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Revista Cubana de Medicina General Integral

versión impresa ISSN 0864-2125versión On-line ISSN 1561-3038

Rev Cubana Med Gen Integr v.13 n.2 Ciudad de La Habana mar.-abr. 1997

 

 

Trabajos Originales

El médico de la familia ante un suceso del ciclo vital: la entrada en la escuela

Dolores de la Cuesta Freijomil,(1) Caridad López López(2) y Cristina Alonso López(3)

RESUMEN: Se expresan las características generales de la etapa escolar, así como los requisitos de madurez que debe cumplir el niño para su ingreso en la escuela. Se destaca la función orientadora del médico de la familia ante este suceso, y la necesidad de utilizar adecuadamente la etapa preescolar como estadio de preparación de la etapa siguiente. Se proponen acciones para que el médico de la familia se desarrolle con vistas a incidir positivamente en la salud del escolar y la familia.

Descriptores (DeCS): ROL DEL MEDICO; MEDICOS DE FAMILIA; ESCUELA; ESTUDIANTES; NIÑO, ATENCION PRIMARIA DE SALUD.

Introducción

En nuestro país, con la organización actual del Sistema Nacional de Salud, se favorece una atención sanitaria integral a la familia y por lo tanto, un mejor desarrollo de las gestiones preventivo-curativas-rehabilitatorias.1 Dentro de los centros de interés más importantes, se encuentra, como arma fundamental, el Programa de Atención Integral a la Familia.

La familia tiene, como rasgo distintivo de otros tipos de grupo, su desarrollo regular, el cual puede dividirse en determinadas fases, y de ellas el médico de la familia debe tener un conocimiento pleno, y dominar todas sus características para determinar, dado el caso, la conducta que se debe seguir.

La fase de extensión, es una etapa muy rica en interacciones a partir de los diferentes estadios del desarrollo, pues abarca desde el nacimiento del primer hijo hasta su adultez, generalmente, por tal motivo, las tareas y conflictos que enfrenta, propios de la etapa, son muy disímiles y exigen del reajuste permanente de la familia. De esta forma, la labor preventiva, por parte del médico de la familia, adquiere importancia significativa, en tanto oriente su trabajo en la educación familiar, a partir de las transformaciones que se pueden presentar y de cómo actuar en relación con éstas. La incorporación del niño a la escuela es un hecho que lleva implícita una crisis en la vida familiar.2 Todos los miembros de la familia van a participar, de una manera u otra, en este fenómeno, y es el niño y su relación con la escuela y el macromedio social, quienes se van a ver afectados, en el caso de que se produzca una mala preparación de la entrada del niño a la vida escolar.3

Desde la etapa preescolar del niño, el médico de la familia debe ir orientando a los padres y demás integrantes del núcleo, en cuanto a cómo enfrentar este acontecimiento, cómo ayudar al niño para asumir esta nueva etapa de la vida, que lo va a iniciar en toda una cadena de responsabilidades y deberes y que van a constituir el pilar básico en la formación de su personalidad, de ahí que se considere la necesidad de brindar al médico de la familia los conocimientos requeridos para el logro de un mejor desempeño como orientador de la familia.

Desarrollo

La primera etapa del escolar comienza alrededor de los 5 años y se extiende hasta aproximadamente los 11 años. Es un período de transición donde, en su inicio, el niño reúne características de la etapa preescolar con las particularidades del escolar. El juego, que fue su actividad fundamental hasta ese entonces, pierde ese carácter para dar paso al estudio, que se convierte en la actividad rectora de esta etapa, pues permite el desarrollo de sus capacidades, modifica sus motivaciones y conducta, y posibilita un equilibrio entre sí mismo y el medio circundante.4

Todo esto conlleva un cambio importante en la vida del niño, pues éste debe someterse a las nuevas exigencias del maestro y de la escuela, debe incorporar hábitos de disciplina, como levantarse temprano, permanecer sentado largo rato en el aula, etcétera, y debe, además, aprender a aceptar y respetar la autoridad del maestro, todo lo cual puede condicionar al niño positivamente para los estudios, pero también puede condicionarlo negativamente, de ahí la importancia de la relación que establezca el maestro, con cada uno de sus alumnos y con el grupo en general, y del conocimiento que adquiera de éstos.

