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Pastos y Forrajes

Print version ISSN 0864-0394

Pastos y Forrajes vol.34 no.4 Matanzas Sept.-Dec. 2011

 

ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN

 

 

 

La fuerza laboral y su incidencia en el desarrollo agroproductivo del territorio. Estudio de caso en un municipio de la provincia Matanzas

 

Labor force and its incidence on the agricultural-production development of the territory. Case study in a municipality of Matanzas province

 

 

 

A. Suset1, E. González2, Taymer Miranda1 y O. Nicado3
1 Estación Experimental de Pastos y Forrajes "Indio Hatuey"
Central España Republicana, CP 44280, Matanzas, Cuba
E-mail: antonio.suset@indio.atenas.inf.cu
2 Departamento de Sociología y Cátedra UNESCO de Desarrollo Humano Sostenible, Universidad de La Habana, Cuba
3 Empresa Pecuaria Martí, Subdelegación Provincial del Ministerio de la Agricultura, Matanzas, Cuba

 

 

 


RESUMEN

En este trabajo se exponen algunas concepciones teóricas esenciales, resultado de la revisión de la literatura, que sirven de sustento al análisis de los aspectos relacionados con la fuerza laboral en un contexto agroproductivo cubano específico. La investigación se realizó desde una perspectiva sistémica y para la recopilación de la información se consideró la situación de la fuerza laboral inmersa en el sector agropecuario municipal; para el trabajo de campo se aplicó la entrevista a profundidad estructurada, por lo que constituyó un estudio de caso. Se pudo constatar que la fuerza laboral del sector agropecuario del municipio no es suficiente, y no cuenta con la preparación para el reto que implican las transformaciones en marcha ni para el desempeño en las nuevas lógicas en que se insertan los procesos productivos. Existe un variado potencial de reserva laboral que puede ser incentivado para la reinserción estable en el sector, a partir de que perciban expectativas reales de mejora a corto y a mediano plazo, máxime cuando se reconoce que la producción agropecuaria es fundamental para el desarrollo del territorio en el caso analizado.

Palabras clave: Desarrollo territorial, fuerza laboral, procesos productivos.


ABSTRACT

This work presents some essential theoretical conceptions, result of literature review, which support the analysis of the aspects related to labor force in a specific Cuban agricultural-production context. The study was conducted from a systemic perspective and for the information collection the situation of the labor force involved in the municipal agricultural sector was considered; in the field work the structured in-depth interview was applied, for which this constituted a case study. It could be observed that the labor force of the agricultural sector in the municipality is not sufficient and is not prepared for the challenge implied by the ongoing transformations or the performance in the new logics in which productive processes are inserted. There is varied potential of labor force reserve which can be stimulated for the stable reinsertion in the sector, starting from the fact that real expectations of short- and medium-term improvement are perceived, especially when it is acknowledged that agricultural production is essential for the development of the territory in the analyzed case.

Key words: Labor force, productive processes, territorial development.


 

 

INTRODUCCIÓN

Actualmente, en la generalidad de los países de Latinoamérica existe un gran debate en torno a la fuerza laboral asociada a la producción agropecuaria, en lo relacionado con su precaria situación y con las tendencias de exclusión expulsión y considerable éxodo, causadas por las disímiles variantes del impacto de la globalización neoliberal. Kay (2006) refiere que una de las consecuencias se aprecia en el incremento de la pobreza y en las irregularidades para la garantía de la seguridad alimentaria de la población, que tiene como sustento económico fundamental el trabajo agrícola en cualquiera de sus formas.

En el caso de Cuba, a pesar de las políticas sociales incluyentes y la atención del Estado al medio rural y al sector agroproductivo, también se aprecia un debilitamiento de la presencia de la fuerza laboral en territorios predominantemente asociados a la producción agropecuaria, como sostienen González y Suset (2010). En este sentido, el presente trabajo tiene la finalidad de exponer algunas consideraciones sobre el comportamiento de la fuerza laboral que se vincula al sector agroproductivo en un municipio de la provincia de Matanzas, en lo referente a sus limitaciones y potencialidades.

