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Revista Cubana de Medicina General Integral

versión impresa ISSN 0864-2125versión On-line ISSN 1561-3038

Rev Cubana Med Gen Integr v.13 n.1 Ciudad de La Habana ene.-feb. 1997

 

 

Síndrome del niño maltratado. Presentación de un caso

Elisa Gálvez Cabrera, María Caridad González Loredo, Irene Sirgo Patiño, Halina Pérez Álvarez, y Lázara Valdés Carrera

Introducción

Desde tiempos remotos, los hechos de crueldad para con los menores han suscitado el repudio de las diferentes sociedades hacia los victimarios vinculados con esta repudiable acción. Se cita que ya en el Código de Hammurabi (2000 años antes de Cristo) se sancionaba a la nodriza que dejaba morir en sus brazos a un lactante, y dicha sanción consistía en la amputación de sus senos.

En la centuria que vivimos, muchos han sido los investigadores que han profundizado en los hechos de maltrato a menores denominándolos indistintamente "sevicia en los niños", "maltrato de menores", "síndrome del niño maltratado", denominación esta que es más utilizada y da una medida exacta del hecho en cuestión.

Este síndrome puede observarse en cualquiera de sus formas: activa o pasiva. La forma activa es más frecuente y se caracteriza por la presencia en la víctima de contusiones de diferente cronología, lo que denota agresiones diversas en el tiempo y provoca en los menores daños a su integridad corporal y una toma progresiva de su estado general, así como trastornos en su comportamiento habitual tanto desde el punto de vista físico como psíquico. De lo anterior se deduce que la forma activa puede tener una evolución aguda o crónica; en la primera, las lesiones se manifiestan de manera rápida y en dependencia del área corporal donde asienten, pueden causar serios trastornos en el menor e incluso llevarlo a la muerte. En la evolución crónica, se acumulan los efectos de los distintos traumatismos y el menor va sufriendo un deterioro progresivo que de no ser descubierto a tiempo puede también dar al traste con su vida.

En nuestro país es infrecuente la muerte de los menores por agresividad contra ellos, y se diferencia de otros países tanto desarrollados como subdesarrollados donde a diario se conoce de casos como el que vamos a presentar a continuación.

Precisamente por lo poco común, es que consideramos de interés la divulgación de las características de este síndrome, lo que pensamos lograr con la presentación de este caso cuyo propósito fundamental es dar a conocer los elementos que distinguen el hecho para que pueda ser detectado y reportado a tiempo y así se tomen las medidas que contribuyan a su prevención.

Hay que tener en cuenta que este síndrome puede existir sin que necesariamente se produzca la muerte, que es su máxima expresión.

En los últimos 10 años, de acuerdo con las necropsias realizadas en el Instituto de Medicina Legal, se reportan muy pocos casos de fallecidos por esta causa en Ciudad de La Habana, sin embargo, no existen estadísticas nacionales de los niños lesionados y/o fallecidos por esto.

Presentación del caso

Se trata de un menor de 4 años de edad, de la raza negroide que llega fallecido al Hospital Pediátrico de San Miguel del Padrón, con antecedentes de salud, llevado por su padrastro, que refirió que el niño había estado jugando en la cuadra y al parecer se cayó de un muro de pequeña altura y que un desconocido que pasaba por allí lo cargó, y después de averiguar donde vivía, lo llevó a su casa. Refirió, además, que al ver al niño muy decaído decidió llevárselo para el hospital.

En el hospital intentaron aplicar medidas de resucitación que resultaron infructuosas y por los antecedentes referidos por el padrastro, consideraron que la muerte estaba relacionada con la caída y dieron parte a la Instrucción Policial para su remisión al Instituto de Medicina Legal.

Llegó a nuestro centro para que fueran precisadas las causas de la muerte y las circunstancias en que ésta se produjo.

Una vez realizada la necropsia, pudimos precisar que existían traumatismos recientes a nivel del tórax y el abdomen, que por sus características habían sido producidas con un agente contundente y que eran los causantes de la muerte. Se pudo precisar además que existían otras lesiones de diferente cronología y mecanismo de producción como quemaduras por cigarros y cicatrices, entre otras, que unidas al estado general del menor, nos permitían plantear que estábamos en presencia de un síndrome del niño maltratado.

