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Pastos y Forrajes

versión impresa ISSN 0864-0394

Pastos y Forrajes v.31 n.2 Matanzas abr.-jun. 2008

 

ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN

Comportamiento etológico de bovinos en sistemas silvopastoriles en Chiapas, México

Ethological performance of cattle in silvopastoral systems of Chiapas, Mexico

 

 

E. Pérez1, Mildrey Soca2, L. Díaz3 y M. Corzo3

 

1Cuerpo Académico de Ganadería Tropical. E-mail: eperezl@unach.mx

2 EEPF «Indio Hatuey» Matanzas, Cuba 3FCA-UNACH, México

  3Facultad de Ciencias Agronómicas Universidad Autónoma de Chiapas, México


RESUMEN

En el Centro Agropecuario de Capacitación y Desarrollo Sustentable San Antonio, en el municipio Chiapa de Corzo, Estado de Chiapas, México, se desarrolló esta investigación con el objetivo de determinar el efecto del uso. de árboles forrajeros en el comportamiento etológico de bovinos en condiciones de pastoreo intensivo. Se utiliza­ron 12 toretes encastados (Suizo x Cebú), con un peso vivo promedio de 157±3 kg, en un diseño completamente al azar con dos tratamientos (T1: Sistema silvopastoril y T2: Sistema monocultivo) y seis repeticiones. El estrato herbáceo estaba formado por Panicum maximum var. Tanzania, en ambos sitios. Con relación al tiempo que los animales destinaban a la actividad de pastoreo, no se encontraron diferencias significativas entre tratamientos. Se observó una menor temperatura durante las horas de la mañana y la tarde en el sistema silvopastoril (23,9 y 26,6°C), en comparación con el sistema en monocultivo (26,4 y 28,1°C). Entre las variables pastoreo y tempera­tura in situ se encontró una correlación negativa en ambos sistemas, pero más marcada en el T2 (R=-0,41166­P=0,0003) que en el T1 (R=-0,28453-P=0,0154). Sin embargo, la tasa de crecimiento mostró diferencias signifi­cativas (P<0,05) a favor del silvopastoreo, con las mejores ganancias de peso (486 g/animal/día), en comparación con los animales en monocultivo (369 g/animal/día).

Palabras claves: Comportamiento, bovinae, monocultivo, sistemas silvopascícolas


ABSTRACT

In the San Antonio Agricultural Center of Training and Sustainable Development, in the Chiapa de Corzo municipality, Chiapas State, Mexico, this study was developed with the objective of determining the effect of the use of forage trees on the ethological performance of cattle under intensive grazing conditions. Twelve young bulls wee used (Swiss x Zebu), with an average live weight of 157±3 kg, in a completely randomized design with two treatments (T1: Silvopastoral system) and T2: Monocrop system) and six repetitions. The herbaceous stratum was formed by Panicum maximum var. Tanzania, in both sites. Regarding the time the animals destined to the grazing activity, no significant differences were found between treatments. A lower temperature was observed during the morning and afternoon hours in the silvopastoral system (23,9 and 26,6 ºC), as compared to the monocrop system (26,4 and 28,1 ºC). Between the variables grazing and in situ temperature a negative correlation was found in both systems, but more remarkable in T2 (R=-0,41166-P=0,0003) than in T1 (R=-0,28453-P=0,0154). However, the growth rate showed significant differences (P<0,05) in favor of the silvopastoral system, with the best weight gains (486 g/animal/day), with regards to the animals under monocrop conditions (369 g/animal/day).

Key words: Behavior, cattle, monocrop, silvopastoral systems


 

 

INTRODUCCIÓN

El factor climático incide en la actividad ga­nadera en forma directa, al actuar sobre la fisio­logía productiva del animal, y en forma indirec­ta, fundamentalmente, al afectar el desarrollo del pasto y los forrajes (Corzo, García, Silva, Pérez y Geerken, 2004); esta es la causa fundamental de la diferencia de productividad entre las zonas templadas y las tropicales (Ribas, Ponce, Ajete, Mederos, Gutiérrez, Mora, Guzmán, Evora, González y Sosa, 2001). Las variables meteorológicas principales, que influyen en el estado térmico del cuerpo de los animales, según Bavera (2004) son: la tempera­tura del aire, la radiación solar, la humedad relativa, las precipitaciones y la velocidad del viento. Las desviaciones acentuadas de estas va­riables, a partir de las condiciones óptimas, provocan alteraciones en el ritmo de las activi­dades vitales, tales como: la temperatura corporal, la ingestión, la digestión, la respira­ción, la circulación de la sangre y el estado de las glándulas de secreción interna (Alfonso,2001; Álvarez, 2004), y como resultado dismi­nuyen considerablemente los rendimientos productivos, al tiempo que se afecta el estado de salud de los animales (Bergerón y Lewis, 2002). En este sentido, el uso de los árboles en el contexto de los sistemas agrosilvopastoriles va tomando mayor relevancia por su potencial productivo y elevado valor nutritivo, su disponi­bilidad en los períodos de escasez de forrajes y sus innumerables beneficios en el confort de los animales (Rosales, 1999). Sin embargo, nues­tras regiones han carecido de investigaciones sobre esta temática, razón por la cual se realizó este trabajo con el objetivo de determinar el efec­to del uso de los árboles forrajeros en el comportamiento etológico de los bovinos en con­diciones de pastoreo intensivo.