En esta etapa, el niño tiene que enfrentar la contradicción entre el deseo (lo que quiere) y el deber (lo que debe), esto es por ejemplo: tiene deseos de jugar pero debe atender al maestro. Esto establece una constante aceptación de lo obligatorio, que lo ayuda al desarrollo de la voluntad, lo cual permitirá, en el transcurso de su vida, planificar sus actividades y eliminar las dificultades en la obtención de sus propósitos.5

Como vemos, la entrada a la vida escolar supone para el niño todo un reto, por lo que debe contar con la madurez suficiente, para lo cual se hace necesario que el niño sea capaz de cumplir los siguientes requisitos a la hora de entrar en la escuela:

  1. Estar físicamente apto.
  2. Poseer capacidad de rendimiento psicológico. Debe expresarse de forma correcta, o sea, el niño debe ser capaz de comunicarse con los de su grupo y el grupo siguiente, lo que ayuda a la formación de sus cualidades morales.5
  3. Ser capaz de formar parte de un grupo: debe haber abandonado la actitud egocéntrica del preescolar.
  4. Poseer disposición para el trabajo.
  5. Ser capaz de cumplir tareas asignadas, además de cumplir las elegidas por sí mismo.
  6. Poseer hábitos fundamentales de higiene.
  7. Debe comprender lo que una tarea exige de él, para lo que debe cumplir determinados aspectos elementales.6

Señalar partes del cuerpo; designar de forma correcta objetos usuales; decir su sexo, nombre completo y edad; comparar 2 líneas de desigual longitud; diferenciar formas (cuadrado, círculo, triángulo); responder adecuadamente lo que hace cuando tiene hambre, sueño, frío, repetir frases de 12 sílabas, comparar peso; conocer los colores fundamentales; comparar estéticamente las figuras; decir para qué se usa un caballo, una muñeca, un tenedor, un lápiz; componer un triángulo con 2 piezas; ejecutar 3 encargos y distinguir entre derecha e izquierda.

Como puede apreciarse el éxito o el fracaso, tanto de la entrada a la escuela como del proceso de adaptación a sus exigencias, depende no sólo del manejo que se haga por los padres y la escuela ante la situación misma, sino que también va a depender de lo que la familia haya hecho durante la etapa preescolar.

En este sentido es importante que la familia conozca cómo puede trabajar con su hijo para ir creando en éste el sentimiento de amor por la escuela y por la figura del maestro, debe brindársele la posibilidad a la familia de conocer los requisitos de madurez para el ingreso escolar de forma tal, que con tiempo suficiente, pueda desarrollarlos. Es en este nivel donde la función del médico de la familia adquiere importancia significativa, pues debe desplegar un plan de promoción de la salud del escolar a partir de la familia, para lo cual proponemos las siguientes acciones:

  1. Trabajar preventivamente con las familias en función de la consiguiente crisis del ciclo vital que origina la entrada a la escuela, por los cambios estructurales y funcionales que conlleva.
  2. Hacer que la familia interiorice que la entrada a la escuela es una tarea que involucra a toda la familia y no sólo al niño, por lo que se hace necesaria la preparación tanto del niño como de su familia.
  3. Orientar a las familias para crear en el niño sentimientos positivos hacia la escuela.
    1. Utilizar la fantasía infantil (cuentos, narraciones).
    2. Desarrollar juegos de roles con contenido escolar.
    3. Explorar los valores positivos de la escuela (crear imagen positiva de la figura del maestro, posibilidad de tener nuevos amiguitos, aprender muchas cosas nuevas, etcétera).
    4. No hacer énfasis en los aspectos de represión escolar mediante amenazas o censuras (es muy común escuchar expresiones tales como: disfruta bastante que cuando entres a la escuela ya verás lo que es bueno, etcétera) pues esto propicia un condicionamiento negativo y por lo tanto, predisposición negativa.
    5. Estimular intereses cognoscitivos hacia aspectos desconocidos que se van a ir desarrollando en la escuela (de la flora, la fauna, aspectos históricos, geográficos, etcétera), en este sentido pueden servir de punto de partida los paseos y las distracciones programados para el niño por la familia.
  1. Velar por la socialización del niño en la etapa preescolar y hacer entender a la familia la necesidad de ésta.
  2. Orientar a los padres en cuanto a la asignación de pequeñas tareas de trabajo en el hogar con el objetivo de ir creando el sentimiento de responsabilidad, la disposición para el trabajo y la aceptación de lo obligatorio, y aprovechar que en esta etapa los niños tienen en general una actitud positiva hacia este tipo de trabajo, pues su aspiración es lograr la posición de miembro útil en la vida común de la familia.7
  3. Ser muy observador de la dinámica relacional que sea estable en una familia con un hijo preescolar, especialmente en aquéllas donde existe un hijo único, y buscar aspectos tales como: si es mimado, si es centro del hogar, si el recurso "perreta" da resultado, si no renuncia nunca a la satisfacción de sus necesidades individuales, con el objetivo de trabajar sobre ellos.

