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Revista Cubana de Medicina General Integral

versión impresa ISSN 0864-2125versión On-line ISSN 1561-3038

Rev Cubana Med Gen Integr v.14 n.1 Ciudad de La Habana ene.-feb. 1998

 

 

Página cultural

¿Circuncisión femenina?

Miguel Lugones Botell 1 y Tania Quintana Riverón2

  1. Especialista de I Grado en Ginecología y Obstetricia. Policlínico Docente "26 de julio". Playa.
  2. Especialista de I Grado en Medicina General Integral.

A lo largo de la historia, la humanidad ha adoptado y utilizado innumerables prácticas, muchas de las cuales guardan relación muy estrecha con muy complejas estructuras sociales en ocasiones -en otras son más sencillas- y con códigos de conducta tradicionales que devienen en costumbres, unas veces para bien, otras para mal. Con el tiempo desaparecen algunas, pero otras han subsistido hasta nuestros días.

La circunscisión, por notable que parezca, no se tiene la menor idea del lugar de donde tomó su origen, ni se sabe cómo se practicaba inicialmente. La Enciclopedia señala que existía entre los orientales desde tiempo inmemorial, y se aseguraba por algunos que fue establecida como medida higiénica para adquirir robustez.1 Es un rito de las religiones judía y mahometana. Evidentemente empezó a practicarse en hombres mucho antes que en mujeres.

Historiadores famosos como Herodoto refieren que en el siglo V los fenicios, los hititas, los etíopes y los egipcios, ya practicaban la circunsición femenina. En el año 1767 el viajero alemán Niebuhr, único superviviente de la primera expedición científica europea a Egipto, Arabia y Siria, se extrañaba de que esta operación se practicara con tanta frecuencia en varios países del cercano y el medio oriente. Hay quien afirma que la circuncisión femenina era en siglos remotos una práctica común a pueblos de todos los continentes, lo mismo en el viejo que en el nuevo mundo. Hoy, en cambio, ha quedado limitada a varios países africanos y, en menor medida, a algunas zonas del sur de la península Arábiga, de Malasia y de Indonesia.

La práctica de la circuncisión está generalmente asociada con ceremonias especiales y se ajusta a ritos tradicionales. En muchas comunidades las encargadas de practicarlas son mujeres y la operación se inserta en un vasto complejo psicosocial fundado en una intrincada maraña de creencias, costumbres y valores sociales.

Hay muchos intentos de explicación y fundamentación de esta práctica. Se ha sugerido que en ciertos contextos de antiquísimas creencias culturales, la circuncisión simboliza la ofrenda o el sacrificio de una parte de los órganos genitales a las divinidades que presiden la fecundidad. Otro intento de explicación asimila la circuncisión a un rito iniciático, cuya finalidad es encauzar el proceso de desarrollo psicosocial en la difícil etapa de la transición de la pubertad a la edad adulta. Hay que señalar al respecto que la edad en que se practica actualmente varía entre una semana de nacida a los 10 años o más. Es posible que en tiempos pretéritos la norma fuera practicar la circuncisión en la pubertad o inmediatamente antes, es decir, lo que ahora parece haberse convertido en la excepción. En cualquier caso, la finalidad inicial de la operación habría sido dar a las niñas conciencia de su futuro papel sexual, pero no parece que su práctica haya influido en la socialización de las interesadas.

En la mayoría de los países islámicos del Mediterráneo Oriental, la práctica ha caído en desuso desde hace mucho tiempo, lo que basta ya para indicar que su supuesta significación religiosa no tiene gran fundamento, y para conseguir el mismo resultado en otros lugares se está tratando de evitar que se califique de tradición religiosa ("sunna") o que se le asocie de cualquier otra manera a un acto de fe. Muchos teólogos han rechazado reiteradamente esta interpretación, pero muchos siguen creyendo que la circuncisión femenina es una especie de obligación religiosa.

Es posible que en algunas comunidades, la circuncisión de las adolescentes se practique para atenuar su apetito sexual o quizás por razones de higiene, aunque estas consideraciones no son válidas a la luz de los conocimientos médicos actuales.

Esta práctica abarca toda una serie de operaciones que van desde la clitoridectomía hasta ciertas intervenciones mutilantes de los labios mayores y menores. En muchos casos quienes la practican son personas desprovistas de la menor competencia quirúrgica y se hace en pésimas condiciones de higiene, con gravísimos riesgos. Sus secuelas van desde la aparición de quistes dermoides, complicaciones del parto, retención de orina, fístulas, etc., hasta los tremendos sufrimientos y traumas físicos, psíquicos y morales que acarrea ya desde antes de practicarse.

En general, la circuncisión femenina subsiste en determinadas regiones como un acto de rutina y conformismo social, así como de temor de ciertas comunidades a perder su identidad, si se trata, como ya hemos señalado, de un uso tan antiguo como arraigado. Su abolición debe ser un reclamo permanente en aquellos lugares donde se practique.

Referencias Bibliográficas

  1. Diccionario Enciclopédico Salvat. 2 ed. México, DF:Salvat, t4:206.

Recibido: 10 de junio de 1997. Aprobado: 22 de septiembre de 1997.
Dr.Miguel Lugones Botell. Policlínico Comunitario Docente "26 de Julio". Calle 13, esquina a 72, municipio Playa, Ciudad de La Habana, Cuba.

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