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Revista Cubana de Medicina General Integral

versão impressa ISSN 0864-2125versão On-line ISSN 1561-3038

Rev Cubana Med Gen Integr v.11 n.4 Ciudad de La Habana jul.-ago. 1995

 


Diagnóstico de enfermedades de las mamas en un sector del médico de la familia

Zoila Iribar Canes,1 Benjamín Berdión Martínez2
  1. Especialista de I Grado en Medicina General Integral. Policlínico "Armando García Aspurú". Santiago de Cuba.
  2. Especialista de II Grado en Obstetricia y Ginecología. Profesor Auxiliar del Grupo Básico de Trabajo del Policlínico "Armando García Aspurú". Santiago de Cuba.

RESUMEN

Se realizó un estudio de las mamas a 303 mujeres de 20 a 70 años de edad, en las que se determinó el riesgo de padecer cáncer de mama mediante el análisis de diversos factores que pueden propiciar su aparición y entre los cuales predominaron el antecedente familiar de la enfermedad y la edad por encima de los 50 años. La labor educativa se sustentó en el autoexamen de mamas como método de diagnóstico temprano, y fue el procedimiento utilizado por un elevado número de integrantes de la serie, sobre todo por las más jóvenes, con una frecuencia mensual. La salud mamaria de la población examinada se consideró buena.

Palabras clave: NEOPLASMAS DE LA MAMA/diagnóstico; AUTOEXAMEN; FACTORES DE RIESGO.

INTRODUCCION

El médico de nuevo tipo, con una convicción totalmente novedosa de su labor y dotado de una elevada calidad científica, está transformando profunda mente la salud pública en nuestro país.1,2

En los últimos años, la aplicación del Programa de Atención Integral a la Mujer (PAIM) ha determinado que el médico de la familia incluya en su trabajo diario las actividades relacionadas con la prevención y el diagnóstico temprano de las enfermedades mamarias, debido al aumento creciente de la morbilidad y la mortalidad por esta causa.3

Un tumor o nódulo en la mama no siempre significa la presencia de cáncer, de modo que al médico corresponde diferenciar entre lesiones benignas o no con la mayor rapidez posible,4 puesto que la neoplasia maligna en este órgano tiene una incidencia mundial de 29,9 por 100 000 mujeres como tasa promedio.5

La provincia Santiago de Cuba no escapa a esos resultados, pues en 1986 tuvo una tasa de incidencia de 34,3 por 100 000 habitantes, y en 1988, una tasa de mortalidad de 11,7 por 100 000 mujeres.6

El presente trabajo tiene como objetivo valorar el estado de salud de la población femenina mediante la identificación de los factores de riesgo del cáncer de mama y de las afecciones más frecuentes, así como la realización del autoexamen mamario en un consultorio del médico de la familia.

MATERIAL Y METODO

Se estudió a las 303 mujeres de 20 años y más pertenecientes al sector No. 2 del Policlínico Docente "Armando García Aspurú" del municipio Santiago de Cuba desde junio de 1989 hasta mayo de 1990, a fin de precisar los factores de riesgo del cáncer de mama según el Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología, para lo cual se aplicó una encuesta donde se registraban éstos, así como las características y la ubicación de la afección (si existía) mediante el examen físico y la exploración mediante el autoexamen mamario.

Las pacientes con algún tipo de alteración fueron remitidas a la consulta de mastología, que como centro de referencia radica en el Hospital Materno Norte "Tamara Bunke" de esta ciudad.

RESULTADOS

La mayor parte de las mujeres estudiadas eran menores de 30 años (87, para el 28,7 %), mientras que la cifra más baja correspondió a las de 60 y más (32, para el 10,5 %).

El riesgo mediano, alto y muy alto se fue icrementando con la edad, pues de 1,5 % en las de 31 a 40 años se elevó a 43,8 % en las mayores de 60. Este resultado fue estadísticamente significativo.

El antecedente familiar de cáncer de mama se halló sólo en 54 pacientes (17,8 %), pero al relacionar esta variable con los diferentes grados de riesgo se encontró que 16 de las 18 cuyas madres o hermanas sufrían la afección, presentaron un mayor riesgo que las que tenían una abuela o tía afectadas por la enfermedad (11 de 36), lo cual demostró una significación estadística.