De inmediato comunicamos nuestra sospecha al Instructor Policial, que mediante investigación policiológica confirmó lo detectado durante la necropsia.

Método

Realización de la necropsia médico-legal.

HALLAZGOS MACROSCÓPICOS

  1. Traumatismos múltiples de diferente cronología.
  2. Signos de edema crónico en la piel de ambos miembros inferiores.
  3. Hematoma epicraneal reciente.
  4. Fractura de la 9na, 10ma, y 11na. costillas derechas en sus arcos posteriores.
  5. Focos contusivos de la pared abdominal.
  6. Hemoperitoneo de 1 000 cc.
  7. Desgarros de hígado y hematoma subcapsular.
  8. Desgarro esplénico.
  9. Desgarro pancreático.

HALLAZGOS MICROSCÓPICOS

  1. Pulmón de distress respiratorio del adulto, ligero.

Bronconeumonía incipiente. Atelectasia y enfisema focal.
Congestión pulmonar severa de células gigantes a cuerpo extraño.

  1. Hepatitis reactiva. Fibrosis portal con moderado infiltrado inflamatorio o predominio mononuclear. Pequeño foco de hepatonecrosis.
  2. Esplenitis reactiva.
  3. Hemorragia perisuprarrenal.
  4. Edema cerebral.
  5. Hiperplasia linfoide de la mucosa intestinal.
  6. Lisis parcial del páncreas. Hemorragia intersticial pancreática.

CONCLUSIONES DE LA NECROPSIA

  1. Se trata de una muerte violenta.
  2. Las causas de la muerte son:

  3. a) Shock hipovolémico.
    b) Desgarros hepatoesplenopancreáticos con hemoperitoneo de 1 000 cc.
    c) Traumatismos abdominales con agente contundente.

  4. La causa médicolegal es homicida.
  5. Se aprecian traumatismos de diferente cronología.
  6. Se observan signos de violencia de aspecto recientísimo en la cabeza, el tórax y el abdomen, producidos por traumatismos directos sobre estas regiones, que guardan relación con la muerte.
  7. Los resultados del estudio hístico realizado, coinciden con los resultados macroscópicos.
  8. Estamos en presencia de un caso de sevicia o síndrome del niño maltratado.
  9. La forma de maltrato al menor se clasifica dentro del tipo activo, crónico, agudizado.

Comentario

Después de realizada la necropsia y dadas sus conclusiones, la investigacion policiológica se encaminó hacia la búsqueda del autor de tan repudiable hecho. Mediante el trabajo operativo y el interrogatorio a la madre del menor y al padrastro, que eran los que convivían con él, se pudo conocer que este menor fue el resultado de un embarazo no deseado, hijo de una madre que resultó víctima de maltratos mientras fue menor de edad, que creció en medio de un ambiente hostil, sin conocer a su padre, hacía apenas unos meses él vivía con su madre, de 19 años, y la pareja de ésta, que era quien lo cuidaba cuando ella salía, como en esta ocasión. Que recibía con frecuencia castigos corporales cuando se "portaba mal", por parte de ambos. El día de los hechos estando solo con su padrastro, mientras jugaba en su cuadra, sintió hambre y le pidió pan a una vecina, al enterarse el padrastro, quien le había prohibido pedir, éste le propició varios golpes con los puños (piñazos) y al poco rato notó que el niño estaba muy decaído, por lo que él mismo lo llevó al hospital mintiendo a los médicos de asistencia.

El padrastro fue juzgado y sancionado por el Tribunal Provincial de Ciudad de La Habana en la Sala de lo Penal, a 30 años de privación de libertad.

Aunque en nuestro medio es infrecuente encontrar casos como éste, es menester conocer que existe este síndrome para poder identificar y prevenir estos casos que de manera aislada puedan darse. Es al nivel de la atención primaria, con la ayuda del médico de la familia, que se pueden detectar mediante el trabajo en la comunidad y con el apoyo de las organizaciones de masa. En la atención secundaria también deben tenerse en cuenta las características de dicho síndrome para diagnosticarlo y reportarlo a su área de salud.

Velar porque no existan víctimas del síndrome del niño maltratado es obligación de todos.

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