 

Algunas consideraciones a partir de la revisión de la literatura

Varios aspectos deben ser tomados en consideración al analizar las cuestiones relacionadas con la fuerza laboral. En este sentido, Kliksberg (1994) reconoció la importancia que se le atribuye en las últimas décadas, en función de lograr una mayor productividad y desarrollo al interior de las organizaciones, fundamentalmente a partir de la capacitación.

Con relación a Latinoamérica, el Programa Estado de la Nación (2008) refiere en su informe que la fuerza de trabajo tiene una amplia base rural; cerca de las dos quintas partes de la población económicamente activa reside en esa zona. La propia fuente sostiene que el desempleo alcanza un 4,3% a nivel regional y afecta más a las mujeres (4,8% versus 4,1% en los hombres y los jóvenes de 15 a 24 años), con tasas que tienden a duplicar la media nacional.

Kay (1995) planteó que se pueden destacar, en las últimas décadas, cuatro cambios principales en la composición de la fuerza laboral en Latinoamérica: a) el reemplazo de la mano de obra arrendataria por la asalariada; b) dentro de la mano de obra asalariada, el crecimiento del trabajo temporal y estacional; c) la creciente feminización de la mano de obra; y d) la "urbanización" de los trabajadores rurales.

Las cuestiones expuestas hasta el momento están relacionadas con los tres problemas que, según Sabogal (2008), presenta la humanidad en la actualidad: el hambre, la crisis ambiental y la contaminación mental, los cuales se asocian a los modelos socioeconómicos imperantes, a las prácticas técnico-productivas y a la inequidad en la redistribución de las riquezas; estas cuestiones pueden ser asociadas a la educación como factor que potencia la capacidad humana y la efectividad del desempeño como fuerza laboral.

Un aspecto que se vincula estrechamente con la fuerza laboral en contextos rurales y agroproductivos es la propuesta teórica que defiende el desarrollo a escala humana. Max-Neef (2001) refiere que se concentra y sustenta en la satisfacción de las necesidades humanas esenciales, en la generación de niveles crecientes de autodependencia y en la articulación orgánica de los seres humanos con la naturaleza y la tecnología, así como de los procesos globales con los comportamientos locales, de lo personal con lo social, entre otros aspectos.

Con relación a lo anterior Sabogal (2008) afirmó que, desde la visión de la satisfacción de las necesidades humanas, los humanos constituyen seres necesitados (homo miserabilis), por lo que propone el desarrollo humano multidimensional donde se reconoce al ser humano con potencialidades como ser biológico, natural, social, político, afectivo, inteligente, lúdico y trascendente.

De ahí que el desarrollo que se menciona, exija un nuevo modo de interpretar la utilización de la fuerza laboral y obligue a evaluar a las personas y sus procesos de una manera distinta a la imperante. En este sentido, para promover los cambios que exige el desarrollo a escala humana o el multidimensional, se requiere de la movilización y la participación de los pobladores y trabajadores, lo cual permite su materialización concreta en las estrategias de manejo de las áreas productivas y como vía de gestión de soluciones ante los problemas comunes y cotidianos, presentes en las localidades y en los procesos productivos.

Piñeiro (1995), Llambí (1998), Alburquerque (2001), Max-Neef (2001), Gallicchio (2004) y Arocena (2004) plantearon que la participación y la articulación de actores tiene implicaciones favorables para el desarrollo de los territorios, a la vez que puede facilitar una mayor incorporación de la fuerza laboral, incentivar la autogestión, promover la conservación medioambiental y también favorecer un notable mejoramiento del estado de bienestar de las personas.

La comprensión e interpretación de los argumentos expuestos constituye un aspecto sustantivo en el accionar para la transformación de la realidad mediante procesos participativos y de mejora de la calidad de vida y trabajo de la fuerza laboral, cuestiones presentes en la actualidad en el contexto que se analiza.

 

Aspectos metodológicos

La investigación se realizó desde una perspectiva sistémica, en la cual la recopilación de la información consideró la situación de la fuerza laboral inmersa en el sector agropecuario, fundamentalmente los que participan en las entidades de tipo colectivo-cooperativo.

