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Revista Cubana de Enfermería

Print version ISSN 0864-0319

Rev Cubana Enfermer vol.27 no.3 Ciudad de la Habana July-Sept. 2011

 

HISTORIA

 

Algo más sobre Clara Luisa Maass, enfermera norteamericana, mártir de la ciencia

Something more on Clara Luisa Maass, an American nurse martyr of sciences

 

María del Carmen Amaro Cano

Sociedad Cubana de Historia de la Medicina. Universidad de Ciencias Médicas de la Habana, Cuba.


RESUMEN

Se amplían los datos biográficos de la enfermera norteamericana Clara Luisa Maass, ofrecidos anteriormente en la propia Revista Cubana de Enfermería, en el año 2004, con el título de "La enfermería en la filatelia cubana". Esta joven enfermera, quien prestó servicios en Cuba desde 1899 hasta 1901, contaba apenas 25 años de edad cuando se prestó como voluntaria para sufrir la picada de un mosquito Aedes aegypti infectado y así facilitar la obtención del medio inmunizante de la enfermedad contra la fiebre amarilla ligera. Falleció en ese acto, convirtiéndose en mártir de la ciencia. Su muerte constituyó un público sentimiento de pesar y puso fin a los experimentos con humanos acerca de la fiebre amarilla. Cuba y E. U. A. han honrado la memoria de esta abnegada enfermera, con la emisión de sellos postales y placas en el Hospital Las Ánimas, donde falleció, y en el cementerio de Fairmont, en Newark, New Jersey, donde reposan sus restos.

Palabras clave: enfermera norteamericana, mártir de la ciencia, Carlos J. Finlay


ABSTRACT

The biographical data of the American nurse Clara Luisa Maass, supplied previously in the own Cuban Journal of Nursing in 2004, under titled "Nursing in the Cuban Phylately". This young nurse who served in Cuba from 1899 to 1901hardly aged 25 when she offered as voluntary to suffer the bite of Aedes Aegypti infected mosquito and thus to allow the obtention of the immune environment of disease against the slight yellow fever. She deceased in that situation becoming martyr of science. Its death was a public feeling of grief and the end of experiments with human beings related to yellow fever. Cuba and USA have honoured the memory of this self-sacrificing nurse by means of the issue of a postage stamp and plaques in "Las Animas" hospital where she deceased and also in the cemetery of Fairmont in Newark, New Jersey where laid its mortal remains.

Key words: American nurse, science marthyr, Carlos J. Finlay.


 


INTRODUCCIÓN

En 1896, la invasión hacia occidente, protagonizada por el Titán de Bronce, había logrado incorporar a la lucha armada a miles de revolucionarios. España comprendió de inmediato que la guerra podía perderse si no aplicaba medidas extremas. Ese mismo año envía a Valeriano Weyler como Gobernador General, cuya estrategia incluía la reconcentración de la población rural en zonas urbanas con la gran expectativa el privar a las fuerzas mambisas de sus fuentes alimentarias y del suministro de medicinas e informaciones valiosas sobre el movimiento de las tropas españolas. Sin embargo, la reconcentración llegó a afectar, no sólo a familiares y amigos de los cubanos insurrectos, sino también a cubanos, peninsulares y canarios que eran simpatizantes de los españoles.

El saldo que dejaron la reconcentración, la guerra hispano-cubana y el bloqueo naval norteamericano -este último inicio de la guerra hispano-cubano-norteamericana- era un pueblo diezmado, malnutrido y enfermo que vivía en condiciones de insalubridad.

Es entonces cuando el Presidente Mc Kinley solicita a la enfermera Clara Barton, Presidenta fundadora de la Cruz Roja Norteamericana, la tarea de organizar la ayuda a los reconcentrados. Esta prestigiosa mujer, de profundos sentimientos humanitarios, educada en la escuela nightingaleana, de inmediato se trasladó a la Isla para evaluar la situación y organizar el socorro a los reconcentrados.

La política sanitaria del gobierno interventor norteamericano obedeció, más que a motivaciones altruistas, a su interés de salvaguardar la propia salud, tanto de los norteamericanos que habían arribado a la Isla con el gobierno de ocupación, como a la población, especialmente la residente en los estados de la costa sur estadounidense. Pero sería una verdadera injusticia aplicar este mismo razonamiento a la labor individual desarrollada por las enfermeras norteamericanas. Las propias actitudes asumidas por ellas demostraron que estaban realmente imbuidas del espíritu nightingaleano, en el cual se habían formado como enfermeras profesionales. Entre ellas, está Clara Luisa Maass.

DESARROLLO

Clara Luisa Maass nació el 24 de junio de 1876, en Newark, New Jersey, E. U. A., de una familia de inmigrantes alemanes, devotos luteranos. Fue la mayor de nueve hermanos. Inició sus estudios en la Escuela de Enfermeras Cristina Trefz en el Hospital alemán de Newark y completó sus dos años de estudios en 1895, con solo 19 años.1

Una vez graduada comenzó a prestar servicios privados y luego trabajó como jefa de enfermeras en el hospital donde se había formado. Durante la guerra hispano-cubana y la intervención en ella del ejército de su país, se alistó como voluntaria, sirviendo en Jacksonville, Florida, Savannah y Georgia, en EUA y en Santiago de Cuba.