En nuestra serie, solamente una de sus integrantes padecía cáncer de mama, para el 0,3 %, pero había sido operada antes de la creación del subsistema del médico de la familia.

El análisis de la descendencia reveló que 223 de las mujeres investigadas tuvieron su primer hijo antes de los 30 años (73,6 %) y 20 (6,6 %) después de esa edad, ya que 60 (19,8 %) eran nulíparas. En estos 2 últimos casos, el riesgo de presentar la afección fue mucho más elevado (p < 0,05).

En cuanto al comienzo de la menarquía, en la casuística predominaron las que iniciaron su ciclo menstrual entre los 12 y los 14 años (174, para el 57,4 %), de modo que eran el grupo con mayor propensión al cáncer de mama.

El tipo corporal prevalenciente se distribuyó por igual entre las delgadas y de configuración promedio, con el 41 % respectivamente, mientras que las gruesas representaron el 18 %; sin embargo, al relacionar la constitución física con el riesgo se advirtió que en las terceras se duplicaba con referencia a las otras y que en las segundas se incrementaba con respecto a las prime ras.

El resultado del examen físico de las mamas puso de manifiesto que en 27 mujeres (8,9 %) se presentó alguna alteración.

Entre los signos encontrados se hallaban: el nódulo sólo en el 55,5 %, asociado con el dolor en el 11,1 % y con secreción y piel de cáscara de naranja en un menor porcentaje. El dolor como signo único apareció en el 11,1 % y combinado con dureza, en el 14,8 %.

El cuadrante más afectado resultó ser el superoexterno (tabla).

TABLA. Localización del tumor
Localización
No.
%
Cuadrante superoexterno
8
40,0
Cuadrante superointerno
5
25,0
Cuadrante inferoexterno
3
15,0
Cuadrante inferointerno
1
5,0
Región retroareolar y pezón
1
5,0
Dos cuadrantes 
2
10,0
Total
20
100
 
Todas las mujeres fueron remitidas a la consulta de mastología, donde se les completó el estudio con mamografía, ultrasonido y biopsia, según el caso.

En las 27 mujeres enviadas al centro de referencia, los diagnósticos finales correspondieron a: displasia en 13 casos (48,1 %), fibroadenoma en 8 (29,6 %), resultados negativos en 3 (11,1 %) e igual cifra por otras causas (11,1 %).

De la totalidad de pacientes, 191 (63,0 %) se realizaban mensualmente el autoexamen, 75 (24,7 %) ocasionalmente el autoexamen, 75 (24,7 %) ocasionalmente y 37 (12,3 %) nunca.

DISCUSION

El Programa Nacional de Reducción de la Mortalidad por Cáncer consiste en el uso de procedimientos para detectar la enfermedad no diagnosticada en una persona supuestamente sana, mediante la determinación de los factores de riesgo, del empleo de diversas técnicas como la mamografía y la ultrasonografía, del examen físico y del autoexamen; esas 2 últimas consideradas como las más importantes para su detección temprana.7,8

Entre los factores de riesgo de esa afección, uno de los principales lo constituye la edad, pues resulta excepcional antes de la pubertad, su frecuencia se eleva a partir de los 20 y suele alcanzar su pico más alto entre los 35 y los 55 años.9 Nuestros resultados coinciden con los hallados por otros autores, quienes han observado un aumento de la incidencia de cáncer de mama a partir de los 40 a los 49 años, con un ascenso vertiginoso por encima de los 65.10

Según la Organización Mundial de la Salud, el antecedente familiar de la enfermedad debe ser tomado en cuenta, pues el hecho de que exista en las parientes cercanas implica un mayor riesgo para la mujer, motivado probablemente por factores de carácter genético; sin embargo, estudios epidemiológicos han revelado que la posibilidad de padecer la afección disminuye en relación con el mayor número de hijos, independientemente de que MacMhon et al. han demostrado que el efecto protector de la paridad depende de la edad a la que se tenga el primer hijo.11 En nuestra serie, el riesgo fue superior en las nulíparas y primíparas después de los 30 años.

