Servicios personalizados
Español (pdf)
Articulo en XML
Referencias del artículo
Enviar articulo por email
Citado por SciELO 
Similares en
SciELO 
Permalink
Estimado editor:
El cáncer es una enfermedad compleja que engloba más de 200 tipos. En 2021, en el mundo se reportaron 18,1 millones de casos nuevos y 9,5 millones de muertes por esta causa, lo que la ubica como segunda causa de muerte a nivel global. En Cuba, es la enfermedad que más muerte produce en las edades comprendidas entre 15 y 64 años, y ocupa el segundo lugar de la mortalidad en general, después de las afecciones cardiovasculares.1
Esta enfermedad produce alteraciones morfológicas que comprometen con severidad la satisfacción de necesidades humanas imprescindibles para la vida. A nivel fisiológico, se encuentran las de alimentación, descanso, sueño, higiene, confort, control de síntomas con el énfasis puesto en la calidad de vida y el bienestar subjetivo.
A estas necesidades se le añaden las de orden psicosocial como la comprensión por otros de su imagen corporal, con los afectos y el amor, el sentido de pertenencia y aceptación, así como las de orden espiritual que subrayan la importancia de la autonomía en las decisiones, la autorrealización, la búsqueda de sentido y trascendencia, aspectos religiosos y se añade la seguridad del paciente.2 Por otra parte, la terapia a este problema de salud también involucra cuidados especiales, debido a la localización tumoral particular en cada caso, así como a la concurrencia de las tres armas terapéutica (amplia cirugía, quimioterapia, radioterapia e inmunoterapia).
Uno de los profesionales de salud que se vincula al cuidado de estas personas es el de enfermería, a su cargo está la toma decisiones difíciles para lograr la continuidad del cuidado, la identificación de las necesidades prioritarias, la planeación del cuidado integral, el seguimiento y el entrenamiento para el autocuidado al alta. Realiza cuidados que suponen disponer de competencias específicas (conocimientos, habilidades y actitudes) que no se alcanzan con los planes de estudios de pregrado; de hecho, la experticia de la enfermera que trabaja con pacientes con cáncer solo se alcanza, hasta este momento, con la práctica profesional en instituciones y servicios típicos de oncología, como es la que se ejecuta en el Instituto de Oncología y Radiobiología como centro rector de esta práctica en el país.
Cierto es que la Enfermería avanzó en los últimos 50 años gracias a la investigación en dos aspectos, por una parte, los cuidados y por otra la efectividad en los nuevos roles o intervenciones. En la actualidad, el profesional de enfermería adopta nuevos modelos de práctica profesional, como es el conocimiento experto o especializado de los cuidados para contribuir de forma significativa en los resultados clínicos, aunque persiste la necesidad de un perfeccionamiento constante de los conocimientos, habilidades y actitudes para un cuidado de enfermería integral y con seguridad. En este contexto, se configura el rol de la enfermera de práctica avanzada en procesos complejos.
De acuerdo con los antecedentes, la práctica avanzada es una realidad en Estados Unidos y Canadá desde los años 60 del pasado siglo, y se expandieron hacia Gran Bretaña en la siguiente década. El surgimiento de estas prácticas se explica a partir de las demandas sociales de la población, y se han consolidado a través de diferentes estructuras organizacionales, educacionales y de investigación.3
Se asume en este momento la concepción propuesta por la Sociedad Española de Enfermería Oncológica, organización que la considera como: “la prestación de servicios de enfermeras(os) profesionales y competentes, al individuo, familia o comunidad, en todo el continuum salud-enfermedad, desde la prevención del cáncer a los cuidados del enfermo en situación terminal”.4 Tal es el desarrollo alcanzado, que hablar de enfermería con visión de futuro implicaría incorporar el soporte, el apoyo al paciente y su familia en todo momento, desde el diagnóstico hasta su salida del sistema, cualquiera sea la condición de esta salida.
En síntesis, se puede afirmar que la atención al paciente con cáncer en atención primaria y hospitalaria propone la inclusión de equipos multidisciplinarios especializados: Enfermería Oncológica de Practica Avanzada, de Prevención Primaria, Secundaria y Terciaria, de Prevención de Alto Riesgo, equipos de Cuidados Paliativos y Dolor, así como unidad de apoyo, estos equipos de atención realizarían acciones coordinadas, seguimiento y monitoreo efectivo, todo lo cual permitirá alcanzar las metas.
Las personas con enfermedad oncológica deben tener acceso a una atención médica de calidad, que asegure la continuidad y coordinación, asistencia interdisciplinar, equidad y accesibilidad a los recursos diagnósticos y terapéuticos, combinación del apoyo psicosocial durante el tratamiento, y adherencia a los protocolos aprobados y vigentes para tratar los problemas de salud y tratamientos más habituales.