Se partió de la complejidad de las unidades de análisis, en este caso el sector agroproductivo del municipio, conformado por las diferentes formas organizativas de producción asociadas con el Ministerio de la Agricultura: granjas estatales, unidades básicas de producción cooperativa (UBPC), cooperativas de producción agropecuaria (CPA), cooperativas de créditos y servicios (CCS) y campesinos parceleros o individuales. Ello evidenció la necesidad del estudio desde la perspectiva sociológica y desde nociones de la antropología económica, para conocer cómo organizan y el sentido que le dan los actores al proceso productivo, cuestión que facilitó la comprensión e interpretación de los procesos sociales como esencia de la utilidad de la metodología cualitativa, que fue la utilizada en este trabajo, fundamentalmente.

El trabajo constituye un estudio de caso y, en este sentido, hay coincidencia con lo planteado por Yin (1994) acerca de que la finalidad es la generalización analítica y no la generalización estadística, por lo que puede ser replicable metodológicamente en los casos de sustentos teóricos similares.

Se realizó un análisis e interpretación de los documentos de las entidades productivas y de organizaciones del municipio, relacionados con las producciones y la fuerza laboral del sector productivo no cañero1 debido a que la caña de azúcar no tiene un peso importante en la producción de alimentos en el municipio estudiado. Para el trabajo de campo se aplicó la entrevista a profundidad estructurada; los entrevistados fueron:

• Los presidentes de las entidades productivas de tipo colectivo cooperativo, en este caso cinco UBPC2y dos CPA3.

• De la empresa pecuaria del municipio: el jefe de producción, el de recursos humanos y el de alimentación.

• El delegado municipal de la Agricultura, la delegada municipal de la ANAP4, el subdelegado municipal de la Agricultura y los directores de Economía y planificación y de la Oficina Municipal de Estadísticas.

• El presidente y el vicepresidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular5 y la secretaria del Consejo de la Administración Municipal.

 

Breve descripción del municipio analizado

El municipio está organizado en seis consejos populares. En el año 2010 se distribuía en 25 asentamientos, cuatro urbanos y 21 rurales; su población representa el 3,9% del total de la provincia y el grado de urbanización es de 54,1%, con 23,5 habitantes por km2; es el segundo municipio de menor densidad poblacional en la provincia. Posee 7 111 viviendas en la totalidad de sus asentamientos. Al concluir el año 2009 el municipio contaba con una población de 22 300 habitantes, de los cuales el 51,5% son hombres y el 48,4% restante son mujeres. El 60,3% de la población reside en las zonas urbanas y el 39,7% en el medio rural.

La estructura por edades representa a una población envejecida (Frómeta, 2009), con un 17% de esta con 60 años y más, del total de la población municipal, valor superior al promedio nacional e igual al de la provincia (fig. 1).

De los 13 497 recursos laborales disponibles se constató que laboran 7 216; se incluyen los que trabajan por cuenta propia, por lo cual el municipio tiene aún una reserva de fuerza laboral importante. Se apreció un aumento del número de desocupados al comparar el año 2002 con el 2009, a pesar de que la población del municipio decreció (tabla 1).

Se puede apreciar un relativo equilibrio entre la población masculina y la femenina, tanto en la zona urbana como en la rural; cabe destacar que la mayor parte de la población se localiza en el contexto urbano (tabla 2).

 

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Se pudo constatar que la fuerza laboral técnica, administrativa y directiva del sector agropecuario del municipio no es suficiente; tampoco cuenta con la preparación para el reto que implican las transformaciones en marcha, en cuanto a la producción de alimentos y para el desempeño en las nuevas lógicas en que se insertan los procesos productivos (tabla 3).

