SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.17 issue5Calidad de la atención dispensarial a la cardiopatía isquémicaJubilaciones por invalidez y su relación con el sexo author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

My SciELO

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

  • Have no cited articlesCited by SciELO

Related links

  • Have no similar articlesSimilars in SciELO

Share


Revista Cubana de Medicina General Integral

Print version ISSN 0864-2125On-line version ISSN 1561-3038

Rev Cubana Med Gen Integr vol.17 no.5 Ciudad de La Habana Sept.-Oct. 2001

 

 

Consideraciones acerca del paciente geriátrico

Manolo Gómez Juanola,1 Mario Jesús Machín Díaz,2 Kenia Roque Acanda2 y Guillermo Hernández Medina3


Resumen

Se realizó un estudio descriptivo, longitudinal y retrospectivo, con el objetivo de conocer algunos aspectos del paciente geriátrico en 3 consultorios del municipio Mantua, en el período comprendido desde julio de 1998 hasta junio de 1999. El universo estuvo conformado por los 3065 ancianos del territorio, y la muestra la integraron los 271 gerontes de dichos consultorios. Prevalecieron las edades entre los 60-79 años y el sexo masculino. El café y el tabaquismo fueron los hábitos tóxicos más frecuentes, se corroboró una alta prevalencia de hipertensión arterial en los seniles (41,69 %), prevaleció el grado I de validismo y el item 5 en la aplicación de la escala geriátrica de evaluación funcional.

DeCS: CONSULTORIOS MEDICOS; ANCIANO; ENVEJECIMIENTO DE LA POBLACION; SERVICIOS DE SALUD COMUNITARIA; INDICADORES DE MORBIMORTALIDAD.

 

Ningún ser humano tiene deseo real de envejecer. Tampoco hay ningún ser racional capaz de contemplar con ecuanimidad la decadencia gradual de su eficiencia física, y nadie puede permanecer impasible ante el deterioro progresivo de su apariencia física, mientras la naturaleza graba en ella las crudas marcas de la edad.1

El envejecimiento poblacional es un fenómeno al que todos los países prestan atención, aunque con enfoques diferentes. En las últimas décadas la población cubana está evolucionando aceleradamente hacia la senilidad. El desarrollo, en especial en la educación y la salud, el pleno empleo y la incorporación mayoritaria de la población femenina al trabajo remunerado y a la vida social del país, como consecuencia de los profundos cambios políticos, económicos y sociales generados por el proceso revolucionario a partir de 1959, son el origen del acentuado descenso en la fecundidad y la mortalidad en la población cubana.2

El estudio de la problemática del anciano constituye un elemento de primordial importancia y aparece como factor decisivo en las investigaciones médicas. Mediante los estudios de morbimortalidad se mide y se valora el nivel de salud alcanzado por la colectividad, lo cual permite optimizar la planificación de la prestación de los servicios, la docencia y el desarrollo cientificotécnico.3 Motivados por lo antes expuesto, realizamos el presente trabajo para profundizar en el conocimiento de algunas particularidades del paciente de la tercera edad en nuestra comunidad.


Métodos

Con el objetivo de estudiar algunos aspectos del paciente geriátrico, se realizó un estudio longitudinal, descriptivo y retrospectivo en 3 consultorios del municipio Mantua, en el período comprendido entre los meses de julio de 1998 hasta junio de 1999. El universo estuvo constituido por los 3 065 ancianos del territorio, y la muestra la conformaron los 271 gerontes de dichos consultorios, a los que les fue aplicado el test de Hasegawa para determinar el estado mental, y obtuvieron puntuación normal la totalidad de ellos.

Las variables estudiadas fueron la edad, el sexo, los hábitos tóxicos, los antecedentes patológicos personales, el grado de validismo y la evaluación geriátrica funcional. Sometimos los datos al cálculo porcentual y fueron expresados de forma descriptiva.


Resultados

Las características generales (edad y sexo) de nuestros pacientes se muestran en la tabla 1, observándose que la edad media de presentación fue de 70,3 años, con una mínima de 60 y una máxima de 97. Se evidencia además que la mayor concentración de casos, para ambos sexos, correspondió a las séptima y octava décadas, y en los 271 gerontes hubo predominio del sexo masculino (58,30 % vs 41,70 %), con una relación de 1,3:1.

Tabla 1. Consideraciones del paciente geriátrico según edad y sexo

 

Sexo

Grupos de edades (en años)

Masculino

Femenino
Total

 

 n

%

  n

  %

    n

  %

60-64

54
34,18

42
37,17
96
35,42

65-69

32
20,25
21
18,59

53
19,56

70-74

29

18,35

13
11,50

42
15,50

75-79

22
13,92
17

15,04

39

14,39

80-84

11

6,97
13
11,50
24

8,86

85-89

6
3,80
3
2,66
 9

    3,32

+ 90

4
2,53
4

3,54

8
  2,95

Total

158
100
113

100

271

100

 

58,30
41,70

100

Edad mínima: 60

Edad media: 70,3

Edad máxima: 97

    Fuente: Encuesta.

