Introducción
La violencia laboral (VL) constituye un problema de salud pública a nivel mundial por su alta prevalencia como uno de los principales factores de riesgo ocupacional, esto debido al estrés al que se expone la persona, lo que afecta la salud mental ocasionando irritabilidad, depresión y ansiedad, además de complicaciones físicas como cardiopatías, trastornos digestivos y músculo esqueléticos, condiciones que pueden derivar en el ausentismo, abuso de sustancias lícitas o ilícitas y desgaste emocional.1,2
Uno de los grupos donde más se presenta la VL es en los profesionales de la salud, específicamente enfermería; dentro de los principales ejecutores se encuentra el personal en mandos medios y superiores. La prevalencia de la VL es de 20 % aproximadamente y tiene como factores de riesgo: edad inferior a 30 años, corta trayectoria laboral, desempeñar sus funciones operativas en departamentos como medicina interna y cuidados intensivos, además de laborar en el turno nocturno, lo que ocasiona bajo rendimiento en el trabajo y afecta de manera directa la salud de los pacientes.3,4,5
Diversos autores sugieren la importancia de estudiar la VL en el personal de enfermería dentro de su lugar de trabajo, ya que el objetivo principal de estos profesionales es brindar un cuidado de calidad; sin embargo, cuando se muestran conductas de violencia, aumenta el estrés y disminuye la satisfacción laboral, lo que pone en riesgo la seguridad de los pacientes, al presentarse omisiones que afectan cualquier aspecto relacionado con el cuidado de enfermería.6,7,8
A la fecha, se ha encontrado poca evidencia de estudios realizados en Latinoamérica sobre la VL en el personal de enfermería y la calidad del cuidado. Es importante la integridad de este gremio, ya que es el más numeroso dentro de los hospitales y quien tiene mayor contacto con los pacientes.9 Las investigaciones sobre las causas y factores relacionados con la VL constituyen un antecedente para el desarrollo de intervenciones orientadas a la prevención y disminución de esta conducta y sus efectos en el personal de enfermería que labora en instituciones de salud y las personas bajo su cuidado.
Por lo anterior, esta investigación tuvo por objetivo determinar la relación de violencia laboral entre el personal de enfermería y la calidad del cuidado en hospitales públicos.
Métodos
Estudio con enfoque cuantitativo, descriptivo y correlacional de corte transversal.10 La recolección de datos se realizó durante los meses de agosto y septiembre del 2017.
La población estuvo compuesta por 1340 enfermeros y 232 pacientes en dos instituciones públicas de segundo nivel de atención en Chihuahua, México, debido a que en los hospitales públicos es donde se presenta mayor déficit de personal de enfermería, lo que deriva en sobrecarga de trabajo.11) El muestreo fue no probabilístico por conveniencia, debido a la constante rotación y carga de trabajo del personal de enfermería; otro factor importante a considerar fue el estado de salud de los pacientes y los días estancia, por lo que tampoco se pudo realizar un muestreo probabilístico en esta población. La muestra final estuvo constituida por 161 enfermeros y 117 pacientes.
Criterios de inclusión: personal de enfermería de todos los turnos que estuviera adscrito a los servicios de medicina interna, ginecología, trauma y ortopedia, hospitalización de cirugía y la unidad de cuidados intensivos (UCI). Para los pacientes se tomó en cuenta que se encontraran hospitalizados en los mismos servicios, con estancia mínima de tres días y máxima de siete, que no presentaran problemas de comunicación (se tomó en cuenta que no estuvieran bajo efectos de sedantes o medicamentos que alteran la conciencia; además, que pudieran establecer una plática).
Se emplearon cuestionarios autoaplicados al personal de enfermería y aplicados a los pacientes, por un auxiliar de investigación previamente capacitado en su llenado, en caso de presentarse alguna inquietud durante la recogida de datos.
Variables sociodemográficas: Se aplicó una cédula de datos personales para las variables: sexo, edad, función (enfermero profesional y no profesional), turno de trabajo y servicio.
Violencia Laboral: Se evaluó mediante el instrumento validado en población mexicana Barómetro Cisneros,12 el cual es un instrumento compuesto por 43 ítems que representan conductas de acoso psicológico, se utiliza una escala de respuesta de 0 (nunca) a 6 (todos los días). Se evalúan 43 acciones que se agrupan en 5 dimensiones que son: 1) el aislamiento de la víctima, 2) descrédito de la víctima frente a sus compañeros, 3) desacreditar el trabajo de la víctima, 4) comprometer la salud de la víctima y 5) actitudes que intentan impedir que la víctima se exprese.