La utilización de la fuerza laboral está en función de las actividades de mayor importancia, según lo planificado, y ello está sujeto a las orientaciones y decisiones superiores externas. En este caso, se corroboró que existe una gran reserva productiva en la fuerza laboral que no se aprovecha, y ello está dado por varias razones:

a) limitados e insuficientes ingresos para garantizar la productividad y el mejor aprovechamiento de la fuerza laboral;

b) limitaciones de transporte e inestabilidad de este para garantizar la movilidad desde el lugar de residencia hasta la entidad o lugar de trabajo; los más distantes están a 5-13 km. En ocasiones los trabajadores tienen que asumir, durante varios días, los gastos para ello, los cuales sobrepasan la mitad del salario devengado; y

c) notable fluctuación laboral debido a las desventajas comparativas generadas por variaciones en los salarios en las UBPCs y el pago por la realización de determinadas actividades en el proceso productivo. La fluctuación también está asociada a los beneficios indirectos que reciben los trabajadores, fundamentalmente la flexibilidad en los horarios de trabajo, el complemento a la alimentación familiar y los ingresos.

En este sentido, se pudo apreciar la gestación de un mercado de fuerza laboral a partir de las ventajas comparativas con respecto a otras actividades o entidades del entorno. Este mercado está conformado, en primer lugar, por trabajadores de las UBPC y granjas estatales, por las causas mencionadas en el aspecto "c" antes referido; también lo integran personas, fundamentalmente jóvenes, que por necesidad de apego a la legalidad requieren de un vínculo laboral y en este caso se emplean intermitentemente según se dan las situaciones o presiones en el transcurso del año.

Al respecto, González y Doppler (2008) refieren que se requiere diseñar un futuro atractivo a los jóvenes para perpetuar la vida en el medio rural y reconocen en ello que, más allá del posicionamiento en el ámbito productivo y de comercialización, sigue siendo fundamental la capacidad para concebir propuestas que condicionen el arraigo de los jóvenes al capital social que se consolida constantemente, como planteó Putnam (1993), lo cual es pertinente también para el caso que se analiza y donde las limitaciones potencian las redes de ayuda mutua, la acción colectiva y la confianza.

En una de las entrevistas se constató que existe este mercado incipiente de fuerza laboral. Se conoció, además, que las actividades como la siembra, el cercado, la limpia de marabú, la cosecha de cultivos varios, el cumplimiento de los planes productivos en tiempo y la producción de leche con calidad, entre otros, reciben mejor remuneración. Esto no es estable ni homogéneo en todas las entidades del territorio; de ahí que la diferenciación condicione la movilidad de la fuerza laboral hacia determinada entidad o actividad en dependencia de las ventajas comparativas mencionadas, situación que involucra esencialmente a los jóvenes. Aquí influye la acción colectiva a partir de que los elementos planteados se dan básicamente en un grupo social específico, en este caso los jóvenes.

Tanto en los cultivos varios como en la ganadería, las atenciones culturales a los cultivos y las etapas de mayor cosecha y de rendimientos productivos requieren de mayor fuerza laboral; ello es más necesario en la época lluviosa. Esta situación obliga a la junta directiva de las entidades, de cierta manera, a garantizar la fuerza laboral necesaria durante estas etapas, cuestión que transita por estrategias de diversos tipos, como el incremento del pago por actividad, la flexibilidad del horario laboral y la entrega de productos para la canasta familiar, entre otras.

El sector contaba a inicios del 2009 (tabla 4) con 2 884 trabajadores, más del 50% de los ocupados en la economía del municipio (7 216). En este caso, para la cantidad de mujeres que reside en las localidades asociadas a las entidades agropecuarias, se puede valorar como insuficiente su incorporación como fuerza laboral remunerada, al tiempo que se percibe como un grupo con alto potencial productivo, por sus capacidades como proveedoras de ingresos y recursos, protectoras y productoras en el entorno familiar y local, respectivamente. Otro aspecto sustantivo que requiere análisis para su reversión es la falta de personal con formación técnica y profesional, fundamentalmente en las entidades ganaderas de tipo colectivo-cooperativo (CCS6, CPA, UBPC).

Por otra parte, se observó que los trabajadores vinculados a los servicios constituían un número considerable con relación al total de los empleados en el sector, lo que es contraproducente si se considera que los servicios son uno de los aspectos más deprimidos por las limitaciones de insumos, piezas de repuesto, gestión y capacidad innovadora de las entidades productivas del municipio, cuestión que, además de encarecer el proceso productivo, potencia la improductividad.