MATERIALES Y MÉTODOS

Sitio experimental. El trabajo experimental se desarrolló en el Centro Agropecuario de Ca­pacitación y Desarrollo Sustentable San Anto­nio, en el municipio Chiapa de Corzo, Estado de Chiapas, México; está situado entre los 16o 42' de latitud norte y 93o 00' de longitud oeste, a una altitud de 420 msnm, con un clima cálido subhúmedo, una precipitación media anual de 990 mm y una temperatura promedio de 26ºC (INEGI, 2003). El suelo predominante es de textura franca, con un contenido aceptable de materia orgánica (2,4%), un pH de 7,0 y ligeramente pobre en ni­trógeno (0,15%).

Procedimiento experimental. Se evaluaron dos sistemas: sistema en monocultivo y sistema silvopastoril; ambas praderas tenían Panicum maximum variedad Tanzania en el estrato her­báceo. Previamente al estudio, que coincidió con el inicio de la temporada de lluvias, se realizó un corte del forraje lignificado, con el fin de que el rebrote de la pradera fuera lo más homogéneo posible en ambos sitios experimentales. Se contabilizaron las especies arbustivas pre­sentes en el sistema silvopastoril, las cuales se muestran en la tabla 1. La altura de los árboles osciló entre 3 y 10 m, en dependencia de la es­pecie, con una edad aproximada de 8 años. La investigación tuvo una duración de 83 días, de los cuales 15 fueron para el proceso de adaptación y 68 días para la evaluación.

Manejo animal. Se utilizaron 12 toretes en­teros cruzados Bos taurus x Bos indicus, de un peso vivo promedio de 157 + 3 kg. Previamente al período experimental, se sometieron a una desparasitación interna y externa, y se les aplicó un tratamiento vitamínico vía intramuscular (ADE).

Los animales se manejaron a través de un sis­tema de pastoreo intensivo, con una permanen­cia de 24 horas en las praderas. El forraje se asig­nó diariamente, para lo cual se consideró el peso vivo total y la disponibilidad de materia seca de la pradera. La disponibilidad de agua limpia y fresca en los cuartones fue constante y se utili­zaron bebederos portátiles automáticos, para que los animales tuvieran el menor gasto energético posible en estas condiciones de pastoreo. El porcentaje de asignación fue de 10% (10 kg de MS por cada 100 kg de peso vivo), en consi­deración a la cantidad de forraje que necesita un animal diariamente, así como el forraje que se pierde por efecto del pisoteo y una reserva para que la planta se recupere después del pastoreo. Para esto se realizaron previamente cálculos de disponibilidad de MS en ambas praderas antes de la incorporación de los animales. Las praderas se manejaron con cercos eléc­tricos, en franjas, dependiendo de la cantidad de forraje demandado para cada día por los anima­les; esta subdivisión se realizó mediante líneas móviles con un cordón conductor de seis fila­mentos. La carga fue de 3,0 UA/ha-1, con un período de ocupación de un día y 29 días de período de ocupación de un día y 29 días de descanso.

Mediciones experimentales. La conducta ingestiva de los toretes en pastoreo se registró por observación visual, con una duración de 24 horas para cada momento de evaluación en el período experimental (seis repeticiones), y se determinó la actividad que realizaban cada 10 minutos, para lo cual se utilizaron las siguientes denominaciones:

P = Pastoreo

Rp = Rumia parada

Re = Rumia echada

A = Consumo de agua

Se aplicó la formula de Petit (1972) para el cálculo del tiempo total empleado en cada ac­ción de este tipo de conducta en la mañana, la tarde, la noche y la madrugada, en la cual se re­lacionó el producto del tiempo dedicado a cada actividad según la fórmula:

(ai x n)/A

Donde: ai es el número de animales que ejer­cen la actividad, n el tiempo entre dos observa­ciones sucesivas, y A el número total de animales.