Sin embargo, cuando la etapa preescolar no ha servido adecuadamente como estadio de preparación para la etapa siguiente, pueden presentarse algunos trastornos, tales como trastornos del aprendizaje, trastornos de conducta, trastornos psicofisiológicos y la aparición de síntomas especiales.

Se plantea por algunos autores y entre ellos, el doctor Pérez Villar,8 que los niños rara vez son los "enfermos" y que son los padres quienes verdaderamente necesitan ayuda y orientación, por lo que todo va a depender de la medida en que los padres estén dispuestos a aprender.

SUMMARY: The general characteristics of the school period, as well as the maturity requirements children should meet to enter school are expressed here. The orienting function of the family physician on this regard and the need to use the preschool period adequately as a preparatory step for the next one are also stressed. Some actions are proposed to be developed by the family physician in order to influence positively on the school children's health and family.

Subject headings: PHYSICIAN'S ROLE; PHYSYCIAN, FAMILY; SCHOOLS; STUDENTS; CHILD; PRIMARY HEALTH CARE.

Referencias bibliográficas

  1. Rigol O, Pérez F, Perea CJ, Fernández J, Fernández JE. La relación médico-familia. Medicina General Integral. La Habana: Editorial Ciencias Médicas, 1985; t1:41.
  2. Pérez, C. Evaluación psicosocial de niños menores de 5 años para su incorporación a la escuela en el curso 1990-1991. Rev Cubana Med Gen Integr 1993;9(3):213-9.
  3. Venguer L, Venger A. El nacimiento de la inteligencia. En: El hogar, una escuela del pensamiento. Moscú: Progreso, 1988:5-26.
  4. Bozhovich LI. Algunos problemas y métodos de estudio de la psicología de la personalidad del niño escolar. En: Psicología de la personalidad del niño escolar. La Habana: Editorial Pueblo y Educación, 1976;t1:35.
  5. Lianuva GM. Juegos de roles con argumento. En: La educación de los niños de edad temprana. La Habana: Editorial Orbe, 1981:240-1.
  6. Terman M. Test psicométrico para niños mayores de 3 años. En: Cruz M. Tratado de Pediatría. Procedimientos diagnósticos y terapéuticos. 3 ed. Barcelona: Salvat, 1981; t2:1913.
  7. Slavina LS. Estudio sobre las características psicológicas del trabajo del escolar en el hogar. En:Bozhovich LI. Psicología de la personalidad del niño escolar. La Habana: Editorial Pueblo y Educación, 1976; t1:118.
  8. Pérez Villar J. Tercera etapa. De 4 a 7 años. El preescolar. En: Etapas del desarrollo y trastornos emocionales en el niño. La Habana: Editorial Pueblo y Educación, 1982:69-80.

Recibido: 23 de febrero de 1996. Aprobado: 15 de julio de 1996.

Lic. Dolores de la Cuesta Freijomil. Policlínico Docente "26 de Julio". Calle 72 No. 1315 entre 13 y 15, Playa, Ciudad de La Habana, Cuba.

(1) Licenciada en Psicología. Máster en Psicología de la Salud. Instructora de la Facultad "Finlay- Albarrán". Policlínico Docente "26 de Julio", Playa, Ciudad de La Habana.

(2) Licenciada en Psicología. Instructora de la Facultad "Finlay-Albarrán". Policlínico Docente "28 de Enero", Playa, Ciudad de La Habana.

(3) Residente de 1er. año en Medicina General Integral de la Facultad "Finlay-Albarrán". Policlínico Docente "28 de Enero", Playa, Ciudad de La Habana.

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