La evaluación del Barómetro Cisneros es descriptiva y se realiza al interpretar tres índices, el primero es el número total de estrategias de acoso sufridas (NEAP) en el cual se recuentan las respuestas diferentes a cero con un máximo de 43; el segundo índice es el global de acoso psicológico (IGAP), es igual a la suma de la puntuación de los ítems dividida entre el número de ítems, en una escala de 0 a 258; el tercero es el índice medio de la intensidad de las estrategias de acoso (IMAP), que se obtiene con la suma de la puntuación de los ítems entre el valor del NEAP. Una variabilidad entre el IMAP e IGAP indica que la persona sufre pocas estrategias de acoso; sin embargo, las experimentadas son intensas. El Barómetro Cisneros mostró un Alfa de Cronbach de 0.95 en este estudio.
Calidad del cuidado: Se midió empleando el instrumento validado al español Care Q,13 contiene 47 ítems que corresponden a conductas de atención que permiten al usuario determinar los comportamientos que perciben importantes para sentirse satisfechos frente al cuidado; el instrumento agrupa el comportamiento del personal de enfermería en 6 sub escalas, con una clasificación de 1 a 4 donde 1 es nunca y 4 es siempre: 1) si es accesible, corresponde a las preguntas 1 a la 6; 2) explica y facilita, de la pregunta 7 a la 12; 3) conforta, preguntas 13 a la 21; 4) se anticipa, con ítems del 22 al 32; 5) mantiene relación de confianza, correspondiente a las preguntas 33 a la 42 y 6) monitorea y hace seguimiento, con 8 ítems de la pregunta 43 a la 49. El Alfa de Cronbach que se obtuvo fue de 0,82.
Para el análisis estadístico se utilizó el programa Statistical Package for the Social Sciences ( (IBM SPSS) versión 23. Se obtuvieron la media aritmética y desviación estándar para variables cuantitativas y frecuencias para variables categóricas. Se obtuvo, además, el coeficiente de correlación de Spearman, porque las variables de interés no mostraron normalidad, se realizó la prueba de coeficientes de Contingencia y Chi-Cuadrada para la asociación de variables categóricas. Se tomó en cuenta un índice de confianza del 95 % y un valor de p < 0,05 como significancia estadística.
El estudio se apegó a lo estipulado en tratados internacionales y al Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Investigación para la Salud;14) se contó con la aprobación de los Comités internos de Ética en la Investigación en ambas instituciones hospitalarias y se aprobó por las autoridades de la Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Autónoma de Chihuahua. Se proporcionó un consentimiento informado al personal de enfermería y a los pacientes que aceptaron su participación en el estudio, además de informar su derecho a renunciar en cualquier momento.
Resultados
Predominó el sexo femenino en un 85,70 %, la edad media de 35,67 años (DE = 9,54). Para la experiencia laboral la media fue de 11,13 años de antigüedad (DE = 9,23), la mayoría de los participantes eran enfermeras profesionales (73,90 %) y 45,90 % trabajaban en el turno nocturno. En cuanto a su área de adscripción, 31,10 % correspondió al personal de enfermería que se desempeña en hospitalización de cirugía (Tabla 1).
Respecto a la VL, 79,40 % de los participantes respondió nunca haberla experimentado. En cuanto a la persona ejecutora de la VL, el jefe o supervisor inmediato se reportó como la principal fuente de VL con 11,20 % (Tabla 2).
Fuente: Escala Cisneros Como Evaluación Del Mobbing.
Nota: an = 161, b % = porcentaje, cNEAP= Número total de estrategias de Acoso.
dIGAP= Índice es el global de acoso psicológico, eIMAP= índice medio de la intensidad de las estrategias de acoso.
En cuanto a la frecuencia de experiencias de VL, predominó en la dimensión descrédito del trabajo, el comportamiento: evaluación inequitativa, donde 32,90 % refiere que se presenta pocas veces al año (Tabla 3).
Respecto los pacientes, la media de edad fue de 48,82 años (DE = 21,07). La mayoría se encontraban hospitalizados en el área de ginecología (37,60 %), (Tabla 4).
En cuanto a la calidad del cuidado, 70,40 % de los pacientes refirió que el personal es accesible al momento de requerir ayuda, 66,66 % explicó cuando surgen dudas respecto al cuidado y 62,50 % brinda confort, 58,40 % se anticipó a las necesidades que presenta el paciente y con 66,30 % del personal se establece una relación de confianza, además la mayoría daba continuidad en el cuidado (72,70 %), (Tabla 5).
Después de obtener la estadística inferencial con el coeficiente de correlación de Spearman, coeficientes de Contingencia y Chi Cuadrado, no se mostró significancia estadística entre las variables de interés (p > 0,05)
Discusión
La VL entre el personal de enfermería continúa presente en los hospitales públicos; sin embargo, en ocasiones las enfermeras y enfermeros no los reportan por temor a represalias. En México, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 85 de cada 100 profesionales de enfermería son mujeres, el promedio de edad es de 36,8 años y el de escolaridad de 13,9 años de estudio, equivalente a un nivel técnico o enfermería general.15 Lo anterior puede ser debido a los paradigmas que en la actualidad se observan respecto a que la profesión de enfermería es exclusiva para el sexo femenino; además las mujeres tienen mayor intención de insertarse en un área clínica, principalmente relacionadas con el cuidado del niño y la mujer.16 Los resultados de la presente investigación muestran que la mayoría del personal de enfermería corresponde al sexo femenino y se desempeña en el Servicio de Ginecología.