Como muchas otras enfermeras norteamericanas que servían en esos momentos en el ejército de su país, prodigó cuidados a numerosos soldados que padecían malaria, fiebre tifoidea, dengue y disentería, hasta 1899 en que se desmovilizó del ejército. En noviembre de ese mismo año respondió nuevamente al llamado del ejército de su país y fue enviada a Filipinas a cuidar soldados con fiebre tifoidea y fiebre amarilla. 2

Entre tanto, en Cuba, durante la Guerra contra España, morían más soldados españoles por fiebre amarilla que por heridas de combate. A fines de 1900, el Dr. William Gorgas, Jefe de la Sanidad Militar en La Habana, hizo un llamado a las enfermeras de su país que se prestaran como voluntarias para enfrentar la situación.

Clara Luisa Maass, conociendo de primera mano la devastación que causaba la fiebre amarilla, se prestó como voluntaria, una vez más, y se incorporó a los servicios de salud en Cuba en octubre de 1900. Fue destinada a prestar servicios en el hospital «Las Ánimas», donde se recluía a los enfermos infecciosos. 3

En aquella época se debatía la comprobación del descubrimiento del sabio cubano Dr. Carlos Juan Finlay de Barrés, quien había dado a conocer al mundo en una Conferencia Sanitaria Internacional y en la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, desde 1881, su teoría metaxénica (la transmisión de una enfermedad de un enfermo a un supuesto sano, susceptible, por medio de un agente biológico) y había señalado al mosquito Aedes aegypti como el agente trasmisor de la fiebre amarilla, enfermedad epidémica que causaba miles de muertes. 4

En 1901 se instaló en el hospital «Las Ánimas» una estación de investigación para obtener el medio inmunizante de la fiebre amarilla ligera. El 4 de junio de 1901, Clara Luisa se prestó voluntaria para ser picada por un mosquito infectado, desarrollando la enfermedad en forma leve. El 14 de agosto de 1901, se brindó nuevamente voluntaria para ser picada por otro mosquito infectado. La joven recayó enferma con la fiebre amarilla el 18 de agosto y el 24 fallecía, con solo 25 años de edad. Su muerte constituyó un público sentimiento de pesar y puso fin a los experimentos con humanos acerca de la fiebre amarilla.

La abnegada joven fue enterrada en el Cementerio Cristóbal Colón en La Habana, con honores militares. Su cuerpo fue más tarde trasladado al Cementerio Fairmont, en Newark, New Jersey, el 20 de febrero de 1902, donde la sepultura fue marcada con una simple placa militar. 5

Cuba honró la memoria de esta mártir de la ciencia con una placa en el propio hospital «Las Ánimas». 6 (Fig. 1)

En 1949, el Hospital Luterano, en su país, emitía un sello conmemorativo. 2 (Fig. 2)

Al año siguiente, Cuba honraba su memoria, en el cincuentenario de su muerte, con la emisión de un sello postal de 2 centavos, de color rojo y con centro en forma de hoja, puesto en circulación el 24 de agosto de 1951, según Orden No. 19 de fecha 7 de agosto de 1951. Se imprimieron 3 millones de ejemplares. 4 (Fig. 3)

El 19 de junio de 1952, el Hospital alemán de Newark, el cual había sido trasladado a Belleville, en New Jersey, fue renombrado Clara Maass Memorial Hospital. Por su parte, la placa sobre su tumba fue cambiada por una de bronce, en el cementerio de Fairmont, en Newark, New Jersey, tal y como se muestra en la figura 4. 2

En 1976, en ocasión del centenario de su natalicio, Clara Luisa Maass fue honrada en su país, con un sello conmemorativo de 13 centavos. 4 (Fig. 5)

CONSIDERACIONES FINALES

El acto de cuidar no es sólo privativo del hombre, puesto que el animal también cuida a sus cachorros e incluso, entre los animales adultos, cuando andan en manadas y uno es herido, regularmente alguno de los demás permanece junto a él para protegerlo de los ataques enemigos. Pero el cuidado inteligente -como le llamó Florence Nightingale, la fundadora de la enfermería profesional- ese sí es solo privativo del ser humano.

Clara Luisa Maass, desde muy jovencita, probablemente por su formación religiosa, mostró gran disposición al sacrificio y a la caridad cristiana, de ahí que decidiera estudiar enfermería para seguir el ejemplo de Florence Nightingale, otra cristiana, de la iglesia reformada anglicana.

En bien de los demás ofrendó su vida. Decía José Martí, que "es luz maravillosa de la naturaleza que sólo está completo el que se da; y no se empieza a poseer la vida hasta que no vaciamos sin reparo y sin tasa, en bien de los demás, la nuestra" (7)

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Bullough VL, Church OM, Stein AP. (Eds.). (1988). American nursing: A biographical dictionary. New York: Garland.

2. Knollmueller RN. Historical perspective: Clara Louise Maass Public Health Nursing 1985; 2(3): 178-9.

3. Samson J. A nurse who gave her life so that others could live: Clara Maass Imprint 1990; 37(2): 81-2.

4. Amaro Cano MC. La enfermería en la filatelia cubana. Revista Cubana de Enfermería. 2004; 20(1). Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?pid=S0864-03192004000100009&script=sci_arttext&tlng=es .

5. Herrmann EK. Clara Louise Maass: heroine or martyr of public health? Public Health Nursing 1985; 2(1): 51-7.

6. Bello Hernández E. Las Ciencias Médicas en la filatelia cubana. Cuadernos Historia Salud Pública. 1970; 4. Disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/his/indice.html .

7. Martí Pérez J. "Cecilio Acosta", en: Obras Completas. (1963) Editorial Nacional de Cuba. T 8 p. 153.

Recibido: 12 de junio de 2011
Aprobado: 1 de agosto de 2011

Correspondencia:

María del Carmen Amaro Cano. Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, Cuba. E mail: amaro@infomed.sld.cu

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