Introducción
En el mundo se realizan importantes esfuerzos para desarrollar el potencial nutricional de los recursos alimentarios disponibles en cada localidad, entre los que se ha dado especial importancia a los árboles y arbustos forrajeros. Entre las especies de árboles forrajeros tropicales, se destaca la morera (Morus alba L.). Esta planta se considera de connotación especial por su alta producción de biomasa y composición bromatológica favorable, aspectos de gran utilidad para la fabricación de harina destinada a la alimentación de conejos (López et al., 2014; Savón et al., 2017).
En la cría de conejos, la fisiología digestiva de estos animales es una gran ventaja, ya que cuentan con un tracto digestivo que se adapta al consumo de dietas ricas en carbohidratos estructurales; además de que en el ciego y en el colon proximal tiene lugar una importante actividad microbiana (Rebours et al., 2017).
Los valores de la fermentación cecal (ácido graso de cadena corta, pH y amoníaco), influenciados por los nutrientes de la dieta (Knudsen, 2014), son indicadores que expresan la actividad del ecosistema cecal del conejo, por lo que el uso del contenido cecal en técnicas in vitro es de gran importancia.
El objetivo de este estudio fue caracterizar algunos indicadores de la fermentación cecal en dietas con harina de M. alba variedad Yu 62.
Materiales y Métodos
Localización del estudio. La investigación se desarrolló en el departamento de Ciencias Biofisiológicas del Instituto de Ciencia Animal de la República de Cuba (ICA), situado en el km 47 ½ de la Carretera Central, en el municipio San José de las Lajas, de la provincia Mayabeque, Cuba.
Alimentación. Se utilizaron forrajes de morera, variedad Yu 62, provenientes de la unidad experimental Guayabal, ubicada geográficamente en los 22º 53 de latitud norte y los 82º 02 de longitud oeste, a 92 msnm. En la unidad había disponibilidad de una hectárea, formada por tres campos de la variedad Yu-62, con dos años de establecida, en un suelo Ferralítico Rojo (Hernández-Jiménez et al., 2015). Los pellets de alfalfa (Medicago sativa L.) se adquirieron en el Centro Nacional para la Producción de Animales de Laboratorio (CENPALAB).
Se formularon y confeccionaron dos dietas, con diferentes niveles de sustitución de M. sativa (50 y 100 %) por harina de M. alba, variedad Yu 62, y el control con alfalfa (tabla 1).
Animales, tratamiento y diseño. Se utilizó un diseño completamente aleatorizado, en el que se analizaron, por sextuplicado, las muestras de las dietas con inclusión de harina de morera, variedad Yu 62 (50 y 100 %) y alfalfa como control.
Se efectuó la simulación in vitro del proceso digestivo en el segmento cecal del tracto gastrointestinal. Para esto, se utilizaron los ciegos de nueve conejos de ceba, de 2 kg de peso vivo, de la raza híbrido (NZB x SGB), que provenían del CENPALAB. El inóculo cecal se preparó según el método descrito por Pascual et al. (2000). Se adicionaron 100 mL del inóculo a cada tubo, después de ajustar el pH a 6,9, y se incubaron a 39 °C en baño termostatado, durante 48 horas. Al terminar el período de incubación, se midió el pH y se tomaron 20 mL de cada muestra de contenido cecal, que se depositaron en un recipiente con 0,02 mL de ácido ortofosfórico, almacenados a -20 °C hasta el análisis de la concentración de ácidos grasos de cadena corta totales (AGCCt) e individuales (acético, propiónico y butírico), determinados por cromatografía gaseosa.
Análisis estadístico. Se hizo un análisis de varianza. Los datos se analizaron en el sistema INFOSTAT (Di Rienzo et al., 2012). Se establecieron las correlaciones y, en los casos necesarios, la comparación entre medias se realizó mediante la aplicación de la dócima de LSD Fisher (1935) para p < 0,05.
Resultados y Discusión
En la tabla 2 se muestra la actividad fermentativa cecal, en la que hubo diferencias significativas (p < 0,001) entre los tratamientos, con marcado incremento de la concentración de los AGCCt en las dietas con inclusión de harina de morera al compararlas con el control (alfalfa). Esto se determinó por la mayor proporción de acetato y butirato, y menor de propianato en las dietas con morera (Pinzón, 2014). Se observó, además, mayor actividad fibrolítica, debido al alto contenido de hemicelulosa en dichas raciones, que es de mayor degradabilidad en el ciego (Gidenne et al., 2015).
En las dietas con morera, la mayor digestibilidad de las proteínas y los carbohidratos ocurrió a nivel ileal, debido a que la proporción de aminoácidos digestibles de la morera y de la soya es superior (Dihigo, 2007), así como la inclusión de trigo, cuyo almidón es más digestible en el intestino delgado (Cossu, 2014).
Una de las peculiaridades de la morera es la ausencia de taninos condensados (Savón et al., 2017), que precipitan las proteínas con interferencia en su digestibilidad (Legendre et al., 2017). Los factores antes expuestos influyen en que la degradación de la proteína y el almidón a nivel cecal sea menor, lo que posibilita la producción adecuada de ácidos grasos de cadena corta con estabilidad del pH (Lardot, 2018).