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Revista Cubana de Medicina General Integral

versión On-line ISSN 1561-3038

Rev Cubana Med Gen Integr v.11 n.4 Ciudad de La Habana jul.-ago. 1995

 


De la Literatura Médica Mundial

A cargo del doctor Guillermo Díaz Alonso

¿Vacuna contra el SIDA?

El síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) es una calamidad y tal y como sucede, un fármaco satisfactorio todavía no es visible y la vacunación enfrenta numerosas y diversas dificultades a pesar de existir un esfuerzo investigativo único hacia una mejor comprensión de la enfermedad.

Los obstáculos principales en el desarrollo exitoso de las vacunas son, la enorme variación antigénica de los retrovirus, por una parte, y la trasmisión del virus de inmunodeficiencia humana directamente desde una célula a la otra mediante la fusión. En consecuencia, los anticuerpos presentes en los líquidos del cuerpo no tienen oportunidad de inactivar el virus, sin embargo, estas dificultades no han sido razones suficientes para abandonar la idea de utilizar la vacuna; varias candidatas (15 hasta el momento) se han desarrollado con estas limitaciones y se apoyan principalmente en los péptidos relacionados con el virus de inmunodeficiencia humana, preparados por ingeniería genética o por la síntesis química, son éstos los caminos a los que más se recurre, en comparación con el empleo de los retrovirus activos integroatenuados o neutralizados. Otra vía consiste en utilizar un virus activo diferente y relativamente inocente como el canavipox para llevar las proteínas del virus de inmunodeficiencia humana hacia el interior de las células.

Uno de los aspectos que más preocupa es la tremenda variabilidad en la secuencia de aminoácido de la proteína viral, no obstante, existe un marco más o menos constante dentro de esta área; una posibilidad radica en que una mezcla de diversos marcos podría ofrecer inmunidad contra la mayoría de los virus de inmunodeficiencia humana.

Otra gran preocupación radica en si la inmunidad puede ser un éxito frente a un virus que penetra dentro de un cuerpo humano ya oculto dentro de una célula. El entusiasmo limitado que generaron las pruebas iniciales con vacunas, se ha disminuido de manera considerable por el hallazgo de que los anticuerpos preparados en voluntarios contra una vacuna relacionada con un virus de inmunodeficiencia humana específico, a pesar de que neutralizan eficazmente el virus original, no inactivan los virus aislados de varios pacientes con el SIDA.

Mientras tanto, existen cada vez más evidencias de que los anticuerpos neutralizantes no constituyen una protección adecuada frente a la infección del virus de la inmunodeficiencia humana y varios estudios que se han realizado recientemente sugieren que la protección resulta posible y puede estar mediada por la inmunidad mediada por células en lugar de anticuerpos.

Por ejemplo, una pequeña población de prostitutas en Naerobi parece estar protegida y continúa siendo seronegativa y estando libre de la enfermedad, a pesar de la repetida y constante exposición al virus de inmunodeficiencia humana.

Además, un número significativo de individuos seronegativos han sido identificados en cada grupo de riesgo conocido que sigue siendo seronegativo al VIH y continúan estando libre de la enfermedad, pero muestran una fuerte inmunidad mediada por células al VIH.

Existe una reciente conciencia entre los científicos que se dedican a la investigación del SIDA, de que la inmunidad mediada por célula, podría ser la defensa crucial frente al VIH y que quizás pueda hacerse algo para mejorarla.

Fuente: Vaccine against AIDS? Editorial Lancet 1994;343(8896):493-4.


Epidemiología del cáncer de próstata

El cáncer de próstata se desarrolla aproximadamente en 300 000 hombres cada año en el mundo, y es el cáncer más frecuente en el sexo masculino después del pulmón, el estómago y el cáncer colorrectal. Mientras las tasas de incidencia tienen un incremento significativo, las tasas de mortalidad tienen solamente un ligero incremento.

Este tipo de cáncer es raro en hombres menores de 50 años y la tasa de incidencia aumenta rápidamente en cada década, aunque las lesiones son clínicamente silentes.

La frecuencia del tipo infiltrado o clínico no varía apreciablemente del tipo infiltrativo y sugiere que en la etapa inicial no está relacionado con los factores exógenos que varían geográficamente o que la prevalencia de los estadounidenses no varía entre países.

En contraste, los indicadores de progresión de la enfermedad, tal como la evidencia clínica de la enfermedad, la enfermedad avanzada o la muerte, pudieran estar relacionadas frecuentemente con factores exógenos.

Las causas precisas de esta diferencia, parecen no resueltas. Ambos factores genéticos y exógenos son importantes, sin embargo, las causas específicas permanecen pobremente comprendidas en parte porque este cáncer ha sido relativamente poco estudiado.

Desde la perspectiva de salud pública, los factores dietarios pueden ser los más prometedores para la prevención, específicamente algunos componentes de la grasa animal parecen incrementar el riesgo de cáncer, pero algunos carotenos pueden conferir atención, o algunos estudios epidemiológicos en curso pudieran ayudar a esclarecer la relación entre dieta y cáncer de próstata. La mayoría de los estudios indican que el hombre que ha sufrido una vasectomía tienen un incremento de cáncer aunque, sin embargo, esta asociación causal no está establecida.