Con la ayuda de un termómetro de máximas y mínimas, se obtuvo el registro de temperatura para cada sitio; la lectura se tomó cada 10 minu­tos durante las 24 horas del día, en seis ocasio­nes. Para la estimación de la ganancia de peso de los toretes, estos fueron pesados al inicio del experimento y posteriormente cada 15 días du­rante el período experimental.

Análisis estadístico. Se utilizó un diseño com­pletamente al azar, donde cada animal representó una unidad experimental. El modelo estadístico fue:

yij = ì + Tj + eij

Donde:

yij = variable respuesta del i-ésimo tratamien­to y j-ésima repetición

ì = media poblacional

Tj = efecto del tratamiento j

eij = término de error

Para determinar el análisis de varianza y el cálculo de los estadígrafos de dispersión, se uti­lizó el paquete estadístico SSPS versión 10.0.1 para Windows; mientras que para la diferencia­ción de las medias se empleó la dócima de com­paración de SNK (Student-Newman-Keuls), con un nivel de significación de P<0,05 (Machado Sampaio, 2002).

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

En la tabla 2 se muestra la tasa de crecimien­to de los toretes; tanto la ganancia neta como la ganancia diaria fueron significativamente mayo­res (P<0,05) en los animales que pastorearon en el sistema silvopastoril con respecto a los del monocultivo, y se obtuvieron ganancias de 486 y 369 g/animal/día para cada sistema, respecti­vamente.

Estos resultados son inferiores a los reporta­dos por Hernández (2003) y Díaz (2003), quie­nes alcanzaron ganancias superiores a 500 g/ani­mal/día con toretes en pastoreo, en condiciones de investigación similares a las del presente es­tudio. En ambos casos se utilizaron animales de mayor peso y edad al inicio de los experimen­tos, lo cual condiciona una diferencia marcada en cuanto a la capacidad de adaptación y el apro­vechamiento de las fuentes forrajeras.

Sin embargo, Pérez (2001) encontró ganan­cias similares (475 g/cabeza/día) cuando mane­jó toretes más jóvenes, y planteó que el tipo de pasto y de los árboles combinados en el sistema desempeña un papel principal en la dieta, en el consumo y, por lo tanto, en el peso vivo. Este indicador mostró una tendencia lineal en el sis­tema silvopastoril, con un incremento más esta­ble en el tiempo (fig. 1).

Los resultados en cuanto a la ganancia de peso de los toretes en el sistema silvopastoril estuvie­ron influidos, entre otros factores, por el microclima favorable que proporcionan los ár­boles forrajeros, lo cual permite a los animales, en estas condiciones, incrementar el horario de pastoreo durante las horas en que aumenta la temperatura. En el sistema de monocultivo la influencia directa de los factores climáticos determinó que los animales realizaran otras actividades, tales como el descanso, el consumo de agua y la rumia, especialmente en los intervalos entre las 12:00 m y las 2:00 p.m. Este efecto negativo por el incremento de las temperaturas, según Faure, Fernández-Limia y Morales (2004), produce un desequilibrio endocrino en los animales, que muestran una respuesta corticosuprarrenal al efecto del estrés calórico; esta se manifiesta en un marcado incremento en los niveles de cortisol, que producen un aumento de la temperatura rectal y la frecuencia respiratoria, y con ello reducen la respuesta de adaptación y de conversión alimentaria.

En este sentido, la temperatura ambiental promedio (fig. 2), tanto durante las horas de la mañana como en la tarde, fue menor en el sistema silvopastoril (23,9 y 26,6°C, respectivamente), en comparación con el sitio donde existió únicamente pasto (26,4 y 28,1°C).

Esta relación beneficiosa que se establece entre las ganancias de peso y el bienestar animal en los sistemas silvopastoriles, está muy relacionada con el tiempo dedicado al consumo de forraje durante el día; aun cuando los tratamientos no difirieron significativamente, se observó que los animales que se manejaron en el sistema silvopastoril dedicaron un mayor tiempo a esta actividad.

Este fenómeno, según Quincosa (2006), en muchas ocasiones está influido por el tamaño del bocado, la velocidad de ingestión y el núme­ro de bolos de ingestión por hora que se logra en estos sistemas, lo que les permite a los animales aprovechar eficientemente el horario diurno, en general, y el inicio de la segunda gran comida de la tarde, en particular.

