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Pastos y Forrajes

versión impresa ISSN 0864-0394

Pastos y Forrajes v.33 n.2 Matanzas abr.-jun. 2010

 

ARTICULO DE INVESTIGACION

Evaluación del empleo de hollejo fresco o conservado en dietas para la ceba de toros

Evaluation of the use of fresh or preserved citrus pulp in diets for bull fattening

F. Ojeda1, Bárbara N. Pino2, L. Lamela1, H. Santana1 e I. Montejo1

1Estación Experimental de Pastos y Forrajes "Indio Hatuey"Central España Republicana, CP 44280, Matanzas, Cuba
2 Empresa Citrícola «Victoria de Girón», Matanzas, Cuba


RESUMEN

Con el objetivo de evaluar las ganancias de peso en toros que consumían hollejo de cítrico fresco o conservado, se realizó un estudio durante 120 días en dos cebaderos de la Empresa Citrícola «Victoria de Girón», en Jagüey Grande, Matanzas. Ambas unidades disponían de 400 animales y la raza predominante era Cebú comercial. El manejo consistió en pastoreo restringido (cuatro horas) y estabulación (20 horas). La disponibilidad de pasto fue de 5 y 3 kg de MS/animal/día para la lluvia y la seca, respectivamente. Las dietas consistieron en forraje verde y hollejo de cítrico fresco o ensilado a voluntad. Además se suplementó con 0,5; 1,0; 1,1 y 0,05 kg/animal/día de heno, residuos fermentados de maíz, afrecho de trigo y sal mineral, respectivamente; la urea se ofreció según los balances alimentarios. Se midió el consumo de los alimentos voluminosos y la ganancia de peso vivo. Se efectuaron balances alimentarios previos y retrospectivos al finalizar el estudio. La mayor ingestión de forraje (8,1 vs 7,7 kg/animal/día) se obtuvo en la dieta de hollejo fresco. Las ganancias fueron de 0,641 vs 0,633 kg/animal/día para los animales que consumían hollejo fresco y ensilaje, respectivamente. La conversión alimentaria fue alta (11,4 y 11,6 para los animales que disponían de hollejo fresco y ensilado, respectivamente). Esta evaluación demostró que en igualdad de condiciones, no hubo grandes diferencias productivas al emplear cualquiera de las dos formas de suministro.

Palabras clave: Citrus, engorde, ensilaje


ABSTRACT

With the objective of evaluating the weight gains in bulls that consumed fresh or preserved citrus pulp, a study was conducted for 120 days in two fattening farms of the Citrus Fruit Firm «Victoria de Girón», in Jagüey Grande, Matanzas. Both units had 400 animals and the prevailing breed was commercial Zebu. The management consisted in restricted grazing (four hours) and confinement (20 hours). Pasture availability was 5 and 3 kg DM/animal/day for the rainy and dry seasons, respectively. The diets consisted in green forage and fresh or ensiled citrus pulp ad libitum. In addition, there was supplementation with 0,5; 1,0; 1,1 and 0,05 kg/animal/day of hay, fermented corn residues, wheat bran and mineral salt, respectively; urea was supplied according to feeding balances. Roughage intake and weight gain were measured. Previous feeding balances were made as well as retrospective ones at the end of the study. The highest forage intake (8,1 vs 7,7 kg/animal/day) was obtained in the diet with fresh citrus pulp. The gains were 0,641 vs 0,633 kg/animal/day for the animals that consumed fresh citrus pulp and silage, respectively. The feed conversion was high (11,4 and 11,6 for the animals which were supplied fresh and ensiled citrus pulp, respectively). This evaluation proved that under equal conditions, there were no large productive differences when using any of the two supply forms.

Key words: Citrus, fattening, silage


INTRODUCCIÓN

Los sistemas ganaderos en los cuales el empleo de los hollejos de cítrico en las dietas es prioritario, cada año se enfrentan a la problemática de no disponer de este subproducto cuando finaliza el período de cosecha.

La solución menos conveniente es almacenar como reserva los hollejos en su estado natural, debido a los procesos degradativos que de manera espontánea ocurren en este producto, pero sobre todo por la acción contaminante que promueven sus efluentes, por lo que se propone ensilar los excedentes prensados o mezclados con heno (Gohl, 1978).

Ojeda et al. (2008), al evaluar varios materiales absorbentes (bagazo de caña de azúcar, morera premarchitada y paja de frijol), demostraron que es posible obtener ensilajes con un valor nutricional adecuado, además de evitar los efectos negativos antes señalados.