Los factores familiares son particularmente importantes a edades jóvenes, en general el 9 % de los casos puede ser atribuido directamente a la historia familiar de cáncer de próstata.

Los factores de riesgo ocupacional no han sido confirmados aunque algunas evidencias sugieren que la exposición ocupacional al cadmium y algún aspecto del trabajo agrícola, pudiera incrementar moderadamente el riesgo, pero si estos factores ocupacionales son confirmados, ellos serían una proporción pequeña del total de casos.

Fuente: Giovannucci E. Epidemiologic Characteristics of Prostate Cancer. Cancer 1995;75:1766-77.


No es necesario cambiar de píldora durante la lactancia

Recientemente, la Family Health International encuestó a expertos internacionales y se observó que están de acuerdo con que las mujeres que están amamantando y que usan píldoras sólo de progestina, no necesitan cambiar a anticonceptivos orales combinados (AOC) durante la lactancia.

Es posible que algunos proveedores de atención de salud tengan el concepto erróneo de que es preferible hacer ese cambio pues las píldoras combinadas pueden utilizarse de forma segura 6 meses después del parto y el régimen de administración de la píldora no es tan estricto para los anticonceptivos orales combinados como lo es para las píldoras sólo de progestina.

Las píldoras sólo de progestina pueden usarse en forma segura y eficaz durante todo el período de la lactancia y no es necesario cambiar a otro método anticonceptivo o a otro tipo de píldora, según Cynthia Visness quien dirigió el estudio.

Los AOC deben evitarse durante los primeros 6 meses porque reducen el volumen de la leche materna y exponen al bebé al estrógeno.

Entre los que apoyaron la declaración figuran expertos del Margaret Pyke Center, la Federación Internacional de Planificación Familiar, el Instituto de Salud de la Reproducción de la Universidad de Georgetown y el Programa para la Capacitación Internacional en Salud.

Fuente: Family Health International. No es necesario cambiar de píldora durante la lactancia. Network 1995;10(1):1.


Indicaciones epidemiológicas sobre la causa de la proteinuria, la hipertensión en el embarazo y la preeclampsia

Se realizó un estudio longitudinal de las historias clínicas de todas las mujeres suecas, que entre 1973 y 1981 tuvieron 3 partos simples y que durante la gestación padecieron alguna vez de hipertensión, proteinuria, preeclampsia o eclampsia. La incidencia de alguna de estas afecciones, identificada aquí en conjunto como enfermedad HP, fue del 8,1 % en todas las mujeres observadas. La proporción de la enfermedad HP inducida por la gestación fue del 34 % en el primer embarazo y del 44 % en uno de los 2 embarazos posteriores. Como hallazgos epidemiológicos sobre la causa de la enfermedad HP, se puede hablar de una distribución normal por edades durante el primer embarazo, aunque también se manifestó en las primíparas una mayor ocurrencia de infecciones de las vías urinarias, la diabetes mellitus, la deformidad fetal y una relativa abundancia de fetos del sexo femenino. Se discute la influencia de la enfermedad HP sobre el desarrollo fetal y la mortalidad perinatal.

Fuente: Westin B, Schneeberger J. Epidemiologische Hinweise auf die Atiologie von Proteinurie, Hypertonie in der Schwangerschaft und Präeklampsie. Eine longitudina les Kohortenstudie über alle schwedische Frauen, die zwischen 1973 und 1981 dreimal Einlinge ausgetragen haben. Zentralbl Gynakol 1995;117(1):11-6.


La primera relación sexual de la mujer

Se entrevistaron 700 muchachas checas de edades entre 16 y 18 años para conocer su conducta sexual. De todas ellas, 344 (49,1 %) manifestaron haber tenido relaciones carnales de tipo heterosexual y sólo 33 haber logrado orgasmo en el primer coito, además de experimentarlo siempre o casi siempre que lo practican. En un segundo subgrupo se concentraron las jóvenes anorgásmicas, tanto en el primer acto como en el transcurso de su vida sexual posterior. Entre ambos subgrupos se establecieron significativas diferencias en los siguientes aspectos: la mayoría de las muchachas del primer subgrupo refirió haber sentido ardientes deseos de practicar el primer coito, mientras que las anorgásmicas confesaron haber llegado a él por curiosidad o por haberse visto presionadas a complacer la petición de su pareja. A casi todas estas jóvenes del segundo subgrupo les resultó desagradable su primera experiencia sexual, en la que la ocurrencia de hemorragias traumáticas fueron mucho más frecuentes. Curiosamente, entre las que perdieron a su padre durante los 6 primeros años de vida, hubo predominio numérico de las anorgásmicas.

Fuente: Raboch J. Der erste Geschlechtsverkehr der Frau. Zentralbl Gunakol 1995;117(1):29-31).

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