,43
Accidentes de tránsito
18
30
28
59,57
total
60
100
47
100

Fuente: hoja de cargo, control estadístico hospital Juan Manuel Márquez¨.

Discusión

Se observa que un porcentaje importante de los pacientes que ingresaron en la UCIP, lo hicieron por TCE, entre el 8,3 y el 10,3 %, lo cual obliga a los enfermeros y enfermeras de terapia intensiva pediátrica a prepararse mejor para brindar una óptima atención de enfermería, con especial énfasis en la educación de la población. Los resultados presentados, en ambos períodos, coinciden con los informado por Ruza en 1993.4

Los resultados alcanzados en cuanto a necesidad de ventilación indican que se trata de pacientes muy graves en su mayoría, que no pueden ventilar por sí solos, por lo cual es necesario estar bien actualizados en el manejo de los equipos de ventilación artificial.4

Los resultados presentados en cuanto a sexo y edad hace pensar que los padres no están jugando su rol correctamente, ya que en las edades más vulnerables encontradas los infantes son aún dependientes de sus padres. Resultados similares han sido informados por Waldo Nelson en 1998.5

En cuanto a la calidad del egreso, los resultados fueron muy alentadores para médicos, enfermeras y enfermeros. Estos últimos brindaron cuidados de enfermería óptimos y oportunos que permitieron la recuperación de un alto porcentaje de pacientes.
Es necesario hacer una reflexión en relación con los fallecidos, pues entre el 10 y el 15% no logró salir con vida del hospital; lo que hace pensar que hay que extremar las medidas de protección para evitar este tipo de traumatismo. Estos resultados coincidieron con los notificados por Arellano M. en 1981.1

En cuanto a las causas de los traumatismos, fueron diferentes en los 2 años analizados. En el año 2002 predominaron los accidentes de tránsito lo que pudiera responder a la cada vez mayor cantidad de personas circulando por la vía, fundamentalmente en bicicletas en las cuales también se acomodan a los menores para su traslado o bien al círculo infantil, la escuela o a actividades recreativas. Negrin VJA en 1990 y Brunner y Suddarth en 1998, también encontraron que los accidentes de tránsito son una fuente importante de trauma craneoencefálico.

Cuidados de enfermería en el trauma craneoencefálico

  1. Recepción de paciente: la recepción del paciente comienza con el anuncio de su ingreso en la UCIP. A su llegada debe estar preparada la cama, equipo de ventilación mecánica, monitor, catéteres de infusión venosa y otros accesorios que fueran necesarios.
  2. Movilización del paciente hacia la cama: se hará con sumo cuidado, para evitar la exacerbación del dolor o lo que es más frecuente el compromiso medular.
  3. Monitoreo electrocardiográfico y permiabilización de las vías aéreas: se realizará para posterior ventilación mecánica si procediera.
  4. Medición estricta de signos vitales (temperatura, frecuencia cardíaca y respiratoria y presión arterial). Los signos vitales pueden alertar sobre complicaciones como la insuficiencia respiratoria, shock o sépsis. La disminución de la diurésis puede ser consecuencia de la hipovolemia, incluida la deshidratación severa, insuficiencia renal o shock de cualquier etiología.
  5. Anotación estricta de los líquidos eliminados y administrados. Se anotan tantos los que se administran por infusión venosa como por vía oral; permite realizar balance hidromineral diario del paciente y planificar los volúmenes a administrar.
  6. Observación de la coloración de piel y mucosas: palidez, cianosis, ictericia o la aparición de petequias que pueden indicar generalmente complicaciones graves.
  7. Si existe herida quirúrgica y punciones venosas se deben observar los sitios de estas, si existieran se debe reportar de inmediato al médico.
  8. Vigilancia periódica de la permeabilidad de las vías aéreas y del funcionamiento del ventilador, de sus sistemas de alarma y de otros parámetros de la mecánica respiratoria y susceptibilidad de medición, auscultación de ambos campos pulmonares.
  9. Aliviar el dolor: es de vital importancia al permitir las inspiraciones profundas y la tos lo que evita el cierre de las vías aéreas, el drenaje inadecuado de las secreciones del árbol bronquial, atelectacias y como consecuencias la aparición de insuficiencias respiratorias .
  10. Cuidado estricto en la administración de las soluciones por vía parenteral en cuanto a dosificación de las concentraciones de las soluciones de acuerdo con la superficie corporal y edad del niño.
  11. Vigilancia estricta del goteo de la hidratación.
  12. Realizar en la medida de las posibilidades y disponibilidades, el baño de aseo diario y la movilización en el lecho. Su objetivo es mantener la buena higiene del niño y evitar úlceras por decúbito (escaras) y complicaciones del tipo respiratorias como neumonías del tipo hipostáticas.
  13. Viabilidad en la realización de exámenes complementarios: se deben realizar en tiempo y forma e interpretar resultados para así detectar cualquier complicación en el niño.
  14. Alimentación: se realizará según indicación médica y estado del paciente ya sea por vía oral o parenteral. Mejora la resistencia a las infecciones.
  15. Aspirar secreciones traqueobronquiales: se realiza cuantas veces sea necesario,se debe observar las características de las mismas y realizar fisioterapia respiratoria.
  16. Vigilancia continua del estado de conciencia, reactividad y reflejo pupilar, tipo de respiración y movilidad de los miembros.
  17. Brindar apoyo psicológico a pacientes y familiares: se considera como un factor de atención primaria, le corresponde en gran medida al personal de enfermería dar aliento a su paciente, explicarle en qué consiste la enfermedad y advertirle sobre los procederes a que será sometido. Se debe evitar comentarios adversos sobre su estado de salud; en su preferencia mostrar ecuanimidad y preocupación en su trabajo, no dejarle solo en los momentos críticos, no importunar su sueño cuando no es imprescindible y permitirle siempre que sea posible practicar algunos de sus entretenimientos.