La fabricación de ensilajes de hollejo de cítrico tiene además la ventaja de permitir incrementos en los contenidos de nitrógeno del producto final, mediante la incorporación de urea, ya que por su alta potencialidad fermentativa, aunque esta se desdoble en amoniaco ello no interfiere en la obtención de pH adecuados para la conservación (Ojeda et al., 2004).

No obstante, es importante conocer si existen diferencias en las respuestas productivas, según la forma en que sean ofrecidos (frescos o ensilados), y hasta el presente no se han realizado estudios donde ambas formas de suministro se hayan comparado de manera simultánea en condiciones similares. De ahí que el objetivo del trabajo fuera evaluar la ganancia de peso en toros que consumían hollejo de cítrico fresco o conservado, en dos cebaderos de la Empresa Citrícola "Victoria de Girón".


MATERIALES Y MÉTODOS

Localización. El estudio se desarrolló en la Empresa Citrícola "Victoria de Girón", en la Granja Agropecuaria No.1 ubicada en Torriente, municipio de Jagüey Grande, Matanzas.

Clima y suelo. El área presenta un régimen pluviométrico anual de 1 549 mm, distribuido de mayo a octubre (período lluvioso) con el 81% de las precipitaciones y el resto de noviembre a abril (período poco lluvioso). La temperatura media anual es de 24,7ºC, con máximas de 35ºC y mínimas de 19ºC; el suelo se clasifica como Ferralítico Rojo, típico, rocoso y profundo (Hernández et al., 1999).

Animales. Las evaluaciones se realizaron en dos cebaderos, en 120 días, durante los meses de septiembre a diciembre del año 2006. En uno se ofreció el ensilaje y en el otro hollejo fresco. Ambos tenían 400 animales, donde predominaba la raza Cebú comercial. El peso inicial promedio de los animales fue de 262 y 278 kg para los toros que consumían ensilaje y hollejo fresco, respectivamente.

Sistema de manejo. Se utilizó un sistema semiestabulado con pastoreo restringido de 4 h (desde las 6:00 a.m. hasta las 10:00 a.m.) y 20 h de estabulación (desde las 10:00 a.m. hasta las 6:00 a.m. del siguiente día).

Las unidades disponían de una corraleta de una hectárea para la estancia de los animales (delimitada con cercas de piedra) y un área de pastoreo de 50 ha, dividida en cuatro cuartones, los cuales fueron sometidos a cargas entre 5 y 8 animales/ha.

Ambos cebaderos tenían un frente de comedero de 0,5 m/animal y un bebedero de agua con tanques de reserva, abastecidos de forma permanente por un molino de viento.

Las instalaciones contaban además con dos naves de sombra de 260 y 300 m2 y un almacén de insumos. La distribución de los alimentos y la limpieza de los comederos, los bebederos y las áreas adyacentes, se realizaban cuando los animales estaban en pastoreo.

El forraje y el hollejo de cítrico, fresco o conservado, se ofrecieron a voluntad, en comederos separados. El hollejo de cítrico fresco provenía de la fábrica de jugos y se depositó en los comederos (3 m de ancho por 5 m de largo y 1,5 m de profundidad).

El forraje se cosechó diariamente con una silocosechadora SPKZ de un área donde predominaba el king grass (Pennisetum purpureum), con una edad de rebrote entre los 70 y 80 días, el cual se fertilizó con 60 kg de N/ha en el mes de julio.

El heno se confeccionó con una mezcla de gramíneas provenientes de áreas aledañas a la empresa, en pacas rectangulares con un peso promedio de 20 kg, las cuales eran recogidas de inmediato y depositadas en un almacén bajo techo hasta su posterior distribución en los cebaderos.

Alimentación. Los pastos predominantes fueron Dichanthium annulatum y Dichanthium caricosum, con una baja disponibilidad promedio (5 y 3 kg de MS/animal/día durante el período lluvioso y el poco lluvioso, respectivamente).

La dieta com ún consistió en forraje verde y hollejo de cítrico fresco o ensilado, a voluntad, y una suplementación regulada para ambos cebaderos, a base de heno de gramíneas, sal mineral, urea y complemento proteico, ofrecida en forma de pastel.

Este procedimiento consisti ó en colocar en el fondo del comedero una capa de heno a razón de 0,5 kg/animal, a continuación otra de 5 kg de hollejo fresco o ensilaje por animal y la urea asperjada cuando fue necesario, de acuerdo con el balance alimentario.