Como se mencionó con anterioridad, la atención a la fuerza de trabajo para que se pueda reproducir diariamente y afrontar cada jornada laboral es ineficiente, si se considera que son muy limitados los mecanismos que lo permiten. La atención a la que se hace referencia debería garantizar condiciones laborales, específicamente la transportación hacia y desde el lugar de trabajo, así como la alimentación o el acceso a esta mediante el incremento de los ingresos y el poder adquisitivo, en correspondencia con las labores que realizan y el tipo de producciones, para facilitar la estabilidad de la fuerza de trabajo y la potenciación de su productividad.

El único incentivo que se reconoce es el "mercado de insumos"7, que dista de constituir un incentivo a la productividad y a la estabilidad de la fuerza laboral en el sector agropecuario estatal y de tipo UBPC, dadas las serias limitaciones de artículos y de recursos para ofrecer.

A pesar de ello está completa la plantilla de la fuerza laboral en el caso de las UBPC, debido, en parte, a las pocas ventajas comparativas con relación a las entidades estatales. La generalidad de las familias de los asociados complementa sus ingresos con la tenencia de animales y la producción de cultivos de traspatio.

Es válido mencionar que los salarios en las entidades estatales, como las granjas, están regidos por lo legislado en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social; en el caso de las UBPC se rigen según lo acordado por su junta directiva, lo cual está relacionado con los resultados productivos y permite mayores ingresos, aunque aún existe una gran reserva de capacidades productivas.

A pesar de lo expuesto existe un clima laboral favorable, muchos de los trabajadores del sector estatal prefieren o tienden a trabajar con la UBPC o con el sector campesino. Al respecto, Suset et al. (2010) sostienen que el cooperativismo se perfila como una alternativa viable en la solución de las limitaciones existentes en la producción agropecuaria, en el contexto nacional, debido a su importancia en la estructura agraria y a las potencialidades para diversificar las producciones, entre otros aspectos.

En las actuales condiciones adversas las limitaciones del proceso productivo son afrontadas y, en muchas ocasiones, solucionadas, a partir de que se genera una mayor confianza, la articulación de redes de cooperación para garantizar dicho proceso y la reproducción cotidiana de la fuerza laboral. En este caso se reconoce la tesis de Coleman (1990), que sostiene que el capital social puede ser productivo dado que facilita el logro de fines no alcanzables sin este.

Existió una relación cercana a lo coherente entre los recursos que se asignaron y las producciones que se obtuvieron; sin embargo, no sucedió igual entre estas producciones y los ingresos que recibieron los trabajadores. Esto es negativo si se analiza el potencial productivo y la productividad de la fuerza laboral, que está por debajo de lo posible.

La tendencia de la fuerza laboral ha sido a emigrar, desde la década de los 90' del pasado siglo, y la causa fundamental está asociada al poder adquisitivo, que es insuficiente y determinado por ingresos que no permiten una correspondencia con este. En ello incide lo relacionado con la no existencia de programas de construcción de viviendas para los trabajadores del sector agrícola y las limitaciones de materiales de construcción para el mantenimiento y reparación de las existentes; tampoco existe una garantía de transportación y de acceso a los insumos que acompañe el proceso. Se conoció de la existencia en el territorio de un establecimiento para el procesamiento de materiales de construcción, que no funciona en la actualidad y que se visualiza con un gran potencial en la solución de los problemas constructivos, fundamentalmente por la gran demanda de estos productos a nivel municipal.

La mayoría de los trabajadores del sector agropecuario del territorio laboran en la empresa pecuaria y en las UBPC asociadas a esta (tabla 5); es de resaltar que en ambos casos se vinculan a la producción ganadera, actividad fundamental y de mayor interés y arraigo en la zona. Tanto la empresa pecuaria como las UBPC tienen trabajadores contratados temporalmente, en determinadas épocas del año, para actividades específicas como la siembra de pastos y de cultivos varios, los cercados perimetrales y la cosecha.