Se puede concluir que la incidencia de TCE que en ambos períodos de estudio, osciló entre el 8,3 % y el 10,3 %. La mayoría de los pacientes necesitaron ventilación mecánica, tanto en el 1er. como en el 2do. período de estudio (60 %); En ambos períodos predominó el sexo masculino como el más afectado y existieron diferencias en los grupos de edades. El 85 % egresó vivo en todo el período de estudio. Las causas variaron en ambos períodos, en el 1ro. predominaron las caídas de alturas (70 %) y el 2do., los accidentes del tránsito (59,6 %). Se brindaron cuidados de enfermería de alta calidad y eficacia lo que contribuyó a disminuir la mortalidad.

Debido a la importancia de este trabajo dado por sus resultados y teniendo en cuenta la situación e incidencia actual de los TCE, se recomienda incrementar la labor educativa a pacientes y familiares sobre los factores de riesgo y la atención primaria; así como la preparación del personal capacitado para brindar servicios en las unidades de cuidados intensivos.

Agradecimientos

Los autores agradecen a las compañeras Noelvis Ivett Monteagudo Cruz, Yaumaris Hernández Torres y Axel Izquierdo García estudiantes de 2do. año del curso para trabajadores de la Licenciatura en Enfermería, su colaboración para la realización de este trabajo.

Summary

We carried out a descriptive study about the traumatism cranium encephalic in 107 patients with this affection of the 1153 that they were admitted in the Intensive Care Unit Paediatric (ICUP), of the Paediatric Hospital Juan Manuel Marquez at the municipality of Marianao, in the period of January to September, in the years 2001 and 2002. The clinical records were revised searching the incidence of the requirement or not of mechanics ventilation, age, sex and quality of the expenditure. And also carried out a bibliographical revision, being the fundamental complications (cerebral Edema, Hydrocephalic, Convulsions, Haematoma intracraneal and subdural, Infections intracraneals, Breathing Distress, Malnutrition. We also reviewed the symptomatology and the infirmary Attention, obtaining as a result that the 60% in the 2001 and the 61.7% in the 2002 of these cases were ventilated, and the 50% were patients between 7 to 12 years in the year 2001, and the year 2002 the 44,7% prevailed among 2 and 6 years, in both periods prevailed the masculine sex and the 85% go away alive in the 2001, while in the 2002 the 89,4% go away alive too. The results are presented in charts and graphics. The main Infirmary cares were selected.

Keywords: Traumatism cranium encephalic.

Referencias Bibliográfícas

  1. Arellano M. Cuidados Intensivos en Pediatría. 2da. ed. La Habana: Editorial Pueblo y Educación;1991.
  2. Smltzer SC. Enfermería Médico Quirúrgica de Brunner y Suddart. 8va. ed. Jalico, México: Gráficas Anzor;1998.p. 1799-802.
  3. Negrin VJA. Cuidados intensivos. La Habana: Editorial Pueblo y Educación;1990.p. 11-18.
  4. Ruza F. Cuidados Intensivos Pediátricos: patología básica; técnicas y cuidados de enfermería. 2da. ed. Barcelona: Interamericana Española;1993.
  5. Waldo E, Nelson MD .Tratado de Pediatría. Barcelona: Interamericana Española;1998.p.1654..

Bibliografía consultada

  1. Gennarelli TA. Mechanims of brain injury J Emerg Med 1996; (Suppl 1):5-11.
  2. Crosby LJ. Cerebrovascular response of closed head injured patients to a standardized endotracheal tube suctioning and manual hyperventilation procedure. J Neurosci Nurs 1998;24 (1):40-9.
  3. Dempsey DR. Nutricional support of the patient with head trauma. Trauma Q 1999;7(2):71-2.
  4. Ward JD. Penetrating head injury. Crit Care Nurs Q 1997;17(1): 79-89.
  5. Rosenwasser RH. Critical care management of head injury. Trauma Q 1996;8(2):30-57.

Recibido: 17 de julio de 2003. Aprobados: 4 de octubre de 2003.
Lic. Josefa T. García Vázquez. Departamento de Licenciatura en Enfermería. Instituto Superior de Ciencias Básicas y Preclínicas "Victoria de Girón". La Habana, Cuba.

1 Licenciada en Enfermería. Profesora Asistente
2 Licenciada en Enfermería. Profesora Instructora .

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