Sobre estos alimentos se incorpor ó: 1,1 kg de afrecho de trigo, más 1 kg de residuos fermentados de maíz y 0,05 kg de sales minerales completas.

Los ensilajes se confeccionaron en silos de superficie, con una proporción de 86% de hollejo de cítrico fresco, 10% de heno de gramínea y 4% de urea.

La tecnología de fabricación fue por capas, utilizando un tractor con una pala frontal para la introducción de los componentes voluminosos y la compactación.

La urea se añadió de forma manual sobre el hollejo de cítrico. Una vez llenado el silo, fue cubierto con capas adicionales de 20 cm de hollejo de cítrico y heno. El período de fermentación del ensilaje fue de al menos 90 días antes de ser utilizado.

Consumo de alimento. Las dietas se registraron en los cebaderos mediante el control de la entrada diaria de los alimentos. La determinación del consumo se realizó a través del método de la oferta y el rechazo. Para garantizar que el forraje y el ensilaje se ofrecieran a voluntad, se pesaron cada semana, con el objetivo de garantizar que los animales dispusieran de un 10% por encima del consumo. La sal mineral y la urea se añadieron según las cantidades calculadas por los balances alimentarios previos que se realizaban para confeccionar las dietas, teniendo en cuenta el consumo de los alimentos voluminosos y su composición bromatológica.

Peso vivo. Los animales, por grupo, se pesaron en una balanza comercial, al inicio y al final del período de evaluación.

Análisis bromatológico. Se tomaron muestras del forraje, el hollejo fresco, el ensilaje y el heno, una vez al mes, para la determinación de materia seca (MS), proteína bruta (PB) y fibra bruta (FB), por las técnicas analíticas de la AOAC (1991); mientras que la energía metabolizable de los alimentos se estimó a partir de las tablas de composición química que aparecen en el programa CALRAC (1996) versión 1.0, elaborado por el Instituto de Ciencia Animal (ICA). La composición bromatológica de los alimentos utilizados se muestra en la tabla 1.

Balance alimentario. Se realizaron, cada dos semanas, balances alimentarios para ajustar las ofertas de forraje y ensilaje durante el período de evaluación, y balances retrospectivos al finalizar el estudio mediante el programa CALRAC (1996).

Índice de conversión. Para comparar la eficiencia de las dietas se determinó el índice de conversión alimentaria, dividiendo el total de materia seca consumida entre la ganancia de peso vivo diaria.

Análisis de los datos. El consumo de forraje, de hollejo fresco y de hollejo conservado, así como el peso inicial y final de los animales, se analizaron a través de la estadística descriptiva (media y desviación estándar) utilizando el paquete estadístico SPSS en su versión 10.0 para Windows.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

La dieta con hollejo fresco presentó una mayor ingestión de forraje con respecto a la dieta con ensilaje (tabla 2). Este incremento puede ser atribuido a las diferencias entre ambos alimentos en cuanto a la materia seca y la fibra bruta, ya que el hollejo fresco presenta los menores valores debido a que el ensilaje incluye en su composición un 10% de heno.

Macedo et al. (2007) consideran que cuando se emplean dietas mixtas, los animales realizan de forma intuitiva una autorregulación en el consumo de los alimentos que se les ofrecen a voluntad, en lo cual se conjuga su capacidad y la necesidad de una fermentación ruminal más adecuada, de acuerdo con sus requerimientos nutricionales y su potencial productivo.

Es por eso que en este tipo de dieta la suplementación proteínica es imprescindible, no solo para aumentar la ganancia de peso vivo, sino también para lograr un mayor consumo de los componentes fibrosos, pues cuando los microorganismos ruminales no disponen de suficiente nitrógeno, ocurren restricciones en la ingestión de hasta un 23% (Arthington, 2009).

Si la suplementación proteínica se proporciona en forma de pastel se garantiza un aprovechamiento óptimo y homogéneo, ya que así se disminuye la competencia y la acción dominante entre los animales, que siempre ocurre cuando se distribuye de manera directa en los comederos.

Además, su ingestión combinada con los alimentos fibrosos (heno) y fácilmente fermentables (hollejo), conlleva un consumo espaciado e induce un efecto positivo en los microorganismos del rumen, lo cual permite una digestión más eficiente y un balance nitrógeno-energético ruminal más estable (Dolberg y Finlayson, 1995).