Al igual que Tulinius et al.,12 se halló un incremento del riesgo de padecer la afección cuando la menarquía tuvo lugar antes de los 14 años y más a los 11 o menos; en tanto que también se encontró que ese riesgo se duplicaba en las mujeres gruesas con respecto a los otros tipos corporales. Acerca de esto último se ha dicho que una dieta rica en productos animales puede asociarse con la obesidad, lo cual aumenta la posibilidad de presentar cáncer mamario, debido a un mecanismo hormonal que acelera la conversión de androstradiona en estrona en el tejido adiposo.3

En cuanto al resultado del examen físico de la mama, el 8,9 % de positividad obtenido en nuestra casuística no se aleja mucho del 9,4 % informado por Jiménez y Segura14 en su muestra, aunque la diferencia puede estar dada por el mayor número de mujeres estudiadas por ellos.

Finalmente, el análisis del autoexamen mamario demostró un predominio de las que lo efectuaban mensualmente, pero aún pueden disminuir considerablemente las cifras de las que lo hacen ocasionalmente o nunca, de manera que sigue siendo una conducta prudente promover las exploraciones realizadas por profesionales de la salud y las autoexploraciones, complementa das cuando sea posible por mamografía, particularmente en el caso de mujeres mayores que constituyen un grupo con alto riesgo de ser afectadas por cáncer en ese importante órgano.15

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

  1. Castell Moreno J, Armas OO de, Sosa Aguila AL. Enfermedades tumorales de la mama. Rev Cubana Obstet Ginecol 1979;5(1):71-5.
  2. Ramos Domínguez N, Capote MR. Higiene social y organización de la Salud Pública. La Habana: Editorial Ciencia y Técnica, 1988:202-3.
  3. Rodríguez Castro R, Armas OO de. Estudio de 116 mujeres operadas por nódulo de mama. Rev Cubana Obstet Ginecol 1978;4(3):215-9.
  4. Pérez EJ, Pérez SM, Pérez SC, Pinilla GR. Tumores de mama. Estudio de 5 años. Rev Cubana Cir 1989;28(4):295-300.
  5. Carracedo JB, Cordero MA, Rodríguez E, Díaz E, Rodríguez M. Pesquisas de las enfermedades de la mama en el subsistema del médico de la familia. Rev Cubana Med Gen Integr 1987; 3(2):15-32.
  6. Cuba. Ministerio de Salud Pública. Registro Nacional del Cáncer. La Habana: Editorial Ciencias Médicas, 1988: 27-32.
  7. . Registro Nacional del Cáncer. La Habana: Editorial Ciencias Médicas, 1987:56-60.
  8. Bennet SE, Dalye R. Profile of women practicing breast self-examination. JAMA 1983; 249(11):488- 91.
  9. Fernández Cid S, Dexeus S. Factores de riesgo elevado en la patología mamaria. Toko Ginecol Prac 1978; 37(418):239-48.
  10. Helmrich S, Weimberg R. Risk factors for breast cancer. Am J Epidemiol 1983;117(1):35-45.
  11. MacMahon B, Cole P. Age at first birth and breast cancer risk. Bull WHO 1970;43(2):209-21.
  12. Tulinius H, Grandel P. Reproductive factors and risk for breast cancer. Int J Cancer 1978; 21(5): 724-30.
  13. Miller AB, Glen R. A study of diet and breast cancer. Am J Epidemiol 1978; 107(5):499-509.
  14. Jiménez A, Oliva A. Resultados de una consulta de patología mamaria en un departamento de ginecología. Rev Esp Obstet Ginecol 1986; 45(305):59-70.
  15. Irwin KL, Oberle MW, Rosero Bixby L. Estudios de detección selectiva del cáncer de cérvix y del cáncer de mama en Costa Rica. Bol Of Sanit Panam 1990; 109(3):213-24.
Recibido: 30 de septiembre de 1994. Aprobado: 3 de octubre de 1994.

Dra. Zoila Iribar Canes. Calle 8 esquina a 1ra., Reparto Sueño, Santiago de Cuba.

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