En la figura 1 se representan los hábitos tóxicos en los seniles, apreciándose que sólo 47 casos (17,34 %) no practicaban ninguno de estos flagelos de la salud. Se observa, además, que el 78,22 % eran tomadores habituales de café, y que el 45,01 % practicaban el tabaquismo.

 

Fig.1. Consideraciones del paciente geriátrico según hábitos tóxicos.


En la tabla 2 se plasman los antecedentes patológicos personales, que a su vez reflejan las enfermedades actuales de los ancianos, patentizándose que la hiperten-sión arterial fue lo más común (41,69 %), seguida de los trastornos circulatorios (arteriales y/o venosos) y las enfermedades del SOMA, con 40,59 y 12,17 % respectivamente.

Tabla 2. Consideraciones del paciente geriátrico según antecedentes patológicos personales

Antecedentes patológicos personales

n

  %

Hipertensión arterial

113
41,69

Trastornos circulatorios

110

40,60

Enfermedades del SOMA

33
12,17

Cardiopatía isquémica

32

11,80

Enfermedad pulmonar obstructiva crónica

22

8,11

Diabetes mellitus

22

8,11

Accidente vascular encefálico

7
2,11

Demencias

5
1,84

Neoplasias

4
1,74

Úlcera péptica

3

1,10

Insuficiencia renal crónica

1
0,37

Fuente: Encuesta.


El grado de validismo queda representado en la figura 2, demostrándose que el mayor número de casos (n=196), que representan el 72,32 % se encuentran dispen-sarizados en el grado I, seguido de los grados II y III.

 

Fig. 2. Consideraciones del paciente geriátrico según grado de validismo.

La escala geriátrica de evaluación funcional (EGEF-CITED/1997) es reflejada en la tabla 3, en la que se aprecia que el mayor porcentaje de casos se encuentra en el item 5, lo cual presupone menor riesgo de discapacidades. Solo presentamos comportamiento diferente en las esferas relacionadas con el uso de medicamentos y con la situación económica, en los que el mayor número recayó en el item 4.

Tabla 3. Consideraciones del paciente geriátrico según evaluación geriátrica funcional

 

Í

T

E

M

   S

 

5

4

3

2

  1

 

n

%

n

%

 n

 %

n

%

 n

%

Continencia

238

87,83

25

9,22

6

2,20

 -

-

2

 0,73

Movilidad

172

63,47

65

23,99

30

11,08

2

0,73

2

0,73

Equilibrio

162

59,78

91

33,58

15

5,53

1

0,37

2

0,73

Visión

126

46,50

113

41,70

31

11,43

1

0,37

-

-

Audición

158

58,30

99

36,54

11

4,06

3

1,10

-

-

Uso de medicamentos

65

25,10

156

57,57

46

16,98

1

0,37

-

 -

Sueño

120

44,29

115

42,43

33

12,18

3

1,10

-


-

Estado emocional

155

57,20

95

35,05

19

7,01

1

0,37

1

0,37

Memoria

174

64,20

73

26,93

20

7,40

1

0,37

3

1,10

Apoyo familiar

224

82,66

38

14,02

7

2,59

 -

 -

2

 0,73

Apoyo social

244

90,03

23

8,50

2

0,73

1

0,37

1

0,37

Situación económica

92

33,94

107

39,49

60

22,14

5

1,84

7

2,59

Estado funcional global

154

56,82

94

34,69

16

5,90

3

1,10

4

1,49

           Fuente: Encuesta.


Discusión

La población geriátrica nacional e internacional se caracteriza por un mayor número de representantes del sexo femenino y por la disminución de esta a medida que avanza la edad y se sobrepasa la expectativa de vida, que en Cuba es de 75 años.4 Otros autores igualmente han reportado predominio del sexo femenino, explicado sobre la base de la mayor preocupación de la mujer por su salud y por la protección estrogénica.3 En nuestra casuística se registraron más hombres que mujeres, fenómeno explicable quizás por la estructura de la muestra estudiada.