En ese sentido, la combinación de alimentos portadores de diferentes fuentes de nitrógeno y de energía, también es considerada como una acción favorable para lograr mejores respuestas productivas (Weatherup y McLauchlan, 2006).

Este principio se cumplió con la suplementación proteínica utilizada, ya que el afrecho de trigo es considerado como un suministrador de proteína, pero sobre todo de almidones poco solubles en el rumen (Peruchena y D'Ascanio, 1996; Fenzo, 2006); mientras que los residuos fermentados de maíz, si bien aportan energía, también suministran nitrógeno fácilmente fermentable y proteína pasante (Salvador, 2007).
No se encontraron diferencias en la ganancia, que fue de 0,641 y 0,633 kg/animal/día para los animales que consumían hollejo fresco y ensilaje, respectivamente. Similar comportamiento tuvo el índice de conversión.

Los balances alimentarios sugieren que las dietas cubrieron los requerimientos, de acuerdo con el peso y la ganancia de los animales, aunque para mantener el balance de los nutrientes, por las diferencias en la composición proteínica, fue necesario utilizar urea en la dieta con hollejo fresco; mientras que en la dieta con ensilaje los toros consumieron un exceso de proteína (tablas 3 y 4).

Cuando se ofrece ensilaje puede ser necesario la adición de algún alimento que aporte carbohidratos de fácil fermentación, como la miel, con la finalidad de aprovechar mejor su potencial nutricional (Ojeda et al., 2006).

El análisis de los aportes porcentuales de los nutrientes, según el alimento ingerido, indica que tanto el ensilaje como el hollejo fresco fueron los alimentos que más contribuyeron en la materia seca, la proteína bruta y la energía; mientras que la suplementación proteínica se mantuvo en valores muy similares (tabla 5).

Es de señalar las semejanzas en el aporte porcentual de MS, obtenidas al sumar la combinación de forraje más hollejo fresco y forraje más ensilaje, resultados que se interpretan como la respuesta de los animales a la capacidad de ingestión de estos alimentos, que fueron ofrecidos a voluntad en ambas dietas.

En igual sentido, el aporte en MS de la suplementación proteínica estuvo por debajo del 30%, valor considerado como límite para que no ocurran efectos sustitutivos en los alimentos voluminosos (Peruchena, 2007).

En la producción de carne, uno de los indicadores más importantes y que se adopta como criterio de referencia para evaluar la efectividad de las dietas es la conversión alimentaria, por su relación directa con los costos productivos (Parnell, 1996).

En condiciones tropicales se ha demostrado que el índice de conversión de una dieta basada en heno de bermuda (51,37) puede mejorarse mediante la suplementación. Cuando se emplea harina de pescado puede disminuir a 11,05, con torta de algodón hasta 9,92 y obtener una respuesta óptima de 7,49 con mosto de cervecería (Obispo et al., 2001). Sin embargo, las respuestas de la conversión alimentaria a la suplementación proteínica no son lineales.

En este sentido, los estudios realizados con porcentajes crecientes de suplementación con gallinaza (15, 25 y 35% del consumo total de materia seca) mostraron cambios favorables en la conversión (8,06; 7,35 y 7,86) hasta el porcentaje intermedio y una disminución a partir de este (Duarte et al., 1996).

La conversión alimentaria hallada en la presente investigación fue alta (11,6 y 11,4 para las dietas con ensilaje y hollejo fresco, respectivamente), lo cual indica una pobre eficiencia alimentaria, con una ligera ventaja cuando se utilizó el hollejo de cítrico fresco (tabla 6).

Estos índices fueron mejores que los encontrados por Ojeda et al. (2010) en dietas integrales, en las cuales se empleó forraje y hollejo de cítrico fresco como alimento voluminoso, con valores que oscilaron entre 14,0 y 16,3, además de obtener ganancias de peso inferiores (0,370 y 0,450 kg/animal/día).

Las diferencias pudieran estar vinculadas al componente racial de los animales, pues los resultados referenciados provienen de un retrocruce de F1 (Holstein x Cebú) con Cebú, F2.

En esta evaluación se demostró que en igualdad de condiciones en cuanto a la suplementación, la raza de los animales, la forma de suministro de la suplementación proteínica e incluso el período de evaluación, no existieron grandes diferencias al emplear el hollejo de cítrico fresco o ensilado.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Recibido el 29 de enero del 2010

Aceptado el 18 de marzo del 2010