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Revista Cubana de Medicina General Integral

Print version ISSN 0864-2125On-line version ISSN 1561-3038

Rev Cubana Med Gen Integr vol.11 no.4 Ciudad de La Habana July-Aug. 1995

 


Evaluación del control de pacientes hipertensos dispensarizados en dos municipios de Ciudad de La Habana

Míriam Cires Pujol,1 María A. Peña Machado1 Manuel Achong Lee,2 Lourdes Ramos Pérez2 y Mayra Levi Rodríguez2
  1. Especialista de II Grado en Farmacología. Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana. Ciudad de La Habana.
  2. Especialista de I Grado en Farmacología. Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana. Ciudad de La Habana.

RESUMEN

Se entrevistaron 756 hipertensos, dispensarizados en 54 consultorios del médico de la familia, de los municipios 10 de Octubre y Guanabacoa, con el propósito de evaluar el control de la enfermedad a este nivel y precisar los factores que influyen cuando no se logra normalizar las cifras tensionales de estos pacientes. Los datos se analizaron con el estadígrafo chi-cuadrado. Se encontró sólo un 16,4 % controlado y un 11,3 % parcialmente controlado. Sólo la hiperlipidemia influyó significativamente en el grupo no controlado (p < 0,05). Predominó el tratamiento no farmacológico incorrecto, significativo en el grupo no controlado (p < 0,05). El 80,2 % consumía medicamentos (56 % cumplidores, no controlados). Se concluye que las conductas terapéuticas influyen en la falta de control de la tensión arterial, si se trabaja para modificar dichas conductas junto con los factores de riesgo, se podrá incrementar el número de pacientes controlados.

Palabras clave: HIPERTENSION/prevención & control; FACTORES DE RIESGO; ATENCION PRIMARIA DE SALUD

INTRODUCCION

Los estudios de utilización de medicamentos pueden tener múltiples objetivos y son considerados valiosos instrumentos para poner de manifiesto el uso de fármacos y sus determinan tes,1 de tal forma que se facilite el diseño de intervenciones correctoras y además permitan valorar el impacto de las mismas, en la reducción de la morbilidad y la mortalidad por diversas enfermedades.2,3

La hipertensión arterial es considerada el principal problema de salud en muchos países del mundo, enfermedad frecuente en la población adulta de nuestro país, con una prevalencia del 28 al 32 %, en la población mayor de 15 años. Se considera un factor de riesgo modificable, de enfermedades graves como cardiopatía isquémica, accidente vascular encefálico e insuficiencia cardíaca y renal.3-5

Nuestro Sistema Nacional de Salud permite desarrollar exitosas actividades de control de esta enfermedad. Corresponde al médico de la familia ejecutar acciones educativas, de promoción de salud preventiva y de rehabilitación, frente a este factor de riesgo, y mantener un control estricto de los pacientes dispensarizados por esta afección.

En este trabajo pretendemos evaluar el control de esta enfermedad en el nivel primario de salud.

MATERIAL Y METODO

Se realizó un estudio farmacoepidemiológico (FAREP) en los municipios 10 de Octubre (6 policlínicos) y Guanabacoa (3 policlínicos). La selección de los 54 consultorios del médico de la familia (CMF) y de los hipertensos dispensarizados se hizo al azar, y se entrevistó un total de 756 pacientes, a los que se les realizaron 2 determinaciones de la tensión arterial (T/A); se dejó transcurrir 5 minutos entre ambas tomas y se calculó la media. Se excluyeron 124 enfermos por no asistir más después de 3 visitas consecutivas.

Se consideraron el tipo de paciente, la cifra de tensión y los anteceden tes, de la siguiente forma:

Paciente 
T/A media
Antecedentes de elevaciones de la T/A en ese año
Controlado 
140/90
No
Parcialmente controlado 
140/90
No controlado 
140/90
Sí o No
Se clasificaron los pacientes no controlados en:
T/A (mmHg)
Categoría 
T/A diastólica  
90-104  Hipertensión leve
105-114  Hipertensión moderada
³115  Hipertensión severa 
T/A sistólica (cuando la T/A diastólica es de 90 mmHg)
140-159  Hipertensión sistólica leve
³160  Hipertensión sistólica
El tratamiento no farmacológico o higienodietético correcto fue:
  1. Poca ingestión de sal (cocción de los alimentos con poca sal).
  2. Realizar ejercicios (ejercicios aerobios, bicicleta o caminar durante 30 minutos al día).
Se consideró al paciente cumplidor del tratamiento al que toma sus medicamentos siempre, y en las dosis y frecuencia que se le indicaron.