A pesar de ello existen evidencias de las potencialidades para el empleo permanente de este grupo de personas, como resultado de la diversificación de la producción y la reducción de tierras ociosas. También se puso de manifiesto que los jubilados constituían una fuerza laboral importante debido a sus conocimientos, habilidades y experiencia de trabajo en el sector (tabla 6).

En este caso se observó que el número de profesionales era bajo en el sector estatal, situación similar a lo apreciado en el sector colectivo-cooperativo; esto confirma la tesis de que la incorporación o formación de personal capacitado constituye un potencial productivo importante para la zona, dado que ayudaría a elevar la productividad, incrementar la producción y, por ello, los ingresos y la dinamización de la economía del territorio.

 

CONSIDERACIONES FINALES

Las causas naturales y los imperativos socioeconómicos internos y externos propiciaron una tendencia a la disminución de la población del municipio, lo cual tiene implicaciones en la estabilidad de la fuerza laboral vinculada al sector agroproductivo.

Existe un variado potencial de reserva laboral que puede ser incentivado a la reinserción estable en el sector, a partir de que perciban expectativas reales de mejora a corto y a mediano plazo.

En la práctica social, a nivel de la estructura agraria, se enfatiza en el cumplimiento de los planes productivos y el incremento de la productividad de la fuerza laboral, sin articularse a una distribución coherente y racional de los insumos productivos, de las producciones y las utilidades e ingresos generados a partir de ello. De ahí que se requieran garantías de condiciones básicas, que permitan la permanencia estable y el desempeño de la fuerza laboral acorde con las actuales exigencias de incremento de las producciones y de la productividad.

Las considerables limitaciones para la reproducción cotidiana de la fuerza laboral propician, en este caso, que se potencie el capital social hacia actividades improductivas.

A partir de la comprensión de la complejidad de la estructura agraria del municipio, se deben considerar las prácticas productivas, los resultados productivos y el destino de las producciones; así como la necesidad de generar procesos participativos que propicien coherencia entre lo que se planifica y los logros productivos, fundamentalmente en entidades estatales y de tipo colectivo-cooperativo.

En el caso analizado, la producción agropecuaria es fundamental para el desarrollo del territorio. En la medida que haya mayores potencialidades productivas, expresadas en producciones concretas en lo agrario, también será más oportuno para otros sectores; ello facilitaría dinamizar la economía del municipio, con el consecuente impacto en la estrategia nacional de desarrollo y en la mejora de la calidad de vida y trabajo de los pobladores y los productores.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Alburquerque, F. Desarrollo económico local y descentralización en América Latina. Análisis comparativo. CEPAL/GTZ, Santiago de Chile. 333 p. 2001

2. Arocena, J. La tensión actor-sistema en los procesos contemporáneos de desarrollo. Ponencia presentada en el Seminario Internacional sobre la Agenda del Desarrollo en América Latina. Universidad Católica del Uruguay. 9 p. 2004

3. Castro, R. Fragmentos de las palabras de clausura del seminario a los Delegados del Poder Popular electos al iniciarse la experiencia de Matanzas el 22 de agosto. Documento del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, La Habana. 10 p. 1974

4. Coleman, J. Foundations of Social Theory. Belknap Press, Cambridge, Mass. 1990

5. Frómeta, L. Informe elaborado a solicitud del Ministerio de Economía y Planificación (MEP) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con la coordinación del entonces director de macroeconomía Alfredo Jam, en función del proyecto piloto para el desarrollo de la iniciativa local en cinco municipios de Cuba. MEP, Ciudad de La Habana. 2009

6. Gallicchio, E. El desarrollo local en América Latina. Estrategia política basada en la construcción de capital social. Ponencia presentada en el seminario "Desarrollo con inclusión y equidad: sus implicancias desde lo local". SEHAS, Argentina. 24 p. 2004

7. González, Alma Amalia & Doppler, Flurina. Estrategias de arraigo y generación de empleo en zonas rurales cooperativas del comercio justo en Chiapas. UNAM, México. 11 p. 2008