La hipertensión arterial en el anciano se ha convertido hoy en un importante problema de salud en los países desarrollados con una muy alta prevalencia (al menos 40 % según criterios OMS, y entre el 60 y 80 % según criterios del JNC-VI), y es además, el principal factor de riesgo de morbimortalidad cardiovascular en la tercera edad.5,6 Los datos del Framingham Heart Study han demostrado que la presión sistólica aumenta y la diastólica disminuye, después de los 60 años de edad.6,7 Entre los factores que influyen en las diferentes prevalencias se encuentran los criterios de hipertensión arterial utilizados, el número de mediciones efectuadas y también a fenómenos como la pseudohipertensión, entre otros.8

La posibilidad de que existan ancianos sanos ha suscitado amplios debates en la actualidad, pues los cambios que acompañan al proceso de envejecimiento provocan insuficiencias funcionales en los ancianos. Esto entorpece como es natural el desenvolvimiento físico y social, lo que hace difícil hablar de "ausencia de enfermedad" o "pleno bienestar", por lo que la salud en los seniles se valora como la capacidad de atenderse a sí mismos y desenvolverse en el seno de la familia y la sociedad.1 El hecho de existir en nuestro trabajo un elevado porcentaje para el grado I de validismo, habla a favor de una mayor autonomía en la tercera edad.

En nuestro trabajo obtuvimos los mayores registros en el item 5, excepto en las esferas relacionadas con el uso de medicamentos y la situación económica. Referente a la medicación, se plantea que la automedicación es más frecuente en la mujer que en el hombre, y son sus principales causas las enfermedades somáticas y los trastornos del sueño, y este fenómeno viene dado por la trasmisión de la información de los efectos farmacológicos de las sustancias y las características propias de la población, máxime en la edad senil.10

Podemos concluir planteando que la evaluación geriátrica funcional se ha convertido en la piedra angular del trabajo de la geriatría, y constituye un instrumento para el reconocimiento precoz de las alteraciones en las funciones vitales, evitar discapa-cidades y prolongar la vida activa del geronte, así como contribuir a la identificación del anciano frágil.


SUMMARY

A retrospective longitudinal and descriptive study aimed at finding some aspects of the elderly patient in three physician’s offices in Mantua municipality, was carried out from July 1998 to June 1999. The universe of study was composed by 3 065 aged persons in the territory and the sample was made up of 271 seen at these physician’s offices. Male sex and 60-79 y age group prevailed. Coffee consumption and smoking were the most frequent toxic habits. The high incidence of blood hypertension was confirmed (41.69%); self-care grade I and item 5 in the implementation of the geriatric scale of functional evaluation predominated.

Subject headings: PHYSICIAN’S OFFICE; AGED; DEMOGRAPHIC AGING; COMMUNITY HEALTH SERVICES; INDICATORS OF MORBIDITY AND MORTALITY.

Referencias bibliográficas

  1. Senado Dumoy J. Los factores de riesgo en el proceso salud enfermedad. Rev Cubana Med Gen Integr 1999;15(4):453-60.
  2. Rojas Ochoa F. Editorial. Rev Cubana Salud Pública 1993;19(2):77-9.
  3. Reyes Tornés R, Cand Huerta CM. Morbilidad y mortalidad geriátrica en medicina interna. Rev Cubana Med 1996;35(2):99-105.
  4. González Sánchez RL, Fernández Torrente E, Rodríguez Sánchez R, Romero Guardes M. Características biopsicosociales de los ancianos de dos consultorios del Policlínico California. Rev Cubana Med Gen Integr 1998;14(1):38-42.
  5. Guillén Llera F. Hipertensión en el anciano. En: Rivera Casado JM, Gil Gregorio P. Factores de riesgo en la patología geriátrica. 1 era. ed. Madrid: Editores Médicos, 1996; vol 12:31-47.
  6. Cordiés Jackson J, Vazquéz Vigoa A, Cordiés Jackson MT. Hipertensión arterial en el anciano. Acta Med 1997;7(1):133-43.
  7. Norman Kaplan M, Burton Rose D. Tratamiento de la hipertensión en el anciano. Rev Cubana Med 1999;38(2):143-8.
  8. Barrizonte Meneses F, Manzo Fernández R, Corona Martínez LA. Hipertensión arterial en el anciano: Aspectos clínico-epidemioló-gicos. Rev Cubana Med Gen Integr 1997;13(2):133-8.
  9. Vega García E. Comentario al artículo: La evaluación geriátrica exhaustiva. Rev Cubana Salud Pública 1993;19(2):102-3.
  10. Santalla Vasallo O, Bembibre Taboada R, García Núñez R, González Avalos E. Efectos sobre la salud del anciano en cuanto a alteraciones en la medicación. Rev Cubana Med Gen Integr 1998;14(4):316-9.

Recibido: 9 de mayo de 2001. Aprobado: 12 de octubre de 2001.
Dr. Manolo Gómez Juanola. Calle F # 24 entre 4ta y Norte, Reparto Celso Maragoto, Pinar del Río, Cuba.

 

1 Especialista de I Grado en Medicina Interna.
2 Especialista de I Grado en Medicina General Integral.
3 Especialista de I Grado en Pediatría.

Creative Commons License All the contents of this journal, except where otherwise noted, is licensed under a Creative Commons Attribution License