Se realizaron comparaciones entre los grupos controlados, parcialmente controlados y no controlados. Los resultados fueron analizados con el estadígrafo chi-cuadrado y el nivel de significación aceptado fue p < 0,05.

RESULTADOS

En nuestro estudio, el 27,7 % de los encuestados tenía cifras inferiores a 140/90, pero sólo el 16,4 % estaba controlado y el 11,3 % parcialmente controlado. El 59 % era de hipertensos ligeros, el 9 % de moderados y el 4,3 % de severos.

Las características de la muestra estudiada se reflejan en la tabla 1. Se detectó un predominio en el grupo etáreo de 15 a 64 años (65 %), el sexo femenino (69 %) y la raza blanca (62 %), sin embargo, encontramos diferencias significativas en el grupo no controlado que tuvo el 10 % más de pacientes mayores de 65 años y el 12 % más de la raza negra.

La frecuencia de los factores de riesgo y las enfermedades asociadas fue similar en pacientes controlados y no controlados con respecto al hábito de fumar, el sobrepeso, la diabetes, etcétera. En los no controlados hubo el 6 % más de hipertensos con hiperlipidemia, el 10 % más con cardiopatía isquémica y el 2 % menos con enfermedades cerebrovasculares (tabla 2).

En la tabla 3 se muestra la in fluencia del tratamiento no farmacológico y farmacológico en el control de las cifras tensionales. En general predomina el tratamiento no farmacológico incorrecto, lo que fue estadísticamente significativo para el grupo no controlado. Se observó un ligero predominio (sin significación estadística) de los hipertensos cumplidores del tratamiento farmacológico. El 80,2 % de los pacientes consumía medicamentos para controlar sus cifras tensionales (tabla 4).

El 43,3 % de pacientes sin trata miento medicamentoso tampoco cumplía con el tratamiento higienodietético y estaba dentro del grupo no controlado. Sin embargo, 30 personas (20 %) no tenían tratamiento medicamentoso y llevaban un tratamiento no farmacológico incorrecto pero estaban controlados.

Se estudió la influencia del trata miento no farmacológico en pacientes cumplidores y no cumplidores del tratamiento con fármacos (tabla 5). Se encontraron 39 pacientes con trata miento higienodietético incorrecto, no cumplidores del tratamiento medicamentoso que aparecían dentro del grupo controlado.

DISCUSION

La hipertensión es generalmente una afección crónica, que precisa tratamiento durante toda la vida (de acuerdo con las características de cada paciente) por lo que resulta necesario que el diagnóstico, el trata miento y el seguimiento del hipertenso sean adecuados.6 Sobre esta base se establece el programa de control de la hipertensión arterial en el nivel primario de atención.

En el grupo de hipertensos no controlados aparece el 12 % más de pacientes de la raza negra, hecho importante que debe tenerse en cuenta, en el pronóstico del hipertenso, pues es conocido el carácter grave que suele alcanzar esta afección en estos casos.

Hábito de fumar, sobrepeso y diabetes aparecen con la misma frecuencia en hipertensos controlados y no controlados. La cardiopatía isquémica y la hiperlipidemia fueron las enfermedades asociadas que más se encontraron en el grupo de hipertensos no controlados, resultados que coinciden con la bibliografía revisa da,7,8 asimismo la hiperlipidemia y la hipertensión arterial son conocidos factores de riesgo coronario.7 Resulta interesante el hallazgo de una menor incidencia de enfermedades cerebro vasculares entre los hipertensos no controlados.

En nuestro estudio encontramos un número elevado de pacientes con tratamiento no farmacológico incorrecto. Se ha comprobado que modalidades no farmacológicas de tratamiento contribuyen en la mayor parte de los pacientes hipertensos a disminuir las cifras elevadas de presión arterial.8

Aún cuando se hace necesario añadir uno o varios medicamentos, el tratamiento no farmacológico debe mantenerse. La restricción moderada de la ingestión de sal, la reducción de peso en caso de obesidad, el consumo pobre de grasas naturales, un programa de ejercicios físicos practicados de forma moderada, así como la lucha por reducir la tendencia del consumo del tabaco y el alcohol, son pilares fundamentales en el control de la tensión arterial. No resulta suficiente con la valoración por parte del médico o la enfermera del consultorio del cumplimiento en mayor o menor grado de estas modalidades antes mencionadas, es necesario instrumentar programas de acción más enérgicos, encaminados a modificar hábitos de vida nocivos y al mismo tiempo aplicar una serie de medidas que contribuyan a concientizar al paciente sobre la importancia de la hipertensión arterial, a reconocer que está enfermo para lograr una activa colaboración de su parte en el trata miento.