Así mismo, Ibrahim, Villanueva y Mora (2005) aseguran que los árboles, a través de su sombra, contrarrestan la intensidad de los facto-res climáticos, pues interfieren parcialmente el paso de las radiaciones solares hacia la superfi­cie corporal del animal, disminuyen el estrés tér­mico y crean condiciones de confort.

A la sombra se le atribuyen varios efectos benéficos en la salud y en el comportamiento animal, entre los que se encuentran: un mayor tiempo dedicado al pastoreo y la rumia, lo que les permite hacer un mayor consumo de alimen­tos y seleccionar los de mejor valor nutritivo; una disminución en sus requerimientos de agua; un incremento en la eficiencia de conversión alimentaria y una mejora en las ganancias de peso. Además, reduce la tasa de mortalidad en los animales jóvenes y alarga la vida útil, ya que proporciona un crecimiento y desarrollo corpo­ral adecuado y una mejor respuesta inmunológica ante las enfermedades (Soca, 2005).

Por otra parte, se determinó en ambos siste­mas que la actividad que más realizaron los ani-males fue el pastoreo, seguido de la rumia, en dos períodos bien definidos durante el día (picos de pastoreo).

En el caso de los toretes que estu­vieron en el sistema de monocultivo, pastorea­ron más de 6:00 a 9:00 y de 14:00 a 19:00, con una actividad mínima de 23:00 a 01:00 h. La rumia fue mayor a partir de las 11:00 hasta las 13:00, así como de 20:00 a 23:00 y de 01:00 a 06:00 h (fig. 3).

En el caso de los animales del sistema silvopastoril se presentaron tres picos de pasto­reo durante el día (06:00 a 10:00, de 14:00 a 19:00 y de 23:00 a 01:00 h); en la rumia la ma­yor actividad se observó de 10:00 a 14:00, de 20:00 a 23:00 y de 01:00 a 06:00 h (fig. 4)

Barrientos (2004) encontró picos de pasto­reo en horarios similares a los de esta investiga­ción, al evaluar el efecto de Crotalaria longiros­trata en el consumo voluntario y la digestión ruminal, en bovinos bajo pastoreo en Villaflores, Chiapas. Además, observó una mayor actividad de pastoreo por los animales en las horas más frescas del día.

Los animales manejados en el sistema de silvopastoreo destinaron durante el día 10,7 ho­ras al pastoreo y 7,8 h a la rumia; mientras que los que estuvieron en el monocultivo dedicaron 10,2 y 8,6 horas para el pastoreo y la rumia, res­pectivamente (tabla 3).

Entre las variables temperatura del sitio y actividad de pastoreo de los animales, se encon­tró una correlación negativa (R= -0,41166) más marcada en el sistema de monocultivo, en comparación con el sistema silvopastoril (R= -0,28453); a medida que la temperatura ambiente se fue incrementando, la actividad de pastoreo de los animales estuvo afectada, tanto para el mono­cultivo (P<0,0003) como para el sistema silvopastoril (P<0,0154). Según Mendoza, Ricardo, Plata, León y Macías (2001), este comportamiento está rela­cionado con el intercambio calórico del animal con el ambiente. Por ejemplo, en climas cálidos el consumo se reduce y llega a ser mínimo en dependencia de las condiciones de humedad, ra­diación y temperatura. No se debe olvidar que los procesos digestivos producen calor metabólico, el cual tiene que ser equilibrado por el animal con su medio, para lograr una «zona de confort», pues de lo contrario será necesario realizar con­siderables ajustes fisiologicos que se manifesta­rán en su crecimiento, salud y productividad.

Conclusiones

Los animales en el sistema silvopastoril pre­sentaron un mejor comportamiento en cuanto al peso vivo y la ganancia media diaria, con res­pecto a los del sistema de monocultivo. Aun cuando los animales manejados en am­bos sistemas no mostraron diferencias estadísti­cas significativas con relación a los hábitos de pastoreo, las actividades que más realizaron du­rante el día fueron el pastoreo y la rumia. Existió una correlación negativa entre las variables temperatura del sitio y actividad de pastoreo de los animales en ambos sistemas; esta fue más marcada en el sistema de monocultivo (R=-0,41166 - P<0,0003), en comparación con el silvopastoreo (R=-0,28453 - P<0,0154) rumiantes en condiciones de pastoreo en el tró­pico, representan una buena opción para mejo­rar el comportamiento animal en general.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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16. Quincosa, J. 2006. Conducta alimentaria del genotipo Siboney de Cuba. Tesis presentada en opción al grado de Doctor en Ciencias Veterinarias. ICA. La Habana, Cuba.

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Recibido el 30 de noviembre del 2006
Aceptado el 15 de noviembre del 2007