Un estudio realizado en el estado de Jalisco, México, reporta que el personal de enfermería que sufre mayor estrés laboral corresponde al sexo femenino y con escolaridad de enfermería general.17 Se observa que en el nocturno es donde se presenta mayor nivel de estrés laboral, esto puede ser debido a los cambios en el ciclo circadiano, alteración en las horas del sueño y su relación con la aparición de enfermedades crónicas;3,17 resultados que difieren con los de esta investigación, ya que el personal que reportó más experiencias de VL es el que se desempeña en turnos de día. Estas experiencias se pueden observar mayormente en turnos matutinos, debido a que es cuando más personal de mandos medios y superiores se presenta a laborar y se realizan mayor cantidad de procedimientos médicos y quirúrgicos, lo que aumenta el estrés laboral.
En este estudio la mayoría de los participantes refiere no haber experimentado VL; sin embargo, el personal que si la percibe reporta que los ejecutores de la VL son los mismos compañeros que se desempeñan en puestos de mandos medios o jefes inmediatos. Resultados similares a lo reportado por otros autores, donde se menciona que culturalmente el personal de enfermería por su vocación de servicio, mantiene una relación de codependencia con el médico y superiores.4,18
Respecto a las experiencias de VL entre el personal de enfermería, la forma inequitativa de evaluar el trabajo fue la que predominó en este estudio; una posible explicación puede ser que las personas que se desempeñan en puestos jerárquicos superiores tienen cierta necesidad de demostrar poder y algunos tienen habilidades de liderazgo deficientes.5 Es importante mencionar que un estilo de liderazgo transformacional, en el que se reconoce el trabajo de los colaboradores y se motiva a la superación personal, está relacionado con mayor satisfacción laboral.19
En otro orden de ideas, no se mostró significancia estadística al correlacionar la VL entre el personal de enfermería y la calidad del cuidado. Gran parte de los participantes respondió no haber experimentado VL, es necesario precisar que la mayoría era personal con más de 10 años de experiencia laboral y estudios profesionales. Es importante mencionar que la VL se asocia con tener una menor antigüedad laboral y ser recién graduados de estudios profesionales, así como desempeñarse en el turno nocturno,3,20,21 datos que difieren con los resultados obtenidos, puesto que la mayoría de los participantes estaban adscritos al turno vespertino.
En cuanto a los pacientes, la mayoría reportó que el personal de enfermería realiza acciones que indican calidad en el cuidado como: ser accesibles y anteponerse a sus necesidades o establecer relaciones de confianza. Es importante señalar que existe evidencia que asocia la VL entre el personal de enfermería con un cuidado deficiente, que incluye errores en la medicación, lo que puede ocasionar que se eleven los costos en salud para el paciente y la institución.22 Los resultados de esta investigación son congruentes con la literatura al mostrar que la mayoría del personal de enfermería no ha experimentado VL y los pacientes refieren calidad en el cuidado.
Es preciso mencionar que mejorar las condiciones de trabajo y disminuir la VL, permite que las enfermeras y enfermeros se desarrollen personal y profesionalmente, lo cual aumenta su sentido de compromiso y desempeño en el ámbito hospitalario; así mismo, mejora las relaciones con el personal de mandos medios y superiores, al identificar un estilo de liderazgo que valora el capital humano, con repercusión en la calidad del cuidado.23,24
Una limitación del presente estudio fue que al analizar la calidad del cuidado se tomó en cuenta poco personal de enfermería que labora en áreas críticas como la UCI, debido a que es difícil obtener información directa de los pacientes en esos servicios. El personal de enfermería que labora en la UCI, es quien presenta mayores niveles de estrés asociados a la sobrecarga de trabajo y al cuidado de pacientes en condiciones críticas de salud, lo que resulta en que se desarrollen sentimientos negativos hacia su ambiente laboral,25 y ser más propenso a experimentar VL como víctima o ejecutor.
En conclusión, el personal de enfermería que se desempeña en hospitales públicos de segundo nivel no se encuentra familiarizado con la conceptualización de VL ni sus estrategias, por lo que es probable que la mayoría haya experimentado alguna de ellas durante su trayectoria laboral y por temor a represalias, no la haya reportado a sus superiores; con ello se minimizan las implicaciones de manera personal y en la institución de adscripción. La mayoría de los pacientes refirió que el personal de enfermería realiza acciones que indican calidad del cuidado y destacan la accesibilidad del personal y las relaciones basadas en la comunicación y confianza.