Los beneficios del tratamiento con medicamentos hipotensores se han comprobado en grandes ensayos clínicos8 y sus resultados desmuestran que las ventajas de disminuir la presión arterial compensan con creces los costos y posibles efectos secundarios de un tratamiento prolongado. Sin embargo, en nuestro trabajo el tratamiento farmacológico fue seguido por un número mayor de pacientes, y a pesar de eso predominan los pacientes no controlados, aun en los hiper tensos que cumplen con el mismo.

Esto nos hace pensar que este tratamiento no se ha seleccionado correctamente,9 por lo tanto el control de la tensión arterial podría lograrse sustituyendo el fármaco indicado, porque éste no ha sido eficaz, tratan do de que el paciente lleve además el tratamiento no farmacológico correctamente.

Encontramos 69 pacientes dispensarizados como hipertensos, con cifras tensionales normales: 30 de ellos sin consumir medicamentos y con trata miento higienodietético incorrecto. Estos datos nos sugieren que esos pacientes no deben ser hipertensos realmente, a pesar de que fueron dispensarizados con ese diagnóstico.

El diagnóstico de hipertensión arterial debe hacerse después de varias tomas, cumpliendo las condiciones necesarias para la determinación correcta de la tensión, y con el uso de esfigmomanómetros debidamente calibrados.10

En caso de no tener en cuenta estas consideraciones, se puede inducir el diagnóstico de falsos hipertensos con las implicaciones que esto conlleva, al ser la hipertensión arterial esencial una afección que precisa tratamiento de por vida.

CONCLUSIONES

  1. El grupo no controlado prevaleció con un predominio significativo de pacientes mayores de 64 años y de hipertensos de la raza negra. Con respecto a los factores de riesgo sólo la hiperlipidemia influyó significativamente en el grupo no controlado.
  2. Los hipertensos que más incumplen el tratamiento higienodietético son los menos controlados. Por lo tanto, cuando este tratamiento es incorrecto, lo principal es cambiar esta conducta; cuando es correcto, el fracaso puede deberse a un tratamiento medicamentoso ineficaz o a que no se cumple por los pacientes.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

  1. OMS. Drug utilization studies: methods and uses. M NG, ed. WHO Regional Publications, 1993. European Series. No. 45.
  2. Gross FH. Drug utilization-theory and practice. The present situation in the Federal Republic of Germany. Eur J Clin Pharmacol 1981; 19:387-94.
  3. Montejo A, Sáenz M, Beltrán N, Goitizol B, Barranco A. Prevalencia e incidencia de la hipertensión arterial en dos consultorios del médico de la familia. Rev Cubana Med Gen Integr 1986; 2(4):13-7.
  4. Hernández F, Machado JR, Pino B, Barquín A, Garay D, Sinclair G. Hipertensión arterial: prevalencia en 5 consultorios del médico de la familia. Rev Cubana Med General Integr 1992;8(1): 43-8.
  5. Baksaas I. Patterns in drug utilization. National and international aspects: antihypertensive drugs. Acta Med Scand Suppl 1984;(683):59-66.
  6. Martín JS. Información terapéutica del sistema nacional de salud. Ministerio de Sanidad y Consumo. Consenso para el control de la hipertensión arterial en España 1990; 14(7):171-94.
  7. OMS. Prevención de la cardiopatía coronaria. Ginebra, Serie Informes Técnicos; No. 678).
  8. The Framingham Study. An epidemiological investigation of cardiovascular disease. Section 30. Some characteristics related to the incidence of cardiovascular disease and death: Framingham study, 18-year follow-up. (DHEW Publication; No. (NIH) 74-599).
  9. Peña MA, Borroto R, Cires M, Izquierdo F. Consideraciones acerca del seguimiento terapéutico ambulatorio de la hipertensión esencial. Rev Cubana Cardio Cir Cardiovasc 1992; 6(2):93-8.
  10. The Joint National Committee on the detection, evaluations and treatment of high blood pressure. The 1988 Report of the Joint National Committee on Detection, Evaluation, and treatment of High Blood Pressure. Arch Intern Med 1988; 148:1023-38.
Recibido: 20 de septiembre de 1994. Aprobado: 24 de noviembre de 1994.

Dra. Míriam Cires Pujol. Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana. Marianao, Ciudad de La Habana.

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