8. González, E. & Suset, A. Desarrollo rural, descentralización y articulación de actores. La experiencia del desarrollo agrario municipal en Cuba. En: América Latina: Realineamientos políticos y proyectos en disputa. Revista ALASRU no. 5, Universidad de Chapingo, México. p. 209. 2010

9. Kay, C. El desarrollo excluyente y desigual en la América Latina rural. Nueva Sociedad. no. 137, mayo-junio, p. 60. http://www.nuso.org/upload/articulos/2421_1.pdf. 1995

10. Kay, C. Una reflexión sobre los estudios de pobreza rural y estrategias de desarrollo en América Latina. En: La cuestión rural en América Latina. Exclusión y resistencia social. Rev. ALASRU no. 4, Universidad de Chapingo, México. p. 29. 2006

11. Kliksberg, B. El rediseño del Estado para el desarrollo socioeconómico y el cambio: Una agenda estratégica para la discusión. Rev. del CLAD Reforma y Democracia. no. 2, 17 p. http://www.clad.org/portal/publicaciones-del-clad/revista-clad-reforma-democracia /articulos/002-julio-1994/0021001.pdf. 1994

12. Llambí, L. Globalización y nueva ruralidad en América Latina. Una agenda teórica y de investigación. En: La nueva relación campo-ciudad y la pobreza rural. Plaza y Valdés Ed. México. p. 75. 1998

13. Max-Neef, M. Desarrollo a escala humana. Editorial Nordan-Comunidad, Montevideo. 144 p. 2001

14. Piñeiro, D.E. Globalización integracional regional y consecuencias sociales sobre la agricultura. Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de la República, Montevideo. 1995

15. Programa Estado de la Nación-Región. Informe sobre el estado de la región en desarrollo humano sostenible: un informe desde Centroamérica y para Centroamérica. San José, Costa Rica. 656 p. 2008

16. Putnam, R. The Prosperous Community: Social Capital and Public Life, The American Prospect. 13 p. 1993

17. Sabogal, J. Desarrollo humano multidimensional. Editorial Universitaria, Universidad de Nariño, Colombia. 197 p. 2008

18. Suset, A. et al. Empoderamiento y cambio social a partir de la participación y el fomento de capacidades. Experiencia en cooperativas agropecuarias de la provincia Cienfuegos, Cuba. En: Los grandes retos para la ganadería: hambre, pobreza y crisis ambiental. Universidad Autónoma de Chapingo, México. p. 213. 2010

19. Yin, R. Case study research. Design and methods. Sage Newbury Park. Canadá. 1994

 

 

 

Recibido el 21 de noviembre del 2011

Aceptado el 5 de diciembre del 2011

(Footnotes)

1Relacionado con las producciones agropecuarias que no incluyen la caña de azúcar.

2 Las UBPC constituyen unidades básicas de producción cooperativa, con utilización en usufructo de las tierras para la producción agropecuaria. Su creación está amparada en el Decreto-Ley No. 142 del 20 de septiembre de 1993; el Acuerdo 2708 del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, la Resolución No. 354/93 del Ministerio de la Agricultura (MINAG), y el Reglamento General de las unidades básicas de producción cooperativa.

3 Las CPA constituyen cooperativas de producción agropecuaria a partir de la unificación de las tierras propiedad de campesinos.

4 La ANAP constituye la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños que involucra a productores campesinos asociados en CPA o en CCS.

5 La Asamblea Municipal del Poder Popular ejerce sus atribuciones, con el propósito de acercar a la población a los procesos de gestión de gobierno a nivel local. (Ver documento del Discurso pronunciado por Raúl Castro, Matanzas, 1974).

6 Las CCS constituyen cooperativas de créditos y servicios; sus socios son propietarios de áreas de tierras, producen de manera independiente y se cooperan para la solicitud de créditos y servicios para impulsar los procesos productivos.

7 Comúnmente se le denomina "tienda de puntos", que constituye un sistema de venta de insumos y útiles agrícolas establecido por el Ministerio de la Agricultura (MINAG) para estimular la productividad del trabajo acorde con los resultados productivos.